Según el canto del Antiguo Inglés, fuiste primera entre diversas Runas que pudieron avistar los hombres, hasta la noche que volviste al Este perseguida por ásperos guerreros, sobre la crisma de revueltas olas.
Creación de la diosa de la Tierra, deidad protectora de la fertilidad como se afirma en el poema rúnico; te viste degradada con violencia en tu sabio paganismo bienhechor por consigna del oscuro cristianismo que no supo valorar tu condición como reina universal de las cosechas.
En los actos de magia te invocamos suplicando protección para el hogar y armonía en relaciones afectivas, por ser musa de procesos creativos, y en los rituales de la fecundidad.
Tu nombre Ing, que significa gente, muestra el alcance de la comunidad en la cual has ejercido desde antiguo el prodigioso poder que nos fascina y el apoyo fraterno en cada grupo, con sobrada lealtad y abnegación.
Proporcionas efectos duraderos en acciones de la vida cotidiana; enseñas a los hombres la riqueza si ofuscados no sufren de miopía, a cambio de una ofrenda cariñosa con los dedos unidos al ombligo y los codos doblados con soltura mientras forman un rombo natural.