Aunque muchos aseguran conocerlo pocos saben de sus aventuras, infortunios y momentos de satisfacción en este mundo de monstruos y de dioses.
Nacido de hombre bueno y gran mujer, joven aún cayó en desgracia, partiendo entonces a lo inexplorado en busca de amores y mayor conocimiento.
Bellas y encumbradas damiselas, igual que matronas de divina estirpe, cayeron a sus pies, rendidas y apasionadas como adolescentes. Al ser rechazados sus requerimientos, vengativas, ideáronse calumnias, y con ellas el mal de su existencia errante.
Los amantes y crédulos esposos, enfurecidos por el supuesto crimen intentaron asesinarlo al punto, hasta que pudo demostrar la esencia de su franco y leal comportamiento con titánicos retos y trabajos que desmentían la proterva insidia.
Pegaso fue su compañero fiel en los momentos de terrible apuro, cuando piratas y quimeras, traicioneros, quisieron doblegarlo a su destino.
Los reyes le brindaron finalmente merecido perdón y reconocimiento a sus constantes y heroicas hazañas, pero el malvado y poderoso Zeus, llevó a cabo el pervertido acto de lanzarlo contra el duro suelo, condenándolo a perpetua errancia maldiciente, solitario y ciego, hasta el día en que salió el decreto de su triste y miserable muerte.
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