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  • hace 6 meses
Transcripción
00:00Dejamos al pueblo en las estepas de Moab, siendo aleccionado por Moisés antes de su muerte y previo
00:12a la entrada a la tierra que Dios prometió a Abraham. Moisés no vio la tierra prometida,
00:19ahora el pueblo de Dios necesita un guía, un líder que valerosamente los conduzca hasta la
00:25tierra que emana leche y miel, una tierra que además se encuentra fuertemente amurallada y
00:31ocupada por un pueblo que no está dispuesto a ceder lo que considera suyo. Es aquí donde comienza la
00:38historia de Josué, quien asume el mando una vez que Moisés ha muerto. Según nos narra el libro de
00:46Josué, la conquista de la tierra prometida fue una acción militar encabezada por Yahvé. ¿Qué podrían
00:53nacer los pueblos ante un pueblo poderoso guiado por la fe, encabezado por un hombre excepcional y
01:00comandado por el mismo Dios? Ante la conquista de Canaán y las pocas posibilidades que el pueblo
01:07mismo consideraba tener para alcanzar la victoria, Dios no los deja solos ante tan gigantesca empresa.
01:15No sólo luchaba con ellos sino que les entregaba uno por uno pueblos enteros con sus respectivas
01:22posesiones. El pueblo de Dios empieza su caminar hacia la prosperidad.
01:30Comandados por Josué y por mandato de Dios, el pueblo se prepara para cruzar el río Jordán y partir
01:37para tomar posesión de la tierra prometida. El pueblo obediente promete cumplir al pie de la letra
01:44todo lo ordenado por Josué tal y como lo hicieron con Moisés. Josué manda explorar las tierras de
01:51Jericó para conocer de aquellos primeros a quienes el Señor entregaría en sus manos y poder emprender
01:58así su marcha. No emprendieron camino sin antes hacerse guiar por el arca que iba en todo momento
02:04al frente del pueblo. Cuando los sacerdotes que llevaban el arca de la alianza llegaron a la orilla
02:11del río Jordán, éste dejó de fluir y entonces todo el pueblo pudo cruzar sobre un camino seco. Cuando
02:21todos los hombres fueron circuncidados para honrar el pacto hecho con Dios y dejar sobre su propia
02:28carne el signo evidente y distintivo de su pertenencia a Yahvé. Ante el conocimiento de la
02:36proximidad del pueblo israelita, el rey de Jericó aseguró las puertas de la ciudad de manera que nadie
02:43podía entrar o salir. Sin él siquiera sospecharlo, el Señor Dios ya había entregado esta ciudad en
02:51manos de su pueblo. Éste no tendría que luchar a las puertas de Jericó, bastaba conseguir las
02:57instrucciones que Dios daría por medio de Josué. A la conquista de esta ciudad le siguió otra victoria,
03:05la conquista sobre el ejército de Ai, donde Josué comete el error de no hacerse guiar por Dios. Cuando
03:11algunas personas astutas de Gabaón llegaron con engaños hacia él y falto de sabiduría hace una
03:19alianza de paz con este pueblo sin consultar a Dios y al verse limitado por su tratado no puede
03:25conquistar al pueblo de Gabaón. La consecuencia de esta acción fue que en los pueblos vecinos se supo
03:31la noticia y otros reyes se preparaban para combatir al pueblo de Dios. Dado que el autor sagrado hace un
03:39esquema en función de su enseñanza, no podemos ignorar que la toma de Jericó es llevada a cabo
03:46por una procesión litúrgica y la toma de Ai es fruto del reconocimiento del pueblo de los pecados e
03:54infidelidades que ha cometido. Por eso el gran vencedor es Yahvé, el Señor de los ejércitos.
04:02A continuación un acontecimiento muy importante y digno de ser recordado por siempre sucede.
04:10Josué se dispone a enfrentar al rey de Jerusalén quien había hecho alianza con otros pueblos para
04:16derrotar a los israelitas. Josué acompañado de todo su ejército se dirigió a Gilgal a enfrentar a los
04:24cinco reyes samonitas confiando en la palabra de Yahvé quien le dijo, no les tengas miedo porque yo voy
04:31a entregártelos y ninguno de ellos va a poder hacerte frente. Leamos este pasaje.
04:39Josué salió de Gilgal y avanzando por la noche atacó por sorpresa a los amorreos. El Señor hizo que
04:48ellos se asustaran mucho ante los israelitas y así Josué mató a muchísimos en Gabaón. Después los
04:56persiguió por el camino de Bet-Oron y siguió matando amorreos hasta Aseca y Maceda. Al bajar los amorreos
05:04la cuesta de Bet-Oron mientras huían de los israelitas, el Señor soltó sobre ellos grandes
05:11piedras de granizo que mataron más amorreos que las espadas de los israelitas. Cuando el Señor
05:17entregó a los amorreos en manos de los israelitas, Josué le habló al Señor delante del pueblo y
05:23dijo, párate sol en Gabaón, párate luna en el valle de Ajalón. Y el sol y la luna se detuvieron hasta que
05:34el pueblo se vengó del enemigo. Esto es lo que dice el libro del justo. El sol se detuvo en medio del cielo
05:43y por casi un día entero no se puso. Ni antes ni después ha habido otro día como aquel en que el
05:52Señor escuchó la voz de un hombre, pues el Señor peleaba a favor de Israel. Y resaltamos, ni antes ni
06:02después ha habido otro día como aquel en que el Señor escuchó la voz de un hombre. Más allá del hecho
06:10sobrenatural que narra este pasaje, lo que se recalca y debemos observar, es la razón de lo
06:16memorable de este día. Un hombre pide a Dios algo que es naturalmente imposible y Dios no sólo lo
06:25escucha sino que además atiende a esta loca petición y entonces el sol se detiene. El hecho de que el sol
06:33se detenga durante 24 horas es secundario. Lo asombroso, lo grandioso de este día es que Dios
06:41por única vez en toda la historia había atendido al pie de la letra a la petición de un hombre. El
06:48Señor mismo había intervenido de la manera más asombrosa posible para que los ejércitos de Israel
06:55comandados por Josué tuvieran el tiempo necesario para someter por completo sus enemigos. Ese Dios del que
07:03habla este pasaje es el mismo de hoy y de siempre. El que cuando uno de sus fieles servidores se encuentra
07:09sometido a una dura batalla, no duda en luchar de la manera que haga falta y por los medios que sean
07:16necesarios, por más imposible que parezca. Josué lo sabía, Dios es fiel a sus promesas y es el
07:24todopoderoso. Él actuaba conforme a su fe y al mandato que le fue dado. Sé fuerte y valiente.
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