Saltar al reproductorSaltar al contenido principal
  • hace 1 semana
Navegar el Isabela una mañana es como avanzar sobre una herida abierta. El motor del bote ruge con esfuerzo mientras las aguas oscuras se abren paso entre basura flotante y lilas acuáticas que aumentan hasta formar un denso tapón a pocos metros del puente que une a las avenidas Máximo Gómez y Hermanas Mirabal, río arriba.
“Hasta aquí se puede”, dice el capitán, un hombre de avanzada edad. Detiene la embarcación y observa el muro verde que se extiende frente a él. “Solo que venga un fuerte aguacero, esto se destapa”, murmura. El plan es llegar hasta donde desembocan los lixiviados que bajan desde el vertedero de Duquesa, uno de los puntos de mayor contaminación del río, pero el tapón vegetal lo impide.
Desde el bote, el aire es espeso y maloliente, cargado de gases que emergen en burbujas desde el fondo del Isabela. A cada estallido, el olor se vuelve insoportable: una mezcla de materia orgánica en descomposición y aguas servidas que desafían la respiración.
Al elevar el dron, la escena que se observa desde el aire se torna más dramática: una alfombra verde de lilas cubre el cauce como si intentara ocultar el cuerpo enfermo del río por casi cinco kilómetros continuos.
Unos días después, en un recorrido por el propio vertedero de Duquesa, la vista del dron ofrece una imagen igual de desoladora. Dos montículos inmensos de basura se levantan como murallas grises y, entre ellos, una laguna negra respira lentamente entre vapores invisibles. Es el corazón líquido del vertedero: un estanque oscuro, de 80 metros de diámetro, formado por filtraciones y lluvias que arrastran los residuos más tóxicos de todo Duquesa.
Desde el más infame de los vertederos dominicanos, los lixiviados se deslizan por dos caminos: uno hacia el norte, con unos 3.6 kilómetros de recorrido, y otro hacia el sur, de unos 2.4 kilómetros; ambos se separan apenas un kilómetro antes de unirse al ya lastimado río Isabela.
Muy cerca de estos lixiviados, el arroyo Lebrón, en particular, se ha convertido también en uno de los principales corredores de contaminación, recogiendo desechos desde Los Alcarrizos hasta su desembocadura en el río Isabela.

Categoría

🗞
Noticias
Transcripción
00:00Música
00:00Uno de los entretenimientos preferidos de uno era montarse en Yola, para arriba y para abajo, por el Isabela y por el Osama.
00:18Que sí, en tiempo atrás, uno se bañaba ahí, era muy navegable,
00:23pero el caso del aumento de la población y situarse en las zonas de la Isabela fue degradando el afluente.
00:30Ponían muchos vertederos.
00:32Otro daño grave que nos hicieron fue esa deshuesadora de barcos colocada en el río Isabela y el río Osama.
00:39También nos trayeron mucha descomposición, porque en esos deshuesadores se mudaba mucha gente alrededor
00:44y es la gente que nos está haciendo daños en río, porque aunque desalojamos ya los deshuesadores,
00:49la gente que fue ahí por trabajo está ahí y es la parte negra de la historia.
00:56Los problemas de la Isabela tienen mayor coincidencia de contaminación justo en el vertedero Duquesa.
01:05Las aguas residuales del vertedero, o sea, los lisidiados del vertedero Duquesa dañan río Guamo, río Yaguasa, que son afluentes de Isabela.
01:14Y usted ve el daño y la basura y todo eso.
01:19Allá es muy amargo uno con tanto entusiasmo defender el agua en el país, encontrarse con una realidad como tal.
01:29Esos ríos han estado ahí siempre, puede irse todo el mundo de ahí y comienza a sanearse el río.
01:35Ustedes salen a las dos orillas hasta arriba y los rubican en cualquier sitio y usted verá que en aproximadamente 5 a 6 años el agua coge su limpieza.
01:47Ustedes salen a las dos orillas hasta arriba y los rubican en el agua coge su limpieza.
Sé la primera persona en añadir un comentario
Añade tu comentario

Recomendada