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  • hace 7 meses
Transcripción
00:00¿Qué tal hermanos? Es un gusto saludarlos de nuevo. En la clase de hoy vamos a iniciar
00:18conociendo el don del temor de Dios. Primeramente vamos a hablar de la correspondencia de los
00:27dones. Santo Tomás enseña que todos los dones del Espíritu Santo están vinculados entre
00:34sí, de tal modo que se potencian mutuamente. El don de fortaleza, por ejemplo, ayuda al
00:42de consejo y éste abre camino al don de ciencia, etc. Y a su vez, todos los dones están vinculados
00:52con la caridad teologal. A esa doctrina muy firme añade el doctor común otras explicaciones
01:01más opinables, en las que señala que hay también una especial correspondencia entre cada una
01:10de las virtudes y los dones del Espíritu Santo, que vienen a perfeccionarlas en su ejercicio.
01:17Escala ascendente de los dones. Todos los dones del Espíritu Santo son perfectísimos. Evidentemente,
01:31sin embargo, la tradición teológica y espiritual suele ver en ellos una escala ascendente de menor
01:39a mayor excelencia. En la base pone el temor de Dios y en la cumbre el don de sabiduría. Notemos por
01:49último, antes de examinar uno a uno los diferentes dones del Espíritu Santo, que todos ellos, aunque
01:57sean hábitos infusos distintos, son participaciones en un mismo y solo espíritu que obra así en el
02:06hombre al modo divino. El apóstol Pablo expresa esto en palabras muy breves, pero muy exactas. Hay
02:16diversidad de dones, pero uno solo es el Espíritu. Primera de Corintios 12, 4. Pero si observamos en la
02:29palabra de Dios, el último don es la premisa para llegar al primero. Lo vemos en Proverbios,
02:39capítulo 9, verso 10. El comienzo de la sabiduría es el temor de Yahvé. Conocer al santo es inteligencia.
02:49El don del temor de Dios. El don del temor de Dios intensifica y purifica todas las virtudes
03:00cristianas. Veamos su fundamento en las sagradas escrituras. La Biblia inculca desde el principio
03:10a los hombres el santo temor de Dios. Y ahora Israel, ¿qué te pide Yahvé tu Dios? Sino que temas a
03:22Yahvé tu Dios, siguiendo todas sus directrices, amándolo, sirviendo a Yahvé tu Dios con todo tu corazón y con
03:33toda tu alma, guardando los mandamientos de Yahvé y sus preceptos que yo te prescribo hoy para que te vaya
03:43bien. Esto lo vemos en Deuteronomio, capítulo 10, desde los versos 12 al 13. En este texto y en otros
03:57muchos semejantes, se aprecia cómo el temor de Dios implica en la escritura veneración, obediencia y
04:07sobre todo amor. El don de temor es un hábito sobrenatural por el que el cristiano, por obra del
04:17Espíritu Santo, teme sobre todas las cosas ofender a Dios. Separarse de él, aunque sea, solo sea un
04:27poco y desea someterse absolutamente a la voluntad divina. Dios es a un tiempo amor absoluto y Señor
04:39total. Debe, pues, ser al mismo tiempo amado y reverenciado. No es, por supuesto, el don de temor de
04:51Dios, un temor servil por el que se pretende guardar fidelidad al Señor, única o principalmente por
05:00temor al castigo. Para que el temor de Dios sea don del Espíritu Santo, ha de ser un temor filial que se
05:10inspira en el amor a Dios. Es decir, en el horror a ofenderle. El don de temor de Dios intensifica y
05:21purifica todas las virtudes cristianas. Pero algunas de ellas, como veremos ahora, están más directamente
05:31relacionadas con él. Veamos. El temor de Dios y la esperanza. El temor de Dios y la esperanza enseñan al
05:41hombre a fiarse solamente de Dios y a no poner la confianza en las criaturas. En sí mismo, en otros, en las
05:51ayudas que puede recibir. Por eso, aquel que verdaderamente teme a Dios, es el único que no teme a nada en este
06:02mundo, ya que mantiene siempre en esta la esperanza. El justo no temerá las malas noticias, pues su corazón
06:13está firme en el Señor. Su corazón está seguro, sin temor. Eso lo vemos en el Salmo 112, en los
06:23versículos 7 y 8. En realidad, no hay para él ninguna mala noticia, pues habiendo recibido el Evangelio, la
06:34buena noticia, ya está seguro de que todas las noticias son buenas. Ya sabe ciertamente que todo
06:42colabora para el bien de los que aman a Dios. Por eso, cuando el cristiano está asediado entre tantas
06:53adversidades del mundo, se dice, levanto mis ojos a los montes, ¿de dónde me vendrá el auxilio? Y concluye,
07:03el auxilio me viene del Señor que hizo el cielo y la tierra. Lo encontramos en el Salmo 121, en los
07:11versículos 1 y 2. Vamos a hablar del temor de Dios y la templanza. El temor de Dios y la templanza
07:20libran al cristiano de la fascinación de las tentaciones, pues el temor sobrehumano de ofender
07:28al Señor aleja de toda atracción pecaminosa, por grande que sea la atracción y por mínimo que sea
07:37el pecado. Para pecar, hace falta mantener ante Dios un atrevimiento que el temor de Dios elimina
07:46totalmente. El temor de Dios fomenta la virtud de la religión, lleva a venerar a Dios y a todo lo
07:54sagrado, es decir, a tratar con respeto y devoción todas aquellas criaturas especialmente dedicadas a la
08:04manifestación y a la comunicación del santo. Quien habla de Dios o se comporta en el templo, por ejemplo,
08:13sin el debido respeto, no está bajo el influjo del don de temor de Dios. En efecto, hemos de permitir que
08:21Dios nos habite y nuestra respuesta es el santo temor. Por eso, nosotros que recibimos un reino
08:31inconmovible, hemos de mantener la gracia y mediante ella ofrecer a Dios un culto que le sea grato,
08:40con respeto y reverencia, pues nuestro Dios es fuego devorador. Lo encontramos en la carta a los
08:48hebreos, capítulo 12, en los versículos 28 y 29, fuego devorador. El mismo verbo divino encarnado,
08:57Jesucristo nos da el ejemplo de esto, pues Cristo, después de haber ofrecido en los días de su vida
09:06mortal ruegos y súplicas con poderoso clamor y lágrimas al que podía salvarlo de la muerte, fue escuchado
09:16por su actitud reverente. Y aunque era hijo, aprendió la obediencia a través del sufrimiento. De este modo,
09:27alcanzada la perfección, se convirtió en causa de salvación eterna para todos los que le obedecen.
09:35Lo vemos también en la carta a los hebreos, capítulo 5, en los versículos del 7 al 9.
09:43El temor de Dios y la humildad. El temor de Dios, en fin, nos guarda en la humildad, que solo es
09:53perfecta, como fácilmente se entiende en aquellos que saben humillarse bajo la poderosa mano de Dios.
10:04Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que llegada la ocasión, os ensalce. Primera de
10:12Pedro, capítulo 5, versículo 6. El que teme a Dios no se engríe, no se atribuye los bienes que hace,
10:21ni tampoco se revela contra él en los padecimientos. Por el contrario, se mantiene humilde y paciente.
10:29El don de temor, como hemos dicho, es el menor de los dones del Espíritu Santo.
10:35El principio de la sabiduría es temor del Señor. Proverbios 1, 7. Es cierto, pero aún siendo el menor,
10:47posee en el Espíritu Santo una fuerza maravillosa para purificar e impulsar todas las virtudes cristianas,
10:56las ya señaladas, y también muchas otras, como fácilmente se comprende la castidad y el pudor,
11:06la perseverancia, la mansedumbre y la benignidad con los hombres.
11:12El espíritu de temor ha de ser, pues, inculcado en la predicación y en la catequesis con todo aprecio.
11:21¡Gracias!
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