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#Valle #salvajeMercedes #Dámaso
Mercedes y Dámaso frente a la trampa de Victoria
Cuando la tormenta cayó sobre el valle, nadie imaginó que aquella noche revelaría las cartas ocultas de todos. Mercedes descubrió en una carta de Victoria un veneno cuidadosamente sembrado para enfrentarla con Dámaso. Él, por su parte, recibió la misma dosis disfrazada de advertencia. Y así, dos corazones que empezaban a confiar volvieron a mirarse con sospecha… exactamente como Victoria había planeado.

Mientras tanto, Luisa se enfrentaba al juic ...
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#Valle, #salvajeMercedes, #Dámaso, #frente, #trampa, #Victoria
Transcripción
00:00Mercedes y Damaso frente a la trampa de Victoria. Cuando la tormenta cayó sobre el valle, nadie
00:16imaginó que aquella noche revelaría las cartas ocultas de todos. Mercedes descubrió en una carta
00:23de Victoria un veneno cuidadosamente sembrado para enfrentarla con Damaso. Él, por su parte,
00:33recibió la misma dosis disfrazada de advertencia. Y así, dos corazones que empezaban a confiar
00:39volvieron a mirarse con sospecha. Exactamente como Victoria había planeado. Mientras tanto,
00:47Luisa se enfrentaba al juicio más cruel de su vida, acusada de sacrilegio por un crimen que no
00:52cometió, manipulada por una red más poderosa de lo que jamás imaginó. Adriana, embarazada y decidida,
01:02estaba dispuesta a enfrentarse al juez y revelar la verdad, aunque el miedo le oprimiera el pecho.
01:10En Casa Grande, un triángulo imposible. Bárbara, Leonardo e Irene, estallaba en confesiones que
01:18podían provocar el final de un matrimonio, o su renacimiento. Y mientras todo temblaba,
01:26Matilde debía elegir entre el amor y sus raíces, entre la seguridad de Atanasio y la fuerza de su
01:32propia identidad. Una noche, una carta, un juicio, un triángulo al borde del abismo. Todo convergerá en
01:42un mismo punto. La verdad que Victoria intentó enterrar. La alianza inesperada entre Mercedes y
01:50Damaso. El destino de Luisa, decidido entre lágrimas, documentos ocultos y una declaración
01:59que estremecerá al valle. La elección final de Leonardo y el primer paso de una nueva vida para
02:07Bárbara. Prepárate, en este capítulo, las máscaras caen, las mentiras se rompen y valle salvaje amanece
02:15diferente. Porque cuando los poderosos intentan dividir, los corazones valientes pueden unirse
02:23y cambiarlo todo. La noche cayó sobre el valle con esa densidad pegajosa que presagia tormenta. No era
02:32solo el cielo lo que estaba cargado, sino cada casa, cada corazón. En casa pequeña, Mercedes caminaba
02:41de un lado a otro, el ruido de sus faldas rozando el suelo como un susurro de inquietud. La carta de
02:49Victoria estaba abierta sobre la mesa. La había leído tres veces, pero cada vez que sus ojos volvían a las
02:55mismas líneas, el veneno parecía más real. Ten cuidado, Mercedes. Los hombres siempre vuelven a
03:04donde creen que les pertenece. Y para Damaso, tú eres solo la llave que abre la puerta de su antiguo
03:12poder. La mujer apretó los labios, sintiendo cómo en su pecho se mezclaban la rabia, el miedo y algo
03:19peor. La duda. No, no puede ser, murmuró, aunque ni ella misma estaba convencida. Él no es así.
03:30No conmigo. Pero las palabras de Victoria resonaban como eco, encajando con cada pequeña cosa que,
03:38hasta entonces, había ignorado. La insistencia de Damaso en formalizar los papeles de las tierras,
03:43su deseo de que el duque de Miramar regresara, sus silencios cuando ella preguntaba por el futuro
03:49de casa pequeña. En la otra punta del valle, Damaso sostenía una copa sin beberla. La visita
03:58de Victoria aquella tarde le había descolocado más de lo que estaba dispuesto a admitir.
04:05Mercedes cree que la estás usando. Cree que, cuando todo esto acabe, te quedarás con casa pequeña y la
04:11dejarás con las manos vacías. Victoria no lo había dicho con malicia abierta, sino con esa aparente
04:20preocupación que desarma porque suena a verdad disfrazada de advertencia. Él se había reído por
04:28compromiso, pero desde entonces, cada gesto de Mercedes le parecía sospechoso, cada mirada, un posible
04:35cálculo. Y si de verdad piensa eso de mí, susurró, apretando la copa con tanta fuerza que sus nudillos
04:44se pusieron blancos. Y si solo está esperando el momento de dejarme solo con la guerra contra José
04:52Luis. Cerró los ojos, sintiéndose traicionado, sin tener una sola prueba real de que lo estuviera.
05:01Mientras tanto, el horror tenía otro rostro en el valle, el de Luisa. En la pequeña habitación
05:10donde se refugiaba, sus manos temblaban sobre un rosario que apretaba con tanta fuerza que los
05:15dedos le dolían. Las palabras de Atanasio habían quedado colgando en el aire como sentencia. Es un
05:25delito de sacrilegio, Pepa. No hablamos de un simple robo. Si el juez decide ser ejemplar, puede haber
05:34azotes, marcas, incluso exilio. Pepa, con los ojos vidriosos, había intentado mantener el tipo, pero Adriana
05:45había sentido como el suelo se abría bajo sus pies. La imagen de Luisa, sola, desterrada, o marcada de por
05:55vida, la perseguía incluso con los ojos abiertos. Rafael había intentado sujetarla de los hombros, mirándola
06:05con esa mezcla de ternura y preocupación que sólo él sabía tener.
06:12Adriana, amor, tienes que pensar en ti. No puedes seguir angustiada así, no en tu estado.
06:21Tienes que cuidar al niño. ¿Y cómo quieres que lo haga? Había respondido ella, con la voz quebrada.
06:27¿Cómo voy a cuidar de nuestro hijo si permito que mi amiga lo pierda todo? ¿Cómo voy a mirarme al
06:35espejo si me quedo de brazos cruzados? Rafael había bajado la cabeza. Sabía que no podía pedirle que
06:43fuera otra persona. Adriana siempre había sido así. Capaz de abrazar el dolor de los otros hasta hacer lo
06:49suyo. En casa grande, el drama tenía un tono más silencioso, casi íntimo. Bárbara estaba sentada al
06:59borde de la cama, mirando un punto fijo en la pared. Matilde, apoyada en el marco de la puerta, la
07:09observaba en silencio. Había ido a hablar con Leonardo, dispuesta a pedirle que tuviera más tacto, pero la
07:15conversación se había torcido, como casi todo últimamente. Leonardo la había acusado de entrometerse, de no
07:25entender nada, pero luego, al ver las lágrimas contenidas de Matilde, algo se había resquebrajado
07:31en él. Por primera vez, se había preguntado si no estaba haciendo daño a todos, incluido a sí mismo.
07:40Bárbara, al notar la presencia de Matilde, levantó la vista, los ojos rojos, cansados.
07:53¿Sabes qué es lo peor? Preguntó en un hilo de voz, que durante la ausencia de Leonardo e Irene, fui más feliz.
08:02¿Te das cuenta de lo que significa eso? Fui más feliz sin mi propio marido. Matilde se acercó despacio,
08:09como si temiera romperla. Eso solo significa que estás cansada de sufrir, respondió con suavidad,
08:19y que ya no estás dispuesta a fingir. La tensión estalló horas después, cuando, frente a ambos,
08:27Bárbara hizo la pregunta que llevaba días madurando dentro de ella, como una herida que ya no podía
08:32cubrirse. Irene, dijo, con la voz firme pero los ojos brillantes. Dime la verdad. ¿De verdad no sientes
08:43nada por Leonardo? La habitación se congeló. Leonardo tragó saliva. Matilde apretó las manos hasta
08:51clavarse las uñas en las palmas. Irene, sorprendida, se quedó muda durante unos segundos interminables.
09:00Todos esperaban una negativa rápida, una risa nerviosa que lo negara todo.
09:07Pero lo que salió de sus labios fue otra cosa. Yo. Empezó, sintiendo como el corazón le martilleaba
09:14en el pecho. Lo que siento o no siento no debería importar, porque nunca he intentado destruir tu
09:22matrimonio, Bárbara. Pero si quieres una verdad, aquí la tienes. No soy de piedra. Y él tampoco. Un silencio
09:33pesado cayó sobre los tres. Y, por un instante, pareció que no habría vuelta atrás. Mientras la
09:42angustia se extendía por el valle como un manto oscuro, Matilde vivía su propio terremoto.
09:51Atanasio, el hombre que le había hablado de futuro, de estabilidad, de un hogar compartido,
09:57ahora pronunciaba palabras que la desgarraban.
09:59Nos vamos. Había dicho, sin rodeos. Lejos de valle salvaje. Esto, este lugar está podrido por
10:10dentro. No quiero que nuestro matrimonio nazca en medio de odios y venganzas. Matilde había
10:18sentido un nudo en la garganta. ¿Y qué hay de mi familia? ¿De casa grande? ¿De todo lo que
10:25soy aquí? Esa es la cuestión, Matilde. Suspiró él. Aquí eres lo que esperan que seas, no lo que tú
10:35eliges. Allá, podríamos empezar de nuevo. Ella lo miró, dividida entre el amor y el arraigo. No
10:45podía imaginarse la vida lejos de las paredes que la habían visto crecer, aunque esas mismas paredes
10:51le hubieran robado tantas cosas. La duda se instaló en su pecho como una espina. La mañana
10:59siguiente trajo consigo una especie de calma tensa, como la superficie de un lago que esconde
11:05corrientes peligrosas. Mercedes fue la primera en romperla. Sin avisar, sin escolta, caminó decidida
11:14hacia el lugar donde sabía que encontraría a Damaso, el granero donde él solía revisar los
11:19registros de las nuevas tierras. Lo encontró con la chaqueta colgando de una silla, las mangas
11:27remangadas, los papeles extendidos frente a él. Cuando levantó la vista y la vio en el umbral,
11:37algo en su mirada se endureció. Mercedes, saludó, frío.
11:41¿A qué debo el honor? El tono la hirió más que cualquier palabra concreta. Respiró hondo.
11:51¿A qué no pienso dejar que otra persona escriba nuestra historia sin que ninguno de los dos la
11:56discuta? Respondió.
11:58Tenemos que hablar. Él cruzó los brazos. ¿Hablar de qué? De cómo me ves como un oportunista que
12:07solo quiere recuperar su lugar en el valle a costa de ti y de casa pequeña.
12:14Ella frunció el ceño, sorprendida por la claridad de la acusación. ¿Eso crees que pienso?
12:19Eso es lo que Victoria vino a insinuarme. Contestó, con una amarga sonrisa. Y, a juzgar por cómo me
12:30miras últimamente, diría que no andaba tan desencaminada.
12:37Mercedes sintió que el suelo se movía bajo sus pies. Curioso, replicó. Porque a mí Victoria me
12:43dijo justo lo contrario. Que tú solo estás esperando acumular tierras, influencias y aliados
12:51para, cuando ya no me necesites, arrebatarme lo único que me pertenece. Casa pequeña.
13:01Sus miradas se cruzaron, encendidas. De pronto, fue como si ambos se vieran desde fuera, como dos
13:07piezas de ajedrez que alguien había ido moviendo con precisión maquiavélica.
13:13Divide y vencerás, susurró Damaso, más para sí mismo que para ella. Eso es lo que está haciendo.
13:22Y nosotros cayendo en la trampa como dos idiotas, añadió Mercedes, con una risa rota.
13:31Por un instante, ninguno habló. Luego, algo se ablandó en el rostro de él. Contéstame a una
13:38sola pregunta. Pidió. Y te juro que no volveré a dudar. ¿Crees de verdad que yo sería capaz de
13:46dejarte sin nada? Ella lo miró fijamente, atravesando capas de orgullo, temor y prejuicios.
13:55Pensó en cómo la había defendido ante José Luis, en cómo había arriesgado su propio nombre al firmar
14:01las nuevas compras con ella, en las veces que la había mirado con más respeto que cualquier hombre
14:06en su vida.
14:10No. Dijo al fin, con firmeza. No lo creo. Por eso me duele tanto haber dudado siquiera un segundo.
14:19Damaso soltó un suspiro que llevaba horas reteniendo. Y yo. Admitió. No creo que seas
14:25capaz de venderme el mejor postor cuando las cosas se pongan difíciles. Si algo has demostrado es que
14:33prefieres perderlo todo antes que traicionarte. Un silencio distinto, más ligero, se instaló entre
14:40ellos. Ella dio un paso adelante. Entonces hagamos una cosa. Propuso. Que sea la última vez que dejamos
14:49que otros pongan palabras en nuestra boca. Si tienes dudas, me las preguntas a mí. Y si yo las tengo,
14:59tendré el valor de mirarte a los ojos y decirlo. Ella sintió, con una media sonrisa, y, de paso,
15:08devolvemos el golpe. Porque si Victoria ha querido dividirnos, es porque juntos le damos miedo.
15:14El pacto quedó sellado sin necesidad de más gestos que aquella mirada limpia. Por primera
15:22vez en días, ambos sintieron que recuperaban el control. La solución, sin embargo, no llegaría
15:31solo con esa alianza renovada. Luisa seguía con el destino pendiendo de un hilo. Y fue precisamente
15:39Mercedes quien, horas después, escuchó por boca de Pepa el relato completo del supuesto sacrilegio.
15:48No fue un robo por codicia. Explicó Pepa, con la voz ronca de tanto llorar. Luisa se llevó las
15:54joyas votivas porque le hicieron creer que iban a usarlas para ayudar a los pobres.
16:02La engañaron, y ahora quieren cargarle todo el peso de la culpa. Mercedes entrecerró los ojos.
16:09Quien, ellos, el nombre que salió de los labios de Pepa fue como una chispa que encendió una mecha
16:17inesperada. No era la primera vez que lo oía ligado a negocios turbios, pero en esta ocasión
16:25encajaba demasiado bien con la red de influencias que Victoria estaba tratando de tejer.
16:30Esa misma tarde, Mercedes y Damaso se presentaron ante Atanasio, quien se mostró cauteloso, pero
16:39intrigado.
16:42Si podemos demostrar que Luisa actuó engañada, planteó Mercedes, y que las joyas nunca abandonaron
16:49el círculo de quienes las manipularon. El delito de sacrilegio se debilita.
16:54No es lo mismo profanar que ser una pieza más en una estafa. Damaso añadió, y si esos,
17:03devotos benefactores, tienen lazos con gente de casa grande, el juez pensará dos veces antes de
17:09dictar una sentencia ejemplar. Nadie quiere que la nobleza del valle salga salpicada.
17:17Atanasio los escuchó, frotándose la barba, cada vez más convencido de que aquella mujer
17:23y aquel hombre, juntos, eran una fuerza a tener en cuenta.
17:30Puedo revisar los registros, hablar con el juez y resaltar las contradicciones en los
17:35testimonios, admitió.
17:39Pero necesitaré algo más. Una declaración firme de alguien que conozca los movimientos
17:45de esas joyas.
17:48Y no creo que Luisa, en su estado, soporte esa presión. Fue Adriana quien dio un paso adelante.
17:58Yo hablaré, dijo, con la mano en el vientre, sintiendo el leve movimiento del niño.
18:07No voy a dejar que condenen a mi amiga por algo que solo demuestra la maldad de otros.
18:11Rafael quiso protestar, pero la mirada de ella lo desmontó. Si este niño va a nacer en un mundo
18:20donde el miedo manda más que la justicia, susurró Adriana. Prefiero que sepa que su
18:25madre lo intentó, al menos una vez, cambiar eso.
18:28En casa grande, otra tormenta se acercaba a su clímax. El triángulo entre Bárbara,
18:37Leonardo e Irene ya no podía sostenerse en medias verdades.
18:44Aquella tarde, fue Matilde quien tomó la iniciativa de pedir que se reunieran los tres,
18:49en un salón pequeño, lejos de miradas indiscretas.
18:52Esto no puede seguir así, dijo, con una seriedad que sorprendió incluso a Leonardo.
19:03Os estáis destrozando, y de paso arrastráis a todos los que os rodeamos. Bárbara miró
19:08al hombre que un día juró amarla por encima de todo.
19:14No veía al monstruo que temía, sino a un hombre asustado, incapaz de admitir sus propios
19:19errores. Leonardo, empezó, no quiero un marido por costumbre ni por apariencia. Si tu corazón
19:29está en otra parte, dímelo ahora. No voy a caer tan bajo como para mendigar amor. Él sintió que la
19:38garganta se le cerraba. Irene no tiene la culpa de lo que yo no he sabido gestionar, admitió. He sido
19:47cobarde. Me quedé a medias en todo. Ni fui el marido que merecías ni me atreví a poner distancia
19:55con ella cuando debía hacerlo. Irene bajó la mirada, con los ojos llenos de lágrimas. Yo nunca
20:03quise destruir tu matrimonio, Bárbara. Pero mentir sería injusto. Sí, siento algo por Leonardo,
20:12pero también siento respeto por ti. Y no estoy dispuesta a ser el pretexto de su indecisión,
20:20Bárbara suspiró. Sorprendentemente, en lugar de estallar, se sintió más. Ligera.
20:29Entonces es sencillo, dijo. Leonardo, tienes que elegir. No hoy, no en caliente.
20:35Pero pronto, y si decides quedarte conmigo, será para reconstruir, no para seguir engañándonos.
20:47Si decides irte, no impediré nada, pero tampoco volveré a mirarte igual. La dureza
20:52calmada de sus palabras dejó a todos en silencio. Por primera vez, Bárbara no era la mujer rota que
21:01se conformaba con las migajas, sino alguien que empezaba a recuperar su voz. El día del juicio
21:09contra Luisa llegó con la tensión mordiéndole los hombros a todo el valle. La pequeña sala estaba
21:17llena. Campesinos, curiosos, algún que otro noble que fingía desinterés mientras afinaba el oído.
21:24Luisa, pálida, apenas se mantenía en pie. Pepa le sostenía la mano. Adriana,
21:32sentada en primera fila, notaba cómo su corazón latía al ritmo del miedo.
21:39El juez expuso los cargos con voz grave. Las palabras, sacrilegio, profanación y,
21:46ejemplo para el pueblo, cayeron como piedras. Luisa cerró los ojos, sintiendo que cada una
21:56de ellas se clavaba en su piel. Entonces fue el turno de Atanasio. Con un expediente perfectamente
22:04ordenado, empezó a desmontar, punto por punto, la acusación. Habló de la falta de antecedentes de
22:14Luisa, de su hoja limpia, del contexto en el que se produjo el supuesto robo.
22:22Luego, con la precisión de un cirujano, introdujo el nombre del hombre que la había
22:26convencido de que aquellas joyas servirían para ayudar a los necesitados.
22:34No tenemos aquí a una mujer movida por la codicia, concluyó, sino a una trabajadora manipulada
22:40por una red cuyos tentáculos alcanzan esferas mucho más elevadas de lo que esta sala está dispuesta a
22:45admitir. Un murmullo recorrió el lugar. El juez frunció el ceño. ¿Insinúa usted complicidad de
22:55personas influyentes, señor Atanasio? No lo insinúo. Replicó él. Lo demuestro. Presentó documentos,
23:05testimonios recogidos discretamente, incluso un recibo que vinculaba parte de las joyas con una
23:11operación de, donación, supervisada por un intermediario cercanísimo a Victoria.
23:19El golpe fue tan directo que algunos miraron instintivamente hacia la zona donde se suponía
23:23que la señora de casa grande debería estar. Pero Victoria, consciente del peligro, se había
23:32asegurado de no asistir. El remate vino de la mano de Adriana. Cuando se levantó para declarar,
23:41muchos se preguntaron si no sería mejor que, en su estado, evitara la tensión.
23:49Pero su voz fue clara. Conozco a Luisa desde hace años. Dijo. He visto cómo trabajaba,
23:55cómo rezaba, cómo ayudaba a quien podía. Si hizo algo mal, fue confiar demasiado en la palabra de
24:05quienes se creen por encima de nosotros. Y si hoy la condenan, no estarán castigando un sacrilegio.
24:14Estarán dándole la razón a quienes piensan que la ignorancia del humilde es la mejor herramienta
24:18para sus negocios sucios. La fuerza de sus palabras hizo que el juez bajara la vista por
24:26un instante. Había límites incluso para quien deseaba quedar bien con los poderosos.
24:34Tras una deliberación tensa, la sentencia fue pronunciada. Este tribunal considera probado
24:40que la acusada actuó bajo engaño y sin propósito de lucro personal. Por tanto, el delito de sacrilegio
24:49queda descartado. Se la declara culpable de imprudencia grave, penada con una multa y la
24:54obligación de servir durante un tiempo determinado en labores comunitarias de la parroquia.
25:02Queda en libertad. El salón estalló en suspiros, sollozos y algún que otro aplauso ahogado.
25:11Luisa se derrumbó en brazos de Pepa. Adriana se llevó una mano al vientre, sintiendo como
25:16una ola de alivio recorría su cuerpo. Rafael la abrazó por los hombros, susurrando,
25:24lo hiciste, lo hicimos. La noticia corrió como fuego por el valle.
25:32Y con ella, el rumor de que el nombre de Victoria había rozado la mesa del juez más de lo que
25:37a ella le habría gustado. No hubo acusaciones formales, pero el mensaje estaba claro. Ya no
25:45podía mover los hilos con la misma impunidad. En casa pequeña, aquella tarde, el ambiente era
25:53otro. Luisa, aún con los ojos hinchados de tanto llorar, se sentó a la mesa rodeada de Pepa,
25:59Adriana, Rafael, Mercedes y Damaso.
26:06Había pan, sopa sencilla y vino modesto, pero para todos había banquete. No sé cómo agradeceros
26:13lo que habéis hecho, balbuceó Luisa.
26:18Yo sola no habría podido. Eso es lo que siempre han querido. La interrumpió Mercedes.
26:27Que pensemos que estamos solas, pero este valle empieza a cambiar, y aunque les pese,
26:32ya no pueden dividirnos tan fácilmente.
26:34Damaso levantó la copa. Por la verdad, y porque nunca más dejemos que nos enfrenten unos contra otros.
26:47Las copas se alzaron, chocando con un sonido que, aunque pequeño, resonó como una promesa.
26:56En casa grande, las cosas también empezaron a recolocarse, aunque de forma más discreta.
27:05Atanasio, tras una larga conversación con Matilde, comprendió que pedirle que abandonara el valle
27:10sin más era como pedirle que se arrancara una parte de sí misma.
27:17No te voy a arrancar de tus raíces, admitió al fin. Pero sí quiero que construyamos algo
27:22que no esté dictado por los caprichos de otros.
27:28Si eso significa quedarnos, nos quedaremos, pero no para obedecer, sino para cambiar.
27:34Matilde sonrió, sintiendo que por primera vez, el futuro no era una jaula, sino un camino compartido.
27:46En cuanto a Leonardo, tardó algunos días en tomar su decisión. Habló con Irene a solas,
27:52admitiendo que lo que sentían el uno por el otro, aunque real, había nacido de una carencia,
27:57de una huida cobarde.
28:02No puedo construir mi vida sobre el dolor de Bárbara, confesó. Si tengo que reconciliarme
28:07con alguien, es con lo que prometí ser y nunca fui.
28:13Irene lo miró con los ojos empañados. Entonces ve con ella. Pero hazlo de verdad,
28:18sin medias tintas.
28:23Yo, encontraré mi lugar. Siempre lo he hecho. Cuando Leonardo volvió junto a Bárbara,
28:29no llevaba discursos grandilocuentes, solo la humildad del que por fin asume sus errores.
28:34No te prometo que todo será fácil. Le dijo. Pero, si quieres, podemos empezar de cero.
28:46No por costumbre, no por obligación. Porque, a pesar de todo, cuando pienso en hogar,
28:52sigo pensando en ti.
28:56Bárbara lo escuchó en silencio. No era una niña. Sabía que las palabras podían ser tan frágiles como
29:02el cristal. Pero también sabía que algo en él había cambiado. No dijo que sí de inmediato. Solo
29:11tomó aire y respondió. Estoy dispuesta a intentarlo. Una última vez. Pero esta vez,
29:19si caemos, será porque los dos dejamos de sostenernos, no porque uno soltó primero.
29:23Fue un principio. Pequeño, pero sólido. Aquella noche, mientras el valle se sumía por fin en una
29:34calma distinta, Rafael y Adriana salieron a la puerta de casa pequeña.
29:41El cielo estaba despejado, lleno de estrellas titilantes que parecían observarlo todo con interés.
29:46¿Sabes qué pienso? Dijo ella, recostando la cabeza en el hombro de Rafael. Que hoy has salvado a tu
29:56amiga. Has desafiado a medio valle y aún te queda fuerza para seguir preocupándote por todos. Bromeó él.
30:06Ella sonrió. Pienso que nuestro hijo va a nacer en un lugar distinto al que conocimos al llegar.
30:11No perfecto, no justo siempre, pero menos sometido al miedo. Rafael apoyó una mano sobre su vientre.
30:24Entonces tendremos que asegurarnos de que así sea. Y de que, cuando alguien intente dividirnos,
30:30encuentre un muro en lugar de grietas.
30:35Desde la ventana, Mercedes los observaba con una mezcla de ternura y determinación.
30:41Detrás de ella, Damaso se acercó en silencio. ¿Sabes? Susurró él. Cuando llegué al valle de nuevo,
30:50pensé que todo se resumía a tierras y poder.
30:55Hoy, empiezo a pensar que el verdadero poder está en esto. Señaló hacia la mesa llena,
31:01hacia las risas de Pepa y Luisa, los susurros de Matilde y Atanasio,
31:05la complicidad de Adriana y Rafael.
31:10En la gente que decide no dejarse dividir. Mercedes apoyó la cabeza en su pecho,
31:16permitiéndose un instante de vulnerabilidad.
31:18Y en quienes están dispuestos a aprender de sus errores, añadió. Incluyéndonos. A lo lejos,
31:28las luces de casa grande brillaban con menos arrogancia y más humanidad.
31:35Victoria, aunque aún de pie, había sufrido su primera derrota clara. Y el valle,
31:40el valle respiraba distinto. Como si, por fin, después de tanta intriga, una nueva etapa estuviera
31:50empezando. No era un final perfecto. Pero si uno en el que los culpables perdían terreno,
31:58los inocentes obtenían justicia y quienes habían dudado encontraban el valor de mirarse al espejo
32:03sin avergonzarse. Y, en Valle Salvaje, eso ya era mucho más de lo que nadie se habría atrevido a soñar.
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