Soy el alma de los vegetales, fuerza y poder de múltiples criaturas, y a través de mis hechizos pronostico cosas ciertas, falsas y aterradoras.
Observo y pienso de manera filosófica, aunque proclive a las perversidades. De mi larga existencia y conocimiento doy cuenta a los amantes que cavilan sobre el motivo de sus ansiedades.
Al invadirme la esencia de los olmos los cazadores consultan mi follaje recibiendo respuestas enigmáticas: Cuando el viento agita mis ramas al oeste, el ciervo desafiará tus flechas. Cuando los vientos del este hagan volar las hojas alrededor de tus pies, busca conejos peludos para mejorar tu cena.
En Togo, un nativo se salvó del hambre cuando adobó sus guisos con mis hojas. En Irlanda soy un vegetal voluble que anuncia los tesoros escondidos con suspiros, murmullos y gruñidos.
Si encarno en árboles longevos me expreso con mayor profundidad; en arbustos delgados y pequeños mi sonido es un eco femenino, queriendo decir que hay nuevo espíritu en los centros cargados de poder.