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Leocadia contra Lorenzo y la sospecha mortal de Cristóbal
En el capítulo 668 de La Promesa (3 de septiembre), la tensión alcanza un punto de no retorno. Leocadia, arrinconada por las despiadadas exigencias de Lorenzo, se ve obligada a elegir entre el honor de su familia y el futuro de Ángela, mientras el capitán insiste en un matrimonio imposible. Catalina sufre las humillaciones del barón, Alonso desafía a los nobles y Curro recibe inesperadamente el mando de la búsqueda. Pero la revelación más ...
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Leocadia contra Lorenzo y la sospecha mortal de Cristóbal
En el capítulo 668 de La Promesa (3 de septiembre), la tensión alcanza un punto de no retorno. Leocadia, arrinconada por las despiadadas exigencias de Lorenzo, se ve obligada a elegir entre el honor de su familia y el futuro de Ángela, mientras el capitán insiste en un matrimonio imposible. Catalina sufre las humillaciones del barón, Alonso desafía a los nobles y Curro recibe inesperadamente el mando de la búsqueda. Pero la revelación más ...
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00:00Leocadia contra Lorenzo y la sospecha mortal de Cristóbal. En el capítulo 668 de La Promesa,
00:173 de septiembre, la tensión alcanza un punto de no retorno.
00:23Leocadia, arrinconada por las despiadadas exigencias de Lorenzo, se ve obligada a elegir
00:28entre el honor de su familia y el futuro de Ángela, mientras el capitán insiste en un
00:33matrimonio imposible. Catalina sufre las humillaciones del varón, Alonso desafía a los nobles y Curro
00:40recibe inesperadamente el mando de la búsqueda. Pero la revelación más perturbadora llega desde
00:47la mente atormentada de Cristóbal. Una sospecha que podría cambiarlo todo para siempre. ¿Y si
00:53en realidad él fuera el verdadero padre de Ángela? Un episodio cargado de secretos, traiciones y giros
01:01inesperados que nadie puede perderse. ¿Hasta dónde llegarán los protagonistas cuando la verdad
01:07amenace con destruirlos? El sol del 3 de septiembre se alzaba sobre el valle de los pedroches, tiñendo
01:15de un oro pálido las extensas tierras que rodeaban la promesa. Pero la belleza del amanecer era un mero
01:23espejismo, un velo delicado que apenas lograba ocultar la densa red de intrigas, miedos y
01:29desesperaciones que se tejía con fuerza en los muros del palacio. Aquel miércoles, el aire mismo
01:36parecía cargado de una electricidad dominosa, como si presagiara la tormenta que estaba a punto de
01:41desatarse, una tormenta que amenazaba con arrastrar a todos, nobles y sirvientes, hacia un abismo de
01:47consecuencias impredecibles. Dentro de los salones, el eco de las tensiones recientes resonaba con una
01:55persistencia agobiante. La nobleza, lejos de ser un frente unido, se había convertido en un campo de
02:03batalla de egos y rencores, y en el epicentro de este nuevo terremoto se encontraba el varón de
02:09Valladares, un hombre cuya arrogancia sólo era superada por su desdén hacia aquellos que consideraba
02:14inferiores. Martina y su primo Jacobo, conscientes del peligro que representaba una fractura tan profunda
02:22entre las casas nobles, habían decidido emprender una misión casi suicida, intentar razonar con el
02:28varón, convencerlo de la necesidad de un diálogo, de una tregua en su guerra personal contra los Luján,
02:34y en particular, contra Catalina. Lo encontraron en el pabellón de caza, una estancia que olía a
02:42cuero viejo, a pólvora y a la vanidad de generaciones de cazadores. El varón, con un vaso de coñac en la
02:50mano, lo recibió con una sonrisa que no llegaba a sus ojos fríos como el hielo.
02:57Vaya, vaya, la juventud idealista viene a dar lecciones a la vieja guardia. Su voz era un murmullo
03:03grave y burlón. ¿Qué os trae por aquí, queridos? ¿Acaso habéis venido a suplicar en nombre de esa
03:10advenediza que vuestro tío insiste en llamar marquesa? Martina, haciendo acopio de toda la
03:17diplomacia que poseía, dio un paso al frente. Su vestido, de un suave color lavanda, contrastaba
03:24con la dureza de la situación. Señor varón, no hemos venido a suplicar, sino a apelar a su sentido
03:32común y a su lealtad a la corona. Las disputas internas solo nos debilitan a todos. Catalina,
03:40mi prima, está haciendo todo lo posible por sacar adelante el patrimonio de la familia.
03:47Sus métodos pueden ser poco convencionales, pero su objetivo es el mismo que el de todos
03:51nosotros, preservar nuestro legado. Jacobo, siempre más pragmático y directo, apoyó a su prima. Lo que
04:01Martina quiere decir, varón, es que esta guerra personal no beneficia a nadie. Alonso está al
04:09límite, y si seguimos presionándolo de esta manera, podríamos provocar una ruptura irreparable.
04:15Una reunión, un simple diálogo para limar asperezas, es todo lo que pedimos. El varón soltó una
04:22carcajada, un sonido seco y desagradable que rebotó en las paredes de la estancia. Se sirvió más
04:30coñac, sin ofrecerles a sus jóvenes interlocutores, diálogo. Con esa mujer, escupió las palabras con un
04:37veneno que geló la sangre de Martina. Con esa, tendera con ínfulas de aristócrata, esa mujer es la
04:44vergüenza de los Luján. Ha convertido un marquesado en un bazar. Trafica con mermeladas, negocia con
04:52plebellos y se revuelca en el fango de los negocios como si fuera una usurera. ¿Y pretendéis que yo,
05:00el varón de Valladares, me siente a una mesa a parlamentar con semejante criatura? ¡Jamás!
05:06Sus ojos, inyectados en sangre, se clavaron en Martina. Esa mujer es un insulto andante a nuestra
05:14clase. Su sola presencia contamina los salones de la promesa. Cree que por llevar el apellido Luján
05:21puede pisotear siglos de tradición y honor. Pero se equivoca. Es y siempre será la hija de una
05:27cualquiera, una mancha en un linaje que antes era impecable. Debería estar en una cocina, no gestionando
05:35un marquesado. Las palabras del varón eran como latigazos, crueles, precisos y cargados de un odio
05:42visceral. Jacobo intentó intervenir, hablar de alianzas, de pragmatismo, pero era inútil. El
05:51desprecio del varón hacia Catalina era un muro de granito, una obsesión que nublaba cualquier atisbo
05:57de razón. La conversación se agrió, el tono se elevó, y finalmente, Martina y Jacobo tuvieron que
06:06retirarse, derrotados, con el sabor amargo del fracaso en la boca y la certeza de que la guerra
06:11no había hecho más que empezar. El viaje de vuelta al palacio fue un silencio tenso, roto solo por el
06:19traqueteo de las ruedas del carruaje. Cuando llegaron, la noticia de su infructuosa misión
06:26corrió como la pólvora. Alonso, cuyo rostro ya estaba marcado por la preocupación incesante por
06:32la desaparición de Ángela, recibió el informe de su sobrina con una mezcla de resignación y furia
06:37contenida. Pero el verdadero golpe, el más devastador, estaba reservado para Catalina. No fue necesario que
06:46nadie le contara los detalles. En un pasillo, mientras se dirigía a la biblioteca, escuchó la
06:54voz de Jacobo relatándole a su padre, con una crudeza no intencionada, las palabras exactas que
07:00el varón había pronunciado. Tendera con ínfulas, vergüenza, hija de una cualquiera. Cada insulto fue
07:08una daga que se clavó profundamente en su corazón. Catalina se detuvo, oculta tras una columna,
07:16sintiendo cómo el aire le faltaba en los pulmones. No era el ataque a sus habilidades empresariales lo
07:23que la hería, sino el desprecio a su origen, el insulto a la memoria de su madre. Era un recordatorio
07:32brutal de que, para muchos, ella siempre sería una intrusa, una pieza que no encajaba en el intrincado
07:38tablero de la aristocracia. Las lágrimas ardieron en sus ojos, pero se negó a derramarlas. En su lugar,
07:47una fría determinación se apoderó de ella. El dolor se transformó en una armadura. Si la
07:53despreciaban por ser diferente, entonces abrazaría esa diferencia. Si la llamaban tendera, entonces
08:01sería la mejor tendera que aquellos nobles anquilosados en el pasado hubieran visto jamás.
08:06La brecha entre ella y el resto de la nobleza no sólo se había reforzado, se había convertido en un
08:13abismo insondable, y Catalina, con el corazón herido pero el espíritu intacto, se preparó para
08:19luchar su propia batalla, sola si era necesario. Mientras el drama de los nobles se desarrollaba
08:27en los lujosos salones, en una parte más discreta de la finca, se libraba una batalla mucho más
08:33personal y desesperada. Leocadia Figueroa, la institutriz, la mujer que había dedicado su vida
08:40a la discreción y al servicio, se encontraba ahora en el ojo de un huracán que ella misma había contribuido
08:46a crear. Su hija, Ángela, estaba en manos de Lorenzo, el capitán de la mata, un hombre cuya crueldad
08:55era legendaria, y la única llave para liberarla parecía ser un pacto con el diablo. Se reunieron en
09:03una pequeña casa de aperos, lejos de miradas indiscretas. El olor a tierra húmeda y a herramientas
09:09oxidadas era el escenario perfecto para la sordidez de la negociación. Lorenzo la esperaba de
09:16pie, su figura alta y delgada recortada contra la luz polvorienta que se filtraba por una ventana
09:22sucia. Su sonrisa era la de un depredador que sabe que tiene a su presa acorralada. Leocadia,
09:29querida. Su tono era falsamente meloso, una caricia envenenada. Me alegra ver que has venido.
09:39Supongo que eso significa que has reconsiderado mi generosa oferta. Leocadia apretó con fuerza el
09:45pequeño bolso que llevaba en las manos. Dentro estaba la suma de todos sus ahorros,
09:51una cantidad considerable que había reunido con esfuerzo y sacrificio a lo largo de los años.
09:59No he venido a reconsiderar nada, Lorenzo. He venido a poner fin a esta locura. Abrió el
10:04bolso y sacó un fajo de billetes, atado con una cinta.
10:07Aquí está, es más de lo que pediste inicialmente. Es todo lo que tengo. Tómalo y déjanos en paz.
10:18Libera a Ángela. Lorenzo ni siquiera miró el dinero. Sus ojos, oscuros y penetrantes,
10:24no se apartaron del rostro angustiado de Leocadia. Soltó una risa suave, casi un susurro. Oh,
10:32Leocadia, siempre tan ingenua. ¿De verdad crees que esto se trata de dinero? El dinero es vulgar,
10:39es un medio. Lo que yo busco es algo mucho más. ¿Satisfactorio? ¿Qué es lo que quieres,
10:46entonces? La voz de Leocadia temblaba, pero se esforzaba por mantener la compostura.
10:54¿Venganza? ¿Es por lo nuestro? ¿Por haberte rechazado hace tantos años? ¿Rechazarme tú a mí?
10:59Sí. Lorenzo se acercó a ella, invadiendo su espacio personal. Leocadia retrocedió instintivamente,
11:08hasta que su espalda chocó contra la pared de madera. Digamos que las circunstancias cambiaron.
11:14Pero no, esto no es por el pasado. Es por el futuro. Un futuro brillante para Ángela. Y para mí. No habrá
11:24ningún futuro para ti con mi hija. Exclamó Leocadia, la desesperación tiñendo su voz de histeria.
11:32Ahí es donde te equivocas. La sonrisa de Lorenzo se ensanchó, revelando una crueldad sin límites.
11:40Mi petición no ha cambiado, Leocadia. No quiero tu dinero. Quiero la mano de tu hija.
11:45Quiero casarme con Ángela. Leocadia lo miró, incrédula. El horror la paralizó por un instante.
11:55Casarse con él. Entregar a su dulce e inocente Ángela a un monstruo como aquel. La sola idea
12:01era una aberración, una condena a una vida de miseria y sufrimiento.
12:05Estás loco, susurró. Jamás permitiré que te cases con ella. Jamás. No estás en posición de
12:13permitir o de negar nada, querida. Lorenzo se encogió de hombros con una indiferencia
12:20calculada. La situación es muy sencilla. Si quieres volver a ver a tu preciosa hija,
12:27si quieres que regrese sana y salva tus brazos, deberás darme tu bendición.
12:31Convencerla de que casarse conmigo es lo mejor para ella. De lo contrario, bueno,
12:39no quiero ni imaginar las cosas terribles que podrían pasarle a una joven tan encantadora,
12:44sola y desprotegida. Cada palabra era una tortura, un giro más del cuchillo en la herida
12:52abierta de Leocadia. Veía el rostro de su hija en su mente, su sonrisa, su vitalidad. Y luego la
13:00imaginaba atrapada, a merced de aquel hombre sin escrúpulos. El pánico la atenazaba, un frío
13:08glacial que le recorría las venas. Estaba atrapada. Entre la espada de la amenaza de Lorenzo y la pared
13:15de su amor incondicional por su hija. Eres un monstruo, logró decir, con la voz rota por el
13:23llanto que luchaba por contener. Soy un hombre práctico, Leocadia, y te estoy ofreciendo la
13:30única salida posible. Piensa en ello. Una boda. Ángela se convertirá en mi esposa, la señora de
13:38la mata. Tendrá una posición, seguridad, y tú podrás verla siempre que quieras. Es un buen trato,
13:47¿no crees? Se alejó de ella, dándole la espalda mientras se dirigía hacia la puerta.
13:54Tienes hasta mañana para darme una respuesta. Espero que, por el bien de Ángela, tomes la decisión
14:00correcta. La puerta se cerró, dejando a Leocadia sola en la penumbra, con el dinero inútil en sus
14:08manos y el alma hecha pedazos. La desesperación era un océano negro que la engullía. Sabía que no
14:16podía ceder. Entregar a Ángela a Lorenzo era peor que la muerte. Pero, ¿qué otra opción tenía? ¿Cómo
14:23podía luchar contra un hombre que no tenía nada que perder y disfrutaba con el sufrimiento ajeno?
14:29En ese momento, en la soledad de aquel cobertizo maloliente, Leocadia tomó una decisión.
14:35No sabía cómo, ni con qué medios, pero haría cualquier cosa, absolutamente cualquier cosa,
14:42para evitar que su hija cayera en las garras de Lorenzo. Incluso si eso significaba recurrir a
14:49medidas extremas que nunca antes se habría atrevido a considerar. La tensión en la promesa no se limitaba
14:56a las altas esferas ni a los pactos secretos. Entre el servicio, la desaparición de Ángela había
15:04abierto una brecha de ansiedad y recelo. La búsqueda, liderada por el mayordomo Cristóbal,
15:11se había convertido en un ejercicio de frustración. Sus métodos eran rígidos, su autoridad,
15:19incuestionable, y su falta de resultados, cada vez más evidente. Curro y María Fernández,
15:27movidos por la lealtad y la impaciencia, habían decidido tomar la iniciativa.
15:34Desoyendo las órdenes explícitas de Cristóbal de esperar nuevas instrucciones,
15:38habían organizado una pequeña partida de búsqueda por su cuenta, siguiendo una corazonada,
15:44una pista que el mayordomo había desestimado por considerarla irrelevante.
15:50Su pequeña rebelión, sin embargo, no tardó en ser descubierta. Y el delator no fue otro que Santos,
15:57el lacayo resentido, siempre ha habido de encontrar una oportunidad para ganar el favor de sus superiores y,
16:03de paso, perjudicar a aquellos que no le profesaban la debida sumisión.
16:10Encontró a Cristóbal en su despacho, revisando unos mapas con el ceño fruncido. Con una mezcla
16:16de falsa preocupación y malicia apenas disimulada, Santos le informó de la insubordinación de Curro y
16:22María.
16:22La reacción de Cristóbal fue inmediata y furibunda. Hizo llamar a los dos jóvenes a su
16:30presencia, y la reprimenda que les esperaba fue de una dureza glacial.
16:36Se puede saber qué parte de Esperen mis órdenes no han entendido. La voz de Cristóbal era baja,
16:41pero cargada de una ira contenida que resultaba más intimidante que cualquier grito.
16:46¿Se creen ustedes más listos que yo? ¿Piensan que esto es un juego? Curro,
16:53con la nobleza que lo caracterizaba, dio un paso al frente para proteger a María.
17:00Señor Cristóbal, no era nuestra intención desobedecerle. Simplemente pensamos que...
17:07Ustedes no están aquí para pensar. Lo interrumpió bruscamente. Están para obedecer.
17:12Su irresponsabilidad podría haber puesto en peligro toda la operación. Podrían haber
17:17contaminado pistas, alertado a los secuestradores. ¿Acaso no se dan cuenta de la gravedad de la
17:23situación? María, incapaz de contenerse ante lo que consideraba una injusticia flagrante,
17:30alzó la voz. La gravedad de la situación es que Ángela sigue desaparecida y usted no está
17:37haciendo nada. Nos tiene aquí, de brazos cruzados, mientras cada minuto que pasa es crucial.
17:45La audacia de la doncella dejó a Cristóbal sin palabras por un instante. Santos, que presenciaba
17:51la escena desde un rincón con una sonrisa satisfecha, no podía creer su suerte.
17:56Tenga cuidado con sus palabras, señorita Fernández, advirtió Cristóbal, recuperando la compostura.
18:06Soy el responsable de esta búsqueda, y mis decisiones se basan en la lógica y la estrategia,
18:12no en impulsos sentimentales. La discusión se prolongó, un choque inútil entre la rigidez
18:19del mayordomo y la desesperación de los amigos de Ángela. Al final, Cristóbal los despidió con una
18:27última y severa advertencia, dejándolos frustrados y más convencidos que nunca de su incompetencia.
18:35Apenas salieron del despacho, la ira contenida de María estalló. Vio a Santos apoyado en la pared
18:41del pasillo, fingiendo indiferencia, y se abalanzó sobre él. Ha sido tú, le espetó, señalándolo con
18:50un dedo acusador. Curro tuvo que sujetarla para evitar que se le echara encima. Tú nos has delatado,
18:57miserable. ¿Disfrutas con esto? Te complace ver cómo perdemos el tiempo mientras Ángela podría estar
19:03sufriendo. Santos se enderezó, adoptando una expresión de ofendido. ¿Yo? Yo soy el
19:11solo he cumplido con mi deber. He informado al mayordomo de una irregularidad. Si no hubierais
19:17roto las reglas, no tendríais nada que temer. No tienes ni idea de lo que es la lealtad, ni la
19:24amistad. Replicó María, con la voz quebrada por la rabia y la impotencia. Tus decisiones, tu afán de
19:34trepar y de quedar bien, están obstaculizando el rescate de mi amiga. Si algo le pasa a Ángela,
19:39una parte de la culpa será tuya. La acusación flotó en el aire, pesada y terrible. Santos
19:48palideció, pero su arrogancia no le permitió dar marcha atrás. El enfrentamiento dejó una herida
19:55abierta en el ya tenso ambiente del servicio. La desconfianza se había instalado entre ellos,
20:01y mientras se peleaban, el tiempo para encontrar a Ángela se agotaba inexorablemente. En otra ala
20:08del palacio, se estaba gestando un cambio que afectaría profundamente al futuro de la familia
20:13Luján. Manuel, el joven heredero, había tomado una decisión trascendental sobre su participación en
20:22la empresa de motores, el proyecto que había sido su pasión y su vía de escape. Acompañado por Leocadia,
20:30quien en este asunto actuaba más como una confidente y consejera que como una simple
20:34institutriz, se reunió con su padre en la biblioteca. Alonso lo recibió con una expresión
20:42cansada. Las preocupaciones se acumulaban sobre sus hombros como un peso insoportable.
20:47Manuel, Leocadia, ¿qué ocurre? Por vuestras caras, deduzco que no son buenas noticias.
20:57Manuel respiró hondo, amaba a su padre, y sabía que lo que estaba a punto de decirle le causaría
21:02un profundo disgusto. Padre, he tomado una decisión sobre la empresa, una decisión definitiva. Hizo
21:11una pausa, buscando las palabras adecuadas. Voy a vender mi parte. El silencio que siguió a sus
21:18palabras fue absoluto. Alonso lo miró fijamente, como si no hubiera entendido bien. ¿Vender? ¿Vender
21:26tu parte? ¿A quién? A Pedro Farré. Hemos estado en negociaciones y me ha hecho una oferta muy generosa.
21:32Es la mejor solución, padre. Para todos. Alonso se levantó de su sillón, la sorpresa inicial dando
21:41paso a una creciente inquietud. Caminó de un lado a otro de la biblioteca, con las manos entrelazadas
21:49a la espalda. ¿La mejor solución? Manuel, esa empresa era tu sueño. Era tu futuro. Era el futuro
21:56de esta familia. Una forma de modernizar nuestro patrimonio, de no depender exclusivamente de
22:02estas tierras que cada vez dan menos de sí. Lo sé, padre, y no ha sido una decisión fácil. Pero
22:10mis prioridades han cambiado. La mirada de Manuel se desvió por un momento, un velo de tristeza cubriendo
22:17sus ojos. Con todo lo que está pasando, con mi matrimonio, con la situación en el palacio, no tengo
22:25la cabeza ni las fuerzas para seguir adelante con ello. Necesito centrarme en mi familia, en mi esposa.
22:33Es lo correcto. Leocadia, que había permanecido en silencio, intervino con suavidad. Señor Marqués,
22:42Manuel ha meditado mucho esta decisión. Quizás, en este momento, liberarse de esa responsabilidad sea
22:49lo más sensato. Pero Alonso no podía aceptarlo. Veía la venta no solo como un fracaso empresarial,
22:57sino como un símbolo de la decadencia de su familia, de la renuncia de su hijo a luchar.
23:04No, no es sensato. Es una rendición. Su voz se elevó, teñida de desesperación.
23:09¿Qué va a ser de nosotros, Manuel? Tu hermana luchando contra todos para mantener a flote la
23:16finca, y tú. Tú vendes tu única empresa de futuro a un extraño. ¿No te das cuenta del
23:23mensaje que estamos enviando? El mensaje de que los Luján se rinden. La conversación se
23:29prolongó, cargada de reproches velados y de una profunda tristeza. Alonso se sentía
23:36profundamente decepcionado, no tanto por la decisión en sí, sino por lo que representaba,
23:42la pérdida de la ambición, del espíritu de lucha en su heredero.
23:48La noticia cayó como una losa sobre el ya preocupado marqués, abriendo una nueva grieta
23:53de incertidumbre en el frágil futuro de la familia Luján. No todo era conflicto y desesperación en la
24:00promesa. En los rincones más humildes del palacio, también había espacio para la esperanza y la
24:05redención. Toño, el cocinero, un hombre de pocas palabras y un corazón atormentado por
24:13errores del pasado, llevaba semanas sumido en una profunda melancolía. La causa de su pesar tenía
24:20nombre propio, Simona. La cocinera jefe, su antigua amiga y mentora, le había dado la espalda,
24:27herida por una traición que él no sabía cómo enmendar. Fueron Manuel y Enora quienes, con la
24:34sensibilidad que a menudo mostraban hacia el personal de servicio, se dieron cuenta de su
24:39sufrimiento. Lo encontraron en la cocina, a altas horas de la noche, mirando al vacío con una expresión
24:47de infinita tristeza.
24:50Toño, no puedes seguir así. Le dijo Manuel con amabilidad. Esta casa no es la misma sin las
24:56discusiones y las risas de Simona y tú en la cocina. Añadió Enora, con una sonrisa cómplice.
25:05Animado por sus palabras, por ese inesperado apoyo de los señores, Toño sintió que una
25:10pequeña llama de valor se encendía en su interior. Quizás había llegado el momento de dejar de lado
25:17el orgullo y el miedo y enfrentarse a la verdad. Al día siguiente, buscó a Simona. La encontró en
25:25el jardín, sentada en un banco de piedra, desgranando guisantes con un gesto ausente.
25:30El corazón de Toño latía con fuerza en su pecho. Se acercó a ella lentamente, como
25:38quien se acerca a un animal herido.
25:42Simona, dijo, con la voz apenas audible. Ella alzó la vista, y sus ojos, normalmente llenos
25:49de chispa y vitalidad, se mostraron fríos y distantes.
25:53No respondió. Simona, por favor, necesito hablar contigo. Toño se sentó a su lado,
26:01manteniendo una distancia prudente.
26:03Sé que te fallé, sé que te hice mucho daño. Y no hay día en que no me arrepienta de mi cobardía.
26:12El silencio de Simona era más elocuente que cualquier palabra. Toño continuó, con la voz
26:17quebrada por la emoción. Eras mi amiga, mi única amiga de verdad en este mundo. Y lo he
26:24con acento agudo todo a perder por. Por miedo. Por no saber cómo enfrentarme a mis propios
26:31fantasmas. No te pido que me perdones de la noche a la mañana. Ni siquiera sé si merezco tu perdón.
26:38Solo te pido una oportunidad. Una oportunidad para demostrarte que he cambiado.
26:42Para intentar, poco a poco, recuperar tu confianza. Las lágrimas asomaron a los ojos de Toño,
26:51unas lágrimas sinceras que hablaban de un arrepentimiento profundo y doloroso.
26:57Simona dejó de desgranar guisantes. Miró las manos de Toño, unas manos fuertes,
27:02de cocinero, que ahora temblaban. Vio en sus ojos una vulnerabilidad que no le había visto nunca.
27:10Durante largos minutos, el único sonido fue el canto de los pájaros y el murmullo del viento
27:16entre los árboles. Finalmente, Simona suspiró, un suspiro largo y cansado que parecía arrastrar
27:24el peso de viejas heridas. Las palabras se las lleva el viento, Toño. Dijo, con una voz más suave
27:32de lo que él esperaba. Los hechos son los que cuentan. No era un perdón, pero tampoco era un
27:39rechazo. Era una puerta, apenas entornada, una pequeña rendija de luz en la oscuridad de su
27:46distanciamiento. Para Toño, fue más que suficiente. Una ola de alivio y gratitud lo inundó. Sabía que
27:54el camino sería largo y difícil, pero por primera vez en mucho tiempo, sintió la esperanza de poder
28:00sanar las heridas del pasado y, quizás, recuperar a la amiga que tanto había echado de menos.
28:08En el laberinto de pasillos y secretos que era la promesa, el miedo de Vera crecía como una
28:13hiedra venenosa, asfixiando poco a poco su recién encontrada tranquilidad.
28:20Su pacto con Federico, el usurero que la había ayudado a escapar de su violento padre, era una espada
28:26de Damocles que pendía constantemente sobre su cabeza. Sabía que, si Federico la traicionaba,
28:34si revelaba su paradero, su padre no dudaría en buscarla y arrastrarla de vuelta al infierno del
28:39que había huido. Y las represalias, lo sabía bien, serían terribles. Sus temores, hasta ahora una sombra
28:49persistente en el fondo de su mente, se materializaron de la forma más abrupta y aterradora posible.
28:56Su hermano, un joven tan brutal y despiadado como su padre, apareció en el palacio.
29:04No entró por la puerta de servicio de forma discreta, lo hizo con una actitud desafiante,
29:09casi como si fuera el dueño del lugar, preguntando por ella con una sonrisa torva que a Vera se
29:15le antojó la antesala de una pesadilla.
29:17Lope, el cocinero, que se había convertido en su protector y confidente, fue el primero en verlo.
29:27El pánico se apoderó de él. Conocía la historia de Vera, había visto las cicatrices, no solo las
29:33físicas, sino las que llevaba grabadas en el alma. La idea de que ese hombre pudiera ponerle las manos
29:40encima le revolvía las entrañas. Actuó por instinto, buscó a Vera, la encontró en la lavandería,
29:48ajena a la amenaza que se cernía sobre ella.
29:51Vera, tienes que esconderte. Ahora, le susurró, agarrándola del brazo con urgencia.
30:01La expresión de pánico en el rostro de Lope fue suficiente. Vera no necesitó preguntar.
30:07El color desapareció de sus mejillas y un temblor incontrolable se apoderó de su cuerpo.
30:13¿Está aquí? Logró preguntar, con la voz ahogada. Tu hermano. Está en el patio, preguntando por ti.
30:24No podemos dejar que te encuentre. Vamos. Lope la guió a través de pasadizos de servicio,
30:30buscando un escondite seguro, un lugar donde la sombra de su pasado no pudiera alcanzarla.
30:37Mientras corrían, el miedo de Vera era un ente vivo, un monstruo que le susurraba al oído que
30:42no había escapatoria, que su padre siempre la encontraría. Lope intentaba tranquilizarla,
30:50pero sus propias manos temblaban. Temía que todo acabara en una tragedia. Sabía que el hermano de
30:57Vera no era un hombre con el que se pudiera razonar. Era la encarnación de la violencia
31:02que la había perseguido toda su vida, y su presencia en la promesa era una declaración de
31:07guerra, una guerra que Lope temía no poder ganar.
31:09La gestión de la búsqueda de Ángela se estaba convirtiendo en una fuente de creciente frustración
31:17para Alonso. El marqués, aunque ocupado con mil frentes abiertos, no era ciego a la ineficacia
31:25de Cristóbal. Percibía la tensión entre el servicio, escuchaba los murmullos de descontento
31:32y, sobre todo, veía la falta de resultados. Algo no marchaba bien. Su instinto le decía
31:40que el enfoque del mayordomo era erróneo, demasiado burocrático, demasiado falto de
31:45empatía. Su sospecha se vio confirmada de la forma más inesperada. En una conversación
31:52casual, Petra, la doncella personal de la marquesa Cruz y una mujer cuya lealtad a la
31:58familia era incuestionable, dejó caer un comentario mordaz sobre la gestión impecable
32:03de Cristóbal, cargado de un sarcasmo que no pasó desapercibido para Alonso. Poco después,
32:10se cruzó con Pía Adarre, el ama de llaves, cuyo rostro reflejaba una preocupación que
32:15iba más allá del simple deber.
32:19Contacto, Alonso la interrogó, y Pía, aunque rehacia a criticar a un superior, no pudo ocultar
32:25su frustración por los métodos del mayordomo, su negativa a escuchar las sugerencias de
32:30quienes conocían el terreno y a la gente del lugar. Dos mujeres tan diferentes, Petra
32:37y Pía, coincidiendo en su valoración negativa de Cristóbal. Para Alonso, fue la señal definitiva
32:45de que debía intervenir. La vida de una joven estaba en juego, y no podía permitirse el
32:50lujo de mantener al mando a un hombre que, claramente, no estaba a la altura de las
32:55circunstancias. Tomó una decisión drástica, una de esas decisiones que marcan un antes y
33:02un después. Convocó al personal de servicio en el salón principal, un acto inusual que
33:09llenó a todos de expectación y nerviosismo. Cristóbal se encontraba allí, erguido y orgulloso,
33:17ajeno a la tormenta que estaba a punto de descargar sobre él. Cuando todos estuvieron
33:24reunidos, Alonso habló. Su voz, grave y autoritaria, resonó en el silencio del salón.
33:31He convocado esta reunión porque la situación con la señorita Ángela es insostenible.
33:38El tiempo corre en nuestra contra, y los esfuerzos realizados hasta ahora han demostrado ser
33:44insuficientes. Hizo una pausa, y sus ojos se posaron, fríos y duros, sobre el mayordomo.
33:53Señor Cristóbal, agradezco su dedicación, pero sus métodos no están dando los frutos esperados.
34:01Cristóbal palideció. Una humillación pública. El marqués lo estaba desacreditando delante de
34:06todos los que estaban bajo su mando. Por lo tanto, continuó Alonso, implacable. He decidido relevarlo
34:15del mando de la búsqueda. Un murmullo de sorpresa recorrió la sala. Cristóbal abrió la boca para
34:22protestar, pero la mirada de Alonso lo silenció. A partir de este momento, declaró el marqués,
34:30su voz adquiriendo una nueva fuerza. La búsqueda de Ángela estará bajo el mando del señorito
34:35Curro de la Mata. Todas las cabezas se giraron hacia Curro, que se quedó petrificado por la
34:42sorpresa. Él, al mando, era una responsabilidad enorme, pero también un voto de confianza que lo
34:50llenó de una determinación feroz. Vio la mirada de aprobación de María, la de sorpresa de sus tíos,
34:58y la de puro odio de Cristóbal. Estoy convencido, concluyó Alonso, de que su conocimiento de estas
35:06tierras, su juventud y su vínculo personal con la desaparecida lo convierten en la persona idónea
35:12para encontrarla. Confío en que todos le prestarán la misma obediencia y colaboración que me prestarían
35:19a mí mismo. La decisión estaba tomada. El marqués había lanzado su órdago, cambiando las reglas del
35:27juego en un movimiento audaz e inesperado. Para Cristóbal, la humillación fue insoportable.
35:35Ser desplazado, y además por un joven al que consideraba un advenedizo impulsivo,
35:41fue un golpe devastador para su orgullo. Se retiró del salón con la poca dignidad que le quedaba,
35:48pero por dentro, era un volcán de rabia y resentimiento. Se sentía apartado, menospreciado.
35:57Su autoridad, que tanto se había esforzado en construir, se había desmoronado en un instante.
36:04Mientras caminaba por los pasillos que antes recorría con aire de suficiencia, sus inseguridades,
36:10siempre latentes bajo su fachada de control, emergieron con una fuerza arrolladora.
36:14Se sentía un extraño en esa casa, un intruso. Y en medio de esa tormenta de emociones,
36:23un pensamiento oscuro y perturbador comenzó a tomar forma en su mente, una idea tan inquietante
36:28como insidiosa. Pensó en Ángela, en su desaparición, en la desesperación de Leocadia, y de repente,
36:36un recuerdo, un fragmento de una conversación lejana, una mirada, un gesto. Las piezas comenzaron
36:44a encajar en su cabeza de una forma retorcida y alarmante. La obsesión de Leocadia por proteger
36:51a la niña, su propia y extraña conexión con la institutriz en el pasado. Un sudor frío recorrió
36:58su espalda, se detuvo frente a un espejo, pero el hombre que le devolvía la mirada era un desconocido,
37:04con los ojos desorbitados por una sospecha monstruosa.
37:07Y si, la pregunta se abrió paso en su mente, venenosa y terrible. Y si la razón por la que
37:15todo esto le afectaba de una manera tan profunda, la razón por la que sentía una extraña conexión
37:21con todo este asunto, no era solo por deber profesional. Y si en realidad él fuera el padre
37:27de Ángela, la sospecha, una vez formulada, se aferró a él con la fuerza de una certeza.
37:36Amenazaba con cambiarlo todo, con reescribir su pasado y destrozar su futuro. Herido en su
37:42orgullo y consumido por la duda, Cristóbal se encontraba ahora al borde de un precipicio
37:46personal, uno mucho más peligroso que cualquier intriga palaciega.
37:50Y en el fondo de ese abismo, la verdad sobre Ángela esperaba, lista para devorarlos a todos.
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