💥 Valle Salvaje Capítulo 294 – La tensión estalla entre Dámaso y José Luis en una conversación que lo cambia todo.
Verdades ocultas, traiciones pasadas y un secreto sobre Victoria salen a la luz en este encuentro lleno de rabia y culpa.
😱 En este avance exclusivo, dos hombres enfrentados por la sangre, el poder y el perdón se dicen lo que el valle entero callaba.
👑 Personajes principales: Dámaso, José Luis, Victoria, Mercedes, Rafael, Adriana y Úrsula.
⚡ Un episodio explosivo, cargado de revelaciones, ira y confesiones imposibles.
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#ValleSalvaje #Dámaso #JoséLuis #ConversaciónExplosiva #AvanceValleSalvaje #TVNRevisar #Telenovela #Drama #Avance294 #Confesión #Verdades
Verdades ocultas, traiciones pasadas y un secreto sobre Victoria salen a la luz en este encuentro lleno de rabia y culpa.
😱 En este avance exclusivo, dos hombres enfrentados por la sangre, el poder y el perdón se dicen lo que el valle entero callaba.
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CortometrajesTranscripción
00:00Victoria tendría que haberle contado que sabía desde el principio que me era infiel con usted.
00:05Sí, don José Luis, lo sabía, y he venido para vengarme, para hacerle pagar por todo lo que me ha robado.
00:14El sol ascendía lentamente sobre Valle Salvaje, derramando una luz dorada sobre las tierras que por fin parecían encontrar reposo.
00:23El aire era distinto, más limpio, como si la tierra misma hubiera perdonado.
00:30Los secretos, las culpas y las muertes que durante años habían envenenado el valle quedaban ahora atrás.
00:39Sepultados junto al orgullo de una familia que confundió el poder con la eternidad,
00:45Mercedes caminaba sola entre los viñedos, el bastón hundiéndose en la tierra húmeda a cada paso.
00:51El silencio la envolvía, pero no era un silencio de soledad, sino de cierre.
00:58Todo vuelve a su lugar, murmuró, recordando las palabras de Pilara.
01:03Nada se escapa a la verdad.
01:06Desde la colina vio a Rafael y Adriana supervisando a los jornaleros.
01:11Él ya no vestía como noble, sino como hombre del campo.
01:15Sus manos, antes finas, estaban curtidas por el trabajo.
01:19El valle renacerá desde abajo, había dicho, y lo estaba cumpliendo.
01:27En la casa pequeña, Ruisa enseñaba a leer a los niños del pueblo, con Pepa a su lado.
01:33La luz que entraba por las ventanas iluminaba sus rostros tranquilos.
01:38Por fin, las hermanas habían encontrado un hogar donde el amor no dolía.
01:44Matilde y Atanasio, casados en secreto meses atrás, cuidaban el oratorio, ahora abierto para todos.
01:53Cada domingo, el sonido de las campanas recordaba que incluso los lugares marcados por el pecado
01:59podían convertirse en refugio de paz.
02:02Al caer la tarde, Mercedes encendió una vela frente al retrato de Pilara y susurró
02:09—Descansa, hermana.
02:12¿El valle te pertenece otra vez?
02:15Afuera, el viento soplaba entre los árboles, trayendo consigo un murmullo antiguo, casi como una plegaria.
02:22Nada florece donde reina el orgullo, pero donde la verdad germina, hasta las ruinas pueden dar fruto.
02:31Y así, Valle salvaje renació, purificado por el fuego de sus propios pecados.
02:38El cuerpo de José Luis fue velado esa misma noche en la capilla de la Casa Grande.
02:44Afuera, la tormenta había cesado, y un manto de niebla cubría los viñedos como si el propio valle quisiera ocultar su vergüenza.
02:52Los criados entraban en silencio, encendiendo velas una a una.
02:58Sus sombras se alargaban sobre las paredes, danzando al compás del viento.
03:03Mercedes se mantuvo de pie junto al ataúd, inmóvil, con los ojos fijos en el rostro sereno del duque.
03:10En su expresión ya no había soberbia, solo cansancio.
03:15Tanto poder, murmuró, y al final murió como todos los hombres, solo y arrepentido.
03:23Adriana, a su lado, sostenía un rosario.
03:27¿Cree que Dios lo perdonará?
03:30Mercedes suspiró.
03:31Dios no guarda rencor, hija, pero el valle, sí.
03:37¿Y ese castigo será eterno?
03:40Rafael se acercó lentamente.
03:43Había llorado en silencio todo el día, sin hallar consuelo.
03:46Padre no merecía morir así, dijo con la voz quebrada.
03:52Mercedes lo miró con compasión.
03:54Tal vez era la única manera de poner fin a tanto dolor.
03:59Y Victoria, preguntó Adriana.
04:02¿Dónde está?
04:03Nadie la ha visto, respondió Rafael.
04:07Dicen que partió hacia el norte, sola, sin equipaje.
04:12Algunos la vieron cruzar el río antes del amanecer.
04:16Mercedes cerró los ojos un instante.
04:20Entonces huye de nuevo.
04:23Pero la culpa es una sombra que no se pierde ni con el exilio.
04:28En ese momento, Pepa entró en la capilla, con la mirada baja.
04:34Detrás de ella venía Luisa, pálida, delgada, pero libre al fin.
04:40Al verla, Mercedes no pudo contener las lágrimas.
04:45Hija mía, Luisa se arrodilló frente al ataúd.
04:49Que el Señor lo reciba en paz, aunque su paz haya costado tantas vidas.
04:55Rafael se inclinó hacia ella.
04:57Mi padre fue culpable, pero también víctima del mismo veneno que consumió a todos en este lugar.
05:04El poder.
05:06Luisa lo miró con ternura.
05:08El poder solo corrompe cuando no hay amor que lo redima.
05:14En el fondo de la capilla, Matilde y Atanasio observaban en silencio.
05:20Sus manos entrelazadas hablaban por ellos.
05:22Habían sobrevivido al escándalo, al desprecio, y ahora eran testigos del final de una era.
05:31Mercedes se volvió hacia los presentes.
05:34El linaje Galvez de Aguirre ha caído, pero el valle sigue de pie.
05:39No dejemos que el amor, la verdad y la justicia sean ahora quienes gobiernen estas tierras.
05:49Las palabras resonaron en el silencio, firmes y serenas.
05:55Adriana encendió una última vela.
05:57Por Pilara, por Isabel, por Damaso, por todos los que murieron por culpa de la mentira,
06:04Rafael la observó, conmovido.
06:07Y por los que aún estamos aquí, intentando reconstruir lo que ellos destruyeron,
06:13afuera el viento soplaba con una calma nueva.
06:17Los primeros rayos del amanecer atravesaron los vitrales, iluminando el rostro de Luisa, que lloraba en silencio.
06:27Mercedes colocó una mano sobre su hombro.
06:30Tu hermana puede descansar en paz ahora, Pepa.
06:33Todo ha terminado.
06:36Pepa asintió, abrazando a Luisa.
06:39No, señora, todo apenas comienza.
06:44Tendremos que aprender a vivir sin miedo.
06:47Rafael se acercó al altar y dejó sobre él el anillo de su padre.
06:52Que el valle recuerde lo que costó su redención, dijo con solemnidad.
06:58La campana de la capilla sonó tres veces.
07:01Las aves despertaron entre los viñedos.
07:05Afuera, el sol se alzaba sobre valle salvaje.
07:09Cubriendo los campos con una luz tibia, como una promesa,
07:14Mercedes observó el horizonte y murmuró.
07:17Por fin, Pilara, por fin.
07:20El eco de su voz se perdió entre los árboles.
07:24Y el valle, después de tanto dolor, volvió a respirar.
07:28El aire del oratorio estaba cargado de un perfume denso,
07:32mezcla de incienso antiguo y humedad, como si el tiempo mismo se hubiese detenido allí.
07:37Victoria permanecía de pie frente al altar.
07:42Con la mirada fija en el crucifijo, no rezaba.
07:47Sabía que Dios ya no la escuchaba.
07:50Cada palabra suya era una negociación perdida,
07:54una súplica que se ahogaba entre los pecados que había cometido.
07:58La puerta se abrió sin aviso.
08:01El chirrido del metal rompió el silencio solemne y su cuerpo se tensó.
08:08No necesitó volverse para saber quién era.
08:11«Pensé que este lugar era solo para los muertos», dijo Damaso,
08:15su voz rasposa, impregnada de rencor.
08:19Victoria respiró hondo antes de girarse.
08:21«¿Y tú, por lo visto, has regresado de entre ellos?»
08:27Él avanzó unos pasos, apoyándose en su bastón.
08:31Su mirada era dura, pero detrás del odio había un brillo de dolor.
08:36«No vine a discutir rezos, Victoria.
08:39Vine por respuestas».
08:42Ella sonrió con ironía.
08:44«Tarde como siempre, las respuestas ya no cambian nada».
08:48«Sí cambian», replicó él, con un tono bajo pero feroz.
08:54«¿Porque siguen vivos quienes aún pueden sufrir por tus mentiras?»
08:59Victoria se acercó lentamente, la falda arrastrándose sobre las losas frías.
09:05«Dices eso como si tú fueras un santo».
09:08«Pero no olvides que tu silencio también fue mi salvación».
09:13Damaso apretó los dientes.
09:15«No me provoques, yo callé por amor, no por cobardía.
09:20Y tú, tú me pagaste con traición».
09:24Victoria levantó el mentón, desafiante.
09:27«No me culpes por tus ilusiones».
09:31Lo nuestro fue un error desde el principio.
09:34Dos corazones llenos de orgullo.
09:36No pueden amar sin destruirse.
09:39Amor, río damaso con amargura.
09:41«¿A eso llamas amor?
09:44Lo que tú hiciste fue usarme.
09:47Me necesitabas para acercarte a él, al duque José Luis.
09:52Lo planeaste todo.
09:54Incluso antes de casarte conmigo, el silencio cayó como un golpe seco.
10:00Victoria no lo negó.
10:02Solo lo miró con una serenidad helada.
10:05«¿Entonces, al fin lo entiendes?»
10:08Dijo.
10:09«Sí, te utilicé.
10:12Pero no porque te odiara, sino porque quería vivir.
10:16Porque en este valle los débiles mueren.
10:18Damaso.
10:20Y tú fuiste mi escalera».
10:22Damaso se acercó tanto que el aliento de ambos se mezcló.
10:26«Y esa escalera», murmuró, «fue la que te llevará al infierno».
10:31Ella apartó la mirada, con un destello de fastidio.
10:36«No digas tonterías.
10:38El infierno ya está aquí.
10:40Se llama Valle Salvaje».
10:43Él rió, con un sonido seco y sin alegría.
10:47«Entonces, ¿qué arda contigo dentro?»
10:50La tensión se hizo insoportable.
10:54Damaso avanzó hacia el altar, apoyando la mano en el mármol.
10:58«¿Sabes qué es lo peor?
11:01Que a pesar de todo, aún no puedo odiarte completamente.
11:05Te miro y veo la mujer que una vez creí mía,
11:09la que me prometió fidelidad bajo esta misma cruz».
11:13Victoria lo observó con una sombra de tristeza que apenas se dejó ver.
11:18«Esa mujer murió hace mucho.
11:21La mataste tú cuando me negaste el perdón.
11:24Te negué la absolución porque mataste mi vida, Victoria», gritó él.
11:29«Y ahora te juro que no descansaré hasta ver cómo pierdes lo que más amas».
11:36Ella alzó una ceja.
11:38«¿Qué crees que amo aún?
11:40Todo lo que amé, lo destruí».
11:43Damaso la señaló con un dedo tembloroso.
11:47«¿No te atrevas a mentir?
11:50Aún amas el poder, amas tu apellido, amas verte por encima de los demás.
11:56Pero te juro que te arrancaré todo eso, pedazo a pedazo,
12:01hasta que no quede nada de la duquesa Salcedo».
12:04Victoria se acercó, susurrando.
12:07«Entonces tendrás que matar al valle entero.
12:10Si es lo que hace falta para verte caer, lo haré», respondió Damaso con voz firme.
12:19El reloj del oratorio marcó la hora.
12:22Los ecos metálicos llenaron la estancia como campanas de juicio.
12:27Victoria lo miró por última vez antes de girarse hacia el altar.
12:32«Vete, Damoshu.
12:34Esta guerra la empezaste tú, y yo sé cómo ganarla».
12:38Él la observó un instante más, el odio y la nostalgia devorándose mutuamente en su rostro.
12:45Luego salió sin decir palabra, dejando la puerta abierta.
12:50El viento entró y apagó una de las velas del altar.
12:54La llama moribunda parpadeó, y en la penumbra, la silueta de Victoria
12:59parecía la de un fantasma a punto de confesar sus pecados al vacío.
13:04Bárbara subía las escaleras de la casa pequeña con una cesta de flores en brazos.
13:11Había pasado la mañana ayudando en el jardín, intentando distraerse del caos que envolvía el valle.
13:17Pero ni el perfume de las rosas, ni el canto de los pájaros lograban apaciguar su mente.
13:24Desde la distancia, podía sentir cómo el aire se cargaba de tensión.
13:28Algo en el ambiente presagiaba tragedia.
13:32Al abrir la puerta del pasillo superior, escuchó voces.
13:37Reconoció una de inmediato, la de Matilde.
13:41La otra era de Atanasio.
13:44Bárbara se detuvo, dudando.
13:47Las risas entrecortadas, el tono íntimo de la conversación,
13:51la hicieron acercarse, sin querer.
13:53—¿Y si alguien nos ve? —susurraba Matilde, con un hilo de voz nervioso.
14:00—Déjalos hablar —respondió Atanasio con suavidad.
14:03—Ya no somos esclavos de sus prejuicios.
14:07—No me importa lo que digan.
14:09—Pero yo sí —replicó ella, apartándose ligeramente.
14:14—No entiendes lo que significa esto.
14:17Si la señora Victoria lo descubre, no la temo.
14:22—Te juro que si intenta hacerte daño, la enfrento.
14:26Bárbara retrocedió un paso, sin querer escuchar más.
14:31El corazón le latía con fuerza.
14:34Nunca imaginó que Matilde, la mujer más prudente y discreta de la casa,
14:39se atreviera a desafiar las reglas de la duquesa.
14:43Pero lo que la paralizó no fue la sorpresa, sino el miedo.
14:48Victoria no perdonaba ese tipo de traiciones.
14:52Cuando Matilde salió de la habitación, Bárbara fingió que apenas llegaba.
14:58—Oh, Matilde, ¿no sabía que estabas aquí?
15:01La mujer se sobresaltó, intentando recomponerse.
15:06—Sí, solo venía a dejar unas telas para la señora Mercedes.
15:10—Bárbara la observó, con dulzura.
15:14—No tienes que mentirme.
15:17—Te escuché.
15:18Matilde palideció.
15:20—Por favor, Bárbara, no llegas nada.
15:24Si Victoria se entera, me destruirá.
15:27Ya no tengo fuerzas para enfrentarla.
15:31—¿Por qué?
15:31¿Por amor?
15:32Matilde la miró fijamente.
15:35—Porque no solo está en juego, mi amor, sino mi vida.
15:40Bárbara dejó la cesta en el suelo.
15:43—Te juro que no llegas nada.
15:45Pero dime, ¿vale la pena tanto sufrimiento?
15:49Matilde respiró hondo, los ojos empañados.
15:52—No sé si vale la pena, pero sin él me siento vacía.
15:58—Entonces, ámalo —dijo Bárbara tomando sus manos.
16:02—No dejes que el miedo decida por ti.
16:06Ya hemos perdido demasiado por callar.
16:09Matilde sonrió con tristeza.
16:12—¿Hablas como alguien que conoce ese dolor?
16:16Bárbara bajó la mirada.
16:18—Lo conozco demasiado bien.
16:20Amar en silencio es un castigo que el corazón no olvida.
16:25Ambas quedaron en silencio, compartiendo el peso de las palabras.
16:30Afuera, el sol comenzaba a esconderse tras las montañas, tiñendo el cielo de rojo.
16:37El valle parecía un cuadro de paz, pero dentro de la casa, los secretos crecían como raíces venenosas.
16:44Esa noche, mientras todos dormían, Bárbara escribió una nota que guardó en su tocador.
16:52Matilde ama a Atanasio.
16:54—Si algo me ocurre, que se sepa que no fue pecado, sino amor.
16:59No lo hacía por traición, sino por precaución.
17:03Sabía de lo que Victoria era capaz cuando sentía que perdía el control.
17:07En la casa grande, Victoria bebía sola en su despacho.
17:13Había discutido con José Luis por enésima vez, y el recuerdo de Damaso la perseguía como una sombra.
17:21—Todos me traicionan —murmuró.
17:23—Todos.
17:24Su doncella entró con cautela.
17:28—Señora, ¿quiere que le prepare el baño?
17:31—No —respondió Victoria, levantándose con torpeza.
17:36—¿Saldré a momento?
17:38La noche la envolvió en silencio cuando cruzó el patio.
17:42A lo lejos, vio luces encendidas en la casa pequeña.
17:47—Mercedes —susurró con desprecio.
17:49—No descansarás hasta verme destruida.
17:52En el jardín, bajo un arco cubierto de enredaderas, se escuchaban risas contenidas.
18:00Victoria se detuvo y distinguió dos siluetas abrazadas, Matilde y Atanasio.
18:07El vaso que llevaba en la mano se hizo añicos contra el suelo.
18:12Matilde se separó, sobresaltada.
18:16—¿Quién está ahí?
18:17Victoria dio un paso adelante, su rostro iluminado por la luna.
18:24—¡Qué hermosa escena!
18:26La doncella de mi casa, besando al hijo bastardo de mi esposo.
18:30Atanasio se interpuso de inmediato.
18:33—No tiene derecho a juzgarnos.
18:36Victoria lo abofeteó.
18:39—¿No tengo derecho?
18:40—Esa mujer come del pan que yo pago.
18:44Matilde cayó de rodillas, suplicando.
18:47—Por favor, señora, no diga nada, se lo ruego.
18:52Victoria la observó con frialdad.
18:55—Tu suplitsa me aburre.
18:57Mañana todos sabrán quién eres y qué clase de desvergüenza alberga esta casa.
19:02Y sin esperar respuesta, se marchó, dejando tras de sí el eco de su sentencia.
19:10Matilde se quedó inmóvil, el rostro empapado en lágrimas.
19:14Atanasio la tomó entre sus brazos.
19:18—Te lo advertí, murmuró.
19:21—No le temas.
19:23Pero Matilde ya no escuchaba.
19:25En su mente solo resonaba una palabra.
19:29Destrucción.
19:30El amanecer trajo un aire de inquietud a la casa pequeña.
19:35Los criados susurraban en los pasillos, comentando que Victoria había sido vista de madrugada,
19:42merodeando por los jardines.
19:44Mercedes, al enterarse, comprendió de inmediato que algo grave se avecinaba.
19:50Su instinto, afinado por años de rivalidad con la duquesa, rara vez se equivocaba.
19:56En la cocina, Matilde trabajaba en silencio.
20:00Los ojos hinchados y la mirada perdida, Pepa entró con una cesta de pan recién horneado
20:05y la observó un momento antes de hablar.
20:08—No dormiste nada, ¿verdad?
20:11Matilde intentó sonreír.
20:13—No hace falta dormir cuando se ha perdido la paz.
20:18Pepa dejó la cesta sobre la mesa.
20:20—Te vi con Atanasio anoche.
20:23—No te preocupes.
20:24—No lo diré a nadie.
20:27Matilde levantó la vista, alarmada.
20:30—¿Me viste?
20:31—Sí —dijo Pepa suavemente.
20:34—Y también vi a la señora Victoria.
20:37—Se detuvo un largo rato antes de irse.
20:41—No creo que fuera casualidad.
20:44—El rostro de Matilde se tornó pálido.
20:47—Dios mío.
20:49—Pepa le tomó las manos.
20:51—Todavía hay tiempo.
20:54—Pídele ayuda a Mercedes.
20:56—Si alguien puede detener a esa mujer, es ella.
20:59—Antes de que Matilde respondiera, Adriana entró en la cocina, con un semblante preocupado.
21:07—Necesito hablar contigo, Matilde.
21:10—Es sobre Luisa.
21:12—Pepa se tensó de inmediato.
21:14—¿Mi hermana?
21:16—Adriana Dudú.
21:18—No debería contarte esto, pero Luisa está muy débil.
21:23—La prisión la está destruyendo.
21:25—Anoche tuve que insistir para que aceptara comer algo.
21:30—¿Matilde llevó una mano al pecho?
21:33—Dios mío.
21:35—Pepa dio un paso atrás, horrorizada.
21:37—¿Qué estás diciendo?
21:39—Adriana trató de calmarla.
21:42—No quise alarmarte.
21:44—Solo pensé que debía saberlo.
21:47—Pepa se oportó, temblando.
21:50—¿Cuánto tiempo lleva así?
21:52—¿Por qué me lo ocultaron?
21:53—Adriana intentó acercarse.
21:57—Pepa, por favor, cálmate.
22:00—No me digas que me calme, gritó la joven, con lágrimas en los ojos.
22:06—Mi hermana está muriendo y ustedes lo sabían.
22:10—Matilde la abrazó, tratando de contenerla.
22:14—Escúchame, pequeña.
22:17—Todo saldrá bien.
22:19—Alejo está moviendo influencias.
22:21—Mercedes también.
22:24—No pierdas la fe.
22:26—Pepa se soltó con brusquedad.
22:29—¿Fe?
22:30—La fe no sirve contra el poder de los duques.
22:34—La puerta se abrió de golpe.
22:37—Mercedes apareció, acompañada por Rafael.
22:41—¿Qué ocurre aquí?
22:43—Pepa se volvió hacia ella, llorando.
22:46—¿Usted lo sabía?
22:47—Sabía que Luisa se moría y me lo ocultó.
22:52—Mercedes intentó mantenerla con postura.
22:55—Pepa, no grites.
22:58—Hay cosas que es mejor manejar con cuidado.
23:01—¿Con cuidado?
23:03—replicó la muchacha.
23:04—¿Con rabia?
23:06—¿Cuánto cuidado tuvieron cuando la metieron en una celda por un crimen que no cometió?
23:11—Rafael intervino, con tono conciliador.
23:15—Pepa, entiendo tu dolor.
23:19—Estamos trabajando para liberarla, te lo juro.
23:22Pero ella ya no escuchaba.
23:25Salió corriendo por el pasillo, decidida a llegar al pueblo y exigir justicia por su cuenta.
23:32—¡Pepa, espera!
23:34—gritó Matilde, corriendo tras ella.
23:36—Pero fue inútil.
23:39La joven ya había desaparecido.
23:42Mercedes cerró los ojos un instante.
23:45—¿Esto no terminará bien? —murmuró.
23:49—El dolor la hará actuar sin pensar.
23:52Rafael se volvió hacia ella.
23:55—Déjeme ir tras ella.
23:57—Tal vez logre detenerla antes de que se enfrente con alguien que no debe.
24:01—¿No? —dijo Mercedes con firmeza.
24:05—Dírala.
24:06—A veces, la verdad necesita voces que griten lo que otros callan.
24:11Adriana miró a su tía con el ceño fruncido.
24:15—¿Y si la arrestan?
24:17Mercedes suspiró.
24:19—Entonces el valle sabrá que la justicia del duque no es más que un disfraz.
24:24Cada paso que damos en oscuridad nos acerca más a la luz.
24:29Rafael asintió.
24:31—Mi padre ya siente el peso de su culpa.
24:33No podrá sostener su fachada mucho tiempo más.
24:37En ese instante, un sirviente entró apresuradamente.
24:42—Señora Mercedes, llegó un mensaje del oratorio.
24:47—Es de Damaso.
24:48—Mercedes lo tomó, leyendo con rapidez.
24:52—Su expresión cambió.
24:55—Ha vuelto a Valles al Valle.
24:58—Y bien por José Luis.
25:00—El silencio se hizo denso.
25:03—Adriana palideció.
25:05—¿Por qué?
25:06—Porque la verdad no solo hiere, hija, respondió Mercedes, con voz baja.
25:13—También mata.
25:15Mientras tanto, Pepa descendía por el camino del río.
25:19Decidida a enfrentarse a quien fuera necesario, la lluvia empezaba a caer, fina pero constante,
25:26como si el cielo llorara por adelantado lo que aún estaba por venir.
25:30—En la casa grande, la tormenta se reflejaba en los ventanales del despacho del duque José Luis.
25:38Afuera, los relámpagos iluminaban los viñedos, y dentro, la penumbra parecía envolverlo todo.
25:46—El duque caminaba de un lado a otro, incapaz de concentrarse en los documentos que reposaban sobre el escritorio.
25:53Su mente era un laberinto de sombras.
25:56Mercedes, Pilara, Victoria y ahora Damaso, su viejo enemigo, que había regresado para ajustar cuentas.
26:04Rafael entró sin anunciarse.
26:07—Padre, tenemos que hablar.
26:09José Luis levantó la vista, cansado.
26:13—¿Otra vez con tus reproches?
26:15—No son reproches, son advertencias.
26:18—Dámaso está aquí, y no ha venido en son de paz.
26:24—El duque se tensó.
26:26—Lo imaginaba.
26:27—Pero no me intimida.
26:30—He lidiado con hombres más peligrosos.
26:33Rafael cruzó los brazos.
26:35—No es un hombre peligroso lo que te amenaza, padre.
26:39—Es la verdad.
26:41José Luis soltó una carcajada amarga.
26:44—Verdad, en este valle, la verdad es solo un arma en manos de quien sabe mentir mejor.
26:51—Y tú la has usado toda la vida, replicó Rafael, hasta convertirla en tu refugio.
26:58El duque se giró lentamente.
27:01—¿Tú no entiendes lo que es cargar con un apellido?
27:04—Este valle se sostiene gracias a mi silencio.
27:08—Si yo hablara, ¿el mundo que conoces se derrumbaría?
27:11—Rafael dio un paso al frente.
27:15—Entonces derrúmbalo, porque lo que sostienes no es poder, es podredumbre.
27:22José Luis acercó hasta quedar frente a él.
27:26—No te atrevas a juzgarme.
27:28Cuando tengas que elegir entre el honor y la supervivencia, sabrás de lo que hablo.
27:35La puerta se abrió bruscamente.
27:36Damaso apareció en el umbral, empapado por la lluvia.
27:42—No hace falta que lo explique, dijo, su voz grave resonando en el silencio.
27:48—Ya sé lo que elegiste.
27:51José Luis se volvió sorprendido.
27:54—¿Cómo te atreves a entrar así en mi casa?
27:58—Como un hombre que ya no teme a nada, respondió Damaso, avanzando con paso firme.
28:05—Ni a chi, ni a tus títulos, ni a tus pecados.
28:08Rafael trató de interponerse, pero Damaso lo detuvo con un gesto.
28:14—No vine a hablar con tu hijo.
28:16—Vine a mirarte a los ojos, José Luis, y recordarte lo que hiciste.
28:22—Baja la voz, exigió el duque.
28:25—No toleraré insolencias.
28:29—Insolencias.
28:30Damaso rió con desprecio.
28:32—Tú me robaste todo.
28:34—La tierra, el respeto, el amor de Pilara.
28:39—Me quitaste hasta el derecho de vengarme cuando la mataron.
28:43—José Luis apretó los puños.
28:46—No fui yo quien la mató.
28:49—No replicó Damaso.
28:50—Pero la dejaste morir.
28:53—¿Sabías que Victoria la odiaba?
28:55—Sabías que la envenenaba poco a poco, y preferiste callar.
29:00—El duque palideció.
29:02—Cálote.
29:04—No lo haré, rugió Damaso.
29:07—Porque mientras tú brindabas en tus banquetes, ella agonizaba.
29:11—¿Y todo para proteger tu nombre?
29:14Rafael observaba, atónito, el enfrentamiento entre los dos hombres.
29:20La rabia contenida durante años estallaba en cada palabra.
29:24—Todo lo que dices es mentira, insistió José Luis.
29:28Pero su voz temblaba.
29:29—¿Mentira?
29:31Damaso se acercó hasta casi rozarlo.
29:35—Yo vi las cartas.
29:37—Vi tu firma en los informes médicos falsificados.
29:41—¿Fuiste tú quien sobornó al médico del valle para encubrir a Victoria?
29:46—Rafael dio un paso atrás, horrorizado.
29:50—Padre, ¿es cierto?
29:52José Luis lo miró sin poder responder.
29:55—El silencio fue su confesión.
29:59Damaso lo empujó con furia.
30:02—La amabas tanto que preferiste verla morir antes que perder tu reputación.
30:07—Eres más cobarde de lo que pensé.
30:10—José Luis, dominado por el orgullo, lo abofeteó.
30:15—No vuelvas a hablarme así en mi casa.
30:18Los dos hombres quedaron frente a frente, respirando con dificultad, como bestias heridas.
30:24—Tu casa —murmuró Damaso— no será tuya por mucho tiempo.
30:30El valle ya sabe quién eres.
30:33José Luis intentó mantener la compostura.
30:36—¿Qué quieres de mí?
30:38—¿Qué sufras? —respondió Damaso con voz baja.
30:43—Que sientas lo mismo que yo sentí el día que enterré a mi hermana.
30:47Y que cuando todo esto acabe, reces por un perdón que nunca llegará.
30:52Rafael intervino, poniéndose entre ambos.
30:57—Basta, esto no traerá a Pilara de vuelta.
31:01Damaso lo miró con amargura.
31:03—Tienes razón, muchacho, pero tal vez traiga justicia.
31:09Dio media vuelta y salió, dejando tras de sí un silencio pesado.
31:15José Luis se dejó caer en el sillón, derrotado.
31:19Rafael, con el alma rota, solo pudo susurrar.
31:23—Padre, ¿qué hiciste?
31:26El duque, con la mirada perdida, respondió apenas lo que creí necesario.
31:32Pero el precio fue demasiado.
31:35La noticia del enfrentamiento entre Damaso y José Luis corrió por el valle como un incendio.
31:43Cuando Mercedes lo supo, no se sorprendió.
31:47Había esperado ese momento durante años.
31:50Lo que no imaginaba era que la batalla final entre los dos hombres sería el preludio de un desastre mayor.
31:57En la casa grande, la tensión era insoportable.
32:02Victoria, al enterarse de lo ocurrido, perdió la compostura.
32:07Así que Damaso tuvo el descaro de enfrentar a José Luis en su propio despacho, exclamó con voz temblorosa.
32:15—Ese hombre busca su ruina.
32:18Mercedes, sentada frente a ella, no se inmutó.
32:21—No es la ruina lo que busca, es justicia, algo que tú jamás entenderás.
32:30Victoria se giró con furia.
32:32—¿Justicia? ¿De ti? Por favor, tú hablas de moral como si no tuviera sangre en las manos.
32:41Mercedes se levantó despacio.
32:44—He pecado, sí, pero nunca por ambición.
32:47—Tú, en cambio, Victoria, hiciste del crimen un arte.
32:52—¡Cállate! —gritó la duquesa.
32:55Pero Mercedes continuó.
32:57—Implacable.
32:59—Mataste a Pilara por celos.
33:02—Envenenaste su alma y su cuerpo solo porque te recordaba que José Luis nunca te amó.
33:08El rostro de Victoria se contrajo, intentando mantener la dignidad.
33:13—No tienes pruebas.
33:15—¡Las tengo! —replicó Mercedes.
33:19—Y no solo eso.
33:22Sé también que mandaste silenciar al médico que la atendía.
33:27Lo amenazaste para que declarara que había muerto de enfermedad.
33:31Victoria retrocedió un paso.
33:34Esa mujer te envenenó el alma con sus mentiras.
33:37—Mentiras —no dijo Mercedes, acercándose.
33:41—Verdades, Pilara me lo dijo antes de morir.
33:46—Me susurró tu nombre.
33:48—Por primera vez, Victoria pareció perder el control.
33:53Esa vieja deliraba.
33:55No sabía lo que decía.
33:57—Sabía exactamente lo que decía, insistió Mercedes.
34:00—¿Y ahora todos lo sabrán también?
34:03—Victoria la miró con los ojos llenos de furia.
34:08—Si crees que vas a destruirme con tus chismes de servidumbre, estás equivocada.
34:14—Nadie se atreverá a tocar a una salcedo.
34:16—Mercedes sonrió con amargura.
34:20—Ni siquiera los salcedos son inmunes a la verdad.
34:24Victoria comenzó a reír, pero su risa era tensa, desgarrada.
34:30—¿La verdad?
34:31¿Tú crees que alguien en este valle quiere la verdad?
34:34—Todos viven de mentiras, Mercedes.
34:37—¿Hasta tú?
34:39—Quizás, admitió ella, pero ya no más.
34:43—Este valle merece descansar de tanta oscuridad.
34:46—Y si mi voz puede traer justicia, hablaré.
34:51—Victoria dio un paso hacia ella, los ojos brillando con lágrimas contenidas.
34:57—¿Y qué ganarás con eso?
34:59—¿Qué lograrás manchando mi nombre, destruyendo a José Luis, arruinando a mi familia?
35:06—Mercedes la miró con firmeza.
35:10—Paz, la paz que tú le robaste a Pilara
35:13—¿Y la que le robaste a mí cuando destruiste todo lo que amaba?
35:18—Las dos mujeres quedaron frente a frente, tan cerca que casi podían oír el temblor en la respiración de la otra.
35:27—Victoria susurró.
35:28—¿Tú no sabes lo que es amar hasta la locura?
35:31—Yo sí.
35:33—Y por amor lo perdí todo.
35:35—¡Por amor! —respondió Mercedes.
35:38—No se mata.
35:39—El silencio que siguió fue denso, como si el tiempo se detuviera.
35:46—Victoria apretó los puños, intentando contener las lágrimas.
35:51—¿Te equivocas?
35:52—A veces se mata por no morir uno mismo.
35:57—Mercedes dio un paso atrás, con una expresión de compasión.
36:01—Entonces ya estás muerta, Victoria.
36:05—¿Y ni siquiera lo sabes?
36:07—En ese instante, se escuchó un estruendo en el pasillo.
36:13Rafael entró corriendo, el rostro pálido.
36:16—Señora Mercedes, venga rápido.
36:19—Damaso se desangra.
36:21—Ambas mujeres se miraron, heladas.
36:24—¿Qué has dicho? —preguntó Mercedes.
36:27—El duque lo apuñaló.
36:30—Explicó Rafael con la voz quebrada.
36:32—Discutieron y, cuando llegué, Damaso yacía en el suelo.
36:38—Victoria se llevó una mano a la boca.
36:41—No, no puede ser.
36:44—Llamen al médico.
36:45—ordenó Mercedes, saliendo a toda prisa.
36:48—El sonido de los pasos resonó por los pasillos, mezclándose con los sollozos de los criados.
36:56Cuando llegaron al despacho, Damaso estaba tendido sobre la alfombra, el pecho manchado de sangre.
37:03José Luis, aún con el arma en la mano, parecía en trance.
37:07—Yo no, yo no quería —murmuraba.
37:12Mercedes cayó de rodillas junto al cuerpo del hombre.
37:16—Damaso, no me dejes ahora.
37:20Él abrió los ojos con dificultad.
37:23—No llores, la verdad, ya se sabe.
37:26Y con esas palabras, exhaló su último aliento.
37:31Victoria entró un instante después, muda, el rostro desencajado.
37:36—¿Qué has hecho?
37:41Él la miró con lágrimas en los ojos.
37:44—¿Lo inevitable?
37:46El cuerpo de Damaso yacía aún en el suelo del despacho,
37:50cuando los guardias de la hermandad llegaron para registrar la escena.
37:55La lluvia seguía golpeando las ventanas,
37:58arrastrando el eco de un valle que parecía llorar por sí mismo.
38:02Mercedes, con el rostro empapado en lágrimas,
38:05no apartaba la mirada del cadáver.
38:08Rafael intentaba calmarla, pero ella no escuchaba.
38:13Solo repetía una y otra vez.
38:16Le juré que vería justicia y murió sin verla.
38:22José Luis permanecía sentado frente al escritorio,
38:25con las manos manchadas de sangre y los ojos perdidos.
38:28Victoria se arrodilló a su lado, intentando limpiarle las manos.
38:34—Dios mío, José Luis, ¿qué has hecho?
38:38Él no respondió.
38:40Solo susurró, no pude detenerlo.
38:44Me acusó de todo.
38:45Me escupió el nombre de Pilara y yo.
38:49—¡Cálate! —interrumpió Victoria.
38:52Nadie debe saber lo que pasó.
38:55Diremos que fue un accidente, una riña, cualquier cosa.
38:59Pero si esto sale a la luz, se acabó todo.
39:04Rafael la observó con indignación.
39:07—¿Otra vez mentiras, tía?
39:09¿No han destruido ya suficiente con su silencio?
39:13Victoria lo fulminó con la mirada.
39:16—¡Cállate tú también!
39:18¿Este no es momento para sermones?
39:21—Sí lo es, replicó Rafael, acercándose a su padre.
39:25—¡Porque si seguimos ocultando la verdad, todos terminaremos como él!
39:31José Luis levantó la vista con un gesto vacío.
39:35—Ya no hay nada que ocultar, hijo.
39:38El valle sabe quién soy.
39:40La sangre de Damaso solo ha completado lo que empezó con la de Pilara.
39:46Mercedes se incorporó lentamente, mirando al duque con el rostro endurecido.
39:52—No, todavía no ha terminado.
39:55Ahora vendrá el juicio.
39:58Y no por la hermandad, sino por las almas que destruiste.
40:02—¿Qué pretendes?
40:04Preguntó Victoria, temblando.
40:06—¿Que hablen los muertos?
40:08Respondió Mercedes.
40:10—¿Porque sus voces siguen aquí, en cada rincón de este valle?
40:16En ese momento, la puerta se abrió.
40:19Adriana apareció empapada, con una carta en la mano.
40:23—La encontré —dijo, jadeante.
40:27Estaba en los archivos del convento, escrita por Isabel antes de morir.
40:33José Luis palideció.
40:35—Isabel?
40:36Mercedes se volvió hacia ella.
40:39—¿Qué dice?
40:40Adriana extendió la carta, temblando.
40:44—Habla de Uchillos de Luis, de Pilara y de Victoria.
40:50Victoria dio un paso atrás.
40:53—¿Qué mentira más quieren inventar?
40:55—No es una mentira —respondió Adriana.
41:00—Es una confesión.
41:02Rafael tomó la carta y comenzó a leer en voz alta.
41:06—A quien encuentre estas palabras, que sepa que no muero en paz.
41:11Mi esposo, José Luis, carga una culpa que no ha tenido el valor de admitir.
41:16—Protegió a Victoria, cuando todos sabían lo que hizo.
41:20—Yo lo amé, pero no puedo callar.
41:23—Porque el silencio es el peor pecado.
41:27—Si el valle debe arder para purificarse, que arda con la verdad.
41:32—Es apply.
41:33—La voz de Rafael se quebró al final.
41:36—Todos quedaron en silencio, mientras afuera la tormenta rugía con furia.
41:42—¿José Luis se llevó las manos al rostro?
41:45—Ella también me condenó.
41:48—¿No te condenó?
41:50—dijo Mercedes con dureza.
41:52—Talibaru.
41:54—Victoria dio un paso adelante.
41:56—¿Con el rostro enrojecido?
41:59—Basta, no permitiré que mancillen mi nombre.
42:02—Esa carta no prueba nada.
42:05—Prueba todo —replicó Adriana.
42:08—Porque no solo la firmó Isabel.
42:10—¿También está el sello del duque de la hermandad?
42:14—¿Él fue testigo de su confesión?
42:17—Victoria la miró con furia.
42:19—Luego giró hacia José Luis.
42:21—Diles que mienten.
42:23—Diles que lo nuestro no fue un crimen.
42:26—El duque, exhausto, la observó con ojos vacíos.
42:31—Lo fue Victoria.
42:34—Cada beso, cada mentira, cada muerte, fueron nuestros crímenes.
42:40—Ella retrocedió, como si esas palabras la hubiesen golpeado.
42:44—No, no me digas eso.
42:48—Tú y yo éramos uno.
42:51—Éramos la misma ruina —dijo él, bajando la cabeza.
42:56De repente, Mercedes habló con voz temblorosa, pero firme.
43:02—He pasado media vida esperando ver caer tu máscara, José Luis, pero ahora que lo veo, no siento satisfacción.
43:12—Sólo tristeza —Rafael se acercó a ella.
43:17—¿Qué harás con la carta?
43:19—La entregaré a la hermandad —respondió.
43:22—El valle merece saber quiénes lo gobernaron en la mentira.
43:27—Victoria gritó desesperada.
43:29—No, si la entregas, nos matarán a todos.
43:34—Entonces que así sea —dijo Mercedes—, porque la verdad, al fin, debe respirar.
43:41En el suelo, la sangre de Damaso se había mezclado con la cera de las velas derramadas.
43:47Afuera, la lluvia comenzaba a cesar, pero en el corazón de cada uno, una tormenta aún rugía.
43:56Esperando su última descarga, el amanecer encontró la casa grande envuelta en un silencio sepulcral.
44:04La tormenta había cesado, pero el aire seguía pesado, cargado del olor a sangre seca y culpa.
44:11José Luis no se había movido del despacho desde la noche anterior.
44:15Sus ojos estaban fijos en la ventana, donde los primeros rayos del sol teñían de rojo los viñedos.
44:23Rafael permanecía en la puerta, vigilante, incapaz de dejar solo a su padre, aunque ya no quedaba nada que proteger.
44:31Victoria dormía en una silla, agotada por las lágrimas.
44:35Cuando despertó, la primera imagen que vio fue la del duque, sentado, con las manos entrelazadas y la mirada perdida.
44:45José Luis murmuró,
44:47Debemos marcharnos.
44:49Antes de que llegue la hermandad, Mercedes no se detendrá.
44:55Él no respondió.
44:56Solo dijo en voz baja,
44:59No hay a dónde ir.
45:01Este valle es mi cárcel y mi condena.
45:04Victoria se ahorro de lo ante él.
45:07¿No hables así?
45:09Si nos vamos, puedo arreglarlo.
45:12Tengo amigos en la capital.
45:14Dinero escondido.
45:16¿Podemos empezar de nuevo?
45:18O sea, Luis sonreo con amor cura.
45:21¿Empezar?
45:22¿Con qué rostro?
45:24¿El del asesino o el del cobarde?
45:27Ella lo tomó de las manos, desesperada.
45:30No llegas de eso.
45:32¿Lo hicimos por amor?
45:34El duque apartó la mirada.
45:37El amor no justifica el infierno que creamos.
45:40Rafael, incapaz de seguir escuchando, se acercó.
45:45Padre, no se entregue a la desesperación.
45:48¿Aún puede hablar con la hermandad, confesar, limpiar su nombre?
45:53José Luis levantó la vista.
45:56Con un brillo triste.
45:58Mi nombre ya está limpio.
46:00Hijo.
46:01Lo ensucian los recuerdos.
46:04Victoria se puso de pie.
46:06Con la respiración agitada.
46:09No lo permitiré.
46:11No dejaré que Mercedes me vea derrotada.
46:14Entonces huye.
46:15Dijo él sin mirarla.
46:18Haz lo que siempre supiste hacer.
46:21Sobrevivir.
46:22¿Y tú?
46:23Preguntó ella.
46:24Entre lágrimas.
46:26Yo me quedaré.
46:27Respondió, levantándose.
46:30¿Es lo que le debo a los muertos?
46:33¿Y a ti, que alguna vez amé?
46:36Victoria dio un paso atrás.
46:38Como si sus palabras la hubieran golpeado.
46:41No me digas eso.
46:43José Luis.
46:45No puedo perderte también.
46:48Ya me perdiste hace mucho.
46:50Murmuró él.
46:51En ese momento, se escucharon pasos en el pasillo.
46:56Adriana apareció acompañada por Mercedes.
46:59Ambas vestían de negro.
47:02Llevaban en las manos el sobrelacrado con la carta de Isabel.
47:05Isabel, ha llegado el momento, dijo Mercedes con voz serena.
47:10El capitán de la hermandad está en camino.
47:14Victoria se erguió.
47:15No lo permitiré.
47:16No lo permitiré.
47:18Si se llevan a José Luis, ¿se llevarán mi vida con él?
47:23Quizás eso sería justo, respondió Mercedes sin compasión.
47:28Adriana se adelantó.
47:29Tía, no hay más salida.
47:32La carta de Isabel ya fue entregada.
47:36Intentar huir solo empeorará las cosas.
47:39¿Y tú te atreves a darme lecciones?
47:43Replicó Victoria con ira.
47:45Después de todo lo que te di, me traicionas igual que los demás.
47:50Usted me enseñó, dijo Adriana con firmeza,
47:54que quien se aferra al poder acaba devorado por él.
47:58José Luis levantó una mano pidiendo silencio.
48:01Basta, no más reprochas.
48:06Si todo esto termina conmigo, así será.
48:10Pero ella, señaló a Victoria, no debe pagar.
48:14Mercedes lo miró con dureza.
48:18No puede salvarla, José Luis.
48:21No esta vez.
48:23Al menos déjala ir, suplicó él.
48:26Mercedes dudó un momento.
48:28Luego bajó la mirada.
48:30Que el juicio la encuentre donde quiera esconderse.
48:35Victoria aprovechó ese respiro.
48:38Caminó hacia la puerta, deteniéndose junto a Rafael.
48:42Cuida de él, dijo, casi en un susurro.
48:46Y recuerda que pese a todo hubo amor.
48:50Salió sin mirar atrás.
48:53La lluvia comenzaba de nuevo, suave, casi piadosa.
48:58Adriana la siguió con la mirada.
48:59¿Cree que huirá lejos?
49:02Los fantasmas no huyen, respondió Mercedes.
49:07Solo cambian de rincón.
49:10José Luis se sentó nuevamente, agotado.
49:15Damaso murió buscando justicia.
49:17Pero tal vez su muerte sea la llave para la paz.
49:21Rafael se arrodilló a su lado.
49:23Padre, la paz no se compra con sangre.
49:27Lo sé, murmuró el duque.
49:29Por eso la pagaré con la mía.
49:33Mercedes frunció el ceño.
49:35¿Qué estás diciendo?
49:37Pero él no respondió.
49:40Solo observó el crucifijo sobre el escritorio,
49:43mientras la luz del amanecer se apagaba lentamente tras la lluvia.
49:47En ese instante, un disparo retumbó en la casa.
49:52Adriana gritó.
49:54Rafael corrió hacia el despacho,
49:57donde encontró a su padre desplomado en el suelo,
50:00la pistola aún humeante entre sus dedos.
50:03Mercedes cayó de rodillas, rezando entre lágrimas.
50:07Al fin, el valle cobrará lo que se le debía.
50:11Y afuera, en los viñedos, el viento sopló con fuerza,
50:15llevándose el último eco del linaje Galvez de Aguirre.
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