Soy alguien decisivo y poderoso en los rituales de la cultura china cuando de muertos se trata, y una de las tres divinidades que habitan los cuerpos disponibles entre la agonía y la descomposición.
Ejerzo con mis otros dos colegas como diablo vigilante y minucioso durante el viaje de las almas solas hacia las cuevas de la oscuridad.
Los sobrevivientes tratan de impedir el rápido abandono de los fallecidos mientras avanza la insidiosa noche, donde siempre me veo custodiado por aquellos que quieren retenerme rondando alrededor del que se ha ido.
Cuando los dioses superiores saben de mi escape, por su descuido torpe, los condenan a castigos horrorosos, ejecutados por flamígeros demonios y escarnecidos familiares del difunto, ignorantes del amor y la piedad.