#LaPromesa #avance #capítulo
"Manuel vende la empresa y crecen sospechas"
Tras la misteriosa destrucción del retrato de Cruz, el ambiente en La Promesa se vuelve aún más tenso. Alonso inicia una investigación para descubrir al culpable, mientras las sospechas crecen entre los pasillos de la casa. ¿Fue un acto de rebeldía… o un grito de libertad?
Manuel, sin conocer la verdadera razón detrás de la propuesta de Leocadia, toma una decisión que podría marcar un antes y un después: vender la empresa. Catalina, desgarrada entre s ...
#LaPromesa, #avance, #capítulo, #649Manuel, #vende, #empresa, #crecen, #sospechas
"Manuel vende la empresa y crecen sospechas"
Tras la misteriosa destrucción del retrato de Cruz, el ambiente en La Promesa se vuelve aún más tenso. Alonso inicia una investigación para descubrir al culpable, mientras las sospechas crecen entre los pasillos de la casa. ¿Fue un acto de rebeldía… o un grito de libertad?
Manuel, sin conocer la verdadera razón detrás de la propuesta de Leocadia, toma una decisión que podría marcar un antes y un después: vender la empresa. Catalina, desgarrada entre s ...
#LaPromesa, #avance, #capítulo, #649Manuel, #vende, #empresa, #crecen, #sospechas
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00:00Manuel vende la empresa y crecen sospechas. Tras la misteriosa destrucción del retrato
00:10de Cruz, el ambiente en la promesa se vuelve aún más tenso. Alonso inicia una investigación
00:17para descubrir al culpable, mientras las sospechas crecen entre los pasillos de la casa.
00:22Fue un acto de rebeldía. O un grito de libertad. Manuel, sin conocer la verdadera razón detrás
00:31de la propuesta de Leocadia, toma una decisión que podría marcar un antes y un después. Vender
00:37la empresa. Catalina, desgarrada entre su lucha por la justicia y los vínculos que se desmoronan,
00:46busca consuelo en Simona. Pero no todo consejo es fácil de aceptar.
00:52Y mientras María Fernández se lanza a una desesperada búsqueda de Samuel, Toño y Enora
00:58celebran el cambio con un gesto tan inesperado como lleno de amor.
01:03El capítulo 649 llega con revelaciones, traiciones y decisiones que sacudirán los cimientos de la
01:10promesa.
01:14¿Estás listo para conocer la verdad? El alba del miércoles 6 de agosto se cernía sobre la
01:19promesa con una quietud engañosa. Una pátina de rocío sobre los rosales del jardín que parecía
01:24querer lavar las tensiones incrustadas en los muros de la finca.
01:31Pero la paz en aquel lugar era tan efímera como la niebla que ascendía de los valles. Un simple
01:36velo que ocultaba un entramado de secretos y tormentas a punto de estallar.
01:40El sol, aún perezoso, no había alcanzado las ventanas del salón principal cuando el
01:48primer grito rasgó el silencio.
01:53No fue un grito de terror, sino de pura y atónita incredulidad, seguido por el sonido
01:58de pasos apresurados sobre el mármol pulido.
02:00Alonso, marqués de Luján, fue el primero en llegar, atraído por la conmoción. Su rostro,
02:09habituado a un rictus de nobleza contenida, se descompuso en una máscara de furia helada.
02:17Allí, en el lugar de honor donde hasta ayer colgaba el imponente retrato de su esposa,
02:22cruz izquierdo, sólo quedaba el marco dorado, vacío y burlón.
02:25El lienzo, o lo que quedaba de él, yacía en el suelo, hecho jirones. No era un acto
02:35de vandalismo torpe, era una declaración de guerra.
02:41Cada corte en la pintura era preciso, sañoso, como si el autor hubiera querido asesinar no
02:46sólo la imagen, sino el alma misma de la marquesa.
02:49Las pinceladas que habían capturado su altiva belleza ahora eran cicatrices irreparables.
03:01Alguien, dentro de los confines de su propio hogar, había decidido que no podía soportar
03:06un minuto más la mirada vigilante y perpetua de cruz.
03:12Había dejado claro que su presencia, incluso en óleo, era una tiranía que ya no estaba
03:17dispuesto a tolerar.
03:19¿Quién? La palabra de Alonso fue un susurro cargado de veneno, una promesa de retribución.
03:29¿Quién ha osado? A su lado, Pía Adarre, la gobernanta, se llevaba una mano a la boca,
03:35sus ojos reflejando el horror de la escena y, más profundamente, el miedo a las consecuencias.
03:40Sabía que aquello desataría un infierno. Señor Marqués, no tengo palabras, he hecho la ronda
03:50esta mañana como cada día y...
03:53Busque a Rómulo, inmediatamente. La cortó Alonso, sin apartar la vista de los restos del cuadro.
04:00Quiero a todo el servicio reunido en el patio en diez minutos. A todo el mundo, y que nadie
04:08entre ni salga de esta estancia.
04:10Esto es ahora el escenario de un crimen. La noticia corrió por la promesa con la velocidad
04:17del fuego.
04:18En las cocinas, Simona y Candela intercambiaron miradas de pavor mientras Lope dejaba caer
04:26un cazo con estrépito. Entre los lacayos y las doncellas, los murmullos se convirtieron
04:33en un zumbido de ansiedad. ¿Un ladrón? No, un ladrón se habría llevado el marco. Aquello
04:42era personal, íntimo, un acto de odio puro. Y en la promesa, el odio tenía muchos rostros.
04:50Alonso inició su investigación con la ferocidad de un león herido. No confiaba en nadie. Su
04:58mente, un torbellino de sospechas, repasaba cada posible culpable. ¿Sería un sirviente
05:07resentido por los constantes desprecios de Cruz? Quizás Petra, cuya devoción a la
05:12marquesa a veces bordeaba una obsesión enfermiza que podría haberse tornado en su contrario?
05:17¿O el problema venía de arriba, de su propia sangre? No descartaba a Lorenzo, su cuñado,
05:23cuya aversión por Cruz era tan palpable como el aire que respiraba.
05:29Ni siquiera sus propios hijos estaban a salvo de su escrutinio. La destrucción del retrato
05:34era una afrenta directa a su autoridad, a la estabilidad de su casa, y el marqués de
05:39Luján no descansaría hasta que el culpable pagara. Su primer interrogatorio fue con Rómulo
05:46y Pía, en la misma escena del crimen. Mirad bien esto, dijo Alonso, señalando el lienzo
05:52destrozado con la punta de su bastón.
05:54Esto no lo ha hecho un extraño, esto lo ha hecho alguien que conocía la casa, que sabía
06:01cuándo actuar. Alguien que odia a mi esposa. Decidme, Rómulo, ¿ha habido alguna disputa
06:09reciente? ¿Algún sirviente despedido con malas artes? ¿Alguna queja que haya llegado
06:14a mayores? Rómulo, con su porte siempre digno, negó con la cabeza, aunque una sombra
06:23de duda cruzó su mirada.
06:27Señor, las tensiones habituales con el nuevo mayordomo, el señor Cristóbal, pero no creo
06:32que nadie del servicio llegara a este extremo.
06:35Sería firmar su propia sentencia. Es una locura. La locura abunda en esta casa. Rómulo,
06:44replicó Alonso, con amargura.
06:49Pía, ¿usted qué trata con las doncellas? ¿Ha oído algo? Murmullos, rencores, piense.
06:57La más mínima palabra fuera de lugar. Pía tragó saliva. Pensó en María Fernández y su
07:02desesperación, en la tensión generalizada, pero nada que apuntara a una profanación
07:07tan violenta.
07:11Nada concreto, señor, sólo el descontento generalizado por las nuevas normas del señor
07:16Cristóbal.
07:19Pero esto, esto es de otro calibre. Alonso los despidió con un gesto y se quedó solo,
07:25observando los ojos rasgados de su esposa en el lienzo.
07:27La investigación no había hecho más que empezar, y la atmósfera en la promesa se había
07:35vuelto irrespirable, cargada de una desconfianza que envenenaba cada rincón y cada mirada.
07:43Lejos del salón y de la furia del marqués, Catalina Luján libraba su propia batalla,
07:48una más silenciosa pero igual de devastadora.
07:50El mundo de Catalina, antes un universo de números, motores y mermeladas, se había expandido
07:59para abarcar las vidas de aquellos que no tenían voz.
08:04Su lucha por un trato justo para los trabajadores de la finca, su defensa de la dignidad del
08:09servicio, la había convertido en una figura incómoda para su propia clase.
08:13Y el precio era alto. La brecha con su prima Martina se había hecho insalvable. Lo que
08:21para Catalina era justicia social, para Martina era una traición a su estatus, una peligrosa
08:27ingenuidad que ponía en riesgo el buen nombre de la familia.
08:33Sus conversaciones, antes llenas de confidencias y risas, ahora eran campos de minas dialécticas.
08:39No lo entiendes, Catalina. Le había dicho Martina la tarde anterior, con una frialdad
08:47que la hirió profundamente.
08:52No puedes ser amiga de tus sirvientes y esperar que te respeten como a una señora.
08:59Estás borrando las líneas que nos protegen, que mantienen el orden. ¿El orden de quién,
09:04Martina? ¿El que nos permite vivir en la opulencia mientras ellos apenas tienen para
09:08comer? Había replicado Catalina, con la voz encendida por la pasión.
09:16Son personas, no muebles. Tienen sueños, miedos. ¿Es que no lo ves? Veo que estás perdiendo
09:22el norte.
09:26Y no solo eso, estás poniendo en peligro todo lo que te rodea. Las palabras de Martina resonaban
09:31en su cabeza, pero lo que más le dolía era el efecto que su activismo estaba teniendo
09:36en su relación con Adriano. El joven y pragmático agricultor, aunque de corazón noble, no comprendía
09:44su cruzada. Él veía el mundo en términos de cosechas, de beneficios, de realidades tangibles.
09:53Las idealistas batallas de Catalina le parecían un lujo peligroso, una distracción de los verdaderos
10:01problemas. Su amor, que había florecido entre campos de lavanda y promesas de un futuro juntos,
10:10se marchitaba ahora bajo el peso de sus diferencias ideológicas. Sus encuentros estaban teñidos de una
10:18tensión subyacente, de silencios que decían más que las palabras. Sintiéndose completamente sola,
10:27a la deriva en un mar de incomprensión, Catalina buscó el único puerto seguro que le quedaba.
10:35Bajó a las cocinas, un refugio de olores familiares y calidez humana que siempre lograba calmar su espíritu.
10:41Encontró a Simona amasando pan con la energía rítmica de quien ha realizado esa tarea toda su vida.
10:52El aroma a levadura y hogar la envolvió como un abrazo. Simona, ¿puedo hablar contigo un momento?
11:01La cocinera levantó la vista de la masa, sus ojos sabios escrutando el rostro afligido de la joven.
11:06Limpió sus manos enharinadas en el delantal y le hizo un gesto para que se sentara en un taburete.
11:18Claro que sí, mi niña. Siéntate, tienes la cara como si se te hubiera muerto un ángel.
11:26¿Qué te come por dentro? Catalina se derrumbó. Las lágrimas que había estado conteniendo brotaron sin control.
11:32Le contó todo. La distancia con Martina, la incomprensión de Adriano, la sensación de que estaba luchando una batalla perdida en la que se estaba quedando completamente sola.
11:44Siento que cuanto más lucho por lo que creo correcto, más me alejo de la gente que quiero. Sollozó, con la voz rota.
11:57Martina me ve como una traidora a nuestra clase. Adriano, Adriano me mira como si estuviera loca.
12:02¿Cree que vivo en un mundo de fantasía y que mis ideas nos van a llevar a la ruina?
12:12¿Estoy equivocada, Simona? ¿Es una locura querer que las cosas sean un poco más justas?
12:20Simona la escuchó en silencio, sin interrumpirla, dejando que el torrente de dolor se vaciara.
12:25Cuando Catalina terminó, la cocinera suspiró, un sonido profundo que parecía venir del fondo de los tiempos.
12:38Mira, Catalina. Comenzó, con su voz rasposa y llena de cariño.
12:43Lo que yo te diga a lo mejor no es lo que quieres oír, pero es lo que he aprendido en esta vida, que ya es larga.
12:49Ser bueno y ser justo no es lo mismo que ser tonto, pero a veces, desde fuera, se parecen mucho.
13:01Catalina la miró, confundida. ¿Qué quieres decir?
13:05Quiero decir que tienes un corazón de oro, más grande que toda esta finca.
13:12Y eso, en un mundo como este, es a la vez una bendición y una maldición.
13:16Tú ves lo que está mal y no puedes evitar intentar arreglarlo.
13:23Eso es lo que te hace ser quien eres. No dejes que nadie te quite eso.
13:27Nunca. Hizo una pausa, y su mirada se volvió más seria.
13:34Pero también tienes que entender a los demás.
13:36Tu prima Martina ha nacido y crecido en una jaula de oro.
13:39No conoce otra cosa. Le asusta que tú quieras abrir la puerta, porque no sabe lo que hay fuera.
13:50No es maldad, es miedo. Y el miedo vuelve a la gente egoísta.
13:54Y el mozo este, Adriano.
13:59Él es un hombre de la tierra.
14:01La tierra es dura, es práctica.
14:02No entiende de grandes ideales, entiende de si llueve o no llueve, de si la cosecha da para pasar el invierno.
14:12Cuando tú le hablas de justicia, él oye riesgo, oye problemas.
14:16Él te quiere proteger a su manera, que es manteniendo los pies en el suelo.
14:20El problema es que tú ahora mismo quieres aprender a volar.
14:26Catalina sorbió por la nariz, asimilando las palabras de Simona.
14:33Era una perspectiva que no había considerado.
14:36Entonces, ¿qué hago?
14:38¿Renuncio a mis ideas para no perderlos?
14:42No, por todos los santos.
14:44Exclamó Simona, golpeando la mesa con la palma de la mano enharinada.
14:50Eso nunca, si haces eso, te perderás a ti misma.
14:54Y entonces no le servirás de nada ni a ellos ni a nadie.
15:01Lo que tienes que hacer es tener paciencia.
15:03La paciencia de la araña que teje su tela.
15:08No puedes cambiar el mundo en un día, ni la forma de pensar de la gente.
15:12Sigue haciendo lo que crees correcto, pero con más maña que fuerza.
15:16A veces una palabra dulce convence más que mil gritos.
15:22Y dales tiempo, si te quieren de verdad, de la verdad de la buena, acabarán por entenderte.
15:27Y si no, Simona no terminó la frase, pero Catalina entendió.
15:36Si no, quizás nunca estuvieron destinados a estar en su vida.
15:39El consejo de la cocinera no era una solución mágica.
15:45No era el bálsamo que había ido a buscar.
15:50Era algo más duro, más real.
15:52La aceptación de que el camino que había elegido era solitario y difícil.
15:56Y que requería una fortaleza y una paciencia que no estaba segura de poseer.
16:00Se levantó, le dio un abrazo torpe pero sincero a Simona, y salió de la cocina con el corazón un poco menos pesado.
16:10Pero con la certeza de que las pruebas más duras aún estaban por llegar.
16:16Mientras Catalina lidiaba con dilemas del alma, María Fernández se consumía en una angustia mucho más terrenal y acuciante.
16:23Cada día que pasaba sin noticias de Samuel era una nueva tortura.
16:30El joven sacerdote, que había llegado a la promesa huyendo de un peligro indefinido, había desaparecido sin dejar rastro, como si se lo hubiera tragado la tierra.
16:42La incertidumbre era un veneno lento que se le había instalado en el pecho, una presión constante que no la dejaba respirar.
16:48Había intentado todo, había hablado con Petra, la única que compartía su preocupación, aunque por motivos muy distintos.
17:01Juntas habían repasado una y otra vez la última conversación, el último gesto, buscando una pista, una señal que se les hubiera escapado.
17:09Pero no había nada, habían recurrido a la ayuda de Catalina, quien con sus contactos y su influencia había hecho algunas averiguaciones en el pueblo y en los alrededores.
17:21Pero el resultado siempre era el mismo, un muro de silencio.
17:28Nadie había visto a Samuel, nadie sabía nada.
17:31La desesperación de María Fernández había alcanzado un punto crítico.
17:35Se sentía impotente, atrapada en una pesadilla de la que no podía despertar.
17:43Las noches eran lo peor.
17:47Daba vueltas en su jergón, imaginando los peores escenarios posibles.
17:51¿Lo habrían encontrado sus perseguidores?
17:54¿Estaría herido, abandonado en una cuneta?
17:56¿O simplemente se habría marchado, abandonándola a ella y a su promesa de ayudarle sin una sola palabra de despedida?
18:03Esta última idea, aunque menos violenta, le resultaba casi igual de dolorosa.
18:11Esa mañana, tras otra noche en vela, tomó una decisión.
18:15Había agotado todas las vías a su alcance.
18:20Solo le quedaba una carta por jugar, una última y remota esperanza.
18:25Tenía que hablar con don Manuel.
18:26El señorito Manuel siempre había mostrado una amabilidad inusual hacia el servicio.
18:36Era accesible, comprensivo, y lo más importante, tenía poder y recursos que ella ni siquiera podía empezar a imaginar.
18:43Si alguien podía descubrir qué había sido del sacerdote, era él.
18:50Esperó con paciencia nerviosa a que terminara el desayuno de los señores, observando sus idas y venidas desde la distancia.
19:00Finalmente, lo vio salir al jardín, con el rostro ensombrecido por sus propias preocupaciones.
19:05Era su oportunidad.
19:10Con el corazón martilleándole en el pecho, se acercó a él, haciendo una pequeña reverencia.
19:18Señorito Manuel, perdone que le moleste.
19:21¿Podría concederme un minuto de su tiempo?
19:23Es de suma importancia.
19:27Manuel, absorto en sus pensamientos sobre la empresa familiar, levantó la vista, sorprendido.
19:35La angustia en el rostro de la doncella era tan evidente que apartó de inmediato sus propios problemas.
19:44Claro, María, ¿qué ocurre?
19:46Pareces muy alterada.
19:48La voz de María era un hilo tembloroso, cargado de semanas de ansiedad acumulada.
19:55Es sobre Samuel, el sacerdote.
19:57Comenzó, y las palabras se atropellaron en su boca.
20:00No sabemos nada de él, ha desaparecido, hace días, semanas ya, nadie sabe dónde está.
20:12He preguntado, Catalina ha preguntado, es como si se hubiera desvanecido, y estoy tan preocupada, señorito.
20:21Él no estaba bien, tenía miedo, huía de algo, o de alguien, la desesperación de María era contagiosa.
20:27Manuel frunció el ceño, recordando vagamente al joven cura de aspecto asustado, desaparecido.
20:37¿Estás segura?
20:38Quizás simplemente se marchó.
20:42No, dijo María, negando con la cabeza con una vehemencia que no admitía duda.
20:47No, él no se habría ido así.
20:49No sin decir nada, me lo prometió, algo malo le ha pasado, lo sé, lo siento aquí, dijo, llevándose una mano al corazón.
21:03Usted, usted es mi última esperanza.
21:06Tiene medios, conoce a gente importante, la Guardia Civil.
21:12No sé, le ruego, le suplico que me ayude a encontrarlo.
21:16No puedo vivir con esta incertidumbre.
21:20Me está matando.
21:22Manuel vio las lágrimas brillando en los ojos de la doncella, y su corazón se conmovió.
21:29A pesar de la tormenta que se cernía sobre su propia vida, sobre el futuro de la empresa de su difunto suegro,
21:35no podía ignorar una súplica tan desesperada.
21:37La incertidumbre de María resonaba con la suya propia, aunque por motivos muy diferentes.
21:46Tranquila, María, haré lo que pueda, dijo, con una voz más segura de lo que se sentía.
21:55No te prometo nada, pero haré algunas llamadas.
22:01Preguntaré, veremos qué podemos averiguar.
22:03Para María, esas palabras fueron como un rayo de luz en la más profunda oscuridad.
22:11Una oleada de gratitud la invadió, y por primera vez en semanas, sintió una pequeña semilla de esperanza brotar en su pecho.
22:21Gracias, señorito, de verdad, muchísimas gracias, no sabe lo que esto significa para mí.
22:33Mientras María se alejaba con un atisbo de alivio, Manuel se quedó solo, con una nueva carga sobre sus hombros.
22:42La desaparición de un sacerdote, la angustia de una doncella, eran problemas que se sumaban a la montaña que ya amenazaba con aplastarlo.
22:51Y en ese preciso instante, dentro de la casa, sonó el teléfono.
22:57Era una llamada que podría haberlo cambiado todo.
23:03Pero Manuel estaba fuera, en el jardín, perdido en sus pensamientos, y no la oyó.
23:11En el interior de la promesa, el nuevo orden impuesto por Cristóbal se consolidaba día a día, como una helada que quema las plantas más delicadas.
23:22El mayordomo, con su semblante impasible y su libreta siempre en mano, no cejaba en su empeño de transformar la finca en un cuartel.
23:32Cada nueva norma, cada decisión, era un golpe más al espíritu del servicio.
23:37Había racionado el uso de las velas, cronometrado el tiempo de las comidas de los sirvientes y prohibido cualquier tipo de conversación no esencial durante las horas de trabajo.
23:46La promesa, que siempre había sido un hogar ruidoso y lleno de vida, se estaba volviendo un lugar silencioso y sombrío, donde el miedo al castigo ahogaba cualquier atisbo de camaradería.
23:59El descontento era un murmullo constante, una corriente subterránea de resentimiento que crecía con cada jornada.
24:08Rómulo y Pía hacían lo que podían para mediar, para proteger a su gente, pero su autoridad había sido sistemáticamente socavada por Cristóbal,
24:20quien reportaba directamente a los marqueses y se había ganado la confianza de Cruz con su eficiencia desalmada.
24:25Esto no puede seguir así, le susurró Candela a Simona en la despensa, mientras recogían patatas.
24:37Nos trata como si fuéramos prisioneros, cualquier día nos pone a desfilar, paciencia, Candela.
24:46Todo tirano acaba cayendo, respondió Simona, aunque su voz carecía de la convicción habitual.
24:55Cristóbal parecía disfrutar de la atmósfera de temor que había creado.
24:59Se paseaba por los pasillos con la rigidez de un oficial, sus ojos fríos detectando la más mínima infracción.
25:08Para él, no se trataba de personas, sino de engranajes en una maquinaria que debía funcionar a la perfección.
25:17La humanidad era un defecto a erradicar, y a pesar de las miradas de odio y las quejas veladas,
25:22a él parecía no importarle en lo más mínimo.
25:25Su misión era clara, y no iba a permitir que los sentimientos de un puñado de sirvientes se interpusieran en su camino.
25:37Mientras tanto, ajeno a casi todo lo que no fuera la inminente bancarrota, Manuel se encerraba en el despacho.
25:43Sobre la mesa se amontonaban los libros de cuentas, las cartas de los proveedores, los avisos de impago.
25:52La empresa de mermeladas, el legado del padre de Yana, se desmoronaba.
26:00La presión era insoportable.
26:02Se sentía un fracasado, un impostor jugando a ser empresario sin tener el talento ni la visión necesarios.
26:10En ese torbellino de ansiedad, la oferta de Leocadia, una competidora agresiva y sin escrúpulos, parecía la única salida viable.
26:21Vender, deshacerse del problema, salvar lo que quedaba, aunque supusiera una derrota personal.
26:33Su mente daba vueltas y vueltas a la misma idea.
26:36Vender era rendirse, pero no vender era condenar a todos a la ruina.
26:40Fue entonces cuando el teléfono volvió a sonar.
26:46Esta vez, fue Yana quien descolgó el auricular en el pasillo.
26:52Residencia de los Marqueses de Luján, dígame.
26:55Buenos días, señorita.
26:57Llamo de parte de don Pedro Farré, de Conservas del Norte.
27:04Necesito hablar urgentemente con don Manuel Luján.
27:07Es un asunto de máxima importancia referente a su empresa.
27:13Yana sintió un vuelco en el corazón.
27:15Conservas del Norte, era una de las empresas más respetadas del sector.
27:22Un momento, por favor, iré a buscarle.
27:25Corrió hacia el despacho, pero la puerta estaba cerrada con llave.
27:32Volpeó suavemente.
27:34Señorito Manuel, soy Yana.
27:36Tiene una llamada importante.
27:37Un tal Pedro Farré.
27:41No hubo respuesta.
27:42Manuel, agotado y superado por la situación, se había quedado dormido sobre la mesa, con la cabeza apoyada en un libro de contabilidad.
27:53Yana insistió, pero en vano.
27:55Volvió al teléfono.
27:57Disculpe, señor, pero parece que no está disponible en este momento.
28:01Quiere dejar un recado.
28:05Es vital que hable con él antes de que tome cualquier decisión.
28:09Insistió la voz al otro lado de la línea, con un tono de urgencia.
28:13Nuestra oferta es sustancialmente mejor que la de la competencia y, francamente, tenemos información sobre Leocadia que debería conocer.
28:24Por favor, dígale que me llame en cuanto pueda.
28:30Es crucial.
28:31Yana apuntó el recado en una pequeña libreta, sintiendo la importancia de aquellas palabras.
28:36Pero el destino, a veces, tiene un sentido de la oportunidad cruel.
28:43Justo cuando se disponía a deslizar la nota por debajo de la puerta del despacho, fue requerida urgentemente por Pía para ayudar con una crisis en la lavandería.
28:55La nota quedó en el bolsillo de su delantal, olvidada momentáneamente en el torbellino de tareas.
29:00Cuando Manuel despertó, una hora más tarde, con el cuello rígido y un sabor amargo en la boca, la nota de Yana aún no había llegado.
29:14Con la mente nublada por el cansancio y la desesperación, miró los papeles que tenía delante y tomó una decisión.
29:23Se levantó, se dirigió al teléfono y marcó el número de Leocadia.
29:28Ya no podía más.
29:31Se rendía.
29:32La jornada, cargada de tensiones y dramas soterrados, se acercaba a su fin.
29:40En la cena, el ambiente era gélido.
29:43La investigación de Alonso sobre el retrato no había dado frutos, y su frustración era una nube de tormenta sobre la mesa.
29:52Catalina apenas probó bocado, perdida en sus pensamientos.
29:55De repente, Manuel, con una voz extrañamente calmada, carraspeó para llamar la atención.
30:01Me gustaría anunciar algo, dijo, y todos los ojos se volvieron hacia él.
30:09He tomado una decisión sobre la empresa de mermeladas.
30:12Hizo una pausa, y el silencio en el comedor fue absoluto.
30:19He decidido aceptar la oferta de Leocadia.
30:21La venderé, mañana mismo firmaremos los papeles.
30:27Un suspiro colectivo recorrió la mesa.
30:33Cruz esbozó una sonrisa de triunfo apenas disimulada.
30:36Alonso asintió lentamente, aliviado de que al menos un problema estuviera en vías de solución.
30:44Catalina lo miró con una mezcla de pena y comprensión.
30:47Sabía lo que esa decisión le había costado a su hermano.
30:53Pero la noticia no solo tuvo eco en el comedor de los señores.
30:57Bajó a las cocinas, a las estancias del servicio, y allí, para dos personas, fue motivo de una alegría inmensa e inesperada.
31:07Toño y Enora, dos jóvenes criados cuyo amor florecía en secreto entre los rigores de su trabajo,
31:13habían invertido sus pequeños ahorros, el sueño de toda una vida,
31:17en unas pocas acciones de la empresa de Leocadia, aconsejados por un pariente lejano.
31:24La compra de la empresa de los Luján significaba que el valor de sus acciones se dispararía.
31:32Para ellos, no era una simple noticia financiera.
31:35Era la llave de su futuro, la posibilidad de dejar el servicio, de casarse, de tener una vida propia lejos de la promesa.
31:45Esa noche, cuando la casa finalmente se sumió en el silencio,
31:49Toño guió a Enora hasta el invernadero abandonado en el extremo más alejado del jardín.
31:53La luna llena se filtraba a través de los cristales sucios, bañando el lugar en una luz plateada y fantasmal.
32:02¿Qué hacemos aquí, Toño, si nos descubre Cristóbal?
32:09Solo un minuto, susurró él, con los ojos brillantes de emoción.
32:13De su bolsillo sacó una pequeña caja de cerillas y un par de velas, las mismas que Cristóbal había racionado con tanto celo.
32:26Las encendió, y la cálida luz anaranjada danzó sobre sus rostros.
32:31Enora, dijo, tomando sus manos.
32:33¿Has oído la noticia? Lo de la empresa.
32:39Ella asintió, con una sonrisa que iluminaba todo su ser.
32:45Lo he oído, significa, significa que somos libres.
32:49Completó él, con la voz quebrada por la emoción.
32:55Significa que tú y yo podemos empezar de nuevo, lejos de aquí.
32:59Enora se echó a llorar, pero eran lágrimas de pura felicidad.
33:03En medio de un día marcado por la destrucción, la desconfianza y las decisiones dolorosas,
33:11su amor y su esperanza brillaban como aquellas dos pequeñas velas.
33:17Toño se acercó a ella y, en un gesto tan inesperado como romántico, la besó.
33:23No fue un beso furtivo y apresurado como los que se daban en los pasillos oscuros,
33:27sino un beso profundo, lento y lleno de promesas, un beso que sellaba el comienzo de su nueva vida.
33:33Mientras ellos celebraban su golpe de suerte, en el despacho,
33:39Jana finalmente recordaba la nota y la deslizaba bajo la puerta de Manuel.
33:43Pero ya era demasiado tarde, la decisión estaba tomada, el futuro de la empresa Luján,
33:51y con él el de muchos otros, había sido sellado sin conocer los detalles de una llamada que lo habría cambiado todo.
34:00La promesa se preparaba para dormir, sin saber que las consecuencias de aquel día apenas comenzaban a desplegarse.
34:06La promesa se preparaba para dormir, sin saber que las consecuencias de aquel día.
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