¡Después halaga a tu amiga y acaríciala! ¡Enseguida lánzate sobre ella y tiéndela! ¡Lo tuyo es grande y lo suyo pequeño! ¡Ya leilí! ¡Ya einí! Las Mil Noches y Una Noche
No desistas viejo romano. Atlético fuiste y vigoroso aunque hoy tus fuerzas desfallezcan por tantas y tan duras batallas.
Bebe optimista el mejunje que hice para ti con tripas de aves y de peces. También de algunos reptiles, esperma de ciervo y ciertos huesos de rana.
Puse igualmente, para no fallarte, tres penes de lobo negro y siete huevas de erizo, mezclados todos ellos con el jugo secreto de la divina mandrágora.
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