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'La Promesa', avance semanal del 25 al 29 de agosto: La huida desesperada de Curro y Ángela ante el regreso de su peor pesadilla.
La tranquilidad en La Promesa se hace añicos con el regreso de la persona que más temen Curro y Ángela: el capitán Lorenzo. Su vuelta no es casualidad, y su sed de venganza desata un acoso psicológico que empuja a la pareja a tomar una decisión drástica: activar un plan de fuga para escapar de sus garras y vivir su amor en paz.
Mientras tanto, la tensión también expl ...
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'La Promesa', avance semanal del 25 al 29 de agosto: La huida desesperada de Curro y Ángela ante el regreso de su peor pesadilla.
La tranquilidad en La Promesa se hace añicos con el regreso de la persona que más temen Curro y Ángela: el capitán Lorenzo. Su vuelta no es casualidad, y su sed de venganza desata un acoso psicológico que empuja a la pareja a tomar una decisión drástica: activar un plan de fuga para escapar de sus garras y vivir su amor en paz.
Mientras tanto, la tensión también expl ...
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#LaPromesa, #avance, #semanal, #25, #29, #agosto, #La, #huida, #desesperada, #Curro, #Ángela
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00:00La promesa, avance semanal del 25 al 29 de agosto. La huida desesperada de Curro y Ángela
00:11ante el regreso de su peor pesadilla. La tranquilidad en la promesa se hace añicos
00:17con el regreso de la persona que más temen Curro y Ángela, el capitán Lorenzo.
00:24Su vuelta no es casualidad, y su sed de venganza desata un acoso psicológico que empuja a
00:29la pareja a tomar una decisión drástica. Activar un plan de fuga para escapar de sus garras y vivir
00:34su amor en paz. Mientras tanto, la tensión también explota en la zona de servicio, donde la relación
00:41secreta de Pía y Ricardo es descubierta por el nuevo mayordomo, Cristóbal, quien les lanza un
00:47ultimátum devastador. Uno de los dos deberá abandonar el palacio para siempre. A su vez,
00:54el inesperado reencuentro de Vera con su hermano Federico traerá consigo tantas alegrías como
00:59preguntas sin resolver sobre su oscuro pasado. Con secretos familiares saliendo a la luz y nuevas
01:06alianzas forjándose para enfrentar las tiránicas exigencias del varón de Valladares, la semana estará
01:12marcada por decisiones límite. ¿Lograrán Curro y Ángela escapar sin ser descubiertos? ¿Quién será el
01:20sacrificado en el ultimátum de Cristóbal? La promesa se enfrenta a una de sus semanas más
01:24críticas. Lunes, 25 de agosto. Ecos de pasión y sombras de sospecha. El aire de la noche, denso y
01:34cargado con el aroma de los jazmines del jardín, se colaba por la ventana entreabierta de la que
01:38fuera la alcoba de la marquesa de Luján. Era un santuario profanado, un espacio ahora imbuido de
01:46una tensión muy diferente a la que Cruz solía imponer. Dentro, dos figuras se movían en la
01:53penumbra, sus siluetas recortadas por la luz de una única lámpara. Eran Cristóbal, el nuevo y
02:01severo mayordomo jefe, y Leocadia, la misteriosa inversora que tenía a Manuel contra las cuerdas.
02:08Nadie en la promesa, ni en sus más febriles pesadillas, habría imaginado que eran amantes.
02:13—No sabes cuánto he esperado este momento —susurró Leocadia, deslizando sus dedos por el cuello de la
02:21camisa de Cristóbal. Su voz, normalmente firme y calculadora en los negocios, era ahora un murmullo
02:29ronco, cargado de un anhelo antiguo. —Demasiado tiempo —respondió él, su habitual fachada de
02:36impasibilidad resquebrajada por una emoción cruda. La tomó por la cintura, atrayéndola hacia él con
02:44una fuerza que era a la vez posesiva y desesperada. Cada día en este palacio, viéndote tratar con ese
02:52niñato de Manuel, fingiendo que apenas te conozco. —Ha sido una tortura, una tortura necesaria,
03:00querido. La paciencia es la madre de la venganza. Y la nuestra está a punto de nacer. —Leocadia
03:06sonrió, una sonrisa que no llegó a sus ojos. Sus ojos estaban fijos en el retrato de la marquesa
03:14que aún colgaba en la pared, como si la desafiara desde el más allá. —¿Te imaginas su cara si nos
03:20viera ahora, en su cama? Cristóbal siguió su mirada. Mejor aún, desearía que estuviera aquí,
03:28desearía que viera con sus propios ojos cómo todo lo que construyó se desmorona,
03:32pieza por pieza, y cómo nosotros recogemos los pedazos. Se besaron entonces, no con la ternura
03:39de dos enamorados, sino con la furia de dos conspiradores que sellaban un pacto con fuego.
03:44Su pasión era un incendio alimentado por años de resentimiento, por un pasado compartido del que
03:51nadie en la promesa tenía la más mínima idea. Un pasado ligado a Cruz, a su arrogancia, a una
03:59humillación que juraron vengar. Eran dos almas oscuras unidas por un odio común, y la promesa
04:05era el escenario elegido para su acto final. Pero ni siquiera la embriaguez de aquel reencuentro
04:11clandestino nublaba el juicio de Cristóbal. Su mente, afilada como un estilete, seguía
04:19trabajando. Mientras sus manos recorrían la espalda de Leocadia, sus pensamientos estaban
04:24abajo, en la zona de servicio. Específicamente, en pie a Adarre y en el ayuda de cámara del
04:31marqués, Ricardo Pellicer. Horas antes, había interceptado a Santos en el pasillo, con una
04:39estudiada indiferencia. Santos, un momento, sí, señor mayordomo, respondió el lacayo,
04:47siempre con ese aire de servilismo irritante. He observado al señor Pellicer y a la señora
04:53Adarre. Parecen, cercanos, ¿sabes algo al respecto? ¿Has estado aquí más tiempo que yo?
04:59Santos dudó un instante, la lealtad no era su fuerte, pero el miedo sí, no, señor. No que yo
05:08sepa, son compañeros, se ayudan, nada más. Cristóbal lo miró fijamente, y Santos sintió
05:15como esa mirada le atravesaba, desnudando su mentira. Asegúrate de que siga siendo así,
05:21no tolero distracciones en mi servicio, ni secretos. Más tarde, en la cocina, Santos no
05:29pudo contenerse. Buscó a Petra, su confidente en malicia. El nuevo mayordomo me ha preguntado
05:37por Pía y el ayuda de cámara. Le siseó, mientras fingían limpiar la platería. Petra alzó una ceja,
05:45¿y qué le has dicho? Nada, por supuesto, le he dicho que son solo compañeros. Pero, Petra,
05:53él lo sabe, o lo sospecha, tiene ojos de halcón, mejor para nosotros. Si esa relación sale a la
06:01luz, será el fin de Pía. Y sin ella, yo volveré a ser la doncella principal que siempre debí ser.
06:07Yo no sé qué pensar, murmuró Santos, y por un momento, un atisbo de decencia pareció asomar.
06:17Mi padre y ella, tuvieron algo, hace mucho tiempo, antes de que yo naciera, creo.
06:25Él me lo contó una vez, borracho. Petra dejó de pulir una cuchara. ¿Tu padre, Ricardo,
06:31con Pía? Sí, por eso no me fío de ella, ni de él. Es una relación, sucia, antinatural. Si
06:39Cristóbal me vuelve a preguntar, no pienso mentir por ellos. No se merecen mi protección. No hizo
06:46falta. El destino, o la calculada vigilancia de Cristóbal, se encargó de todo. Esa misma tarde,
06:54mientras el sol se ponía tiñendo de naranja a los ventanales de la promesa, Pía y Ricardo
06:59creyeron encontrar un momento de paz en la solitaria galería del Ala Oeste.
07:04No podemos seguir así, Ricardo. Suspiraba Pía, apoyando la cabeza en su hombro. Vivimos con
07:11el corazón en un puño. Cada mirada, cada susurro. Lo sé, mi vida. Pero, ¿qué podemos
07:19hacer? Ricardo le tomó el rostro entre las manos, su mirada llena de una ternura que desmentía
07:24su rudo exterior. Dejarte es imposible, y vivir sin ti, después de haberte reencontrado,
07:32preferiría la muerte. No digas eso, es la verdad, y la beso, un beso profundo, cargado
07:40de la melancolía de los años perdidos y la urgencia del tiempo robado. Un beso que lo
07:47decía todo. Su historia, su amor prohibido, su miedo. Fue entonces cuando una sombra se proyectó
07:53sobre ellos. Vaya, vaya, así que el lacayo mentía. La voz de Cristóbal, fría y cortante
08:01como el hielo, los hizo separarse de golpe. Se giraron, aterrorizados. El mayordomo estaba allí,
08:10de pie, con los brazos cruzados y una expresión de gélido triunfo en el rostro.
08:14Señor, nosotros, balbuceó Pía, pálida como un fantasma. Silencio, ordenó él. Su mirada recorrió
08:24a los demás sirvientes que, atraídos por la escena, habían comenzado a asomar por el pasillo.
08:29Llana, Lope, Candela. Todos con la cara desencajada. ¿Y vosotros, lo sabíais? ¿Habéis sido cómplices de
08:38esta indecencia? ¿De este engaño bajo el techo que os da cobijo y sustento? Nadie se atrevió a
08:45responder. El silencio era una confesión. Cristóbal se acercó a Ricardo, su rostro a escasos centímetros
08:51del suyo. Usted, Pellicer, creía que era un hombre de confianza para el marqués. Veo que me equivoqué.
09:01Es una deshonra, una vergüenza. Le advierto una cosa. Esto no quedará así. Su puesto en la promesa
09:07pende de un hilo muy, muy fino. Mientras tanto, en otro rincón del palacio, el corazón de Vera se
09:15rompía en silencio. Sentada en el borde de su cama en el dormitorio del servicio, sostenía un
09:22pequeño retrato descolorido. Llana se sentó a su lado, con delicadeza. ¿Estás bien, Vera? Vera negó con
09:31la cabeza, una lágrima solitaria rodando por su mejilla. No, Llana, ya he perdido la esperanza.
09:39Creí que al venir aquí, tan cerca de su último paradero conocido, sería más fácil.
09:46Pero no hay rastro de Federico. Es como si se le hubiera tragado la tierra. No digas eso.
09:51A veces estas cosas llevan tiempo. Es que la gente no lo entiende. Sollozó Vera, su voz quebrada.
10:01Piensan que huí de mi casa porque no quería a mi familia. Y no es verdad, yo adoraba a mi madre,
10:06a mi hermano. El problema era él, mi padre, su crueldad, sus gritos, sus, sus manos, se estremeció,
10:15incapaz de continuar. Federico siempre me protegía. Era mi escudo. Y ahora, ahora no está. He renunciado.
10:26Ya no puedo seguir buscando. Duele demasiado. La tensión también escalaba en la cocina,
10:31pero por motivos muy diferentes. Enora había notado la extraña hostilidad de Toño cada vez
10:38que ella compartía una confidencia o una risa con Simona y Candela.
10:41Se puede saber qué te pasa. Le espetó finalmente esa tarde, mientras él arreglaba un arnés en el patio.
10:51No me pasa nada. Dijo él, sin mirarla. No me mientas, Toño. Cada vez que estoy con Simona,
10:59te pones de un humor de perros. ¿No te agrada mi amistad con ellas? Son unas cotillas.
11:06No deberías contarles tus cosas. Mis cosas o las nuestras. ¿Qué temes que sepan? La mirada de
11:13Enora se agudizó. De repente, recordó una conversación a medias que oyó entre las cocineras.
11:19Un hombre susurrado. Se le geló la sangre. Espera un momento. Toño, ¿qué relación tienes tú con Simona?
11:27Él se puso rígido. Ninguna. Es la cocinera. Nada más. Mírame a los ojos y dímelo. Exigió ella,
11:36plantándose frente a él. Toño levantó la vista, y en sus ojos, Enora vio la verdad que él tanto se
11:43esforzaba por ocultar. El parecido era innegable, ahora que lo buscaba. La misma forma de la barbilla,
11:51la misma mirada testaruda. Dios mío, susurró, retrocediendo un paso. Es tu madre, ¿verdad?
12:00Simona es tu madre. Toño apretó la mandíbula, su rostro una máscara de dolor y rabia. Eso no es
12:08asunto tuyo. ¿Qué no es asunto mío? Soy tu novia. Y me has estado ocultando que tu madre trabaja a 10
12:16metros de nosotros y la tratas como a una extraña. Quiero una explicación, Toño. Y la quiero ahora.
12:24La angustia era un mal contagioso en la promesa. Curro la sentía como un nudo en el estómago cada
12:29vez que pensaba en Lorenzo. Por eso buscó a Petra. Petra, necesito pedirte un favor. Su voz era apenas
12:38un susurro. No quiero volver a limpiar el despacho del capitán. ¿Por qué? Es tu tarea asignada.
12:48Lo sé, pero... Tengo miedo. Miedo de que vuelva. ¿Y si echa en falta cualquier cosa? Un gemelo,
12:55un papel, una simple pluma. Me acusará a mí, sin dudarlo. Intentará hundirme como sea. Por favor,
13:03cámbiame la tarea. Haré cualquier otra cosa. Petra lo miró. Y por una vez, su dura expresión se
13:11ablandó con algo parecido a la compasión. Comprendía ese miedo. Ella también lo sentía. En el hangar,
13:19la culpa era el fantasma que atormentaba a Toño. El zumbido de los motores no podía acallar el ruido
13:26en su cabeza. Manuel, notando su desazón, se sentó a su lado sobre una caja de herramientas.
13:35¿Qué te ocurre? Llevas todo el día con esa cara. Toño suspiró, pasándose una mano por el pelo.
13:43Es Leocadia. Todo esto es por mi culpa, Manuel. ¿De qué hablas? Del dinero. El dinero que me confiaste.
13:50El que aposté y perdí como un idiota. Si no fuera por eso, no tendrías que haber recurrido a ella.
14:00No estarías atado a sus caprichos, a su chantaje. No tendríamos a esa mujer paseándose por aquí como
14:06si fuera la dueña. Todo es culpa mía. Manuel le puso una mano en el hombro. Escúchame, Toño,
14:14lo que pasó, pasó. Lamentarse no cambia nada. Fuiste un idiota. Sí, pero eres mi amigo. Y saldremos
14:23de esta juntos, como siempre. Ya no hay vuelta atrás. Pero el futuro se complicó aún más cuando
14:30Leocadia apareció en el hangar esa misma tarde. Manuel, tenemos que hablar. He estado revisando
14:38los términos de nuestro acuerdo. Y he decidido que no son suficientes. Manuel se tenso. ¿Qué quieres
14:46decir? Leocadia sonrió, una sonrisa gélida. Quiero decir que las reglas han cambiado. Mi inversión
14:54ahora me da derecho a algo más que un porcentaje de los beneficios. Te haré una nueva propuesta.
14:59Una que, te aseguro, te dejará completamente descolocado. En medio de tanto conflicto,
15:07sin embargo, florecieron pequeños brotes de esperanza. Manuel, quizás impulsado por la
15:14lealtad de Toño, decidió que era hora de sanar una herida importante. Buscó a su padre en la
15:21biblioteca. Padre, puedo hablar contigo. Alonso levantó la vista de sus libros, sorprendido.
15:29Quería, quería pedirte perdón, dijo Manuel, con una sinceridad que conmovió al marqués.
15:36He sido un necio, me he comportado como un niño egoísta. He desconfiado de ti y he puesto mis
15:41intereses por encima de la familia. Lo siento, de verdad. Alonso se levantó y, para sorpresa de
15:49Manuel, lo abrazó. Eres mi hijo. Y te quiero, eso es lo único que importa. El espíritu de
15:57reconciliación pareció extenderse. Curro, preocupado por la tensión entre Catalina y
16:04Martina, habló con la primera. Le contó lo dolida que estaba su prima, hasta el punto de
16:09plantearse abandonar la promesa. Con el corazón encogido por la culpa, Catalina buscó a Martina
16:16en los jardines. Martina, espera. ¿Qué quieres, Catalina? Pedirte perdón. Curro me lo ha contado.
16:25No sabía que estabas tan mal. Fui injusta, cruel y estúpida. Mi dolor por lo de Pelayo me
16:33cegeo con acento agudo y la pagué contigo. Que eres la persona que más me ha apoyado.
16:38Por favor, no te vayas. Te necesito, la promesa te necesita. Martina la miró, sus ojos llenos de
16:47lágrimas, y asintió, devolviéndole el abrazo que Catalina le ofrecía. Esa noche, bajo un manto de
16:55estrellas, Curro y Ángela se encontraron en su rincón secreto del jardín. ¿Has visto? Las cosas
17:02pueden mejorar. Dijo ella, acurrucada en su abrazo. Sí. Y nosotros también nos merecemos eso.
17:11Un futuro, lejos de aquí. Curro le tomó la mano, entrelazando sus dedos. Sueño con Zurich. Ángela.
17:20Sueño con un pequeño apartamento, con despertar a tu lado cada mañana sin miedo, con pasear de la
17:25mano por la calle sin que nadie nos mire, sin que nadie nos juzgue. Es un sueño precioso.
17:32No es un sueño. Es un plan. Te juro que lo haremos realidad. Nos merecemos vivir nuestro
17:39amor sin tener que escondernos nunca más. Pero los sueños en la promesa tienen la mala costumbre
17:44de convertirse en pesadillas al primer parpadeo. Martes, 26 de agosto. La calma antes de la
17:52tempestad. La mañana del martes amaneció con una calma tensa, como el silencio que precede a una
17:58tormenta violenta. Las reconciliaciones del día anterior habían aliviado algunas tensiones. Pero
18:05las nubes de tormenta seguían acumulándose en el horizonte. La primera descarga eléctrica se
18:12produjo entre Enora y Toño. Ella no había olvidado la revelación de la víspera y lo abordó nada más
18:17verlo. No hemos terminado nuestra conversación. Yo sí. Te dije que no era asunto tuyo. Replicó él,
18:25osco.
18:25Pues claro que lo es. ¿Cómo puedes vivir así, sabiendo que tu madre está ahí dentro, sirviendo
18:33la comida, y tú ni siquiera le diriges la palabra? ¿Qué clase de monstruo eres?
18:40Tú no sabes nada, gritó Toño, su voz quebrada por un dolor que no lograba ocultar.
18:45No sabes lo que pasó, no sabes lo que hizo, pues explícamelo, ayúdame a entenderlo, quizás yo pueda.
18:55Tú no puedes hacer nada, déjalo estar, Enora, por tu bien. Pero su negativa no hizo más que avivar
19:01la determinación de Enora. Vio el sufrimiento en sus ojos y en los de Simona, un abismo de tristeza
19:09silenciosa que las unía. Y se juró a sí misma que construiría un puente sobre ese abismo. Cueste
19:16lo que cueste. En el salón principal, el ambiente era más civilizado, pero no menos estratégico.
19:24Catalina y Martina, radiantes tras haber hecho las paces, comunicaron la noticia a Alonso, Manuel y
19:30Pelayo. Nos alegra enormemente veros unidas de nuevo, dijo el marqués, con genuino alivio.
19:39Ahora tenemos que usar esa unión a nuestro favor, declaró Catalina, con su habitual pragmatismo.
19:48Debemos volver a contactar con el varón de Valladares. Juntas, le presentaremos una nueva
19:53propuesta, un frente unido que no pueda ignorar. Es arriesgado, advirtió Alonso. Es un hombre
20:01difícil y rencoroso. Pero la finca no puede esperar, padre. Y dos Luján son más fuertes que una.
20:09Sentenció Martina, con una nueva confianza en su mirada. La confianza era, sin embargo,
20:17un bien escaso para otros habitantes del palacio. Vera se sentía cada vez más mustia.
20:24La reciente visita de la duquesa de Carril, lejos de animarla, la había sumido en una profunda
20:29melancolía. La duquesa había hablado con cariño de sus sobrinos, de las reuniones
20:35familiares, de la alegría de ver crecer a los más pequeños. Cada palabra era una
20:42puñalada para Vera, un recordatorio de la familia que había perdido, del hermano al
20:47que no encontraba. La vida de los señores, tan llena de certezas y lazos, hacía que la
20:54suya pareciera aún más vacía y frágil. Mientras tanto, en la intimidad de su alcoba, Pía y Ricardo
21:02vivían su particular calvario.
21:06«Nos va a despedir», susurró Pía, retorciéndose las manos. «Oh, a uno de los dos. Cristóbal no es
21:12un hombre que olvide o perdone. Lucharemos. Pía, hablaré con el marqués. Le he servido durante
21:20años. Él me aprecia». El marqués ahora delega todo lo referente al servicio en Cristóbal. Estamos
21:27en sus manos. Y ese hombre nos odia. Lo vi en sus ojos. Siente placer con nuestro sufrimiento. La
21:34incertidumbre los carcomía, envenenando los pocos momentos que lograban robarle al día.
21:39Cada paso por el pasillo, cada llamada del mayordomo, era un motivo de pánico. Y el
21:46mayordomo, en efecto, estaba disfrutando de su poder.
21:52Esa tarde, volvió a encontrarse con Leocadia, esta vez en una cabaña de caza abandonada en
21:57los límites de la finca. Todo marcha según el plan. Le informó él, sirviendo dos copas
22:05de coñac. El servicio está desestabilizado. El amorío de la ayuda de cámara y la antigua
22:12ama de llaves ha salido a la luz. Les daré un ultimátum que los destrozará.
22:18Bien, el caos entre los de abajo siempre es una buena distracción. Aprobó Leocadia, tomando un sorbo.
22:24¿Y los de arriba, Manuel? Sigue resistiéndose a mi nueva propuesta, pero cederá.
22:34Necesita el dinero, y yo necesito el control. Leocadia lo miró, sus ojos brillando con una
22:40luz febril en la penumbra.
22:41Nuestra relación es mucho más antigua que este palacio, ¿verdad, Cristóbal? A veces
22:48pienso en todo lo que hemos pasado. Yo también, admitió él, su voz perdiendo parte de su dureza.
22:55Y a veces, me lamento. Me hubiera gustado llegar a la promesa antes, antes, sí. Cuando ella todavía
23:04estaba aquí. No necesitaba decir el nombre. Cruz, me habría encantado verle la cara cuando me viera
23:12como mayordomo jefe. Me habría gustado ser yo quien la escoltara a la puerta cuando la enviaron a esa
23:18casa de reposo. Ver la humillación en sus ojos. Su confesión reveló la verdadera profundidad de su
23:26rencor. No era sólo un plan de negocios o una venganza abstracta. Era algo profundamente personal.
23:34Una herida supurante que sólo la destrucción total de Cruz y su legado podría cicatrizar.
23:42La tarde caía, y con ella, la frágil sensación de seguridad de Curro y Ángela. Se habían citado
23:49de nuevo en el jardín, el corazón rebosante de planes y promesas.
23:54He estado mirando horarios de trenes. Decía Curro, emocionado. Podríamos ir a París primero,
24:01y desde allí a Zurich. Sería como una pequeña luna de miel anticipada. Suena maravilloso. Respondió
24:09Ángela, besándolo suavemente. Ser libres, juntos. Nada ni nadie volverá a separarnos. Lorenzo está lejos,
24:18encerrado. Somos dueños de nuestro. Curro no pudo terminar la frase. Una voz a sus espaldas,
24:26una voz que helaba la sangre y paralizaba el alma. Resonó en el silencio del atardecer.
24:33Dueños de vuestro qué, exactamente. De vuestra traición, lentamente, como en una pesadilla,
24:39se giraron. Apoyado en el tronco de un viejo roble, con una sonrisa torcida y cruel en los labios,
24:47estaba él. El capitán Lorenzo de la Mata, impecablemente vestido, con el sol poniente
24:54brillando en su pelo, como un demonio surgido del mismísimo infierno. Había vuelto, y la alegría
25:02de Curro y Ángela se hizo añicos, esparciéndose por el suelo como un espejo roto. Su futuro feliz
25:10acababa de morir antes de nacer. Miércoles, 27 de agosto, el regreso del depredador.
25:17La noticia del regreso de Lorenzo corrió por la promesa como un reguero de pólvora.
25:23El caos no fue inmediato, sino un terror sordo que se instaló en el corazón de todos.
25:30La atmósfera se volvió irrespirable. Los sirvientes susurraban en las esquinas,
25:36los señores hablaban en voz baja en los salones.
25:40El depredador había vuelto a su coto de caza, y todos se sentían como presas. Pero para nadie
25:45fue tan aterrador como para Curro y Ángela. Vivían en un estado de pánico constante. Cada
25:53sombra era Lorenzo, cada puerta que se abría era él. El palacio, su hogar, se había convertido en
26:00una jaula, y el capitán era el carcelero que disfrutaba de su sufrimiento.
26:03El primer encuentro fue brutal. Lorenzo los interceptó en el pasillo principal. Vaya, vaya.
26:14La feliz parejita. Debo decir que tenéis agallas. Después de enviarme a un calabozo
26:19inmundo, seguís paseando por aquí como si nada.
26:21¿Qué haces aquí? Logró articular Curro, interponiéndose entre Ángela y él. He vuelto
26:29a mi casa, por si no te habías dado cuenta.
26:33¿O es que acaso, además de la callo, también te has adueñado del palacio?
26:38Lorenzo se acercó a él, su voz un siseo venenoso.
26:42La pregunta es, ¿cómo crees que he salido? ¿Magia? ¿Un indulto del rey? Piénsalo, Curro.
26:52Quizás tus amigos poderosos no lo son tanto. Déjanos en paz. Murmuró Ángela, temblando.
27:00Lorenzo río, una risa sin alegría. Oh, no, la paz es lo último que vais a tener. Esto no ha
27:06hecho más que empezar. Voy a disfrutar cada segundo de vuestro miedo, y cumplió su palabra.
27:13Más tarde, encontró a Curro limpiando la biblioteca. Se sentó en un sillón, observándolo.
27:21Sabes, Curro, siempre he pensado que tienes potencial. Pero te falta ambición, te conformas
27:28con las migajas, con una doncella, con una vida de servidumbre. Mi vida no es de su incumbencia.
27:35Claro que lo es. Sobre todo cuando tus acciones afectan a la mía.
27:42Se levantó y se acercó, rodeándolo lentamente. Un hombre de verdad no se esconde tras las faldas
27:47de una mujer. Un hombre de verdad defiende su honor. Si tuvieras algo de sangre en las venas,
27:54ahora mismo cogerías ese atizador de la chimenea y tratarías de golpearme.
27:58Demostrarías que eres algo más que el perro faldero de llana. Curro apretó los puños con
28:06tanta fuerza que sus nudillos se pusieron blancos. El atizador parecía llamarlo. La ira, pura y
28:13candente, subió por su garganta. Estaba a punto de explotar, de darle a Lorenzo exactamente lo que
28:19quería. Una excusa para destruirlo. Pero entonces, vio el reflejo de Ángela en el cristal de una vitrina,
28:27mirándolo desde la puerta con ojos suplicantes. Respiró hondo, luchando por contener la rabia.
28:36No voy a caer en su juego. Dijo, con la voz temblorosa por el esfuerzo.
28:42Lorenzo sonrió. Una pena. Habría sido divertido. Pero no te preocupes, ya encontraremos otra forma
28:48de jugar. En medio de esta tormenta personal, los problemas del resto del mundo seguían su curso.
28:57Manuel reunió a Toño y Enora en el hangar para comunicarles una noticia importante.
29:05Pedro Farré, un antiguo socio mío, ha hecho una oferta para comprar mis acciones del negocio.
29:13Todas. Toño lo miró, alarmado. ¿Y qué vas a hacer? Venderlo significaría el fin del hangar.
29:19De todo por lo que has luchado. Pero también significaría librarse de Leocadia para siempre.
29:26Intervino Enora, con vehemencia. Manuel, es la oportunidad perfecta. Acepta,
29:33coge el dinero y olvídate de ella. No es tan sencillo, Enora.
29:37Este lugar es mi vida. A veces hay que sacrificar una parte de tu vida para salvar el resto. Dijo Toño,
29:45sombrío. La discrepancia entre ellos era evidente, dejando a Manuel con una decisión
29:52imposible sobre sus hombros. Para Toño, los frentes abiertos se multiplicaban. La tensión
30:00con Enora por el secreto de su madre se vio agravada por una revelación inesperada. Simona
30:06y Candela, incapaces de seguir guardando el secreto, habían confesado a Manuel lo que sabían.
30:13Y Manuel, en un intento torpe de mediar, se lo contó a Toño. Simona me dijo que sabe la verdad.
30:22Sobre ti y Norberta, que no estáis casados. Toño se sintió traicionado. No por Simona,
30:27sino por el destino. Ahora Enora, la mujer que amaba, se aferraba a él pensando que era un hombre
30:35libre, cuando la verdad era mucho más complicada y dolorosa. La red de mentiras que había tejido
30:43para sobrevivir se estaba cerrando a su alrededor, y dudaba de si su relación con Enora podría soportar
30:48el peso de la verdad completa. El peso de un ultimátum también cayó sobre Pía y Ricardo. Cristóbal
30:56los convocó a su despacho, un espacio frío e impersonal que ahora parecía una sala de tribunal.
31:03He reflexionado sobre vuestra situación. Comenzó, saboreando cada palabra. Y he llegado a una
31:10conclusión. La promesa no es lugar para amoríos indecorosos entre el servicio. Socava la disciplina
31:18y el respeto. Por lo tanto, uno de los dos debe marcharse. Pía sintió que el suelo desaparecía bajo
31:26sus pies. ¿Cómo? ¿Cómo lo oyen? Tenéis hasta el final de la semana para decidir quién recoge sus
31:34cosas y se va para siempre. Si no lo hacéis, os despediré a los dos. Pero, señor, esto es. Es
31:43inhumano. Protestó Ricardo. Es mi decisión, y es final. Ahora, fuera de mi vista. Salieron del
31:51despacho devastados, con el corazón hecho pedazos. ¿Cómo elegir? ¿Cómo pedirle al otro que renunciara
31:59a su vida, a su sustento, por un amor que apenas había tenido tiempo de florecer? Era una elección
32:06imposible, una tortura diseñada por un hombre que disfrutaba del dolor ajeno. Las malas noticias
32:13llegaron también desde el exterior del palacio. Martina y Catalina regresaron de su encuentro con
32:18el varón de Valladares con el rostro sombrío. Ha sido un desastre. Informó Martina a su padre. No ha
32:26querido ni escuchar nuestra propuesta. Dice que la oferta anterior es la única válida y que si no
32:32la aceptamos, venderá las tierras a los ingleses. Es un chantajista, masculló Catalina. La esperanza
32:41de una solución negociada se desvanecía, dejando a la familia Luján en una posición más precaria que
32:46nunca. Pero en medio de tanta oscuridad, un rayo de luz inesperado iluminó el día de Vera.
32:56Estaba en el jardín, regando las rosas, con el alma encogida por la tristeza, cuando oyó una voz
33:02a sus espaldas. Una voz que no había oído en años, pero que reconoció al instante. Vera se giró
33:10lentamente, sin atreverse a creerlo. Y allí estaba él, más alto, más delgado, con la mirada de un hombre,
33:19pero seguían siendo los mismos ojos que la habían protegido durante toda su infancia.
33:23Federico, susurró, las lágrimas brotando de sus ojos. Era su hermano. La había encontrado.
33:33Corrió hacia él y se abrazaron con la fuerza de todos los años de ausencia, llorando y riendo
33:38al mismo tiempo, un nudo de emociones demasiado grande para ser expresado con palabras.
33:42Por un instante, solo por un instante, todo el dolor y el miedo desaparecieron. Y Vera sintió que por fin,
33:51después de tanto tiempo, había vuelto a casa.
33:54Jueves, 28 de agosto. Verdades incómodas y confesiones tardías. El impacto del regreso
34:02de Lorenzo seguía reverberando en cada rincón de la promesa. Su presencia era tóxica, una amenaza
34:09constante que Ángela y Curro sentían en la nuca a cada paso que daban. El capitán los acosaba con una
34:17crueldad calculada, apareciendo cuando menos lo esperaban, con comentarios mordaces y preguntas
34:22envenenadas.
34:25Dime, Curro, ¿ya le has preguntado a tus importantes amigos cómo es posible que yo esté aquí? Le dijo
34:31mientras el joven servía el desayuno. Debes de estar muy decepcionado. Pensabas que te habías
34:38librado de mí para siempre. Pero la justicia, la verdadera justicia, a veces tiene formas curiosas
34:45de manifestarse. Quizás alguien con más poder que tu adorada marquesa intercedió por mí. Alguien
34:52que no aprecia que un simple lacayo se meta donde no le llaman. Cada palabra era una tortura
34:59psicológica. ¿Cómo se había librado de la prisión? ¿Quién lo había ayudado? La incertidumbre era casi
35:05peor que el miedo. Los hacía sentir impotentes, atrapados en una red cuyo tejedor desconocían. La
35:13impotencia era un sentimiento que también embargaba Alonso. La intransigencia del varón
35:19de Valladares lo había llevado a una situación límite. Viendo que los intentos de sus hijas
35:26habían fracasado, tomó una decisión humillante. Se vistió con sus mejores galas, ordenó que
35:33prepararan el coche y se dirigió a la casa del varón. Sin avisar, el mayordomo del varón lo
35:40recibió con frialdad. El señor no recibe a nadie sin cita. Dígale que es el marqués de Luján y que
35:48no me iré hasta que hable con él. La espera en el zaguán fue una agonía para Alonso. Cada minuto
35:55que pasaba era una afrenta a su título, a su honor. Finalmente, el varón apareció en lo alto de la
36:02escalera, mirándolo con desprecio. ¿Qué quieres, Luján? ¿Vienes a suplicar? Alonso tragó saliva,
36:10reprimiendo su orgullo. Vengo a pedirle, como un igual, que reconsidere su postura. Que nos conceda
36:18un nuevo encuentro. Que escuche a mis hijas. Casi tuvo que rogarle, apelar a viejos tiempos y a un
36:26sentido del honor que el varón parecía haber olvidado. Fue una de las conversaciones más
36:31difíciles de su vida, pero al final consiguió un frágil compromiso. El varón volvería a la
36:37promesa al día siguiente para una última negociación. Alonso regresó a casa con un
36:43pequeño triunfo, pero con el amargo sabor de la humillación en la boca. Mientras, la intriga
36:50entre Cristóbal y Leocadia continuaba en las sombras. En uno de sus encuentros, la conversación
36:56derivó hacia temas más mundanos, pero no menos reveladores. Mi hija sigue preguntando mucho por
37:03mis negocios, inquirió Leocadia, con una falsa despreocupación. No más de lo normal, respondió
37:11Cristóbal, que, como mayordomo, estaba al tanto de todas las conversaciones. Martina está más centrada
37:19en los asuntos del varón. Parece que no sospecha nada de nuestros planes. Su aventura no era solo
37:26pasión, era una alianza estratégica. Se usaban mutuamente para obtener información, para controlar
37:32los hilos de un plan cuya magnitud nadie en el palacio podía siquiera imaginar. En la zona de
37:39servicio, la culpa pesaba sobre las conciencias de Simona y Candela. Se sentían mal por haberle
37:46contado a Manuel la verdad sobre el matrimonio de Toño, saltándose la confianza de su propio hijo
37:51y amigo. Decidieron que lo más honesto era confesárselo a él directamente. Lo buscaron en el
37:58hangar.
38:01Toño, tenemos que decirte algo. Empezó Simona, con la voz temblorosa. Le dijimos a don Manuel lo de
38:08Norberta. Soltó Candela, incapaz de andarse con rodeos. Los sentimos, nos sentíamos culpables por
38:16ocultárselo, viendo cómo os afectaba a todos. Toño los miró, su expresión indescifrable. No hubo
38:24reproche, solo un cansancio infinito. Ya no importa, la verdad tenía que salir a la luz de una forma u otra.
38:32La verdad era también el centro del esperado reencuentro entre Vera y Federico. Tras la euforia
38:39inicial, se sentaron en un banco del jardín, y las preguntas comenzaron a surgir.
38:45No lo entiendo, Vera. Dijo Federico, frunciendo el ceño. ¿Por qué huiste así? ¿Por qué aquí,
38:53una doncella? ¿Podrías haber ido a casa de la tía Enriqueta?
38:56Papá la habría encontrado en dos días, replicó Vera, su voz teñida de frustración.
39:05Tenía que desaparecer, Federico. Esconderme en un lugar donde nunca se le ocurriría buscar.
39:12Tú no estabas allí para verlo. No sabes cómo se puso después de que te marcharas al servicio militar.
39:17Hice lo que tenía que hacer, y yo también. Hice lo que tenía que hacer para sobrevivir.
39:25Pensé que lo entenderías. Entiendo que tuvieras miedo. Pero abandonar a mamá. Mamá nunca hizo nada
39:31para defendernos. Se quedaba mirando mientras él. Vera se interrumpió, incapaz de verbalizar los
39:39horrores de su pasado. La alegría del reencuentro se vio empañada por el peso de sus diferentes experiencias.
39:47Él no comprendía la profundidad de su desesperación, y ella no podía perdonarle que no viera la realidad
39:52de la bestia que era su padre. Las heridas del pasado, lejos de cerrarse, comenzaban a sangrar de nuevo.
40:01Viernes, 29 de agosto, la huida como única salida. El viernes llegó cargado de ultimátums y decisiones
40:08desesperadas. El varón de Valladares regresó a la promesa, tal y como había prometido, pero su actitud era
40:15aún más arrogante que antes. Se sentó en el despacho de Alonso, frente a Catalina y Martina,
40:22y escuchó su nueva propuesta con una sonrisa condescendiente.
40:27Todo esto está muy bien, señoritas, pero no es lo que yo quiero. Mis exigencias son sencillas.
40:35Y las enumeró, una por una. Eran condiciones abusivas, diseñadas para humillarlos y exprimir
40:41hasta el último céntimo de la finca. La tensión era insoportable. En un momento dado, Adriano,
40:49el pianista, entró para entregar una partitura. El varón lo miró de arriba abajo. Vaya, así que
40:57este es el famoso músico del que tanto me han hablado. Toque algo para nosotros, entretenganos
41:04mientras las damas deciden si aceptan mi generosa oferta. Adriano se sintió como un animal de feria.
41:11La petición era una humillación, una forma de demostrar poder. Pero por el bien de Catalina,
41:18obedeció. Mientras sus dedos se movían sobre el piano, se dio cuenta de que se había convertido
41:24en una pieza más en su juego, una mera distracción. A pesar de todo, la tensión se relajó lo suficiente
41:32como para que Catalina y Martina, con una habilidad diplomática increíble, lograran que el varón
41:37aceptara quedarse a cenar y continuar la negociación. Habían ganado tiempo, pero a un coste muy alto.
41:45Para Curro y Ángela, el tiempo se había acabado. El acoso de Lorenzo había alcanzado un punto de no
41:52retorno. Ya no eran sólo comentarios sarcásticos, eran pequeñas trampas, objetos de valor que
41:58desaparecían de las habitaciones que Curro limpiaba para luego reaparecer, insinuaciones a otros criados
42:04sobre la naturaleza ladrona del lacayo. Era una guerra psicológica de desgaste, y Lorenzo la estaba
42:11ganando. Esa noche, se encontraron en la habitación de Ángela, la puerta cerrada con llave. El miedo en
42:19sus ojos era palpable. No podemos más, Curro, sollozó Ángela. Me va a volver loca. O peor, conseguirá que
42:29tú cometas una locura y acabes en la cárcel de verdad. Lo sé. Curro la abrazó, su propia voz
42:37cargada de desesperación. No hay otra opción, tenías razón. Mi sueño de Zurich, no puede ser un sueño.
42:44Tiene que ser ahora, irnos, así, sin más. Sí, esta misma noche, o mañana, a más tardar. Cogeremos lo
42:54poco que tenemos, el dinero que he ahorrado, y nos iremos. Sin decir nada a nadie, simplemente
43:02desaparecer. Era una decisión drástica, un giro de 180 grados a sus vidas. Significaba abandonar a
43:11sus amigos, su trabajo, todo lo que conocían. Pero la alternativa era quedarse y ser destruidos por
43:17Lorenzo. La elección era clara. ¿A dónde iremos? Preguntó ella, secándose las lágrimas, lejos.
43:28A Suiza, como habíamos planeado. Curro la miró, una nueva determinación endureciendo sus facciones.
43:34Empieza a preparar una pequeña bolsa. Sólo lo imprescindible. Seremos silenciosos.
43:43Seremos rápidos. Y para cuando se den cuenta, ya estaremos a salvo, lejos de sus garras.
43:51La fuga había comenzado. El miedo se transformó en una febril actividad. El plan para un futuro
43:56idílico se había convertido en una desesperada carrera por la supervivencia.
44:00En otra parte del palacio, Pía y Ricardo jugaban su última carta. Solicitaron ver a Cristóbal de
44:08nuevo. Señor mayordomo, hemos hablado. Dijo Pía, tratando de mantener la compostura. Y hemos decidido
44:17terminar nuestra relación. No habrá más encuentros, ni besos, ni nada que pueda comprometer la reputación
44:24de esta casa. Le pedimos que nos permita conservar nuestros empleos. Le damos nuestra palabra. Cristóbal
44:32los observó en silencio. Una leve sonrisa dibujada en sus labios.
44:38¿Su palabra? ¿La palabra de dos personas que han estado engañando a sus señores y compañeros durante semanas?
44:43Su palabra no vale nada para mí. Pero es la verdad, insistió Ricardo. No les creo. Es una
44:52artimaña para salvar el pellejo. El ultimátum se mantiene. A finales de semana, uno de los dos estará
45:00fuera de la promesa. Decidan cuál. Se marcharon sin esperanza, el corazón roto. La crueldad de
45:08Cristóbal era un muro contra el que no podían luchar. Más tarde, en la intimidad de su alcoba
45:15clandestina, Leocadia sintió un escalofrío de inquietud. Cristóbal, las cartas que te he escrito,
45:24las cartas de amor, creo que deberías destruirlas. ¿Por qué? Preguntó él, sorprendido. Son un riesgo.
45:31Si alguien las encontrara, todo nuestro plan se vendría abajo. Nadie las encontrará. Las tengo
45:39bien guardadas. Aún así, quémalas, por favor. Pero Cristóbal se negó. No, son mías. Son la prueba
45:48de lo que sentimos, de lo que hemos esperado. No pienso deshacerme de ellas. Su negativa sembró una
45:55semilla de desconfianza en Leocadia. Las guardaba por sentimentalismo o como una garantía. Como un arma
46:01que podría usar contra ella si las cosas se torcían. De repente, el hombre en cuyos brazos
46:07yacía le pareció un extraño, un enemigo potencial. El conflicto también emponzoñaba el reencuentro de
46:14Vera y Federico. Las diferencias sobre su oscuro pasado eran un abismo entre ellos. Él la acusaba
46:22de exagerar, de haber abandonado a su madre. Ella lo acusaba de ceguera, de no haberla protegido lo
46:28suficiente. El doloroso amor que sentían el uno por el otro estaba siendo devorado por años de
46:35resentimiento y malentendidos. Y mientras la semana llegaba a su fin, Enora decidió tomar las riendas
46:43del destino de Toño y Simona. Si ellos no eran capaces de dar el primer paso, ella los empujaría.
46:51Con una excusa, hizo que Toño fuera a la cocina a última hora de la noche, supuestamente para ayudarla
46:57con una tarea. Al mismo tiempo, le pidió a Simona que se quedara un poco más para probar una nueva
47:04receta. Toño entró en la cocina y se encontró a su madre sola, amasando pan en silencio. Simona
47:12levantó la vista, sorprendida. La puerta se cerró detrás de Toño. Enora los había encerrado.
47:19Madre, murmuró Toño, la palabra torpe en sus labios después de tantos años de silencio.
47:27Simona lo miró, sus ojos inundados de un océano de dolor, esperanza y miedo. La habitación quedó en
47:33silencio, un silencio cargado con el peso de una vida entera de palabras no dichas.
47:40La reconciliación, o la ruptura definitiva, estaba a punto de suceder. Y en la promesa,
47:46como siempre, el futuro de todos pendía de un hilo tan frágil como el corazón humano.
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