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Valle Salvaje capítulo 277 Adriana en peligro por culpa de Victoria EnglishMovie cdrama drama engsub chinesedramaengsub movieshortfull
Transcript
00:00Avance Valle Salvaje. Adriana en peligro por culpa de Victoria, capítulo 277, jueves 16 de octubre.
00:21Avance del capítulo 277 de Valle Salvaje, que se emite el jueves 16 de octubre, con vídeo incluido.
00:30Adriana sufre un grave desvanecimiento tras un nuevo ataque de Victoria, que podría poner en riesgo su embarazo.
00:38El duque, desconcertado por sus decisiones, teme por el legado de Julio. El aire en el gran salón de la Casa Grande era tan denso que se podía cortar con un cuchillo.
00:50Cada partícula de polvo que danzaba en los haces de luz que se filtraban por los altos ventanales parecía suspendida en una tensión palpable,
00:57un silencio cargado de palabras no dichas y de emociones contenidas.
01:04Sobre la imponente mesa de caoba pulida, yacía el documento. No era un simple papel, era un testamento de poder, una tregua en una guerra silenciosa,
01:14un pacto que redefiniría el futuro de dos familias y el destino de Valle Salvaje para siempre.
01:19La pluma, con su punta de oro reluciente, esperaba junto al tintero, como un arma a punto de ser empuñada.
01:30José Luis, el duque, presidía la escena desde la cabecera de la mesa.
01:35Su rostro, habitualmente una máscara de control impasible, revelaba una procesión de emociones complejas.
01:41Había en él una gravedad inusual, un peso que parecía encorvar ligeramente sus hombros, como si la firma de aquel acuerdo le costara más de lo que estaba dispuesto a admitir.
01:53Sus ojos, de un azul acerado, se posaron por un instante en Adriana.
02:01Vio en ella no sólo a la mujer que había desafiado su autoridad, sino también a la portadora de su única esperanza,
02:08la madre de su futuro nieto, el último vestigio viviente de su amado hijo Julio.
02:15Esa dualidad lo atormentaba y lo impulsaba a partes iguales.
02:18Adriana, sentada frente a él, mantenía la compostura con una dignidad que era su armadura.
02:27Sentía el latido de su propio corazón resonando en sus oídos, un tambor que marcaba el ritmo de un momento histórico.
02:36Una mano, casi de forma inconsciente, reposaba sobre su vientre, un gesto protector hacia la vida que crecía en su interior,
02:44el verdadero epicentro de toda aquella vorágine.
02:49Sabía que cada línea de ese acuerdo era una victoria, pero también sentía el peso de la responsabilidad que conllevaba.
02:56No era sólo tierra, no era sólo dinero, era el legado de su familia, un legado que ahora tenía la oportunidad de restaurar.
03:04Pero en una esquina del salón, como una sombra emponzoñada, se encontraba Victoria.
03:11Su presencia era una mancha de oscuridad en la solemne atmósfera.
03:17Vestida de un negro riguroso que parecía absorber la luz a su alrededor,
03:21sus manos estaban entrelazadas con tal fuerza que los nudillos se le habían vuelto blancos.
03:25Sus labios, una fina línea de desprecio, y sus ojos, dos pozos de resentimiento,
03:34estaban fijos en el documento con una aversión casi física.
03:37Cada rasguño de la pluma sobre el papel sería para ella como una cuchillada en su orgullo,
03:44una afrenta a su posición, una victoria inaceptable para la mujer que más odiaba en el mundo.
03:50Si todos estamos de acuerdo, comenzó José Luis, su voz rompiendo el silencio como un cristal.
03:59La frase era una mera formalidad, una ironía cruel, pues era evidente que no todos lo estaban.
04:08Procedamos a la firma.
04:10Victoria hizo un amago de hablar, un siseo contenido que murió en sus labios antes de nacer.
04:15—¿Tienes algo que añadir, Victoria? —preguntó el duque, su tono gélido y cortante, sin siquiera mirarla.
04:26Era una advertencia, no una pregunta. Le estaba dejando claro que su opinión no solo no era bienvenida,
04:32sino que era completamente irrelevante en ese momento.
04:37El veneno se acumuló en la garganta de Victoria, pero lo tragó con amargura.
04:41Se limitó a negar con la cabeza, un gesto brusco y lleno de rabia contenida.
04:48Sabía que había perdido esa batalla. Por ahora, pero la guerra, en su mente, estaba lejos de terminar.
04:56José Luis asintió y deslizó el documento hacia Adriana.
04:59Cuando quieras, Adriana tomó la pluma.
05:02Se sentía pesada en su mano, cargada con el peso de la historia y del futuro.
05:09Respiró hondo, buscando la calma en medio del torbellino.
05:14Miró a José Luis, y por un instante sus miradas se cruzaron en un entendimiento tácito.
05:19Ambos sabían lo que estaba en juego. Con un movimiento firme y decidido, estampó su firma.
05:26El nombre Adriana fluyó en una caligrafía elegante, sellando el pacto. Luego, fue el turno del duque.
05:35Su firma, en contraste, fue angulosa y autoritaria, la rúbrica de un hombre acostumbrado a que su voluntad fuera ley.
05:44El acuerdo estaba sellado. Un silencio aún más profundo cayó sobre la sala.
05:51Era el silencio del después, el que sigue a los momentos que marcan un antes y un después.
05:58Pero José Luis no había terminado. Dejó la pluma a un lado y se aclaró la garganta, adoptando una postura aún más formal.
06:07Hay un asunto más que deseo clarificar hoy, para que no haya lugar a dudas ni a futuras malinterpretaciones.
06:14Todas las miradas se volvieron hacia él. Victoria se tensó, presintiendo un nuevo golpe.
06:22Como todos sabéis, el futuro de estas tierras y de mi legado ha sido mi mayor preocupación.
06:29Tras una larga y profunda reflexión, he tomado una decisión. Hizo una pausa dramática, asegurándose de tener la atención de todos.
06:37He decidido nombrar a Rafael, su mirada se dirigió al joven, que hasta ese momento había permanecido en un discreto segundo plano, heredero de todas mis tierras.
06:50Él será quien, llegado el momento, asuma la responsabilidad del ducado y de todo lo que ello conlleva.
06:56La declaración cayó en el salón como una bomba. Rafael, pálido y con los ojos desorbitados, pareció quedarse sin aire.
07:07Miró al duque, luego a Adriana, buscando algún tipo de confirmación, creyendo haber oído mal.
07:15Adriana misma estaba sorprendida, aunque una leve sonrisa se dibujó en sus labios.
07:20Era un movimiento magistral por parte del duque, una forma de asegurar la continuidad a través de alguien de su propia sangre,
07:29pero al mismo tiempo, de tender un puente definitivo hacia la familia de Adriana.
07:36Victoria, sin embargo, sintió como si el suelo se abriera bajo sus pies.
07:41Esto era peor, mucho peor que el acuerdo.
07:44Era una humillación total, una anulación completa de su posición y de sus ambiciones.
07:53Que el legado del duque pasara a manos de ese, ad benedizo, de ese muchacho sin carácter, era un insulto que no podía soportar.
08:03Una oleada de furia tan intensa la recorrió que tuvo que agarrarse al respaldo de su silla para no caer.
08:08Su rostro se contrajo en una máscara de odio puro, y si las miradas matasen, el duque y Rafael habrían caído fulminados en ese mismo instante.
08:21¿Estás seguro, señor duque?
08:24Balbuceó Rafael, incapaz de articular una frase coherente.
08:27Nunca he estado más seguro de nada en mi vida, Rafael, respondió José Luis, y en su voz había una nota de calidez que rara vez mostraba.
08:39Has demostrado lealtad y sensatez.
08:42Sé que honrarás el apellido y cuidarás de estas tierras como lo hubiera hecho Julio.
08:47La mención de su hijo fallecido flotó en el aire, cargada de una melancolía infinita, y sirvió para callar cualquier posible objeción.
08:58Nadie se atrevería a cuestionar una decisión tomada en nombre del heredero perdido.
09:03La posición de Rafael quedaba así cimentada, su futuro asegurado.
09:08Pero la semilla del odio de Victoria, regada por esta nueva afrenta, había echado raíces más profundas y venenosas que nunca.
09:16Mientras todos procesaban la noticia, ella ya estaba maquinando.
09:22Su mente era un hervidero de planes de venganza, de formas de destruir la felicidad y la seguridad que los demás parecían haber alcanzado a su costa.
09:30Y sabía que su primer objetivo, su principal obstáculo, seguía siendo Adriana.
09:37Mientras la alta sociedad de Valle Salvaje reconfiguraba sus alianzas y legados en el salón principal,
09:43en las entrañas de la casa grande, en los pasillos del servicio y en las habitaciones menos nobles, se tejían otras tramas, más oscuras y urgentes.
09:54Tomás se movía con la agilidad de un gato, sus pasos silenciosos sobre las losas de piedra del corredor.
10:00El corazón le martilleaba en el pecho, una mezcla de miedo y excitación.
10:06El plan estaba en marcha.
10:10La talla, esa pieza de madera que para Victoria no era más que un objeto de valor y un símbolo de su poder,
10:16representaba para él la llave de su libertad, la única forma de escapar de la telaraña de deudas y amenazas que lo atenazaba.
10:23Encontró a Luisa en el lavadero, sus manos enrojecidas por el agua y la lejía, su rostro ensombrecido por la preocupación.
10:34Al ver a Tomás, sus ojos se llenaron de angustia.
10:38¿Estás seguro de esto, Tomás? Es una locura.
10:42Si nos descubren, no nos descubrirán, la interrumpió él, su voz un susurro apremiante.
10:49Agarró sus manos, sintiendo el temblor que la recorría.
10:54Luisa, escúchame, no tenemos otra opción.
10:59Este es el único modo. Necesito que hagas lo que te pedí.
11:02Es crucial.
11:04El plan era arriesgado, pero simple en su concepción.
11:09Luisa debía buscar a Isabel, la doncella personal de Victoria, y entretenerla con cualquier excusa.
11:15Un problema con la lencería, una mancha imposible en un vestido, una consulta sobre los preparativos para la cena.
11:24Cualquier cosa que la mantuviera alejada de los aposentos de la señora durante al menos 10 minutos.
11:31Ese sería el tiempo que Tomás necesitaría para colarse en la habitación de Victoria y sustraer la talla de su escondite.
11:37¿Y si no funciona? ¿Y si sospecha algo?
11:42La voz de Luisa era apenas un hilo.
11:44Funcionará porque tú harás que funcione, insistió Tomás, intentando infundirle una confianza que él mismo apenas sentía.
11:51Eres inteligente, Luisa, sabrás qué decir, solo necesito unos minutos, entrar, cogerla y salir.
12:03Nadie se dará cuenta hasta que sea demasiado tarde.
12:06La miró fijamente, intentando transmitirle toda su desesperación.
12:11Por favor, Luisa, hazlo por nosotros.
12:14Ella asintió finalmente, vencida por la súplica en sus ojos.
12:18El miedo no se había ido, pero la lealtad hacia Tomás era más fuerte.
12:24Está bien, murmuró.
12:28Lo haré, pero ten mucho cuidado, Tomás.
12:31Victoria no es una mujer que perdone.
12:33Lo sé, respondió él, su rostro endureciéndose.
12:39Mejor que nadie.
12:40Mientras se separaban, ninguno de los dos se percató de la figura que se había detenido al final del pasillo,
12:46oculta en la penumbra.
12:50Atanasio, el mayordomo, había observado la escena con sus ojos astutos y penetrantes.
12:58No había oído las palabras, pero la tensión en el aire, los susurros furtivos,
13:03el rostro aterrorizado de Luisa y la urgencia en los gestos de Tomás eran más elocuentes que cualquier conversación.
13:09Llevaba días notando los extraños movimientos de Tomás, su presencia en lugares donde no debería estar,
13:18sus miradas calculadoras hacia las dependencias de la señora.
13:23Al principio, lo había descartado como simple nerviosismo.
13:27Ahora, la pieza que le faltaba acababa de encajar en su sitio.
13:30Atanasio no dijo nada, se retiró tan silenciosamente como había llegado, su mente trabajando a toda velocidad.
13:41No confiaba en Tomás, y su lealtad inquebrantable era hacia la casa y, por extensión, hacia el duque.
13:50Algo grave se estaba tramando, y sentía la responsabilidad de descubrirlo antes de que fuera demasiado tarde.
13:56Su primer paso sería hablar con Matilde.
14:00Ella tenía un instinto especial para estas cosas.
14:05Pero luego, buscaría a Luisa.
14:07La joven era el eslabón débil.
14:09Con un poco de presión, estaba seguro de que cantaría.
14:14La red, sin que Tomás lo supiera, ya se estaba cerrando a su alrededor.
14:19Más tarde, en la biblioteca, Adriana reunió a sus hermanos, Rafael y Alejo,
14:24y a su fiel amiga Mercedes, la duquesa de Miramar.
14:29La atmósfera aquí era completamente diferente a la del salón.
14:33La tensión había sido reemplazada por un aire de incredulidad y de júbilo contenido.
14:39El documento firmado descansaba sobre la mesa, y Adriana les explicó, punto por punto, el contenido del acuerdo.
14:47A medida que hablaba, detallando las tierras que volvían a ser de su familia,
14:53la compensación económica y las cláusulas que garantizaban su independencia,
14:58los rostros de sus hermanos se iluminaban con una esperanza que creían perdida.
15:04Alejo, siempre el más cínico, escuchaba con una ceja arqueada,
15:09buscando la trampa, el doble fondo en la aparente generosidad del duque.
15:13Mercedes, por su parte, estaba atónita.
15:18¿Estás diciendo que José Luis ha cedido todo esto?
15:21¿Sin más?
15:22¿Sin condiciones ocultas?
15:24Preguntó, su voz teñida de asombro.
15:28Conocía al duque desde hacía años,
15:30y la magnanimidad no era precisamente uno de sus rasgos más destacados.
15:34Las condiciones están claras, explicó Adriana.
15:39La principal condición es el bienestar de mi hijo, su nieto.
15:45Él ve esto como una forma de restituir el honor de Julio y asegurar el futuro del niño.
15:52Es desconcertante, admitió Mercedes, sacudiendo la cabeza.
15:57Nunca lo hubiera creído capaz de un gesto así.
15:59Debes haberle causado una impresión muy profunda, Adriana.
16:05Pero Adriana tenía otra sorpresa guardada.
16:09Una que demostraría que su visión iba más allá de la simple recuperación de lo que les pertenecía.
16:13Tengo una propuesta, dijo, captando de nuevo la atención de todos.
16:21Estas tierras, ahora que vuelven a ser nuestras, necesitarán una gestión adecuada.
16:28Una gestión honesta y eficaz, que mire por el bien de la gente que trabaja en ellas.
16:35Se detuvo y miró directamente a Mercedes y a Alejo.
16:38Y no se me ocurre nadie mejor para llevar a cabo esa tarea que vosotros dos.
16:41El silencio que siguió a su propuesta fue total.
16:47Alejo la miró como si le hubiera salido una segunda cabeza.
16:51Él, gestionar las tierras, siempre se había considerado un hombre de mundo, de negocios en la ciudad, no un terrateniente.
17:01Mercedes estaba igualmente sorprendida, pero una chispa de interés brilló en sus ojos.
17:06Adriana, yo no sé nada de agricultura.
17:11Comenzó Alejo.
17:12Pero sabes de números, de contratos y de cómo tratar con la gente, replicó ella con calma.
17:18Y tú, Mercedes, tienes la experiencia, el conocimiento del campo y el respeto de todos en la comarca.
17:27Juntos seríais un equipo formidable.
17:31Confío en vosotros plenamente.
17:34La propuesta era audaz y, en cierto modo, genial.
17:37No solo descargaba en personas de su máxima confianza una responsabilidad enorme, sino que también era un mensaje directo para el duque y, sobre todo, para Victoria.
17:52Un mensaje que decía que su familia no estaba sola, que contaban con aliados poderosos y respetados.
17:58La noticia de esta nueva decisión no tardó en llegar a oídos de José Luis y Victoria.
18:07Cuando Adriana se lo comunicó formalmente al duque, éste se quedó visiblemente descolocado.
18:13No se lo esperaba.
18:15Había asumido que ella misma, o quizás Rafael, tomarían las riendas.
18:19La idea de que Alejo y, peor aún, Mercedes, la duquesa de Miramar, tuvieran control sobre una parte tan significativa de los antiguos dominios del ducado, le resultaba inquietante.
18:36No era que desconfiara de ellos, pero alteraba el equilibrio de poder que él había diseñado en su mente.
18:44Para Victoria, sin embargo, la noticia fue como echar gasolina a un fuego ya incontrolable.
18:49Mercedes, esa mujer siempre había sido aliada de Adriana, siempre la había apoyado.
18:59Permitirle tener semejante poder era inaceptable.
19:02Era otra bofetada, otra humillación.
19:06¿Lo ves?
19:07Siseó a José Luis en cuanto estuvieron a solas.
19:10Su voz era un veneno destilado.
19:14Te lo advertí.
19:15Le das la mano y te coge el brazo entero.
19:17Ahora quiere meter a sus amigos en nuestra casa, a manejar nuestras tierras.
19:22¿No te das cuenta de que nos está invadiendo, que nos está reemplazando a todos?
19:28Son sus tierras ahora, Victoria, respondió el duque, cansado.
19:33Puede nombrar a quien le plazca para gestionarlas.
19:35Pero ha sido tu generosidad la que se las ha dado, gritó ella, perdiendo el control.
19:44Una generosidad estúpida y ciega.
19:46Estás entregando nuestro legado a una manada de lobos, y todo por un niño que ni siquiera ha nacido.
19:51Y si no nace, y si le pasa algo, lo habrás perdido todo por nada.
19:58Las palabras de Victoria eran crueles y calculadas, diseñadas para herir al duque en su punto más vulnerable.
20:05Su miedo a perder el último vínculo con Julio.
20:07Pero esta vez, su veneno provocó una reacción inesperada.
20:14José Luis se volvió hacia ella, sus ojos brillando con una furia helada.
20:20No vuelvas a decir eso nunca más, dijo en un tono bajo y amenazador.
20:24No vuelvas a poner en duda la vida de mi nieto.
20:27Si algo le ocurriera a Adriana o a ese bebé, Victoria, te juro que no habrá lugar en el mundo donde puedas esconderte de mí.
20:38La amenaza silenció a Victoria, pero no apagó su ira.
20:41Al contrario, la solidificó, la convirtió en un bloque de hielo afilado en su corazón.
20:49Si el duque no iba a actuar, lo haría ella.
20:51Si tenía que poner a toda la casa en pie de guerra, lo haría.
20:57Ya no se trataba solo de poder o de tierras.
20:59Se había convertido en algo personal.
21:03Una batalla a muerte entre ella y Adriana.
21:05Y Victoria no tenía ninguna intención de perder.
21:10La atmósfera en la casa grande se enrareció en las horas siguientes.
21:14La rabia de Victoria, incapaz de dirigirse directamente contra el duque o Adriana por el momento,
21:20se desbordó como un río tóxico sobre los más indefensos, el servicio.
21:24Se convirtió en una tirana, una déspota cuya mera presencia en un pasillo era suficiente para helar la sangre.
21:33Su primer objetivo fue Martín.
21:36Lo encontró en la bodega, catalogando las nuevas añadas.
21:39Martín, su voz resonó en el silencio abovedado.
21:44He oído que te has estado tomando ciertas libertades.
21:49¿Qué has cuestionado mis órdenes?
21:51Martín se hirguió, su rostro sereno pero firme.
21:55Señora, simplemente cumplí con las órdenes del señor duque.
21:58En esta casa, mis órdenes y las del duque son las mismas, espetó ella, acercándose a él hasta que casi pudo sentir el frío que emanaba.
22:08Y cuando yo doy una orden, espero obediencia ciega, no deliberaciones.
22:15Parece que has olvidado cuál es tu lugar.
22:19Quizás necesites un recordatorio.
22:21Su amenaza quedó flotando en el aire, imprecisa pero aterradora.
22:27Le hizo saber que su puesto, y quizás algo más, pendía de un hilo muy fino.
22:32Luego fue el turno de Matilde.
22:33La encontró en la cocina, supervisando la preparación de la cena.
22:40Victoria comenzó a criticarlo todo.
22:43La disposición de las verduras, el olor del guiso, la limpieza de los calderos.
22:50Eran críticas absurdas, diseñadas únicamente para humillar.
22:54Esta cocina es un desastre, Matilde.
22:58Refleja tu falta de control y tu incompetencia.
23:00Desde que esa mujer llegó a la casa, todo se ha vuelto laxo y mediocre.
23:07Señora, hacemos nuestro trabajo lo mejor que podemos, respondió Matilde con una dignidad inquebrantable.
23:15Pues tu mejor trabajo no es suficiente, si seo Victoria.
23:19Si las cosas no mejoran drásticamente, me veré obligada a buscar a alguien que sí pueda mantener el orden.
23:24Alguien más joven, quizás.
23:29Alguien que no esté tan apegada a las viejas costumbres, ni a ciertas personas.
23:35La indirecta era clara.
23:37Su lealtad a Adriana le costaría el puesto que había ocupado durante décadas.
23:41Las amenazas no se detuvieron ahí.
23:45Se extendieron como una plaga.
23:47Amadeo y Eva, los jóvenes sirvientes, fueron reprendidos con una dureza desproporcionada por faltas imaginarias.
23:56Un jarrón ligeramente torcido, una mota de polvo en un mueble.
24:00Cualquier pretexto era bueno para desatar su furia.
24:04El miedo comenzó a apoderarse de los pasillos del servicio.
24:08Los susurros cesaron, las sonrisas desaparecieron.
24:13Todos caminaban de puntillas, con la cabeza gacha, intentando volverse invisibles para no atraer la ira de la señora.
24:21El clima en la casa grande se había vuelto irrespirable.
24:25Esa noche, Matilde no podía dormir.
24:30Daba vueltas en la cama, su mente un torbellino de malos presagios.
24:35Se levantó y fue a la cocina a prepararse una tila.
24:39La gran casa estaba en silencio, pero era un silencio ominoso, como la calma que precede a la tormenta.
24:47Mientras el agua se calentaba, miró por la ventana hacia la oscuridad del valle.
24:52Una sensación de fatalidad la oprimía, una certeza helada de que toda esa tensión,
24:57todo ese odio acumulado, no podía terminar bien.
25:03Recordó las palabras de Victoria, su rostro contraído por el rencor.
25:08Vio la fragilidad de Adriana, a pesar de su fortaleza, y la vida preciosa que llevaba dentro.
25:13Vio el odio ciego de la señora y supo, con la certeza de quien ha visto mucho en la vida,
25:20que Victoria era capaz de cualquier cosa para conseguir lo que quería.
25:23No se detendría ante nada.
25:28Esto va a acabar mal, se susurró a sí misma,
25:31abrazándose para contener un escalofrío que no tenía nada que ver con el frío de la noche.
25:38Esto va a acabar en tragedia.
25:40La palabra resonó en la cocina vacía, un eco profético de lo que estaba por venir.
25:44El presentimiento era tan fuerte, tan vívido, que se le erizó la piel.
25:51No era solo una suposición.
25:53Era una convicción profunda y aterradora de que la guerra de Victoria estaba a punto de cobrarse una víctima.
26:01Y rezó, con todo su ser, para que no fuera la persona que más quería proteger.
26:06El marqués de Linaja, don Hernando,
26:09sentía que el castillo de Naipes que había construido con tanto esmero estaba a punto de derrumbarse.
26:14La repentina frialdad de su hija Bárbara hacia Leonardo lo había asumido en un estado de pánico.
26:23Aquel matrimonio era la piedra angular de su plan para salvar a su familia de la ruina,
26:28y ahora todo pendía de un hilo.
26:32Leonardo, confundido y dolido por el cambio de actitud de su prometida,
26:36no tardó en descubrir la verdad.
26:38En un momento de debilidad, Bárbara le confesó entre lágrimas la inmensa presión a la que su padre la estaba sometiendo,
26:47las amenazas veladas sobre el futuro de su familia si ella no cumplía con su parte.
26:51La revelación encendió una furia justa en el corazón de Leonardo.
26:58Sin pensárselo dos veces, se dirigió a la residencia del marqués,
27:02un hombre al que hasta entonces había respetado.
27:07Lo encontró en su despacho, rodeado de libros de cuentas y mapas de propiedades que ya no le pertenecían.
27:13¿Cómo se ha atrevido?
27:17Espetó Leonardo sin preámbulos, su voz resonando en la estancia.
27:23¿Cómo se ha atrevido a utilizar a su propia hija como una mercancía,
27:27a coaccionarla para que se case conmigo?
27:31Don Hernando, sorprendido por la vehemencia del joven, intentó mantener la compostura.
27:36No sé de qué me hablas, muchacho.
27:40Son los nervios previos a la boda, nada más.
27:43No me tome por idiota.
27:45Exclamó Leonardo, golpeando la mesa con el puño.
27:50Bárbara me lo ha contado todo.
27:52Su chantaje emocional, sus amenazas.
27:55¿Cree que yo podría construir un matrimonio feliz sobre unos cimientos tan podridos?
27:59Amo a su hija, y precisamente por eso no voy a permitir que la obligue a hacer nada en contra de su voluntad.
28:06La confrontación fue brutal.
28:10Leonardo le echó en cara su falta de escrúpulos, su egoísmo y su crueldad.
28:16El marqués, por su parte, se vio despojado de su máscara de nobleza,
28:21revelando al hombre desesperado y acorralado que era en realidad.
28:26Temió que Leonardo, en su indignación, rompiera el compromiso, lo que significaría su ruina definitiva.
28:33La boda tenía que celebrarse.
28:37A cualquier precio, desesperado, buscando un salvavidas en medio de su naufragio,
28:43Hernando encontró un aliado en el lugar más inesperado, el corazón del odio de Valle Salvaje.
28:50Buscó a Victoria, sabía de su animadversión hacia Adriana y su círculo,
28:55y un enemigo de su enemigo podía ser un amigo muy útil.
28:57La encontró paseando por los jardines, su figura oscura recortada contra la belleza de las rosas.
29:07Le expuso su problema, con un cuidado exquisito para no parecer demasiado patético.
29:14Le habló de la boda, de la repentina crisis y del obstáculo que suponía la influencia que Adriana y su círculo parecían tener sobre Leonardo.
29:22Victoria escuchó con una atención depredadora.
29:27Vio la oportunidad inmediatamente.
29:29Ayudar al marqués no solo le proporcionaría un aliado poderoso y con título,
29:33sino que también le daría una nueva arma para herir a sus enemigos.
29:36La felicidad de Leonardo y Bárbara era, indirectamente, parte de la felicidad del bando de Adriana.
29:47Sabotearla sería una pequeña victoria en su guerra particular.
29:51No se preocupe, Marqués, dijo con una sonrisa gélida que no llegó a sus ojos.
29:58Su sobrina, esa advenediza, ha estado metiendo las narices donde no la llaman desde que llegó.
30:03Pero no se interpondrá en esta boda.
30:08Le doy mi palabra.
30:10Hernando la miró con una mezcla de alivio y recelo.
30:15Recordaba demasiado bien cómo había culpado erróneamente a Victoria por la ruptura de su compromiso anterior con María.
30:23Había sido un error de juicio que casi le cuesta caro.
30:26¿Puedo confiar en usted, señora?
30:28Marqués, respondió Victoria, su voz suave como el terciopelo pero afilada como el acero.
30:37Ambos queremos lo mismo, poner a cada uno en su lugar.
30:41Usted quiere asegurar el futuro de su familia y yo quiero restaurar el orden en la mía.
30:48Nuestros intereses, por ahora, están alineados.
30:52Deje que yo me encargue de neutralizar las influencias no deseadas.
30:55El pacto quedó sellado sin necesidad de firmas ni documentos.
31:01Una alianza forjada en la desesperación y el rencor.
31:05Hernando se retiró con una renovada, aunque precaria, sensación de esperanza.
31:11Victoria, por su parte, se quedó en el jardín, sintiendo cómo el poder volvía a sus manos.
31:16Tenía un nuevo frente que abrir, una nueva intriga que tejer.
31:22Y la perspectiva de causar dolor y discordia la llenó de una energía oscura y vigorizante.
31:29La guerra total estaba a punto de estallar.
31:32La tensión, que había estado acumulándose durante todo el día como la presión antes de un terremoto,
31:38finalmente encontró una grieta por la que estallar.
31:40El epicentro, como no podía ser de otra manera, fue el encuentro inevitable entre Adriana y Victoria.
31:51Se cruzaron en el gran distribuidor de la planta superior.
31:54Adriana subía las escaleras con lentitud, una mano en la barandilla y la otra, como siempre, protegiendo su vientre.
32:01Se sentía cansada, agotada por la montaña rusa emocional del día.
32:08La firma, la noticia sobre Rafael, la planificación con Mercedes y Alejo, todo había supuesto un gran desgaste de energía.
32:18Victoria bajaba.
32:19Al ver a Adriana, su paso se detuvo.
32:22Sus ojos se clavaron en ella con una intensidad gélida.
32:25Era la oportunidad que había estado esperando, un enfrentamiento cara a cara, lejos de la mirada protectora del duque.
32:35Vaya, vaya, comenzó Victoria, su voz destilando sarcasmo.
32:40La nueva señora de Valle salvaje.
32:44Debes de estar muy satisfecha contigo misma.
32:47Has conseguido todo lo que querías, ¿verdad?
32:49Adriana respiró hondo, intentando no caer en la provocación.
32:55Victoria, no estoy de humor para tus juegos.
32:59Por favor, déjame pasar.
33:02¿Juegos?
33:03Río Victoria, una risa sin alegría, cortante como un cristal roto.
33:09Esto no es un juego, querida.
33:11Esto es la vida real.
33:12Y en la vida real, las trepadoras como tú acaban cayendo desde muy alto.
33:19Dio un paso hacia abajo, invadiendo el espacio personal de Adriana.
33:23Has engañado al duque con tu falsa dulzura y tu vientre abultado.
33:29Pero a mí no me engañas.
33:31Sé perfectamente lo que eres.
33:33Una oportunista que se ha aprovechado de la muerte de mi sobrino para hacerse con todo.
33:39Cada palabra era un dardo envenenado.
33:41Adriana sintió como la ira empezaba a subir por su garganta, una oleada de calor que luchaba por contener.
33:49No te permito que hables así de Julio, y mucho menos que insinúes algo tan monstruoso.
33:55Yo lo amaba.
33:56Amor.
33:57Se burló Victoria.
33:58Tú no sabes lo que es el amor.
34:00Solo conoces la ambición.
34:03Y ahora no te contentas con las tierras.
34:05Ahora pones a tus secuaces a manejarlas.
34:09A la duquesa de Miramar, nada menos.
34:11¿Qué será lo próximo?
34:13¿Vas a echarme de mi propia casa?
34:14Esta casa no es tuya, Victoria.
34:18Es del duque.
34:19Y pronto, será de su nieto, replicó Adriana, su voz temblando ligeramente por el esfuerzo de mantener la calma.
34:28Un repentino mareo la asaltó, una sensación de que el suelo se balanceaba bajo sus pies.
34:35Se agarró con más fuerza a la barandilla.
34:38Victoria notó su debilidad y, como un depredador que huele la sangre, intensificó su ataque.
34:43Ah, sí, el nieto, el precioso legado, tu billete de lotería.
34:49¿Sabes lo que pienso?
34:50Pienso que todo es una farsa.
34:54Pienso que eres débil, y que el niño que llevas dentro es igual de débil que tú.
34:59Dudo mucho que seas capaz de llevar ese embarazo a término.
35:03La crueldad de la frase golpeó a Adriana con la fuerza de un puñetazo en el estómago.
35:07Una punzada de dolor agudo, mezcla de angustia y de un malestar físico real, la recorrió.
35:18Se llevó la mano al vientre, un pánico helado apoderándose de ella.
35:22¡Cállate!
35:23Susurró, su rostro perdiendo todo el color.
35:26¿Por qué debería callarme?
35:30Continuó Victoria, su voz subiendo de volumen, disfrutando sádicamente del efecto de sus palabras.
35:38Alguien tiene que decir la verdad.
35:40No eres lo suficientemente fuerte para ser la madre del heredero del duque.
35:43Eres un error, un error que nunca debería haber entrado en esta familia.
35:50La discusión había llegado a un punto de no retorno.
35:55Las voces resonaban en el hueco de la escalera,
35:58atrayendo la atención de algunos sirvientes que se asomaron con terror desde los pasillos.
36:04Adriana intentó responder, pero las palabras no le salieron.
36:08El mareo se hizo más intenso.
36:09Puntos negros comenzaron a bailar ante sus ojos.
36:14El mundo se inclinaba, los contornos de Victoria se volvían borrosos.
36:20Sintió un sudor frío en la nuca y un dolor agudo y persistente en el bajo vientre.
36:26Me, me siento mal.
36:28Consiguió articular, su voz apenas un suspiro.
36:32Victoria la miró con desprecio.
36:35¿Otro de tus números teatrales para llamar la atención?
36:38No cuela, Adriana.
36:39Pero no era teatro.
36:43El rostro de Adriana era una máscara de sufrimiento genuino.
36:46Sus ojos se pusieron en blanco y sus dedos perdieron la fuerza para agarrarse a la barandilla.
36:53Con un gemido ahogado, su cuerpo se venció.
36:56Se desplomó hacia atrás, cayendo pesadamente sobre los escalones de mármol.
37:00El golpe seco de su cuerpo contra la piedra resonó en toda la casa, un sonido sordo y terrible que silenció todo lo demás.
37:10Por un instante, nadie se movió.
37:12Por un instante, nadie se movió.
37:14El tiempo pareció congelarse.
37:16Adriana yacía inerte en el suelo, una figura frágil y rota al pie de la gran escalera.
37:21El pánico estalló como una explosión.
37:25Los gritos de los criados rompieron el hechizo.
37:29Pasos apresurados comenzaron a sonar desde todas direcciones.
37:33Matilde fue la primera en llegar, su rostro descompuesto por el horror al ver cumplida su terrible premonición.
37:39Adriana, Dios mío, Adriana, José Luis, atraído por el alboroto, apareció en lo alto de la escalera.
37:51La escena que vio le geló la sangre en las venas.
37:54Vio a Adriana en el suelo, inmóvil.
37:58Vio el terror en los rostros del servicio.
38:00Y vio a Victoria, de pie a mitad de la escalera, paralizada, con una expresión de incredulidad y un miedo primario comenzando a florar en sus ojos.
38:09El duque bajó los escalones de dos en dos, el corazón desbocado por un terror que no sentía desde el día en que le comunicaron la muerte de Julio.
38:21Se arrodilló junto a Adriana, llamándola por su nombre, su voz rota por la angustia.
38:28Adriana, Adriana, respóndeme, que alguien llame a un médico, rápido.
38:33El miedo se apoderó de todos los rincones de la casa grande.
38:36El miedo por la vida de Adriana, y el miedo por la frágil vida que llevaba en su seno.
38:45Y en medio de aquel caos, Victoria permanecía inmóvil.
38:49El eco de sus propias palabras crueles resonaba en su cabeza.
38:52Dudo mucho que seas capaz de llevar ese embarazo a término.
38:57La realidad de lo que había provocado la golpeó con la fuerza de un huracán.
39:01Había ido demasiado lejos.
39:03En su ciego afán por destruir a Adriana, había puesto en riesgo lo único que realmente le importaba a José Luis.
39:13Lo más importante, su nieto, el único legado vivo de Julio.
39:17La máscara de odio se resquebrajó, revelando un pánico puro y absoluto.
39:21Si Adriana perdía a ese niño, si a Adriana le ocurría algo.
39:28La amenaza del duque volvió a su mente, clara y terrible.
39:32No habrá lugar en el mundo donde puedas esconderte de mí.
39:37En ese instante, Victoria comprendió que acababa de firmar, quizás, su propia sentencia.
39:43La guerra que había desatado amenazaba ahora con consumirla a ella misma en sus propias llamas.
39:52Y por primera vez en mucho tiempo, Victoria sintió el sabor amargo y paralizante del verdadero miedo.
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