De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud, los “impuestos saludables” son aquellos que gravan los productos como tabaco, alcohol y bebidas azucaradas, que causan cáncer, diabetes y enfermedades cardiovasculares o respiratorias. Desde una perspectiva de salud, aumentar el precio de estos productos los hace relativamente menos asequibles que otros bienes y servicios, por lo que conducen a una población más saludable, una reducción a largo plazo en los costos de atención médica, así como potenciales ganancias en productividad laboral, además de que generan ingresos fiscales estables y predecibles.
El pasado septiembre, la presidenta de México Claudia Sheinbaum dio a conocer que el Paquete Económico 2026 incluiría “impuestos saludables”, que incluirían a videojuegos “violentos” y apuestas en línea, lo que generó polémica debido a que la mandataria prometió en campaña no recurrir a una reforma fiscal para financiar la ampliación en gasto social; además, detractores aseguraron que los gravámenes, específicamente aplicados a videojuegos denominados “violentos”, no tenía base científica comprobable.
Es así como surge la pregunta: ¿los “impuestos saludables” en México son una medida recaudatoria para mantener una política de programas sociales o es una llamada a la atención de la salud de la población?
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Panelistas: 💬 Dr. Alfredo Pastén Hernández, doctor en políticas públicas y asesor legislativo 💬 Dr. Miguel Ángel Serna Martínez, consultor financiero y de salud
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