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00:00Ángela planea huir y Martina acusa al varón.
00:07El capítulo 684 de La Promesa, viernes, 26 de septiembre, llega cargado de tensión.
00:19Mientras la ausencia de Catalina sigue pesando sobre todos, Martina se atreve a señalar
00:24al varón de Valladares como posible responsable de su marcha.
00:31Manuel se consume entre dudas y responsabilidades, y Cristóbal impone un régimen de dureza que
00:36amenaza a Ricardo y Candela.
00:41Pero la mayor tormenta la protagoniza Ángela.
00:45Se enfrenta a Lorenzo con palabras que reabren viejas heridas, desafía la autoridad de Leocadia
00:50y comienza a preparar su huida junto a Curro.
00:52Y, en medio del caos, la salud de Petra empeora hasta obligar al doctor Salazar a intervenir
01:01con un diagnóstico alarmante.
01:03El aire en La Promesa se había vuelto denso, casi irrespirable.
01:11No era el calor persistente de finales de septiembre en lo que oprimía los pechos, sino un silencio
01:16cargado de ausencias y preguntas sin respuesta.
01:23Cada crujido de la madera, cada eco en los pasillos vacíos, parecía susurrar un nombre,
01:28Catalina.
01:33Su marcha no había sido un simple adiós.
01:35Había sido un desgarro en el tejido mismo del palacio, una herida abierta que supuraba
01:40incertidumbre y un dolor sordo y constante.
01:47La marquesa, en sus aposentos, se negaba a hablar del tema, como si ignorar el vacío
01:52pudiera llenarlo, pero el vacío era voraz y lo devoraba todo.
01:58Los salones, antes vibrantes con discusiones y risas, ahora eran mausoleos de recuerdos
02:05recientes, y la sombra de Catalina se proyectaba, larga y acusadora, sobre cada rincón, cada
02:11mueble, cada alma que habitaba la finca.
02:18Se había roto algo fundamental, una viga maestra en la estructura de la familia Luján, y todos
02:23temían que el derrumbe fuera inminente.
02:29En el corazón de esta tormenta silenciosa, la desesperación tomaba formas distintas.
02:34Para el marqués de Luján, don Alonso, era una bestia que le roía las entrañas día y
02:43noche.
02:47Sentado en su despacho, con la mirada perdida en un punto inexistente más allá de la ventana,
02:52sentía el peso de sus años y de sus fracasos como nunca antes.
02:56A su lado, Adriano, el padre de Catalina, era el reflejo de su propia angustia, aunque teñida
03:06de una furia más palpable.
03:11Otro día, Alonso, otro maldito día y no sabemos nada.
03:15La voz de Adriano era un gruñido bajo, el de un animal herido.
03:18¿Cómo es posible que una mujer se desvanezca así, como el humo?
03:26Alguien tiene que saber algo.
03:31Alguien.
03:32Alonso se pasó una mano por el rostro, sintiendo la piel áspera y cansada.
03:40Lo sé, Adriano, créeme, lo sé, he enviado telegramas a cada contacto que tengo.
03:45He hablado con la Guardia Civil de Pueblos a 50 kilómetros a la redonda.
03:53Es como si la tierra se la hubiera tragado.
03:55¿Y si no fue la tierra?
03:57La pregunta quedó flotando en el aire, cargada de veneno.
04:04Fue entonces cuando Martina, que había estado de pie junto a la puerta,
04:08conteniendo el aliento y el llanto, decidió que no podía más con el peso de su sospecha.
04:15Entró en el despacho con una determinación que sorprendió a los dos hombres.
04:21Sus ojos, habitualmente llenos de una luz vivaz, estaban sombríos y febriles.
04:26Tío, señor Adriano, su voz temblaba, pero era firme.
04:34Hay algo que no les he dicho.
04:39Algo que he estado rumiando, que me quema por dentro porque me parece una locura.
04:43Pero, oh, cada vez estoy más convencida.
04:46Alonso la miró, su expresión una mezcla de preocupación y agotamiento.
04:55¿De qué hablas, Martina?
04:56Cualquier idea, por descabellada que parezca, es bienvenida.
05:04Martina tragó saliva, reuniendo el coraje necesario para dar voz a un pensamiento monstruoso.
05:09Es sobre el varón de Valladares.
05:16El nombre cayó como una piedra en un pozo.
05:19Adriano frunció el ceño, confundido.
05:25¿El varón?
05:26¿Qué tiene que ver ese hombre con la desaparición de mi hija?
05:29No lo sé con certeza, pero, oh, piénsenlo.
05:32¿No les parece extraña su repentina aparición justo antes de que todo esto ocurriera?
05:41Su insistencia en hablar con Catalina, su interés en los negocios de la finca.
05:46Él estuvo aquí el día que ella se fue.
05:51Lo vi hablando con ella cerca de los jardines.
05:54Parecía una conversación tensa.
05:56Catalina estaba, a la defensiva.
05:58Alonso se levantó, comenzando a caminar de un lado a otro de la alfombra persa.
06:06La idea era monstruosa, casi impensable.
06:12El varón era un hombre de negocios, un noble, un secuestrador, parecía sacado de una novela barata.
06:18Martina, eso es una acusación muy grave.
06:25Dijo con cautela.
06:26¿Qué te hace pensar que pudo tener una implicación, directa?
06:33La forma en que la miraba, tío, no era la mirada de un socio comercial.
06:37Era, posesiva.
06:39Insistente, y después, cuando nos dimos cuenta de que no estaba, él fue uno de los primeros en ofrecer su ayuda, pero sus ojos no mostraban preocupación.
06:55Mostraban, no lo sé, satisfacción, control, es una sensación, una intuición terrible, pero no puedo quitarme la de la cabeza.
07:03Él quería algo de ella, algo que Catalina no estaba dispuesta a darle.
07:11Y él no es un hombre que acepte un no por respuesta.
07:18Adriano se aferró a la idea como un náufrago a una tabla.
07:22La desesperación necesitaba un rostro, un enemigo al que odiar, y el varón de Valladares encajaba perfectamente.
07:32Ese miserable.
07:33Claro que sí, siempre me pareció un buitre.
07:36Alonso, tenemos que hacer algo.
07:42Interrogarlo, presionarlo.
07:44No podemos, Adriano.
07:46Lo atajó Alonso, la voz teñida de una amarga impotencia.
07:54No sin pruebas, es un hombre poderoso.
07:56Una acusación en falso nos destruiría.
07:58Pero, oh, miró a Martina, viendo en sus ojos la misma chispa de convicción que a veces veía en su hija ausente.
08:06No vamos a descartarlo.
08:07Estaremos vigilantes, observaremos cada uno de sus movimientos.
08:15Gracias, Martina.
08:16Ha sido muy valiente al contárnoslo.
08:22Martina asintió, aunque el alivio de haber compartido su carga se vio empañado por el terror de que sus sospechas fueran ciertas.
08:29Si el varón estaba detrás de todo, Catalina estaba en un peligro mucho mayor del que jamás habían imaginado.
08:43La conversación murió allí, dejando un sedimento de miedo aún más profundo en la habitación ya cargada de pena.
08:49Lejos del despacho, en el estruendo controlado del taller, Manuel intentaba ahogar sus propios demonios en el rugido de los motores y el olor a grasa y metal.
09:06El trabajo siempre había sido su refugio, el lugar donde las complejidades del mundo se reducían a la lógica pura de la mecánica.
09:13Pero ya no, ahora, el taller era sólo otra jaula.
09:20Cada pieza que ajustaba, cada tornillo que apretaba, le recordaba la estructura rígida de su propia vida, una vida de la que no podía escapar.
09:33Su mente era un campo de batalla.
09:35En una trinchera, la imagen de Enora, con su sonrisa enigmática y sus palabras que eran a la vez un bálsamo y un veneno.
09:43Le había prometido un mundo diferente, un futuro lejos de la promesa, pero sus promesas se sentían cada vez más huecas, más lejanas.
09:58¿Realmente lo amaba o sólo amaba la idea de lo que él representaba?
10:02Las dudas eran como avispas, zumbando incesantemente en su cabeza, picándole con la ponzoña de la incertidumbre.
10:13¿Podía confiar en ella, o estaba siendo un ingenuo, un idiota que cambiaba una jaula de oro por otra de latón?
10:19En la trinchera opuesta, se alzaba el imponente muro de sus responsabilidades familiares.
10:32El abatimiento de su padre, la ausencia de Catalina que dejaba un vacío de poder y gestión en la finca,
10:38la presión de ser el heredero, el hombre que debía mantenerlo todo a flote.
10:42Sentía el peso de las expectativas de su madre, de la sociedad, de un linaje que se remontaba siglos atrás.
10:52Era una carga aplastante, una armadura que lo protegía y lo asfixiaba al mismo tiempo.
11:05¡Maldita sea! Gritó, lanzando una llave inglesa contra la pared de ladrillo.
11:10El estruendo metálico resonó en el taller, un eco de su propia frustración.
11:14Apoyó las manos en el fuselaje del avión, su gran obra, su sueño, y sintió que también se había convertido en un monumento a su parálisis.
11:30Podía construir una máquina para volar, pero él mismo no podía despegar.
11:35La calma le resultaba inalcanzable, un horizonte que se alejaba cada vez que intentaba acercarse.
11:44Estaba atrapado, suspendido entre un pasado que lo anclaba y un futuro que no se atrevía a reclamar.
11:50Y el presente era un purgatorio de ruido y dudas.
11:56La rabia, en cambio, era el único motor que impulsaba a Ángela.
12:00Era una llama pura y devastadora que consumía cualquier atisbo de miedo o resignación.
12:05El consuelo era un lujo que no podía permitirse, y mucho menos las palabras untuosas y mansas de Samuel.
12:19Lo había buscado en la pequeña capilla, quizás con la esperanza infantil de encontrar una señal, una brizna de paz.
12:25Pero solo encontró al capellán, con su sotana pulcra y su mirada serena.
12:34Hija mía, la ira es el veneno del alma.
12:37Le dijo Samuel con voz suave, como si estuviera calmando a un potro asustado.
12:46Entiendo tu dolor, tu sentimiento de injusticia, pero debes encontrar la fuerza para perdonar, para dialogar.
12:56Confía en la voluntad de Dios, él tiene un plan para todos nosotros.
13:00Ángela soltó una risa seca, desprovista de alegría.
13:07Resonó extrañamente entre las paredes de piedra y las imágenes de los santos.
13:12La voluntad de Dios, dice, o la voluntad de los hombres que se creen Dios,
13:16la voluntad de mi madre, la del capitán Lorenzo, se acercó a él, su voz un siseo bajo y peligroso.
13:26No me hable de fe, padre, mi fe se ha agotado.
13:29Me piden que dialogue, pero nadie me escucha.
13:36Me piden que confíe, pero solo me han traicionado.
13:39Me piden que acepte un destino que no he elegido.
13:42Que me case con un hombre al que desprecio, un hombre que representa todo lo que odio.
13:46El capitán es un hombre de honor, un buen partido, es un monstruo.
13:54Espetó Ángela, incapaz de contenerse.
14:01Un tirano que disfruta con el poder y el sufrimiento ajeno.
14:04Y sabe que es lo peor, que todos ustedes son cómplices.
14:07Mi madre, con sus ambiciones, usted, con sus sermones sobre la resignación,
14:16la sociedad entera, que nos ve a las mujeres como meras monedas de cambio.
14:20Pues se acabó.
14:25Samuel la miró con una compasión que a Ángela le pareció insultante.
14:28Rezaré por ti, Ángela, para que encuentres la paz.
14:37No recé por mí, padre, replicó ella, dándose la vuelta.
14:45Recé por ellos, porque no pienso aceptar lo que han decidido por mí.
14:49Y no encontraré la paz.
14:54Encontraré la libertad.
14:55Salió de la capilla dejando a Samuel sumido en un silencio preocupado.
15:03La rabia de Ángela no era una rabieta pasajera.
15:06Era una fuerza de la naturaleza, una tormenta a punto de estallar.
15:14Y él temía, con una certeza helada, que arrasaría con todo a su paso.
15:19El primer vendaval de esa tormenta no tardó en desatarse.
15:26Se encontró con Lorenzo en uno de los pasillos principales.
15:29El capitán, impecablemente vestido con su uniforme,
15:33la miró con una sonrisa condescendiente que a Ángela le revolvió el estómago.
15:36Querida Ángela, te veo alterada, nervios prematrimoniales, es natural.
15:46Todas las novias lo sienten antes de unirse a un hombre de mi posición.
15:53La calma con la que Ángela lo enfrentó fue más aterradora que cualquier grito.
15:57Se detuvo apenas un paso de él, obligándolo a mirarla a los ojos.
16:01Su voz fue gélida.
16:07No confunda mi asco con nervios, capitán.
16:10Lorenzo arqueó una ceja, la sonrisa vacilante.
16:17Asco, es una palabra muy fuerte, ¿no crees?
16:20Deberías mostrar más respeto por tu futuro marido.
16:23El respeto se gana, y usted lo perdió hace mucho tiempo, o quizás nunca lo tuvo.
16:32Ten cuidado con tus palabras, muchacha.
16:38Puedo hacer tu vida muy... complicada.
16:41Fue entonces cuando Ángela desenvainó su espada.
16:43La verdad, o al menos una parte de ella, afilada y letal.
16:51Más complicada de lo que usted hizo la vida de mi padre.
16:54Dijo, bajando la voz a un susurro cargado de veneno.
17:01No crea que he olvidado.
17:03No crea que no sé lo del acuerdo de las tierras de Extremadura.
17:05El dinero que invirtió y que nunca regresó.
17:12Las promesas que le hizo mientras lo arruinaba por la espalda.
17:19Usted lo destruyó, capitán.
17:21Lo dejó sin nada.
17:23Y luego tuvo el cinismo de culpar a su mala gestión.
17:29La máscara de suficiencia de Lorenzo se resquebrajó.
17:32Por un instante, sus ojos revelaron una sorpresa genuina.
17:36Seguida de una furia helada.
17:41El fantasma de aquel viejo negocio.
17:43De aquella traición calculada.
17:45Había vuelto para atormentarlo.
17:51No sabes de lo que hablas.
17:53Son fantasías de una niña resentida.
17:55¿Fantasías?
17:56Ángela sonrió.
17:57Pero fue una mueca terrible.
18:02Tengo las cartas.
18:03Las cartas que mi padre le escribió, suplicando.
18:06Y las respuestas suyas, llenas de falsas promesas y condescendencia.
18:14Las guardo en un lugar muy seguro.
18:16Así que ahorrese sus amenazas.
18:18Usted no me va a convertir en otra de sus víctimas.
18:24No va a poseerme como poseyó las tierras de mi padre.
18:27Antes, quemo este palacio con usted dentro.
18:33Sin esperar respuesta, Ángela siguió su camino.
18:36Dejando a un Lorenzo lívido y tembloroso en medio del pasillo.
18:43La dura verdad que le había lanzado no solo había traído al presente un fantasma del pasado.
18:48Había encendido una guerra.
18:53Y Ángela, por primera vez en mucho tiempo, se sintió poderosa.
18:57Tenía un arma, y no dudaría en usarla.
19:04Mientras tanto, Leocadia sentía como los cimientos de su plan maestro se desmoronaban bajo sus pies.
19:14Había trabajado durante años para asegurar un futuro próspero para su hija.
19:18Un futuro que, en su mente, solo podía garantizarse a través de un matrimonio ventajoso.
19:23La unión con el capitán Lorenzo no era solo un buen partido.
19:31Era un triunfo, la culminación de todas sus ambiciones.
19:34Pero Ángela, su terca e idealista Ángela, se negaba a verlo.
19:42La encontró en su habitación, de pie junto a la ventana,
19:45mirando hacia los campos lejanos con una expresión que Leocadia no pudo descifrar.
19:49Ángela, hija, por favor.
19:56Suplicó, la voz teñida de una desesperación que ya no podía ocultar.
20:04Tienes que entrar en razón.
20:06El capitán es nuestra salvación.
20:08Nos dará un estatus, seguridad.
20:10Todo lo que he luchado por conseguir para ti.
20:12Ángela se giró lentamente.
20:18No había lágrimas en sus ojos.
20:20Solo una determinación de acero.
20:25Tu salvación, madre, no la mía.
20:28Mi salvación está muy lejos de aquí.
20:30Y muy lejos de él.
20:31No seas necia, exclamó Leocadia, acercándose.
20:38¿Qué futuro crees que te esperas si rechazas esta oportunidad?
20:41¿La pobreza?
20:42¿La soledad?
20:43El mundo es un lugar cruel para una mujer sin el amparo de un buen apellido y un marido poderoso.
20:52Prefiero la crueldad del mundo a la crueldad de una jaula dorada.
20:56Replicó Ángela con calma.
21:01He vivido toda mi vida siguiendo tus reglas, cumpliendo tus expectativas.
21:05He ahogado mis propios deseos para satisfacer tus ambiciones.
21:12Pero ya no más.
21:13Esta vida no es la que quiero.
21:15¿Y qué es lo que quieres, eh?
21:17La voz de Leocadia se elevó, histérica.
21:23¿Huir con ese mozo de cuadra?
21:25¿Ese don nadie sin futuro ni linaje?
21:27¿Crees que el amor paga las facturas y te pone un techo sobre la cabeza?
21:31Despertarás de ese sueño y será demasiado tarde.
21:37Lo que Leocadia no sospechaba, en su ceguera de madre acorralada,
21:41era que las palabras de Ángela no eran una simple bravuconada adolescente.
21:45No eran un sueño, eran un plan, un plan que ya estaba en marcha, tejido en secreto en susurros y miradas furtivas.
21:55Horas antes, en el silencio polvoriento del pajar más alejado, Ángela se había reunido con Curro.
22:06La luz del atardecer se filtraba a través de las rendijas de la madera, creando barras doradas en el aire denso.
22:16El corazón de ambos latía con la fuerza de un tambor de guerra.
22:23¿Estás segura, Ángela?
22:25Le preguntó Curro, sujetando sus manos con fuerza.
22:28Las suyas eran ásperas y callosas por el trabajo.
22:35Las de ella, suaves, pero temblaban.
22:37Una vez que lo hagamos, no habrá vuelta atrás.
22:45Seremos fugitivos, proscritos.
22:47Nunca he estado más segura de nada en mi vida, Curro.
22:51Respondió ella, mirándolo con una intensidad que lo dejó sin aliento.
22:58Mi vida aquí no es vida.
23:00Es una representación.
23:01Y yo ya no quiero actuar.
23:03Quiero vivir.
23:03Contigo.
23:08Curro la trajo hacia sí, besándola con una mezcla de pasión y miedo.
23:12Entonces viviremos.
23:17Juntos.
23:18El plan era sencillo, casi temerario en su simplicidad.
23:22Huirían la noche antes de la boda.
23:27Curro prepararía dos de los caballos más fuertes y rápidos, pero no los mejores, para no levantar sospechas.
23:33Saldrían por la linde oeste de la finca, aprovechando un tramo de la valla que él sabía que estaba en mal estado.
23:47Llevarían consigo solo lo indispensable.
23:50Algo de dinero que Ángela había logrado ahorrar y esconder.
23:53Un poco de comida y agua.
23:54Su destino era el norte, hacia Francia, un lugar donde los nombres y los títulos no significaban nada.
24:04Donde podrían empezar de cero, ser simplemente Curro y Ángela.
24:08Esta noche, susurró él contra su cabello, cuando la casa esté en silencio, después de la última ronda del guarda.
24:23Te esperaré junto al viejo roble, en el límite del bosque.
24:27Allí estaré, prometió ella, sellando su pacto, su futuro, con otro beso.
24:32Leocadia, en la habitación, solo veía la obstinación en el rostro de su hija.
24:41No veía la planificación meticulosa, la esperanza desesperada que la impulsaba.
24:45Creía que todavía tenía tiempo para hacerla entrar en razón, para manipularla, para forzarla a aceptar su destino.
25:00No sospechaba que el destino de Ángela ya no estaba en sus manos.
25:04Nada la detendría esta vez.
25:05La cuenta atrás había comenzado.
25:11Mientras el drama de los señores se desarrollaba en los salones y aposentos,
25:15una tiranía de nuevo cuño se instauraba en las entrañas del palacio, en el mundo del servicio.
25:24Don Cristóbal, el nuevo mayordomo, había decidido que la laxitud y la familiaridad eran el cáncer de la promesa.
25:30Y él era el cirujano llamado a extirparlo.
25:35Reunió a todo el personal en el gran comedor de servicio, su postura rígida y su mirada fría barriendo la estancia.
25:47A partir de hoy, anunció con una voz desprovista de cualquier calidez,
25:52se implementará un nuevo sistema para garantizar la eficiencia y la disciplina en esta casa.
26:00Se acabaron las charlas en los pasillos, los descansos no autorizados y, desde luego,
26:05la insubordinación.
26:11Yana, que estaba de pie junto a Ricardo y Candela, sintió un escalofrío.
26:16La energía que emanaba de Cristóbal era gélida, cruel.
26:19He creado un sistema de faltas.
26:25Continuó, paladeando cada palabra.
26:28Cualquier infracción, por pequeña que sea, será anotada.
26:35Una falta leve, como un retraso de un minuto, será una advertencia.
26:40Una falta moderada, como responder con impertinencia,
26:43acarreará una sanción, posiblemente económica.
26:50Una falta grave, hizo una pausa, disfrutando del efecto que sus palabras tenían en los rostros tensos que lo miraban.
26:57Significará el despido inmediato.
26:59Y créanme, seré muy estricto a la hora de calificar la gravedad de sus errores.
27:08Un murmullo de incredulidad y miedo recorrió la sala.
27:14Ricardo, que había servido a los Luján durante décadas con una lealtad intachable, no pudo contenerse.
27:20Con el debido respeto, señor Cristóbal, dijo, su voz ronca por la indignación.
27:30Esto parece más un cuartel que una casa.
27:36Somos personas, no máquinas.
27:38Los ojos de Cristóbal se clavaron en él.
27:41Primera falta moderada, Ricardo.
27:48Insubordinación, queda anotado.
27:49Se giró hacia el resto.
27:51¿Alguien más quiere estrenar el sistema?
27:57El silencio fue absoluto.
27:59Nadie se atrevió a respirar.
28:01Pero Cristóbal no había terminado.
28:06Necesitaba dejar claro quién mandaba.
28:08Y para ello, necesitaba víctimas.
28:11Sus ojos se posaron en Candela,
28:13que estaba removiendo nerviosamente un puchero en la cocina,
28:16tratando de hacerse invisible.
28:19Candela, esa sopa, está a la temperatura adecuada para la cena de los señores.
28:27Candela, sobresaltada, tartamudeó.
28:30Sí, señor.
28:31La mantengo al fuego lento para que no se enfríe.
28:38Cristóbal se acercó, cogió una cuchara,
28:41la introdujo en el puchero y la probó con un gesto teatral.
28:43Su rostro se contorsionó en una mueca de disgusto.
28:51Está tibia.
28:52Casi fría.
28:53Esto es inaceptable.
28:55Es un insulto al paladar del marqués.
29:00Falta grave.
29:01Candela se quedó sin aire.
29:03Falta grave.
29:04Pero si faltan dos horas para la cena,
29:06iba a calentarla justo antes de servir.
29:08Las excusas son el refugio de los incompetentes.
29:15Sentenció Cristóbal.
29:16Y usted, Ricardo, como jefe de servicio,
29:19es el responsable último de la incompetencia de su personal.
29:22Son los primeros en mi lista.
29:28Un error más, uno solo,
29:30por parte de cualquiera de ustedes dos,
29:32y estarán en la calle antes de que cante el gallo.
29:38Ha quedado claro.
29:39Ricardo y Candela se miraron,
29:41sus rostros un lienzo de estupefacción y humillación.
29:48No podían creer lo que estaba ocurriendo.
29:50Habían dedicado sus vidas a la promesa,
29:53y ahora un recién llegado los trataba como a delincuentes,
29:56amenazándolos con el despido por una sopa
29:58que ni siquiera se había servido.
30:04La nueva tiranía de Cristóbal había comenzado,
30:07y sus primeras víctimas ya sentían el filo helado
30:09de su hacha sobre sus cuellos.
30:15El miedo, un miedo agrio y corrosivo,
30:18empezó a extenderse por las cocinas y los pasillos de servicio.
30:22La promesa ya no era un hogar para ellos.
30:27Se había convertido en una prisión.
30:30En un rincón apartado de esa misma prisión,
30:32Petra se consumía lentamente.
30:38El dolor, que había comenzado como una molestia sorda en su costado,
30:42se había convertido en un tormento incesante,
30:45una garra incandescente que la apretaba sin piedad.
30:47Cada respiración era un esfuerzo,
30:53cada movimiento una agonía.
30:55Había intentado ocultarlo,
30:57seguir con sus tareas con la misma eficiencia marcial de siempre,
31:00pero el sufrimiento era un mal actor
31:02y se le notaba en el rostro pálido,
31:04en las ojeras profundas,
31:05en el sudor frío que le perlaba la frente.
31:07Finalmente, la marquesa,
31:14más por la molestia de verla arrastrarse por los pasillos
31:16que por genuina preocupación,
31:18ordenó que llamaran al doctor Salazar.
31:24El médico,
31:25un hombre de mediana edad con ojos amables pero perspicaces,
31:28la examinó en la pequeña y austera habitación de Petra.
31:31El ambiente era tenso,
31:37Petra odiaba mostrarse vulnerable,
31:39odiaba la debilidad más que a nada en el mundo
31:41y ahora estaba postrada en su cama,
31:43a merced de las manos de un extraño
31:45que palpaba su cuerpo dolorido.
31:51Respire hondo, por favor,
31:53dijo el doctor con voz tranquila.
31:55Petra obedeció
31:56y un gemido agudo se le escapó de los labios
31:59al sentir una punzada de dolor insoportable.
32:01El doctor Salazar frunció el ceño,
32:07su rostro volviéndose serio.
32:09Continuó con el examen en silencio
32:11durante varios minutos,
32:12mientras Petra apretaba los dientes,
32:15luchando contra las lágrimas de dolor y frustración.
32:21Cuando terminó,
32:22se sentó en la única silla de la habitación.
32:25Petra,
32:26el dolor que siente es agudo.
32:31La inflamación es considerable,
32:33no voy a andarme con rodeos.
32:35Si no se cuida,
32:36esto puede derivar en algo mucho más grave.
32:42¿Qué tengo, doctor?
32:43Preguntó ella,
32:44la voz apenas un susurro.
32:46Es una afección interna
32:47que requiere tratamiento inmediato.
32:49Le recetaré una medicación más fuerte
32:55para controlar el dolor y la inflamación.
32:57Pero el medicamento por sí
32:59solo no hará milagros.
33:04Lo que necesita,
33:05por encima de todo,
33:06es descanso.
33:07Descanso absoluto e inmediato.
33:09La palabra descanso
33:11sonó a sentencia de muerte
33:12en los oídos de Petra.
33:17Descansar significaba ser inútil,
33:19significaba dejar su puesto,
33:21sus responsabilidades,
33:23su única fuente de identidad
33:24y poder en esa casa.
33:29Significaba darle a otros,
33:31a sus rivales,
33:32la oportunidad de ocupar su lugar.
33:34No puedo descansar, doctor.
33:36Replicó con una terquedad
33:37nacida de la desesperación.
33:43La marquesa me necesita.
33:45La casa no funciona sin.
33:46La casa seguirá funcionando.
33:48Petra.
33:49La interrumpió el doctor
33:50con una firmeza amable.
33:55Pero usted no lo hará
33:56si no sigue mis indicaciones.
33:58¿De qué le servirá a la marquesa
33:59si acaba postrada permanentemente
34:01o, peor aún,
34:03en una mesa de operaciones?
34:05Su lealtad es admirable,
34:06pero en este momento,
34:07es contraproducente.
34:13Su primera lealtad
34:14debe ser hacia su propia salud.
34:16El diagnóstico fue claro como el agua
34:18y tan frío como el hielo.
34:23Petra estaba enferma,
34:25debilitada,
34:25y la única cura
34:26era hacer aquello
34:27que más despreciaba,
34:29detenerse.
34:29Mientras el doctor Salazar
34:34escribía la receta,
34:36Petra cerró los ojos.
34:38El dolor físico
34:39era atroz,
34:40pero el dolor
34:40de sentirse frágil,
34:42prescindible,
34:43era infinitamente peor.
34:44La enfermedad no sólo
34:49atacaba su cuerpo,
34:51atacaba el núcleo mismo
34:52de su ser,
34:53la armadura que había construido
34:54a su alrededor
34:55durante toda una vida.
35:00Y por primera vez,
35:01sintió que esa armadura
35:02se resquebrajaba,
35:04dejándola expuesta
35:05y terriblemente sola
35:06en la penumbra
35:07de su pequeña habitación.
35:08El sol se ponía fuera,
35:14tiñendo el cielo
35:14de naranjas y púrpuras,
35:16pero para Petra,
35:17una larga y oscura noche
35:18no hacía más que comenzar.
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