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  • hace 7 meses
Transcripción
00:00Bienvenidos de nuevo hermanos y hermanas, ya estamos avanzando en este camino del conocimiento
00:20del Espíritu Santo, sus dones y carismas. En esta sesión hablaremos del don de ciencia.
00:30Iniciemos, el don de ciencia perfecciona la virtud de la fe, dando a esta una luminosidad
00:40de conocimiento al modo divino. Veamos que nos dice la Sagrada Escritura al respecto.
00:48Si el Espíritu Santo, por el don de ciencia, produce una lucidez sobrehumana para ver las
00:56cosas del mundo, según Dios, es indudable que en Jesucristo se da en forma perfecta.
01:04Jesús conoce a los hombres, a todos, a cada uno, en lo más secreto de sus almas.
01:12Los conocía a todos y no necesitaba informes de nadie, pues él conocía al hombre por dentro.
01:19Esto lo vemos en Juan capítulo 2, de los versículos 24 al 25.
01:26Incluso, inmerso en el curso de los acontecimientos temporales, entiende y prevé cómo se irán
01:35desarrollando y en concreto conoce los sucesos futuros, incluyendo aquellos que están en orden
01:44de su misión salvadora. Así, predice su muerte, su resurrección, su ascensión, la devastación
01:54del templo y varios otros sucesos contingentes, a veces hasta en sus detalles más mínimos,
02:03incluso acontecimientos sucesivos. Yo os he dicho estas cosas para que cuando llegue la hora,
02:12os acordéis de ellas y de que yo os las he dicho. Juan 16, 4.
02:20Por el don de ciencia, en efecto, descubre el cristiano la hermosura del mundo visible,
02:27su dignidad majestuosa, que es reflejo de Dios y anticipo de las realidades definitivas.
02:34Y al mismo tiempo, descubre su vanidad, es decir, su condición creatural, transitoria, efímera
02:45y también pecadora. Este segundo aspecto, la apresurada transitoriedad de todo el mundo visible,
02:55tiene muchos testimonios en las páginas de la Biblia.
02:57Nosotros no ponemos nuestros ojos en las cosas visibles, sino en las invisibles, pues las visibles
03:06son temporales, las invisibles eternas. Segunda de Corintios 4, 18.
03:13En esta visión del don de ciencia, no hay ningún desprecio por las criaturas del mundo visible.
03:20Digamos más bien que hay un menosprecio. Ante la plenitud del ser divino, lleno de bondad,
03:30hermosura y amor, las criaturas aparecen en toda su precariedad congénita.
03:39Al salir el sol, al manifestarse en su plenitud, desaparecen las estrellas.
03:45A esta luz del don de ciencia, qué ridículo resulta decir que hay que partir de la realidad
03:52cuando esta expresión se emplea como si Dios, las escrituras, la fe, los sacramentos
04:02fueran entidades abstractas, mientras que la verdadera realidad, la realidad real, sería
04:11el mundo visible. Quienes así piensan, o al menos sienten, son vanos. No tienen ciencia
04:20ni de Dios, ni del mundo. No entienden nada. Son vanos por naturaleza todos los hombres que
04:29carecen del conocimiento de Dios y por los bienes que gozan, no alcanzan a conocer al que
04:37es la fuente de ellos. Y por la consideración de las obras, no llegan a conocer a su artífice.
04:46Nos dice, de una manera muy rica, Sabiduría 13.1. Por el contrario, el don de ciencia hace
04:55que el mundo visible transparente a aquel mundo invisible, al que es plenamente real y a él
05:06quede continuamente referido. Adviértase, en todo caso, que, en modo alguno, el don de ciencia
05:15implica una visión maniquea de las criaturas, como si éstas, por serlo, fueran entidades degradadas
05:25e intrínsecamente malas. Por el contrario, el mundo creado es revelación de la bondad
05:34y de la hermosura de Dios, pues lo invisible de Dios, su eterno poder y divinidad, son conocidos
05:42mediante las criaturas. El don de ciencia, por otra parte, descubre al cristiano la verdad
05:52del mundo, librándole así de la mentira del mundo, que no solamente envuelve y ciega
06:00a los hombres carnales, sino que incluso engaña en no pocas cuestiones hasta a los hombres
06:08virtuosos. Estos, aunque sea en grados mínimos, aún están con frecuencia condicionados por
06:17la época y circunstancias en que viven. Pues bien, el don de ciencia, por obra del Espíritu
06:26Santo, da al cristiano una facilidad simple y segura para conocer de verdad el mundo presente
06:35y todas sus mentiras. Solamente así puede el cristiano participar plenamente del señorío
06:45de Cristo sobre el mundo. Solamente así puede vivir en el mundo sin ser del mundo. Ahora bien,
06:55sin esta libertad del mundo no puede darse en el cristiano la perfección de la santidad. Por
07:05eso dice el apóstol San Pablo que ya no seamos niños que fluctúan y se dejan llevar de todo
07:14viento de doctrina por el engaño de los hombres, que para engañar emplean astutamente los artificios
07:22del error. Esto lo vemos en la carta del apóstol San Pablo a los Efesios, capítulo 4, versículos
07:3012 al 14. El don de ciencia, por otra parte, es un don que el Espíritu Santo da y que da
07:38especialmente a los humildes, no a los soberbios que se fían de sus propios juicios y saberes.
07:45Nuestro señor Jesucristo, en primer lugar, no era un hombre de cultura académica y sin
07:54embargo estaba pleno de ciencia espiritual. Y la gente se preguntaba, ¿de dónde le viene
08:02esto y qué sabiduría es esta que se le ha comunicado? ¿No es este el carpintero? Lo
08:10vemos en Marcos 6, del 2 al 3. Profundicemos en la reflexión del don de ciencia.
08:19El don de ciencia es un hábito sobrenatural infundido por Dios con la gracia santificante
08:28en el entendimiento del hombre para que por obra del Espíritu Santo juzgue rectamente con
08:38lucidez sobrehumana acerca de todas las cosas creadas, refiriéndolas siempre a su fin
08:45sobrenatural. Por tanto, en la consideración del mundo visible, el don de ciencia perfecciona
08:56la virtud de la fe, dando a ésta una luminosidad de conocimiento al modo divino. Según esto,
09:07el hábito intelectual del don de ciencia es muy distinto de la ciencia natural, que a
09:14la luz de la razón conoce las cosas por sus causas naturales, próximas o remotas. Es
09:23también diverso de la ciencia teológica, en la que la razón discurre iluminada por la
09:30fe acerca de Dios y del mundo. El don de ciencia conoce profundamente las cosas creadas sin trabajo
09:41discursivo de la razón y de la fe, sino más bien por una cierta connaturalidad con Dios. Es decir,
09:50por obra del Espíritu Santo con rapidez y seguridad al modo divino. Ve y entiende con facilidad la vida
10:02presente en referencia continua a su fin definitivo, la vida eterna. El don de ciencia, pues, trae consigo a un
10:13tiempo dos efectos que no son opuestos, sino complementarios. De un lado, produce una
10:23dignificación suprema de la vida presente, pues las criaturas se hacen ventanas abiertas a la
10:31contemplación de Dios y todos los acontecimientos y acciones de este mundo, con frecuencia tan
10:39contingentes, tan precarios y triviales, se revelan, por así decirlo, como causas productoras de efectos
10:49eternos. Y de otro lado, al mismo tiempo, el don de ciencia muestra la vanidad del ser de todas las
10:59criaturas y de todas sus vicisitudes temporales, comparadas con la plenitud del ser de Dios y de la
11:08vida eterna. Hoy, más que nunca, todos los cristianos, los niños y los jóvenes, los novios y los
11:18matrimonios, los profesores, los políticos, los hombres de negocio, los párrocos, los religiosos, los
11:26obispos y los teólogos necesitan, necesitamos absolutamente del don de ciencia para que sus
11:35mentes dóciles a Dios queden absolutamente libres de los condicionamientos envolventes del mundo en
11:43que viven. Si pensamos que un cirujano padece ofuscaciones frecuentes en la vista o que un
11:53conductor de autobús que sufre de vez en cuando mareos y desvanecimientos, no están en condiciones
12:00de ejercer su oficio. De modo semejante, habremos de estimar que aquellos que reciben importantes
12:08responsabilidades de gobierno, si no poseen suficientemente el don de ciencia, causarán
12:15sin duda grandes males en la sociedad y en la iglesia.
12:45Gracias.
13:15Gracias.
13:16Gracias.
13:17Gracias.
13:18Gracias.
13:19Gracias.
13:20Gracias.
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