A pesar de las objeciones de su esposa, Basil contrata a su empresa habitual de incompetentes (O'Reilly's) para realizar algunos trabajos de carpintería en el vestíbulo del hotel. Como tanto Basil como Sybil están fuera durante la tarde, dejan a Polly a cargo. Ella decide echarse una siesta, dejando al encargado Manuel, que no domina el inglés. Cuando Basil regresa, se encuentra con una pared sólida donde antes estaban las puertas del comedor y sigue sin haber puerta a la cocina, tal y como había solicitado en su pedido. Sybil adopta una actitud de «te lo dije» e insiste en que contrate a un constructor cualificado para arreglar el desastre, pero Basil decide volver a llamar a O'Reilly para que corrija el error, pero este también lo estropea todo.
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