✨ En el Capítulo 272 de Valle Salvaje, tras ser absuelta por la Santa Hermandad, Ana regresa a la Casa Grande.
Su retorno despierta emociones encontradas: gratitud, temor y recuerdos dolorosos del pasado.
Mercedes y Adriana la reciben con afecto, Rafael intenta brindarle una nueva oportunidad, mientras Victoria observa con recelo.
El Valle parece en calma, pero viejas heridas comienzan a reabrirse con su llegada.
⚠️ ¿Podrá Ana rehacer su vida en la Casa Grande o su pasado volverá a perseguirla?
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Su retorno despierta emociones encontradas: gratitud, temor y recuerdos dolorosos del pasado.
Mercedes y Adriana la reciben con afecto, Rafael intenta brindarle una nueva oportunidad, mientras Victoria observa con recelo.
El Valle parece en calma, pero viejas heridas comienzan a reabrirse con su llegada.
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CortometrajesTranscripción
00:00El capítulo 270 y 2 de Valle Salvaje revela cómo la aparente calma tras el juicio de Úrsula
00:23da paso a nuevas intrigas. Victoria, incapaz de aceptar su caída, teje una alianza con Isabel
00:30para recuperar el control del valle, mientras Rafael y el Marqués intentan sostener el orden
00:36con prudencia y justicia. La lealtad de Matilde, puesta a prueba por el miedo y la manipulación
00:44de Victoria muestran que el poder sigue siendo un juego peligroso, donde la verdad y la traición
00:50conviven. Sin embargo, la fortaleza moral de Mercedes y la serenidad de Adriana se erigen
00:57como pilares de esperanza frente al renacer del mal. Este episodio no concluye la historia,
01:05pero deja claro que el destino de los Guzmán aún pende de un hilo.
01:09El Valle Salvaje, una vez más, se debate entre la redención y la oscuridad. El sol despuntaba
01:17sobre las colinas del Valle Salvaje, cuando el carruaje del Marqués Hernando de Guzmán
01:23atravesó el camino empedrado que conducía a la Casa Grande. Los aldeanos se detenían
01:29para observar su paso, inclinando la cabeza con respeto. Hacía meses que el Marqués no pisaba
01:36aquellas tierras y su regreso anunciaba un nuevo capítulo para la familia Guzmán. Sin embargo,
01:43bajo el brillo solemne de su llegada, el aire estaba cargado de tensiones no resueltas. Al llegar al patio
01:51principal, Rafael lo recibió con una reverencia discreta. Tío, es un honor tenerlo de nuevo entre
01:58nosotros. El Marqués descendió con un porte majestuoso, aunque el peso de los años se reflejaba
02:06en su andar. El honor es mío, muchacho, respondió. Vengo a poner orden y a preparar lo que debe
02:14hacerse. La boda de Leonardo con Irene. Que el valle vea que los Guzmán todavía saben cumplir con
02:22su palabra. Mercedes, que observaba desde la galería, cruzó una mirada con Rafael. Ambos sabían que esa
02:30boda era más una transacción que una unión de amor. El rostro de Rafael se mantuvo sereno,
02:37pero en su interior hervía la contradicción entre el deber y la compasión. Poco después,
02:44Hernando fue recibido en el salón por José Luis y Victoria. El encuentro fue tenso. La duquesa
02:52intentó disimular su incomodidad, pero el Marqués, con su habitual agudeza, no tardó en percibir la
02:59hipocresía, en el aire. Veo que el tiempo no ha cambiado mucho las cosas, dijo con una sonrisa
03:05contenida. Aunque me alegra ver que el nombre Guzmán sigue en pie, José Luis, con una voz cargada
03:13de cansancio, respondió. Hemos pasado tiempos difíciles, hermano, pero todo vuelve a su cauce.
03:21A su cauce, replicó Hernando, dejando su bastón sobre la mesa. He oído hablar del juicio, de la
03:29locura de Úrsula y del desprestigio que ha caído sobre esta casa. No vengas a decirme que todo está
03:36en orden. Victoria intervino con tono defensivo. El valle tiene memoria corta, Marqués. Lo importante
03:45es mirar hacia adelante. ¿Hacia adelante o hacia tu conveniencia, Victoria? replicó él con dureza.
03:53He visto muchas mujeres de noble cuna destruir familias por querer controlar lo que no les
04:00pertenece. La duquesa palideció. No permitiré que me insultes en mi propia casa. Entonces compórtate
04:09como una anfitriona digna, respondió él sin alzar la voz. No he venido a pelear, sino a restablecer lo
04:17que el honor exige. La boda de Leonardo con Irene se celebrará. Y quiero que esta vez no haya engaños
04:25ni manipulaciones. José Luis intentó suavizar la situación. Hernando, Victoria, ha pasado por mucho.
04:35Tal vez podamos. Basta, José Luis, interrumpió el Marqués. Tu debilidad es parte del problema.
04:44Siempre lo fue. El silencio cayó como una losa. Victoria desvió la mirada, furiosa, pero contuvo su
04:53respuesta. El Marqués, cansado, tomó asiento. He venido para quedarme el tiempo necesario. No solo
05:02para la boda, sino para asegurarme de que el apellido Guzmán vuelva a significar algo más que
05:08escándalo y vergüenza. Horas más tarde, mientras el Marqués inspeccionaba los terrenos con Rafael,
05:15el valle parecía recobrar algo de su esplendor. Eres diferente a tu padre, le dijo con un leve orgullo.
05:22Tienes algo que él perdió, la capacidad de escuchar. Rafael sonrió modestamente.
05:30Intento hacer lo correcto, pero a veces el bien no basta. El bien siempre basta, replicó el Marqués.
05:40Lo que falta es el coraje para sostenerlo. Esa misma tarde, en la casa pequeña, Mercedes comentaba
05:47con Ana la llegada del Marqués. El viejo Hernando ha vuelto a poner los pies sobre la tierra. Dijo
05:54mientras servía café, si alguien puede mantener a Victoria a raya, es él. Ana, aún insegura después
06:02de todo lo vivido, preguntó, ¿y cree que cambiará algo? Tal vez no todo, respondió Mercedes. Pero cada
06:11vez que el poder se mira al espejo y ve su propia sombra, el miedo hace su trabajo. Al caer la noche,
06:19en la casa grande, Victoria observaba desde su balcón las luces de la propiedad. Su rostro estaba
06:27marcado por el rencor. No permitiré que Hernando me humille, murmuró. Si él quiere guerra, la tendrá.
06:35José Luis entró sin ser anunciado. Habla sola, Victoria. Pienso, respondió ella con frialdad. Y cuando
06:46una mujer piensa, los hombres tiemblan. Él la miró con una mezcla de cansancio y tristeza. Solo te pido
06:54que no destruyas lo poco que queda en pie. Victoria sonrió con ironía. No te preocupes, querido. No pienso
07:04destruir nada. Solo recuperar lo que me pertenece. Mientras tanto, en el estudio del marqués, Hernando
07:12escribía una carta. El valle todavía respira. Anotó. Pero el veneno sigue en la sangre de los
07:21Guzmán. Tendré que actuar rápido. Antes de que la próxima generación pague por los pecados de los
07:27padres, el reloj dio las once. Afuera, el viento soplaba con la fuerza de un presagio. El amanecer
07:37llegó con una serenidad engañosa. Las campanas del convento repicaban a lo lejos mientras Ana se
07:44arrodillaba en la capilla, con las manos entrelazadas y el rostro vuelto hacia la cruz. Había dormido poco.
07:51La paz del perdón no llegaba tan rápido como esperaba. Aunque la santa hermandad la había
07:59absuelto, aún sentía el peso del pasado oprimiendo su pecho. Cuando terminó su oración, Mercedes la
08:07esperaba fuera. No puedes seguir viviendo con miedo, hija, le dijo con dulzura. Y apagase tus cupas.
08:14El valle ha visto quién eres en realidad. Ana la miró con gratitud, aunque la inseguridad aún se
08:23reflejaba en su mirada. Mercedes, no sé si podré volver a esa casa. Cada rincón me recuerda lo que
08:32sufrí. La voz de Úrsula todavía resuena en mi cabeza. Mercedes suspiró. Te entiendo, pero el valle
08:41cambia, Ana. ¿Rafael quiere que regreses? Dice que la casa grande necesita almas limpias para empezar
08:49de nuevo. Ana se sobresaltó. ¿Volver allí? Sí, respondió Mercedes. El marqués te ha perdonado
09:00oficialmente. Rafael también. Y Adriana, bueno, ella te considera parte de su familia.
09:08On a show you the best. Adriana tiene un corazón demasiado bueno. No sé si merezco tanto. Mercedes
09:19la tomó del brazo. No es cuestión de merecer, es cuestión de sanar. Si te quedas en el pasado,
09:27nunca podrás hacerlo. Mientras hablaban, un carruaje se detuvo frente a la capilla. Rafael bajó,
09:36vestido de forma sencilla, pero con la elegancia natural que lo caracterizaba. Ana, dijo con una
09:43sonrisa serena. He venido a traerte a casa. Ella se estremeció. ¿E casa? Sí, respondió él. A la
09:54casa grande. No como sirvienta, sino como alguien que merece un nuevo comienzo.
10:01On a vatsilou. Rafael, no puedo. No después de todo lo que pasó. Precisamente por eso intervino
10:11Adriana, que había bajado del carruaje tras él. Porque allí murió tu miedo. Y donde muere el miedo,
10:18pueden hacer la esperanza. Las palabras de Adriana la conmovieron profundamente. Por primera vez,
10:27sintió que el perdón no era una carga, sino una puerta abierta. Finalmente, asintió. Está bien.
10:36Wolverine. Durante el trayecto de regreso, el paisaje se desplegaba ante ellos con una calma nueva.
10:43El valle, que antes le parecía sombrío y hostil, ahora se mostraba más luminoso. Las colinas estaban
10:51cubiertas de trigo y el murmullo del río parecía cantar una melodía distinta. Al llegar a la casa
10:59grande, Ana se detuvo un instante antes de cruzar la puerta. Respiró hondo, sintiendo que el pasado
11:07quedaba atrás con cada paso. En el vestíbulo, Mercedes la recibió con una sonrisa maternal.
11:15Bienvenida de nuevo, hija. Adriana la abrazó con calidez. Esta casa fue testigo de tu dolor,
11:24pero también lo será de tu renacer. Rafael observaba la escena con satisfacción silenciosa.
11:31Sin embargo, al girarse, se encontró con la mirada de Victoria, que descendía lentamente
11:37por la escalera principal. Su expresión era glacial. ¡Qué conmovedor! Dijo con una voz
11:44cargada de ironía. El regreso de la santa redimida. Supongo que ahora hasta los pecadores
11:51tienen su lugar en mi casa. En nuestra casa, corrigió Rafael con firmeza.
11:56Y te ruego, madrastra, que no vuelvas a humillarla. Esta familia ha sufrido demasiado para seguir
12:05alimentando el rencor. Victoria arqueó una ceja. ¿Desde cuándo decides tú quién puede
12:13entrar o salir de esta casa? Desde que mi padre me cedió la administración, replicó él. Si te
12:21incomoda, puedes retirarte al ala este. Nadie te lo impedirá. El silencio que siguió fue tenso.
12:29Victoria apretó los labios y se giró con elegancia fingida. Haz lo que quieras, Rafael.
12:37Pero recuerda, cuando una mujer se queda sin poder, se vuelve impredecible. Cuando se alejó,
12:44Mercedes murmuró. Esa mujer no descansará hasta volver a mandar. Rafael la sintió. Lo sé,
12:54pero no pienso cederle más espacio. Este valle ya ha sangrado bastante. En los días siguientes,
13:02Ana se fue adaptando poco a poco a su nueva vida. No tardó en hacerse indispensable. Cuidaba los
13:08jardines, ayudaba en la cocina y acompañaba a Adriana en sus paseos. Los criados la respetaban e
13:17incluso algunos aldeanos comenzaron a saludarla con afecto. Una tarde, mientras regaba las flores,
13:25Rafael se acercó. ¿Ves? Le dijo. El tiempo cura lo que creemos imposible. Ana sonrió con timidez.
13:35A veces pienso que el perdón duele más que la culpa. Eso es porque el perdón exige valor,
13:42respondió él. Adriana los observaba desde la terraza, con una sonrisa discreta. Sabía que el
13:50vínculo entre ellos no era de amor romántico, sino de almas que habían sufrido lo mismo. Y ese lazo,
13:58silencioso y sincero, fortalecía el nuevo orden del valle. Esa noche, mientras el sol
14:05se ocultaba tras las montañas, Ana subió al campanario para encender las lámparas del jardín,
14:12miró hacia el horizonte y susurró. Gracias, Julio, por dejarme vivir para ver esto. El viento sopló
14:20suavemente entre las flores. Como una respuesta, el ambiente en la casa grande comenzaba a estabilizarse,
14:28pero entre José Luis y Victoria el aire se volvía cada día más espeso. La herida del escándalo de
14:35Úrsula aún sangraba en silencio, y aunque el duque trataba de mantener las apariencias,
14:41su esposa parecía incapaz de aceptar la nueva realidad. Desde el amanecer hasta el anochecer,
14:48sus pasos resonaban en los pasillos como un eco de resentimiento. Aquella mañana,
14:54mientras José Luis revisaba unos documentos del Consejo Real, Victoria entró sin llamar. Su
15:01porte era impecable, pero su rostro delataba noches de insomnio. He escuchado que Hernando
15:07planea intervenir en nuestros asuntos, dijo con voz seca. ¿Piensas permitirlo? José Luis dejó la pluma
15:15sobre la mesa. El marqués solo busca asegurar que todo sigue en orden. Después de lo ocurrido,
15:23es lo más sensato. ¿Sensato? replicó ella con desprecio. ¿Dejar que un viejo entrometido nos
15:31diga cómo manejar nuestra casa? No puedo creer que te humilles así. Él la observó, cansado.
15:39Victoria, ya no somos los mismos. Hemos perdido demasiado. El orgullo no salvará lo que queda.
15:47Ella rió, amarga. ¿Orgullo? No, José Luis. Lo que tú llamas orgullo, yo lo llamo dignidad. Y me
16:00niego a ver cómo los Guzmán se convierten en un espectáculo para el pueblo. José Luis se levantó
16:06lentamente. El espectáculo lo empezó Úrsula. ¿Y tú lo encubriste? ¿O ya olvidaste que fuiste tú
16:15quien la protegió cuando todos sabíamos lo que había hecho? Las palabras fueron como
16:21una bofetada. Victoria lo miró con incredulidad. ¿Te atreves a culparme a mí? Sí, respondió ella con
16:30voz firma. Fuiste tú quien cerró los ojos cuando mató a Julio, quien cayó cuando intentó asesinar
16:37a Rafael. Todo por mantener las apariencias. ¿Te importaba más la fachada que la familia?
16:45Victoria retrocedió un paso, como si esas palabras la golpearan físicamente. Yo solo intenté mantener
16:52a salvo nuestro nombre. José Luis suspiró. ¿Y en ese intento lo destruiste? Durante unos segundos,
17:01el silencio llenó la habitación. Victoria apretó los puños, conteniendo las lágrimas.
17:09¿Tú también tienes culpa, José Luis? Criaste a una familia dividida, gobernaste con soberbia y creíste
17:17que el poder te haría eterno. ¿No me mires como si yo fuera la única culpable? Él se acercó lentamente.
17:26Quizás tengo razón. Pero yo he aprendido a mirar atrás. Tú, en cambio, solo sabes mirar al espejo.
17:36La duquesa lo abofeteó sin pensarlo. El golpe resonó en el estudio y durante un segundo ambos
17:43quedaron inmóviles. Luego, ella susurró. No vuelvas a hablarme así. José Luis, con la mejilla
17:52enrojecida, no respondió. Solo se alejó, con una calma que la desarmó más que cualquier grito.
18:01A veces, el silencio pesa más que la furia, dijo antes de salir. Esa tarde, Mercedes encontró a
18:09Victoria llorando en el jardín. Algo que nunca había visto. ¿Qué haces aquí sola? Preguntó,
18:17acercándose. Victoria no contestó. Tenía la mirada perdida. Todo lo que toco se desmorona,
18:26murmuró. Primero Úrsula, ahora yo sé Luis. Tal vez la maldición de los Guzmán no era una fábula.
18:36Mercedes la miró sin compasión, pero tampoco con odio. Las maldiciones no existen, Victoria.
18:43Lo que existe es el orgullo. Y ese sí destruye. Victoria levantó la vista. ¿Y tú nunca pecaste de
18:53orgullo? Mercedes sonrió levemente. Sí, pero aprendí a pedir perdón antes de perderlo todo. La duquesa
19:04bajó la mirada, vencida. No sé si todavía estoy a tiempo. Siempre se está a tiempo, respondió Mercedes.
19:14Pero el perdón no se compra. Se gana con humildad. Mientras tanto, Rafael visitaba a su padre en el
19:22despacho. José Luis, más tranquilo, miraba por la ventana. Tu madrastra no entiende que este valle
19:31ya no puede sostener más guerras. Rafael se acercó. Ella lucha porque no sabe hacer otra cosa. Su poder
19:40era su refugio. El duque lo miró con una mezcla de respeto y nostalgia. ¿Eres más sabio de lo que yo
19:49fui a tu edad? Si mi orgullo me hubiera permitido escucharte antes, tal vez Julio seguiría con vida.
19:57Rafael bajó la cabeza. No hablemos del pasado, padre. Lo que importa es lo que haremos ahora. José Luis
20:07asintió. Entonces te diré algo que nunca imaginé decirte. Estoy cansado, hijo. No quiero seguir viviendo
20:16entre muros que solo guardan fantasmas. ¿Qué quieres hacer? preguntó Rafael. Renunciar, respondió sin titubear.
20:27Retirarme al convento de la Orden de San Martín. Allí, quizás, encuentre la paz que aquí perdí.
20:35Rafael observó con asombro. ¿Dejarás la casa grande? Sí, dijo el duque con una serenidad nueva.
20:44Esta casa ya tiene dueño. Y no soy yo. Al escuchar esas palabras, Rafael comprendió que su padre,
20:53por primera vez, había dejado de hablar como un señor y comenzado a hacerlo como un hombre. Esa noche,
21:02mientras las sombras se alargaban sobre el valle, Victoria observó desde su balcón cómo José Luis
21:08partía a caballo hacia la capilla del norte. No lo detuvo. No porque no quisiera, sino porque no se
21:16atrevía. Al cerrar los ojos, el eco de sus propios errores la envolvió. Por primera vez en mucho tiempo,
21:25sintió miedo. Los días que siguieron al retiro de José Luis marcaron un antes y un después en la
21:32casa grande. Sin el duque, la figura de autoridad se desvaneció, y con ella, el poco equilibrio que
21:39aún quedaba entre los muros del palacio, Victoria, sumida en su orgullo herido, evitaba a todos. Sus
21:47pasos se escuchaban por los corredores a horas extrañas, como si vagara buscando algo que ya no
21:54existía. Mercedes, consciente de que la ausencia de José Luis podía desatar nuevas intrigas,
22:01decidió intervenir. Una tarde se presentó en el salón principal, donde Victoria leía frente a la
22:07chimenea. Sé que no soy bienvenida, dijo sin preámbulos, pero no pienso quedarme de brazos
22:14cruzados, viendo cómo destruyes lo que aún se puede salvar. Victoria levantó lentamente la mirada
22:21del libro. No tengo nada que destruir, Mercedes. Ya lo perdiste todo tú también. Yo perdí muchas cosas,
22:31replicó Mercedes, acercándose. Pero al menos, conservo la dignidad. Tú, en cambio, te alimentas del rencor.
22:41Eso es lo que te está consumiendo. La duquesa dejó el libro a un lado y se levantó. No necesito tus
22:49lecciones de moral. Tú solo sabes sermonear, pero nunca entendiste lo que significa ser mujer en un mundo
22:56que solo escucha a los hombres. Sí lo entiendo, respondió Mercedes con calma. ¿Pero hay maneras de
23:04luchar sin convertirte en lo que odias? Por un instante, Victoria pareció dudar. Su voz se quebró
23:13cuando habló de nuevo. Todo lo que hice, lo hice por mantener el nombre Guzmán, por asegurarle un futuro
23:20a mi hijo. Mercedes la miró con compasión. Y ese futuro lo estás destruyendo tú misma. Rafael no
23:30necesita poder, necesita ejemplo. Victoria apretó los labios y dio la espalda. ¿Y qué sabes tú del
23:39sacrificio, Mercedes? ¿Has vivido a la sombra de los demás toda tu vida? Yo tuve que ganarme mi lugar y en
23:48esa lucha perdiste tu alma, dijo Mercedes antes de retirarse. Piénsalo, Victoria. Todavía no es tarde.
23:58Cuando quedó sola, la duquesa rompió en llanto, no por lo que Mercedes había dicho, sino porque por
24:06primera vez sintió que todo lo que había defendido se desmoronaba dentro de ella. Mientras tanto,
24:12Rafael trabajaba junto al marqués Hernando en los preparativos de la boda de Leonardo e Irene. El
24:19marqués revisaba listas, invitaciones y acuerdos con una precisión casi militar. Quiero que esta unión
24:28sea el símbolo del renacer del valle, decía con convicción. Después de tanta muerte, necesitamos un
24:36motivo para celebrar. Rafael sonrió. Si dependiera de mí, todas las celebraciones serían así. Nacidas
24:44del perdón, Hernando asintió. Y esa es la diferencia entre tú y tu padre. Él creía que el perdón era
24:52debilidad. Tú lo entiendes como fortaleza. En ese momento, un criado se acercó con un mensaje.
25:00Señor marqués, la duquesa pide hablar con usted en privado. El marqués frunció el seño. ¿Y qué
25:08querrá ahora esa mujer? murmuró, levantándose. Cuando entró en el salón, Victoria lo esperaba de pie,
25:17elegante como siempre, aunque con los ojos enrojecidos. Hernando comenzó. He cometido
25:24errores. ¿Pero no permitiré que me apartes de mi lugar? El marqués la observó con dureza. Tu lugar
25:33te lo ganaste tú misma, Victoria, y también tú misma lo perdiste. Nadie te está apartando. Entonces,
25:43déjame demostrar que aún puedo servir a esta familia, insistió ella. ¿Sé organizar, negociar,
25:51tratar con el pueblo? Rafael no puede hacerlo todo solo. Hernando suspiró. Lo que Rafael necesita es paz.
26:02No más intrigas. No usarás la boda de mi hijo para limpiar tu nombre. Victoria lo miró con una mezcla
26:10de ira y humillación. ¿Crees que no tengo orgullo? No necesito tus migajas, Hernando. Pero te advierto,
26:18si me dejas fuera, buscaré mi propio camino. Y en ese camino te perderás, replicó él. ¿Por qué nadie
26:26sobrevive mucho tiempo luchando contra la verdad? Victoria no contestó. Solo se marchó con paso firme,
26:35aunque por dentro ardía de furia. Esa misma noche, en su habitación, escribió una carta a Matilde.
26:42Necesito verte. Tengo una propuesta que podría beneficiarnos a ambas. No se la menciones a Mercedes.
26:52Confía en mí. Envió el mensaje con una criada y se quedó observando por la ventana. Si Hernando
27:00cree que puede humillarme, se equivoca, murmuró. Yo también sé mover mis piezas. A la mañana siguiente,
27:09Matilde llegó discretamente a la casa grande. Había crecido mucho desde los días de servicio y ahora,
27:17bajo la protección de Mercedes, vivía en la casa pequeña junto a su hermano Martín. Pero la curiosidad
27:24y la necesidad la impulsaron a aceptar la cita. Victoria la recibió con una sonrisa suave.
27:31Matilde, querida, ¿cuánto has cambiado? Pareces otra mujer. Gracias, señora, respondió Matilde,
27:41algo tensa. ¿Por qué me mandó llamar? Porque confío en ti, dijo Victoria, sirviendo dos tazas de té.
27:51Y porque sé que tu hermano sigue trabajando para los Guzmán, quiero ayudarte y ayudarte a ayudarlo.
27:58Matilde la miró con cautela. ¿A qué se refiere? Sé que Mercedes te protege, dijo Victoria. Pero
28:08también sé que no confía en mí. Si me ayudas a saber lo que ocurre en la casa pequeña, te prometo
28:14que Martín nunca perderá su trabajo ni sufrirá represalias. Matilde palideció. ¿Quiere que la
28:22espía? Victoria sonrió, sin disimular su veneno. No me gusta esa palabra. Prefiero pensar que somos
28:32aliadas. La joven dudó. En su interior, la lealtad hacia Mercedes luchaba contra el miedo a perderlo
28:43todo. Victoria lo notó y añadió. Piénsalo, Matilde. En este valle, quien no se adelanta, termina siendo
28:52aplastado. Cuando Matilde se marchó, Victoria se quedó sola, satisfecha. El juego vuelve a empezar,
29:01murmuró. Y esta vez no pienso perder. Matilde caminó con paso rápido por el sendero que unía la
29:10casa grande con la casa pequeña. Llevaba las manos frías y el corazón le latía con fuerza.
29:18Las palabras de Victoria resonaban en su cabeza como un eco venenoso, aliadas, aliadas. Sabía que
29:26aceptar aquel trato era traicionar la confianza de Mercedes, pero también temía por su hermano Martín,
29:32cuya frágil situación laboral dependía de los caprichos de los Guzmán. Al llegar, Mercedes la
29:40esperaba en el patio, organizando los sacos de grano con Pepa. Matilde, ¿dónde estabas? Preguntó con tono
29:48amable. Matilde se sobresaltó, intentando ocultar su agitación. Solo fui a entregar unas telas a la
29:56señora Victoria. Dijo que quería agradecerme el trabajo de costura. Mercedes la observó unos segundos,
30:04percibiendo algo extraño en su mirada. Agradecerte, qué raro en ella. No suele dar las gracias a nadie.
30:13Matilde forzó una sonrisa. Tal vez esté cambiando. Las víboras mudan de piel, pero no cambian su veneno,
30:22replicó Mercedes con calma. Ten cuidado con lo que promete. Siempre cobra más de lo que ofrece.
30:31La joven bajó la cabeza. Lo sé. Mientras tanto, en el despacho del marqués, Rafael y Hernando analizaban
30:41la situación del valle. El pueblo comienza a confiar otra vez, dijo Rafael, repasando los informes de producción.
30:48Pero todavía hay miedo. Muchos recuerdan las injusticias de los tiempos de mi padre.
30:56Eso cambiará con el tiempo, respondió el marqués. La justicia no se impone con decretos, sino con
31:03constancia. Rafael asintió. Intentaré ganármelo, día a día. Pero me preocupa, Victoria. Su silencio no es
31:14natural. Sequi trema aug. Hernando soltó un suspiro. La conozco mejor que tú. Esa mujer no soporta perder
31:25poder. Si no la vigilas, lo recuperará a costa de cualquiera. En ese momento, Adriana entró con una
31:35sonrisa leve. Habláis de Victoria, ¿verdad? Sí, respondió Rafael. Me temo que no ha renunciado a sus
31:44intrigas. Adriana se acercó a la ventana y miró hacia los jardines. Ayer la vi hablando con una de
31:51las criadas. Una joven de cabello trenzado. Creo que era Matilde. Rafael frunció el ceño. Matilde, pero ella
32:03trabaja con Mercedes. Precisamente, intervino Hernando. Eso podría ser peligroso. Si Victoria logra
32:13manipularla, tendrá ojos dentro de la casa pequeña. Rafael se levantó de golpe. Hablaré con Mercedes.
32:22No pienso permitir que mi madrastra vuelva a sembrar discordia. Esa misma tarde, Mercedes recibió la visita
32:30de Rafael. Lo notó preocupado, más de lo habitual. ¿Qué ocurre? Preguntó. Necesito saber si Victoria ha
32:40tenido contacto con alguno de tus criados, dijo él. Mercedes dudó un instante. No que yo sepa. ¿Por qué
32:50lo preguntas? Adriana la vio con Matilde, explicó Rafael. Y si eso es cierto, puede que esté intentando
32:59usarla. El rostro de Mercedes se tensó. Matilde no es mala chica, pero es ingenua. Si Victoria la ha
33:08enredado, debemos actuar antes de que sea demasiado tarde. Esa noche, cuando el silencio cayó sobre la
33:16casa pequeña, Mercedes fue hasta la habitación de Matilde. Tocó la puerta suavemente. ¿Puedo
33:24pasar? Sí, señora, respondió la joven, sobresaltada. Mercedes entró con una lámpara encendida. Su mirada
33:34era firme, pero no agresiva. Matilde, necesito que me digas la verdad. ¿Te ha buscado Victoria?
33:44La muchacha palideció. Yo solo fui a entregar unas telas, como dije. ¿Y no hablo contigo? Matilde bajó la
33:54cabeza. Sí, me ofreció ayudar a Martín. Dijo que podría conseguirle un mejor puesto si yo le contaba lo que
34:04pasa aquí. Mercedes respiró hondo. ¿Y aceptaste? No, respondió rápidamente. ¿Pero tengo miedo? Si ella cumple su
34:16amenaza, Martín perderá su trabajo. Mercedes se acercó y le tomó las manos. Hija, las promesas de esa mujer son
34:25como el vino agrio. Dulce al principio, veneno al final. Si la ayudas, arrastrarás a tu hermano contigo,
34:34pero si confías en mí, te protegeré. Las lágrimas corrieron por las mejillas de Matilde. No quería hacer
34:43daño. Solo, solo tengo miedo. Lo sé, dijo Mercedes con ternura, pero el miedo no puede gobernar tu vida.
34:53Tú decides de qué lado estás. Motilde dao xintiu, yo los ando. Estoy con usted, señora. No volveré a verla.
35:06Mercedes sonrió con alivio. Bien, y no temas por Martín. Hablaré con Rafael para asegurarnos de que
35:15conserve su puesto. No le faltará trabajo mientras yo viva. Al día siguiente, Rafael cumplió su palabra,
35:23Martín. Martín fue ascendido a capataz de los establos y Matilde, agradecida, juró nunca más hablar
35:32con Victoria. Sin embargo, el daño ya estaba hecho. La duquesa había olido la desconfianza y sabía que su
35:41plan se había descubierto. Desde su habitación, Victoria observaba el movimiento en el patio.
35:48Mercedes me ha ganado esta vez, murmuró, con una sonrisa amarga. Pero la guerra no termina hasta que
35:56el enemigo deja de respirar. Esa noche escribió una nueva carta, esta vez dirigida a un nombre que nadie
36:04había mencionado en meses, Isabel de Guzmán. En el mensaje decía, el valle vuelve a moverse,
36:11necesito tu regreso. Si actuamos juntas, nada ni nadie podrá detenernos. Selló la carta con cera roja y
36:22llamó a su doncella, llévala a esta misma noche. Que nadie lo sepa. Cuando la puerta se cerró, Victoria miró
36:31el retrato de José Luis colgado sobre la chimenea. Tu debilidad me quitó todo, susurró. Pero mi astucia
36:39lo recuperará. El fuego crepitó, proyectando sombras danzantes en la pared. Era el preludio de
36:47una nueva conspiración, más peligrosa y calculada que cualquier otra. El amanecer iluminó el valle con
36:55un resplandor dorado. Pero en la casa grande, el aire se sentía denso, anticipando el conflicto que
37:02crecía en silencio. Rafael, ignorante de la nueva carta enviada por Victoria, continuaba trabajando con
37:10el marqués en la reorganización de las tierras. Si logramos que la cosecha de este año llegue sin
37:16contratiempos, el valle volverá a ser próspero, comentó mientras revisaba los planos. El trabajo
37:25está bien encaminado, respondió Hernando. Pero recuerda, Rafael, los enemigos más peligrosos no
37:32están fuera, sino dentro de las paredes de esta casa. El joven lo miró con inquietud. ¿Habla de
37:39Victoria? Y de cualquiera que aún le deba lealtad, replicó el marqués. No subestime su capacidad para
37:47manipular. Ella no actúa por impulso, sino por estrategia. Es como una serpiente. Se mueve en
37:56silencio, pero su veneno es letal. Mientras tanto, en una habitación apartada, Victoria escribía nuevas
38:03notas con mano rápida, organizando su siguiente movimiento. Había recibido respuesta de Isabel,
38:11regresaré pronto. He oído que el poder se ha vuelto débil en tus manos. Juntas, quizá podamos
38:19enderezarlo. Victoria sonrió al leerla. Perfecto. Todo vuelve a su curso. En la casa pequeña, Mercedes
38:29reunía a los trabajadores. Este año no quiero que falte nada. Los niños deben tener ropa nueva. Y los
38:37ancianos, cobijo. Rafael ha dispuesto que una parte del grano se entregue a las familias más
38:44necesitadas. Los campesinos aplaudieron, agradecidos. Matilde observaba la escena con orgullo. Y por primera
38:54vez en mucho tiempo, se sintió parte de algo más grande que el miedo. Mercedes la llamó aparte.
39:01¿Cómo está Martín? Feliz, respondió la joven. Desde que lo ascendieron, no ha dejado de trabajar.
39:10No sabe lo que hizo por nosotros, señora. Mercedes sonrió. No me lo agradezcas.
39:19Fue Rafael quien insistió. Dijo que un hombre trabajador no debe pagar por los pecados de los
39:25poderosos. Esa misma tarde, Adriana caminaba por el jardín con Rafael. Sus manos se rozaban,
39:33pero ninguno hablaba. El canto de los pájaros llenaba el silencio. Finalmente, ella se detuvo.
39:41No sé si alguna vez tendrás un día sin preocupaciones, dijo con ternura. Rafael la miró,
39:48sonriendo. Cuando te miro, el valle me parece menos pesado. Entonces mírame más seguido, respondió
39:58ella, sonrojada. Ambos rieron, y por un instante todo pareció en calma. Pero en el fondo, Rafael sabía
40:07que esa paz era frágil. Prometí a mi padre que este valle viviría en armonía, murmuró. Y lo cumpliré,
40:15aunque me cueste todo. Lo lograrás, dijo Adriana con firmeza. Porque no luchas por ambición,
40:24sino por justicia. Mientras tanto, Victoria recibía a Matilde en secreto por segunda vez.
40:31La joven había tratado de evitarla, pero la duquesa había encontrado una excusa convincente.
40:38La salud de Martín. Tu hermano no está en peligro, dijo con aparente dulzura. Pero hay rumores de
40:45que Rafael planea reemplazarlo por alguien de confianza del marqués. ¿Qué harás si eso sucede?
40:53Matilde frunció al ceño. No puede ser. Él mismo nos prometió seguridad.
41:00Promesas, respondió Victoria, sonriendo. Los Guzmán siempre prometen. Hasta que algo mejor aparece.
41:10La joven se quedó en silencio. Victoria aprovechó la duda y colocó una bolsa sobre la mesa.
41:17¿Toma esto? No es soborno, sino compensación. Solo quiero que me informes si Mercedes o Rafael
41:27hablan de mí. Matilde dio un paso atrás.
41:30No puedo. Sí puedes, insistió la duquesa. Y debes hacerlo. No por mí, sino por Martín.
41:41Si no me ayudas, su futuro se desvanecerá. Tú, Jessie Jess.
41:47El miedo volvió a apoderarse de la muchacha. Tomó la bolsa, temblando.
41:52¿No va a ir a nada? ¿A Mercedes? Lo prometo. Victoria sonrió con satisfacción.
42:01Sabía que podía confiar en ti. Eres más lista de lo que pareces.
42:07Al salir, Matilde sintió una mezcla de culpa y angustia.
42:12Caminó sin rumbo por los jardines, intentando calmar la voz de su conciencia.
42:16Solo es información. Se repetía. No estoy haciendo daño.
42:23Pero en su corazón, sabía que estaba traicionando a la única persona que había creído en ella.
42:30Esa noche, Rafael cenaba con Adriana y Mercedes cuando una criada entró apresurada.
42:36Señor, hay rumores en el pueblo.
42:40Dicen que alguien está filtrando información sobre los planes de cosecha a los comerciantes del norte.
42:46Rafael frunció el ceño.
42:49¿Quién podría hacerlo?
42:51Solo la familia y los capataces conocen esos detalles.
42:56Mercedes lo miró, inquieta.
42:59Si, Victoria, quieres socavar tu autoridad, ese sería el modo perfecto.
43:04Entonces, actuaré antes de que lo logre, dijo Rafael.
43:09Mañana revisaré los registros y hablaré con todos los supervisores.
43:13Adriana lo tomó de la mano.
43:17Ten cuidado.
43:19Victoria no actúa sola.
43:22Y tenía razón.
43:24A la mañana siguiente, Victoria recibió una visita inesperada.
43:30Una mujer de porte refinado, vestida con tonos oscuros,
43:34bajó del carruaje que se detuvo frente a la entrada.
43:36Al verla, la duquesa sonrió ampliamente.
43:41Isabel, exclamó, extendiendo los brazos.
43:45¿Cuánto tiempo ha pasado?
43:48Demasiado, respondió su sobrina, abrazándola.
43:52Pero me alegra ver que aún tienes fuego en la mirada.
43:57Victoria le ofreció una copa de vino.
43:59El valle nos necesita.
44:02Isabel.
44:03Rafael y el marqués pretenden gobernar con piedad.
44:07Pero la piedad no alimenta el poder.
44:10Juntas devolveremos a esta casa su grandeza.
44:14Isabel arqueó una ceja.
44:16¿Y cuál es tu plan?
44:18Paciencia, respondió Victoria, con una sonrisa calculadora.
44:24Primero observaremos.
44:26Luego, actuaremos.
44:29Rafael cree que la justicia lo salvará.
44:32Pero pronto entenderá que la justicia sin astucia no es más que una ilusión.
44:38Mientras el viento agitaba las cortinas del salón,
44:41las dos mujeres se miraron con complicidad.
44:44En ese instante, el destino del valle volvió a girar hacia la sombra.
44:50Y lejos de allí, en la casa pequeña,
44:53Matilde despertó en mitad de la noche, ahogada por la culpa.
44:57Se arrodilló junto a su cama y rezó en silencio.
45:01Dios mío, no permitas que haga daño, Mercedes.
45:05Dame fuerza para decir la verdad.
45:08Sus lágrimas cayeron sobre el suelo como un presagio.
45:12Amén.
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