El asesinato de Efraín Juárez, de 46 años, por disparos de la fuerza pública durante un operativo, se convierte en el símbolo más doloroso de la violenta represión estatal en Ecuador. Comunidades de Imbabura y Pichincha denuncian allanamientos, detenciones arbitrarias y uso desmedido de la fuerza, incluyendo ataques con gases en zonas pobladas. Pese a la magnitud de las protestas contra la eliminación del subsidio a los combustibles, el gobierno insiste en calificarlas como actos terroristas, justificando el despliegue militar. teleSUR
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