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00:00Lorenzo regresa y desata el caos. El esperado capítulo 662 de La Promesa llega cargado de
00:11tensión y giros inesperados. El regreso de Lorenzo sacude los cimientos del palacio y
00:18pone a todos en estado de alerta. Su vuelta no es casual. Viene con sed de venganza, y
00:26tanto Curro como Ángela saben que el capitán no descansará hasta arrastrarlos a una guerra
00:30peligrosa. Mientras tanto, Manuel se enfrenta a un dilema crucial. Aceptar la oferta de Pedro
00:38Farré o seguir otro camino. La tensión se multiplica cuando Toño empieza a dudar de su matrimonio con
00:43Enora, justo cuando la verdad comienza a salir a la luz. En otro rincón, Cristóbal lanza un
00:51ultimátum devastador a Pia y Ricardo, obligándolos a tomar una decisión imposible. Y cuando parece
00:59que todo se desmorona, una sorpresa inesperada ilumina el destino de Vera. El reencuentro con
01:04su hermano Federico. ¿Qué consecuencias traerá el regreso de Lorenzo? ¿Quién saldrá perdiendo en
01:12esta guerra silenciosa dentro de La Promesa? El sol del miércoles 27 de agosto se derramaba
01:19sobre los campos que rodeaban La Promesa con una generosidad casi insultante, pintando
01:24el paisaje de dorados y ocres mientras una paz aparente, frágil como el cristal más
01:29fino, envolvía los muros del palacio. Era una quietud antinatural, la calma tensa que
01:36precede a la tormenta, un silencio cargado de palabras no dichas y miedos susurrados en
01:40los rincones. En la cocina, el traqueteo familiar de las ollas y sartenes era un vano intento
01:47de normalidad. En los salones, el polvo danzaba en los haces de luz, testigo mudo de las intrigas
01:54que se tejían en la penumbra. Nadie, ni en sus más oscuras premoniciones, podría haber
02:01anticipado la sombra que estaba a punto de cernirse sobre ellos, una sombra con nombre
02:06y apellido que llegaría para quebrar esa falsa tranquilidad en mil pedazos. El sonido
02:12llegó primero, un rugido mecánico, ajeno a la sinfonía rural de pájaros y viento,
02:18que crecía en intensidad a medida que un automóvil de un negro fúnebre devoraba el
02:22camino de grava que conducía a la entrada principal. Los criados que se encontraban en
02:27el patio detuvieron sus quehaceres, alzando la vista con curiosidad.
02:33Yana, que cruzaba hacia los hangares con una caja de herramientas, sintió una punzada inexplicable
02:38de desasosiego, un frío que nada tenía que ver con la brisa de finales de verano.
02:45Su mirada se clavó en el vehículo hasta que se detuvo, con una precisión arrogante,
02:50justo frente a la escalinata. La puerta del conductor se abrió y un chofer uniformado
02:56descendió con presteza para abrir la portezuela trasera. Y entonces, emergió la figura, alta,
03:03alta, impecablemente vestida con un traje de viaje que gritaba dinero y poder, y con una
03:08sonrisa torcida que no llegaba a unos ojos fríos y calculadores. El capitán Lorenzo de
03:15Luján había regresado. El aire se solidificó. Los murmullos cesaron de golpe. Fue como si
03:22el tiempo mismo contuviera la respiración. Lorenzo se tomó un momento, paladeando el impacto
03:28de su llegada. Aspiró profundamente, como un actor que vuelve a su escenario predilecto,
03:35y sus ojos recorrieron la fachada del palacio. No era una mirada de nostalgia, sino de conquista.
03:43Había vuelto a su coto de caza. Dentro, la noticia se extendió como la pólvora, un susurro venenoso
03:51que reptaba por los pasillos y escaleras de servicio. Ha vuelto, dijo Candela a Simona en
03:58la cocina, su voz apenas un hilo tembloroso mientras dejaba caer una patata en el cesto.
04:05¿Quién? Preguntó Simona, aunque el terror repentino en los ojos de su amiga ya le había
04:10dado la respuesta. El capitán, el demonio en persona. Simona se santiguó instintivamente.
04:17Ambas mujeres compartieron una mirada de puro pavor, pensando no sólo en ellas, sino en
04:23la tormenta que se avecinaba para todos, especialmente para aquellos a quienes el capitán guardaba
04:28en su lista negra. En el piso de arriba, en la soledad de su habitación, Ángela estaba
04:35doblando unas sábanas recién lavadas. Escuchó el revuelo en el pasillo, las voces apuradas
04:42de las doncellas, y un nombre que le geló la sangre en las venas, Lorenzo. Las sábanas
04:49se deslizaron de sus manos y cayeron al suelo en un montón arrugado. Se apoyó contra la
04:54pared, sintiendo como sus piernas amenazaban con ceder. Su corazón martilleaba contra sus
05:01costillas, un tambor desbocado que anunciaba el pánico. Cerró los ojos y la imagen de su
05:08rostro, esa sonrisa cruel, esos ojos depredadores, la asaltó con una viveza aterradora. Había
05:16vuelto, el hombre que la había atormentado, el monstruo de sus pesadillas, estaba de nuevo
05:21bajo el mismo techo. La venganza, sabía, con una certeza que le erizaba la piel, que había
05:29regresado por venganza. Y ella y su hijo, Curro, eran sus presas principales. Un sollozo
05:38seco se ahogó en su garganta. El santuario que había encontrado en la promesa se había
05:43convertido, en un instante, en una jaula dorada con el depredador dentro. Curro se encontraba
05:51en la biblioteca, intentando concentrarse en un libro de poesía que Yana le había recomendado.
05:56Las palabras, sin embargo, se negaban a formar frases coherentes en su mente. Su cabeza era
06:04un torbellino desde la revelación de su verdadera filiación, la verdad sobre su padre, el asesino
06:09de su madre. La puerta se abrió de golpe y Alonso entró con el rostro sombrío. Curro,
06:16ha llegado alguien. Quiero que mantengas la calma. El joven frunció el ceño. ¿Quién,
06:23tío? Lorenzo ha vuelto. El libro se cerró de un golpe seco. Curro se puso en pie, su
06:30cuerpo entero tenso como la cuerda de un arco. El nombre resonó en la habitación, cargado
06:36de odio y amenaza. No era solo el hombre que lo había criado entre desprecios y maltratos.
06:42Era el hombre que le había arrebatado a su madre, el asesino que caminaba libre.
06:45¿Qué hace aquí? Siseó, su voz una mezcla de incredulidad y furia contenida. No lo sé,
06:54admitió Alonso, pasándose una mano por el cabello con gesto cansado.
07:00Pero está aquí, te pido, por favor, que no hagas nada impulsivo. No le dé el gusto de una
07:05confrontación pública. ¿Que no haga nada? replicó Curro, avanzando hacia su tío. Ese
07:12hombre es un asesino. Pasea por esta casa como si tuviera derecho a ello mientras mi
07:16madre yace muerta por su culpa. Lo sé, hijo, lo sé mejor que nadie. Pero ahora debemos ser
07:24más inteligentes que él. Cruz, como siempre, parece encantada con su presencia. No podemos
07:31iniciar una guerra abierta sin un plan. Prometemelo, Curro, mantén la distancia. Curro apretó los puños
07:39con tanta fuerza que sus nudillos se pusieron blancos. Cada fibra de su ser gritaba por salir
07:46de esa biblioteca, encontrar a Lorenzo y estamparle la verdad en la cara, hacerle pagar por todo el
07:52dolor que había causado. Pero la mirada suplicante de Alonso, el hombre que ahora sabía que era su
07:59verdadero abuelo, lo detuvo. Asintió, pero fue un gesto rígido, forzado. La promesa de no actuar
08:07era una brasa ardiente en su pecho, y sabía que Lorenzo no tardaría en soplar sobre ella
08:12para avivar las llamas. Y, en efecto, no tuvo que esperar mucho. El encuentro fue inevitable,
08:21porque estado con una malicia deliberada por el propio Lorenzo. Lo encontró en el pasillo
08:27superior, cuando Curro se dirigía a buscar a Yana, la única persona que podía calmar la
08:32tempestad en su interior. Lorenzo estaba apoyado despreocupadamente contra el marco de una ventana,
08:40examinándose las uñas como si el mundo entero fuera un espectáculo aburrido montado para su
08:45entretenimiento.
08:48—Vaya, vaya, pero si es el pequeño Curro —dijo Lorenzo, su voz era seda empapada en veneno.
08:54—Levantó la vista, y esa sonrisa que Curro odiaba se extendió por su rostro. O debería decir,
09:02el pequeño marquesito de Luján.
09:05—He oído las noticias, qué ascenso tan meteórico, debes de estar, encantado. Curro se detuvo en seco.
09:14Se obligó a recordar la promesa hecha a Alonso. Respiró hondo, intentando mantener un muro de
09:19indiferencia. No sé de qué me habla, si me disculpa, o, no tan rápido. Lorenzo se enderezó,
09:28bloqueándole el paso. Era más alto, y usaba su estatura para intimidar, para empequeñecerlo.
09:36He venido a darte la enhorabuena. Y a ofrecerte mis condolencias, claro, descubrir que tu padre no
09:43es tu padre, y que tu verdadero padre es un pobre diablo muerto. ¡Qué tragedia! Pero, por otro lado,
09:51te convierte en nieto de marqués. Un buen negocio, ¿no crees? Has cambiado un apellido de militar por
09:57uno con tierras. Siempre ha sido un trepa. Cada palabra era un golpe, un latigazo calculado para
10:03herir. Curro sintió la sangre subirle al rostro. No tiene derecho a hablarme así. No tiene derecho a
10:11estar en esta casa. La sonrisa de Lorenzo se ensanchó. Tengo más derecho que tú, muchacho. Yo soy un
10:19luján de verdad, por matrimonio. Tú eres, bueno, el resultado de un desliz de tu difunta madre con
10:27el servicio. Siempre supe que Dolores tenía gustos, vulgares. Fue esa última frase la que rompió el dique.
10:35La mención de su madre, su nombre manchado por esa boca inmunda, fue demasiado. Cierre la boca,
10:43rugió Curro, dando un paso al frente, sus manos convertidas en garras. No se atreva a pronunciar
10:50su nombre, ¿por qué no? La conocía muy bien, íntimamente. Continuó Lorenzo, sus ojos brillando
10:57con una crueldad triunfante. Había encontrado el nervio, y ahora lo retorcía sin piedad. Conocía su
11:04cuerpo, sus secretos, y sus miedos. Era tan predecible, igual que tú, un cachorro rabioso
11:12que ladra mucho pero no se atreve a morder. Curro levantó el puño. El impulso de borrar esa sonrisa
11:19de su rostro era casi abrumador. Estaba un segundo de lanzarse sobre él, de desatar toda
11:26la rabia que llevaba dentro, sin importar las consecuencias. La promesa a Alonso, la prudencia,
11:34todo se había desvanecido. Sólo quedaba el odio puro y primario. Lorenzo lo vio en sus ojos,
11:42y su sonrisa se convirtió en una mueca de satisfacción. Estaba a punto de lograrlo,
11:48de provocar al chico hasta que cometiera un error que pudiera usar en su contra.
11:54La tensión en el pasillo era tan densa que se podía cortar con un cuchillo. La guerra,
12:00silenciosa hasta ahora, estaba a punto de estallar en su primera y brutal batalla.
12:06Mientras esa tormenta personal se gestaba en los pasillos de la promesa, otra, de naturaleza
12:11más financiera y estratégica, se desarrollaba en el despacho de Manuel. El joven marqués en
12:18funciones había convocado a Toño y Enora. El ambiente era formal, pero cargado de una
12:23electricidad palpable. Sobre la mesa de caoba pulida descansaba una carpeta que contenía la
12:30propuesta que podría cambiar el futuro de la finca. Manuel carraspeó, adoptando el tono serio que la
12:38situación requería. Os he llamado porque, como sabéis, la situación económica de la promesa sigue
12:44siendo delicada. Necesitamos una inyección de capital importante para modernizar la explotación
12:51y asegurar su viabilidad a largo plazo. Toño asintió con gravedad, su rostro era una máscara
12:58de preocupación. A su lado, Enora permanecía impasible, observando a Manuel con una intensidad
13:04calculadora. Y bien, continuó Manuel, abriendo la carpeta, he recibido una oferta formal. Un viejo
13:13amigo de la familia, Pedro Farré, un industrial con una visión muy moderna de los negocios, ha
13:19mostrado un gran interés. Está dispuesto a comprar un paquete significativo de las acciones de la
13:25promesa. Dejó la propuesta sobre la mesa, girándola para que pudieran leerla. Su oferta es generosa,
13:34dijo Manuel, eligiendo sus palabras con cuidado. Nos proporcionaría los fondos que necesitamos
13:39desesperadamente. Pero, obviamente, significaría ceder una parte del control. Toño se inclinó para
13:47leer el documento, sus cejas se fruncieron mientras sus ojos recorrían las cifras y las cláusulas.
13:52Enora ni siquiera se molestó en mirar el papel. Sus ojos seguían fijos en Manuel, analizando su
14:01postura, su tono. ¿Ceder el control a un extraño? Preguntó Toño, su voz teñida de escepticismo.
14:09Manuel, esta finca ha pertenecido a los Luján durante generaciones. Vender acciones es como vender
14:16un trozo de nuestra historia, de nuestra alma. Lo entiendo, Toño, de verdad que lo entiendo.
14:22Respondió Manuel con paciencia. Pero la historia no paga los salarios ni compra la maquinaria nueva
14:29que necesitamos. A veces hay que tomar decisiones difíciles para preservar el conjunto. Pedro
14:36Farré no es un especulador. Es alguien que quiere invertir y hacer crecer el negocio.
14:43¿Y qué nos garantiza que sus intereses siempre se alinearán con los nuestros? Insistió Toño.
14:48Hoy es un socio, mañana podría ser el dueño que nos eche de nuestra propia casa. Hemos visto cómo
14:56funciona el mundo de los negocios. Es un nido de tiburones. Fue entonces cuando Enora habló por
15:02primera vez, su voz clara y cortante, rompiendo la tensión. Quizás un tiburón es exactamente lo que
15:10necesitamos. Toño se giró para mirarla, sorprendido. ¿Qué quieres decir? Quiero decir. Continuó Enora,
15:20ahora dirigiéndose directamente a su marido, ignorando a Manuel. Que llevamos meses ahogándonos
15:25en deudas y soluciones a medias. Aferrarse a la historia está muy bien para los poetas,
15:31pero no llena la despensa. Si este hombre, Farré, ofrece dinero real, una salida, quienes somos nosotros
15:40para rechazarlo por un romanticismo anticuado. No es romanticismo, es prudencia. Replicó Toño,
15:49su tono elevándose. Es proteger nuestro legado. ¿Qué legado, Toño? ¿Un legado de deudas? ¿Un palacio
15:56que se cae a pedazos? Espetó Enora. Manuel tiene razón. A veces hay que sacrificar una parte para
16:03salvar el todo. Yo digo que deberíamos aceptar la oferta. Es la decisión más inteligente. Es la
16:10decisión más arriesgada. Contraatacó Toño. Es abrir la puerta al enemigo. Manuel observaba el
16:18intercambio, sintiéndose como un árbitro en un combate que no había previsto. Las opiniones
16:25enfrentadas de Toño y Enora no eran sólo una diferencia de estrategia empresarial. Eran el
16:30reflejo de dos personalidades, dos visiones del mundo, y quizás, de una brecha que se abría en
16:35su matrimonio. Debemos pensarlo con calma. Intervino Manuel, intentando mediar. No tenemos que decidirlo hoy.
16:46Lid la propuesta con detenimiento. Analizadla, y luego volveremos a hablar. La reunión terminó poco
16:52después, pero la discordia sembrada en el despacho se fue con Toño y Enora, una nube negra que los
16:58siguió hasta la intimidad de sus aposentos. La puerta de su habitación apenas se había cerrado
17:04cuando la discusión estalló de nuevo, esta vez sin la contención que la presencia de Manuel les había
17:09impuesto. No puedo creer que hayas tomado esa postura, dijo Toño, paseando nerviosamente por
17:17la habitación. Socavando mi autoridad delante de Manuel, tu autoridad, río Enora, un sonido sin
17:25alegría. Yo sólo expresé una opinión lógica y racional, algo que a ti parece que te falta
17:32últimamente. Estás paralizado por el miedo, Toño. Miedo al cambio, miedo al riesgo. Lo que tengo es
17:40cautela. Exclamó él. Algo que tú perdiste hace mucho tiempo. Sólo ves el dinero, el brillo de la
17:48solución rápida. No ves las consecuencias a largo plazo. Las consecuencias de no hacer nada son la
17:55ruina. ¿Es eso lo que quieres? Ver cómo la promesa se hunde mientras tú te abrazas a los retratos de
18:02los antepasados. No es eso. Es. Pero Toño se detuvo. La discusión sobre las acciones era sólo la
18:11superficie. Había algo más profundo. Una corriente subterránea de desconfianza que había comenzado a
18:19fluir entre ellos desde que su gran secreto había salido a la luz. La verdad sobre su matrimonio,
18:26ese pacto de conveniencia que habían mantenido oculto, ahora era conocido por Simona y Candela.
18:33Y ese conocimiento lo cambiaba todo. Esto no es sólo por las acciones, ¿verdad? Dijo Toño en voz baja,
18:40su ira desinflándose para dar paso a una amarga resignación. Es por lo que saben Simona y Candela,
18:47en horas se tensó. Se acercó a su tocador y comenzó a quitarse las joyas con gestos bruscos.
18:55No sé de qué estás hablando. Oh, sí que lo sabes. Insistió Toño, acercándose a ella.
19:03Desde que ellas lo saben, has cambiado. Estás más distante, más impaciente, como si este matrimonio,
19:10nuestra farsa, ya no te sirviera. Como si buscaras una salida. Y la oferta de
19:17Farré te parece una vía de escape perfecta. Vender, coger el dinero y... ¿y qué, en hora,
19:24desaparecer? Ella se giró para encararlo. Sus ojos eran dos fragmentos de hielo.
19:31Quizás no sea tan mala idea. ¿Qué nos une realmente, Toño? Un pacto, un acuerdo de negocios.
19:37Ahora que las cocineras cotillean sobre nosotros, ¿cuánto tiempo crees que tardará en saberlo todo
19:44el mundo? La farsa se está desmoronando. Y sí, quizás la oferta de Farré sea una oportunidad.
19:52Para todos. O solo para ti. Preguntó él, su voz cargada de un dolor que no pudo ocultar.
19:58La duda, una semilla venenosa, había sido plantada en el corazón de Toño. Ya no veía a Enora como su
20:06socia, su cómplice en un complejo juego de apariencias. Empezaba a ver a una extraña con
20:13sus propios planes, una mujer cuya lealtad era tan volátil como el mercado de valores. La decisión
20:21sobre el futuro de la promesa se había entrelazado inextricablemente con el futuro de su propio
20:25matrimonio, y ambas perspectivas se antojaban, de repente, terriblemente inciertas.
20:33En otra parte del palacio, lejos de las preocupaciones financieras y los odios familiares, se libraba
20:39una batalla más silenciosa pero igualmente cruel. Cristóbal, el gerente impuesto por la Casa
20:46Real, había consolidado su poder con una tiranía metódica. Su última maniobra estaba a punto de
20:54golpear el corazón de la zona de servicio, apuntando a dos de sus miembros más respetados,
20:59Pía Adarre y Ricardo Pellicer. Los convocó a su despacho, el antiguo despacho de Alonso,
21:07que ahora parecía más frío y austero bajo su dominio. Pía y Ricardo entraron juntos,
21:14un frente unido contra la amenaza que intuían. Su hijo, el pequeño Dieguito, era su mundo,
21:20y cualquier cosa que los pusiera en peligro a ellos, lo ponía en peligro a él.
21:26Cristóbal no los invitó a sentarse. Los dejó de pie, en medio de la habitación,
21:31como dos acusados esperando sentencia.
21:35Él permaneció tras el escritorio, jugando con un abre cartas de plata,
21:39la punta afilada dibujando círculos invisibles sobre la madera.
21:42Señora Adarre, señor Pellicer. Comenzó, su tono era gélido, desprovisto de cualquier emoción.
21:53Los he llamado para comunicarles una decisión que he tomado con respecto a la organización del servicio.
22:00Pía y Ricardo intercambiaron una mirada nerviosa.
22:03Como saben, continuó Cristóbal, sin levantar la vista del abre cartas.
22:07La eficiencia y la moralidad son los pilares de una casa bien gestionada.
22:14Y su situación presenta un problema en ambos frentes.
22:18Señor gerente, no entiendo a qué se refiere.
22:21Dijo Pía, su voz firme a pesar del nudo que se le formaba en el estómago.
22:27El señor Pellicer y yo cumplimos con nuestras obligaciones de manera impecable.
22:32Oh, no lo dudo. Dijo Cristóbal, y por primera vez los miró.
22:37Sus ojos eran pequeños y crueles.
22:40Su trabajo es satisfactorio.
22:42Es su relación personal la que resulta inconveniente.
22:47Un mayordomo y un ama de llaves manteniendo una relación amorosa bajo el mismo techo.
22:54Es una fuente de distracciones, de favoritismos potenciales.
22:58Y, francamente, es un mal ejemplo para el resto del servicio.
23:04Crea una atmósfera.
23:05Laxa. Ricardo dio un paso al frente, su instinto protector activado.
23:11Con todo el respeto, señor, nuestra relación no interfiere en absoluto con nuestro trabajo.
23:17Somos profesionales.
23:21El profesionalismo es precisamente lo que estoy defendiendo.
23:25Replicó Cristóbal, su voz afilándose.
23:30No puedo permitir que la promesa se convierta en un nido de amoríos.
23:34Socava la disciplina.
23:35Por lo tanto, he tomado una decisión.
23:39Una decisión radical, pero necesaria.
23:42Se reclinó en su silla, saboreando el poder que emanaba de sus palabras.
23:48Clavó el abrecartas en un taco de papeles sobre la mesa.
23:51Un gesto pequeño pero violento.
23:53Uno de los dos debe marcharse.
23:57El silencio que siguió fue absoluto, pesado y sofocante.
24:02Pía sintió que el suelo se abría bajo sus pies.
24:05Miró a Ricardo, cuyo rostro había palidecido hasta adquirir un tono ceniciento.
24:09Irse, separarse, era impensable.
24:14Como dice, logró articular Pía.
24:16Su voz un susurro incrédulo.
24:20Han oído bien, dijo Cristóbal con una calma exasperante.
24:24No me importa quién de los dos.
24:27Pueden decidirlo entre ustedes, el ama de llaves o el mayordomo.
24:31Uno es prescindible.
24:34Tienen hasta el final de la semana para comunicarme su decisión.
24:37Si no lo hacen, la tomaré yo.
24:41Y les aseguro que mi elección será mucho menos.
24:44Sentimental.
24:45Era un ultimátum.
24:46Una elección imposible.
24:49Un acto de una crueldad refinada.
24:51Los obligaba a ellos mismos a destruir su felicidad.
24:54A elegir quién sacrificaría su vida en la promesa por el bien del otro.
24:59No puede hacernos esto.
25:02Suplicó Ricardo, su compostura rota.
25:04Tenemos un hijo.
25:05La mención de Dieguito pareció divertir a Cristóbal.
25:10Una leve sonrisa se dibujó en sus labios.
25:13Precisamente.
25:15Un niño necesita un hogar estable.
25:17No uno construido sobre una irregularidad laboral.
25:22Piensen en ello como una oportunidad para regularizar su vida.
25:25Ahora, si me disculpan, tengo mucho trabajo.
25:28Pueden retirarse.
25:31Salieron del despacho como dos autómatas.
25:34No hablaron mientras caminaban por el pasillo.
25:38El peso de la decisión de Cristóbal los aplastaba.
25:41Cuando llegaron a un rincón apartado, Pía se apoyó en la pared, llevándose una mano a la boca para ahogar un sollozo.
25:47Ricardo la rodeó con sus brazos.
25:51Esto no es real.
25:52Murmuró ella contra su pecho.
25:55No puede ser real.
25:57Es un monstruo.
25:58Lo es.
25:59Dijo Ricardo, su voz ronca de rabia e impotencia.
26:03Pero es un monstruo con poder.
26:04¿Qué vamos a hacer, Ricardo?
26:08¿Qué vamos a hacer?
26:09No puedo irme y dejarte aquí.
26:11Y no puedo pedirte que te vayas tú.
26:14Este es tu hogar.
26:15Y el tuyo.
26:16Respondió él, acariciándole el cabello.
26:19Tú eres el alma de esta casa, Pía.
26:23Sin ti, el servicio se desmoronaría.
26:26Pero, ¿y nuestro hijo?
26:27Crecer sin su padre o sin su madre.
26:29¿Es esa la elección que nos obliga a tomar?
26:31Encontraremos una solución.
26:35Dijo Ricardo, aunque sus palabras sonaban huecas incluso para él mismo.
26:41Lucharemos contra esto.
26:42Tiene que haber una manera.
26:44Pero mientras se abrazaban en la penumbra del pasillo, una terrible sensación de fatalidad
26:49los envolvía.
26:52El ultimátum de Cristóbal no era una simple decisión administrativa.
26:56Era un hacha suspendida sobre sus cabezas, amenazando compartir en dos su familia, su amor
27:01y su futuro.
27:04La cuenta atrás había comenzado, y cada tic-tac del reloj era un paso más hacia una elección
27:09desgarradora de la que no había escapatoria posible.
27:14Lejos de allí, en un carruaje que traqueteaba de vuelta a la promesa, otro tipo de desesperanza
27:19se había instalado.
27:22Martina y Catalina regresaban de su encuentro con el varón de Valladares, y el silencio entre
27:27ellas era más elocuente que cualquier palabra.
27:31Habían partido con un atisbo de esperanza, la idea de que podrían negociar, razonar
27:36con el hombre que amenazaba con destruir la reputación de Martina y, por extensión,
27:41la de toda la familia.
27:42La realidad, sin embargo, había sido un jarro de agua helada.
27:48El carruaje se detuvo frente a la entrada y ambas descendieron, sus rostros reflejando
27:52el fracaso de su misión.
27:56Alonso las esperaba en el vestíbulo, su expresión ansiosa, y bien, preguntó, sin preámbulos.
28:03¿Qué ha dicho el varón?
28:06Catalina suspiró, quitándose los guantes con gesto cansado.
28:10Ha sido peor de lo que imaginábamos, padre.
28:14Martina, pálida y con los ojos enrojecidos, asintió.
28:20No tiene ninguna intención de retirar la denuncia ni de guardar silencio.
28:24Al contrario.
28:27Parece disfrutar con la situación.
28:28Subieron al salón, donde Cruz los esperaba, impaciente, abanicándose con un aire de superioridad
28:35mal disimulada.
28:38Contadlo todo.
28:39Ordenó.
28:41Catalina tomó la palabra, relatando el encuentro con una precisión desoladora.
28:47El varón nos recibió en su casa de campo.
28:49Fue, cortés de una manera insultante.
28:52Nos ofreció té y pastas mientras se regodeaba en nuestro nerviosismo.
28:55Nos trató como a dos colegialas asustadas, añadió Martina con amargura.
29:02Dejó muy claro que tiene el poder y que piensa usarlo.
29:07Le expusimos la situación.
29:09Continuó Catalina.
29:10Le explicamos el daño que causaría, no solo a Martina, sino a toda la familia.
29:17Le suplicamos que reconsiderara su postura.
29:20¿Y qué respondió ese miserable?
29:22Preguntó Alonso, apretando los puños.
29:24Se río, dijo Martina en voz baja.
29:29Dijo que el daño ya estaba hecho en el momento en que decidí rechazarlo y humillarlo públicamente.
29:36Dijo que esto no era más que la justa consecuencia de mis actos.
29:40Pero luego, intervino Catalina, su voz adquiriendo un matiz de indignación.
29:45Nos hizo una oferta.
29:46Por llamarlo de alguna manera, Cruz dejó de abanicarse, su interés se agudizó.
29:53¿Una oferta?
29:54¿Qué clase de oferta?
29:57Catalina miró a Martina, dudando si continuar.
30:00Martina asintió, dándole permiso para revelar la parte más humillante del encuentro.
30:05Dijo que estaría dispuesto a olvidar el asunto con una condición.
30:10Explicó Catalina, con la voz cargada de asco.
30:15Que Martina le pidiera perdón.
30:17Pero no de cualquier manera.
30:19Quiere que vaya a su casa, sola.
30:21Dijo Martina, obligándose a pronunciar las palabras.
30:24Y que me arrodile ante él.
30:27Quiere que admita que cometí un error.
30:30Que le suplique su perdón y que...
30:31Que le ofrezca una compensación por el agravio.
30:36Alonso se puso en pie de un salto.
30:38¿Compensación?
30:39¿Qué tipo de compensación?
30:41Ese hombre es un canalla.
30:44No lo especificó.
30:45Respondió Catalina.
30:47Pero la insinuación era clara como el agua.
30:51Era una propuesta indecente, Bill.
30:53Una forma de humillarla hasta el extremo.
30:56Por supuesto, nos negamos en redondo y nos marchamos de allí.
31:01El silencio se apoderó del salón.
31:03Cruz, por una vez, parecía haberse quedado sin palabras.
31:07Aunque en su rostro se dibujaba una mueca de disgusto.
31:11Alonso caminaba de un lado a otro.
31:13Consumido por la furia y la impotencia.
31:16Así que no hay salida.
31:17Murmuró.
31:20O nos enfrentamos a un escándalo que nos destruirá.
31:22O sometemos a Martina a una humillación intolerable a manos de ese depravado.
31:29No haré tal cosa.
31:30Dijo Martina con una firmeza que sorprendió a todos.
31:34Antes prefiero enfrentarme a lo propio público que volver a ver a ese hombre.
31:38Y mucho menos arrodillarme ante él.
31:42Mi dignidad no está en venta.
31:44Su valentía era admirable.
31:46Pero la realidad era desoladora.
31:47La que parecía una posible solución al conflicto se había convertido en un callejón sin salida.
31:54Uno aún más oscuro y retorcido.
31:58La amenaza del varón de Valladares no sólo seguía en pie.
32:01Sino que se había vuelto más personal.
32:03Más cruel.
32:04La soga alrededor del cuello de Martina se había apretado un poco más.
32:10Y con ella, la de toda la familia Luján.
32:14En medio de tantas tormentas, de tantos frentes abiertos que amenazaban con desgarrar el tejido de la promesa,
32:20había un alma que libraba su propia batalla en silencio.
32:23Vera, la doncella que había llegado huyendo de un pasado oscuro, se sentía más sola y perdida que nunca.
32:33Las intrigas del palacio, el peligro constante, la incertidumbre sobre su futuro, todo pesaba sobre ella como una losa.
32:42Su secreto, la verdad sobre su identidad y el dinero que había escondido, era un compañero constante y aterrador.
32:48Aquella tarde, mientras los demás se veían arrastrados por los dramas del día,
32:55ella se había refugiado en un rincón tranquilo del jardín.
33:00Se sentó en un banco de piedra, bajo la sombra de un viejo roble,
33:04y dejó que las lágrimas que había estado conteniendo finalmente rodaran por sus mejillas.
33:10Lloraba por el miedo, por la soledad, por la nostalgia de una vida que ya no existía.
33:15Se sentía como una hoja a la deriva en un río embravecido, sin control y sin un puerto seguro al que dirigirse.
33:25Todo parecía perdido.
33:26La esperanza era un lujo que ya no creía poder permitirse.
33:30Estaba tan sumida en su miseria que no escuchó los pasos que se acercaban por el sendero.
33:36Vera, la voz de Lope, suave y preocupada, la sobresaltó.
33:40Se secó rápidamente las lágrimas, avergonzada de que la hubiera visto en ese estado.
33:47Lope, yo, solo estaba tomando un poco de aire.
33:51Lope se sentó a su lado, manteniendo una distancia respetuosa.
33:57No preguntó por qué lloraba.
33:59Su mirada compasiva lo decía todo.
34:01Hay alguien en la entrada de servicio que pregunta por ti, dijo con delicadeza.
34:05Vera frunció el ceño.
34:08Un escalofrío de pánico la recorrió.
34:11¿Su padre la había encontrado?
34:14¿Quién es?
34:15Preguntó.
34:16Su voz un susurro tembloroso.
34:18No lo sé.
34:18Es un hombre joven.
34:21Bien vestido.
34:22Dijo que era importante.
34:24Parecía preocupado.
34:25El corazón de Vera se desbocó.
34:27No podía ser su padre.
34:31La descripción no encajaba.
34:32Pero, ¿quién más podría ser?
34:34¿Un enviado de su padre?
34:36El miedo luchaba con una pizca de curiosidad.
34:40Gracias, Lope, ahora voy.
34:43Se levantó.
34:44Sus piernas se sentían débiles.
34:45Caminó hacia la entrada de servicio como si se dirigiera al cadalso.
34:49Cada paso era una tortura.
34:53Qué nueva desgracia la esperaba.
34:55Qué sorpresa cruel le deparaba el destino ahora.
34:59Al doblar la esquina, lo vio.
35:01Estaba de espaldas a ella, hablando con un lacayo.
35:04Era alto, de cabello oscuro, y vestía un traje de buena calidad, aunque algo arrugado por el viaje.
35:12Su postura era tensa, ansiosa.
35:15El lacayo lo vio y le hizo una seña.
35:17El hombre se giró.
35:20Y el mundo de Vera se detuvo.
35:22Sus ojos se encontraron.
35:24Y en ese instante, el jardín, el palacio, el miedo, todo desapareció.
35:31El rostro del joven era una mezcla de alivio, angustia y un afecto infinito.
35:36Era un rostro que no había visto en años, pero que reconocería en cualquier lugar, en cualquier vida.
35:43Un rostro que era el espejo de sus propios rasgos, el eco de su propia sangre.
35:47Se le escapó un suso en los labios, una palabra que era a la vez una pregunta y una afirmación.
35:53¿Federico?
35:56El joven sonrió, una sonrisa temblorosa que no lograba ocultar la emoción que empañaba sus ojos.
36:01Vera, dijo él, su voz quebrada, te he encontrado, por fin te he encontrado.
36:09Sin pensar, sin dudar, Vera corrió.
36:12Corrió los pocos metros que los separaban y se lanzó a sus brazos.
36:18Federico la estrechó con fuerza, enterrando su rostro en el cabello de su hermana,
36:23mientras las lágrimas de Vera empapaban la solapa de su chaqueta.
36:28Eran lágrimas diferentes a las que había derramado minutos antes.
36:32No eran de tristeza ni de miedo, sino de un alivio tan profundo, tan abrumador, que era casi doloroso.
36:38Estás aquí, sollozó ella, de verdad estás aquí, ¿cómo?
36:44Te he estado buscando por todas partes, murmuró él, sin soltarla, como si temiera que se desvaneciera si lo hacía.
36:53Desde que te fuiste, papá está como loco, pero yo, yo solo quería saber que estabas bien.
37:00Tenía que encontrarte.
37:02En un día marcado por regresos ominosos, ultimátums crueles y noticias desoladoras,
37:06una llegada inesperada había encendido una luz en el rincón más oscuro de la promesa.
37:13El reencuentro de Vera con su hermano Federico no era solo una sorpresa.
37:17Era un ancla en medio de la tempestad, un recordatorio de que incluso en la noche más profunda,
37:23el amor y los lazos de sangre podían abrirse paso para ofrecer un refugio.
37:28Para Vera, que se creía completamente sola y perdida, la llegada de su hermano lo cambiaba todo.
37:33Ya no estaba a la deriva, había encontrado un puerto, y aunque el futuro seguía siendo incierto y peligroso,
37:42por primera vez en mucho tiempo, no tendría que enfrentarlo sola.
37:48El caos de la promesa seguía girando a su alrededor, pero en el centro de su propio huracán, acababa de encontrar la calma.
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