Tras haber terminado la jornada, Ezequiel Rosario Torres lleva a los niños más pequeños de su hogar a las aguas del Baquí, un afluente cuyos balnearios han sido visitados por su familia, de generación en generación, en la comunidad de Carrasco, provincia María Trinidad Sánchez. Sus balnearios naturales eran hondos y estaban rodeados de árboles, un paisaje que amenizaba los encuentros familiares. “Con mi padre, con mis hermanos, con los vecinos que vivían aquí en ese tiempo hacíamos pasadías. De noche, amanecíamos aquí haciendo cocinados. Era un lugar muy acogedor, pero ahora tiene muchas áreas secas”, observa. El cauce del río —principal fuente hídrica de esta y otras comunidades aledañas— ha bajado tanto que ahora se ha convertido en un balneario “seguro” para los niños, quienes contarán experiencias muy distintas a las de sus padres. Para Rosario Torres, la deforestación intensiva —en un área eminentemente agrícola— y las altas temperaturas producto del cambio climático han incidido en la degradación del recurso natural, a lo que se suma la contaminación proveniente de otras comunidades al norte de Carrasco, por donde el río pasa. Daniel de Jesús Peña, quien trabaja en el Ayuntamiento de Río San Juan, asegura que la sequía ha afectado mucho el caudal. Afirma que la propia comunidad “paró” a quienes intentaban extraer arena del río de forma indiscriminada hace muchos años. “No podemos permitir que vengan a dañarnos los posaderos donde uno se baña”, indica. Resalta que el Ministerio de Medio Ambiente se mantiene supervisando la zona.
Sé la primera persona en añadir un comentario