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Valle Salvaje avance semanal del 20 al 24 de octubre El regreso que impacta a Mercedes EnglishMovie cdrama drama engsub chinesedramaengsub movieshortfull
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00:00Avance semanal de Valle Salvaje. El regreso que impacta a Mercedes, del 20 al 24 de octubre.
00:20Valle Salvaje trae de vuelta a un personaje del pasado esta semana, del 20 al 24 de octubre.
00:26Te contamos más en nuestro avance semanal. El otoño teñía los bosques de Valle Salvaje con pinceladas de ocre y escarlata, pero la belleza del paisaje era un mero espejismo que ocultaba la tormenta que se gestaba en el corazón de sus habitantes.
00:43La paz, esa frágil y anhelada quimera, parecía a punto de hacerse añicos una vez más, arrastrando consigo pactos, lealtades y secretos que se creían enterrados bajo el peso del tiempo.
00:57La semana que comenzaba no sería una más en el calendario. Sería un crisol donde el destino de las familias de Guzmán y Gálvez de Aguirre se forjaría a fuego, amenaza y desesperación.
01:11Lunes. El sabor amargo de la rendición. El salón principal de la casa grande de los de Guzmán se sentía más frío y vasto que nunca.
01:23El aire estaba cargado de una tensión tan densa que casi podía masticarse. José Luis, con su porte de duque y una mirada que ocultaba más de lo que mostraba, mantenía sus ojos fijos en su esposa.
01:40A su lado, Mercedes, con la elegancia serena que la caracterizaba, actuaba como un contrapeso silencioso, una observadora que medía cada gesto, cada respiración.
01:53Ambas miradas convergían en un único punto. Victoria. Victoria se sentía como una leona acorralada.
02:04La propuesta de sellar la paz entre las dos casas, una tregua que en otro tiempo habría rechazado con desdén, ahora pendía sobre su cabeza como la hoja de una guillotina.
02:14Podía sentir la presión de su marido, una fuerza implacable que la empujaba hacia el abismo de la claudicación.
02:26Su orgullo, esa armadura que la había protegido durante años, se estaba resquebrajando.
02:31Victoria, la voz de José Luis era suave, pero con un filo de acero. Mercedes y yo esperamos una respuesta.
02:45El valle entero la espera. Es hora de poner fin a esta guerra sin sentido que solo nos ha traído desgracias.
02:50Ella alzó la barbilla, un gesto de desafío casi instintivo.
02:58¿Guerra sin sentido? No trivialices el dolor, José Luis.
03:03No trivialices la sangre y la traición que nos han marcado.
03:07Sus ojos lanzaron dagas a Mercedes, quien soportó la mirada con una entereza inquebrantable.
03:12Nadie olvida el pasado, Victoria, intervino Mercedes con voz pausada.
03:21Pero no podemos permitir que nos envenene el futuro.
03:26Hay demasiado en juego. Piense en nuestros hijos, en la gente que depende de nosotros.
03:35Esta paz no es una victoria para nadie, sino una necesidad para todos.
03:39Victoria desvió la mirada hacia la ventana, contemplando las tierras que tanto amaba y por las que tanto había luchado.
03:49Sabía que tenían razón. La relación con José Luis era un campo de minas, cada día más inestable.
03:58Una negativa por su parte no sería un acto de fuerza, sino el detonante final que haría saltar por los aires los restos de su matrimonio.
04:05La derrota le quemaba en la garganta, un sabor a ceniza y hiel.
04:12Está bien, susurró, y la palabra sonó extraña, rota, como si no le perteneciera.
04:21Acepto, habrá paz, pero su mirada prometía que la guerra, aunque silenciada, continuaría librándose en la oscuridad de su corazón.
04:29No se rendía. Simplemente, elegía una nueva estrategia.
04:36Mientras tanto, en la casa pequeña, la atmósfera era de una zozobra distinta, más íntima y no menos dolorosa.
04:47Irene, con el alma en vilo, había buscado refugio en la compañía de su amiga Bárbara.
04:52La presión de su padre, don Hernando, se había vuelto un martirio constante, un recordatorio diario de su deber para con el apellido Galvez de Aguirre.
05:03No puedo más, Bárbara, confesó Irene, sentada al borde de la cama mientras su amiga la escuchaba con atención.
05:16Mi padre no cederá. Me ve como una pieza en su tablero, un peón que debe sacrificar para asegurar una alianza con los de Guzmán a través de Leonardo.
05:25Bárbara tomó sus manos con firmeza. Eran manos amigas, cálidas y seguras. Un peón puede convertirse en reina, Irene.
05:38No lo olvides. No eres un objeto. Tienes voz y tienes poder, aunque tu padre se niegue a verlo.
05:44¿Qué poder? Replicó Irene con amargura. Me amenaza con la ruina de nuestra familia, con el deshonor.
05:58Dice que los de Guzmán son poderosos y que aplastarán a cualquiera que se interponga.
06:05Siento su aliento en mi nuca, Bárbara. Me está asfixiando. Sus ojos se llenaron de lágrimas.
06:10Incluso me ha exigido que hable contigo, que te convenza para que te alejes de Leonardo.
06:21Como si tú fueras el obstáculo. Bárbara suspiró. El dolor por Leonardo era una herida siempre abierta.
06:31Leonardo y yo, lo nuestro es complicado. Pero esto no se trata de mí, se trata de ti.
06:36Si vas a aceptar este compromiso, si sientes que no tienes otra salida para proteger a los tuyos, no puedes hacerlo sin condiciones.
06:50No puedes entregar tu vida entera sin luchar por un trozo de ella. Las palabras de Bárbara fueron como un faro en medio de la niebla.
06:57Irene la miró, una nueva determinación naciendo en sus ojos. Tienes razón, no voy a ser su marioneta.
07:09Si quiere una boda, la tendrá, pero bajo mis términos. Le impondré una condición.
07:17Una sola, pero innegociable. La conversación con su amiga le había devuelto la fuerza que creía perdida.
07:23Ya no era solo una hija obediente, era una mujer dispuesta a poner sus propias reglas en el juego macabro de su padre.
07:36En otro rincón del valle, Leonardo, ajeno a la resolución de Irene, buscaba a Bárbara con la desesperación de un hombre que se ahoga.
07:47La encontró cerca de los establos, donde el olor a heno y a caballo parecía el único remanso de paz.
07:53Bárbara, tenemos que irnos, le dijo sin preámbulos, sujetándola suavemente por los brazos.
08:05Su voz era un torbellino de urgencia y anhelo. Ahora mismo, podemos cabalgar toda la noche.
08:13Para cuando se den cuenta de nuestra ausencia, estaremos tan lejos que nunca podrán encontrarnos.
08:18Podemos ser libres, juntos. Bárbara cerró los ojos, deleitándose por un instante en la fantasía de esa huida.
08:28La libertad, una vida con él, pero la realidad era un muro infranqueable.
08:35Leonardo, no podemos, dijo, y cada palabra le desgarraba el alma.
08:40Piensa en Adriana, en su embarazo, no puedes abandonarla ahora, y yo, yo no puedo ser la causa de tanto dolor.
08:49No puedo construir mi felicidad sobre las ruinas de la de mi propia hermana, pero no seremos felices aquí, exclamó él, su voz quebrada.
09:00Este lugar nos está consumiendo. Tu hermana encontrará la forma de seguir adelante.
09:09Y tú y yo merecemos una oportunidad. Quizás la merezcamos, pero no así, replicó ella, apartándose con suavidad.
09:21Huir no es la solución. Solo traería más desgracia. Vete, Leonardo, por favor, no hagas esto más difícil.
09:30Su firmeza era una coraza que ocultaba un corazón roto. Lo vio alejarse, derrotado, y sintió como una parte de ella se marchaba con él.
09:41La desconfianza también sembraba su veneno en otra pareja. Alejo, cuya suspicacia parecía crecer con cada día que pasaba, enfrentó a Luisa.
09:50Su relación con Tomás, el recién llegado lleno de encanto y misterio, era una espina clavada en el orgullo del hijo del duque.
10:01No entiendo tu ceguera, Luisa, le espetó a Alejo, su mandíbula tensa. Intentas justificar lo injustificable.
10:14Ese hombre no es trigo limpio, y tu cercanía con él es una ofensa. Tomás es mi amigo, se defendió Luisa, aunque sus palabras carecían de la convicción de antaño.
10:24Sentía la mirada de Alejo como un juicio. Me escucha, me comprende. Algo que tú has dejado de hacer hace mucho tiempo.
10:37Solo ves fantasmas y traiciones donde no las hay. Fantasmas. Río Alejo sin alegría.
10:46Yo lo llamo instinto, y mi instinto me grita que ese hombre te está utilizando. Abre los ojos de una vez.
10:55Pero ya veo que es inútil. Tu lealtad ya no está conmigo. La brecha entre ellos se había convertido en un abismo.
11:04Cada palabra era una palada de tierra que los enterraba más profundamente en su resentimiento.
11:11La noche cayó sobre el valle, trayendo consigo nuevas preocupaciones. En la casa pequeña, Mercedes y Alejo hacían inventario de las provisiones.
11:24La escasez era alarmante. No sé cómo vamos a pasar el invierno o si esto sigue así, murmuró Alejo, su preocupación por la gente a su cargo pesando sobre sus hombros.
11:33Fue entonces cuando José Luis apareció, un gesto que los dejó a ambos perplejos.
11:42He oído de vuestras dificultades. Dijo, con un tono sorprendentemente conciliador.
11:48Mañana mismo ordenaré que se envíen víveres desde la casa grande. Es parte del nuevo acuerdo.
11:59Nos ayudaremos mutuamente. Mercedes lo miró, buscando la trampa, el doble sentido.
12:04Pero no encontró nada. Solo una aparente sinceridad que la descolocó. Te lo agradecemos, José Luis.
12:17Alejo, sin embargo, no compartió su alivio. Observó a su padre con recelo. Para él, cada movimiento del duque era una pieza en una partida de ajedrez que solo él comprendía.
12:28No confiaba en aquella generosidad repentina. Era un regalo envenenado, estaba seguro.
12:39La desesperación también llamó a la puerta de Mercedes esa noche. Matilde, con el rostro surcado por la angustia, acudió a ella en busca de ayuda para Martín.
12:48Duquesa, por favor, suplicó. Sé que usted tiene influencia. Las decisiones de su hermana, la duquesa Victoria, lo están hundiendo.
12:59Usted debe intervenir. Mercedes sintió una punzada de impotencia. Matilde, lo lamento más de lo que puedas imaginar.
13:13Pero acabo de sellar un pacto. Mis manos están atadas. Intervenir directamente en contra de una decisión de Victoria sería romper mi palabra y desatar de nuevo la guerra.
13:22No puedo hacerlo. Ver la desilusión en los ojos de Matilde fue como un puñal en su conciencia.
13:33La paz tenía un precio, y empezaba a descubrir que era demasiado alto. Mientras la mayoría de los habitantes de Valle Salvaje se preparaban para dormir, dos de ellos se movían en las sombras, impulsados por la ambición.
13:49Tomás había encontrado el momento perfecto para su plan.
13:52El robo de la valiosa talla de madera que se guardaba en la casa grande.
13:59Es ahora o nunca, Luisa, le susurró en la oscuridad, sus ojos brillando con excitación.
14:08Toda la familia estará reunida en la cena, celebrando la estúpida paz que han firmado.
14:16Nadie nos verá. Solo tienes que entrar, coger la talla y salir. Yo te estaré esperando.
14:22Luisa asintió, su corazón latiendo con fuerza contra sus costillas. El miedo y la adrenalina eran una mezcla embriagadora.
14:34Estaba traicionando la confianza de todos, pero sentía que era su única salida, su único acto de rebelión.
14:40Lo que Tomás no podía saber, lo que nadie sospechaba, era que esa noche alguien no ocuparía su asiento en la mesa.
14:51Alguien cuya ausencia cambiaría el curso de los acontecimientos de forma irrevocable.
14:58Con el sigilo de un gato, Luisa se deslizó en la casa grande. La casa estaba en silencio, las voces de la familia llegaban amortiguadas desde el comedor.
15:14Siguió las instrucciones de Tomás, moviéndose por los pasillos que una vez sintió como su hogar y que ahora le parecían un territorio enemigo.
15:21Llegó a la estancia donde se guardaba la figura. Ahí estaba, sobre una pequeña cómoda, iluminada por un rayo de luna que se colaba por la ventana.
15:33Extendió la mano, sus dedos temblorosos rozando la madera pulida. ¿Se te ha perdido algo, Luisa?
15:46La voz, gélida y afilada como el hielo, la paralizó. Se giró lentamente, con el alma encogida.
15:53De pie, en el umbral de la puerta, con los brazos cruzados y una mirada de furia glacial, se encontraba Victoria.
16:06El encuentro lo cambiaba todo. El plan se había hecho añicos, y Luisa supo, con una certeza aterradora, que acababa de caer en la boca del lobo.
16:15Martes. El silencio que grita ausencia. El amanecer del martes llegó con una luz pálida y enfermiza, presagio de la angustia que estaba a punto de desatarse.
16:31Leonardo fue el primero en sentirla. Un desasosiego inexplicable lo había despertado antes del alba.
16:36Se dirigió a la habitación de Bárbara con la esperanza de hablar con ella, de intentar convencerla una vez más.
16:48Pero la habitación estaba vacía. La cama, intacta. El silencio era antinatural, un vacío que gritaba su ausencia.
16:58El pánico comenzó a trepar por su garganta como una hiedra venenosa. La buscó por la casa, por los alrededores,
17:05llamándola en susurros que se perdían en el aire frío de la mañana.
17:11No había ni rastro, ni una nota, ni una pista. Bárbara se había desvanecido. La desesperación amenazó con abrumarlo,
17:19pero un pensamiento lo ancló a la realidad. Adriana.
17:25Horas antes, su esposa había sufrido un vaído. Un susto terrible que había puesto en riesgo su avanzado embarazo.
17:35No podía someterla a más angustia. No podía llegar corriendo y gritar que su hermana había desaparecido.
17:43La noticia podría ser devastadora para ella y para el bebé. Con el corazón hecho un nudo, Leonardo tomó una decisión.
17:50Mantendría a Adriana al margen, al menos por ahora. Compartiría la noticia solo con unos pocos,
17:59con aquellos en quienes confiaba y que podrían ayudarle en la búsqueda sin sembrar el pánico.
18:06La cautela era su única aliada en una carrera contra reloj contra lo desconocido.
18:11Mientras Leonardo luchaba con su creciente terror, Rafael, su hermano, vivía un momento de una naturaleza
18:21completamente distinta.
18:25Llevaba semanas, meses, dándole vueltas a una idea, a un deseo que había echado raíces profundas en su corazón.
18:32Armándose de un valor que no sabía que poseía, se presentó ante su padre, José Luis.
18:43Padre, me gustaría hablar contigo, comenzó, su voz un poco temblorosa. José Luis lo miró con curiosidad.
18:50¿Ocurre algo, hijo? Yo, yo quiero a Adriana, dijo Rafael, las palabras saliendo de golpe.
19:03La quiero de verdad, y me gustaría, con tu permiso, me gustaría formalizar nuestra relación.
19:12Pedirle que sea mi esposa, esperaba resistencia, preguntas, quizás incluso una negativa rotunda.
19:20Lo que no esperaba era la reacción de su padre. José Luis lo observó durante un largo instante,
19:27una expresión indescifrable en su rostro, y luego, una sonrisa genuina, casi olvidada,
19:34se dibujó en sus labios.
19:38Ya era hora, Rafael, dijo, y le puso una mano en el hombro, un gesto de afecto poco común en él.
19:44Adriana es una buena mujer, fuerte, leal, me has hecho muy feliz, tienes mi bendición, por supuesto.
19:58Rafael se quedó sin palabras, descolocado y abrumado por una oleada de felicidad y gratitud.
20:03La inesperada aprobación de su padre le dio un impulso de esperanza,
20:11una luz brillante en un día que, sin él saberlo, se estaba oscureciendo por momentos.
20:19La búsqueda de Bárbara había comenzado.
20:21Leonardo, con el rostro desencajado por la preocupación, recurrió a Alejo.
20:26A pesar de sus diferencias, sabía que podía confiar en su pragmatismo y su conocimiento del terreno.
20:37No está, Alejo, simplemente se ha esfumado, le explicó Leonardo mientras ensillaban los caballos.
20:46He mirado por todas partes, no tiene sentido, la gente no se esfuma, Leonardo, respondió Alejo,
20:54y dijo, práctico como siempre.
20:59¿Discutisteis? ¿Tenía algún motivo para marcharse?
21:02Quería que huyéramos juntos, confesó Leonardo con amargura.
21:08Pero se negó, por Adriana, dijo que no podía, se detuvo, la enormidad de la situación cayendo sobre él.
21:17¿Y si había cambiado de opinión y se había marchado sola?
21:20¿O peor, y si alguien la había obligado a irse?
21:27Peinaron el bosque cercano, gritando su nombre hasta quedarse roncos.
21:31Cada rama partida, cada huella en el barro, era una falsa esperanza que moría al instante.
21:39El tiempo coría, el sol ascendía en el cielo, y la ausencia de Bárbara se hacía cada vez más sólida, más aterradora.
21:47En la casa pequeña, Irene sentía el peso de su silencio como una losa sobre el pecho.
21:58Veía la preocupación en el rostro de Adriana, quien preguntaba por su hermana con una inocencia que le partía el corazón.
22:04No podía seguir mintiéndole, no podía permitir que se enterara por otros.
22:12La encontró en el jardín, cuidando de sus flores.
22:15Adriana, tengo que contarte algo, comenzó, su voz apenas un susurro.
22:23Adriana se giró, su sonrisa desvaneciéndose al ver la angustia en los ojos de su amiga.
22:28¿Qué pasa, Irene? ¿Me estás asustando?
22:35Con lágrimas en los ojos, Irene se lo contó todo.
22:40La presión de su padre, el compromiso forzado con Leonardo, el plan de huida que él le había propuesto a Bárbara y cómo ella lo había rechazado.
22:49La última vez que la vi fue anoche. Estaba destrozada, pero firme en su decisión de quedarse.
23:00Y ahora, ahora no aparece por ningún lado. El impacto de la noticia golpeó a Adriana con la fuerza de un ciclón.
23:10Se llevó una mano al vientre, como si quisiera proteger a su hijo del horror del mundo exterior.
23:15El vaído de la noche anterior ya no parecía una simple indisposición, sino un presagio.
23:26Su hermana no estaba, y en la mente de todos, una pregunta terrible comenzaba a tomar forma.
23:32¿Se había marchado Bárbara por su propia voluntad, vencida por la desesperación?
23:36¿O había algo mucho más siniestro detrás de su desaparición?
23:39El misterio no había hecho más que empezar, y su sombra ya se cernía, larga y amenazante, sobre Valle Salvaje.
23:50Miércoles, la sombra de la sospecha.
23:53El miércoles, la noticia de la desaparición de Bárbara dejó de ser un secreto guardado por unos pocos para convertirse en un rumor
24:00que se extendió como la pólvora por cada rincón del palacio y de las tierras circundantes.
24:05El aire se cargó de cuchicheos, de miradas de preocupación y de un miedo sordo que lo impregnaba todo.
24:17Irene era la viva imagen de la angustia.
24:19Se culpaba por no haber insistido más, por no haberse dado cuenta de la profundidad del sufrimiento de su amiga.
24:25Su rostro pálido y sus ojos enrojecidos no pasaron desapercibidos para Francisco, quien, movido por un afecto sincero, se acercó a ella.
24:36No puedes quedarte aquí consumiéndote por la culpa, Irene, le dijo con suavidad.
24:48Voy a salir a buscarla. Rastrearé el bosque. No me quedaré de brazos cruzados. A su lado, Martín asintió.
24:58Iré contigo, Francisco. Dos pares de ojos ven más que uno. Su decisión de ayudar estaba marcada también por su propia encrucijada.
25:06Las últimas acciones de Victoria lo habían empujado a tomar la drástica determinación de abandonar el valle junto a su amigo.
25:19Las tensiones en la casa grande se habían vuelto insoportables, y aunque su mente estaba llena de sus propios problemas, no podía darle la espalda a la angustia que veía reflejada en todos.
25:29Fue Alejo quien conectó las piezas del rompecabezas de una manera que a nadie más se le había ocurrido.
25:40Se dio cuenta de que había otra ausencia notable en el valle. Desde el incidente del robo frustrado, nadie había vuelto a ver a Tomás.
25:47Había desaparecido sin dejar rastro, como si se lo hubiera tragado la tierra. Y para una mente tan desconfiada como la de Alejo, dos desapariciones simultáneas no podían ser una coincidencia.
26:02La sospecha se instaló en su mente y creció hasta convertirse en una certeza monstruosa.
26:14Tomás, tenía que ser él, el robo de la talla, la desaparición de Bárbara, todo encajaba en un patrón siniestro.
26:21Y si el robo era solo una distracción, y si su verdadero objetivo siempre fue Bárbara, la idea le geló la sangre.
26:33El pensamiento de que ese hombre pudiera haberle hecho daño a la hermana de Adriana, a una mujer inocente, lo consumió con una rabia fría y decidida.
26:41No pudo contenerse, buscó a Luisa, encontrándola sumida en su propia zozobra. La enfrentó sin rodeos, su voz dura como una piedra.
26:55¿Dónde está? Le preguntó directamente. Luisa lo miró, confundida. ¿Quién? No te hagas la tonta, Luisa.
27:03Tu querido Tomás, ha desaparecido, justo al mismo tiempo que Bárbara. ¿No te parece demasiada casualidad?
27:15La acusación flotaba en el aire, venenosa e inequívoca. La reacción de Luisa fue de incredulidad, seguida de una ira feroz.
27:23¿Estás insinuando que él tiene algo que ver? Espetó, sintiéndose traicionada.
27:31¿No te cansas, Alejo? ¿No te cansas de ver el mal en todas partes, de desconfiar de mí, de todo lo que hago?
27:38¿Sigues obsesionado con Tomás? Después de todo lo que ha pasado entre nosotros, ¿todavía crees que yo sería cómplice de algo así?
27:45Yo no he dicho eso, replicó él, aunque su mirada decía lo contrario. Pero tú lo conoces, lo defiendes.
27:57Si sabes algo, tienes que decírmelo. La vida de una persona podría estar en juego.
28:02No sé nada. Gritó ella, las lágrimas de frustración quemándole los ojos. Y aunque supiera algo, ¿por qué te lo diría a ti?
28:14A ti, que me has juzgado y condenado sin ni siquiera escucharme.
28:20Vete, Alejo, déjame en paz. La conversación, lejos de aclarar nada, solo sirvió para dinamitar el último puente que quedaba entre ellos.
28:32Luisa se quedó sola, herida y furiosa, mientras Alejo se marchaba, más convencido que nunca de sus sospechas, pero sin ninguna prueba que la respaldara.
28:46Mientras tanto, Leonardo e Irene compartían un dolor silencioso. Se sentaron juntos en el porche, mirando hacia el bosque, como si con la fuerza de su mirada pudieran hacerla aparecer.
28:56Intentamos encontrar una explicación lógica, murmuraba a Leonardo, más para sí mismo que para ella.
29:09Quizás se fue el pueblo. Quizás necesitaba estar sola y se refugió en alguna cabaña abandonada.
29:14Pero eran solo palabras, intentos desesperados de negar la terrible verdad que se cernía sobre ellos.
29:26Cada minuto que pasaba sin noticias era una tortura, un clavo más en el ataúd de la esperanza.
29:31Irene apoyó la cabeza en su hombro, y por primera vez, no eran dos personas unidas por un compromiso forzado, sino dos almas unidas por la misma desesperación.
29:47En medio de todo ese caos, una relación florecía de manera inesperada. José Luis y Rafael pasaban más tiempo juntos que nunca.
29:55El duque, quizás conmovido por la madurez de su hijo o simplemente buscando un ancla en medio de la tormenta, se mostraba abierto y cercano.
30:09Compartían paseos, conversaciones sobre el futuro de las tierras y hasta una copa al atardecer.
30:14Esa unión, tan nueva y frágil, era un bálsamo para ambos. Este acercamiento, sin embargo, solo acentuaba la gélida distancia que separaba a José Luis de Victoria.
30:32El pacto de paz no había hecho más que poner un muro de cortesía entre ellos. Apenas se hablaban, y cuando lo hacían, sus palabras eran formales y vacías.
30:41El matrimonio, a ojos de todos, parecía más roto que nunca. Victoria se sentía aislada, observando desde lejos cómo su marido fortalecía el lazo con su hijo, un lazo del que ella, deliberadamente, había sido excluida.
31:02La soledad era su nueva y amarga compañera. Jueves, ecos del pasado y sombras en la noche.
31:11El jueves, la angustia por la desaparición de Bárbara seguía siendo la nota dominante en Valle Salvaje, pero la mente de Victoria estaba ocupada por un asunto completamente diferente, uno que la afectaba de manera personal y peligrosa.
31:24Tras el enfrentamiento con Luisa, había ido a su alcoba para asegurarse de que la talla de madera seguía en su sitio.
31:37No estaba. Un sudor frío recorrió su espalda. No se trataba de un simple objeto. Esa figura tenía un valor inmenso, no solo económico, sino simbólico.
31:47Era una pieza que conectaba a su familia con secretos y poderes que nadie más conocía.
31:58Su desaparición no era un simple robo, era un ataque directo, una afrenta que podía tener consecuencias catastróficas.
32:05El temor se apoderó de ella, pero rápidamente fue reemplazado por una furia helada.
32:16No iba a permitir que nadie la humillara de esa manera en su propia casa.
32:20Llamó a Isabel, su doncella de confianza, con una urgencia que no admitía réplica.
32:25La talla ha desaparecido, le anunció con voz cortante. Quiero que interrogues a todo el servicio.
32:36A todos, de arriba a abajo. Quiero saber quién ha entrado en mis aposentos.
32:40Alguien ha cometido un robo, y juro por mi apellido que lo encontraré y lo pagará muy caro.
32:45Victoria ponía en marcha su investigación interna, ignorando que había alguien que no necesitaba interrogar a nadie para saber la verdad.
32:58Atanasio, el hombre de las sombras, el eterno oportunista, había estado observando.
33:07Había visto a Tomás merodeando, había notado la extraña complicidad entre él y Luisa.
33:12Para él, las piezas encajaban a la perfección. Estaba convencido de que ellos dos estaban detrás de todo, del robo y quizás, solo quizás, de algo más.
33:28Una sonrisa ladina se dibujó en su rostro. Esta información era poder en estado puro, una llave que podría abrirle muchas puertas.
33:35No iba a quedarse de brazos cruzados, esperaría el momento perfecto para hacer su jugada.
33:47La presión sobre Mercedes, por otro lado, venía de un frente muy distinto.
33:52Don Hernando Gálvez de Aguirre, impaciente y agresivo, se presentó en la casa pequeña para exigirle explicaciones.
33:59¿Duquesa? Tronó, su voz retumbando en la modesta estancia.
34:07¿Qué es esta demora? La boda entre mi hijo y su protegida debería estar ya en marcha.
34:12Lo anuncié públicamente, ¿pretende dejarme en ridículo?
34:18Mercedes lo enfrentó con su habitual dignidad, aunque por dentro sentía el peso de la intimidación.
34:23Don Hernando, le ruego un poco de paciencia, dadas las circunstancias, la desaparición de Bárbara.
34:36No creo que sea el momento más adecuado para hablar de celebraciones, las circunstancias me tienen sin cuidado.
34:43Replicó él, golpeando la mesa con el puño.
34:45Mi hijo ya me humilló una vez ante todo Valle Salvaje. No consentiré que un nuevo escándalo manche el nombre de los Gálvez de Aguirre.
34:58La boda se celebrará, y se celebrará pronto. ¿Le ha quedado claro? Sus amenazas eran claras y directas.
35:07Mercedes comprendió que se enfrentaba a un hombre que no se detendría ante nada para conseguir sus objetivos.
35:12La jornada fue un torbellino de tensión y malas noticias.
35:18Cuando la noche finalmente extendió su manto oscuro sobre el valle, Mercedes se sentía agotada, como si llevara el peso del mundo sobre sus hombros.
35:30La amenaza de Don Hernando, la preocupación por Bárbara, la frágil paz con los de Guzmán.
35:36Todo era demasiado. Se retiró a sus aposentos buscando un instante de calma, un respiro en medio de la tempestad.
35:49Estaba sentada en la penumbra, con la única compañía de una lámpara de aceite que proyectaba sombras danzantes en las paredes, cuando un sonido la sobresaltó.
35:58Eran unos golpes en la puerta, suaves, pero insistentes. ¿Quién podría ser a esas horas?
36:09Con el corazón encogido por un mal presentimiento, se levantó y caminó lentamente hacia la entrada.
36:15Descorrió el pesado cerrojo y abrió la puerta apenas una rendija. Afuera, la noche era cerrada y una brisa fría se coló en la habitación, haciendo titilar la llama de la lámpara.
36:31Una figura estaba allí, de pie en el umbral, envuelta en la oscuridad. Al principio, no pudo distinguir sus rasgos.
36:39Era alguien alto, cubierto por una capa de viaje, con el rostro oculto por las sombras del sombrero.
36:50¿Quién es usted? Preguntó Mercedes, su voz temblando ligeramente. La figura dio un paso adelante, entrando en el círculo de luz temblorosa de la lámpara.
37:00Se quitó el sombrero lentamente, y cuando la luz iluminó su rostro, a Mercedes se le geló la sangre en las venas.
37:13El aire se escapó de sus pulmones en un jadeo ahogado. Sus ojos se abrieron de par en par, fijos en aquel rostro que creía perdido en el abismo del pasado, un rostro que jamás pensó que volvería a ver.
37:24Era una aparición imposible, un fantasma hecho de carne y hueso, un regreso que no solo la impactaba, sino que amenazaba con derrumbar los cimientos mismos de Valle Salvaje.
37:41Un nombre, solo un nombre, escapó de sus labios en un susurro cargado de incredulidad, de shock y de un terror primigenio.
37:49Un nombre que lo cambiaba todo.
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