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#avance #capítulo #644Ángela
Ángela desaparece y Curro entra en pánico
En el episodio 644 de La Promesa, que se emite el 30 de julio, el pánico se apodera del palacio: ¡Ángela ha desaparecido sin dejar rastro! Influenciada por Pía, la joven tomó una decisión desesperada para acabar con Lorenzo… pero su plan podría costarle la vida. Curro, al descubrir que está sola, se lanza a su búsqueda desesperada, mientras lucha contra las amenazas del Capitán, que ya no oculta su intención de destruirlo.
Pero no es el único frente abi ...
#‘LaPromesa’, #avance, #capítulo, #644Ángela, #desaparece, #Curro, #entra, #pánico
Transcripción
00:00Ángela desaparece y Curro entra en pánico. En el episodio 644 de la promesa, que se emite el 30
00:17de julio, el pánico se apodera del palacio. Ángela ha desaparecido sin dejar rastro. Influenciada por
00:24Pía, la joven tomó una decisión desesperada para acabar con Lorenzo, pero su plan podría costarle
00:30la vida. Curro, al descubrir que está sola, se lanza a su búsqueda desesperada, mientras lucha
00:39contra las amenazas del capitán, que ya no oculta su intención de destruirlo. Pero no es el único
00:46frente abierto. En las cocinas, Lope es degradado sin defensa, y Candela trama un audaz plan para
00:52devolverle su puesto. Mientras tanto, el conflicto entre Catalina y Adriano alcanza un nuevo punto
01:00de ruptura, justo cuando Martina se atreve a dar un paso hacia la reconciliación. Y en medio del caos,
01:08nuevos sentimientos podrían estar surgiendo entre Enora y... Manuel, todo puede cambiar en un instante.
01:17¿Sobrevivirá Ángela a su temeraria decisión? ¿Y quién pagará el precio de tanta tensión acumulada?
01:22No te lo pierdas. El sol de julio, implacable y dorado, se derramaba sobre los vastos terrenos
01:30de la promesa, pintando de ocre los campos y haciendo brillar los cristales del palacio como
01:35si fueran diamantes. Pero dentro de sus muros de piedra, la luz no lograba disipar las sombras
01:42que se alargaban en los corazones de sus habitantes. Cada pasillo, cada salón, cada rincón de la zona
01:50de servicio vibraba con una tensión palpable, un preludio silencioso a la tormenta que estaba
01:55a punto de desatarse. Era un día destinado a quebrar voluntades, a forjar alianzas improbables
02:03y a sembrar el terror en el alma de un hombre enamorado. El peso del papel y la semilla de la
02:10rebelión. En el despacho del capitán, un lugar que olía a cuero viejo, a tabaco rancio y a poder
02:16indiscutido, el aire estaba cargado de un descubrimiento peligroso. El polvo danzaba
02:23en los haces de luz que se colaban por las persianas entornadas, iluminando las caras
02:28pálidas de Curro y Ángela. Sobre la imponente mesa de caoba, yacían los documentos. No eran
02:35simples papeles, eran la prueba irrefutable de una traición, la crónica detallada de un
02:41negocio infame que manchaba el uniforme y el honor del capitán Lorenzo de la Mata.
02:47Libros de contabilidad con entradas y salidas que no cuadraban, cartas con nombres en clave,
02:52manifiestos de carga de barcos que zarpaban hacia destinos exóticos bajo el pretexto de
02:57transportar maquinaria agrícola, pero cuyas bodegas ocultaban el frío y mortal acero del
03:02tráfico de armas. Curro sentía un sudor frío recorrerle la espalda. Sus manos, normalmente firmes,
03:10temblaban ligeramente mientras sus ojos recorrían las cifras, las fechas, los nombres. Cada línea era
03:19un clavo más en el ataúd de la reputación del capitán, pero también una amenaza directa a sus
03:24propias vidas. Miró a Ángela, que estaba de pie a su lado, con la espalda recta y una expresión de
03:32furia contenida en su rostro habitualmente dulce. Sus ojos no veían cifras ni nombres, veían la
03:40injusticia en su forma más pura y corrupta.
03:45Esto es, es monstruoso, Curro. Susurró ella, su voz un hilo tenso a punto de romperse.
03:54Está vendiendo muerte, engañando al ejército, a la corona, a todo el mundo. Tenemos que hacer algo.
04:00Tenemos que denunciarlo. Curro tragó saliva, el nudo en su garganta era tan real como los papeles que
04:08tenía delante. El miedo, un veneno helado, se extendía por sus venas. No era cobardía,
04:17sino una prudencia forjada en el dolor y la experiencia.
04:19Sabía de lo que era capaz Lorenzo. Sabía que el capitán no era un hombre que aceptara la derrota,
04:27sino uno que aniquilaba a sus enemigos sin pestañear.
04:32Ángela, escúchame. Dijo, su voz apenas un murmullo. Tenemos que pensar con claridad.
04:40No podemos precipitarnos. Este hombre es peligroso. Si damos un paso en falso,
04:44si nos exponemos antes de tiempo. Nos destruirá. A los dos, no quedará ni el recuerdo de nosotros.
04:53¿Y qué propones? Replicó ella, girándose para mirarlo, sus ojos brillando con una mezcla de
04:59desafío y decepción. ¿Que volvamos a colocar estos papeles en su sitio? ¿Que finjamos que no
05:06hemos visto nada y sigamos sirviéndole el té por las mañanas mientras él se enriquece con el
05:11sufrimiento de otros? ¿Es eso lo que quieres, curro? ¿Vivir con esta carga en la conciencia?
05:18No, claro que no, exclamó él, levantando la voz por primera vez, un eco de su propia frustración.
05:27Lo que quiero es protegerte. Lo que quiero es que vivamos para ver cómo paga por sus crímenes.
05:34Si vamos ahora a la Guardia Civil con esto, ¿quién nos creerá? Somos un lacayo y una doncella.
05:41Él es un capitán del ejército, un hombre con influencias, con poder. Negará todo,
05:48dirá que hemos falsificado los documentos para vengarnos de él. Nos acusará de calumnias. Y
05:55entonces, Ángela, estaremos perdidos. Completamente perdidos. Se acercó a ella,
06:02tomando suavemente sus manos entre las suyas. Estaban frías como el hielo.
06:07Dame tiempo, por favor. Solo un poco de tiempo para pensar en el plan perfecto. Una forma de
06:15asegurarnos de que cuando la verdad salga a la luz, sea tan brillante y tan innegable que ni
06:19siquiera él pueda escapar de ella. Te lo juro, Ángela. Haremos justicia, pero lo haremos bien,
06:27juntos. Ángela lo miró, su tormenta interna reflejada en la profundidad de sus ojos.
06:35Asintió lentamente, pero Curro pudo ver que su sumisión era frágil. La semilla de la rebelión
06:41ya había sido plantada en su corazón. Y él temía, con un pavor que le oprimía el pecho,
06:47que alguien más la regara hasta hacerla florecer de forma imprudente.
06:50Y sin saberlo, su temor tenía nombre y apellido. Pía Adarre. Más tarde, en el lavadero,
06:59mientras el vapor empañaba los cristales y el olor a jabón y lejía llenaba el aire,
07:03Pía y Ángela compartían un momento de confidencia. Ángela, incapaz de contener la
07:10tempestad que se agitaba en su interior, le habló a Pía en términos velados, sin revelar los detalles
07:16del tráfico de armas, pero sí la esencia de su dilema. El descubrimiento de una terrible
07:21injusticia cometida por un hombre poderoso y el miedo a actuar. Pía, que había sobrevivido al
07:29infierno y había vuelto, escuchaba con una intensidad que trascendía la simple empatía.
07:36Sus propias cicatrices, invisibles pero profundas, resonaban con el dilema de la joven doncella.
07:42Vio en los ojos de Ángela el mismo fuego que una vez ardió en los suyos. Hay hombres,
07:49Ángela, comenzó Pía, su voz baja y firme, cada palabra cincelada por el dolor, que construyen
07:56sus imperios sobre la debilidad y el silencio de los demás. Creen que su posición, su uniforme
08:04o su apellido les otorgan el derecho a pisotear a quien sea sin consecuencias.
08:08Se alimentan de nuestro miedo. Piensan que nunca nos atreveremos a levantar la voz.
08:17Hizo una pausa, doblando una sábana con una precisión mecánica que contrastaba con la emoción
08:22de sus palabras. Esperar el momento perfecto puede ser una trampa. A veces, esperar solo le da al mal
08:30más tiempo para fortalecerse, para echar raíces más profundas. A veces, la única forma de acabar con
08:38la oscuridad es encender una cerilla, aunque sepas que la llama puede quemarte los dedos.
08:45La justicia no siempre es paciente, Ángela. A menudo, exige valentía. Exige un acto de fe.
08:53No era un consejo directo. Pía no le dijo ve y denúncialo. Pero sus palabras cayeron en el
08:58terreno fértil de la indignación de Ángela como gasolina sobre una brasa.
09:02Para Ángela, las palabras de Pía no eran una reflexión filosófica, sino un llamado a la acción.
09:12Eran el permiso que no sabía que estaba buscando. La validación de que su instinto,
09:16su necesidad de actuar ahora, no era una locura, sino un imperativo moral.
09:23Curro tenía razón en su miedo, pero Pía tenía razón en su principio. Y en el corazón de Ángela,
09:29el principio acababa de declarar la guerra al miedo. La decisión, silenciosa y terrible,
09:37se tomó en ese instante, entre el vapor y el olor a limpio, una decisión que cambiaría el curso de
09:43sus vidas para siempre. La amenaza en la penumbra. Mientras Ángela sellaba su destino en su mente,
09:51Curro se enfrentaba a su propio demonio. Lorenzo, frustrado y furioso por su fracaso en despedir al
09:59lacayo que consideraba una espina clavada en su costado, decidió cambiar de táctica.
10:06La sutileza había fallado. Era hora de la intimidación directa. Lo interceptó al anochecer,
10:12en el pasillo que conducía a las cocinas, un corredor largo y estrecho, iluminado apenas por
10:18un par de apliques de luz mortecina que creaban más sombras que claridad. Curro llevaba una bandeja
10:25con la cena tardía para uno de los señores, y el encuentro lo tomó por sorpresa.
10:32Lorenzo no se movió del centro del pasillo, obligando a Curro a detenerse. Su figura,
10:38alta e imponente, bloqueaba el camino. Su rostro, en la penumbra, era una máscara de desprecio.
10:46Curro, dijo, su voz un susurro sedoso y amenazante, como el roce de una navaja sobre la piel.
10:55¿Qué trabajador eres, siempre corriendo de un lado para otro, siempre tan... servicial?
11:02Curro se mantuvo en silencio, su corazón latiendo con fuerza contra sus costillas.
11:07La bandeja en sus manos se sentía de repente pesada como el plomo. He intentado por las buenas
11:15que entiendas cuál es tu lugar en esta casa. Continuó Lorenzo, dando un paso lento hacia él.
11:22He intentado explicarle a mi primo, el Marqués, que tu presencia aquí es... innecesaria.
11:28Pero parece que tienes protectores. O quizás, simplemente, eres más astuto de lo que aparentas.
11:38Se detuvo apenas un palmo de Curro, su aliento olía a vino caro y a arrogancia. Así que ahora
11:44te lo diré a ti, de forma clara y sencilla, para que hasta una mente tan simple como la tuya pueda
11:50comprenderlo. Estás empezando a molestarme, y cuando algo me molesta, lo elimino. ¿Entiendes
11:57lo que significa eliminar, la callo? Curro apretó la mandíbula, sus nudillos blancos
12:04por la fuerza con la que agarraba la bandeja. El olor a estofado se mezclaba en su nariz con
12:10el aroma agrio del miedo. Quería responder, quería gritarle que sabía lo que era, que sabía de sus
12:17sucios negocios. Pero las palabras se ahogaron en su garganta. Pensó en Ángela, en su promesa de
12:24protegerla. No sé de qué me habla, señor. Logró decir, su voz sonando extrañamente hueca en el
12:33silencio del pasillo. Lorenzo soltó una risa corta y sin alegría. Oh, claro que lo sabes. Sabes que
12:42estás en un terreno muy peligroso. Así que escucha bien mi advertencia, porque no la repetiré. Deja de
12:49desafiarme. Deja de husmear donde no te llaman. Agacha la cabeza, haz tu trabajo y mantente fuera
12:56de mi camino. Si continúas por esta senda de insubordinación, si vuelvo a sentir que me miras
13:02de esa forma tan insolente, te juro que las consecuencias serán mucho peores que un simple
13:06despido. Haré que desees no haber nacido. Haré que tu vida sea un infierno tan miserable que
13:13suplicarás por la muerte. Me he explicado con suficiente claridad. La amenaza colgó en el aire,
13:21vibrante y venenosa. No era una bravuconada. Era una promesa. Curro vio en los ojos oscuros del
13:30capitán la fría certeza de un hombre que cumplía su palabra, especialmente cuando se trataba de
13:35crueldad. Asintió, una única y tensa inclinación de cabeza. No podía permitirse el lujo de la
13:42confrontación. No todavía. Sí, señor. Claridad meridiana. Bien. Dijo Lorenzo, dando un paso atrás
13:52y sonriendo con suficiencia. Me alegro de que nos entendamos. Ahora, continúa con tus importantes
14:00quehaceres. Pasó a su lado, rozando deliberadamente su hombro, un último gesto de dominio. Curro se quedó
14:09inmóvil durante un largo minuto, escuchando los pasos del capitán alejarse por el pasillo hasta
14:14desaparecer. El aire pareció volver a sus pulmones en una bocanada temblorosa. La bandeja casi se le
14:22cae de las manos. Apoyándose contra la pared fría, cerró los ojos. La amenaza de Lorenzo no
14:30sólo lo había aterrorizado, lo había galvanizado. La necesidad de actuar, de derribar a ese monstruo,
14:39se había vuelto más urgente que nunca. Pero su plan requería tiempo y sigilo, dos cosas que temía
14:46que Ángela, en su justa indignación, no estuviera dispuesta a concederle. Su siguiente pensamiento
14:54fue para ella. Necesitaba encontrarla, asegurarse de que estaba bien, recalcarle la importancia vital
15:01de la paciencia. Un presentimiento oscuro, una punzada de pánico inexplicable, comenzó a crecer
15:09en su pecho. La caída del cocinero y el nacimiento de un plan. Mientras el drama personal de Curro
15:17alcanzaba su punto álgido, en la zona de servicio se desarrollaba otra ejecución, más pública pero
15:23igualmente cruel. Cristóbal, el nuevo mayordomo, investido de una autoridad que disfrutaba con
15:31sádico placer, había convocado a todo el personal de servicio en el gran salón de planchado.
15:38Se plantó frente a ellos, con las manos entrelazadas a la espalda y una sonrisa condescendiente
15:43en los labios. Su mirada recorrió a los lacayos, las doncellas, los mozos y las cocineras, deteniéndose
15:52un instante más de lo necesario en Lope.
15:57He reunido a todos ustedes, comenzó, su voz resonando con una formalidad forzada, para
16:03comunicar una decisión que he tomado en aras de la eficiencia y la disciplina de esta casa.
16:08Una decisión que, estoy seguro, servirá de ejemplo para todos. El silencio era absoluto.
16:18Solo se oía el tic-tac del gran reloj de pared, marcando los segundos hacia la sentencia.
16:25Como saben, el señor Lope ha estado ejerciendo las funciones de cocinero principal durante algún
16:30tiempo. Una posición para la que, debo decir, carece de la formación y, lo que es más importante,
16:39del temperamento adecuado. Sus recientes actos de insubordinación, su falta de respeto a la
16:47jerarquía y su negativa a acatar órdenes directas no pueden ser tolerados. Lope sintió que la sangre
16:54le subía al rostro. Estaba de pie junto a Vera, y ella pudo sentir el temblor de rabia que lo recorría.
17:00Quería gritar, defenderse, exponer la injusticia de la situación. Pero la mirada gélida de Cristóbal
17:09lo paralizó. Por lo tanto, continuó el mayordomo, saboreando cada palabra. Con efecto inmediato,
17:17el señor Lope queda relevado de sus funciones en la cocina. A partir de este momento, será degradado
17:24a la posición de Lacayo. Sus tareas serán las de cualquier otro mozo de librea. Limpiar el calzado,
17:31servir en la mesa, y cualquier otra labor que se le encomiende. Confío en que esta lección de humildad
17:38le sea de provecho. La noticia cayó como una bomba. Un murmullo de incredulidad y consternación recorrió
17:46las filas del servicio. Simona se llevó una mano a la boca, sus ojos llenos de pena por el muchacho al
17:52que consideraba casi un hijo. Candela miraba a Cristóbal con un odio puro y sin disimulo.
17:59Salvador y Mauro apretaban los puños, impotentes. Pero la reacción más devastadora fue la de Lope.
18:06No era solo la humillación pública, ni la pérdida del trabajo que amaba. Era la absoluta indefensión.
18:15Ni siquiera le habían dado la oportunidad de hablar, de explicarse. Había sido juzgado y
18:22sentenciado sin juicio. La cocina era su refugio, su arte, su identidad. Y se la habían arrancado de
18:30cuajo. ¿Pueden retirarse? Concluyó Cristóbal con un gesto despectivo de la mano.
18:36El grupo se disolvió en un murmullo de protestas ahogadas y miradas de compasión hacia Lope.
18:45Él se quedó allí, inmóvil, como si sus botas estuvieran clavadas al suelo. El mundo se había
18:51vuelto borroso a su alrededor. Vera se acercó y le tocó suavemente el brazo. ¿Lope, estás bien?
18:58Él la miró, sus ojos reflejando un abismo de desesperación.
19:02No, Vera, no estoy bien. Me han quitado lo único que me importaba. Más tarde, en la soledad de la
19:10despensa, rodeado de los olores a especias y harina que habían sido su mundo, Lope se derrumbó.
19:18Apoyó la frente contra un saco de patatas, su cuerpo sacudido por sollozos silenciosos de rabia
19:24y humillación. No puedo hacerlo, Vera, dijo, su voz rota. No puedo volver a ser un lacayo. No
19:33después de esto. No puedo limpiar las botas de los señores y servirles el vino, sabiendo que me
19:39han despreciado de esta manera. Cada día sería una tortura. Vera se sentó a su lado en un cajón de
19:47madera, su presencia un ancla de calma en su tormenta. No le ofreció palabras vacías de consuelo. Le
19:56ofreció una salida. Entonces no lo hagas, dijo ella con una seguridad sorprendente. Lope levantó la
20:04cabeza, mirándola con confusión. ¿Qué quieres decir? Vete de aquí, Lope, dijo Vera, sus ojos fijos en
20:12los suyos, llenos de una fe inquebrantable. Este lugar te está matando, te está ahogando. Eres un
20:20artista. Tu lugar no es aquí, donde te tratan como a un criado sin valor. Tu lugar está en una cocina
20:28de verdad, en un restaurante de Madrid, de París. Donde sea, un lugar donde la gente pague por probar
20:35tus platos, donde te llamen chef y respeten tu talento. Las palabras de Vera eran como un bálsamo,
20:42pero también como un sueño inalcanzable. Es fácil decirlo, Vera. No tengo dinero,
20:50no tengo contactos. ¿A dónde voy a ir? Iremos juntos, dijo ella, y al decirlo,
20:56se dio cuenta de que lo decía con total sinceridad. Bueno, no juntos juntos, pero yo te ayudaré. Tengo
21:05algunos ahorros. Podemos buscar un lugar, una pequeña pensión en la ciudad. Puedes buscar trabajo,
21:13con tu talento, no tardarás en encontrar algo. Lope, tienes que creer en ti mismo tanto como yo
21:19creo en ti. No dejes que este palacio sea tu tumba, que sea tu trampolín. Por primera vez en horas,
21:27una pequeña chispa de esperanza se encendió en los ojos de Lope. La idea de marcharse, de dejar
21:35atrás la humillación, el dolor, la jerarquía asfixiante de la promesa, era a la vez aterradora
21:42y exilarating. La idea de que Vera creyera en él de esa manera, era un regalo inesperado y precioso.
21:50Mientras tanto, la injusticia cometida contra Lope provocaba ondas expansivas. Una Catalina
21:58furiosa había intentado interceder ante Cristóbal, solo para chocar contra un muro
22:03de arrogancia burocrática. Frustrada, se desahogó más tarde con Simona y Candela en la cocina. Ahora
22:11un lugar extrañamente silencioso y triste sin el bullicio de Lope.
22:14Es un déspota, exclamó Catalina, paseándose nerviosamente. No le importa la calidad, ni el
22:23talento, solo su mezquino poder. No tiene ni idea de lo que ha hecho. Ya veremos qué cara ponen mis
22:30padres cuando empiecen a servirles la bazofia que cocinará cualquiera. Si tan solo pudieran probar la
22:36diferencia, si tan solo su paladar les hiciera ver la estupidez que han permitido. Y en esa frase,
22:43lanzada al aire con frustración, Candela encontró una idea. Sus ojos, normalmente nublados por la
22:50preocupación, se iluminaron con una chispa de astucia. Miró a Simona, y la cocinera mayor,
22:58al ver su expresión, supo que algo se estaba gestando en la mente de su amiga.
23:03¿Qué pasa, Candela? Preguntó Simona en voz baja. Candela se inclinó hacia ellas, su voz un susurro
23:11conspirador. Catalina tiene razón. Las palabras no funcionan con esta gente. Pero sus estómagos,
23:19sus estómagos son otra cosa. ¿Y si les hacemos ver lo que han perdido? Y si, de repente, la comida
23:27en la promesa se vuelve. ¿Insípida? ¿Monótona? ¿Terrible? Simona la miró, comprendiendo al instante.
23:35Una huelga de brazos caídos culinaria. Un sabotaje sutil pero devastador.
23:42Sin Lope, continuó Candela, su entusiasmo creciendo. La magia se ha ido de esta cocina.
23:50Hagámosle sentir esa ausencia en cada bocado. Quizás, solo quizás, cuando sus preciados paladares
23:56empiecen a sufrir, se darán cuenta del verdadero valor de nuestro Lope y obligarán a ese mequetrefe de
24:02Cristóbal a revertir su decisión. Una sonrisa lenta y decidida se dibujó en el rostro de Simona.
24:10Era un plan arriesgado. Peligroso, pero era un plan. Y en la promesa, tener un plan era tener
24:17esperanza. Grietas en la fachada de la aristocracia. Las tensiones no se limitaban a la zona de servicio.
24:26En los lujosos salones de arriba, las relaciones se desmoronaban bajo el peso de las expectativas,
24:31las presiones y los secretos.
24:36Adriano y Catalina, cuyo matrimonio había sido una transacción comercial orquestada por el
24:41varón de Linaja, se enfrentaban a su crisis más profunda.
24:47La presión del padre de Adriano, el varón de Valladares, para que se mudaran a su palacio y
24:52criaran a sus hijos bajo su férula, se había vuelto insoportable.
24:56La discusión estalló en la biblioteca, un lugar que normalmente era un remanso de paz para Catalina.
25:06Pero esa tarde, las paredes forradas de libros parecían encogerse, asfixiándola.
25:11No lo entiendes, Adriano, decía ella, su voz temblando de ira y angustia.
25:19No se trata solo de mudarnos. Se trata de entregar a nuestros hijos a tu padre. De permitir que los
25:24moldee a su imagen y semejanza, que los convierta en personas frías, calculadoras y obsesionadas con
25:30el título y el dinero, como él.
25:35Es mi padre, Catalina, replicó Adriano, pasándose las manos por el pelo con desesperación.
25:44Y son sus nietos. Tiene derecho a querer lo mejor para ellos. Su oferta nos daría una
25:49estabilidad que aquí, en la promesa, con las deudas y los problemas, nunca tendremos.
25:54Lo mejor para ellos, se rió Catalina, una risa amarga y sin alegría. O lo mejor para
26:01su ego, quiere controlar, Adriano, igual que controla todo lo demás. Y tú se lo estás
26:07permitiendo. Estás tan aterrorizado de enfrentarte a él que estás dispuesto a sacrificar la felicidad
26:13de nuestra familia. Y tú estás tan empeñada en llevarle la contraria que no ves la lógica.
26:19Martina. Gritó él. Martina ya se ha puesto de su lado. Está minando nuestra autoridad
26:25con los niños, susurrándoles al oído las maravillas del palacio de su abuelo. Estamos
26:31perdiendo esta batalla, Catalina.
26:35La mención de Martina fue la gota que colmó el vaso. La brecha entre las primas, antes
26:40inseparables, se había convertido en un abismo.
26:43Quizás el problema no es tu padre ni Martina. Dijo Catalina, su voz bajando a un susurro
26:50helado y cortante.
26:54Quizás el problema somos nosotros, Adriano. Quizás nunca debimos casarnos. Quizás todo
26:59esto fue un error desde el principio.
27:03Las palabras quedaron suspendidas entre ellos, feas e irrevocables. Adriano la miró, su rostro
27:09una mezcla de dolor y rabia. Sin decir una palabra más, se dio la vuelta y salió de
27:16la biblioteca, cerrando la puerta con un golpe seco que resonó como el fin de algo.
27:23Catalina se quedó sola, abrazándose a sí misma, las lágrimas corriendo por sus mejillas.
27:31El enfrentamiento con su marido, sumado a la reciente disputa con Martina, la hacía sentirse
27:37completamente aislada. Fue Simona, con su sabiduría sencilla y su corazón enorme, quien
27:44intentó tender un puente.
27:48Encontró a Martina en el jardín, arrancando pétalos de una rosa con gesto ausente.
27:55Señorita Martina, dijo Simona con suavidad, perdone el atrevimiento de esta vieja cocinera.
28:01Pero me duele en el alma verlas así a usted y a la señorita Catalina. Eran uña y carne.
28:10La una el sol y la otra la luna, pero siempre juntas en el mismo cielo. Martina suspiró, sin mirarla.
28:19Las cosas cambian, Simona. Cambian, sí, pero los lazos de sangre y de cariño son fuertes.
28:25A veces solo necesitan que alguien dé el primer paso. La señorita Catalina está sufriendo mucho.
28:34Por su marido, por sus hijos, y por usted, quizás, quizás unas palabras suyas podrían aliviar un poco esa carga.
28:44Las palabras de Simona calaron en Martina. A pesar de su alineación con su abuelo,
28:48una parte de ella extrañaba la complicidad con su prima. El rencor era un veneno que también la estaba
28:56consumiendo a ella. Con un suspiro de resignación, y quizás un poco de anhelo, tomó una decisión.
29:05Iría a buscar a Catalina. Se disculparía. No sabía si serviría para arreglar el abismo entre ellas,
29:11pero como había dicho Simona, era un primer paso.
29:14Y a veces, un primer paso es todo lo que se necesita para empezar a volver a casa.
29:22Sacrificios y desprecios. En otra parte del palacio, otra conversación familiar,
29:28mucho más cruda y desesperada, tenía lugar.
29:33Ricardo, el mayordomo, había arrinconado a su hijo Santos en la bodega,
29:38el único lugar donde podían hablar sin ser escuchados.
29:41El rostro de Ricardo estaba marcado por el cansancio y la decepción. Había movido cielo
29:48y tierra para conseguir que su hijo fuera readmitido en el servicio de la promesa después
29:53de sus innumerables fechorías. Y ahora, Santos malgastaba esa segunda oportunidad con su actitud
30:00displicente y su creciente y extraña hostilidad hacia Pía Adarre.
30:03Santos, tenemos que hablar. Comenzó Ricardo, su voz grave.
30:11No tengo nada que decirte, padre. Respondió el joven con desdén, colocando unas botellas
30:17de vino en un estante.
30:20Pues yo sí tengo algo que decirte a ti. Insistió Ricardo, bloqueándole el paso.
30:25Santos, ¿sabes por qué estás aquí? ¿Sabes por qué te han vuelto a aceptar en esta casa
30:29después de todo lo que hiciste?
30:33Santos se encogió de hombros. ¿Por qué eres el mayordomo y tienes enchufe?
30:38Ricardo negó con la cabeza, una tristeza infinita en su mirada.
30:44No, Santos, estoy aquí porque yo renuncié a mi puesto. Le ofrecí al marqués mi cabeza
30:49a cambio de la tuya. Le dije que me marcharía para siempre si te permitía volver. Fue el
30:55propio marqués quien, en un acto de generosidad que no mereces, decidió mantenernos a los
31:00dos. Santos lo miró, por primera vez, con una pizca de sorpresa, aunque no de gratitud.
31:10Y no es el primer sacrificio que hago por ti, hijo. Continuó Ricardo, su voz quebrándose
31:16ligeramente. Toda mi vida ha sido una cadena de sacrificios para intentar darte un futuro,
31:23para intentar enderezar el camino que tú te empeñas en torcer.
31:28Y ahora solo te pido una cosa a cambio, una cosa aparentemente sencilla, ¿el qué? Preguntó
31:34Santos, a la defensiva. Quiero que seas cordial con la señora Pía, no te pido que seas su amigo,
31:41solo que la trates con el respeto que su posición como ama de llaves merece. Que dejes de mirarla
31:48con ese desprecio que no entiendo. La petición pareció encender una furia irracional en Santos.
31:56Su rostro se contrajo en una mueca de asco. ¿Respeto? ¿A esa? Escupió las palabras.
32:03No, me niego en rotundo. No pienso dirigirle la palabra a esa mujer a menos que sea estrictamente
32:08necesario. Y no me pidas que te explique por qué, porque ni yo mismo lo sé. Simplemente,
32:16no la soporto. Su presencia me revuelve el estómago. Ricardo lo miró, atónito y desolado. No
32:25era solo rebeldía juvenil. Era algo más oscuro, más profundo. Un odio visceral e inexplicable que
32:32lo asustaba. Se dio cuenta, con un dolor punzante en el pecho, de que su sacrificio había sido en
32:40vano. No podía salvar a su hijo. Quizás, porque su hijo no quería ser salvado. Dudas en el aire y
32:49nuevas percepciones. En medio de tanto drama, un hilo de romance juvenil intentaba abrirse paso,
32:56aunque no sin sus propias complicaciones. En el hangar, Toño buscaba a Manuel para compartir
33:04las dudas que lo asaltaban. Manuel, necesito un consejo. Dijo, mientras pasaba un trapo por el
33:11fuselaje del aeroplano. Dispara, amigo. Respondió Manuel, ajustando una pieza del motor. Es sobre
33:21en hora. El picnic del otro día. Fue bien. Nos reímos, hablamos. Pero no sé, hay algo que no me
33:30cuadra. ¿A qué te refieres? La noto, distante, cuando hablamos de cosas nuestras, de nosotros,
33:39parece que su mente está en otra parte. Pero en cuanto mencionas un biplano, un motor,
33:46o la posibilidad de volar, sus ojos se iluminan. Es como si, como si estuviera más ilusionada con
33:54la aviación que conmigo. Manuel dejó sus herramientas y se apoyó en el ala del avión,
33:59mirando a su amigo con simpatía. Conocía bien esa pasión, pero mientras escuchaba a Toño,
34:06empezó a darse cuenta de algo más. Empezó a recordar sus propias interacciones con Enora.
34:13Enora. Recordó cómo le había explicado el funcionamiento del altímetro, y la inteligencia
34:18y la rapidez con la que ella lo había entendido todo. Recordó una mirada que compartieron sobre
34:25un plano, un momento de conexión intelectual que lo había sorprendido. Se dio cuenta de que Toño
34:32tenía razón. La pasión de Enora por la aviación era genuina y arrolladora. Pero también empezó a
34:39percibir algo nuevo, algo que hasta ahora no había querido o no había sabido ver.
34:46Una chispa en la forma en que ella lo miraba a él cuando hablaban de volar. Una complicidad que iba
34:51más allá de la de un maestro y una alumna. Quizás solo está fascinada por un mundo nuevo,
34:58Toño. Dijo Manuel, aunque sus propias palabras le sonaban huecas. Una extraña e inesperada
35:05sensación comenzaba a nacer en su interior. ¿Era posible que la pasión de Enora no fuera solo
35:10por las máquinas, sino también por el piloto? La idea lo inquietó y, a la vez, lo intrigó de una
35:17forma que no esperaba. Un nuevo triángulo, sutil e incipiente, estaba dibujándose en el aire de la
35:25promesa. El silencio atronador de una ausencia. Y entonces, el terror se materializó. Curro, con el
35:35corazón encogido por la amenaza de Lorenzo y la conversación de Ángela con Pía resonando en su
35:40mente como una campana de alarma, empezó a buscarla. Su leve inquietud se convirtió en preocupación,
35:47y, la preocupación, en un pánico helado que le atenazaba las entrañas. Primero fue a su dormitorio.
35:56Vacío. La cama, perfectamente hecha. Una sensación de orden que lo inquietó aún más. Preguntó a María
36:04Fernández. ¿Has visto a Ángela? No, hace un rato que no la veo. Creí que estaba contigo. Preguntó a
36:12llana. ¿Sabes dónde está Ángela? La vi hablando con Pía en el lavadero hace un par de horas.
36:20Parecía, decidida. Cada respuesta negativa era un martillazo en su pecho. Corrió por los pasillos,
36:27su mente reconstruyendo los hechos. La furia de Ángela al ver los documentos. Sus palabras sobre
36:34la necesidad de actuar. La influencia de Pía, la encarnación de la justicia por mano propia. La
36:42pieza final y terrible encajó en su mente con una claridad brutal. Los documentos. ¿Dónde estaban
36:50los documentos que habían escondido? Corrió al despacho del capitán, entró sin llamar, con el
36:55corazón en la boca. Fue directo al escondite. Un libro hueco en la estantería más alta. Metió la mano.
37:04Vacío. Un grito ahogado escapó de sus labios. Se le nubló la vista. No. No. No. Salió del despacho
37:14como alma que lleva el diablo, buscando a la única persona que podía confirmar su peor pesadilla.
37:22Encontró a Pía en el cuarto de costura, remendando un uniforme. Pía. Exclamó. Su voz rota por el pánico.
37:30Pía levantó la vista, alarmada por su estado. Curro, ¿qué ocurre? Estás pálido como un muerto.
37:41Es Ángela. Dijo, luchando por respirar. Lo que hablamos antes, sobre la justicia,
37:47sobre actuar. ¿Qué le dijiste exactamente? Pía frunció el ceño, una sombra de comprensión y
37:54horror cruzando su rostro. Solo le dije que a veces no se puede esperar. Que hay que ser valiente.
38:01Dios mío. Curro. ¿Los documentos del capitán? No habrá. Se ha ido. Pía. Gritó él. El control
38:09finalmente roto. Ha desaparecido. Y se ha llevado los papeles. Se ha ido a denunciarlo. Sola.
38:17Las palabras quedaron suspendidas en el aire, cargadas de un peso insoportable. Pía se llevó
38:25una mano a la boca, sus ojos desorbitados por el horror de las consecuencias no intencionadas de
38:30sus palabras. Había querido inspirar a una joven doncella a ser fuerte. En su lugar,
38:38la había enviado a las fauces del lobo. Curro se apoyó contra la pared, las piernas le fallaban.
38:45La amenaza de Lorenzo resonaba en sus oídos, clara y letal. Cuando algo me molesta, lo elimino.
38:54Ángelán no solo lo había molestado. Había ido a firmar su sentencia de muerte, y la de ellos.
39:02Afuera, el sol comenzaba a descender, tiñendo el cielo de tonos anaranjados y púrpuras.
39:07Pero para Curro, el mundo se había sumido en una oscuridad total. Ángela había desaparecido.
39:18Y en el silencio atronador de su ausencia, solo se oía el eco de una única y aterradora
39:23pregunta que lo consumía todo. ¿Llegaría a verla con vida otra vez?
39:27El capítulo 644 de la promesa no había hecho más que empezar, pero para sus habitantes,
39:35la noche prometía ser la más larga y oscura de sus vidas.
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