Pertenezco a la estirpe de los pretas, fantasmas que inician sus andanzas cuando el hombre comienza su camino por los áridos terrenos de la muerte. Mi formación se inicia en el instante en que sucumbe por métodos violentos sin ninguna ceremonia comprendida en los rituales de la cultura hindú.
Me presento desnudo y desarmado con mi aspecto diabólico y feroz, actuando sin piedad contra los vivos, aunque sean mis amigos o parientes. Soy experto en estrangulaciones y en matar de un porrazo a las personas, obligarlas a que hagan mil locuras o darles pestes que las deje inválidas.
No existe protección que sustituya mis actos contra todos los fanáticos mientras me libro de sus procederes. La fórmula posible (no segura) es no injuriarme o presentar la espalda cuando cumplo la tarea encomendada, en los pactos donde afirmo y reafirmo ser el riguroso caballero de los muertos.