Noble como los árboles añejos, límpido como un cielo de marzo y profundo como el mar, ha tornado el mío cálido, sereno y amoroso como paloma en arrullo al borde de la eternidad. Él amansa mis furias ancestrales, mis huracanes de odio, mis rayos y tormentas interiores; alivia mi tristeza y mi dolor. Alcanza para todo tu corazón abierto: Amante, amigo, madre, hermano; para todo lo que vive y es en este universo desbocado. Siempre unidos, tu corazón y el mío, por esa fuerza cósmica que desató algún dios ansioso de mostrar sus poderes infinitos, tan infinitos como tu corazón.