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̀ #ValleSalvajeAdriana #descubre #Luisa
Adriana descubre a Luisa moribunda en prisión
En Valle Salvaje, la tragedia golpea con una fuerza implacable cuando Adriana, embarazada y desesperada, entra en la oscuridad de la cárcel para encontrar a Luisa al borde de la muerte. Lo que descubre allí no solo pone en riesgo dos vidas inocentes, sino que desata una cadena de revelaciones capaces de hacer temblar a la Casa Grande.

Mientras Victoria mueve los hilos desde su trono de poder, confiada en que su plan para destruir a la Casa Pequeña s ...
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#ValleSalvajeAdriana, #descubre, #Luisa, #moribunda, #prisión
Transcripción
00:00Adriana descubre a Luisa moribunda en prisión. En Valle Salvaje, la tragedia golpea con una
00:16fuerza implacable cuando Adriana, embarazada y desesperada, entra en la oscuridad de la
00:21cárcel para encontrar a Luisa al borde de la muerte.
00:24Lo que descubre allí no solo pone en riesgo dos vidas inocentes, sino que desata una
00:32cadena de revelaciones capaces de hacer temblar a la casa grande.
00:38Mientras Victoria mueve los hilos desde su trono de poder, confiada en que su plan para
00:43destruir a la casa pequeña sigue en marcha, un secreto oculto por años comienza a resquebrajarse,
00:49la verdad sobre el falso robo de la talla sagrada.
00:54Traiciones, confesiones prohibidas, alianzas inesperadas y un contragolpe que incendiará
01:01todo el valle.
01:05Cuando la verdad estalla, nadie queda a salvo. ¿Quién caerá primero? ¿Quién se atreverá
01:10a decirlo todo?
01:13Y lo más urgente, ¿podrá Adriana salvar a Luisa antes de que sea demasiado tarde?
01:19Un capítulo donde la justicia despierta, el miedo cambia de bando, y Valle Salvaje nunca
01:27volverá a ser el mismo.
01:32Cuando el guardia abrió la pesada puerta de hierro, el olor a humedad y sudor rancio golpeó
01:37a Adriana como una bofetada.
01:38El pasillo de la cárcel parecía más largo que nunca, iluminado apenas por unas antorchas
01:47que chisporroteaban en la pared.
01:51Cada paso que daba resonaba en la piedra, mezclándose con los gemidos de los presos,
01:57con las plegarias susurradas y los insultos lanzados al aire como piedras.
02:01Por aquí, señora, gruñó el capitán de la Santa Hermandad, sin siquiera mirarla
02:09a los ojos.
02:13Adriana sostuvo el vientre con una mano.
02:15El bebé se movió levemente, como si también sintiera el miedo.
02:22Su respiración se aceleró cuando el capitán se detuvo ante una celda al fondo, la más
02:27oscura.
02:27Metió la llave en la cerradura, la giró con un chirrido agudo y empujó la puerta.
02:38Luisa yacía en el suelo, inmóvil, con el cabello pegado a la frente sudorosa.
02:43El cuenco con la comida de la mañana estaba intacto en una esquina, lleno de una papilla
02:48grisácea ya endurecida.
02:53Luisa, la voz de Adriana se quebró.
02:55Luisa, por favor, se arrodilló como pudo, ignorando el dolor en la espalda, y tomó
03:02el rostro de la muchacha entre sus manos.
03:07Estaba pálida, con los labios resecos y unas ojeras tan profundas que parecían sombras pintadas.
03:12No responde.
03:17Observó el capitán, sin rastro de compasión.
03:20Aquí muchos mueren antes de que el juez pronuncie una sola palabra.
03:24El hombre dudó, irritado por el tono, pero algo en la mirada de Adriana, esa mezcla de
03:41furia y desesperación, lo hizo retroceder.
03:47Murmuró una maldición y se alejó a grandes zancadas por el pasillo.
03:51Luisa, mírame.
03:53Soy yo, Adriana.
03:54No te atrevas a dejarme.
03:59Susurró, con la voz temblorosa.
04:01No después de todo lo que hemos pasado.
04:06No después de que te prometí sacarte de aquí.
04:09Durante unos segundos, el silencio fue tan denso que pareció llenar la celda.
04:13Entonces, casi imperceptible, un suspiro se escapó de los labios de la joven.
04:21La mano huesuda de Luisa se movió y rozó el brazo de Adriana, como si nadara contra una
04:26corriente invisible para alcanzarla.
04:30Ah, Dri, su voz era apenas un hilo roto.
04:34Estoy aquí, repitió Adriana, con lágrimas en los ojos.
04:41No estás sola.
04:42Luisa intentó abrir los párpados, pero el peso del cansancio los mantenía cerrados.
04:49No, quiero comer, murmuró.
04:52Ah sí, se acaba más rápido.
04:55Esas palabras le atravesaron el corazón.
05:00Adriana sintió una oleada de rabia contra todos.
05:03Contra Victoria, contra José Luis, contra el sistema injusto que había encerrado a una
05:08inocente por el robo de la talla sagrada.
05:12Nadie quería escuchar que Luisa no era más que una pieza en el juego de otros.
05:18Si te rindes, susurró, acercando la frente a la de ella.
05:23Ganan ellos.
05:23Los que te usaron, los que nos quieren rotas.
05:30¿Eso quieres, Luisa, convertirte en su victoria?
05:34El silencio de Luisa fue más elocuente que un grito.
05:38Una lágrima solitaria rodó por su mejilla sucia.
05:40No, sé, cómo seguir, admitió.
05:48Adriana cerró los ojos un segundo, inspirando hondo.
05:51En la oscuridad de la celda tomó una decisión que cambiaría el curso de los acontecimientos.
05:58Entonces seguirás agarrándote de mí, dijo, con firmeza, y yo me agarraré de ti, porque
06:08no voy a permitir que te mueras aquí.
06:11Te lo juro por mi hijo.
06:14A kilómetros de la prisión, en la casa grande, el ambiente no era menos tenso.
06:18Victoria caminaba por el despacho como una pantera enjaulada, mientras Francisco permanecía
06:27de pie junto al ventanal, con las manos a la espalda y el gesto cerrado.
06:35Quiero saber cada movimiento de José Luis, cada palabra que salga de la boca de Damaso,
06:40cada visita a la casa pequeña.
06:42Exigía ella.
06:46No me ocultarás nada, Francisco.
06:48¿Estamos claros?
06:50Él la miró de reojo.
06:51Había sido muchas cosas en su vida.
06:54Administrador leal, hombre prudente, testigo silencioso de secretos inconfesables.
07:01Pero nunca se había sentido tan dividido como ahora.
07:05Porque mientras cumplía órdenes de la duquesa, su corazón se le iba, poco a poco, hacia la
07:10cocina donde trabajaba Pepa.
07:12Estamos claros, mi señora, respondió, con voz controlada.
07:20Muy bien.
07:21Y sobre la cárcel, los ojos de Victoria se entornaron.
07:24¿Has confirmado que la muchacha sigue, debilitándose?
07:30El capitán asegura que la situación se agrava, contestó Francisco.
07:34Luisa se niega a comer.
07:40Un destello helado cruzó la mirada de la duquesa, un brillo que no era exactamente satisfacción,
07:45pero se le parecía demasiado.
07:47Mientras no muera del todo antes del juicio, me sirve, murmuró.
07:54La necesitan lo bastante viva para condenarla, pero lo bastante rota para no poder defenderse.
08:03Francisco sintió un escalofrío.
08:05Por primera vez, se preguntó si había cruzado una línea al servir a Victoria.
08:09Recordó la sonrisa de Pepa la noche anterior, cuando le había ofrecido un trozo de pan aún
08:17caliente.
08:20Contigo hasta el infierno, le había dicho ella en broma.
08:24Nunca creyó que se acercaran tanto a ese lugar.
08:28En la casa pequeña, Mercedes apretaba un pañuelo entre los dedos mientras escuchaba a Matilde.
08:34La mirada de la muchacha estaba nublada por el miedo.
08:40No lo reconozco, Mercedes, confesó Matilde.
08:47Atanasio siempre fue serio, sí, pero no cruel.
08:51Ahora, ahora solo habla de órdenes, de plazos, de la voluntad de la duquesa.
08:59Cuando le menciono a Luisa, se irrita.
09:01Dice que no podemos enfrentarnos a Victoria.
09:04Que si lo hacemos, él lo perderá todo.
09:10Mercedes la observó con una ternura que le dolía.
09:15Tiene miedo, dijo, no de Victoria, sino de sí mismo.
09:19Sabe que si da un paso en falso, se derrumba todo lo que ha construido.
09:26Pero el miedo mata más al más que la muerte, Matilde.
09:29Y no pienso permitir que destruya la tuya.
09:31Matilde alzó la vista, sorprendida por la dureza en su voz.
09:38¿Qué vas a hacer?
09:39Mercedes pensó en Damaso.
09:44En sus planes, en su modo de mirarla a veces, entre desafío y deseo.
09:48Su alianza con él había empezado como un pacto frío, casi aséptico.
09:56Pero cada día se hacía más complejo.
09:58Una mezcla peligrosa de ambición, química y algo que no se atrevía a nombrar.
10:03Empiezo a creer, respondió lentamente, que la única manera de salvar a Luisa, es traicionar a todos.
10:16Matilde abrió la boca para preguntar a qué se refería, pero en ese instante se oyó un golpe en la puerta.
10:21Rafael entró, pálido, con una carta arrugada en la mano.
10:29Es de la Santa Hermandad, dijo, con la voz rasposa.
10:36Sobre Luisa, el silencio caído en la estancia fue casi sagrado.
10:41Rafael tardó unos segundos en encontrar fuerzas para leer.
10:44El estado de la reclusa Luisa, se ha agravado.
10:50Si no hay comparecencia del abogado ni intervención de sus patrones en el plazo de tres días,
10:55se procederá a acelerar el proceso y se podría dictar sentencia ejemplar.
10:59Incluida la pena máxima.
11:03Las manos le temblaban.
11:05Tres días, susurró Adriana, entrando detrás de él, con las mejillas aún húmedas del llanto.
11:14Tres días para salvarla o perderla para siempre.
11:17Todos se giraron hacia ella.
11:19Estaba pálida, pero su mirada ardía.
11:23La he visto, continuó, no le queda fuerza.
11:27Han decidido matarla antes incluso de colgarla.
11:33Pero no lo conseguiremos suplicando, ni esperando milagros.
11:37Rafael dio un paso hacia ella.
11:38¿Qué propones?
11:42Adriana respiró hondo antes de pronunciar las siguientes palabras.
11:49Que ataquemos el corazón de la bestia.
11:51Que hagamos que la verdad explote en la cara de Victoria, de José Luis, de toda esta gente que juega con nuestras vidas.
11:58Que usemos sus propios pecados contra ellos.
12:04Mercedes la miró con mezcla de miedo y admiración.
12:10¿Verdad?
12:11¿Qué verdad?
12:12Adriana apretó los labios.
12:14Había escuchado cosas en la cárcel.
12:18Susurros entre rejas, chismes de guardias borrachos, nombres que se repetían como letanías malditas.
12:24Que la talla sagrada nunca fue robada por Luisa, dijo al fin.
12:31Que el robo fue un montaje.
12:36Que la imagen fue sustituida por una copia, y que alguien muy cercano a Victoria se encargó del intercambio.
12:42Los ojos de Rafael se abrieron de par en par.
12:48Eso es imposible.
12:49¿Quién?
12:51Francisco.
12:52Respondió Adriana, y el nombre se quedó flotando en el aire como una acusación.
12:59Esa misma noche, en la cocina de la casa grande, Pepa colocaba cuidadosamente los platos en la mesa cuando sintió una presencia tras ella.
13:07Se giró, sobresaltada, y se encontró con Francisco.
13:14Parecía más viejo que la víspera, como si el día le hubiera robado años de vida.
13:21Vienes a por la cena de la señora duquesa, dijo ella, intentando sonar despreocupada.
13:26No, vengo por otra cosa.
13:31Respondió él en voz baja.
13:33Pepa frunció el ceño.
13:35El hombre la miraba de una forma extraña, como si estuviera decidido a hacer algo irreversible.
13:44Si es por lo que pasó ayer.
13:46Empezó ella, ruborizándose al recordar el roce de sus manos, la cercanía de sus rostros, yo.
13:52No, la interrumpió Francisco, ¿no se trata de eso?
13:59O tal vez sí, porque si no fuera por ti, seguiría siendo el hombre que finge no ver nada.
14:07El administrador obediente, el que cierra los ojos y cuenta monedas.
14:11Pero tú, tragó saliva.
14:13Tú me has hecho acordarme de que tengo alma, Pepa, y el alma no soporta ciertas cosas.
14:24Ella sintió un vuelco en el pecho.
14:26¿Qué has hecho, Francisco?
14:28Preguntó, con un hilo de voz.
14:33Él se acercó un paso, bajando la voz hasta un susurro urgente.
14:38Fui yo quien llevó la talla sagrada fuera del palacio, confesó.
14:43Siguiendo órdenes de la duquesa, fui yo quien la entregó a un hombre de confianza, para esconderla en otra propiedad.
14:53Todo fue un truco para crear un escándalo, para humillar a la casa pequeña, para tener a tu gente de rodillas.
14:59El mundo de Pepa pareció inclinarse.
15:04Apoyó una mano en la mesa para no caer.
15:07¿Y Luisa?
15:08Preguntó.
15:11¿Por qué ella?
15:12Porque estaba en el lugar equivocado en el momento equivocado.
15:16Replicó Francisco, con amargura.
15:21La vieron cerca de la capilla.
15:23Necesitaban un culpable creíble.
15:25Alguien sin poder, sin apellido.
15:30Y yo, callé.
15:32Las lágrimas inundaron los ojos de la cocinera.
15:35La van a matar por algo que tú sabes que no hizo.
15:40Francisco asintió, con la mirada rota.
15:43Por eso vengo a ti.
15:45Porque sé que eres la única que aún confía en mí lo suficiente para escucharme.
15:51Y porque si voy a tirar de este hilo, necesito un lugar donde sujetarme para no caer al abismo.
15:59Pepa respiró hondo.
16:00En su interior, la rabia y la compasión luchaban a muerte.
16:04Si lo que dices es verdad.
16:06Dijo al fin.
16:07No puedes confesárselo solo a una cocinera.
16:09Tendrás que decírselo al mundo.
16:15Si lo hago, victoria me destruirá.
16:18Lo perderé todo.
16:21Si no lo haces, replicó Pepa.
16:24Perderás lo único que te queda.
16:26El derecho a mirarte al espejo.
16:30Y a mí, Francisco la miró, sorprendido por esa última frase.
16:34Tú, yo no quiero a un cobarde a mi lado.
16:38Sentenció ella, con un brillo de fuego en los ojos.
16:44Pero tal vez, solo tal vez, podría amar a un hombre que se atreve a hacer lo correcto aunque le cueste la vida.
16:53La palabra, amar, se quedó suspendida entre ellos, temblorosa y poderosa.
16:59Francisco cerró los ojos un instante, como si acabara de saltar al vacío.
17:04Entonces, prepárate.
17:08Dijo, porque mañana, todo arderá.
17:11La mañana siguiente, el salón principal de la Casa Grande estaba lleno.
17:18José Luis había convocado a todos bajo el pretexto de discutir asuntos urgentes relacionados con las tierras y la seguridad ante los movimientos de Damaso.
17:26Victoria, impecable como siempre, bajó las escaleras con una sonrisa calculada.
17:35No esperaba sorpresas.
17:39Creía controlar cada hilo de aquel retorcido tapiz.
17:42No vio venir el cuchillo que se alzaba desde dentro de su propia casa.
17:45Antes de empezar, dijo Francisco, dando un paso al frente, tengo algo que declarar.
17:58Todos se giraron hacia él.
18:00El duque, la duquesa, Alejo, Rafael, incluso Mercedes, que había acudido como representante de la casa pequeña.
18:08Pepa observaba desde el umbral de la puerta, con el corazón desbocado.
18:15¿Qué pretende, Francisco?
18:18Inquirió Victoria, con una sonrisa tensa.
18:20¿Podemos hablar en privado si se trata de asuntos de intendencia?
18:26No, señora, replicó él, con una calma que no sentía.
18:34Esto no puede seguir siendo privado.
18:36Dirigió la mirada a Mercedes, luego a Rafael, y por último a José Luis.
18:44Vengo a hablar del supuesto robo de la talla sagrada y de la injusta detención de Luisa.
18:50El murmullo fue inmediato.
18:54José Luis entrecerró los ojos.
18:56Victoria, en cambio, se quedó muy quieta, como una estatua de hielo.
19:03Fui yo, prosiguió Francisco, quien sacó la talla de la capilla, siguiendo órdenes directas de la duquesa.
19:13La imagen no fue robada por nadie de la casa pequeña.
19:16Fue un montaje, una farsa para humilarles, para someterles,
19:20para justificar una, ejemplaridad, que en realidad es puro capricho.
19:28Los labios de Victoria dibujaron una media luna fría.
19:32Ese hombre está loco.
19:33Declaró, con un tono que buscaba contagiar seguridad.
19:36José Luis, por favor, pon orden.
19:42No podemos permitir.
19:44¿Puedes jurarlo ante Dios, Francisco?
19:46Interrumpió Mercedes, dando un paso adelante.
19:52El administrador asintió, sin vacilar, lo juro.
19:56Y puedo indicar dónde se encuentra ahora la talla original.
19:59Nadie más que la duquesa y yo sabemos de ese escondite.
20:05El impacto de esas palabras fue como un rayo en medio de la sala.
20:12José Luis palideció.
20:13Sabía que, si aquello era cierto, el escándalo alcanzaría no solo a la duquesa, sino a todo el linaje.
20:20La santa hermandad no vería con buenos ojos que se hubiera manipulado una imagen sagrada para un juego de poder.
20:32¿Qué gana usted con mentir, Francisco?
20:35Preguntó el duque, con voz ronca.
20:37Francisco miró fugazmente a Pepa.
20:42Luego, volvió la vista a José Luis.
20:45No ganar.
20:46Recuperar.
20:47Recuperar la parte de mí que vendí hace años por miedo y comodidad.
20:50El silencio se rompió cuando la puerta se abrió bruscamente.
20:56Adriana irrumpió en el salón, seguida de Rafael y Atanasio.
21:03El secretario parecía descompuesto, consciente de que se hallaba en medio de un terremoto que podía sepultarlo.
21:12Señor, exclamó Adriana, dirigiéndose a José Luis.
21:16Si va a hacer algo por su honor, hágalo ahora.
21:21Luisa se muere, tres días, nos han dado, tres, y en esa celda no sobrevive ni uno.
21:30José Luis miró a Victoria.
21:32Por primera vez en mucho tiempo, no vio en ella a su esposa, ni a la madre de su hija, ni a la duquesa que lo deslumbró.
21:39Vio a la estratega despiadada que había convertido la fe, el amor y la lealtad en armas.
21:47¿Es cierto? Preguntó, con la voz baja.
21:53¿Usaste una imagen sagrada para tu venganza, Victoria?
21:56Ella sostuvo su mirada sin pestañear. Hice lo necesario para proteger nuestro apellido. Respondió.
22:05Ellos, señaló a Mercedes, a Adriana, a Rafael. Jamás entenderán lo que significa llevar el peso de un título.
22:16Son campesinos, artesanos, sirvientes. Nosotros nacimos para decidir. Ellos, para obedecer.
22:26Y para morir por tus caprichos, ¿no? Saltó Mercedes, con los ojos encendidos.
22:34Luisa, esa niña que apenas ha conocido algo distinto al trabajo y al sacrificio, es la que está pagando tus juegos.
22:43Victoria iba a replicar cuando la voz de Damaso resonó desde el umbral. Niña, pero no tonta.
22:49Todos se volvieron. Él estaba allí, apoyado en el marco de la puerta, con una sonrisa sardónica.
23:01A su lado, sorprendentemente, se encontraba la figura de un hombre con hábito oscuro y expresión severa.
23:08Un inspector de la Santa Hermandad.
23:10Recibí tu mensajero, Mercedes. Dijo Damaso, sin dejar de mirar a Victoria.
23:19Y pensé, ¿qué sitio tan apropiado para que la verdad se siente a la mesa de estos señores?
23:27Victoria perdió, por primera vez, un poco de color. El inspector avanzó un par de pasos.
23:33Hemos escuchado desde fuera las palabras de este hombre, señaló a Francisco.
23:41Si está dispuesto a ratificar su confesión ante la hermandad y a mostrarnos el lugar donde se oculta la talla,
23:47tendremos que reconsiderar la acusación contra la joven encarcelada.
23:53Adriana sintió una punzada de esperanza tan intensa que casi le dolió.
23:57Lo haré, afirmó Francisco.
23:59Hoy mismo, en ese caso, continuó el inspector, la ejecución queda suspendida mientras se abre una investigación.
24:13Y la muchacha será trasladada a la enfermería central.
24:16Seguirá bajo custodia, pero no en ese agujero inmundo.
24:22Adriana dejó escapar un sollozo de alivio.
24:25Rafael la sujetó por los hombros antes de que se derrumbara.
24:29—Gracias —musitó ella, llevándose una mano al pecho.
24:34—Gracias. Victoria apretó los puños.
24:40—No puedes hacerme esto.
24:42—espetó, mirando a José Luis.
24:44—¿Vas a permitir que un montón de campesinos y un administrador arrepentido destruyan lo que hemos construido?
24:50—El duque la observó durante unos segundos que parecieron eternos.
24:57—Yo destruí lo que teníamos el día que te permití cruzar esa línea.
25:01—dijo por fin.
25:01—No fui cómplice activo, pero cerré los ojos.
25:08Como Francisco, como muchos aquí.
25:10Y ahora, el precio es demasiado alto.
25:12—Nuestra hija, pensó en Victoria hija, en su futuro, en el tipo de legado que quería dejarle.
25:21No merece heredar un apellido cimentado en sacrilegios.
25:27—Los ojos de Victoria se llenaron de una furia impotente.
25:30—¿Me pagarás esto? —susurró, el hada.
25:34—Todos me lo pagaréis.
25:39El inspector se acercó a ella.
25:41—Por ahora, duquesa, será usted quien tenga que dar explicaciones.
25:48Ante la hermandad, y ante Dios, si cree en él.
25:51El traslado de Luisa ocurrió esa misma tarde.
25:57Adriana insistió en acompañarla hasta la puerta de la enfermería.
26:00La muchacha iba en camilla, más ligera que nunca, como si el hambre le hubiera robado
26:06incluso el peso.
26:10—Te lo dije.
26:11Le susurró Adriana, tomando su mano.
26:14No iba a dejarte sola.
26:16Luisa abrió los ojos con esfuerzo.
26:21—¿Qué pasó?
26:22La verdad empezó a hablar, respondió Adriana, y cuando la verdad habla, hasta las paredes
26:28escuchan.
26:30Luisa sonrió débilmente.
26:33—¿Y tú? —preguntó.
26:34—¿Estás pálida?
26:36Adriana se llevó una mano al vientre.
26:41—Él también ha luchado contigo.
26:43Dijo, con dulzura.
26:45Pero ahora podremos descansar un poco.
26:50En la puerta, Rafael observaba la escena con los ojos húmedos.
26:54A su lado, Mercedes cruzó los brazos.
26:57—Te lo advertí, le dijo a Atanasio.
27:03O te despertabas, o el tren te pasaba por encima.
27:08—Hoy has tenido suerte de poder saltar a tiempo.
27:11Atanasio, que había decidido apoyar la confesión de Francisco y declarar también sobre las presiones
27:16de Victoria, asintió con humildad.
27:22—No sé si merezco tu perdón.
27:24Susurró.
27:26Matilde, que se acercó en ese instante, lo miró con una mezcla de dolor y cariño.
27:30—No es cuestión de merecer, respondió.
27:37Es cuestión de elegir quién queremos ser a partir de ahora.
27:42Él la miró como si la viera por primera vez.
27:45Entonces, elijo ser el hombre que tú puedas mirar sin miedo.
27:48Ella extendió la mano.
27:52Él la tomó, sintiendo que, por primera vez en mucho tiempo, el peso de su conciencia
27:58se hacía un poco más ligero.
28:03Días después, la noticia de la falsedad del robo de la talla sagrada corría por el
28:08valle como fuego entre la hierba seca.
28:10La hermandad emitió un comunicado oficial exonerando a Luisa de toda culpa.
28:18Los cargos se retiraron.
28:22En cuanto su estado de salud lo permitió, la joven fue puesta en libertad.
28:27El día que regresó a la casa pequeña, el aire olía a pan recién horneado y a tierra
28:32húmeda.
28:35Pepa había preparado una mesa sencilla, pero llena de cariño.
28:38Cuando Luisa cruzó el umbral, flanqueada por Adriana y Rafael, sus ojos se llenaron
28:44de lágrimas al ver a todos allí.
28:46Mercedes, Matilde, Atanasio, incluso Alejo, que había dejado de lado por un momento las
28:53intrigas de su padre.
28:57Bienvenida a casa.
28:59Dijo Mercedes, con una sonrisa que le iluminaba el rostro.
29:03Esta vez de verdad.
29:06Luisa apenas pudo responder.
29:07Se lanzó a abrazarla, sollozando.
29:11Pensé que nunca volvería a ver esto.
29:13Susurró.
29:16Que nunca más probaría el pan de Pepa, que nunca sentiría el sol en la cara sin barro
29:20en los pies.
29:21Y aún te esperan muchas cosas, intervino Rafael, acercándose.
29:29Un trabajo digno, si lo quieres.
29:34Y un lugar en esta familia que no está hecha de títulos, sino de cicatrices compartidas.
29:39Ella lo miró, sorprendida por la ternura de sus palabras.
29:46Yo no soy familia de nadie.
29:47Lo serás.
29:51La interrumpió Adriana.
29:52Mi hijo necesitará una tía que le enseñe a ser valiente.
29:59Luisa soltó una carcajada entre lágrimas.
30:02Entonces, supongo que me queda mucho por aprender.
30:05Nos queda, corrigió Adriana, mirándolos a todos.
30:11A todos.
30:12En la casa grande, mientras tanto, las cosas habían cambiado de manera silenciosa pero
30:17radical.
30:21Victoria se encontraba, retirada, temporalmente de la vida social, sometida a un escrutinio
30:27constante de la hermandad.
30:29José Luis, por primera vez, había permitido que alguien cuestionara sus decisiones sin temor
30:38a represalias.
30:41Francisco seguía trabajando, aunque su posición era más frágil que nunca.
30:46Pero cuando bajaba a la cocina y encontraba a Pepa amasando, el mundo parecía menos hostil.
30:54Creí que te irías.
30:56Le dijo ella una tarde, sin levantar la vista.
30:59Lo pensé.
31:00Confesó él.
31:04Pero luego recordé que alguien me dijo que tal vez podría amar a un hombre valiente.
31:11Y, aún no he terminado de demostrar si lo soy.
31:14Pepa sonrió, escondiendo el rostro tras el mechón de pelo que se le había caído sobre
31:19la frente.
31:19No te acostumbres, murmuró, te seguiré exigiendo.
31:26Eso espero, replicó Francisco.
31:31El cielo no es interesante si no hay alguien que te lo haga pelear.
31:35En el límite entre ambas casas, donde los caminos del valle se cruzaban, Mercedes se encontró
31:41una tarde con Damaso.
31:42El hombre la miró con esa mezcla de burla y admiración que le era tan propia.
31:49Jugaste bien tus cartas, dijo él.
31:52Me usaste para desestabilizar a Victoria y a José Luis, pero al final seguiste tu propio
32:00camino.
32:00Tú habrías hecho lo mismo, respondió ella.
32:07No soy una santa, Damaso.
32:09Pero hay líneas que no cruzaré.
32:13Ni por tierras, ni por dinero.
32:16Él la observó en silencio durante unos segundos.
32:19Sabes que entre tú y yo.
32:21Dejó la frase en el aire.
32:22Podría haber algo más que estrategias.
32:27Mercedes sostuvo su mirada sin flaquear.
32:29Tal vez, admitió, pero si alguna vez lo hay, no será sobre la sangre de una inocente.
32:38Luisa salió viva.
32:39Asegúrate de recordarlo la próxima vez que te den ganas de jugar con vidas ajenas.
32:47Damaso sonrió levemente, como si esa respuesta le gustara más de lo que admitiría.
32:52Eres peligrosa, Mercedes.
32:58No más que tú, replicó ella.
33:00Solo juego para un equipo distinto.
33:05Se despidieron sin promesas, pero con una nueva forma de respeto mutuo.
33:10Esa noche, en la casa pequeña, el cielo estaba claro y las estrellas brillaban con una intensidad inusual.
33:16Adriana salió al patio, acariciándose el vientre.
33:22Rafael la acompañó, en silencio, hasta el banco de piedra.
33:26¿Lo sientes?, preguntó él, con una sonrisa tímida.
33:33Ella asintió.
33:34Se mueve más tranquilo que antes.
33:36Como si supiera que el mundo que le espera, aunque siga siendo duro, ya no apesta tanto a injusticia.
33:48Rafael alzó la vista al firmamento.
33:51No sé qué nos deparará mañana, dijo.
33:54José Luis sigue siendo quien es.
33:58Victoria no se dejará aplastar tan fácilmente.
34:01Y este valle, nunca ha sido lugar para cobardes.
34:03Adriana se recostó en su hombro.
34:08Por eso tenemos que seguir contando la verdad.
34:11Una y otra vez.
34:15Porque las mentiras se cansan, pero la verdad, la verdad es cerca.
34:20Él soltó una leve risa.
34:24Como tú, como nosotros.
34:27Lo corrigió ella.
34:28Desde la ventana, Luisa los observaba, con una mantita sobre los hombros y una taza de caldo caliente entre las manos.
34:38En su rostro aún había cansancio, pero por primera vez en mucho tiempo, también había algo distinto.
34:44Esperanza.
34:45¿Cuántas veces había creído que su historia terminaría en una celda oscura, olvidada por todos?
34:56Y, sin embargo, ahí estaba.
34:59Viva, libre, rodeada de gente que, sin compartir sangre, había decidido apostar su vida por la suya.
35:06En, Valle Salvaje, las cicatrices seguían abiertas, las cuentas pendientes se acumulaban, y los enemigos no habían desaparecido.
35:21Pero aquella noche, en medio de la inmensidad estrellada, algo había cambiado para siempre.
35:26La muchacha acusada de sacrilegio había sido absuelta.
35:32La verdad había arañado el mármol de los palacios.
35:38Los sirvientes habían alzado la voz.
35:40Y el próximo niño que naciera en el valle, el hijo de Adriana, lo haría en un mundo un poco menos injusto, un poco menos sometido al miedo.
35:48No era un final perfecto, pero era, al menos, un comienzo justo.
35:57Y, para muchos de ellos, eso ya era un milagro.
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