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Valle Salvaje Capítulo 277 Adriana se desmaya ante la furia de Victoria AVANCE vallesalvaje EnglishMovie cdrama drama engsub chinesedramaengsub movieshortfull
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00:00Esa mujer te está manipulando a su antojo, Adriana.
00:03Parecías lista, pero no te enteras de la misa a la media.
00:06Es que no puede dejar de escupir veneno por la boca.
00:11El capítulo 277 de Valle Salvaje culmina en una sinfonía de emociones desbordadas,
00:21donde la culpa, el orgullo y el amor se entrelazan en un destino inevitable.
00:26Atanasio, Matilde y Martín representan la dignidad de los humildes frente a la crueldad del poder.
00:34Mientras tanto, don Hernando y Victoria, cegados por la soberbia, ven desmoronarse los muros de sus dominios.
00:43Leonardo rompe sus cadenas y declara su independencia, sellando el final de una era de manipulación.
00:50José Luis, entre la razón y el dolor, debe enfrentar la ruina moral de su esposa.
00:56Mientras Rafael y Adriana encarnan la esperanza de un futuro más noble,
01:02pero la sombra de Victoria sigue latente, desplazada pero no vencida,
01:08observando desde la oscuridad con el corazón destrozado y una llama aún viva,
01:14en Valle Salvaje la calma nunca dura.
01:17Los secretos siguen creciendo como las raíces bajo la tierra, esperando el momento de resurgir.
01:25El amor lucha por sobrevivir, el odio por prevalecer y, entre ambos, cada alma paga el precio de sus decisiones.
01:34La noche cayó sobre Valle Salvaje con un silencio que dolía.
01:41En la casa grande solo se oía el crujir del fuego en la chimenea y los pasos medidos de Mercedes subiendo las escaleras para verificar el estado de Adriana.
01:51La joven dormía, pálida, mientras Rafael permanecía a su lado sin soltarle la mano.
01:58José Luis se había encerrado en su despacho, tratando de mantener la compostura,
02:04pero en el fondo sabía que algo dentro de él se había roto definitivamente.
02:09En el corredor, Victoria vagaba sin rumbo.
02:13Sus ojos estaban hinchados de tanto llorar.
02:17Su respiración era irregular.
02:20Ya no quedaba rastro de la altiva duquesa.
02:23Solo una mujer deshecha, consumida por su propio veneno, pasó frente al retrato de Gaspar y se detuvo.
02:31Las sombras de la vela proyectaban su rostro sobre el lienzo.
02:35Todo lo hice por ti, susurró, tocando el marco con los dedos temblorosos.
02:43Quería proteger lo que era nuestro y he perdido a todos.
02:47El eco de sus palabras se perdió en el pasillo.
02:52Desde el salón, Isabela observaba con tristeza.
02:55Se debatió entre consolarla o dejarla sola con su culpa.
03:00Finalmente decidió acercarse.
03:03Señora, dijo con cautela.
03:06¿Debería descansar?
03:08Victoria se volvió hacia ella.
03:10Los ojos rojos.
03:11¿Cómo se descansa cuando uno ya no tiene hogar ni amor?
03:15Preguntó con voz apagada.
03:17Todavía pueden mendar las cosas, respondió Isabel.
03:22Tal vez si hablara con el duque.
03:24El duque interrumpió ella con una risa amarga.
03:28Para él estoy muerta.
03:30En ese momento, José Luis apareció al final del pasillo.
03:35Su rostro estaba endurecido.
03:38La mirada fija en ella.
03:40Victoria intentó acercarse, pero él levantó una mano, deteniéndola.
03:45No digas nada, le advirtió con voz grave.
03:50No tengo fuerzas para escucharte.
03:53José Luis, por favor, imploró ella.
03:56No me apartes así.
03:57He cometido errores, pero lo hice todo por amor.
04:01Él la observó largo rato, sin responder.
04:05Luego, con un suspiro, pronunció las palabras que la condenaron.
04:11El amor no destruye.
04:13Victoria no envenena, no humilla.
04:17Lo que tú sentías no era amor, era posesión.
04:21Y por eso, para mí, también estás muerta.
04:24Victoria retrocedió, sintiendo que el suelo desaparecía bajo sus pies.
04:31Quiso decir algo, pero la voz se le quebró.
04:35José Luis se marchó sin mirar atrás, dejando tras de sí el sonido lento y pesado de sus pasos.
04:42Cuando las puertas del despacho se cerraron, Victoria cayó de rodillas, sollozando.
04:49Isabel se inclinó para ayudarla, pero la duquesa la apartó con un gesto.
04:55Dea me susurro.
04:57Ya no tengo a nadie.
04:59En la habitación contigua, Rafael seguía velando a Adriana.
05:04La joven se agitó y abrió los ojos lentamente.
05:08¿Dónde está tu madre?
05:10Preguntó con voz débil.
05:12Rafael acarició su cabello con ternura.
05:15No pienses en ella ahora.
05:18Todo estará bien.
05:20Y el bebé susurró.
05:23El médico dijo que está a salvo, respondió, con alivio contenido.
05:28Pero debes cuidarte.
05:30No quiero volver a verte sufrir así.
05:34Adrián esbozó una leve sonrisa.
05:37Prometo intentarlo.
05:38Mercedes, al ver la escena, sintió que el aire volvía a sus pulmones.
05:43Por primera vez en mucho tiempo, el amor parecía más fuerte que la tragedia.
05:49Abajo, Victoria se levantó lentamente.
05:53Caminó hasta el gran ventanal que daba al jardín y miró la luna reflejarse en la fuente.
05:59Por un instante, su rostro se suavizó, casi humano.
06:04Para usted estoy muerta, repitió en voz baja, recordando las palabras de José Luis.
06:12Pero aún me queda el orgullo.
06:15Y el orgullo no muere.
06:17Sus ojos se llenaron de lágrimas.
06:21Afuera, el viento sopló entre los cipreses, llevando consigo la promesa de nuevas tormentas.
06:29En Valle Salvaje, nada terminaba realmente.
06:32Solo cambiaba de forma.
06:34El día comenzaba tranquilo en el valle.
06:37Con el aire fresco que precede a las tormentas,
06:40Atanasio, como de costumbre, había salido temprano a recorrer los pasillos del palacio,
06:47observando cada rincón con el ojo atento de quien ha vivido demasiado
06:51y conoce los gestos del engaño.
06:54Desde hacía días, había notado algo extraño.
06:58Tomás, el joven de sonrisa ladina,
07:01merodeaba con demasiada frecuencia cerca de las habitaciones de la duquesa y de la gobernanta.
07:07No era un mozo más.
07:08Y Atanasio lo sabía.
07:11En el patio, lo encontró Matilde, llevando un cesto de ropa limpia.
07:17Buenos días, don Atanasio saludó con su habitual amabilidad.
07:21Buenos, no sé si sean, hija, respondió él con voz grave.
07:26He visto a ese Tomás deambular por lugares donde no tiene que estar.
07:32No me fío de él ni un poco.
07:35Matilde frunció el ceño.
07:37Tomás, sí, a veces parece raro, pero Luisa lo conoce.
07:43¿Dice que es un buen muchacho?
07:45Atanasio negó con la cabeza.
07:48Los buenos muchachos no se esconden tras las puertas
07:51ni miran a los demás como quien mide su oportunidad.
07:56Algo turbio hay ahí, te lo aseguro.
07:58La joven se quedó pensativa, sabía que Atanasio no solía equivocarse en sus juicios.
08:06Aún así, no quería juzgar sin pruebas.
08:09Le hablaré a Luisa.
08:12Quizás necesite ayuda, dijo al fin, intentando calmar su inquietud.
08:17Hazlo, le aconsejó el anciano.
08:20Pero con cuidado.
08:22Si ese muchacho está tramando algo, más vale descubrirlo antes de que nos arrastre a todos en su lío.
08:30Más tarde, Matilde encontró a Luisa en los corredores del servicio.
08:34La muchacha lucía agotada, con los ojos enrojecidos.
08:40Luisa la llamó.
08:42¿Podemos hablar un momento?
08:44Luisa sonrió debilmente.
08:47Claro, Matilde.
08:49¿Qué ocurre?
08:51Es sobre Tomás.
08:53Atanasio cree que anda metido en algo peligroso.
08:57Y Matilde dudó un instante.
09:00Quiero que sepas que puedes confiar en mí.
09:02Si ese hombre te está causando problemas, no lo cargues sola.
09:08Luisa bajó la mirada.
09:10Sentía un nudo en la garganta.
09:13Había prometido no decir nada.
09:15Pero el peso de los secretos la estaba ahogando.
09:19No te preocupes, dijo con voz temblorosa.
09:23No pasa nada.
09:25Solo son malentendidos.
09:28Matilde la observó con ternura y preocupación.
09:31Te conozco, Luisa.
09:34No sabes mentir.
09:37Luisa se apartó, conteniendo las lágrimas.
09:41Por favor, no insistas.
09:43Si hablo, podría empeorarlo todo.
09:47La joven se marchó deprisa, dejando a Matilde con un mal presentimiento.
09:52Desde la ventana, Atanasio observaba la escena.
09:56Su intuición se confirmó.
09:59Aquel silencio escondía algo grave.
10:02Dios nos ampare, murmuró para sí.
10:07En esta casa, los secretos son veneno.
10:10Esa noche, mientras el viento aullaba entre los árboles, Tomás volvió a merodear por los pasillos, creyendo que nadie lo veía.
10:18Pero los ojos de Atanasio, desde la penumbra, lo siguieron en silencio.
10:24Y en su mente resonó una frase que no olvidaría.
10:29El mal siempre se disfraza de oportunidad.
10:32La mañana siguiente, el palacio amaneció tenso.
10:37Desde temprano, los criados comentaban en voz baja que Martín, el hermano de Matilde, había sido visto de nuevo cerca de los aposentos de la duquesa.
10:48Todos sabían que aquel atrevimiento tendría consecuencias.
10:52Victoria no era mujer que tolerara desafíos.
10:55¿Y menos de un sirviente?
10:57En la cocina, Matilde lavaba platos con las manos temblorosas.
11:03Francisco intentaba tranquilizarla, pero su mirada la traicionaba.
11:08También tenía miedo.
11:10No debió hacerlo, susurró Matilde.
11:14Se lo advertí, Francisco.
11:17Victoria no perdona.
11:19Martín solo dijo la verdad, respondió el joven.
11:23¿Alguien tenía que hacerlo?
11:25Matilde negó con la cabeza, desesperada.
11:29La verdad, aquí no sirve de nada.
11:33Solo importa quien la diga.
11:35A esa misma hora, en el gran salón, Martín esperaba a Victoria.
11:41Había sido citado por la propia duquesa.
11:44Y aunque su corazón latía con fuerza, su mirada se mantenía firme.
11:50Cuando ella entró, lo hizo como una tormenta.
11:53Su vestido negro ondeaba tras ella como un estandarte de poder.
11:56Así que tú eres el muchacho que cree tener algo que decirme, dijo con voz gélida.
12:03Martín la enfrentó con calma.
12:06No creo, excelencia.
12:09Lo sé.
12:10He venido a pedir justicia, no solo por mí, sino por todos los que usted humilla cada día.
12:17Victoria soltó una carcajada seca.
12:19Justicia, justicia, un mozo de establo pidiendo justicia a su señora.
12:25¡Qué gracioso!
12:27No se trata de títulos ni de clases, replicó él.
12:31Se trata de respeto.
12:34Nos trata como si fuéramos animales, pero somos personas.
12:38La sonrisa de Victoria se borró, dio un paso hacia él.
12:44Su voz bajó a un tono venenoso.
12:47Tienes la lengua demasiado suelta para alguien de tu condición.
12:51La suelto porque ya no puedo seguir callando, dijo Martín.
12:55Con el corazón latiendo a mil.
12:58Usted me puede castigar, puede echarme, pero no podrá borrar la verdad.
13:03Victoria alzó la mano, furiosa, pero antes de golpearlo, se contuvo.
13:10En cambio, se giró hacia Isabel, la gobernanta, que había entrado discretamente.
13:17Sáquelo de mi vista, ordenó.
13:20Pero antes, asegúrate de que entienda bien las consecuencias de su insolencia.
13:25Isabel lo tomó del brazo, intentando evitar un escándalo mayor.
13:29Por favor, Martín, vete antes de que sea peor, susurró.
13:35Pero él se soltó con un gesto brusco.
13:38No tengo nada más que decir, respondió con dignidad.
13:42Al salir, sus ojos se cruzaron con los de Matilde, que lo esperaba en el corredor.
13:48Ella corrió hacia él, angustiada.
13:51¿Qué has hecho?
13:52Lo que debía hacer, contestó él.
13:55¿No podías seguir viviendo con miedo?
13:57Matilde lloró en silencio.
14:00Victoria se vengará.
14:03Lo sabes, ¿verdad?
14:05Martín asintió.
14:08Sí.
14:09Pero al menos, ¿sabrá que no todos bajamos la cabeza?
14:14Horas más tarde, la noticia de su enfrentamiento corrió como pólvora.
14:19Atanasio, al enterarse, murmuró.
14:22El muchacho ha desafiado al demonio.
14:26¿Y no se equivocaba?
14:28Esa misma noche, en sus aposentos, Victoria trazaba su plan.
14:34Frente al espejo, su reflejo parecía otro ser.
14:38Los ojos fríos, la sonrisa delgada.
14:40Mañana, dijo para sí.
14:43¿Ese insolente aprenderá lo que cuesta desafiarme?
14:47Y no solo él, toda su familia pagará su osadía.
14:52El amanecer llegó con un aire denso, cargado de presagios.
14:56En las cocinas, el silencio era absoluto.
15:00Ni el golpeteo de las ollas, ni las risas habituales de los sirvientes se oían.
15:06Todos esperaban la llegada de Victoria, sabiendo que nada bueno traería consigo.
15:12Matilde permanecía junto a Francisco y su tío Atanasio,
15:17con las manos entrelazadas y el rostro pálido.
15:20Hoy vendrá por nosotros, susurró Matilde, con la voz quebrada.
15:27Lo sé.
15:29No solo por Martín, sino por todo lo que dijimos.
15:33Atanasio asintió con gravedad.
15:36La duquesa es como una víbora.
15:39Cuando la hieren, muerde con veneno.
15:42No tardaron en escuchar los pasos de Victoria resonar por el corredor de piedra.
15:48Su figura apareció en la entrada.
15:50Envuelta en un vestido oscuro que aumentaba la sensación de amenaza,
15:55Isabel la acompañaba, intentando mantener la calma,
15:59aunque en su rostro se leía el temor.
16:02Victoria recorrió la estancia con la mirada.
16:07Saboreando el miedo que provocaba,
16:09qué curioso dijo al fin, con una sonrisa helada.
16:13Aquí están todos, justo donde esperaba encontrarlos.
16:17Nadie se atrevió a responder.
16:21Francisco inclinó la cabeza.
16:23Matilde mantuvo la mirada fija en el suelo.
16:27He tomado una decisión, continuó ella.
16:30Martín abandonará el palacio hoy mismo.
16:33Si no lo hace por su cuenta, me encargaré personalmente
16:37de que lo echen a patadas.
16:40Matilde alzó la vista, horrorizada.
16:44Excelencia, por favor, no puede hacer eso.
16:48Mi hermano no ha hecho nada malo.
16:51Victoria se giró hacia ella con un brillo cruel en los ojos.
16:55Nada malo, ha desafiado mi autoridad.
16:59¿Ha puesto en entredicho mi palabra?
17:01Eso, querida, en esta casa se paga caro.
17:05Atanasio dio un paso adelante.
17:08Señora, permítame hablar.
17:11Martín es un buen muchacho.
17:14No merece ese castigo.
17:16Silencio, gritó Victoria, golpeando el suelo con su bastón.
17:20No quiero discursos de campesinos.
17:25Si tanto lo defienden, pueden acompañarlo.
17:28Las palabras fueron como un golpe seco.
17:32Eva, que había entrado en ese momento,
17:34dejó caer la cesta que llevaba.
17:37¿Cómo dice, señora?
17:39Lo que han oído, respondió la duquesa con frialdad.
17:43Si en esta casa no saben guardar su sitio,
17:46mejor que se vayan todos juntos.
17:48El aire se volvió irrespirable.
17:52Matilde se llevó una mano al pecho.
17:55Nos está echando a todos.
17:58Les doy hasta el anochecer, añadió Victoria.
18:02Si para entonces Martín no ha abandonado la hacienda,
18:07haré que los guardias lo saquen uno por uno.
18:11Se giró y comenzó a caminar hacia la salida,
18:14pero antes de cruzar la puerta se detuvo.
18:16Ah, y una cosa más, dijo sin mirar atrás.
18:20Si alguien se atreve a interceder por ellos ante el duque,
18:24lo lamentará.
18:26Cuando se fue, el silencio fue absoluto.
18:30Solo se escuchaba el temblor de las cucharas sobre la mesa.
18:34Matilde rompió a llorar.
18:36Abrazada por Eva,
18:38Francisco golpeó la pared con rabia contenida.
18:41No puede salirse siempre con la suya, dijo entre dientes.
18:46Algún día pagará por todo esto.
18:49Atanasio, mirando hacia el patio donde el sol apenas despuntaba, murmuró.
18:55Sí, hijo.
18:57Pero ese día aún está lejos.
18:59Y nosotros debemos sobrevivir hasta entonces.
19:02Esa tarde, Martín regresó del establo.
19:07Cuando Matilde le contó la decisión de la duquesa,
19:10él apretó los dientes, pero no dijo una palabra.
19:14Solo miró hacia la casa grande, con los ojos encendidos.
19:17Si ella quiere guerra, dijo al fin, la tendrá.
19:23En la mansión del Marqués de Guzmán,
19:25el aire olía a vino y resentimiento.
19:28Don Hernando se encontraba en su estudio,
19:32revisando unos documentos que usaba como excusa
19:34para no enfrentar el vacío de su conciencia.
19:38Desde la noche anterior, no había podido dormir.
19:41La conversación con Victoria había despertado en él viejas frustraciones.
19:49Necesitaba mantener el control sobre su hijo Leonardo,
19:52sobre Irene y, por supuesto, sobre Bárbara,
19:56la mujer que seguía obsesionándolo incluso después de haberla destruido.
20:01La puerta se abrió sin previo aviso
20:04y Victoria apareció con su habitual porte altivo.
20:08Marqués dijo con voz seca,
20:10—¿Ha pedido verme?
20:12—Sí, respondió él, dejando los papeles sobre la mesa.
20:17—Tenemos un problema.
20:19Ella arqueó una ceja.
20:21—Si se trata de Bárbara,
20:23créame que no será mi problema por mucho tiempo.
20:27Hernando soltó una breve risa sin humor.
20:30—Ah, no, señora.
20:33Bárbara es el problema de todos.
20:35—Mientras ella respire,
20:38Leonardo no desistirá de su amor por ella.
20:41Y si eso ocurre,
20:42todo mi plan con Irene se irá al infierno.
20:46Victoria se cruzó de brazos.
20:49—¿Y qué espera que haga?
20:51¿Que la encierre en una torre?
20:53—Espero que la vigile, dijo él con tono de orden.
20:57—¿Usted tiene acceso a los movimientos del valle?
21:00—Si esa mujer intenta acercarse a mi hijo,
21:04me lo hará saber de inmediato.
21:06La duquesa lo miró con fastidio.
21:09—No olvide que yo no soy su sirvienta.
21:12—Y no olvide usted, replicó Hernando,
21:16con voz peligrosa que aún le debo favores.
21:19Si me falla,
21:21puedo recordarle a José Luis
21:22quién fue la verdadera culpable
21:24de la llegada de la asesina de su hijo.
21:26Por un momento, Victoria palideció.
21:31Aquel secreto era su punto débil
21:33y el marqués lo sabía.
21:36—Está bien, se dio.
21:38—Haré lo que me pide.
21:40Pero recuerde, marqués,
21:42no soy su aliada,
21:43solo su sombra.
21:45Él sonrió.
21:47—Las sombras son útiles
21:48cuando se trata de ocultar la verdad.
21:52Mientras tanto,
21:53en la casa pequeña,
21:54Irene y Leonardo conversaban
21:56ella,
21:58aún conmovida por la conversación con Bárbara,
22:01intentaba encontrar las palabras adecuadas.
22:04—Leonardo,
22:05hay algo que debes saber.
22:08—Ya lo sé,
22:09interrumpió él con serenidad forzada.
22:12—Bárbara te pidió que te casaras conmigo.
22:15Irene asintió,
22:17bajando la mirada.
22:19Dijo que así podría olvidarte,
22:21que necesitaba liberarse.
22:24—Leonardo apretó los puños.
22:26—Eso no tiene sentido.
22:29Bárbara no renuncia por cobardía.
22:32—¿Alguien la obligó?
22:33—¿Quién crees que fue?
22:35—preguntó Irene,
22:37sabiendo bien la respuesta.
22:39—Mi padre, dijo él.
22:41—Su voz cargada de furia.
22:43—Solo él es capaz de algo tan ruin.
22:45—Sin perder tiempo,
22:48Leonardo montó en su caballo
22:50y cabalgó hacia la mansión de su padre.
22:53El viento le azotaba el rostro,
22:56pero su mente ardía en ira.
22:59Cuando llegó,
23:00no pidió permiso para entrar.
23:03Encontró a Hernando aún en el estudio.
23:06Padre dijo,
23:07cerrando la puerta con fuerza,
23:09tenemos que hablar.
23:11El marqués lo observó con calma calculada.
23:14—¿Acaso vienes a agradecerme
23:16por librarte de una pérdida de tiempo?
23:19Leonardo dio un paso adelante,
23:22los ojos encendidos.
23:24—Vengo a decirle que es usted
23:25un ser despreciable,
23:28un sádico
23:29que se alimenta del sufrimiento ajeno.
23:32—¡Mída tus palabros!
23:34—¡Gritu el Morkish!
23:36—¡Levantándose!
23:37—Hace tiempo que dejé de ser el niño
23:39al que podía manipular,
23:41respondió Leonardo
23:42con voz temblorosa pero firme.
23:45—Ya no tiene poder sobre mí.
23:48—Deje de llamarme hijo.
23:50—¿Para usted estoy muerto?
23:52—Las palabras quedaron flotando
23:54en el aire como un disparo.
23:56Hernando lo miró,
23:58incapaz de reaccionar.
24:00Leonardo salió sin mirar atrás,
24:03mientras su padre,
24:04petrificado,
24:05comprendía que acababa de perder algo
24:07que ni todo su poder podría recuperar.
24:09El eco de las palabras de Leonardo
24:12aún resonaba en la mente
24:14de don Hernando.
24:15—Para usted estoy muerto.
24:18—¿Jamás había escuchado
24:20algo tan devastador
24:21de su propio hijo?
24:23Pasó la noche bebiendo en soledad,
24:26con el orgullo herido
24:27y el corazón lleno de un odio
24:29que ni él mismo comprendía.
24:31Cuando el amanecer tiñó
24:33los ventanales del despacho,
24:35comprendió que había cruzado
24:36un punto de no retorno.
24:38Leonardo se había convertido
24:40en su enemigo.
24:42Mientras tanto,
24:43en la casa del duque,
24:44el ambiente no era menos tenso.
24:47José Luis,
24:48aún con la satisfacción
24:50de haber firmado
24:51el acuerdo de tierras con Adriana,
24:53notaba que Victoria lo observaba
24:54con un desprecio silencioso.
24:57El duque prefería
24:59no darle importancia,
25:00pero Rafael lo percibía todo.
25:03Padre le dijo,
25:04debería dejarla descansar un poco.
25:07Sabe que cuando la provoca,
25:09ella solo busca herirlo.
25:11José Luis soltó un suspiro.
25:14—Ya no me importa, hijo.
25:16He dedicado media vida
25:18a tratar de comprender a Victoria
25:20y solo he conseguido perder la paz.
25:23Rafael sonrió con tristeza.
25:27Tal vez,
25:27la paz nunca estuvo en ella.
25:30En ese momento,
25:32Adriana entró con una bandeja
25:33de documentos,
25:35llevaba el cabello recogido
25:37y los ojos cansados,
25:39pero su sonrisa era serena.
25:42—Buenos días,
25:43saludó.
25:45—He revisado el acuerdo
25:46con Mercedes
25:47y creo que todo está en orden.
25:49—¿Has trabajado duro, hija?
25:54—Estoy orgulloso.
25:57Victoria, que acababa de entrar en el salón,
26:01soltó una carcajada fría.
26:04—¿Orgulloso?
26:05—Por favor, José Luis,
26:07esa mujer no sabe nada de administración,
26:11está jugando a ser duquesa
26:12y tú, como un tonto.
26:15—¿Se lo permites?
26:17Rafael se levantó bruscamente.
26:20—Madre, por favor,
26:22no me digas madre,
26:24le cortó ella.
26:26—Eres igual que tu padre,
26:28siempre creyendo que la compasión
26:30es una virtud.
26:31José Luis se giró hacia ella,
26:34con la paciencia al límite.
26:35—Victoria, esto se acabó.
26:40No pienso permitir más humillaciones en mi casa.
26:44Adriana tiene mi confianza,
26:46y eso debería bastar.
26:48—¿Tu confianza?
26:50—repitió ella con desdén.
26:52—¿Y qué sabes tú de confiar?
26:55—¿Traicionaste a todos los que alguna vez te amaron?
26:58La voz de Victoria se quebró,
27:01pero no por arrepentimiento.
27:02Era rencor de una mujer que se negaba a aceptar
27:06que ya no tenía poder sobre los demás.
27:09Adriana intentó intervenir,
27:11pero el duque levantó la mano.
27:13—No digas nada, hija.
27:15—No mereces tus palabras.
27:18Victoria rió con amargura.
27:21—¿Hija?
27:22¿Ya la llamas hija?
27:24—Qué rápido olvidas, José Luis.
27:27Rafael dio un paso adelante.
27:30—Madre, váyase.
27:32—No quiero verla así.
27:34Ella lo miró con los ojos húmedos de furia.
27:38—Tú también me darás la espalda, ¿verdad?
27:41—Como todos.
27:42José Luis golpeó la mesa con el bastón.
27:46—Victoria, basta.
27:48El estruendo hizo que todos guardaran silencio.
27:53Por un momento,
27:54la duquesa pareció encogerse.
27:56Luego, sin decir palabra,
27:59se marchó, dejando tras de sí un aire helado.
28:04Rafael se acercó a su padre.
28:06—¿Está bien?
28:08—No respondió el duque,
28:10cansado.
28:11—Pero al menos sé que he hecho lo correcto.
28:13Adriana, que había permanecido callada,
28:17los miró con preocupación.
28:19En su vientre, el bebé se movió con un leve sobresalto.
28:24Rafael lo notó y le tomó la mano.
28:27—No te preocupes, susurro.
28:31Pronto todo estará bien.
28:33Pero en los ojos de Adriana había un presentimiento oscuro.
28:37Sabía que Victoria no se quedaría de brazos cruzados.
28:42Y tenía razón.
28:44En los corredores del palacio,
28:46la duquesa yaurdía su próxima jugada,
28:49con la mirada perdida y el alma llena de resentimiento.
28:52—Si José Luis quiere paz, pensó,
28:55se la quitaré gota a gota.
28:58Las horas siguientes transcurrieron bajo un silencio tenso en la casa grande.
29:03José Luis había ordenado que nadie molestara a Victoria,
29:06pero todos sabían que aquello solo significaba una cosa.
29:11La duquesa estaba preparando su venganza.
29:15En el comedor, Rafael repasaba junto a su padre
29:18los últimos detalles del acuerdo de tierras.
29:21Mientras Adriana se encargaba de revisar los documentos finales,
29:26la atmósfera, sin embargo, se sentía frágil,
29:30como si una chispa pudiera romper la paz recién alcanzada.
29:35Mercedes, que acababa de llegar desde la hacienda Salcedo,
29:39entró con su elegancia habitual.
29:41—Todo parece en orden —dijo con voz suave.
29:45Adriana ha hecho un trabajo impecable.
29:47El valle por fin respira tranquilidad.
29:52José Luis se sintió —oliviado.
29:55Era hora de que algo saliera bien en esta casa,
29:59pero la calma no duró mucho.
30:02Las puertas del salón se abrieron con violencia,
30:06y Victoria irrumpió como una tempestad.
30:08Llevaba el rostro enrojecido y el abanico cerrado en la mano,
30:13como si fuera un arma.
30:15—Tranquilidad —dijo con un tono cargado de ironía.
30:19—¿Así llaman ustedes a esto?
30:22José Luis se levantó, fastidiado.
30:25—Victoria, te ruego que no empieces otra vez.
30:30—¿Otra vez? —replicó ella, avanzando hacia la mesa.
30:34—¿Sabes lo que has hecho, José Luis?
30:37—¿Has entregado el nombre de nuestra familia a los Salcedo?
30:40—¿Has puesto a tu hijo a trabajar para esa mujer?
30:44Rafael se interpuso.
30:47—Pasta, madre.
30:49—No es lugar ni momento.
30:51Ella lo señaló con el abanico.
30:54—Cállate, Rafael.
30:55No me hables de respeto cuando permites que una advenediza
30:59gobierne lo que pertenece a los Guzmán de toda la vida.
31:04Adriana, que había permanecido en silencio, dio un paso adelante.
31:10—No pretendo gobernar nada, señora.
31:13Solo intento mantener la armonía que tanto nos ha costado conseguir.
31:19Victoria la miró con desprecio.
31:21—Armonía.
31:23Lo único que traes a esta casa es desgracia.
31:26Desde que llegaste, todo se ha torcido.
31:30El duque me humilla.
31:31Mis hijos me desprecian.
31:33Y ahora incluso me dejan al margen de las decisiones.
31:37José Luis golpeó la mesa con fuerza.
31:41—Porque ya no confío en ti, Victoria.
31:44Gritó.
31:45—¿Has convertido esta casa en un campo de batalla?
31:48La duquesa lo miró con los ojos desorbitados.
31:52—¿Y te atreves a decirme eso delante de todos?
31:56Después de todo lo que hice por ti.
31:59Rafael intentó calmarla, pero ella lo empujó con un gesto violento.
32:05—No, mi toques.
32:07Mercedes, firme, se acercó un paso.
32:10—Victoria.
32:11Por el bien de todos, detente.
32:13Pero la duquesa no la escuchó.
32:17Su rabia era ciega.
32:19—¿Tú también, Mercedes?
32:21Siempre fingiendo virtud, mientras te entrometes en lo que no te incumbe.
32:26Adriana, visiblemente afectada, intentó hablar, pero un dolor repentino en su vientre la hizo tambalearse.
32:34Rafael la sujetó justo a tiempo.
32:37—Odriana.
32:38—exclamó.
32:39—¿Qué te pasa?
32:42—Ella respiraba con dificultad.
32:44—No, no lo sé.
32:47Victoria, aún furiosa, no comprendió la gravedad de la situación.
32:52—¿Qué finges ahora?
32:54¿Quieres llamar la atención también con tus desmayos?
32:57José Luis la miró con horror.
33:00Victoria, basta.
33:02Pero ya era tarde.
33:04Adriana palideció por completo y se desplomó en los brazos de Rafael.
33:10El salón estalló en gritos.
33:12Mercedes llamó a Isabel y pidió agua.
33:16Mientras José Luis se arrodillaba junto a su nuera,
33:19—Adriana, hija, háblame, dijo con voz temblorosa.
33:23Rafael la sostuvo contra su pecho, desesperado.
33:29—Padre, el bebé.
33:32Victoria retrocedió un paso, sin poder apartar la vista de la escena.
33:37Por primera vez, su rostro perdió la dureza habitual.
33:41Su abanico cayó al suelo.
33:43Nadie la miró, pero todos sabían lo mismo.
33:47Aquella explosión de odio había cruzado un límite.
33:50El caos reinaba en la casa grande.
33:54José Luis había mandado llamar al médico,
33:57y Rafael no se separaba del lado de Adriana,
34:00que yacía inconsciente sobre el diván.
34:03Mercedes intentaba coordinar a los sirvientes,
34:07dándoles órdenes claras,
34:09mientras la tensión en el ambiente era tan densa
34:11que apenas se podía respirar.
34:14—¡Rápido, traigan paños fríos y agua! —gritó Mercedes,
34:19tratando de mantener la calma.
34:21Isabel entró corriendo.
34:25Seguida por una doncella con una jarra y toallas,
34:28José Luis se inclinó junto a Adriana,
34:31tomándole la mano.
34:32—¡Por favor, Guillar, existe!
34:34—¡No puedes dejarnos ahora! —susurró,
34:37con una angustia que hacía temblar su voz.
34:41Rafael alzó la mirada, furioso, con los ojos encendidos de lágrimas.
34:46En el otro extremo del salón, Victoria permanecía inmóvil,
34:52paralizada por lo que acababa de ocurrir.
34:55Era como si el tiempo se hubiera detenido para ella.
34:58Mercedes la observó con dureza.
35:00—Estás satisfecha, Victoria —dijo con voz gilidad—,
35:04has conseguido lo que querías.
35:07La duquesa la miró con los ojos vacíos.
35:11—Yo no quise —balbuceó.
35:14Retrocediendo un paso, Rafael se levantó de golpe.
35:19—No te atrevas a decir que no lo quisiste —gritó, acercándose a ella.
35:25Tus palabras la han destrozado.
35:28Tu veneno nos ha traído esta desgracia.
35:31Victoria retrocedió, con las manos temblando.
35:35Yo solo, solo hablaba.
35:38—¡Cállate! —la interrumpió José Luis,
35:41con un rugido de furia que resonó por toda la estancia.
35:45Nadie lo había escuchado así jamás.
35:48Has cruzado una línea de la que no podrás volver.
35:52—No solo has perdido mi respeto, Victoria, sino también mi perdón.
35:58Las lágrimas comenzaron a brotar de los ojos de la duquesa.
36:02Intentó acercarse a Rafael, pero él la partó con un gesto.
36:07—Aléjate de nosotros.
36:09—No eres digna de llamarte madre ni esposa.
36:13Victoria titubeó, buscando apoyo en las paredes,
36:17como si el suelo se le hundiera bajo los pies.
36:19—Rafael, yo no quería...
36:23El sonido de cascos anunció la llegada del médico.
36:28Mercedes lo condujo hasta el diván.
36:31—Doctor, por favor, ayúdela —dijo con urgencia.
36:35El hombre se arrodilló junto a Adriana y comenzó a examinarla con cuidado.
36:41Todos aguardaron en un silencio desesperado.
36:44Tras unos minutos eternos, el médico levantó la vista.
36:49El pulso es débil, pero el niño parece resistir.
36:54Sin embargo, necesita reposo absoluto.
36:58Cualquier emoción fuerte podría ponerle en peligro.
37:01José Luis asintió, apretando la mandíbula.
37:05—Hagan lo que sea necesario.
37:08—No escatime en nada.
37:09El médico se marchó con Isabel para preparar los remedios
37:13y el salón quedó en una calma tensa.
37:17Mercedes colocó una manta sobre Adriana,
37:20mientras Rafael, exhausto, se arrodilló a su lado.
37:24—Te prometo que saldrás de esta.
37:27Mi amor susurró, besándole la frente.
37:30José Luis se giró hacia Victoria,
37:33que aún temblaba junto a la pared.
37:35Su mirada, normalmente serena,
37:38era ahora un fuego de condena.
37:41—No solo pusiste en peligro la vida de mi nieto,
37:44dijo lentamente,
37:46sino que también destruiste lo poco que quedaba de esta familia.
37:51Victoria abrió la boca para responder,
37:54pero él levantó una mano, cortándola.
37:57—¿No digas nada?
37:59—De ahora en adelante, no quiero verte.
38:02No eres bienvenida en mi presencia.
38:05La duquesa quedó petrificada, sin aliento.
38:10José Luis salió del salón sin mirarla,
38:13y Rafael, tras asegurar que Adriana respiraba con calma,
38:17hizo lo mismo.
38:19Solo Mercedes se quedó, observándola.
38:22—Ahora sabes lo que es perderlo todo,
38:25dijo con amargura.
38:26—No por los demás, sino por ti misma.
38:30Cuando Mercedes se fue, Victoria cayó de rodillas,
38:34sola en el silencio.
38:37Sus lágrimas cayeron sobre el mármol frío.
38:40Por primera vez, comprendió que su orgullo había cobrado su precio.
38:44El amor de todos.
38:46El amor de todos.
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