Soy un experto trujamán, no de dioses ni de reyes, sí de los marginados del amor el placer y la esperanza.
No pronostico ni traduzco males fuera de la dura realidad, no doy consuelo ni prometo nada, pero mis palabras son veraces, y en ocasiones, sabias.
Por eso perduran en el tiempo como la buena poesía, en la memoria de los mejores comensales del anonimato.
Trujamán honesto y franco que va con la verdad y su palabra histórica, intérprete de luchas y avatares en las palestras del mundo.
No adivino el porvenir aunque tengo facultades para ello, pero el eco de mi verbo es limpio y resuena en lugares imprevistos, repitiendo lo que será después de haberse derrumbado todo.
Sé la primera persona en añadir un comentario