Saltar al reproductorSaltar al contenido principal
#ValleSalvajeAdriana #carta #cambió
Adriana y la carta que cambió el Valle
El amanecer trajo consigo una tensión que se respiraba en cada rincón del Valle Salvaje. La carta de Isabel cayó en manos de Adriana como una bomba de tiempo, revelando secretos que amenazan con destruir la casa del duque. Mientras Victoria intenta ocultar su pasado con José Luis y Dámaso regresa exigiendo verdades enterradas, el peso de los años de silencio comienza a resquebrajarlo todo.

Luisa, injustamente encarcelada, se convierte en el símbolo de una ...
-------------------------------------------------------------------------

#ValleSalvajeAdriana, #carta, #cambió, #Valle
Transcripción
00:00Adriana y la carta que cambió el valle. El amanecer trajo consigo una tensión que se
00:15respiraba en cada rincón del valle salvaje. La carta de Isabel cayó en manos de Adriana
00:23como una bomba de tiempo, revelando secretos que amenazan con destruir la casa del duque.
00:30Mientras Victoria intenta ocultar su pasado con José Luis y Damasor regresa exigiendo
00:37verdades enterradas, el peso de los años de silencio comienza a resquebrajarlo todo.
00:41Luisa, injustamente encarcelada, se convierte en el símbolo de una lucha más grande,
00:51la de las mujeres contra el poder que las oprime.
00:54Entre traiciones, confesiones y redenciones inesperadas, el llanto de un niño y una carta
01:05olvidada serán suficientes para derrumbar al hombre más temido del valle. Porque en este capítulo,
01:14la verdad no solo libera a los inocentes. También desnuda a los culpables.
01:22Y cuando Adriana pronuncia esas palabras, por eso me marché, el eco atraviesa generaciones.
01:28La mañana siguiente amaneció pesada sobre el valle, como si las nubes hubieran decidido quedarse
01:38colgadas de las montañas solo para presenciar lo que iba a pasar en la casa del duque.
01:46Era una de esas mañanas en las que nadie respira tranquilo. Los criados hablaban en voz baja,
01:52las damas cruzaban los pasillos con el corazón agitado, y en el despacho de José Luis la tinta
01:58todavía estaba fresca sobre los documentos que sentenciaban a Luisa a pasar el resto de su vida
02:03en una celda. Pero lo verdaderamente peligroso no estaba en los papeles, sino en lo que cada
02:12uno sabía, o creía saber, sobre los otros. Porque ese día iban a cruzarse demasiadas verdades. Porque
02:23ese día, por fin, alguien iba a decir en voz alta, por eso me marché. Y esa frase iba a reventar años
02:34de silencios. Adriana llevaba toda la noche sin dormir. La carta de Isabel estaba sobre su regazo,
02:44doblada y desdoblada, hasta que el papel perdió firmeza. La había leído ya tantas veces que podía
02:54recitarla, pero aún así había frases que seguían doliendo igual que la primera vez. Cometí algo
03:03imperdonable. No lo hice por maldad. Lo hice porque pensé que, si no lo hacía, el duque destruiría
03:10a Victoria, y quizá también a ti. Esa línea era la que no la dejaba respirar. La que más miedo le
03:20daba. La que no se atrevía a mostrarle a Pedrito. Bárbara, sentada frente a ella, observaba con esa
03:30mezcla de ternura y sagacidad que la estaba definiendo como la joven más despierta del
03:35palacio. Si no se lo dices, murmuró, alguien más lo hará. Y entonces no podrá perdonarte la omisión.
03:50¿Cómo se le dice a un hijo que toda su vida estuvo a punto de ser sacrificada por un secreto
03:54que ni siquiera era suyo? Replicó Adriana, con un hilo de voz.
03:58Isabel habla de algo que la empujaron a hacer. Pero no dice exactamente qué. Solo insinúa que
04:08el duque la obligó, que la presionó con algo.
04:13¿Y qué fue? Por victoria. Por victoria. Repitió Bárbara, pensativa. ¿Y si todo está conectado? El
04:21regreso de Damaso, los celos del duque, la prisión de Luisa, la carta de Isabel. A veces
04:28creo que todos bailamos al ritmo de una culpa antigua que nadie quiere nombrar.
04:36Adriana alzó la vista. El nombre de Damaso flotaba sobre la casa desde que había regresado.
04:45Nadie lo decía abiertamente, pero todos sabían que ese hombre no había vuelto solo por nostalgia.
04:51Había vuelto a ajustar cuentas. Y la primera que iba a pagarlas era Victoria. En otro extremo de la
05:01finca, Victoria se miraba en el espejo con una calma que no sentía.
05:08El broche del vestido se le resistía, pero no era por torpeza, sino porque las manos le temblaban.
05:14Desde que Damaso le había dicho, con esa mirada limpia que siempre había tenido, sabía que me
05:24engañabas con el duque, algo se le había roto por dentro.
05:27No porque él lo supiera, sino porque lo había sabido siempre, porque por eso se había marchado.
05:41Y porque se lo estaba echando en cara, tarde, pero con la fuerza de todos los años que había callado.
05:47Mercedes llamó a la puerta sin ceremonia. Esa era otra de las tensiones del día. Victoria estaba
05:56convencida de que había sido ella quien había destapado su antiguo romance con José Luis.
06:04Y Victoria, cuando se sentía acorralada, no solía medir sus palabras.
06:09Mercedes entró con el porte de quien ya estaba cansada de defenderse de acusaciones ajenas.
06:26Antes de que empieces, dijo. No fui yo. No le dije nada a Damaso. Si lo sabes es porque tú o el duque
06:32cometieron algún descuido hace años. O porque alguien más observaba.
06:39¿Alguien más? Victoria se giró, clavándole la mirada. ¿Quieres decir que la casa entera
06:46sabía que el duque y yo?
06:50La casa entera no. Respondió Mercedes. Pero los silencios hablan.
06:56Victoria. Y tú nunca fuiste discreta con José Luis.
07:03Creías que porque él era el dueño de todo eso te protegía la posición. Pero él nunca
07:07protege a quien no le sirve. Victoria apretó los labios. Le dolía oírlo de Mercedes, porque,
07:17a pesar de todo, había sido una de las pocas mujeres que le había plantado cara al duque,
07:22y sobrevivido.
07:27Damaso vino a exigirme la verdad como si todavía fuera mi marido, murmuró Victoria.
07:32Como si tuviera ese derecho. Y todo por tu culpa. No. Cortó Mercedes, con una serenidad que no admitía
07:43réplica.
07:47Vino porque todavía te quiere, y porque ha vivido demasiados años con la sospecha de que lo humillaste.
07:53Los hombres pueden perdonar muchas cosas, Victoria, pero no que los dejen como tontos.
08:05Y el duque, escupió Victoria. ¿A él también lo disculpamos? ¿Al dueño de esta cárcel que ha
08:11mandado encerrar a Luisa para dar ejemplo? ¿Al hombre que jugó con todas nosotras como quien
08:16mueve piezas en un tablero?
08:21No. Dijo Mercedes. A él no se le disculpa. A él se le desenmáscara. La palabra quedó flotando en el aire.
08:32Desenmáscara. Y en ese instante, como si el destino se hubiera sincronizado con ese verbo,
08:37en los establos Atanasio y Matilde se separaban bruscamente porque habían sentido una sombra.
08:47Bárbara. Pero Bárbara no llevaba el látigo de Victoria ni el juicio del duque. Llevaba algo distinto,
08:54comprensión.
08:59Tranquilos. Dijo, al verlos palidecer. Si yo hubiera encontrado un poquito de felicidad en este lugar,
09:06también la escondería.
09:07Matilde sintió que se le humedecían los ojos. No era miedo, era alivio. Victoria no lo entendería.
09:18Susurró.
09:21Para ella, un corazón que leid sin su permiso es una amenaza. Entonces que no se entere por otro. Dijo
09:28Bárbara.
09:32La casa está demasiado inquieta. Pronto se sabrá todo. Lo tuyo con Atanasio, lo de la carta,
09:39lo del robo, lo de Luisa. Cuando las verdades empiezan a salir, salen todas juntas.
09:48Y es mejor elegir como las cuentas. En el despacho del duque, Rafael estaba plantado delante de su padre,
09:55con la mandíbula tensa.
10:00No puedes dejarla pudrirse ahí dentro. Dijo, tú sabes que Luisa no es una ladrona.
10:09La conoces desde niña. Creció en esta casa. Precisamente, respondió José Luis, sin levantar la
10:17vista de los papeles.
10:18Y por eso no puedo perdonarla. Porque si la gente empieza a creer que hasta quienes crecen bajo mi
10:27techo pueden robarme. El valle se desordena.
10:33¿Y qué hay de la justicia? La justicia es lo que yo diga que es. Replicó el duque,
10:39con ese tono helado que tantas veces había usado para quebrar voluntades.
10:43Luisa se queda en la cárcel. Y que les quede claro a todos. En mi casa no habrá indulgencia
10:52para la deslealtad.
10:57Rafael dio un paso adelante. Y para la deslealtad sentimental, padre, dejó caer, con veneno.
11:08¿Para eso sí hay indulgencia? ¿Para los romances que se toleran si conviene a tu vanidad?
11:13El duque alzó la vista, lento, midiendo a su hijo. No te metas en asuntos de adultos.
11:26Soy más adulto de lo que tú crees, dijo Rafael. Y estoy harto de tus hombres en las sombras.
11:35De tus amantes protegidas, de tus chantajes, a Luisa se la está castigando por algo que
11:40ni siquiera sabemos si hizo. Pero a otras, a otras se las aplaude por callar. ¿Te suena
11:48Isabel? ¿Te suena lo que le hiciste hacer para proteger a Victoria?
11:56El duque lo miró con verdadero interés por primera vez. ¿Quién te habló de Isabel?
12:00No importa, dijo Rafael. Lo que importa es que alguien ha empezado a unir piezas.
12:12Y cuando se sepa que tú ordenaste cambiar aquel inventario, que tú hiciste desaparecer
12:17unas joyas para echarle la culpa a otra. Entonces van a ver quién es el verdadero ladrón.
12:22Por un segundo, al duque se le crispó la mandíbula. No porque Rafael lo hubiera atrapado
12:31del todo, sino porque el nombre de Isabel era una puerta que él no quería abrir.
12:39No sabes de lo que hablas, dijo, vete. Rafael estaba a punto de replicar cuando Francisco,
12:45el nuevo mayordomo, el mayordomo más descolocado de la historia de esa casa, apareció en la puerta,
12:51sudando ligeramente. Señor duque, disculpe, hay, hay una señora, quiero decir, la señora Adriana,
13:03quiere verlo. Dice que es, urgente. José Luis suspiró. Ese día las mujeres se habían puesto
13:13de acuerdo para desafiarlo. Hazla pasar. Adriana entró con la carta en la mano. No con miedo,
13:24con determinación.
13:29No quiero una discusión, dijo antes de que él hablara. Quiero una explicación,
13:33y la quiero sin tus medias palabras. ¿A qué debo el honor? Dijo él, con falsa cortesía. A esto,
13:45y dejó la carta de Isabel sobre el escritorio. El duque la miró, reconoció la caligrafía y,
13:54por primera vez en mucho tiempo, una emoción verdadera cruzó su rostro.
13:58No era culpa, no era miedo, era reconocimiento. Aquello era un viejo fantasma. ¿Dónde la encontraste?
14:13Isabel me la dejó antes de marcharse, dijo Adriana. Dijo que algún día la entendería.
14:18Hoy la entiendo. Ella habla de un acto imperdonable que tú le obligaste a cometer.
14:30Algo que tenía que ver con Victoria. Y con protegerla. ¿Qué fue, José Luis? ¿Qué le hiciste hacer?
14:40Él se recostó en el sillón, valorando cuánto podía admitir sin derrumbarlo todo.
14:45Tu tía Isabel era una mujer leal. Dijo.
14:52Leal a su sangre, a sus mujeres, y yo, necesitaba que lo fuera también a mí.
14:57Había rumores, hace años, sobre un embarazo que no debía saberse.
15:05Sobre una escapada de Victoria. Sobre una posible humillación pública.
15:09Yo no podía permitirlo.
15:14Le pedí a Isabel que modificara ciertos registros.
15:17¿Qué? Limpiara el rastro.
15:19Ella se negó al principio.
15:25Luego aceptó. Y desde entonces cargó con esa culpa.
15:29Adriana lo miró, horrorizada.
15:31Un embarazo.
15:32No fue adelante. Dijo el duque.
15:38Pero la sombra quedó. Y algunos papeles también.
15:45Papeles que podían usar contra Victoria.
15:47Papeles que podían hacer creer que ella había traicionado a su marido.
15:51O a mí.
15:51Yo no podía permitirlo.
15:57Así que Isabel los hizo desaparecer.
16:00Y a cambio, susurró Adriana.
16:06A cambio, ¿tú qué hiciste?
16:08El duque cayó.
16:09Porque la respuesta era demasiado turbia.
16:12A cambio, él había guardado silencio sobre la verdadera razón de la marcha de Damaso.
16:16Había preferido dejar que todos creyeran que fue por negocios, por aventura.
16:26No por humillación.
16:30Lo que tú llamas, proteger, dijo Adriana, fue manipular.
16:36Chantajear.
16:37Obligar a una mujer a convertirse en tu cómplice.
16:39Y ahora quieres hacer lo mismo con Luisa.
16:46Convertirla en ejemplo para que nadie te desafíe.
16:52Pero no lo voy a permitir.
16:54No lo vas a permitir.
16:55Alzó una ceja el duque.
16:57¿Y cómo piensas evitarlo?
17:02Sacando a la luz todo.
17:04Dijo ella.
17:04La carta de Isabel.
17:06El romance de Victoria.
17:07La verdadera razón por la que Damaso se marchó.
17:14Y, sobre todo, lo que tú hiciste con aquellas joyas para poder inculpar a quien te convenía.
17:24Porque yo sé que este, robo, que le achacan a Luisa huele igual que aquel escándalo del inventario.
17:30A montaje.
17:35Por un segundo, José Luis la miró como quien mira a un adversario digno.
17:43Eres más peligrosa de lo que aparentas, Adriana.
17:46No.
17:47Solo estoy cansada.
17:49Mientras todo eso explotaba en el despacho.
17:51En la cárcel Luisa escuchaba el eco de los pasos y pensaba en Evaristo.
17:55Pensaba en cuando dijo, mamá, sin que ella estuviera.
18:03Ese sonido la había atravesado más que las rejas.
18:09No le dolía estar presa.
18:10Le dolía estar ausente.
18:12Por eso su actitud había cambiado.
18:18Por eso Alejo empezaba a sospechar.
18:20Porque la frialdad era su forma de no derrumbarse.
18:23Alejo entró en la sala de visitas con el ceño fruncido.
18:30No te reconozco.
18:32Dijo.
18:33Sin rodeos.
18:38La Luisa que yo conocí se habría revelado.
18:41Habría gritado su inocencia.
18:43Habría arañado las paredes.
18:44Y tú, tú pareces, rendida.
18:51Porque quizá estoy cansada de luchar contra un enemigo que siempre gana.
18:55Dijo ella, con la mirada baja.
19:01¿De qué sirve negar si el duque ya decidió?
19:04Sirve.
19:05Insistió Alejo.
19:06Sirve para que los que creemos en ti no dejemos de pelear.
19:09Mercedes dice que tú no eres una ladrona.
19:15Yo también lo creo.
19:17Pero necesito que tú también lo creas.
19:22Dime la verdad.
19:23¿Tomaste esas joyas?
19:25Luisa lo miró.
19:26Podía haber dicho un...
19:28No...
19:29Rotundo.
19:29Pero en vez de eso, dijo algo más peligroso.
19:36Tomé algo.
19:37Pero no lo que dicen.
19:39Alejo abrió los ojos.
19:44¿Qué tomaste?
19:45Tiempo.
19:46Dijo ella.
19:47Tomé tiempo.
19:48Para Pepa.
19:49Para mí.
19:50Para Evaristo.
19:54Sabía que el duque estaba preparando algo.
19:56Sabía que alguien iba a caer.
19:58Y pensé que si aparentaba resignación, si me dejaba quebrar, quizá ellos no lo harían.
20:08Pero no funcionó.
20:09Porque el duque no quiere una culpable.
20:11Quiere una advertencia.
20:16Alejo apoyó las manos en la mesa.
20:18Entonces tendremos que convertir su advertencia.
20:21En su vergüenza.
20:22¿Cómo?
20:27Con la verdad.
20:28Dijo él.
20:29Y con alguien que ya está rompiéndose en el palacio.
20:32Pepa.
20:36Ella va a hablar.
20:37Porque la oí llorar cuando Evaristo dijo, mamá.
20:40Porque Adriana la estaba interrogando.
20:42Porque ese niño es el hilo del que vamos a tirar.
20:49Y, en efecto, en la casa Pepa estaba deshecha.
20:56No podía soportar oír a su hijo pronunciar, mamá, en una sala donde ella no podía estar.
21:01Y cuando Adriana la acorraló con la pregunta directa.
21:09¿Hay algo más que debería saber sobre tu hermana?
21:12Pepa rompió.
21:17Sí.
21:18Dijo.
21:19Entre sollozos.
21:20Hay algo.
21:21Y es horrible.
21:22Y si lo digo, el duque me echará.
21:24Pero si no lo digo, Luisa no saldrá nunca.
21:31Dilo.
21:32Pidió Adriana.
21:34Te protegeremos.
21:38El duque no solo quería castigar el robo.
21:40Confesó Pepa.
21:42Quería que alguien pagara por haberle hecho quedar como un viejo ridículo hace años.
21:45Por el escándalo que casi estalla cuando Damaso se fue.
21:53Luisa solo estaba en medio.
21:58Vio algo que no debía ver.
22:00Unas joyas que no estaban donde debían.
22:02Porque el duque las había movido.
22:08Y cuando él se dio cuenta de que ella lo había visto, la usó.
22:11La usó para decirle a todo el valle.
22:14Aquí mando yo.
22:15Adriana sintió que las piezas encajaban.
22:22El duque había repetido el mismo patrón que con Isabel.
22:29Mover, ocultar, manipular.
22:32Solo que esta vez había testigos.
22:34La tensión llegó a su punto máximo cuando, al caer la tarde, Damaso pidió hablar con todos.
22:40No era habitual que alguien que no era ya parte de la casa exigiera una reunión.
22:48Pero su sola presencia, su pasado con Victoria y el hecho de que todo el mundo susurrara sobre su partida lo convirtieron en un centro de gravedad.
22:56Se reunieron en el salón principal.
23:02El duque, rígido, Victoria, altiva pero inquieta, Mercedes, expectante, Rafael, con los ojos encendidos, Adriana y Bárbara ligeramente atrás, Francisco y Eva intentando parecer discretos, y, en una esquina, Atanasio y Matilde fingiendo no mirarse.
23:21Damaso se colocó en medio.
23:28He callado muchos años.
23:30Comenzó.
23:31Me fui del valle diciendo que era por negocios, por oportunidades.
23:39Pero no, me fui porque no soportaba la humillación.
23:42Porque descubrí que mi mujer se veía escondidas con el hombre que nos daba de comer a todos.
23:46Porque preferiste, Victoria, la protección del duque a la lealtad a tu marido.
23:55Victoria abrió la boca para replicar, pero él levantó la mano.
24:03No hablo para reprocharte, dijo.
24:05Hablo porque tu decisión no solo me destrozó a mí.
24:08Desencadenó una cadena de silencios, de chantajes, de delitos disfrazados de disciplina.
24:22El duque utilizó ese romance para tenerte agarrada.
24:25Y para obligar a Isabel a borrar rastros.
24:31Y ahora usa el mismo método para encerrar a una inocente.
24:34Todo porque aquí nadie quiere quedar como el débil.
24:38El duque se hirguió.
24:42Cuidado con lo que insinúas.
24:44No insinúo, dijo Damaso.
24:46Afirmo.
24:51Tú moviste las joyas.
24:52Tú creaste la escena.
24:54Tú sabías que alguien iba a ver.
24:55Y escogiste a la más vulnerable para convertirla en ejemplo.
25:02Pero esta vez no te va a salir.
25:04Porque hay una carta.
25:05Porque hay una confesión.
25:06Porque hay una casa entera que ya no te teme tanto como antes.
25:14En ese momento, Adriana dio un paso al frente y mostró la carta de Isabel.
25:19Mi tía te cubrió una vez.
25:20Dijo.
25:21Yo no lo haré.
25:26Aquí está lo que ella escribió sobre el día que obligaste a destruir los papeles que probaban la infidelidad.
25:35Aquí está cómo te aprovechaste de su lealtad.
25:37Aquí está cómo tuviste a Victoria bajo tu poder.
25:40Y aquí está cómo esa dinámica nos ha llevado hasta hoy a una mujer inocente en la cárcel por un delito que tú fabricaste.
25:50Los ojos de todos se clavaron en el duque.
25:57Incluso Mercedes, que había visto mucho, se sorprendió del atrevimiento.
26:06José Luis respiró hondo.
26:08Sabía que si negaba, lo tildarían de tirano.
26:11Si admitía, perdería autoridad.
26:13Pero también sabía otra cosa.
26:19El valle se sostenía sobre su figura.
26:22Pero también sobre la imagen de justicia que estaba obligado a mostrar.
26:29Y si todos empezaban a verlo como un falsificador, su poder no tardaría en resquebrajarse.
26:38Isabel, dijo, despacio.
26:40Era una mujer demasiado sentimental.
26:44Exageró en esa carta.
26:49No exagerello.
26:50Interrumpió una voz desde la puerta.
26:53Y todos se giraron.
26:55Era Pepa.
26:56No venía sola.
26:57Detrás de ella, Francisco, que por fin estaba empezando a entender su puesto, había traído a Evaristo en brazos.
27:04Fue un movimiento que nadie esperaba, pero que lo cambió todo, porque en cuanto el niño vio a su madre detrás de las rejas emocionales de ese salón, extendió los brazos y dijo, por segunda vez en su vida.
27:20Mamá, ese mamá, resonó en el mármol, resonó en los pechos, resonó en la culpa.
27:32Y el duque, que podía ignorar cartas, gritos, rumores.
27:37No pudo ignorar la escena de un niño pidiendo a su madre, cuando sabía que era él quien la tenía encerrada.
27:42Peppa aprovechó el temblor.
27:49Señor.
27:50Dijo.
27:51Usted sabe que Luisa no robó.
27:53Usted sabe que movió esas joyas.
27:59Yo la vi, y ella lo vio, y por eso la encerró.
28:02Pero no por el robo.
28:04Por guardar silencio sobre lo que vio.
28:09Usted no quiere una ladrona castigada.
28:11Usted quiere una criada callada, pero no se puede callar a una madre.
28:18El salón quedó en un silencio sepulcral.
28:21El duque miró a todos.
28:22A Victoria, que lo miraba con una mezcla de ruego y desafío.
28:26A Damaso, que lo enfrentaba de pie.
28:29A Adriana, que sostenía la carta como una sentencia.
28:32A su propio hijo Rafael, que parecía pedirle que, por una vez, fuera humano.
28:41Y entonces, quizá por miedo a perderlo todo, quizá por un resto de dignidad, quizá porque el llanto de Evaristo le recordó a otro niño del pasado, José Luis cedió.
28:52Está bien, dijo, casi con rabia.
28:59Que salga, que la liberen.
29:01Pero esto no sale de esta casa.
29:06Nadie en el valle debe saber que aquí se perdona el delito.
29:10No fue delito, dijo Adriana.
29:12Fue tu montaje, he dicho, repitió él, que salga.
29:21Y ese fue el instante en que el aire del palacio cambió.
29:28Porque era la primera vez en años que el duque daba marcha atrás.
29:32La primera vez que una verdad femenina.
29:34El llanto de Pepa, la carta de Isabel, la confesión de Adriana, doblaba la voluntad del hombre más poderoso del valle.
29:46La noticia llegó a la cárcel como un rayo de sol en invierno.
29:50Luisa no lo creyó cuando abrieron la celda.
29:52No lo creyó cuando le dijeron, el duque ha ordenado su liberación.
30:01No lo creyó hasta que, en la puerta, vio a Alejo esperándola.
30:09Te dije que convertiríamos su advertencia en su vergüenza.
30:12Sonrió él.
30:14Luisa, que había aguantado digna tantos días, se quebró en ese momento.
30:22No por debilidad, por alivio.
30:24Y Evaristo, en casa, con Pepa, te está esperando.
30:32El regreso de Luisa fue una fiesta silenciosa.
30:35No hubo música ni brindis, porque el duque había ordenado discreción.
30:43Pero hubo sonrisas cómplices, manos apretadas, miradas de, lo logramos.
30:49Eva le llevó un pañuelo nuevo.
30:52Francisco se equivocó al tratarla de, señora, y todos se rieron.
30:59Rafael la abrazó como a una hermana.
31:05Pepa lloró abrazada a las dos cosas más importantes de su vida.
31:09Su hermana y su hijo.
31:14Adriana, por su parte, subió a su habitación y, por primera vez,
31:19escribió una respuesta a la carta de Isabel.
31:22No podía enviarla, pero la escribió igual.
31:28No fuiste tú la que cometió lo imperdonable.
31:34Fue él.
31:35Tú solo sobreviviste.
31:36Y hoy tu verdad nos salvó a todas.
31:39Quedaba, sin embargo, una última herida por cerrar.
31:42La de Victoria y Damaso.
31:48Lo buscaron al atardecer, cuando el sol teñía de naranja las montañas.
31:53Victoria había cambiado de vestido, había recogido el cabello como en los años en que Damaso la cortejaba,
31:59había dejado caer un poco la coraza.
32:01Tenías razón, dijo, cuando lo tuvo delante.
32:09Te engañé, y el duque lo usó contra mí.
32:11No para protegerme, como yo creí, sino para tenerme presa.
32:19Me equivoqué, te perdí por orgullo.
32:21Yo también me equivoqué.
32:27Respondió él.
32:28Me fui sin pelear por ti.
32:30Me fui sin decirte, no lo hagas.
32:36Pensé que no tenía derecho.
32:38Hoy sé que el amor se reclama.
32:40Que se defiende.
32:41Ella lo miró, con un brillo que hacía tiempo no tenía.
32:44Llegamos tarde.
32:50Damaso sonrió, triste pero esperanzado.
32:53No mientras sigas aquí.
32:55Y en ese, aquí, no habló solo de la casa.
33:02Habló del valle.
33:04De esa tierra que tanto daño hacía, pero que también era la única donde podían sanar.
33:08Esa noche, cuando todos ya se habían retirado y el duque se había quedado solo en su despacho,
33:17Mercedes entró sin anunciarse.
33:23¿Vienes a reprocharme?
33:24Dijo él, cansado.
33:26No, replicó ella.
33:28Vengo a decirte que hiciste lo correcto.
33:34¿Crees que no lo sé?
33:36No, no lo sabes, dijo ella.
33:38¿Tú crees que ceder te hace débil?
33:44Y a veces sí, pero hoy no.
33:46Hoy te hizo humano.
33:47Y eso, José Luis, es lo que más temías.
33:54Él la miró con esos ojos que muchas veces la habían deseado y otras tantas la habían odiado.
34:03¿Y ahora qué?
34:04Preguntó.
34:05¿Ahora todas las verdades saldrán?
34:07¿Ahora me señalarán los criados?
34:09¿Ahora me verán como un viejo que ya no impone?
34:14Ahora te verán como un hombre, dijo Mercedes.
34:17Y quizás, con suerte, como un hombre que todavía puede reparar.
34:21Puedes empezar por algo sencillo.
34:26¿Qué?
34:28Por permitir que Atanasio y Matilde sean felices.
34:31El duque arqueó una ceja.
34:36¿Desde cuándo te preocupa el amor de otros?
34:40Desde que vi que a ti te destruyó no saber amar bien.
34:43Contestó ella, con una media sonrisa.
34:45Y se fue, al día siguiente, cuando el sol volvió a salir sobre el valle, la casa ya no estaba tan tensa.
34:56Luisa ayudaba a Pepa con Evaristo.
35:02Francisco empezaba por fin a aprender el oficio de mayordomo.
35:06Gracias, paradójicamente, a los consejos torpes de Eva.
35:09Adriana guardó la carta de Isabel en un lugar seguro, no para esconderla, sino para recordarla.
35:24Rafael, más tranquilo, se permitió pensar en su propio futuro y no solo en corregir a su padre.
35:30Bárbara, fiel a su promesa, ayudó a Matilde a tejer una mentira piadosa que le diera tiempo para decidir si quería enfrentar a Victoria.
35:46Y el duque.
35:47El duque salió a los jardines con una taza de café y, por primera vez en mucho tiempo, se permitió escuchar el sonido que venía de la casa.
35:55Risas.
35:55No eran carcajadas descontroladas, pero sí pequeñas risas de alivio.
36:04El valle salvaje seguía siendo un lugar de intrigas.
36:11Pero ese día, al menos, había ganado la verdad.
36:15Y había ganado la familia.
36:17Porque a veces el final feliz no es que todos sean buenos.
36:19Es que al tirano se le dobla la mano, la inocente sale libre, la madre abraza a su hijo, la mujer engañada se reconcilia con su pasado,
36:32y las jóvenes, Adriana, Bárbara, aprenden que el silencio no es virtud cuando la injusticia habla demasiado alto.
36:40Ese fue el verdadero, tajo, del capítulo.
36:47No el escándalo de la infidelidad, no la salida de Damaso.
36:55Sino la certeza de que, a partir de ese día, en la casa del duque ya no era tan fácil fabricar culpables.
37:01Y eso, en un lugar como valle salvaje, era casi un milagro.
Sé la primera persona en añadir un comentario
Añade tu comentario

Recomendada

2:06
Próximamente
43:46