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00:00Curro y Ángela. Amor o despedida. En el capítulo 657 de La Promesa, miércoles 20 de agosto,
00:13Curro se enfrenta a la decisión más difícil de su vida. Marcharse tras la detención de
00:18Lorenzo o quedarse por el amor que siente por Ángela. ¿Pero será suficiente este
00:24sentimiento para retenerlo en el palacio? Mientras tanto, Martina y Catalina llevan
00:29su enfrentamiento a un nuevo nivel, Alonso busca aliados inesperados, y Vera recibe una
00:34visita que cambiará sus planes por completo. Y por si fuera poco, Manuel y su padre chocan
00:41una vez más por los secretos de Leocadia, mientras Ricardo confiesa a Pía un obstáculo
00:46que podría hundirlo para siempre. El sol de la mañana, un tímido heraldo de un día que
00:53prometía ser tan complicado como los anteriores, se filtraba a través de los altos ventanales
00:58del Palacio de la Promesa. Sus rayos dorados pintaban motas de polvo danzantes en el aire
01:04quieto de los pasillos, un aire cargado de secretos susurrados y tensiones que se negaban
01:09a disiparse. Para muchos, el amanecer traía consigo la rutina, el consuelo de las tareas
01:16conocidas. Pero para Curro de la Mata, el amanecer era un recordatorio. Un recordatorio
01:24del silencio. Hacía días que la finca entera parecía contener la respiración. La detención
01:30del Capitán Lorenzo de la Mata, acusado del asesinato de Yana Expósito, había sido un
01:36seísmo que había fracturado los cimientos de sus vidas. Pero tras el temblor inicial,
01:42no había llegado la calma, sino un silencio ensordecedor. El silencio que había dejado Yana,
01:48y ahora, el silencio de un propósito cumplido. Curro estaba de pie junto a la ventana de su
01:56habitación, la misma que en tantas noches había compartido confidencias y sueños con
02:00su hermana. La vista de los jardines, bañados en esa luz suave y anaranjada, era hermosa,
02:08pero él no la veía. Su mirada estaba perdida en el horizonte de su propia existencia, un
02:15horizonte que de repente se había vuelto vasto, vacío e incierto. Había regresado a la promesa
02:22con un único y abrasador objetivo, vengar a Yana. Encontrar a su asesino y asegurarse de que
02:28pagara por su crimen. Durante meses, esa misión había sido su brújula, su motor, el fuego que lo
02:37consumía y, a la vez, lo mantenía en pie. Cada día era una batalla, cada conversación una
02:45estrategia, cada mirada un análisis. Y ahora, se había acabado. Lorenzo estaba entre rejas. La
02:53justicia, o al menos su versión más inmediata y tangible, había prevalecido. El fuego se había
03:01extinguido, dejando solo cenizas frías y una pregunta que resonaba en el eco de su alma. ¿Y
03:06ahora, qué? Sintió un vacío tan profundo en el pecho que le costó respirar. Era el vacío de la
03:14victoria, un triunfo amargo que sabía a ceniza. Había ganado la guerra, pero al hacerlo, había perdido
03:22la única razón que lo anclaba a ese lugar. Su presencia en la promesa, que una vez fue una
03:29daga apuntando al corazón de un misterio, ahora se sentía superflua, como una nota discordante en
03:34una melodía que ya no le pertenecía. ¿Qué sentido tenía permanecer entre aquellos muros que rezumaban
03:41recuerdos dolorosos? Cada rincón le hablaba de Yana. El banco del jardín donde solían sentarse,
03:49la biblioteca donde compartieron lecturas, el pasillo donde la vio por última vez.
03:53Quedarse era vivir con su fantasma, un fantasma que ahora, en lugar de clamar justicia, parecía
04:01susurrarle que su tiempo allí había terminado. Un suave golpe en la puerta lo sacó de su
04:07ensimismamiento. No tuvo que preguntar quién era. Solo una persona en esa casa se movía con esa mezcla
04:15de delicadeza y determinación. Adelante, dijo, su voz más ronca de lo habitual. La puerta se abrió y
04:24Ángela apareció en el umbral. Llevaba su uniforme de doncella, pero para Curro, era como si llevara la
04:31luz del sol prendida en su sonrisa. Sus ojos, de un profundo color avellana, lo estudiaron con una
04:39preocupación que era a la vez un bálsamo y un aguijón. Un bálsamo porque se sentía cuidado. Un
04:46aguijón porque se sentía indigno de tal devoción en su estado actual.
04:52Buenos días, señorito Curro, dijo en voz baja, acercándose a él. No lo he visto en el desayuno.
05:00Me preocupé. No tenía apetito, respondió él, girándose para mirarla de frente. El simple acto
05:07de encontrar su mirada le ancló al presente, alejándolo por un instante del abismo de sus
05:11pensamientos. Perdona mi descortesía. Ángela negó con la cabeza, acortando la distancia entre ellos
05:19hasta que sus manos encontraron las suyas. Las manos de ella eran cálidas, suaves pero firmes.
05:26Eran el único punto de calor en su universo helado. No tienes que disculparte por nada,
05:32curro. Menos conmigo. Sé lo que estás pasando. O al menos, intento imaginarlo. ¿Lo intentas? Preguntó
05:42él con una media sonrisa triste. Es un caos, Ángela. Un completo y absoluto caos aquí dentro. Se llevó
05:50una mano a la sien. Creí que cuando todo esto terminara, sentiría, no sé, alivio, paz, pero solo
05:58siento, un eco. Un vacío inmenso donde antes había rabia. Su confesión flotó en el aire, vulnerable y
06:06cruda. Ángela apretó sus manos con más fuerza. Es normal, mi amor. Has estado viviendo para una
06:15sola cosa durante tanto tiempo. Es como un soldado que regresa de la guerra. Ya no hay enemigo al que
06:22combatir. Y el silencio del campo de batalla es más aterrador que el estruendo de los cañones.
06:29Tienes que darte tiempo para encontrar un nuevo propósito. ¿Y si no lo hay? La pregunta escapó
06:34de sus labios antes de que pudiera detenerla, cargada de un temor existencial que lo helaba por
06:39dentro. ¿Y si mi único propósito aquí ya se ha cumplido? Regresé por Yana. Lorenzo está detenido.
06:47¿Qué hago yo ahora en la promesa, Ángela? ¿Qué sentido tiene que siga aquí? La pregunta quedó
06:54suspendida entre ellos, tan afilada como un cristal roto. Ángela no retrocedió. Su mirada se mantuvo
07:02firme, llena de una fuerza que Curro admiraba profundamente. ¿De verdad me estás preguntando
07:09eso? A mí, su voz era un susurro, pero tenía el peso de una declaración. ¿Acaso no soy yo un
07:17motivo suficiente? Curro sintió una punzada de culpa. Por supuesto que ella lo era. Ángela era
07:25la luz inesperada que se había colado en la oscuridad de su venganza. Su amor era un brote
07:30verde y tenaz que había crecido entre las ruinas de su vida. Era su ancla, su refugio,
07:37su promesa de un futuro que no estuviera teñido de sangre y dolor.
07:40Lo eres todo, Ángela. Por Dios, si lo eres. Dijo, atrayéndola hacia él y abrazándola con una
07:50desesperación que la sorprendió. Eres lo único bueno que me ha pasado en años. Eres la única razón
07:57por la que he podido soportar todo esto sin volverme completamente loco. Pero, se apartó un poco para
08:05mirarla a los ojos. ¿Es justo para ti? ¿Atarte a un hombre que se siente roto por dentro? ¿Pedirte
08:11que te quedes a mi lado mientras intento pegar los pedazos de mi vida, sin saber siquiera si las
08:16piezas encajarán de nuevo? El amor no se trata de justicia, curro. No es una balanza. No se trata
08:23de lo que es justo. Replicó ella, acariciando su mejilla con el dorso de los dedos. Se trata de
08:31estar, simplemente, estar, en los buenos momentos, para celebrarlos juntos. Y en los malos, para
08:38sostenernos el uno al otro y recordarnos que no estamos solos.
08:44Yo no te veo como un hombre roto. Veo a un hombre que ha luchado con una valentía increíble por su
08:49hermana. Veo a un hombre que siente un dolor profundo porque la amaba con todo su ser. Y veo
08:55al hombre del que me he enamorado, con todas sus heridas y todas sus fortalezas. No quiero
09:02que te quedes en la promesa por obligación. Quiero que te quedes porque eliges construir
09:06algo nuevo conmigo. Aquí, o donde sea, pero juntos, sus palabras eran un salvavidas en medio
09:14de su océano de dudas. Curro apoyó su frente en la de ella, cerrando los ojos. El aroma de la
09:21banda de su pelo lo calmó. Pero, ¿qué futuro puedo ofrecerte yo? Soy un de la mata solo de
09:28nombre. No tengo tierras, no tengo una fortuna propia. Todo lo que tengo está ligado a este
09:34lugar, un lugar que ahora mismo siento como una jaula de recuerdos. Si me voy, no tengo nada. Si
09:42me quedo, no sé si podré soportarlo. Entonces encontraremos un camino. Insistió Ángela con una
09:48terquedad adorable. Quizás no necesites irte para siempre. Quizás solo necesites tiempo,
09:55un viaje, ver otros lugares, respirar otro aire. Dejar que la promesa sane en tu ausencia para que
10:02puedas volver a ella, no como el vengador de Yana, sino como Curro. Simplemente Curro, y yo te
10:10esperaré, o iré contigo, si me lo pides. La enormidad de su amor lo abrumó. Era un regalo tan
10:18inmenso, tan inmerecido, que le hizo sentir una oleada de gratitud y, a la vez, una profunda inseguridad.
10:27¿Hasta dónde llegaría su relación? ¿Podría un amor nacido en circunstancias tan trágicas sobrevivir
10:32a la calma que venía después? ¿O se desvanecería como la niebla matutina una vez que el sol de la
10:38normalidad comenzara a brillar? La incógnita era un abismo a sus pies, y por primera vez en mucho
10:44tiempo, Curro tuvo miedo. No miedo de un enemigo, sino miedo del futuro. Miedo de fallarle a la única
10:51persona que había creído en él sin reservas.
10:56Te amo, Ángela, susurró, y las palabras, aunque ciertas, se sintieron insuficientes para expresar la
11:03tormenta de emociones que se agitaba en su interior. Más de lo que puedo expresar. Y yo a ti, Curro. Y por
11:11eso te digo esto. No tomes ninguna decisión ahora. No con el corazón tan pesado. Solo, vive, despierta
11:20cada día, respira, y habla conmigo. Comparte este caos que sientes. No lo lleves tú solo. Prométemelo.
11:28Él la sintió, incapaz de hablar. La abrazó de nuevo, esta vez con más calma, absorbiendo su fuerza,
11:36su calor, su inquebrantable fe en ellos. Quizás ella tenía razón. Quizás el final de una etapa no era
11:44necesariamente el final del camino, sino el comienzo de uno nuevo y desconocido. Un camino que, por aterrador
11:52que pareciera, no tendría que recorrer solo. Mientras Curro y Ángela navegaban las turbulentas
11:58aguas de su futuro, en otra ala del palacio, una guerra muy diferente libraba su propia batalla
12:03campal. El comedor, habitualmente un espacio de cierta cordialidad forzada, se había convertido
12:11en un campo minado donde cada palabra era una potencial explosión. La tensión entre Martina y Catalina
12:19había alcanzado un punto de ebullición. La disputa, que había comenzado como un desacuerdo
12:24sobre la gestión de las finanzas de la finca, se había enconado hasta convertirse en una lucha
12:29de poder personal y visceral. Catalina, pragmática y con una visión moderna de los negocios, veía las
12:37propuestas de Martina como caprichos anticuados y derrochadores. Martina, por su parte, consideraba
12:45el enfoque de Catalina como una afrenta a las tradiciones y al legado de su familia, una
12:50mentalidad de tender a indigna de la promesa. Aquella mañana, el desayuno fue un suplicio.
12:58Alonso, el marqués de Luján, se sentaba a la cabeza de la mesa, sintiendo el peso de la corona
13:03invisible que llevaba. Observaba a sus dos sobrinas, aunque a Catalina la sentía más
13:11como una hija. Lanzarse miradas que podrían haber helado el café en sus tazas.
13:17He revisado las cuentas del último trimestre. Comenzó Catalina, dejando una carpeta sobre
13:22la mesa con un golpe seco que hizo saltar a su padre. Y como sospechaba, el gasto en la nueva
13:29decoración del ala de invitados que autorizaste, Martina, es sencillamente insostenible.
13:37Se ha excedido el presupuesto en casi un 40%. Martina dejó su taza de té con una delicadeza
13:43calculada, como si la acusación apenas mereciera su atención. La calidad tiene un precio, Catalina,
13:51y la reputación de la promesa no es algo en lo que debamos escatimar.
13:55Recibimos a personas de alta cuna. No podemos recibirlos con tapices raídos y muebles que
14:02se caen a pedazos. Es una inversión en nuestra imagen. Una inversión. Resopló Catalina, incrédula.
14:12Lo llamas inversión, yo lo llamo despilfarro. Podríamos haber utilizado ese dinero para comprar
14:17las nuevas semillas que necesita el campo, o para reparar el tejado del granero que tiene
14:22goteras desde la última tormenta. Eso es una inversión, Martina. Algo que genera un retorno,
14:30no algo que satisface tu vanidad.
14:34La palabra vanidad cayó sobre la mesa como una bofetada. El rostro de Martina se endureció.
14:41Mi vanidad, como tú la llamas, es la preocupación por el buen nombre de nuestra familia.
14:46Un concepto que quizás te resulte ajeno, ocupada como estás en comportarte como una contable de
14:53pueblo. Hay cosas que el dinero no puede comprar, como el prestigio. El prestigio no llena los
15:01estómagos de los jornaleros, ni paga sus salarios. Replicó Catalina, su voz subiendo de volumen.
15:07Tu prestigio no evitará que el banco nos ejecute la hipoteca si seguimos gastando de esta manera
15:13irresponsable. Basta ya, la voz de Alonso resonó en el comedor, profunda y cargada de autoridad.
15:24Ambas mujeres se callaron de inmediato, aunque sus miradas seguían despidiendo chispas.
15:29Basta las dos, estoy harto de esta guerra sin cuartel. ¿No os dais cuenta de que estáis
15:36destrozando lo poco que queda de armonía en esta casa? Sois familia.
15:42Comportaos como tal. Un silencio tenso se instaló en la habitación. Catalina apretó los labios,
15:48frustrada. Martina adoptó una expresión de mártir ofendida. Yo solo defiendo lo que es mejor para la
15:56promesa. Tío, dijo Martina con un hilo de voz. Y yo también. Contraatacó Catalina,
16:04mirando a su padre con desesperación. Alonso suspiró, pasándose una mano por el rostro.
16:11Se sentía viejo y cansado. La muerte de Yana, la detención de Lorenzo, los problemas económicos,
16:17y ahora esta contienda civil en su propia mesa. Era demasiado. Sabía que no podía resolverlo solo,
16:25necesitaba ayuda, una perspectiva externa, alguien con la sabiduría y la distancia necesarias para
16:31mediar en aquel conflicto que amenazaba con desgarrar a la familia. Más tarde, esa misma
16:37mañana, mientras paseaba por los pasillos tratando de aclarar sus ideas, su mirada se posó en una
16:43figura que representaba la estabilidad y la discreción. Rómulo, el mayordomo.
16:48Llevaba décadas al servicio de la familia, había visto nacer a sus hijos, había sido testigo de
16:55sus triunfos y sus miserias. Su lealtad no era hacia una persona, sino hacia la institución de
17:02la promesa. Era un aliado inesperado, sí, pues nunca había involucrado al servicio en asuntos de
17:08tal calibre. Pero quizás, también era el más necesario. Rómulo. Lo llamó, su voz resonando
17:16en el pasillo silencioso. El mayordomo, que supervisaba la limpieza de una armadura,
17:23se giró con una reverencia impecable.
17:25La sorpresa se dibujó sutilmente en el rostro habitualmente impasible de Rómulo, pero la
17:41ocultó de inmediato. Asintió y caminó un paso por detrás del marqués, en dirección a la biblioteca.
17:49Una vez dentro, con las puertas cerradas, Alonso se sirvió una copa de brandy, a pesar de la hora
17:54temprana. Le ofreció una a Rómulo, quien la declinó con un gesto respetuoso. Rómulo, has
18:02servido a esta familia durante más tiempo que nadie. Conoces los cimientos de esta casa mejor
18:09que yo mismo. Dime, con honestidad, qué opinas de la situación entre mis sobrinas. Rómulo se tomó
18:17un momento antes de responder, eligiendo sus palabras con el cuidado de un diplomático.
18:21Señor, no me corresponde a mí opinar sobre los asuntos de la familia. Te lo estoy pidiendo yo.
18:32Olvida por un momento que soy el marqués y tú el mayordomo. Háblame como un hombre que ama esta
18:37casa. Veo cómo se miran, cómo se hablan. Esto no es un simple desacuerdo, es odio, y está envenenando
18:45el ambiente. El mayordomo suspiró levemente, una concesión a la emoción que rara vez se permitía.
18:55Si me permite la franqueza, señor, la señorita Catalina lucha por la supervivencia de la promesa.
19:02Ve los números, la tierra, la realidad tangible. Su visión es la de una gestora. La señorita Martina,
19:08por otro lado, lucha por el alma de la promesa. Ve el legado, el nombre, la posición social. Su
19:17visión es la de una aristócrata. Ambas aman esta casa, pero hablan idiomas diferentes. Alonso asintió
19:25lentamente, tomando un sorbo de brandy. La descripción de Rómulo era dolorosamente precisa.
19:30Dos idiomas diferentes, sí, y yo soy el pésimo traductor que está en medio. Catalina me acusa
19:38de ser blando con Martina. Martina me acusa de no valorar la tradición. Cualquier decisión que tomo,
19:45una de las dos se siente traicionada. Quizás el problema, Marqués, no es la decisión que usted
19:52toma, sino el hecho de que se vea forzado a tomarlas solo, sugirió Rómulo con delicadeza.
19:58Ambas tienen parte de razón. La promesa necesita tanto la pragmática gestión de la señorita
20:05Catalina como el respeto por el legado que defiende la señorita Martina. No son visiones
20:12excluyentes, sino complementarias. El desafío es hacer que ellas lo vean. ¿Y cómo, en el nombre
20:19de Dios, se consigue eso? Preguntó Alonso, con genuina desesperación. A veces, un enemigo
20:27común une más que un objetivo compartido. Dijo Rómulo, con una enigmática sabiduría.
20:35O, en su defecto, un árbitro imparcial. Alguien a quien ambas respeten y cuya autoridad no puedan
20:41cuestionar tan fácilmente como cuestionan la suya, que ven teñida de afecto paternal.
20:45La idea comenzó a germinar en la mente de Alonso. Un árbitro, alguien de fuera, un abogado,
20:54un administrador de fincas de confianza. Alguien que pudiera presentarles la cruda
20:58realidad de su situación financiera de una forma que ninguna de las dos pudiera refutar
21:02con argumentos emocionales.
21:04Gracias, Rómulo, dijo Alonso, sintiendo por primera vez en días un atisbo de esperanza.
21:14Tu lealtad y tu sabiduría son invaluables. Has arrojado luz sobre mi confusión. Estoy
21:19para servir, Marqués.
21:23Siempre. Rómulo hizo una reverencia y se retiró, dejando a Alonso solo con sus pensamientos.
21:29La solución no era sencilla, pero al menos ahora tenía un camino. Un camino que implicaba
21:36buscar ayuda externa, admitir que no podía controlarlo todo.
21:42Era una píldora difícil de tragar para un hombre como él, pero la supervivencia de
21:46su familia y de su hogar bien valía una dosis de humildad.
21:51En el ala del servicio, la vida continuaba con su propio ritmo, una coreografía de tareas
21:56y deberes que servía de contrapunto a los dramas de los señores.
22:01Sin embargo, también allí las emociones estaban a flor de piel. Vera, la doncella que había
22:07llegado a la promesa bajo una nube de misterio, llevaba días viviendo en un estado de ansiedad
22:11contenida. Había enviado un mensaje a su hermano, una súplica de ayuda o, al menos, de noticias.
22:19Y desde entonces, cada crujido del suelo, cada llegada de un carruaje, hacía que su
22:26corazón diera un vuelco.
22:30Estaba terminando de pulir la plata en la cocina, sus manos moviéndose con una eficiencia
22:35mecánica que su mente no compartía.
22:39Sus pensamientos estaban lejos, enredados en los peligros de los que había huido y en
22:43la esperanza de que su hermano fuera su salvación.
22:48¿Estás bien, muchacha? Le preguntó Simona, la cocinera, observándola con su habitual perspicacia.
22:56Pareces un alma en pena. Llevas cinco minutos frotando la misma cuchara. A este paso, la vas
23:02a dejar transparente. Vera se sobresaltó, soltando la cuchara con
23:08un tintineo. Lo siento, Simona. Estaba distraída.
23:14Eso ya lo veo, es por tu hermano, ¿verdad? ¿Sigues sin noticias? Vera asintió, mordiéndose
23:20el labio. Le envié un recado hace días. Sé que puede tardar, pero, oh, no puedo evitar
23:27temer que algo haya salido mal. Que no haya recibido mi mensaje, o peor, que lo haya recibido
23:34alguien que no debía. Lope, que estaba cortando verduras cerca, se unió a la conversación
23:40con un tono tranquilizador. Dale tiempo, Vera. Las comunicaciones no son como ahora, que uno
23:47chasquea los dedos y aparece una carta. Seguro que en cuanto pueda, te responderá o vendrá
23:54él mismo. Vera intentó sonreír, agradecida por el consuelo.
23:57Pero la inquietud era una bestia tenaz que no la soltaba. Su pasado no era algo de lo
24:04que se pudiera escapar fácilmente. Había hilos que la ataban a él, y temía que alguien
24:11tirara de ellos. Justo en ese momento, se escuchó el sonido inconfundible de un carruaje
24:16llegando por el camino principal. No era la hora habitual para las visitas. El corazón
24:23de Vera se aceleró, martilleando contra sus costillas. ¿Sería él? ¿Podría ser su
24:30hermano? Ha llegado un coche, anunció María Fernández, asomándose por la puerta de la
24:35cocina. Y no parece el de ningún vecino conocido. Es un carruaje de viaje, oscuro y bastante
24:42lujoso. La esperanza y el miedo libraron una batalla
24:46campal en el interior de Vera. Se secó las manos en el delantal, su mente corriendo a mil
24:52por hora. Voy a ver, dijo, su voz apenas un susurro. Ten cuidado, Vera, le advirtió Simona,
25:01frunciendo el ceño. Vera apenas la oyó, salió de la cocina y se dirigió al vestíbulo principal,
25:09manteniéndose oculta detrás de una columna, desde donde podía ver la puerta de entrada sin ser vista.
25:14Rómulo ya estaba allí, con su porte impecable, listo para recibir a la visita. La gran puerta de
25:22roble se abrió, y por un instante, Vera contuvo la respiración. Pero la figura que apareció en el
25:29umbral no era la de su hermano. No era un hombre en absoluto. Era una mujer, alta, de mediana edad,
25:38vestida con un traje de viaje de color negro, severo y costoso. Su cabello oscuro estaba
25:45recogido en un moño apretado sin un solo pelo fuera de lugar. Su rostro era un mapa de facciones
25:53afiladas y aristocráticas, con una boca fina y unos ojos oscuros que parecían escudriñarlo todo
25:58con una intensidad fría y calculadora. No había ni rastro de la calidez o la familiaridad que Vera
26:06ansiaba ver. Aquella mujer irradiaba un aura de poder y peligro que hizo que un escalofrío
26:11recorriera la espalda de la joven doncella.
26:15Busco a una muchacha. Dijo la mujer a Rómulo, su voz tan cortante como su apariencia.
26:22Su nombre es, o al menos solía ser, Remedios, aunque me han informado de que aquí se hace llamar Vera.
26:30El corazón de Vera se detuvo. Remedios, hacía tanto tiempo que nadie la llamaba por ese nombre.
26:37Era el nombre de la vida que había dejado atrás, el nombre asociado al miedo y a la opresión.
26:44La llegada de aquella mujer no era una salvación, era una sentencia. Oculta tras la columna, Vera sintió
26:50que el suelo se abría bajo sus pies. El aire se volvió espeso, irrespirable. La sorpresa del día,
26:58que tanto había anhelado, se había convertido en su peor pesadilla. No era su hermano quien había
27:05llegado al palacio, era su pasado, y había venido a reclamarla. En otra parte de la finca,
27:13Manuel de Luján sentía una frustración muy similar a la de su padre, aunque por motivos diferentes.
27:18Su batalla no era con sus primas, sino con una mujer terca y enigmática. Leocadia,
27:25la viuda que poseía las tierras colindantes a las de la promesa, unas tierras que Manuel
27:30necesitaba desesperadamente para su proyecto de aeródromo. Llevaba semanas intentando convencerla,
27:37le había hecho una oferta generosa, muy por encima del valor de mercado. Pero Leocadia se negaba a darle
27:44una respuesta clara. Lo citaba, le daba largas, le hablaba del valor sentimental de la tierra,
27:51de los recuerdos de su difunto esposo. Manuel, sin embargo, intuía que había algo más. Su
27:59reticencia no era solo sentimental. Había un nerviosismo en su mirada, una cautela en sus
28:06palabras que activaba todas sus alarmas. Sospechaba que ella sabía algo sobre esas tierras, algo que no
28:14quería que él descubriera, y retrasaba la venta con la esperanza de que él perdiera el interés o
28:19abandonara sus sospechas. Esa mañana, había decidido forzar la situación. Se presentó en
28:26casa de Leocadia sin previo aviso. La encontró en su pequeño pero cuidado jardín, podando unos rosales.
28:34Doña Leocadia la saludó, intentando mantener un tono cordial a pesar de su impaciencia.
28:40Espero no importunar. La mujer se sobresaltó, dejando caer las tijeras de podar. Don Manuel,
28:49qué sorpresa. No lo esperaba, lo sé, y le pido disculpas por ello. Pero necesito una respuesta
28:56definitiva. Mi proyecto no puede esperar más. Me vende las tierras, sí o no. Leocadia se quitó
29:04los guantes de jardinería, ganando tiempo. Su rostro mostraba una estudiada aflicción.
29:12Ay, joven, es una decisión tan difícil para mí. Cada palmo de esa tierra me recuerda a mi
29:19eustaquio. Venderla es como, como vender una parte de mis recuerdos. No lo comprende,
29:26comprendo perfectamente el valor sentimental, se lo aseguro. Y por eso mi oferta es tan generosa.
29:34Podría comprar una casa nueva, viajar, vivir cómodamente el resto de sus días sin preocupaciones.
29:42Piénselo. El dinero no lo es todo, Don Manuel, replicó ella, y sus ojos adquirieron un brillo
29:48astuto. A veces, la tranquilidad de conciencia vale más que todo el oro del mundo. Esa última
29:56frase fue la que terminó de convencer a Manuel. Tranquilidad de conciencia, ¿por qué diría algo
30:03así? Estaba claro que ocultaba algo. Mire, Leocadia, seamos sinceros, dijo Manuel, bajando la
30:11voz. Sé que hay algo en esas tierras. No sé el qué, un viejo pozo, restos de alguna construcción. No
30:20me importa, sea lo que sea, estoy dispuesto a asumirlo. Solo quiero la parcela para mi aeródromo.
30:27Le daré mi palabra de que no excavaré más de lo necesario. El pánico destelló en los ojos de la
30:34viuda por un segundo, antes de que lo enmascarara con indignación. Pero, ¿qué está insinuando? ¿Que le
30:41ocultó algo? ¡Qué ofensa! Mi difunto esposo era un hombre honorable. Y yo también. No he dicho lo
30:49contrario. Solo le pido que sea honesta conmigo. Su demora me hace pensar que hay algo más que simple
30:54nostalgia. Viendo que no podía convencerlo, Leocadia cambió de táctica. Quizás, quizás si
31:02hablara usted con el marqués. Su padre es un hombre sensato. Él entenderá mis razones, mi apego a la
31:10tierra. Él podría hacerle entrar en razón. Manuel vio la maniobra con claridad. Quería
31:16involucrar a su padre, sabiendo que Alonso siempre priorizaba la paz y las buenas relaciones con los
31:22vecinos por encima de los proyectos caprichosos de su hijo. Era un golpe bajo, pero Manuel decidió
31:29aceptar el envite. Muy bien. Hablaré con mi padre. Pero que sepa que esto no cambia nada. No voy a
31:37renunciar. Regresó a la promesa con el ánimo encendido. La actitud de Leocadia no había hecho
31:44más que avivar sus sospechas. Tenía que haber algo importante en ese terreno, algo que ella temía que
31:50saliera a la luz. Encontró a su padre en el despacho, revisando unos libros de contabilidad
31:57con el ceño fruncido. El humor del marqués ya era sombrío por su discusión con Martina y Catalina,
32:04y la llegada de Manuel no hizo más que empeorarlo.
32:09Padre, necesito hablar contigo. Empezó Manuel sin preámbulos. Ahora, ¿qué ocurre, Manuel? ¿Otro de tus
32:16inventos voladores se ha estrellado?
32:18No es ninguna broma. Se trata de las tierras de Leocadia. Sigue negándose a vender. Y ahora
32:26quiere que tú intercedas. Pretende que la convenzas a ella, pero en realidad quiere que
32:31me convenzas a mí para que abandone. Alonso dejó los libros y se frotó los ojos. Cansado. Manuel,
32:39por el amor de Dios. ¿No tenemos suficientes problemas dentro de esta casa como para que tú
32:44vayas a buscar más fuera? Si la mujer no quiere vender, no quiere vender.
32:51Déjala en paz. Búscate otras tierras.
32:54No, exclamó Manuel, golpeando la mesa con la palma de la mano.
33:00Tienen que ser esas tierras. Son perfectas por su ubicación y su orografía. Y además,
33:05ahora es una cuestión de principios.
33:09Esa mujer oculta algo, padre. Lo sé, su actitud es evasiva, sospechosa.
33:15Retrasa la venta con excusas peregrinas, esperando que me canse.
33:20¿Ocultar algo? ¿Qué va a ocultar una pobre viuda? ¿El tesoro de un pirata? Dijo Alonso con
33:25sarcasmo. Estás viendo fantasmas donde no los hay. Tu obsesión con volarte nubla el juicio.
33:34La señora tiene derecho a no vender la herencia de su marido. Es su propiedad,
33:38y no voy a presionarla para satisfacer un capricho tuyo.
33:43El choque fue frontal. Padre e hijo se miraron, uno desde la atalaya de la responsabilidad y el
33:48hastío, el otro desde la pasión y la sospecha.
33:51No es un capricho, es mi futuro. Dijo Manuel, su voz cargada de frustración. Y no te pido que la
34:00presiones. Te pido que me apoyes, que confíes en mi instinto. Leocadia recurre a ti porque sabe que
34:07eres un hombre razonable, pero también porque sabe que no compartes mi entusiasmo. Te está
34:13utilizando para frenarme. Pues quizás tenga razón en hacerlo. Estalló Alonso, poniéndose en pie.
34:22Mientras tú sueñas con pájaros de metal, esta casa se desmorona. Tus primas se despedazan la
34:28una a la otra. Las deudas nos ahogan y tú solo piensas en tu maldito aeródromo. ¿No puedes,
34:33por una vez en tu vida, pensar en las prioridades de la familia? Mi proyecto podría ser una fuente de
34:40ingresos para la familia. Podría traer prosperidad a la región. Pero nunca lo has visto así. Para ti
34:46siempre ha sido una locura de niño rico. Las palabras, duras y afiladas, quedaron flotando en
34:52el aire viciado del despacho. El abismo generacional y de visión entre ellos nunca había parecido tan
35:00grande. Alonso veía la obstinación de su hijo como una imprudencia. Manuel veía la cautela de su padre
35:06como una falta de fe. La intervención que Leocadia había buscado no había servido para disipar las
35:13sospechas de Manuel, sino para abrir una nueva brecha en la ya de por sí maltrecha relación con su
35:18padre. Manuel salió del despacho dando un portazo, más decidido que nunca a descubrir qué escondía
35:25Leocadia, aunque tuviera que hacerlo solo y en contra de la voluntad del marqués. En un rincón más
35:32tranquilo y discreto del palacio, en la acogedora salita del ama de llaves, se desarrollaba un drama
35:37más íntimo, pero no menos doloroso. Pía Adarre, el ama de llaves, escuchaba con atención y empatía a
35:46Ricardo Pellicer, el mayordomo que había llegado para sustituir a Gregorio y que, poco a poco, se
35:52había ganado su confianza y su afecto. Ricardo, un hombre generalmente reservado y de aspecto
35:59imperturbable, mostraba una vulnerabilidad que rara vez dejaba traslucir. Sostenía una taza de
36:07té entre sus manos, pero no bebía. Su mirada estaba fija en un punto inexistente de la pared.
36:15—No sé qué más hacer, Pía —dijo finalmente, su voz teñida de una profunda desesperación.
36:23—He hablado con abogados, con el párroco, he movido todos los hilos que he podido. Y la
36:28respuesta es siempre la misma. La nulidad matrimonial es prácticamente imposible de
36:35conseguir. Pía suspiró, su corazón encogiéndose por él. Sabía la historia de Ricardo. Un matrimonio
36:44desastroso con una mujer llamada Ana, de la que llevaba separado de facto durante años,
36:49pero a la que seguía atado por los lazos indisolubles de la iglesia. Un matrimonio que
36:55le impedía rehacer su vida, ni siquiera alegando abandono del hogar o incompatibilidad, preguntó
37:01ella en voz baja. Ricardo soltó una risa amarga, carente de alegría. Para la Santa Madre Iglesia,
37:09la incompatibilidad no es motivo de nada. Y en cuanto al abandono, ella se las ha arreglado
37:17para que parezca que fui yo quien se marchó. Ana es experta en manipular la verdad. Siempre
37:24lo ha sido. Construye una narrativa en la que ella es la víctima. La esposa devota
37:28abandonada por un marido cruel e inestable.
37:30Y la gente, por supuesto, la cree. Es más fácil creer a una mujer que llora que a un hombre que
37:38guarda silencio. Pero debe haber alguna manera, Ricardo. No pueden condenarte a vivir así para
37:46siempre. Es una cadena perpetua, lo es. Y lo peor es que Ana no me daría la nulidad aunque pudiera.
37:54Disfruta teniéndome atado a ella. Es su forma de control, su pequeña venganza por no haber
38:01podido doblegarme a su voluntad cuando estábamos juntos. Mientras yo lleve su apellido, mientras
38:08legalmente sea su esposo, siente que una parte de mí le pertenece. Y eso le basta. La confesión de
38:16Ricardo fue un mazazo para Pía. Entendía perfectamente la sensación de estar atrapado,
38:21de tener el futuro secuestrado por las acciones de otra persona.
38:27Ella misma lo había vivido con el varón de linaja y con su propio y terrible matrimonio con Gregorio.
38:34Lo siento tanto, Ricardo. Dijo, y extendió la mano sobre la mesa para posarla sobre la de él.
38:42El contacto fue breve, pero lleno de un significado profundo. No me hago una idea de lo difícil que
38:47debe ser para ti. Cargar con ese peso cada día, en silencio. Ricardo levantó la vista y sus ojos
38:55se encontraron con los de Pía. Por un momento, vio en ellos un reflejo de su propio dolor, una
39:02comprensión que iba más allá de la simple compasión.
39:07Gracias, Pía. Significa mucho para mí poder hablar de esto contigo. A veces siento que esta
39:13confesión es una carga demasiado pesada para llevarla solo. Me ahoga. No tienes por qué
39:20llevarla solo, aseguró ella con firmeza. Somos amigos, Ricardo. Y los amigos están para compartir
39:29las cargas. No puedo ofrecerte una solución legal, pero puedo ofrecerte mi huido y mi apoyo
39:34incondicional. Una pequeña sonrisa, la primera genuina en mucho tiempo, se dibujó en los labios
39:41de Ricardo. La sinceridad y la calidez de Pía eran un bálsamo en su herida. En aquel palacio lleno
39:49de intrigas y conflictos, haber encontrado una aliada, una confidente, era un tesoro inesperado.
39:57Y te lo agradezco más de lo que imaginas, respondió él, apretando ligeramente la mano de ella antes de
40:03retirarla. Mucho más. Se quedaron en silencio un momento, un silencio cómodo y lleno de
40:10entendimiento. Para Ricardo, confesarle a Pía la magnitud de su problema no había solucionado
40:17nada en la práctica, pero había aliviado la presión en su alma. Saber que no estaba completamente
40:24solo en su lucha le daba una nueva, aunque frágil, brizna de esperanza. Sin embargo, la realidad
40:32seguía siendo la misma, estaba atrapado. Y mientras lo estuviera, cualquier sueño de
40:38un futuro diferente, de una posible felicidad, seguiría siendo eso. Un sueño inalcanzable,
40:44una puerta cerrada con un cerrojo que no tenía la llave para abrir. Y así, el día avanzaba
40:51en la promesa, tejiendo los hilos de las vidas de sus habitantes en un tapiz cada vez más
40:55complejo y dramático. Un joven lidiaba con el final de una venganza y el incierto comienzo
41:02del amor. Dos primas se declaraban la guerra por el alma de la finca. Una doncella se enfrentaba
41:09a la llegada de un pasado aterrador. Un hijo desafiaba a su padre por un sueño y un secreto.
41:17Y un hombre confesaba la existencia de una cárcel invisible que lo aprisionaba. El sol comenzaba a
41:23descender en el horizonte, tiñendo el cielo de tonos rojizos y violetas, presagiando una noche
41:28que, lejos de traer descanso, prometía ser tan solo una pausa antes de que las tormentas
41:33desatadas durante el día volvieran a estallar con renovada furia. El final de una etapa era,
41:40para muchos, el principio de una nueva e incierta batalla.
41:53¡Gracias!
41:55¡Gracias!
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