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#ValleSalvajeVictoria #Dámaso #amenaza
Victoria y Dámaso: la amenaza que incendia Valle Salvaje

Cuando Dámaso intenta someter a Victoria con una frase heladora —“vas a vivir con miedo de perderlo todo”— no imagina que ella responderá declarando la guerra… y revelando ante José Luis el intento de beso que lo cambia todo. Mientras Pepa se sacrifica y se declara culpable para salvar a Luisa, el capitán y Adriana, junto a Atanasio, destapan un entramado de fraudes que apunta directo a Dámaso y arrastra a Mercedes al borde del abismo. Un ...
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#ValleSalvajeVictoria, #Dámaso, #amenaza, #incendia, #ValleSalvaje
Transcripción
00:00Victoria y Damaso. La amenaza que incendia Valle salvaje. Cuando Damaso intenta someter a Victoria
00:16con una frase heladora. Vas a vivir con miedo de perderlo todo, no imagina que ella responderá
00:23declarando la guerra. Y revelando ante José Luis el intento de beso que lo cambia todo.
00:30Mientras Pepa se sacrifica y se declara culpable para salvar a Luisa, el capitán y Adriana, junto
00:37a Tanasio, destapan un entramado de fraudes que apunta directo a Damaso y arrastra a Mercedes al
00:43borde del abismo. Una reunión explosiva en la Casa Grande, confesiones inesperadas, traiciones que se
00:52rompen en público, la caída en esposas del hombre que sembró el terror, y un valle que, por primera
00:58vez, se atreve a elegir la verdad por encima del miedo. ¿Podrá Valle salvaje renacer después de
01:07la tormenta? La noche cayó sobre Valle salvaje con un peso distinto, más espeso, casi irrespirable.
01:16El viento que solía correr libre entre los árboles se había detenido, como si también él hubiera
01:22escuchado la amenaza de Damaso y prefiriera no moverse, no provocar, no tentar a la desgracia.
01:30En la Casa Grande, las luces seguían encendidas a horas en las que antes solo quedaban velas
01:36olvidadas.
01:36Nadie dormía del todo, nadie confiaba del todo, y en medio de aquel silencio tenso, Victoria caminaba
01:46de un lado a otro por su dormitorio, incapaz de encontrar un rincón en el que su propio
01:50miedo no la alcanzara.
01:55Las palabras de Damaso le taladraban la cabeza.
01:57Vas a vivir con miedo de perderlo todo.
02:01Cada día, cada hora, cada minuto.
02:05No era solo una amenaza, era una condena psicológica.
02:09Él no había necesitado alzar la voz para hacer temblar los cimientos de la duquesa.
02:16Le había bastado con mirarla como se mira a una presa marcada.
02:21Se detuvo frente al espejo.
02:22Su reflejo mostraba una mujer que no reconocía del todo.
02:29Los ojos cansados, el gesto tenso, los hombros caídos.
02:36Victoria de Valle Salvaje, la duquesa que nunca había permitido que nadie la viera flaquear,
02:41estaba hecha de grietas esa noche.
02:46No, murmuró, apretando la mandíbula.
02:49No voy a vivir con miedo.
02:51No por él.
02:52Sabía que, si dejaba que el miedo echara raíces,
02:55Damaso ya habría ganado sin necesidad de mover un solo papel más.
03:02Tenía que adelantarse.
03:03Tenía que jugar su propia carta.
03:05Y, por primera vez en mucho tiempo,
03:08decidió recurrir a la única persona capaz de enfrentar a Damaso de igual a igual.
03:12José Luis.
03:13Lo encontró en su despacho, rodeado de documentos, informes del mayordomo y cuentas atrasadas que se acumulaban como sombras.
03:23Cuando ella entró, él alzó la vista con un gesto agotado, pero al ver su expresión se puso de pie de inmediato.
03:33Victoria, ¿qué ha pasado?
03:38Ella cerró la puerta con cuidado, como si al otro lado hubiese oídos pegados a la madera.
03:44Tengo que contarte algo, respondió, con la voz más firme de lo que sentía.
03:52Y no quiero que me interrumpas hasta el final.
03:54José Luis frunció el ceño, pero asintió.
04:00Sabía que cuando ella usaba ese tono no se trataba de un capricho.
04:06Damaso intentó besarme.
04:08Soltó sin rodeos.
04:10El silencio que siguió fue denso.
04:12El duque parpadeó, incrédulo,
04:15como si las palabras no encajaran en ninguna de las imágenes que tenía de su viejo aliado.
04:22¿Qué?
04:22La voz le salió ronca.
04:23Cuando, el mismo día que vino con sus advertencias veladas.
04:31Estábamos solos.
04:32Me habló como si Valle Salvaje fuera ya suyo,
04:35como si tú no supieras manejar nada.
04:37Victoria apretó las manos.
04:41Y cuando le dejé claro que jamás me pondría de su lado,
04:45que prefiero ver arder esta tierra antes que verla en sus manos,
04:48se acercó y...
04:50Lo hizo.
04:50Intentó besarme.
04:54Lo aparté de un empujón.
04:56José Luis sintió como algo se encendía dentro de él,
05:00una mezcla brutal de celos, humillación y rabia.
05:03El hombre al que había tratado como a un igual,
05:08al que había permitido demasiada cercanía, había cruzado una línea que no admitía matices.
05:14¿Por qué no me lo dijiste antes?
05:19Exigió, dando un paso hacia ella.
05:21Porque no quería que tu orgullo se interpusiera en lo que teníamos que hacer.
05:25Replicó ella, sosteniéndole la mirada.
05:28Pero ahora ha ido demasiado lejos, José Luis, se ha aliado con Mercedes, ha usado a Pepa,
05:37ha puesto a Luisa en la picota, y ha amenazado con destruirlo todo.
05:40Si no actúas, lo hará él, y no se detendrá.
05:47La mención de Mercedes le atravesó como una astilla.
05:52La conocía demasiado bien, conocía sus miedos, sus resentimientos y su capacidad para elegir el bando que creyera más seguro.
06:00—¿Qué quieres que haga, Victoria? —preguntó, aún con la rabia vibrando en sus palabras.
06:11—Que lo expulse, que lo enfrente públicamente, que lo acuse de algo que él negará.
06:20—Quiero que veas lo que realmente es —susurró ella, dando un paso hacia él— y que, por primera vez, dejes de dudar de mí y dudes de él.
06:30Sus miradas se encontraron en medio de aquel abismo de sospechas acumuladas, de decisiones malentendidas, de silencios que habían hecho más daño que las palabras.
06:44José Luis respiró hondo, quiso decir algo duro, hiriente, pero lo único que le salió fue.
06:49—No voy a permitir que nadie te humil, ni a ti ni a Valle salvaje.
06:57Victoria supo entonces que, aunque el camino fuese difícil, había dado el primer paso correcto.
07:02La guerra ya no era solo suya, los dos estaban en ella.
07:10Mientras tanto, en un pequeño cuarto frío y desnudo, Peppa se abrazaba a sí misma para conservar un poco de calor.
07:20No era la temperatura lo que la hacía tiritar, sino el peso de la culpa y el miedo.
07:24Había confesado el robo de la talla sin dudar un segundo, solo para salvar a Luisa.
07:36Aún así, la mirada del capitán cuando la había escuchado le había perforado el alma.
07:40La puerta se abrió y la figura del capitán apareció recortada contra el pasillo iluminado.
07:52—¡Pepa! —dijo, con voz grave—, quiero volver a escuchar tu versión, sin omitir nada.
08:01Ella alzó el rostro, tenía ojeras profundas, pero en sus ojos seguía brillando la obstinación de quien ha decidido cargar con una cruz que no le corresponde.
08:10—Ya se lo dije, mi capitán. Yo robé la talla, nadie más. Y yo ya te dije que no te creo—, replicó él, cruzando los brazos.
08:24—No eres una ladrona, y no eres una mentirosa tan buena como crees. Hay alguien detrás de esto.
08:32Peppa tragó saliva, sus dedos se apretaron en el delantal.
08:36—Hay cosas que es mejor no decir—, murmuró.
08:40—Cosas que solo traerían más desgracia. Yo solo quiero que mi hermana salga libre de esto.
08:50—¿Y a ti quién te saca libre, Peppa? —preguntó el capitán con dureza—, porque ahora mismo eres tú la que está entre rejas.
08:56—Y, si no hablas, lo único que lograrás es que el verdadero culpable brinde con vino mientras tú pierdes la vida que te queda.
09:06Sus palabras se clavaron como pequeñas agujas. Durante un instante, Peppa pensó en Damaso, en la manera en que la había presionado, en las amenazas veladas que habían caído sobre Luisa, en las promesas envenenadas.
09:22—Tú confiesa y yo me encargo del resto. Si no lo haces, a tu hermana la destruirán.
09:32—El capitán se inclinó hacia ella. Damaso está moviendo demasiados hilos, y tú lo sabes.
09:39—No me mires como si no supieras de qué hablo. Si quieres salvar a Luisa, vas a tener que ayudarme a desenmascararlo.
09:48—Es la única forma. Peppa cerró los ojos. Por un segundo, casi dejó escapar el nombre prohibido.
09:59Pero la imagen de su hermana, sola, asustada, la frenó.
10:04—No puedo. Susurró. No todavía.
10:09El capitán apretó la mandíbula, frustrado, pero no insistió. Solo dijo, muy bien.
10:18—Pero acuérdate de esto, Peppa. Cuando todo estalle, será tu silencio el que decida a quién cae y quién sigue de pie.
10:26—Y se marchó, dejándola a solas con sus pensamientos. En otra parte de la finca, Adriana caminaba junto a Atanasio por el sendero que conducía a los antiguos almacenes.
10:39Él llevaba en la mano una linterna, ella, un manojo de papeles que había conseguido revisar a escondidas.
10:48—La noche olía a tierra húmeda y a verdad a punto de salir a la luz. Si mis sospechas son ciertas, dijo Atanasio, con el ceño fruncido. La talla nunca fue el objetivo real.
11:02—Fue una cortina de humo. ¿Para cubrir qué? —preguntó Adriana. —¿Dinero? —respondió él sin dudar.
11:15—Huecos en las cuentas, donaciones que nunca llegaron a la iglesia, pagos duplicados. Damaso siempre se ha movido con soltura entre escrituras, deudas y favores.
11:25—Si consiguió arrastrar a Mercedes a su lado, no fue solo por resentimiento. Le ha prometido seguridad.
11:37Y el precio de esa seguridad somos todos los demás. Se detuvieron frente a un baúl viejo, medio oculto tras unos sacos.
11:45Atanasio se agachó. Forzó la cerradura con una habilidad que no parecía propia de un viejo capataz y encontró un libro de contabilidad envuelto en tela.
11:57—¡Aquí está! —murmuró, pasando las páginas. —Mira. Donación anónima, ajuste de inventario, compensación por reparaciones.
12:14Palabras bonitas para disfrazar un robo. Adriana leyó por encima, y sus ojos se agrandaron al reconocer firmas, fechas y cantidades.
12:22—Aquí está el registro del día en que desapareció la talla. Señaló, y esta cifra, es muchísimo más de lo que vale una pieza religiosa.
12:36—Exacto. Asintió Atanasio. No robó una talla, robó una historia. La talla solo era la coartada para mover el dinero sin levantar sospechas.
12:45—Adriana pensó de inmediato en Luisa, en Pepa, en Alejo. Si demostramos que Damaso ha manipulado las cuentas y que Pepa fue usada como tapadera, podremos salvarlas. Dijo.
12:59—Podremos intentarlo. Corrigió Atanasio. Pero necesitaremos algo más. Necesitamos a alguien que se atreva a hablar. Alguien que él no espere que se vuelva en su contra.
13:13—La imagen de Mercedes cruzó por la mente de Adriana como un relámpago. La orgullosa, la herida, la que había aceptado la alianza con Damaso, pero también la que muchas noches miraba el valle con nostalgia de lo que pudo ser y nunca fue.
13:30—En la casa de Mercedes, el aire estaba cargado de tabaco y de decisiones que olían a traición.
13:41Damaso bebía despacio, con la seguridad de quien cree tener las cartas marcadas.
13:46—No te arrepentirás, Mercedes —decía, con su voz grave.
13:53—Los duques han jugado con tu lealtad demasiados años. Ahora les toca pagar la cuenta.
14:00—Y tú estarás a mi lado cuando todo eso se derrumbe. Mercedes sostenía la copa sin beber.
14:09Sus sospechas sobre José Luis y Victoria se habían alimentado durante años, gota a gota, hasta convertirse en un mar oscuro.
14:19La promesa de Damaso de devolverle lo que le correspondía, había sido el anzuelo perfecto.
14:24—Pero su mirada no estaba tan segura como su palabra. ¿Y si se defienden? —preguntó.
14:33—José Luis no es un hombre que se deje vencer fácilmente. Por eso no dejaremos huecos —respondió Damaso, sacando un pliego de papeles.
14:44—Aquí tienes, escrituras, deudas, informes del capitán, todo preparado.
14:53Cuando acusemos a los duques de encubrir el robo de la talla y de haber permitido sacrilegio en sus tierras, el pueblo entero se pondrá de nuestra parte.
15:01—Y cuando el escándalo estalle, los bancos nos ofrecerán comprar parte de las tierras para rescatar la finca.
15:13—¿Y quién estará detrás de esa compra? —sonrió, satisfecho.
15:18—Nosotros. Mercedes tomó los documentos.
15:20—Entre ellos reconoció la firma de Bernardo, el hombre al que había amado y odiado a partes iguales.
15:33—Pero había algo raro. Se fijó más. Y su corazón dio un vuelco. Esta firma. Susurró.
15:39—No es su letra. Damaso ni siquiera pestañeó. Los muertos no van a protestar, Mercedes.
15:50—Y los vivos. Los vivos están demasiado ocupados defendiendo su honor como para fijarse en los detalles.
16:01El frío que recorrió la espalda de ella no tenía que ver con la temperatura. Por un instante, vio con claridad algo que se había negado a aceptar. No era una aliada. Era una ficha útil.
16:12—Y los que se convierten en fichas se convierten también en desechos cuando la partida lo exige.
16:23—Quiero garantías —dijo, tratando de mantener la voz firme. Quiero saber que mi familia no quedará marcada por esto.
16:31—Tu familia ya lo está. —replicó Damaso, acercándose. —Pero yo puedo hacer que esa marca signifique poder y no vergüenza.
16:44—No te olvides de por qué empezaste todo esto, Mercedes. Ella apretó los labios. No respondió.
16:51—Pero, en silencio, una grieta nueva se abrió en su decisión. Adriana encontró a Alejo en el patio de la casa pequeña, sentado en el borde del pozo, con los codos apoyados en las rodillas y la mirada perdida.
17:07—Era el mismo muchacho que había reído prometiendo mundos a Luisa, pero ahora parecía diez años mayor.
17:19—Alejo —lo llamó, con suavidad. Él no se giró. Si vienes a decirme que tenga esperanza, llegas tarde —respondió.
17:27—Luisa hizo sus elecciones. Yo ya no soy parte de ellas. Adriana se acercó y se sentó a su lado.
17:40—Lo que Luisa hizo fue sacrificarlo todo por protegerte —dijo— y por proteger a otros.
17:48Alejo alzó la vista, irritado. ¿Protegerme de qué? ¿De la verdad? ¿De Tomás? Ya sabemos lo que pasó.
17:57Ella robó la talla. Ella mintió. Ella... No. Lo interrumpió Adriana, con una firmeza que lo obligó a callar.
18:09—No sabes lo que pasó. Sabes lo que te han dejado creer. Le habló entonces de la investigación de Atanasio, de los libros de contabilidad, de las inconsistencias, del nombre de Damaso que flotaba como una sombra detrás de cada cifra.
18:23No le contó todos los detalles, pero le dijo lo suficiente para que él entendiera que Luisa no era la villana de esa historia.
18:32—Ella cargó con la culpa porque alguien la puso contra la espada y la pared —concluyó.
18:44Y ese alguien no fue Tomás. Tomás quiso confesar. Y no llegó a hacerlo a tiempo. En los ojos de Alejo apareció algo entre el dolor y la furia.
18:53—¿Estás diciéndome que todo esto? Sus dedos se crisparon. ¿Que toda esta distancia entre nosotros es fruto de un plan de Damaso?
19:03—Te estoy diciendo que, si no luchas por la verdad, habrás hecho exactamente lo que él quería —respondió Adriana.
19:17—Renunciar a Luisa. Renunciar a ti mismo. Alejo se puso de pie de golpe. La noche ya no le pareció tan silenciosa.
19:24—¿Qué quieres que haga? Que vengas mañana a la casa grande —dijo Adriana. Que estés allí cuando salga todo a la luz.
19:37—Que mires a Luisa a los ojos y decidas con la verdad delante, no con la mentira de otro.
19:45Alejo respiró hondo, como si estuviera a punto de lanzarse a un río helado. Estaré allí, aseguro.
19:54Y si descubro que él la usó, no pienso quedarme de brazos cruzados. La mañana siguiente, Valle Salvaje amaneció con un cielo extrañamente claro, como si el día se negara a reflejar la tormenta que se avecinaba.
20:11En el salón principal de la casa grande, se preparaba una reunión que nadie había convocado oficialmente, pero que todos sabían que iba a producirse.
20:19El capitán había sido llamado, para esclarecer la situación del robo de la talla.
20:30El sacerdote del pueblo había sido invitado, para valorar el daño espiritual del sacrilegio.
20:35Los trabajadores, curiosos y nerviosos, se apiñaban en los pasillos.
20:43Mercedes llegó con el rostro tenso, junto a Damaso, que avanzaba con paso seguro, disfrutando de cada mirada que se posaba en él.
20:51Victoria y José Luis esperaban en el centro de la sala. No había en ellos ni rastro de debilidad.
21:02Se habían preparado, no solo con documentos, sino con una determinación que no habían compartido desde hacía mucho tiempo.
21:08Duques, saludó Damaso, inclinando la cabeza con una cortesía cargada de veneno.
21:18Hoy es un día importante para Valle Salvaje.
21:23La verdad por fin saldrá a la luz. En eso, coincido contigo.
21:28Respondió Victoria, sin apartar la mirada.
21:30El capitán ordenó traer a Pepa. La mujer entró con las manos atadas, bajo la mirada de todos.
21:42Luisa, de pie al fondo, tuvo que llevarse una mano a la boca para no soltar un sollozo.
21:50Alejo, a su lado, se mantuvo inmóvil, pero sus ojos no se apartaban de ella.
21:55Estamos aquí, declaró el capitán, para decidir quién carga realmente con la culpa del robo de la talla y del escándalo que ha ensuciado el nombre de esta finca.
22:08No hay mucho que decidir, intervino Damaso.
22:11La mujer ya confesó, y los duques, por acción u omisión, han permitido que un acto de sacrilegio se cometiera en sus tierras.
22:18El pueblo tiene derecho a saber si quienes lo gobiernan son dignos de hacerlo.
22:26Algunas murmuraciones recorrieron la sala.
22:32Era el momento que él había estado preparando.
22:34Pero antes de que pudiera seguir, Atanasio dio un paso al frente, levantando el libro de contabilidad.
22:40Yo también tengo algo que el pueblo tiene derecho a saber, dijo, con la voz firme.
22:51Este libro demuestra que el robo de la talla no fue un arrebato de una criada,
22:55sino parte de un entramado para desviar dinero usando la devoción de la gente como excusa.
23:03El capitán tomó el libro, comenzó a revisar las páginas.
23:07Su rostro se ensombreció.
23:10Aquí hay cifras que no cuadran, confirmó.
23:14Donaciones registradas y retiradas el mismo día.
23:20Pagos que nunca llegaron a la iglesia.
23:22El sacerdote frunció el ceño.
23:25Yo nunca vi ese dinero, aseguro.
23:30Si esas cantidades salieron, no fue hacia el templo.
23:33Porque no salieron para Dios, añadió Atanasio.
23:36Salieron para los bolsillos de quien las organizó.
23:43Todas las miradas se volvieron hacia Damaso.
23:48Él sonrió, aunque la sonrisa ya no era tan segura.
23:51¿Me estás acusando, viejo?
23:54Preguntó, con frialdad.
23:56Te estoy pidiendo que expliques por qué tu firma aparece junto a cada uno de esos movimientos, replicó Atanasio.
24:07Mercedes tragó saliva.
24:09Sabía que, si hablaba ahora, no habría marcha atrás.
24:12Miró a Victoria, a José Luis, a Matilde, a los trabajadores, al capitán.
24:18Después, giró la cabeza hacia Damaso.
24:24Y en ese instante, decidió de qué lado quería quedar en la historia de Valle Salvaje.
24:31No hace falta que lo explique.
24:33Dijo, con la voz temblorosa pero audible.
24:36Yo misma lo vi hacer esos arreglos.
24:38Y, sacó un sobre de su bolso.
24:43Guardé copias de algunos documentos.
24:46No por desconfianza, sino por miedo.
24:51Miedo a quedarme sin nada si algún día decidía prescindir de mí.
24:55El sobre cayó sobre la mesa.
24:59El capitán sacó papeles, comprobó que eran duplicados de los ya sospechosos,
25:03pero con anotaciones adicionales, notas al margen con la letra de Damaso,
25:08fechas que probaban premeditación,
25:11incluso una carta en la que él le prometía a Mercedes una parte de las tierras a cambio de su silencio.
25:19Damaso palideció.
25:21¿Qué estás haciendo, Mercedes?
25:23Escupió.
25:24Sin mí no eres nada.
25:25Prefiero ser nada que ser tu cómplice.
25:28Respondió ella, con una dignidad recuperada.
25:33Has usado mi dolor, mi resentimiento.
25:37Pero no voy a dejar que uses mi nombre para condenar a inocentes.
25:43El capitán se volvió hacia Pepa.
25:45Pepa, esta es tu última oportunidad, dijo.
25:49¿Actuaste sola?
25:53Ella miró a Luisa, a Alejo, a Adriana, a Atanasio.
25:58Miró a Mercedes, que por primera vez no parecía una enemiga,
26:01sino otra víctima que se había atrevido a dejar de callar.
26:07El recuerdo de las palabras del capitán la noche anterior volvió a ella.
26:11Será tu silencio el que decida quién cae y quién sigue de pie.
26:14No, susurró, con lágrimas en los ojos.
26:20No actué sola.
26:21Fue Damaso quien me empujó a hacerlo.
26:26Me dijo que, si yo no confesaba, se encargaría de que culparan a Luisa, y que la destrozarían.
26:32Yo, yo solo intenté protegerla.
26:39Un murmullo de indignación se alzó en la sala.
26:42Luisa rompió a llorar, y Alejo dio un paso al frente.
26:45¿Es cierto, Damaso?
26:51Gritó, con la voz rota.
26:53¿Jugaste con ella, con nosotras, con todo el pueblo?
26:59Damaso dio un golpe en la mesa.
27:01Basta, rugió.
27:03Son todos unos ingratos.
27:05Sin mí, Valle Salvaje se habría venido abajo hace años.
27:08Yo he mantenido en pie estas tierras.
27:13Yo he pagado salarios, he callado escándalos, ¿eh?
27:19Y has intentado humillar a mi esposa.
27:21Interrumpió José Luis, avanzando hasta quedar frente a él.
27:28La tocaste sin su consentimiento.
27:30Te atreviste a poner las manos sobre la duquesa de esta casa como si fuera una de tus deudas a cobrar.
27:38Los ojos de todos se abrieron de par en par.
27:40Victoria, a su lado, no bajó la mirada ni un segundo.
27:47Lo intentó, confirmó ella.
27:49Y cuando lo rechacé, empezó esta campaña para hacerme vivir con miedo.
27:56Hubo un segundo de silencio absoluto.
27:58Luego, el capitán habló.
28:00Damaso, queda detenido por fraude, coacción, abuso de autoridad y conspiración.
28:08Te llevarás tu oportunidad de explicarte ante un juez, no ante el eco de tus propias mentiras.
28:17Damaso dio un paso atrás, en busca de una salida.
28:20Su mano se acercó al interior de la chaqueta, donde muchos sabían que solía llevar un arma.
28:25Pero no llegó a sacarla.
28:30Atanasio, adelantándose con una agilidad inesperada, le sujetó el brazo mientras Alejo se colocaba del otro lado.
28:39Entre los dos lo inmovilizaron.
28:41Se acabó, dijo Atanasio, mirándolo a los ojos.
28:45Ya has hecho suficiente daño.
28:47El capitán lo esposo.
28:51La imagen del hombre que había sembrado miedo durante tanto tiempo, ahora reducido, con las muñecas unidas por el hierro, recorrió la sala como un bálsamo.
29:04No era alegría lo que todos sentían, sino una especie de alivio profundo, un suspiro colectivo que llevaba años atascado.
29:11Horas más tarde, cuando el bullicio se fue apagando y el capitán se llevó a Damaso, las piezas comenzaron a recolocarse.
29:24Pepa fue liberada de inmediato.
29:26Luisa corrió a abrazarla, y el llanto de ambas resonó en el patio como una lluvia necesaria.
29:34Perdóname, sollozaba Pepa, quise protegerte y casi te pierdo.
29:38No me perdiste, respondió Luisa, abrazándola con fuerza.
29:46Seguimos aquí, las dos, eso es lo que importa.
29:50Alejo se acercó, nervioso.
29:52Su orgullo herido, su miedo a ser rechazado, la vergüenza por no haber confiado en ella, todo se mezclaba.
30:02Luisa, dijo, con la voz baja, si quieres que me marche, lo haré.
30:07Pero antes tenía que decirte que, que me equivoqué.
30:13No debí creer lo peor de ti.
30:15Ella lo miró con los ojos aún enrojecidos.
30:18No sé si estoy lista para perdonarte del todo, confesó.
30:21Pero sí sé que no quiero seguir viviendo en la mentira de otros.
30:28Si de verdad quieres estar a mi lado, tendremos que empezar de nuevo.
30:35Con la verdad por delante.
30:37Alejo asintió, con una emoción que le temblaba en la garganta.
30:40Empezaremos donde tú digas, prometió, a tu ritmo.
30:48Adriana observó la escena desde la distancia, con una pequeña sonrisa.
30:55Atanasio, a su lado, se pasó la mano por la barba.
30:59A veces el valle sabe curarse a sí mismo, comentó el viejo.
31:02Solo hay que quitar las piedras que tapan el río.
31:09En la casa grande, Mercedes se presentó ante Victoria y José Luis, sin joyas ni adornos,
31:15con la cabeza descubierta como si estuviera de luto.
31:18No vengo a pedir perdón porque sé que no basta, dijo, sin rodeos.
31:26Vengo a ofrecer lo que me queda, la verdad.
31:31He permitido que mi rencor me cegara.
31:33He ayudado a un hombre que no merece compasión.
31:38Si queréis echarme de valle salvaje, lo aceptaré.
31:41Pero antes, quiero ayudar a reparar lo que contribuí a romper.
31:44Victoria la observó en silencio.
31:49Había en ella recuerdos de afrentas pasadas, pero también una comprensión amarga.
31:54Todos, en ese valle, habían sido usados alguna vez.
32:01No voy a echarte, respondió por fin.
32:04No porque confíe en ti ciegamente, sino porque prefiero tener a mi lado a alguien que ha aprendido de su propio error,
32:10en vez de dejar que el miedo vuelva a llenar los huecos.
32:14Quédate, ayúdanos a reconstruir.
32:18No por nosotros, sino por los que vienen detrás.
32:24Mercedes bajó la mirada, emocionada.
32:27No esperaba clemencia, y sin embargo la recibía, envuelta en una exigencia de responsabilidad.
32:32Lo haré, dijo, con un hilo de voz, lo prometo.
32:39José Luis asintió, serio, y empezaremos por revisar juntos todas las cuentas, todas las escrituras.
32:49Valle salvaje vuelve a ser lo que siempre debió ser.
32:52Una tierra que responde ante su gente, no ante la ambición de unos pocos.
32:56Al final del día, cuando el sol se escondió detrás de las colinas, Victoria salió al balcón principal.
33:08El viento había cambiado.
33:10Ya no olía a amenaza, sino a tierra mojada después de una tormenta que, al fin, había caído.
33:15José Luis se acercó por detrás y apoyó una mano en la barandilla, a su lado.
33:24Hoy no has vivido con miedo, dijo, mirándola de reojo.
33:31Has vivido de frente.
33:33Ella sonrió, cansada pero luminosa.
33:36Tenía miedo igualmente, admitió.
33:38La diferencia es que, esta vez, no dejé que el miedo decidiera por mí.
33:46Él tomó su mano.
33:50Damaso se equivocó.
33:52Añadió, no vas a perderlo todo.
33:54Lo que se pierde cuando la verdad sale a la luz no merece la pena conservarlo.
34:01Victoria apretó sus dedos.
34:02En el patio, abajo, se veía a Pepa y Luisa caminando juntas, a Alejo hablando con el capitán,
34:09a Adriana riendo con Atanasio, a Mercedes observando en silencio, quizá por primera vez sin cálculo,
34:16solo con humildad.
34:20A lo lejos, Bárbara se acercaba a Leonardo e Irene.
34:24Las palabras eran tensas, pero, por primera vez desde lo de Burgos,
34:28había en sus gestos una posibilidad de puente y no de muro.
34:32Valle salvaje ha vivido demasiado tiempo bajo la sombra de otros, susurró Victoria.
34:43Es hora de que aprenda a vivir bajo su propia luz.
34:46José Luis giró su rostro hacia ella.
34:48No estás sola en eso, dijo, pase lo que pase, lo enfrentaremos juntos.
34:56Ella lo miró, y en sus ojos ya no había el brillo opaco del pánico, sino el destello
35:01sereno de quien ha cruzado un umbral y ha decidido no volver atrás.
35:05Entonces que nos vean, murmuró, que vean que valle salvaje no se rinde.
35:13Se inclinaron y se besaron, no como dos figuras de poder que consolidan una alianza,
35:19sino como dos personas que, después de muchos errores, volvían a encontrarse en el centro
35:24de su propia historia.
35:25Debajo de ellos, el valle respiró más hondo.
35:31Las sombras seguían existiendo, como en cualquier tierra donde viven hombres y mujeres con secretos,
35:37pero esa noche algo había cambiado.
35:39El miedo ya no mandaba.
35:40La verdad había comenzado a escribir su propio capítulo, y, aunque quedaban batallas por librar,
35:49por primera vez en mucho tiempo, valle salvaje se permitió un final de día en el que la esperanza
35:54no era un lujo, sino un derecho.
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