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💥 Valle Salvaje Capítulos 283 - 286 – La justicia alcanza finalmente a Luisa, pero detrás de su detención se ocultan verdades mucho más oscuras.
😱 Traiciones, lágrimas y revelaciones estremecen al valle mientras todos se enfrentan a las consecuencias de sus actos.
⚖️ En este avance exclusivo, veremos a Luisa humillada ante la ley, a Victoria planeando su próxima jugada y a José Luis dividido entre el deber y el perdón.

👑 Personajes principales: Luisa, José Luis, Victoria, Rafael, Úrsula, Adriana, Mercedes y Julio.
Cuatro capítulos llenos de drama, culpa, justicia y un destino que nadie podrá evitar.

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Transcripción
00:00La noche cayó con un silencio que parecía preludio de guerra. En la casa grande, José Luis
00:06permanecía solo frente al fuego, recordando cada mentira que lo había sostenido. Victoria,
00:14recluida en su habitación, rezaba como si las oraciones pudieran detener el tiempo. En la casa
00:20pequeña, Mercedes encendía una vela por Luisa, por Bárbara, por todas las mujeres que el valle
00:27había condenado. A lo lejos, los cascos de los caballos se perdían en la oscuridad. Bárbara
00:34y Leonardo huían hacia un destino incierto, llevándose consigo una chispa de esperanza.
00:41Adriana, desde la ventana, observaba su partida con un nudo en la garganta.
00:47«Algún día volverás», susurró al viento, sabiendo que el valle guardaba memoria incluso de los que
00:53se iban. Damaso, mientras tanto, escribía una carta. En ella no había amenazas, solo verdades,
01:03nombres, fechas, traiciones. «El valle no pertenece a los hombres poderosos», escribió. «Sino a quienes
01:11sufren bajo su silencio». Al amanecer, la carta aparecería en el despacho del duque, sellada con
01:19el emblema de Damaso Molina, el sol comenzó a asomarse entre las colinas, iluminando un valle
01:26distinto, dividido, herido, pero más consciente que nunca. Y mientras las campanas del convento
01:34repicaban, Luisa, en su celda, sonrió por primera vez en días. Sentía que algo estaba cambiando,
01:42que la justicia, aunque tardía se acercaba. Entre culpa y esperanza, valle salvaje se preparaba
01:50para renacer. El escándalo estalló como un incendio. Desde el amanecer, el rumor de la detención
01:57de Luisa corrió por todo el valle. En el mercado, en las cocinas, en los establos, todos hablaban de
02:05lo mismo. La criada que había robado a la duquesa. Algunos se escandalizaban. Otros, en voz baja, decían
02:14que algo no encajaba. Pero en la casa grande, el silencio era absoluto. Mercedes entró al salón
02:23principal con el rostro desencajado. José Luis la esperaba, acompañado por Atanasio y dos miembros de
02:31la santa hermandad. ¿Qué significa esto?, exigió ella. Luisa no puede estar detenida. Atanasio,
02:41con tono impersonal, extendió el acta de arresto. ¿Fue hallada la talla desaparecida en sus pertenencias?
02:49La evidencia es clara. Evidencia, replicó Mercedes con rabia. Eso es una trampa. José Luis la miró con
02:59gesto cansado. No me gusta esto más que a ti, Mercedes. Pero el valle exige justicia. Si el objeto
03:08estaba en su poder, la ley debe actuar. ¿La ley? Respondió ella, conteniendo las lágrimas. ¿Desde
03:17cuándo la ley en este valle sirve a los inocentes? Antes de que José Luis pudiera responder, Adriana
03:24irrumpió en la sala. Tío, tienes que detener esto, gritó. Luisa no lo hizo. Baja la voz. Adriana
03:34advirtió José Luis. No es momento para sentimentalismos. No son sentimentalismos, es verdad, replicó ella al
03:43borde del llanto. Tomás fue quien robó la talla, y todos lo saben. Atanasio levantó la ceja. ¿Y dónde
03:52está ese tal Tomás? Nadie lo ha visto desde ayer. Precisamente por eso dijo Mercedes. Huyó porque
04:02era culpable. El duque la observó con un dejo de duda, pero la rigidez de la situación lo mantenía
04:09inmóvil. Si Tomás reaparece, revisaremos el caso, pero por ahora la justicia seguirá su curso. Mercedes dio
04:20un paso hacia él, con la mirada encendida. Si permites que esa muchacha pase una sola noche en
04:27prisión, José Luis no volveré a pisar tu casa. Él se estremeció ante el tono de su voz. No amenaces
04:36Mercedes. No es una amenaza, es una promesa, respondió ella antes de marcharse. En el patio,
04:45Pepa lloraba sin consuelo. Francisco la intentaba calmar. Tiene que haber un modo, decía ella. No
04:54pueden dejarla allí. ¿No sobrevivirá entre esos hombres? La Santa Hermandad no suelta a nadie sin
05:03orden directa del duque, respondió Francisco con amargura. Y José Luis no moverá un dedo hasta tener
05:10pruebas. Alejo apareció poco después, con el rostro desencajado. La vi, exclamó. La llevan camino al
05:20convento de las hermanas del arrepentimiento. ¿Qué dices? Preguntó Pepa horrorizada. Sí, José Luis
05:29quiere evitar el escándalo, así que ordenó que la encierren allí por su seguridad. Pero todos saben lo
05:36que eso significa. Mercedes los escuchó desde la galería. Prepárame un caballo. Ordenó. No pienso
05:46permitir que la arrastren como a una criminal. Francisco intentó detenerla. Señora, no puede ir
05:54sola. Entonces, ven conmigo, replicó. Pero si no lo haces, iré de todos modos. Montó sin decir más y
06:04cabalgó hacia el camino que llevaba al convento. En el horizonte, vio el carruaje escoltado por dos
06:11guardias. Apretó las riendas y espolió su caballo. Luisa, gritó acercándose. Aguanta hija, no te dejaré.
06:23El carruaje se detuvo. Los guardias se interpusieron, pero Mercedes los enfrentó sin miedo.
06:30Esa muchacha no es una ladrona, clamó. Si queréis justicia, buscad a los verdaderos culpables. Uno de
06:39los hombres dudó, pero el otro habló con dureza. Lo siento, señora. Tenemos órdenes. Luisa, desde el
06:49interior, miró por la pequeña ventanilla. Sus ojos se encontraron con los de Mercedes. Gracias,
06:57señora, susurró, llorando. No me abandone. Mercedes apretó los puños. Nunca a ella. Te lo juro. El
07:09carruaje siguió su camino, dejando tras de sí una nube de polvo, y mientras Mercedes lo veía alejarse,
07:17comprendió que el valle acababa de condenar a una inocente y que ella haría lo imposible por
07:23salvarla. La capilla estaba envuelta en un silencio espeso, solo roto por el crepitar de una vela y el
07:31murmullo de una oración quebrada. Victoria Casillas, vestida de negro, arrodillada frente al altar,
07:39rezaba con los ojos cerrados, como si la culpa le pesara más que el mármol bajo sus rodillas.
07:45Llevaba días inquieta, temerosa, sintiendo la mirada invisible de sus pecados sobre la nuca. El
07:53eco de sus propias mentiras la perseguía, pero esa noche lo que escuchó no era un recuerdo.
08:01No reces tanto, Victoria. Ni todos los santos del cielo podrán salvarte. La voz la congeló. Era grave,
08:10familiar, imposible. Victoria giró lentamente, con el rostro descompuesto. A la luz de las velas,
08:19un hombre emergía de las sombras, alto, demacrado, con una cicatriz en el rostro que el tiempo no había
08:26borrado. Sus ojos, ardientes y duros, eran inconfundibles. Damaso susurró ella, sin aire.
08:35No, tú, tú estás muerto. Él avanzó despacio, con una sonrisa amarga. Eso quisiste creer. Lo
08:46necesitabas, ¿verdad? Ser viuda te convenía. Una mujer libre para casarse con José Luis Casillas y
08:54escalar donde nunca habrías llegado conmigo. Victoria retrocedió, buscando apoyo en el altar.
09:01No fue así. Tú desapareciste. ¿Te creí muerto? ¿Muerto? Repitió él con ironía. Me diste por muerto
09:11porque fue más cómodo que buscarme. Porque sabías que tu nuevo matrimonio te haría duquesa. Ella se
09:19llevó las manos al rostro. ¿No sabes lo que sufrí? Damaso le interrumpió con una carcajada seca.
09:26¿Sufriste? ¿Tú? Mientras yo yacía medio muerto en las minas, tú te paseabas con sedas y joyas. Pero
09:35no vine a reprocharse. Vine a recordarte que sigo vivo. Y que tu mentira también lo está.
09:43Victoria dio un paso atrás, temblando. ¿Qué quieres? ¿Dinero? ¿Silencio?
09:49No, Victoria dijo él, acercándose hasta quedar frente a ella. Quiero lo que me quitaste, mi nombre,
09:58mi honor y tu miedo. Ella intentó mantener la compostura, pero las lágrimas se desbordaron.
10:06Por favor, Damaso, si José Luis se enterará. ¿Temes por tu esposo o por ti? Preguntó con sarcasmo.
10:14No te preocupes, aún no lloraré nada. Pero te daré tiempo para decidir qué versión de la verdad
10:22vas a contarle, porque si no lo haces tú, lo haré yo. Dicho esto, se volvió y caminó hacia la puerta.
10:32La penumbra lo devoró antes de que Victoria pudiera pronunciar palabra. Durante largos minutos,
10:38permaneció inmóvil. Luego cayó de rodillas con un gemido ahogado. Las lágrimas corrían sin control,
10:48mezcladas con la certeza de que su vida acababa de cambiar. Damaso, el hombre que había enterrado en
10:55su memoria y en su conciencia, había regresado. En el altar, la vela titiló y la llama proyectó su
11:04sombra distorsionada sobre la pared. Parecía una burla divina. Victoria alzó la vista, temblando.
11:13Dios mío, susurró. ¿Por qué ahora? Pero no hubo respuesta. Sólo el sonido de la puerta cerrándose
11:22detrás de ella y el eco lejano de unos pasos que se desvanecían en la oscuridad del valle.
11:29Victoria regresó al palacio cuando el cielo comenzaba a clarear. Caminaba con paso vacilante,
11:38envuelta en su chal oscuro, y su mente era un torbellino de miedo y desesperación. A cada sombra
11:46le parecía ver el rostro de Damaso. A cada susurro del viento, su voz grave, burlona, recordándole que
11:53su pasado había vuelto para destruirla. Entró en silencio por la galería principal. Isabel,
12:00la gobernanta, la vio llegar y notó su palidez. Señora, ¿se encuentra bien? Preguntó a la armada.
12:09No me hables, respondió Victoria sin detenerse. Nadie debe saber que he salido. Cruzó el pasillo
12:16con paso apresurado. Subió las escaleras y se encerró en su habitación. El espejo le devolvió
12:24una imagen que casi no reconocía. El maquillaje corrido, los ojos rojos, la piel ceniza. Se quitó
12:32el chal y lo arrojó al suelo, derrumbándose sobre la cama. Por primera vez en años, Victoria
12:39Casillas sintió pánico. No el miedo de perder una joya o un sirviente, sino el terror puro de
12:46quien ve tambalear su vida entera. Si Damaso hablaba, su matrimonio con José Luis quedaría
12:52invalidado. El escándalo sería devastador. En un valle, donde los rumores bastaban para condenar,
13:01la duquesa perfecta se convertiría en una impostora. Se levantó de golpe, caminando de un lado a otro.
13:10Tengo que pensar. Tengo que controlarlo. Murmuraba. Sabía que Damaso no había regresado por amor ni por
13:18justicia. Había vuelto por venganza. Y si conocía al hombre que había sido, sabría jugar con su miedo
13:25hasta hacerla suplicar. Unos golpes suaves en la puerta la hicieron sobresaltarse. ¿Quién es?
13:33Preguntó, ocultando el temblor en su voz. Soy Horaspondi Uyoshelwish. ¿Puedo pasar?
13:42Ella respiró hondo y se apresuró a limpiarse el rostro antes de abrir.
13:46Te levantaste temprano, dijo él, mirándola con sospecha. No estabas en tu habitación cuando pasé
13:54anoche. ¿Dónde estabas? Victoria forzó una sonrisa. En la capilla. No podía dormir.
14:05Necesitaba rezar. José Luis la observó con detenimiento, percibiendo algo extraño.
14:11¿Y desde cuándo te reconciliaste con Dios? Ella apartó la mirada. No impicis, José Luis.
14:21No todo en la vida es estrategia ni poder. También tengo conciencia. Él dio un paso hacia ella.
14:30Conciencia o miedo, te conozco demasiado bien, Victoria. Cuando rezas, es porque algo te aterra.
14:38Ella fingió indignación, aunque su corazón latía desbocado.
14:44¿Insinúas que te miento? Dijo, forzando las lágrimas.
14:49¿Eres ingusto? Solo intento ser una buena esposa.
14:54José Luis, desconcertado, bajó la voz.
14:58No estoy insinuando nada.
15:01Pero últimamente te siento distante. ¿Pasa algo que debas saber?
15:07Victoria lo miró directamente a los ojos y por primera vez en años le sonrió con dulzura.
15:14No, querido.
15:16Nada. Solo estoy cansada.
15:20Ella sintió, aunque sin convencerse.
15:22Descansa entonces.
15:26Te necesito, Clara.
15:28Hernando vendrá a discutir los límites de las tierras y no quiero que te muestres frágil delante de él.
15:35No te preocupes, respondió ella, acariciándole la mano.
15:40Si eres la misma de siempre.
15:42Cuando José Luis se marchó, Victoria cerró la puerta y dejó caer la máscara.
15:49Su respiración volvió a volverse agitada.
15:53Caminó hacia la ventana y observó el valle.
15:57A lo lejos, un jinete avanzaba lentamente por el camino.
16:02No necesitó ver su rostro para saber quién era.
16:06¿No te atrevas a venir aquí?
16:08Tamazo susurró entre dientes.
16:10No te atrevas.
16:12Pero en el fondo, ¿sabía que era demasiado tarde?
16:16Los muertos del pasado siempre encontraban la forma de volver.
16:22En el corazón del valle, lejos del lujo del palacio, Luisa preparaba sus cosas en silencio.
16:28Las primeras luces del amanecer se filtraban por la ventana,
16:32tiñendo de oro las paredes humildes de su habitación.
16:36Junto a la cama, un pequeño baúl contenía lo poco que poseía.
16:41Un par de vestidos, un rosario y una carta sin terminar.
16:46Había decidido marcharse del valle.
16:49No podía más.
16:50Mientras doblaba una blusa, escuchó unos pasos en el corredor.
16:56La puerta se abrió lentamente y Alejo apareció con su sombrero en la mano, el gesto preocupado.
17:03Así que es cierto, dijo con voz baja.
17:07¿Te vas sin despedirte?
17:10Luisa se volvió hacia él, intentando mantener la calma.
17:15No tengo elección, Alejo.
17:18Este valle me ha dado más penas que alegrías.
17:21Y ya no puedo quedarme donde solo soy, señalada.
17:25Él avanzó unos pasos, con los ojos brillantes.
17:29No digas eso.
17:31Aquí también hay quienes te quieren, quienes darían la vida por ti.
17:36Luisa bajó la mirada.
17:39No basta con eso.
17:41Después del robo de la talla, todos me miran como si fuera una ladrona.
17:46Aunque no lo digan, lo piensan.
17:49¿Yo no replicó Alejo con fuerza?
17:52Nunca lo pensé, ni por un segundo.
17:55Ella lo miró, y en su rostro apareció una tristeza dulce.
18:01Eres un buen hombre, Alejo.
18:04Pero mi destino no está aquí.
18:07Él respiró hondo, acercándose un paso más.
18:12Entonces déjame cambiarlo.
18:14Quédate conmigo.
18:16No como sirvienta ni como sombra.
18:19Quédate a mi lado.
18:21Podemos empezar de nuevo.
18:22Luisa lo observó, sorprendida por la intensidad de sus palabras.
18:29¿Hablas en serio?
18:30Más que nunca respondió.
18:33No te prometo riqueza, pero sí respeto.
18:36Y un lugar donde nadie te juzgue.
18:39Las lágrimas brotaron en los ojos de ella.
18:42Por un instante, la posibilidad de un futuro sin miedo la conmovió.
18:47Pero enseguida apartó la mirada.
18:50No puedo, Alejo.
18:52No mientras mi nombre esté manchado.
18:55No quiero arrastrarte conmigo.
18:58Él tomó sus manos con delicadeza.
19:01Tu nombre no está manchado, Luisa.
19:04Es el valle el que está ciego.
19:06Pero si te vas, le estarás dando la razón.
19:11Ella cerró los ojos, temblando.
19:14¿No entiendes?
19:15Este lugar no perdona.
19:18Ni a las mujeres, ni a los pobres.
19:21Alejo apretó su mano.
19:23Entonces luchemos juntos.
19:26No huyas.
19:28Por un momento, el silencio los envolvió.
19:32El sol se filtró entre las cortinas y bañó sus rostros.
19:37Luisa lo miró, con el corazón dividido entre el amor y el miedo.
19:42Déjame pensarlo, dijo finalmente.
19:46Pero prométeme una cosa.
19:48Si decido irme, no me busques.
19:51Alejo asintió.
19:53Aunque sus ojos decían lo contrario.
19:56Si te vas, rezaré por ti todos los días.
20:00Pero si te quedas, lucharé por ti, aunque me cueste la vida.
20:04Él es un hombre bueno, Alejo.
20:09Y en otro tiempo, quizá hubiera sido feliz contigo.
20:14Antes de que él respondiera, un ruido lo sobresaltó.
20:18Alguien había pasado corriendo por el pasillo.
20:21Francisco asomó la cabeza por la puerta.
20:26Luisa gritó.
20:28La señora Mercedes te está buscando.
20:32Dice que vayas al palacio de inmediato.
20:35Luisa palideció.
20:37¿Qué pasa?
20:39No lo sé, respondió Francisco, jadeando.
20:43Pero parece grave.
20:45Alejo le tomó la mano una vez más, con el corazón encogido.
20:50Ten cuidado.
20:52Luisa asintió.
20:53Salió de la casa con paso rápido, sin imaginar que ese sería el último amanecer que vería como mujer libre.
21:01Mientras Luisa se apresuraba hacia la casa grande, en otro extremo del valle, Tomás preparaba su huida.
21:11En la penumbra de su taller, con las manos manchadas de barro y sangre seca, observaba el pequeño envoltorio que reposaba sobre la mesa.
21:19La talla robada, aquella pieza maldita, que todos buscaban y que Victoria reclamaba con furia, ahora sería su venganza.
21:28No querías escucharme, Luisa murmuró con una sonrisa amarga.
21:35No quisiste entender que nadie en este valle es inocente, pues ahora sabrás lo que es caer desde la gracia.
21:43Tomás envolvió la talla en una tela raída y la guardó en un saco.
21:48Su mente caucolaba cada paso.
21:51Sabía que Alejo la amaba, que Mercedes la protegía y que José Luis jamás permitiría otro escándalo dentro de él.
21:58El palacio, por eso su golpe sería perfecto.
22:02Ni cuchillo, ni palabra, solo una mentira bien colocada.
22:07Cuando cayó la noche, esperó tras los establos.
22:11La bruma se arrastraba entre los árboles, cubriendo su sombra.
22:16Desde allí, vio a Luisa cruzar el patio.
22:19Cargando una cesta de ropa limpia, caminaba distraída, sin sospechar nada.
22:26Tomás esperó a que se alejase y se coló por la puerta trasera, moviéndose con la precisión de un ladrón.
22:34En la habitación de servicio, abrió el baúl de la joven y colocó el envoltorio cuidadosamente entre sus ropas.
22:41La madera del baúl crujió y por un instante temió ser descubierto, pero el silencio lo amparó.
22:51Cerró el cofre y se quedó unos segundos mirándolo, satisfecho.
22:55El valle necesita culpables y tú serás la perfecta, susurró.
23:02Antes de marcharse, lanzó una última mirada a la casa grande, con los ojos ardiendo de resentimiento.
23:09Todos ustedes creen que el poder los protege, dijo, con una carcajada amarga, pero el poder es solo barro con hombre.
23:19Se escabulló entre la oscuridad y se perdió por los caminos.
23:23Rumbo a las montañas, cuando los primeros gallos cantaron, Tomás ya había desaparecido,
23:30dejando atrás un silencio preñado de tragedia.
23:33Al amanecer, la rutina parecía normal.
23:37Mercedes se reunió con José Luis para discutir los preparativos del nuevo evento en la hacienda.
23:44Irene y Adriana visitaban a Bárbara, que poco a poco recuperaba las fuerzas.
23:51Nadie imaginaba la tormenta que estaba a punto de desatarse.
23:55Luisa, ajena a todo, regresó a su cuarto para terminar de ordenar sus cosas,
24:00pero al abrir el baúl, notó algo extraño.
24:05El saco no era suyo.
24:08Lo abrió y un escalofrío la recorrió al ver la figura tallada, envuelta en la tela sucia.
24:14—¡Dios mío! —susurró, soltándola de golpe.
24:19En ese instante, la puerta se abrió con violencia.
24:23Isabel y dos miembros de la Santa Hermandad entraron sin previo aviso.
24:27—¡Deténganla! —gritó Isabel.
24:31—¡Ahí está la prueba!
24:33Luis retrocedió.
24:35—¡Insredula!
24:37—¡No! ¡No sé qué hace eso aquí!
24:40—¡Alguien me lo puso!
24:42Los hombres no la escucharon.
24:45Uno de ellos sacó una cuerda y le ató las manos.
24:49Por orden del duque y la Santa Hermandad dijo uno,
24:53—¿Queda arrestada por robo y profanación de propiedad noble?
24:58Luisa lloraba, implorando que la creyeran.
25:02—¡No fui yo, lo lluro! ¡No fui yo!
25:06Pero Isabel, con el rostro severo, solo murmuró.
25:10—¡Que tu conciencia te juzgue, muchacha!
25:13La arrastraron fuera del cuarto mientras los sirvientes se agolpaban en el pasillo, murmurando.
25:21Pepa cayó de rodillas al verla pasar.
25:24—¡No puede ser!
25:26—¡Luisa es inocente!
25:28Nadie respondió.
25:30El eco de los pasos de la Santa Hermandad resonó en la casa como un presagio.
25:36Esa mañana, el valle despertó con una nueva historia en boca de todos.
25:41La muchacha humilde, la protegida de Mercedes, había traicionado a la familia
25:47y, aunque pocos lo creyeron, nadie se atrevió a defenderla abiertamente.
25:54La trampa de Tomás había sido perfecta.
25:57El día siguiente amaneció gris, como si el propio valle compartiera el luto.
26:04La noticia del arresto de Luisa había golpeado a todos.
26:07Pero no con la misma fuerza.
26:10En el palacio, José Luis se mostraba más tenso que nunca, a solas con Atanasio.
26:17Repasaba los informes del caso mientras bebía lentamente su café, sin probar bocado.
26:23La gente empieza a murmurar, dijo Atanasio.
26:26Ajustándose los lentes, dicen que el duque encarcela a los inocentes
26:31mientras los verdaderos culpables huyen, José Luis suspiró con fastidio.
26:38El pueblo siempre necesita un villano, Atanasio.
26:42Y cuando no lo encuentra, lo inventa.
26:46Pero en este caso, señor, el villano podría no ser un invento, replicó el hombre.
26:51Hay testigos que vieron a Tomás merodeando el palacio la noche del robo.
26:57José Luis levantó la vista.
26:59¿Y por qué no lo dijiste antes?
27:02¿Por qué nadie quiso escuchar?
27:05Hernando se encargó de cerrarles la boca con dinero.
27:08El duque se puso de pie, lanzando la servilleta sobre la mesa.
27:13¿Qué tiene que ver Hernando con esto?
27:16Todo dijo Atanasio con voz grave.
27:18¿El marqués odia a Mercedes y sabe que herir a una de sus protegidas es herirla a ella?
27:26¿José Luis lo miró con incredulidad?
27:29¿Insinúas que esto fue una trampa?
27:32No lo insinúo, señor.
27:34Lo afirmo.
27:36Mientras tanto, en la casa pequeña, Adriana y Rafael preparaban una estrategia desesperada.
27:43Si logramos hablar con el juez local, quizá podamos ganar tiempo.
27:48Dijo Rafael, extendiendo un mapa sobre la mesa.
27:52¿Tiempo?
27:53Replicó Adriana.
27:55Lo que necesitamos es justicia.
27:59Esa muchacha no ha hecho nada malo.
28:02Rafael tomó su mano con suavidad.
28:05Lo sé, pero tenemos que ser astutos.
28:08José Luis no se moverá por compasión, pero sí por política.
28:14Si logramos demostrar que el escándalo afecta a su nombre, entonces tendrá que intervenir.
28:20Adriana lo miró con esperanza.
28:22¿Y cómo piensas hacerlo?
28:25Revelando la verdad.
28:28Encontrará mucho a Tomás.
28:30En ese momento, Mercedes entró al salón, agotada, cubierta de polvo.
28:36No lo lograréis, dijo con voz cansada.
28:40Tomás se ha ido.
28:43Pregunté en las posadas y en los caminos.
28:46Nadie lo ha visto desde hace dos días.
28:50Rafael apretó el puño.
28:51Entonces, iremos más lejos.
28:55Iré a buscarlo yo mismo.
28:58No intervino, Mercedes.
29:00Si te vas, Hernando, sabrá que sospechamos de él.
29:04Debemos actuar desde dentro.
29:07La conversación fue interrumpida por un golpe en la puerta.
29:11Era Isabel, con una carta sellada con el emblema del duque.
29:16Mercedes la abrió y leyó en voz alta.
29:18Por orden de la Santa Hermandad,
29:22la acusada Luisa quedará recluida indefinidamente en el convento del Valle Santo
29:26hasta nueva instrucción.
29:29Cualquier intento de interferir será considerado desacato.
29:33Adriana rompió en llanto.
29:36¿Eso significa que no saldrá jamás?
29:40Mercedes se sentó lentamente, con los ojos cerrados.
29:44No mientras el duque siga creyendo en esa farsa,
29:47Rafael la observó con firmeza.
29:51Entonces lo enfrentaremos.
29:53Si José Luis no escucha razones,
29:56lo obligaremos a ver la verdad.
29:59Horas después,
30:00Rafael se presentó en el despacho del duque.
30:03José Luis, sorprendido por su osadía,
30:06lo recibió con gesto severo.
30:08¿Qué haces aquí?
30:10Vengo a hablar de Luisa, respondió Rafael.
30:15Es inocente, y usted lo sabe.
30:18José Luis se cruzó de brazos.
30:22No tengo pruebas para creerlo.
30:24¿Y desde cuándo la justicia de este valle necesita pruebas para castigar a los pobres?
30:30Replicó Rafael, desafiante.
30:32Usted, mejor que nadie, sabe que esto no es un error.
30:37Es una conspiración.
30:38El silencio se volvió insoportable.
30:42Finalmente, José Luis Hablú.
30:45Si dices la verdad, tendrás que demostrarla.
30:49Lo haré, dijo Rafael.
30:51Pero cuando todo salga a la luz,
30:54recuerde que fue usted quien permitió que una inocente fuera condenada.
30:59El duque lo observó marcharse.
31:01Por primera vez, en mucho tiempo, sintió el peso de sus decisiones.
31:07El sol caía sobre el valle teñido de un tono rojizo,
31:12como si presintiera el desastre.
31:14En la casa pequeña, Bárbara descansaba en silencio,
31:18ajena al bullicio que el arresto de Luisa había provocado.
31:22Su semblante había recuperado algo de color,
31:26pero sus ojos seguían opacos,
31:28como si en ellos habitara una tristeza sin fondo.
31:32Leonardo la visitó esa tarde,
31:35y al verla, el corazón se le encogió.
31:38—Estás más tranquila, dijo con voz baja, acercándose.
31:43—¿Pero pareces lejos?
31:45Bárbara lo miró con una mezcla de ternura y resignación.
31:50—Estoy donde debo estar, Leonardo.
31:53En silencio, como siempre,
31:55él se sentó a su lado, tomando su mano.
31:59—¿No llegas de eso?
32:01—No mergues cargar con tanto dolor.
32:04—El dolor no se elige, respondió ella.
32:08—¿Sólo se aprende a convivir con él?
32:11—Por unos segundos, ninguno habló.
32:15—Sólo el tic.
32:16Tac del reloj llenaba el cuarto.
32:19—Leonardo respiró hondo.
32:22—¿Sabía que ya no podía seguir ocultando lo que sentía?
32:26—Bárbara, necesito preguntarte algo,
32:30y quiero que me digas la verdad.
32:33Ella lo observó, inquieta.
32:35—¿Qué cosa?
32:37Él bajó la mirada, temiendo su propia pregunta.
32:41—¿El hijo que esperas es mío?
32:43El silencio se hizo tan espeso
32:47que ambos pudieron oír sus propios latidos.
32:50Bárbara cerró los ojos y asintió lentamente.
32:55—Sí, pero eso no cambia nada.
32:58Leonardo se quedó sin aire.
33:00—¿Cómo puedes decir eso?
33:03Cambia todo.
33:05—No, Leonardo replicó ella con serenidad.
33:07—Lo único que cambiaría sería tu vida,
33:10y no pienso condenarte.
33:13Él se levantó, agitado.
33:16—No hables así.
33:18No me importa lo que piense el valle,
33:20ni lo que diga mi padre.
33:22Si es nuestro hijo, lo asumiré.
33:26Bárbara negó con suavidad.
33:29—Tú no entiendes.
33:31Ya estás comprometido con Irene,
33:33y ella no merece sufrir más.
33:36—No puedo casarme con una mujer
33:38a la que no amo, replicó con desesperación.
33:41—Y yo no puedo ser la causa de tu ruina,
33:44dijo ella, conteniendo las lágrimas.
33:48No quiero que vivas de rodillas por mi culpa.
33:51Leonardo se acercó, tomándola del rostro.
33:55—No llegas de eso.
33:56Lo que siento por ti
33:58es lo único verdadero que tengo.
34:01Ella se estremeció bajo su toque,
34:04pero apartó la mirada.
34:05—Entonces demuéstralo,
34:08dejándome ir.
34:10En ese instante,
34:11Adriana apareció en la puerta,
34:13con los ojos enrojecidos.
34:15—Perdón —murmuró.
34:18No quería interrumpir.
34:21Bárbara se recompuso,
34:23secando las lágrimas con rapidez.
34:26—Fen, Germana.
34:28No pasa nada.
34:30Adriana entró despacio
34:32y se sentó junto a ellas.
34:34—La casa está llena de rumores, dijo.
34:37—La gente habla de Luisa,
34:40pero pronto hablarán de ti.
34:43—Ya lo hacen,
34:43susurró Bárbara.
34:45—Y con razón.
34:47—¿He cometido errores?
34:49Adriana le tomó la mano.
34:51—No, no los llamemos errores.
34:54Llamémoslos valentía,
34:56porque amar en este valle,
34:59Bárbara,
34:59siempre ha sido un acto de rebeldía.
35:02Leonardo bajó la cabeza.
35:04—No puedo dejar que esto
35:06se convierta en un escándalo.
35:09Debemos marcharnos.
35:11—¿Marcharnos?
35:12repitió Adriana,
35:14alarmada.
35:15—Sí.
35:16He pensado en ello toda la noche.
35:20Bárbara necesita empezar
35:21lejos de todo esto.
35:23Yo puedo llevarla a la ciudad,
35:25conseguir un refugio seguro
35:27antes de que sea demasiado tarde.
35:30Bárbara lo miró,
35:31asustada.
35:32—¿Y tu padre?
35:34¿Y tú compromisó?
35:36—Mi padre ya me perdió hace tiempo.
35:39Respondió con voz firme.
35:41—¿Y en cuanto al compromiso,
35:43Irene merece la verdad?
35:45Adriana los miró con los ojos
35:47llenos de lágrimas.
35:49—Si se van,
35:51el valle los perseguirá
35:52hasta el fin del mundo.
35:54—Entonces,
35:55que lo haga,
35:56dijo Leonardo.
35:57—Pero no pienso abandonar
36:00a la mujer que amo
36:01ni al hijo que llevo en el alma.
36:03Bárbara lo miró en silencio
36:05y, por primera vez en semanas,
36:08una chispa de esperanza
36:09cruzó su rostro.
36:12Leonardo
36:12susurró.
36:15—Si dices la verdad,
36:16que sea hasta el final.
36:18El amanecer siguiente
36:19llegó envuelto en un aire denso,
36:22casi respirable.
36:23En el horizonte,
36:25el sol apenas lograba
36:26abrirse paso
36:27entre las nubes bajas
36:28que cubrían el valle.
36:30La casa grande amaneció
36:32más tensa que nunca,
36:34sirvientes murmurando
36:35en los pasillos,
36:36órdenes contradictorias
36:38y la presencia de Damaso,
36:40ese fantasma del pasado,
36:42que ahora caminaba
36:43por los terrenos del palacio
36:44como si nunca hubiera estado ausente.
36:48Victoria
36:48lo observaba
36:50desde la ventana
36:51de su habitación.
36:52Llevaba toda la noche
36:54sin dormir.
36:55En sus manos,
36:56la cruz que había besado
36:57mil veces
36:58ya no representaba fe,
37:00sino miedo.
37:02Damaso había regresado
37:03para reclamar
37:04lo que ella había usurpado
37:06y no había manera
37:07de silenciarlo
37:08sin mancharse
37:09aún más las manos.
37:11La puerta se abrió de golpe.
37:13José Luis
37:14entró
37:15con el rostro endurecido.
37:17—¿Qué significa esto?
37:19preguntó,
37:20arrojando sobre la cama
37:22una carta sellada.
37:24—Me dicen que Damaso Molina
37:26ha regresado al valle
37:27y que exige hablar conmigo.
37:30Victoria se estremeció.
37:32—¿No lo escuches,
37:33José Luis?
37:35—Está loco,
37:36ha venido a destruirnos.
37:39—¿Destruirnos?
37:40repitió él
37:41con una risa amarga.
37:42—¿Por qué habría de hacerlo
37:44si, según tú,
37:46murió hace años?
37:47Ella bajó la cabeza,
37:50incapaz de sostener
37:51su mirada.
37:53Fue un error,
37:54un error
37:54que creía enterrado.
37:57José Luis
37:57la tomó por los hombros
37:58con una mezcla
37:59de furia
38:00y desconcierto.
38:02—¿Me mentiste?
38:03¿Todo este tiempo
38:04me has hecho
38:05vivir un matrimonio nulo?
38:07—Maldita sea,
38:08Victoria,
38:10me hiciste
38:10compartir tu mentira
38:11frente a todo el valle.
38:14Ella rompió en llanto.
38:16—Lo hice por amor.
38:17—¿José Luis?
38:19—¿No sabes
38:20lo que sufrí con él?
38:21—No,
38:23Victoria,
38:24replicó él
38:24con frialdad.
38:25—¿Lo hiciste
38:26por ambición?
38:28—¿Y ahora
38:29ese fantasma
38:30va a cobrarse
38:30la deuda?
38:32—Mientras tanto,
38:33en la casa pequeña,
38:35Mercedes
38:36recibía
38:36una visita
38:37inesperada.
38:39—Rafael,
38:40el joven,
38:41llegaba
38:41con el rostro pálido,
38:43cargado de noticias.
38:45—Tía,
38:46las cosas
38:47están desmoronando,
38:48dijo con urgencia.
38:50José Luis
38:51ha perdido
38:52el control.
38:53Damaso
38:53amenaza
38:54con revelar
38:55la verdad
38:55sobre Victoria,
38:57y el marqués
38:58Hernando
38:58está usando
38:59el escándalo
39:00de Luisa
39:00para provocar
39:01una guerra
39:02de poder.
39:03Mercedes
39:04lo escuchó
39:05en silencio.
39:06—Lo sabía.
39:08Este valle
39:09se alimenta
39:09de la desgracia
39:10de las mujeres.
39:11Rafael
39:12asintió
39:13con amargura.
39:15—He hablado
39:16con el juez.
39:17Dice que
39:18la única forma
39:19de liberar
39:19a Luisa
39:20es si José Luis
39:21retira formalmente
39:22los cargos,
39:24pero en este caos
39:25no escuchará
39:26a nadie.
39:28—Entonces
39:28hablaremos
39:29con Damaso,
39:30dijo Mercedes,
39:32poniéndose
39:32de pie.
39:34Si él
39:34quiere venganza,
39:35quizás
39:35podamos cambiar
39:36su objetivo.
39:38Aquel mismo día,
39:39en la plaza
39:40principal,
39:41la tensión
39:42era palpable.
39:43La gente
39:44se congregaba
39:45frente al palacio,
39:47murmurando
39:47sobre los escándalos
39:49que caían
39:49uno tras otro
39:50como piedras.
39:52La duquesa
39:53no es duquesa.
39:54El hijo
39:55del marqués
39:56huye
39:56con una bastarda.
39:58La criada
39:58ladrona
39:59va a ser azotada.
40:01El valle
40:01era una hoguera
40:02y cada lengua
40:03era una chispa más.
40:05En medio
40:06del tumulto,
40:07Leonardo
40:07y Bárbara
40:08se preparaban
40:09para marcharse,
40:10sus manos
40:11se entrelazaron
40:12con nerviosismo.
40:14¿Estás segura?
40:15Preguntó él.
40:17No tengo
40:18otra opción,
40:19respondió ella.
40:20Si me quedo,
40:22destruiré
40:23a todos
40:23los que amo.
40:25Si me voy,
40:26al menos
40:27mi hijo
40:27tendrá
40:28una oportunidad.
40:30Leonardo
40:30le acarició
40:31el rostro.
40:32Entonces
40:33nos éramos
40:33yuntos.
40:35Pero antes
40:36de que pudieran
40:36montar
40:37los caballos,
40:38un grupo
40:38de jinetes
40:39apareció
40:40desde el camino
40:41del convento,
40:42Rafael y Adriana
40:43los acompañaban.
40:45Eshperen,
40:46gritó Adriana.
40:48No se vayan.
40:50Bárbara
40:50la miró
40:51con lágrimas
40:51en los ojos.
40:53Hermana,
40:54no puedo
40:55quedarme.
40:56Si puedes,
40:58respondió Adriana.
41:00José Luis
41:00va a caer
41:01y con él
41:03caerá
41:03todo lo que
41:04nos oprime.
41:05Pero si te vas,
41:07habrás ganado
41:08la libertad
41:08y perdido
41:09el hogar.
41:11Bárbaro
41:11Votzilú.
41:13Leonardo
41:13la miró
41:14en silencio,
41:16sabiendo que
41:16esa decisión
41:17definiría
41:18su destino.
41:19El valle
41:20ya no es hogar
41:21para nadie,
41:22Adriana dijo
41:23finalmente.
41:25Solo para
41:25los fantasmas,
41:27partieron
41:27sin mirar
41:28atrás.
41:29El viento
41:30levantó polvo
41:31cubriendo
41:32sus huellas
41:33mientras el sonido
41:35de los cascos
41:35se alejaba.
41:37Esa tarde,
41:38cuando el sol
41:39cayó sobre el valle,
41:41Damaso se presentó
41:42ante Mercedes.
41:44Su voz
41:44sonó firme,
41:46casi solemne.
41:47No vine por
41:48venganza,
41:49sino por
41:49justicia.
41:51El valle
41:51se ahoga en mentiras
41:53y alguien
41:53debe decir
41:54la verdad.
41:56Mercedes
41:56lo miró
41:57fijamente.
41:59Entonces
41:59que sea
42:00una verdad
42:00que no destruya,
42:02sino que libere.
42:04Damaso
42:04asintió.
42:06Haré
42:06lo que pueda,
42:08pero cuando
42:08amanezca,
42:10valle salvaje
42:10ya no será
42:11el mismo.
42:12No.
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