#ValleSalvaje #capítulo289Victoria #hará
Avance ‘Valle Salvaje’: Victoria hará lo que sea para librarse de Dámaso (capítulo 289, miércoles 5 de noviembre)
Avance del capítulo 289 de ‘Valle Salvaje’, que se emite el miércoles 5 de noviembre. La llegada de Dámaso pone en jaque el futuro de Victoria, que se enfrenta al mayor escándalo de su vida. Con vídeo incluido.
El rumor del valle se despertó antes que sus gallos. Fue un rumor parecido al de las hojas que se advierten entre sí que un pie forastero se aproxima por el sendero, o al del ...
-------------------------------------------------------------------------
#ValleSalvaje, #capítulo289Victoria, #hará, #para, #librarse, #Dámaso
Avance ‘Valle Salvaje’: Victoria hará lo que sea para librarse de Dámaso (capítulo 289, miércoles 5 de noviembre)
Avance del capítulo 289 de ‘Valle Salvaje’, que se emite el miércoles 5 de noviembre. La llegada de Dámaso pone en jaque el futuro de Victoria, que se enfrenta al mayor escándalo de su vida. Con vídeo incluido.
El rumor del valle se despertó antes que sus gallos. Fue un rumor parecido al de las hojas que se advierten entre sí que un pie forastero se aproxima por el sendero, o al del ...
-------------------------------------------------------------------------
#ValleSalvaje, #capítulo289Victoria, #hará, #para, #librarse, #Dámaso
Categoría
🎥
CortometrajesTranscripción
00:00Avance Valle Salvaje. Victoria hará lo que sea para librarse de Damaso. Capítulo 289,
00:17miércoles 5 de noviembre. Avance del capítulo 289 de Valle Salvaje,
00:25que se emite el miércoles 5 de noviembre. La llegada de Damaso pone en jaque el futuro de
00:33Victoria, que se enfrenta al mayor escándalo de su vida. Con vídeo incluido, el rumor del valle
00:42se despertó antes que sus gallos. Fue un rumor parecido al de las hojas que se advierten entre
00:48sí que un pie forastero se aproxima por el sendero, o al del agua cuando aprende el nombre de quien la
00:53escucha y se contiene en un borde de piedra. Aquella mañana, sin embargo, el rumor tenía un peso
01:01distinto, una vibración tensa que hacía que incluso los caballos encogieran las orejas. Había regresado
01:07la idea de que no todo lo que sucede en Valle Salvaje es fruto del azar. Y José Luis, tan silencioso
01:16en la víspera como una lámpara que aguarda mecha, había hecho estallar una chispa inesperada. La
01:22detención de Luisa y la reaparición de Tomás no habían sido casualidades de novela. El duque había
01:27movido piezas antes de que el resto aprendiera el tablero. Alejo, con el pecho aún entrecortado por
01:35el perdón de su padre, despertó antes de la luz. Tocó la madera de la mesilla como si fuera un umbral y
01:44no se atrevió a atravesarlo. Sentía la reintegración a la casa grande como un traje cosido demasiado
01:53rápido. Le apretaba en las costuras del orgullo y le bailaba en la espalda de la culpa.
02:01Perdonado, se repetía, y la palabra no encajaba con los recuerdos. Ni con el rostro de Luisa tras los
02:08barrotes, ni con los silencios de Mercedes, ni con el eco de Tomás en algún lugar que el mapa
02:13todavía no aprendía a señalar. En otra parte de la casa, Victoria se contemplaba en el espejo con
02:22una rabia pulida. No era rabia de estallido, de esas que se derraman y al rato ya no se distinguen
02:30del suelo. Era una rabia de cuchillería, afilada, exacta, fría. Había dormido poco y mal, probándose
02:41versiones de sí misma con las que presentar batalla a Damaso, a Matilde, al rumor, al mundo.
02:50Las manos le temblaban, pero no por miedo, sino por exceso de control. No me hundirán, pensó, y la
02:58frase sonó en la habitación como un juramento capaz de curvar el clima. Matilde, por su parte,
03:07había amanecido con la ligereza solemne de quien ha dicho por fin lo indecible.
03:14Le había contado a Damaso lo de Gaspar, y había sentido que la verdad, aun cuando deja la piel
03:19hecha jirones, aliviana el alma. De pie en la cocina, sostuvo una taza de café entre dedos que ya no
03:28querían ocultarse. Dejó que el vapor le empañara los ojos, no para llorar, sino para crear un velo
03:36amable entre ella y la memoria. Gaspar murmuró, y el nombre, a diferencia de otros días, no le
03:46produjo la punzada ciega de la pérdida, sino la reverberación de un canto triste, sí, pero afinado.
03:52Mercedes cruzó el patio con paso decidido, atenta a los rostros. Aprendió hace tiempo que las casas
04:02grandes guardan secretos pequeños que, en conjunto, hacen un ruido gigantesco. La doncella que baja la
04:09mirada cuando la llaman por su nombre, el mozo que afina de más el cuero del sillín, el mayordomo que
04:15carraspea una vez de menos. Cuando se topó con Victoria, no hubo saludo, solo el aire comprimido
04:23entre ambas como una cuerda tensada que cualquiera habría preferido no pulsar.
04:29Te expulsé de mi casa por violencia, dijo Mercedes, recordando la escena de la víspera con la exactitud
04:36de quien sabe que a veces la justicia requiere precisión de relojero. Y si vuelves a tocar a
04:44Matilde, te haré expulsar del valle entero. Victoria sostuvo la mirada. En esa quietud de
04:53duelo, incluso el sol pareció fijar la luz para no interferir. Tú no soplas el viento en valle salvaje,
04:59Mercedes. Soplas apenas la ceniza. Si José Luis no hubiera aprendido a bailar con la tormenta,
05:08esta casa estaría en ruinas desde hace años. Y será la tormenta quien decida si te arrastra,
05:16replicó Mercedes. Por ahora, te has ganado la puerta. No hubo más intercambio. La duquesa giró con esa
05:24elegancia suya que a veces confundía la altanería con el equilibrio y se marchó, custodiando contra el
05:30pecho un plan. Haría lo que fuera necesario para librarse de Damaso. Lo que fuera necesario. Damaso
05:39eligió su traje con deliberada sobriedad. El color oscuro anotaba en el aire un recordatorio. No venía
05:46como fantasma inoportuno ni como marchand de secretos, sino como un hombre que sabía en qué habitaciones la
05:52culpa deja su perfume. Don Hernando lo recibió con la amabilidad cortés de los que prefieren no
05:59mostrar demasiado pronto si están armados. Vino de nuestra tierra, señor, preguntó el viejo con
06:08sonrisa lenta, señalando una botella larga como una promesa que no caduca. El vino guarda silencios
06:17mejores que los hombres, don Hernando, respondió Damaso, tomando asiento.
06:26Pero ya sabe que no vengo a hablar de uvas. La conversación al principio fue una danza de
06:31puntas, con la cautela de dos espadachines que aún se miden el brazo. Hasta que el comentario
06:39envenenado, llevado con manos de orfebre, cayó al centro de la mesa.
06:46Hay mujeres, dijo Damaso, casi con ternura, cuya desgracia es confundir la herencia con el derecho.
06:56Cuando lo primero se les agota, recurren a cualquier medio para sostener lo segundo.
07:00Y a veces, solo a veces, uno descubre que el director de la orquesta no es quien creíamos,
07:10sino la dama que mueve su abanico desde el palco.
07:15¿Me sigue? Don Hernando, que había sido joven en tiempos en los que no existía prudencia más que
07:21la del bolsillo, clavó el tenedor en el aire y lo dejó suspendido.
07:24El nombre de Victoria no se pronunció, pero paseó por la estancia como un animal que ya no teme mostrarse.
07:37Le sigo, dijo, y le advierto, no todos los palcos resisten los empujones. Los palcos no, sonrió Damaso.
07:49Las damas, a veces, la certeza comenzó entonces a dibujarse en la mirada del viejo,
07:54no como un fogonazo, sino como una niebla que lentamente se condensa hasta que el mundo vuelve a tener contornos.
08:04¿Y si la insistencia de la duquesa no era la de una víctima, sino la de una titiritera sorprendida por su propia trama?
08:10El comentario, en su malicia cortés, había hecho su trabajo, había abierto la sospecha.
08:16En los bordes de la finca, Isabel caminaba deprisa, como si cada paso quisiera deshacerse de un pensamiento.
08:29Amadeo la alcanzó más rápido de lo que ella habría deseado.
08:32No pienso seguir jugando a los secretos, dijo él sin preámbulos,
08:37la voz hecha de esa mezcla inaprendible de ternura y orgullo herido.
08:40Anoche, cuando te descubrí, dijiste tantas cosas que no supe qué creer.
08:49Hoy solo te pido una, ¿verdad o adiós?
08:54El viento, que parecía entretenerse en los pliegues del vestido de Isabel, se quedó inmóvil.
09:00Amadeo sonrió con tristeza, su sonrisa se parecía a la de los hombres que perdonan cosas que aún no conocen.
09:25Tal vez mi mirada no sea el problema, replicó.
09:31Tal vez el problema sea que tú miras con los ojos de los demás.
09:37Si necesitas que te vea como ellos te pintan, no te mereces como te veo yo.
09:42Isabel apartó el rostro.
09:43El sol tembló en su mejilla como un consuelo incierto.
09:51No me llames cobarde.
09:52No eres cobarde.
09:54Dijo él, acercándose un paso que no fue ni invasión ni huida.
10:01Estás asustada, y con razón, pero esto, se señaló el pecho.
10:06Esto no puede vivir de pistas.
10:07O me dejas entrar, o me cierras la puerta con llave.
10:14Ella inspiró, tragó la última piedra, y no dijo ni sí ni no.
10:21Dijo, dame el día.
10:23Y el día, que escuchaba, se dio a sí mismo también, sin saber aún si eso era una bendición o un fracaso.
10:30En otro despacho de la casa, don Hernando desplegaba su agenda con la parsimonia de los hombres que creen que planear bodas apacigua las guerras.
10:44Narraba el viaje a Burgos como quien dicta un credo.
10:47Fechas, trayectos, alojamientos, una misa en un oratorio pequeño con paredes encaladas y un fresco de un santo que mira sin juzgar.
10:56La boda de Leonardo e Irene debía quedar comprometida ahí, al abrigo de lo inevitable.
11:07Leonardo asentía por fuera, y por dentro se defendía como un animal joven ante una puerta que alguien pretende cerrar.
11:13Iré a Burgos, padre. Dijo al final, pero no puedo prometerle un sí que no he elegido.
11:25Los sí es sin elección. Contestó don Hernando, que en su juventud también los pronunció.
11:31Pueden ser más duraderos que los que dicta la fiebre.
11:34Te lo digo yo, que aprendí a querer después de la firma. Yo no quiero aprender a querer como quien aprende a usar un bastón.
11:44Replicó Leonardo con una valentía inesperada.
11:50Quiero aprender a querer como quien aprende a correr. Hubo un silencio antiguo, un silencio de padres y de hijos.
11:56Y entonces apareció Irene en el umbral, recordando lo que Bárbara le había susurrado en la víspera.
12:06Aléjate de él por tu propio bien.
12:11No por maldad, sino por temor a la ruina compartida.
12:14La muchacha guardó el consejo en el bolsillo del vestido como quien guarda un pañuelo perfumado,
12:20extrañamente útil y extrañamente inútil para un incendio.
12:23Iré a Burgos. Dijo ella, con una serenidad que contenía un temblor.
12:31Pero no prometo casarme allí.
12:36No se promete donde se teme.
12:38Zanjó Don Hernando, molesto por la música de la indecisión.
12:45Se promete donde se manda.
12:47Nadie respondió.
12:48A veces el poder necesita aire para seguir respirando solo.
12:53Victoria irrumpió en el despacho de José Luis sin pedir permiso.
12:58El duque, sentado junto a la ventana, había aprendido a mirar el valle no como territorio,
13:03sino como criatura.
13:05Le leía el pulso en el río y la temperatura en los racimos de uvas tardías.
13:09Cuando vio a la duquesa, no se levantó, giró apenas el rostro, como si respondiera a un ruido esperado.
13:18Harás lo que sea necesario.
13:24Dijo Victoria sin saludo.
13:26Ese hombre no puede seguir aquí.
13:30Si no te deshaces de él, lo haré yo.
13:33Ocurre que la palabra, deshacerse, tiene varios significados.
13:37Respondió José Luis con una calma tensada.
13:39Algunos son ilegales, otros, inmorales, alguno, simplemente estúpido.
13:48No me vengas con catecismos.
13:50Lo cortó.
13:54Ya he perdido suficiente.
13:56Tu silencio me ha puesto en la boca de ese buitre y en la mano de esa mujer.
13:59No admitiré otra derrota.
14:04Matilde habló porque alguien la ahogaba.
14:07Dijo él.
14:08Y no era yo.
14:11La duquesa apretó los puños como quien evita tocar un hierro candente.
14:15Insinúas.
14:19No insinúo.
14:20Replicó José Luis, finalmente poniéndose de pie.
14:24Digo, el valle está cansado de tantas batallas ajenas.
14:30Si te obstinas en convertir cada agravio en una guerra, acabarás sin soldados.
14:35Te lo advierto por última vez, Victoria.
14:38Deja a Damaso en paz.
14:42No me interesa tu paz.
14:44Susurró ella, con esa suavidad que presagiaba tormenta.
14:48Me interesa mi supervivencia.
14:52Las supervivencias que se cobran con sangre ajena.
14:55Concluyó él.
14:56Dejan un perfume que el valle recuerda.
14:59Y el valle, créeme, no olvida.
15:05Ella salió cerrando la puerta con violencia.
15:08El golpe resonó en el pasillo como un estampido de cazador al amanecer.
15:11La casa grande estaba viva de cuchicheos cuando los jinetes de la Santa Hermandad reaparecieron por el camino que bordea la arboleda.
15:22Los cascos marcaron una cadencia nueva, y el polvo que levantaron produjo una nube que parecía presagio.
15:31Se detuvieron ante el portal, y el que iba al frente, un hombre de barba gris, curtido por la ley y por los soles, pidió ver al duque.
15:43José Luis los recibió con la gravedad correspondiente.
15:49El varón no hacía espavientos con el dolor ni con la justicia.
15:53Se limitaba a devolverle su sitio, como quien guarda cada cuchillo en su cajón.
15:57Duque, dijo el hombre, y los presentes contuvieron la respiración.
16:05Hemos tomado declaración a la señora Luisa.
16:11Se declara culpable del robo de la talla.
16:14La noticia cayó como una baldosa mal zurcida que se suelta del techo.
16:21Se oyó un, no, en algún sitio, quizá de una criada, quizá del aire mismo.
16:27Mercedes apretó el respaldo de una silla, y Alejo sintió que el perdón de su padre no alcanzaba a cubrir aquella herida.
16:37Eso no es cierto, dijo Matilde, con la claridad de quien sabe dónde termina la inocencia.
16:46Luisa no, no, se declara culpable.
16:49Repitió el hombre, sin énfasis.
16:52Y ha pedido que, mientras se instruye el asunto, no se la busque ni se la socorra.
16:57He cometido un pecado, ha dicho.
17:03Y debo saldarlo yo, hubo murmullos de incredulidad, furia, dolor.
17:11La talla, ese corazón pequeño de madera al que todos habían adjuntado su parte de destino.
17:16¿Por qué iba a confesar Luisa, justamente ella?
17:23Le ruego, dijo José Luis, muy despacio, que respeten la petición.
17:28¿Cómo vamos a respetar una locura semejante?
17:34Saltó Mercedes, esa mujer no ha robado nada.
17:40La locura no es siempre una enfermedad, dijo el duque, clavando en los presentes una mirada que pedía silencio.
17:46A veces es un puente, y algunos puentes se cruzan solos.
17:53Nadie entendió.
17:54O, mejor, casi nadie.
17:59Alejo miró a su padre con un desconcierto que se parecía a una fe naciente.
18:03En los ojos del duque había un plan, la sombra de un plan, el esqueleto de un plan.
18:09Algo tejido en la discreción más estricta.
18:12Lo percibió también Damaso, que observaba desde el corredor como quien compone mentalmente un mapa de vulnerabilidades.
18:25¿Eso es todo?
18:26Preguntó el de la Santa Hermandad, ajeno a las redes invisibles que se lanzaban sobre la sala.
18:34Por ahora, respondió José Luis, gracias por su diligencia.
18:38Cuando los jinetes se marcharon y el polvo se acuayetó, la casa quedó en un silencio tan tenso que hubiera podido cortarse con la uña.
18:49El duque pidió que todos regresaran a sus tareas, pero nadie se movió.
18:54Entonces habló, no como señor, sino como testigo de una verdad que aún no estaba madura para compartirla.
18:59Luisa no se ha condenado, dijo, se ha ofrecido, ofrecido a qué, alcanzó a susurrar Mercedes.
19:09A una jugada, respondió él, con la sombra de una sonrisa triste.
19:17Una jugada maestra.
19:21Y ahí la esperanza, que había estado tendida boca abajo, dio media vuelta y abrió un ojo.
19:26Esa tarde el valle cambió de respiración.
19:33Algunos lo notaron en el rumor del río.
19:35Otros, en la actitud de los perros.
19:38Otros, menos poéticos, en que el mensajero de la posada llegó dos minutos antes de lo habitual.
19:43Damasó, después de su desayuno con don Hernando y de haber inoculado la duda que deseaba,
19:53decidió caminar hacia el pueblo confiado en que la sospecha siempre encuentra un hogar donde dormir.
20:01En el camino se cruzó con Victoria.
20:03La duquesa no tenía prisa, pero su paso era el de alguien que camina hacia un borde imaginario.
20:12Necesito una solución.
20:14Dijo ella sin rodeos.
20:16Y la necesito ahora.
20:17Las soluciones inmediatas.
20:19Replicó él.
20:21Suelen ser malas amantes.
20:22Nos calientan la sangre y nos enfrían la vida.
20:28No he venido a solicitar una metáfora.
20:30Lo cortó.
20:31Quiero un plan.
20:33¿Para qué?
20:33Para librarme de ti.
20:37Damasó sonrió.
20:38Una sonrisa corta, económica.
20:40O es cinismo admirable o desconocimiento peligroso.
20:44Dijo.
20:45En ambos casos, señora, no debería usted hablar en voz alta de su intención de deshacerse del único hombre que sabe que el duque ya no confía en usted.
20:56Ella dio un paso adelante.
21:01No pronuncies esa palabra.
21:03Susurró.
21:04Desconfianza, la pronuncian tus actos.
21:07Repuso él.
21:08Y, para tu desgracia, las paredes.
21:14Victoria hizo a mago de abofetearlo, pero se contuvo.
21:21Había aprendido a domesticar ciertos impulsos, aunque no todos.
21:25¿Qué quieres?
21:26A estas alturas, nada.
21:29Dijo Damasó.
21:30Prefiero ver cómo el valle entiende quién es quién.
21:36Entonces me obligas.
21:38No, duquesa.
21:40Negó él, y su voz, por primera vez, insinuó con pasión.
21:47Yo no obligo.
21:48Tan solo muestro.
21:49Son tus decisiones las que te han traído hasta aquí.
21:52Ella lo dejó allí, plantado entre las dos sombras de un ciprés, y siguió caminando, sin saber que el camino no iba hacia una salida sino hacia sí misma.
22:06En el establo, Alejo encontró a Tomás.
22:09No fue un encuentro preparado ni teatral.
22:11Fue el de dos hombres cansados que, sin hablar, comprenden que el honor se arregla con manos y no con discursos.
22:18Tomás estaba más delgado, con el cabello recogido de cualquier manera, como si a su cabeza no le importara estar bien presentada mientras su alma no tuviera reposo.
22:33Me alegra verte.
22:35Dijo Alejo, y en esa frase cabían la culpa, el cariño y una promesa de reparación.
22:43A mí me alegra poder decir que no me he ido del todo.
22:46Respondió Tomás.
22:47Me escondí porque alguien quería que desapareciera para siempre.
22:53Pero un hombre puede perderlo todo menos el hábito de volver.
22:57¿Quién te quiso borrar?
23:01Tomás miró hacia la puerta, como si temiera que el viento guardara taquígrafos.
23:06¿Quién no?
23:07Dijo.
23:10En este lugar, la gente cree que el silencio es un antídoto.
23:14Y yo soy una pregunta a la que tienen miedo de responder.
23:17Alejo asintió.
23:21Le hubiera gustado decirle que ahora, con su regreso, todo sería más fácil.
23:29Pero había aprendido que el futuro no entiende de declaraciones, solo de actos y de alianzas.
23:34Mi padre, empezó.
23:39Sé lo que tu padre ha hecho.
23:41Lo interrumpió Tomás.
23:43Y sé, también, que la jugada de Luisa no es un sacrificio sin sentido.
23:47Es un espejo que nos pone delante.
23:52¿Y qué refleja?
23:53¿Quiénes somos cuando nadie nos mira?
23:59En el zaguán, Irene y Bárbara conversaban en voz baja.
24:03La advertencia seguía flotando entre ambas, como una mariposa insistente que no sabe dónde posarse.
24:08No pretendo asustarte.
24:13Dijo Bárbara, con sincero cariño.
24:16Solo quiero que no te pierdas en una promesa que otros hicieron por ti.
24:19Leonardo no es un tirano.
24:24Respondió Irene.
24:25Es un muchacho bueno, y a veces eso es precisamente lo que más duele.
24:32Los muchachos buenos pueden quebrarte con más eficacia que los malos.
24:36Dijo Bárbara.
24:37Porque una parte de ti siempre quiere justificarles.
24:43¿Y qué hago?
24:44Preguntó Irene, con una nostalgia extraña por algo que aún no había ocurrido.
24:49Decir, no, a un hombre que no me ha herido y, sí, a un padre que me trata como si fuera un itinerario.
25:01Dite, sí, a ti, susurró Bárbara.
25:05Por una vez, la frase se quedó colgada en el aire, simple y enorme.
25:12Al caer la tarde, Mercedes buscó a José Luis.
25:15Lo halló en el despacho, con la ventana medio abierta y la luz guardándose en los cristales como un animal manso.
25:21No puedes pedirnos que aceptemos esto, dijo sin rodeos.
25:29Luisa no es culpable.
25:31No lo es, admitió él.
25:35Pero a veces es preciso que alguien se siente en la silla donde todos rehúyen sentarse para que el resto entienda de qué está hecha.
25:41Ella se ofreció, yo, lo permití.
25:47Eso no es justicia, no, concedió.
25:51Es estrategia.
25:52Mercedes, que creía en la justicia, no como dogma, sino como necesidad primaria, apretó los labios.
26:04Y si no sale bien, entonces habré matado algo que no puedo resucitar, dijo.
26:10Y lo sabré todos los días.
26:11No añadió nada.
26:15A veces el riesgo es un puente angosto donde solo cabe una persona a la vez, y el resto debe esperar al otro lado sin poder hacer nada más que mirar.
26:26La noche trajo consigo nuevas cartas.
26:28Una, con el sello de Burgos, confirmaba el itinerario para el viaje.
26:36Otra, sin sello ni firma, apareció en el alféizar de la ventana de Isabel.
26:41La verdad te mira, decía, con letra que parecía de un escolar triste.
26:49Tú decides si le sostienes la mirada.
26:51La tercera no era carta en estricto.
26:54Era un trozo de papel con una dirección y una hora, que encontró Victoria al abrir el cajón del escritorio.
27:02Si quieres librarte de él, ven sola.
27:05No decía a quién ni a qué, él, se refería, pero en su pecho ya había escogido nombre, Damaso.
27:11Isabel sostuvo su papel en la mano mucho tiempo, como quien sostiene un pájaro que no quiere espantar.
27:22Amadeo, fiel a lo dicho, se mantuvo a distancia para no forzar lo que debían hacer sin empujón.
27:27Leonardo, en su cuarto, ensayó con el espejo discursos de rebelde que sabía que no pronunciaría ante su padre, y aún así, el ensayo le daba un alivio parecido a la vida.
27:41Irene, acostada, tocó con los dedos el borde de la sábana como si fuera una cuerda de guitarra capaz de decirle el porvenir.
27:54Bárbara, en la cocina, escribió tres veces la misma frase en un pedacito de papel y la quemó.
28:00Aléjate para salvarte, y el humo subió con la timidez de las plegarias.
28:08El amanecer siguiente llegó como una coraza recién pulida. Nada se movía alrededor de la casa grande sin que alguien lo sintiera.
28:15El viaje a Burgos ya tenía mulas y mapa. La audiencia con el notario reposaba en la agenda de don Hernando como una piedra en un bolsillo.
28:29En el patio, Mercedes daba instrucciones. En la cuadra, Tomás probaba la boca de un caballo con una paciencia que no conocía otro oficio mejor que el de la espera.
28:42De pronto, irrumpió un mensajero pálido.
28:45Dijo el nombre de José Luis con urgencia y le entregó una nota pequeña.
28:52El duque la leyó y no dijo nada. La guardó en el bolsillo, como si guardara una llave o un trozo de pan.
29:02Luego se volvió hacia lejos.
29:04Hoy entenderás. Dijo.
29:06¿Por qué a veces el perdón es solo la primera puerta?
29:12¿Y la segunda?
29:13La segunda es ver. No hubo más explicaciones.
29:17De pronto, el valle se acomodó para un desenlace parcial.
29:21De esos que no cierran, pero definen.
29:26Victoria llegó sola al lugar indicado por el papel.
29:29Un claro donde el río se estira como si quisiera ponerse a pensar.
29:32La esperaba una sombra apoyada en un tronco. No era damaso. Era alguien que llevaba su voz bien enrollada en la garganta, dispuesto a desenrollarla.
29:44No vuelvas a mandar recados, dijo Victoria, si quieres verme, vienes a mi casa. A veces las casas son trampas, replicó la sombra.
29:56Y hoy tú has venido a la mía. Hubo un silencio que, por fin, se rompió con la ramita de un olmo.
30:05¿Dices querer librarte de él? Continuó. Yo puedo darte el arma. ¿Y qué quieres a cambio?
30:17¿Tu caída? Victoria sonrió de lado. Aún en la intemperie, aún con el mundo estrechándose, conservaba la ironía como un talismán.
30:25Al menos eres sincero. Lo soy, dijo la sombra. ¿Aceptarás? Acepto escuchar. Entonces escucha. El duque no confía en ti.
30:41Y hoy, alzó una mano, señalando el cielo como si se tratara de una señal convenida. Hoy mismo vas a contribuir a que esa desconfianza se convierta en sentencia.
30:51Victoria apretó los dientes hasta que un dolor pequeño la rescató del exceso de lucidez.
31:02¿Cómo? La sombra explicó. No eran muchas palabras, pero las suficientes para delinear un plan turbio que se alimentaba de prisa y de orgullo.
31:13Al mismo tiempo, en la casa grande, la Santa Hermandad regresaba, no con caballos, sino con noticias.
31:21La confesión de Luisa ha activado un protocolo, dijeron, revisar el entorno, cotejar versiones, buscar la ruta de la talla.
31:31José Luis los escuchó, aparentemente obediente, y luego los despidió con vino y pan, porque aprendió de su madre que a la ley se le trata con respeto y calor.
31:44Cuando los hombres se alejaron, el duque se quedó solo en el zaguán. No estaba solo, la decisión le hacía compañía.
31:55Padre, dijo Alejo, aproximándose. ¿Qué se supone que debo ver?
32:03Uy, dijo él. Vas a ver hasta dónde es capaz de llegar Victoria cuando se cree acorralada.
32:09¿Y quién la mira desde la sombra para que llegue justo ahí? Mercedes, que se había acercado sin hacerse notar, entendió por fin la clase de puente que era la locura de Luisa.
32:23No era sacrificio sin norte. Era el señuelo que obligaría al verdadero ladrón, o al verdadero instigador, a moverse.
32:36En ese instante, el rumor del valle cambió otra vez de respiración. Y a lo lejos, como una línea dibujada con tinta que todavía no seca, la figura de Victoria aparecía de regreso, directa hacia el corazón de su propia estrategia.
32:53Traía en el bolsillo una decisión, en la mirada un filo, y en el alma un eco. Haré lo que sea.
33:03En el otro extremo del patio, Isabel, con el papel de la verdad plegado bajo el corsé, esperó a Amadeo.
33:13No le dio respuestas todavía, pero le dio algo que en ocasiones vale más. Su mano abierta, sin guantes.
33:23Él la tomó, sin preguntas. Hoy no te miro como te pintan. Dijo. Te miro como estás.
33:32Y ella, por primera vez, no apartó los ojos. No hubo trueno ni fanfarria cuando los hilos invisibles se tensaron del todo.
33:39Fue un gesto pequeño. Un mozo de cuadra que señaló con el mentón una puerta entreabierta.
33:49Un susurro que llegó al oído de don Hernando como si fuera latín en una iglesia vacía.
33:54El golpe seco de una aldaba en la cancela de atrás.
33:57Y, entre todos esos signos, la aparición exacta de Damaso, colocándose donde debía, a la hora precisa, para que cada mirada lo viera con la interpretación que ya llevaba dentro.
34:11Buenas tardes. Dijo, sin teatralidad. Victoria lo miró con el odio privado que solo se le reserva a los espejos que nos devuelven lo peor.
34:22Creyó que el plan del claro la ponía en control. No supo que, al aceptarlo, se había subido a una barca construida por manos ajenas.
34:38José Luis, desde el marco del Zaguán, entendió que el momento se había inclinado.
34:43Ahora, murmuró. Y la palabra, ahora, sin necesidad de soldados ni de trompetas, fue la señal.
34:56La Santa Hermandad, que se había quedado no tan lejos bajo pretexto de papeleo, surgió como si fueran parte del paisaje.
35:06No vinieron a llevarse a Luisa. Ella ya había decidido sola, sino a recoger la estela de quien se delata para no hundirse.
35:13Alguien corrió una cortina. Alguien lloró sin saber por qué. Alguien, tal vez el valle, por fin respiró como si hubiera aprendido a pronunciar un nombre entero.
35:25El capítulo no terminó ahí. Los capítulos en Valle Salvaje nunca terminan donde el corazón pretende.
35:34Pero, en ese instante, con Luisa oficialmente culpable y, sin embargo, más inocente que antes,
35:41con Victoria jugando a ser verdugo sin advertir la cuerda en su propia muñeca,
35:45con José Luis demostrando que la estrategia, cuando se hace con dolor, no deja de ser una forma incierta de amor,
35:52con Isabel entregando una mano en vez de una historia, con Leonardo aprendiendo a decir,
35:57no, antes que, sí, con Irene guardando el consejo de Bárbara como un amuleto sin estampa,
36:04con Don Hernando comprendiendo que la sospecha no se bebe con el vino, sino que se pospone,
36:09con Tomás convencido de que volver es el único verbo que nos salva. En ese instante, digo,
36:15el valle entendió que la jugada maestra no consistía en humillar a nadie, sino en obligar
36:20a cada cual a mirarse en el espejo correcto. Y cuando cayó la noche, no hubo más rumor que
36:27el del río entrenándose para contar, mañana, lo que hoy apenas ha aprendido a escuchar.
36:33Porque mañana, miércoles 5 de noviembre, la duquesa descubrirá que no se libra de un hombre
36:41sin entregarse a sí misma, Damaso terminará de tejer su propia trampa al pisar el hilo que
36:47tendió para otros. Y la confesión de Luisa, lejos de ser punto final, se revelará como la primera
36:53línea de una carta que, esta vez sí, el valle completo sabrá leer.
37:03¡Gracias!
Recomendada
47:53
|
Próximamente
50:52
44:28
46:07
44:28
43:26
1:47
46:08
43:26
1:47
50:51
41:25
35:37
38:05
37:29
0:53
Sé la primera persona en añadir un comentario