Saltar al reproductorSaltar al contenido principal
El día del juicio ha llegado.
Úrsula, acusada por el intento de asesinato de Rafael y el crimen de Julio, enfrenta el veredicto final de la Santa Hermandad.
La mujer que una vez controló todo el Valle ahora tiembla entre la culpa, la ira y la locura.

Ana, Adriana y Rafael testifican con el peso de la verdad.
Entre lágrimas y gritos, Úrsula se niega a aceptar su destino, mientras su mente se desmorona frente a todos.

🔥 En este avance del Capítulo 271 de Valle Salvaje, la justicia divina y humana se cruzan en una escena que marcará un antes y un después en la historia.
¿Será condenada o logrará escapar una vez más?

📺 No te pierdas los próximos capítulos llenos de drama, traición y redención.
👉 Suscríbete, comenta y activa la campana para estar al día con Valle Salvaje.
#ValleSalvaje #Avance #ElJuicioDeÚrsula #Telenovela #DramaHistórico #tvnrevisar
Transcripción
00:00Estás acusada de asesinato. Lo único que te puede salvar es que no aparezcan pruebas que lo demuestren.
00:05Ya, es que ese es el problema. Que quizás encuentren algo.
00:09El capítulo 270 y 1 de Valle Salvaje marca el cierre del ciclo de justicia iniciado tras los crímenes de Úrsula.
00:17Su condena, dictada por la Santa Hermandad, no solo simboliza el fin de una era de violencia,
00:23sino también el comienzo de un proceso de reconciliación dentro de la familia Guzmán,
00:28mientras Úrsula paga sus culpas en el convento, Rafael asume su papel de líder justo y compasivo,
00:35guiado por la memoria de su hermano Julio. José Luis inicia su redención al renunciar al poder,
00:42y Mercedes, como conciencia moral del Valle, impulsa el perdón familiar.
00:47El Valle recupera lentamente su equilibrio, y la noticia del embarazo de Adriana representa la continuidad de la vida
00:54y la esperanza de un futuro sin rencor. Así, este episodio no cierra la historia,
01:00pero sí abre una nueva etapa, donde la justicia y la paz comienzan, por fin, a florecer en el Valle Salvaje.
01:08La sala de la Santa Hermandad estaba repleta.
01:12El rumor del público se mezclaba con el sonido de las botas de los soldados,
01:16y el repiqueteo de las cadenas que sujetaban a Úrsula de Guzmán.
01:21Su rostro, antaño altivo y perfecto, ahora era una máscara de locura.
01:27El cabello despeinado caía sobre su frente,
01:30y sus ojos, enrojecidos por las noches sin dormir, miraban con desprecio a todos los presentes.
01:36Doña Úrsula de Guzmán pronunció con solemnidad el capitán Ramiro de Lara,
01:42se le acusa de intento de homicidio contra don Rafael de Guzmán
01:45y del asesinato premeditado de don Julio de Guzmán.
01:49Hoy, responderá ante la justicia divina y terrenal.
01:54Úrsula sonrió con ironía.
01:56¿Justicia? ¿De qué justicia me hablan?
01:59¿En este valle nadie es inocente?
02:01¿Todos han manchado sus manos con algo?
02:04Ecopitano osulavus.
02:07Silencio en la sala.
02:08Pero Úrsula continuó, sin miedo.
02:11Rafael me arrebató lo que era mío.
02:14Julio me humilló y me traicionó.
02:16Y ahora me juzgan por defender mi honor.
02:19Malditos sean todos.
02:21Adriana, sentada entre los testigos,
02:24bajó la mirada, conmovida por la descomposición mental de su primo.
02:28A su lado, Ana se aferraba a un rosario,
02:31temblando al recordar los días en que Úrsula,
02:34la persiguió y trató de matarla.
02:37Rafael, en cambio, permanecía inmóvil,
02:39el rostro sereno pero los ojos cargados de tristeza.
02:43El marqués Hernando observaba la escena desde el estrado con gesto severo.
02:48He visto pecadores arrepentidos y criminales sin alma, dijo.
02:53Pero usted, señora, ha traspasado todos los límites.
02:58No solo mató a un hombre inocente, sino que intentó asesinar a su propio primo.
03:03Úrsula rió con amargura.
03:04Inocente, Julio no lo era.
03:08Era un hipócrita.
03:10Fingía amar, pero solo buscaba dominarme.
03:13¿Y Rafael?
03:14Rafael es peor.
03:16Se cree santo, pero es la serpiente que me robó todo.
03:19No, basta, gritó Ana, poniéndose de pie.
03:23Usted destruyó todo lo que tocó.
03:26A Don Julio, a Rafael, a mí, incluso a sí misma.
03:31No fue el amor quien la llevó a esto, sino su odio.
03:35El capitán Ramiro ordenó que Ana se calmara y pidió silencio nuevamente.
03:41Procederemos con las declaraciones finales, dijo.
03:44El escribano leyó los cargos mientras Úrsula se removía inquieta, murmurando frases incoherentes.
03:51En un rincón, Mercedes cruzaba los brazos, mirando la escena con mezcla de pena y desprecio.
03:58Así termina quien vive solo para sí misma, murmuró.
04:01Cuando llegó el turno de Rafael, todos guardaron silencio.
04:06El joven se levantó con serenidad y se acercó al estrado.
04:10Miró a Úrsula con una compasión que nadie esperaba.
04:14Sí, dijo con voz firme, ella intentó matarme.
04:19Y sí, sé que asesinó a mi hermano, pero también sé que el castigo más grande que puede sufrir ya lo lleva dentro.
04:27Un murmullo recorrió la sala.
04:30Rafael continuó.
04:31No pido su muerte.
04:33Pido que la confinen lejos, donde su locura no pueda seguir haciendo daño.
04:39No quiero venganza, quiero paz.
04:42La justicia no siempre necesita sangre.
04:46El marqués Hernando lo miró con respeto.
04:49Hablas como un verdadero Guzmán.
04:51Úrsula, en cambio, lanzó una carcajada desgarradora.
04:56Hipócrita, me compadeces para sentirte superior.
04:59Eres igual que tu padre Rafael, un hombre que se alimenta de la culpa ajena.
05:04Los soldados tuvieron que sujetarla mientras gritaba, agitando las cadenas.
05:09No he terminado.
05:10No he terminado.
05:11Yo soy la única Guzmán verdadera.
05:14Todos los demás soy sombras de mi grandeza.
05:16El capitán golpeó la mesa.
05:19Orden en la sala.
05:21La acusada ha tenido su oportunidad de hablar.
05:25La hermandad deliberará sobre su destino.
05:28La llevaron fuera mientras seguía riendo.
05:30Su voz resonando por el pasillo como un eco maldito.
05:34Adriana se cubrió el rostro, incapaz de contener el llanto.
05:39Rafael cerró los ojos, sabiendo que, aunque la justicia estaba en marcha, el dolor no se borraría fácilmente.
05:46Mercedes se acercó al marqués y murmuró.
05:50Esta familia ha visto demasiada oscuridad.
05:53Ojalá este juicio sirva para cerrarla para siempre.
05:56El marqués asintió lentamente.
05:59No habrá paz mientras queden secretos, Mercedes.
06:03Y todavía hay muchos.
06:06Afuera, los aldeanos se agolpaban para ver cómo escoltaban a Úrsula entre cadenas.
06:11Algunos la insultaban.
06:13Otros simplemente la observaban en silencio, con miedo o compasión.
06:18Ella, en un último arranque de orgullo, levantó la cabeza y gritó.
06:23Podéis encerrarme, pero el valle seguirá maldito.
06:26Pero esta vez, nadie respondió.
06:29¿El silencio fue su única respuesta?
06:32¿La sala del tribunal quedó en un silencio denso tras la salida de Úrsula?
06:37El eco de sus gritos resonaba aún en las paredes, como un presagio de desgracia.
06:43Rafael permanecía de pie, inmóvil, con el rostro sereno,
06:47pero dentro de él el alma se debatía entre la justicia y el perdón.
06:52Adriana lo observaba desde su asiento, sintiendo un profundo respeto por su fortaleza
06:57y, al mismo tiempo, un miedo sutil.
07:00El miedo de que la bondad de Rafael lo llevara a cargar con un peso que no le correspondía.
07:05El capitán Ramiro rompió el silencio.
07:09La hermandad ha escuchado los testimonios y revisará las pruebas.
07:14Mientras tanto, la acusada permanecerá bajo custodia en la celda del convento.
07:19Se dictará sentencia en tres días.
07:22Rafael asintió y se volvió hacia el marqués Hernando,
07:25quien lo observaba con una mezcla de orgullo y preocupación.
07:28—¿Has mostrado una nobleza que pocos entienden? —le dijo el marqués en voz baja.
07:34—Pero a veces la clemencia es un lujo que la justicia no puede permitirse.
07:39—Lo sé —respondió Rafael, con los ojos fijos en el suelo.
07:43—Pero no quiero que la historia de los Guzmán se escriba solo con sangre.
07:48Quiero que el valle recuerde que alguna vez supimos perdonar.
07:52Mercedes, que había escuchado la conversación, intervino con dureza.
07:56—Perdonar no borra el mal. —Rafael
07:59—Úrsula mató a Julio, intentó matarte y destruyó vidas.
08:05La compasión hacia ella puede parecer virtud, pero también puede ser debilidad.
08:10—Tal vez —replicó él con calma—, pero el rencor no traerá la paz que todos necesitamos.
08:16En ese instante, Ana se acercó, temblando.
08:20Don Rafael dijo —Gracias por no pedir su muerte.
08:24—No sé si podría soportar verla morir, aunque lo merezca.
08:29—Fui su víctima, pero también sé que su alma está perdida.
08:34Rafael tomó su mano con suavidad.
08:36—Dios juzgará su alma.
08:39—Ana, nosotros solo debemos asegurar que no vuelva a dañar a nadie.
08:43Mientras tanto, José Luis de Guzmán caminaba nervioso por el corredor del tribunal, acompañado
08:50de su asistente.
08:51—Esto no puede salir de aquí —murmuraba.
08:54—El apellido Guzmán no puede quedar manchado por la locura de una mujer.
08:59—Pero señor —respondió su ayudante.
09:02—El pueblo ya lo comenta todo.
09:05—¿El marqués mismo ha ordenado que el juicio sea público?
09:08—José Luis se detuvo, con el rostro crispado.
09:12—Mi hermano siempre fue un idealista.
09:15—No entiende que la nobleza debe mantenerse por apariencia, no por virtud.
09:20—Si este escándalo llega al Consejo Real, perderé mi posición.
09:25—En ese momento, el marqués Hernando apareció detrás de él.
09:29—¿Temes perder el poder, José Luis, o temes enfrentar la verdad?
09:33—El duque se volvió sobresaltado.
09:37—No tienes derecho a sermonearme.
09:39—Esta es mi casa.
09:41—Fue tu casa —respondió el marqués con voz fría.
09:45—Y la arruinaste con tu soberbia.
09:48—¿Qué honor queda en un hombre que protege su nombre, mientras su familia se desmorona?
09:53—José Luis apretó los dientes.
09:55—No me insultes en público.
09:58—Entonces deja de darme motivos —replicó el marqués.
10:02—¿Tú permitiste que Úrsula actuara impunemente?
10:06—Te advertí de su desequilibrio, pero preferiste mirar hacia otro lado para mantener las apariencias.
10:12Rafael, que se había acercado al oír la discusión, intervino.
10:17—Posta.
10:18—¿No necesitamos más divisiones?
10:21—El marqués lo miró con gravedad.
10:23—Tu padre debe escuchar la verdad, Rafael.
10:27—Si seguimos callando, la maldición de los Guzmán seguirá viva.
10:32José Luis soltó una carcajada amarga.
10:35—¿Maldición?
10:36Lo que tú llamas maldición, yo lo llamo poder.
10:40Y mientras yo viva, este apellido seguirá siendo respetado.
10:44Mercedes, desde la distancia, murmuró para sí misma.
10:49—Respetado por miedo, no por honor.
10:51—Esa tarde, cuando el tribunal se disolvió, Adriana y Ana acompañaron a Rafael hasta la capilla.
10:58El ambiente era sereno y los rayos del sol se filtraban a través de los vitrales, tiñendo de colores el suelo.
11:06Rafael se arrodilló frente al altar.
11:08—Mientras las dos mujeres permanecían en silencio, Adriana se acercó y le habló en voz baja.
11:15—Tu decisión ha sorprendido a todos.
11:18—Has salvado a Úrsula de la horca, aunque ella nunca te habría mostrado piedad.
11:23Rafael suspiró.
11:24—No lo hice por ella, Adriana.
11:27Lo hice por nosotros.
11:30Por este valle que necesita sanar.
11:33No quiero que mi hermano descanse entre gritos de venganza, sino en silencio y paz.
11:38Adriana lo miró con ternura.
11:41En su interior, algo se encendió.
11:44Una mezcla de admiración, amor y certeza.
11:48Supo, sin decirlo, que Rafael sería un hombre capaz de transformar el destino del valle.
11:54Fuera de la capilla, el cielo comenzaba a oscurecer.
11:58En la celda del convento, Úrsula se balanceaba sobre el suelo, riendo y llorando al mismo tiempo.
12:04Murmuraban hombres Julio, Rafael, Ana, mientras su mente se hundía en una espiral sin regreso.
12:11—No me vencerán —repetía.
12:14Los Guzmán siempre renacen.
12:16Pero por primera vez, su voz sonó vacía, como un eco sin alma perdido entre los muros de piedra.
12:23El amanecer siguiente trajo consigo el rumor de nuevas tormentas.
12:28En la casa grande, la tensión era casi insoportable.
12:33Los criados se movían en silencio, conscientes de que el juicio de Úrsula no solo había deshonrado a la familia,
12:40sino que también había abierto heridas que muchos preferían mantener cerradas.
12:44José Luis, recluido en su despacho, revisaba documentos con el rostro pálido y los labios apretados.
12:53Victoria, de pie junto a la ventana, observaba el jardín sin pronunciar palabra.
12:59Desde el día anterior, apenas había hablado con nadie.
13:03Su orgullo, alguna vez indestructible, se encontraba quebrado.
13:06—¿Cuánto tiempo crees que tardará en olvidarse este escándalo? —preguntó con voz débil.
13:13José Luis no respondió de inmediato.
13:16—El pueblo tiene memoria corta —dijo finalmente—, pero el consejo real —no.
13:22Si Hernando lleva este asunto más lejos, ¿lo perderemos todo?
13:27Victoria lo miró con amargura.
13:29—Tú solo piensas en tus títulos, en tus alianzas.
13:33—Pero, ¿y tu familia, José Luis?
13:36—¿Úrsula era sangre de tu sangre?
13:39—¿La dejaste sola hasta que se volvió loca?
13:43—Él apretó los puños.
13:45—No me culpes a mí de su demencia.
13:48Si se hubiera comportado como debía, nada de esto habría ocurrido.
13:52Victoria se giró hacia él con una frialdad glacial.
13:55—Siempre encuentras a quién culpar, menos a ti mismo.
14:01¿Y qué dirás cuando sea tu turno de rendir cuentas?
14:04La puerta se abrió de golpe.
14:07Mercedes entró sin anunciarse, acompañada por Rafael.
14:12—Ese turno ha llegado —dijo la mujer con voz firme.
14:16José Luis se levantó bruscamente.
14:18—¿Qué significa esta intromisión?
14:20—Nadie me interrumpe sin permiso.
14:22—El marqués quiere verte —respondió Mercedes, sin inmutarse.
14:28—Está en el salón principal.
14:30Ypslom no aceptará excusas.
14:33José Luis miró a su hijo con desconfianza.
14:36—¿Tú también has venido a sermonearme?
14:39Rafael sostuvo su mirada, tranquilo, pero firme.
14:43—He venido a poner fin a esta guerra, padre.
14:46—No contra ti, sino contra todo lo que este apellido se ha convertido.
14:50El duque soltó una carcajada amarga.
14:54—¿Guerra? ¿No tienes idea de lo que es el poder, hijo?
14:57—Has vivido bajo mi sombra, protegido por mi nombre.
15:01¿Y ahora pretendes darme lecciones de moral?
15:04—El poder que se impone con miedo no es poder, es esclavitud —replicó Rafael.
15:10Mercedes cruzó los brazos.
15:12—Y tu sombra, José Luis, ha ahogado hasta la última chispa de bondad en esta casa.
15:18—¿Julio murió intentando salvarte de ti mismo?
15:22—¿Y qué hiciste?
15:23—¿Callar?
15:24—¿Proteger tu reputación?
15:26—¿José Luis la miró con rabia?
15:29—¿Tú siempre tan insolente, Mercedes?
15:33—¿Acaso crees que Hernando te escuchará?
15:36—¿Eres una sirvienta que se cree noble por estar cerca de nosotros?
15:39—Soy más noble que tú —respondió ella sin titubear—
15:43—porque al menos no me escondo tras un título para justificar mi cobardía?
15:49—Victoria dio un paso al frente, intentando imponer calma.
15:53—Basta, esto no resolverá nada.
15:57Mercedes la miró con desprecio.
15:59—Tú también eres culpable, duquesa.
16:02—Sabías lo que hacía Úrsula y lo encubriste.
16:06—Fingiste compasión mientras mirabas hacia otro lado.
16:09—Yo solo quise proteger a mi familia —murmuró Victoria.
16:13—¿Protegiéndola del castigo o de la verdad?
16:17El silencio que siguió fue insoportable.
16:20Rafael intervino antes de que las palabras se convirtieran en dagas.
16:24—El marqués está aquí para juzgar, no para discutir.
16:28—Padre, tienes la oportunidad de enmendar algo.
16:32—Acompáñanos.
16:33José Luis miró a su hijo con ojos cansados.
16:36—No necesito redención, solo respeto.
16:41—Y el respeto se gana con poder, no con confesiones.
16:45—¿Entonces ya lo has perdido? —dijo Rafael con serenidad.
16:50—Salieron del despacho.
16:52Al llegar al salón principal, el marqués Hernando los esperaba de pie,
16:57junto al capitán Ramiro y varios representantes de la hermandad.
17:00—José Luis de Guzmán, comenzó el marqués.
17:04—Como cabeza de esta casa y miembro del Consejo Real,
17:07¿has permitido que la corrupción y el deshonor se apoderen de tu linaje?
17:12¿Qué tienes que decir en tu defensa?
17:15—¿El duque mantuvo el mentón en alto?
17:17—¿He servido al reino y a mi familia con lealtad?
17:21—Si algunos de mis parientes han caído en desgracia, ¿no es mi culpa?
17:26—Tu silencio te hace cómplice —replicó el marqués.
17:30—Úrsula actuó con impunidad porque tú lo permitiste.
17:34—¿Y si no asumes tu responsabilidad, el Consejo lo hará por ti?
17:39José Luis intentó replicar, pero la mirada severa de Hernando lo detuvo.
17:44—En ese instante comprendió que su poder se desmoronaba.
17:48—¿Qué quieres que haga? —preguntó finalmente con voz apagada.
17:53—Renuncia a tus cargos en el Consejo y entrega a la administración del Valle de Rafael —dijo el marqués sin vacilar.
18:01Victoria se llevó una mano al pecho, horrorizada.
18:05Eso sería deshonrarlo ante toda la nobleza.
18:09Hernando la miró sin piedad.
18:11—El deshonor ya está hecho.
18:14—Ahora buscamos justicia.
18:17José Luis miró a Rafael y por primera vez, en mucho tiempo, en sus ojos se reflejó algo parecido al cansancio.
18:25—¿Esto es lo que quieres, hijo?
18:27—No —respondió Rafael.
18:29—Esto es lo que el Valle necesita.
18:32El duque asintió lentamente.
18:34—¿Derrotado?
18:36—Entonces, que así sea.
18:38El marqués levantó la mano.
18:40—A partir de hoy, Rafael de Guzmán será el nuevo administrador del Valle Salvaje, con autoridad plena bajo mi supervisión, que se restablezca el orden y se limpie el nombre de esta familia.
18:51—El público, compuesto por criados y aldeanos, estalló en aplausos.
18:56—José Luis, en cambio, bajó la cabeza.
18:59—En ese momento, comprendió que su reinado había terminado.
19:04Las noticias del juicio y de la destitución de José Luis se extendieron por el valle como un vendaval.
19:12En las calles, los campesinos hablaban en voz baja, con una mezcla de asombro y alivio.
19:18Por fin, alguien puso fin a la tiranía de los Guzmán, decían algunos, mientras otros, más prudentes, temían las represalias de los pocos fieles que aún quedaban al duque.
19:29—En la casa grande, el ambiente era de ruina moral.
19:34Victoria permanecía encerrada en su habitación, negándose a comer o a recibir visitas.
19:40Los espejos estaban cubiertos con sábanas, como si no soportara ver su propio reflejo.
19:46Aquella mujer, que una vez había impuesto su autoridad con una sola mirada ahora, parecía una sombra, arrastrando los pasos entre sus recuerdos.
19:55Mercedes entró sin anunciarse.
19:57—Debes comer algo, duquesa —dijo con tono firme.
20:02—No ganas nada escondiéndote.
20:05Victoria no levantó la vista.
20:07—¿Vienes a compadecerme o a disfrutar de mi caída?
20:12Mercedes dejó la bandeja sobre la mesa.
20:15—No siento placer en ver a nadie destruido, pero tal vez era hora de que aprendieras lo que es la humillación.
20:22—Victoria soltó una risa amarga.
20:25—¿Y quién eres tú para hablar de humillación?
20:28—¿Una sirvienta que se cree juez?
20:30Mercedes la miró con serenidad.
20:33—No soy juez, pero sé reconocer la diferencia entre el orgullo y la dignidad.
20:38—¿Tú confundiste una con la otra?
20:41—Yo solo defendía a mi familia —murmuró Victoria.
20:45—¿Y a quién protegiste realmente? —replicó Mercedes.
20:49—A Úrsula, una asesina.
20:52—A Josie-Louis, un cobarde.
20:55—Y mientras lo hacías, destruiste lo poco que quedaba de honor en este valle.
20:59—Victoria se levantó de golpe.
21:02—¡Cállate!
21:03—No permitiré que me hables así en mi propia casa.
21:07Mercedes dio un paso adelante.
21:09—Sin miedo.
21:10—Esta casa ya no es tuya.
21:12—¿Es de quienes aún conservan el alma limpia?
21:15—Por un instante, Victoria sintió la tentación de abofetearla, pero la fuerza la abandonó.
21:22—Cayó en el sillón, derrotada.
21:24—¿Qué será de mí ahora, Mercedes?
21:26—La otra mujer la observó en silencio.
21:30—Eso depende de ti.
21:32—Podrías marcharte y empezar de nuevo, o quedarte y convertirte en el fantasma de lo que fuiste.
21:39—Victoria la miró con lágrimas contenidas.
21:43—¿Tú no entiendes lo que es perderlo todo?
21:46—Sí, lo entiendo —respondió Mercedes con voz suave.
21:50—Pero yo aprendí a reconstruirme sin pisotear a nadie.
21:54—Dejó la habitación en silencio, y cuando la puerta se cerró, Victoria rompió a llorar.
22:01Por primera vez, no lloraba de rabia, sino de vergüenza.
22:05Mientras tanto, en el salón principal, Rafael se reunía con el marqués Hernando.
22:11—La sentencia de Úrsula será dictada mañana —dijo el marqués.
22:15—¿Ha confesado todo, incluso la muerte de Julio, pero su mente ya no le pertenece?
22:23—¿Entonces la condenarán a muerte? —preguntó Rafael con el corazón encogido.
22:29—No —respondió Hernando.
22:31—¿La llevarán al convento de Santa Gracia?
22:34—Allí permanecerá el resto de sus días, bajo cuidado de las monjas.
22:38—Su locura es castigo suficiente.
22:42Rafael asintió lentamente.
22:45—Quizás así encuentre un poco de paz, aunque no sé si aún puede alcanzarla.
22:51El marqués lo miró con afecto.
22:53—Has actuado con una nobleza que honra el nombre Guzmán.
22:58Tu hermano estaría orgulloso.
23:00—Sólo quiero que su alma descanse —dijo Rafael.
23:03—Julio fue víctima del odio y de la ambición, y este valle casi muere con él.
23:09En ese momento entró Adriana con una carta en la mano.
23:13Rafael dijo en voz baja.
23:16—Esto llegó del convento.
23:18Rafael la abrió y leyó en silencio.
23:21Era un mensaje de la hermandad confirmando la reclusión perpetua de Úrsula.
23:26Al final había una nota escrita por la abadesa.
23:29—La señora de Guzmán ha pedido una confesión.
23:33—Dice que quiere ver a su primo antes de morir.
23:36—En Saem.
23:38Adriana lo observó con preocupación.
23:40—¿Vas a ir?
23:42Rafael guardó silencio unos segundos.
23:45—Sí.
23:46—No por ella, sino por mí.
23:49—¿Necesito cerrar este círculo?
23:51Adriana asintió, sabiendo que nada podría detenerlo.
23:56Horas después, Rafael llegó al convento.
23:59Las campanas repicaban con un sonido apagado.
24:03En una celda fría, Úrsula yacía en una cama, pálida.
24:07Los ojos hundidos.
24:09—Al verlo, sonrió debilmente.
24:12Sabía que vendrías.
24:14Rafael se acercó despacio.
24:16—No vine por compasión, Úrsula.
24:20Vine para perdonarte.
24:22Ella rió, aunque su voz era apenas un suspiro.
24:26—Perdonarme no lo necesito.
24:28—Yo ya me condené hace tiempo.
24:31—Entonces, que Dios tenga piedad de ti, dijo Rafael, y se arrodilló, rezando en silencio.
24:38Úrsula lo observó con una mezcla de desprecio y tristeza.
24:42—Siempre tan puro, tan perfecto.
24:45—No sabes lo que es vivir devorada por el odio.
24:48—Yo amé demasiado, Rafael.
24:51—Y el amor, cuando se pudre, se convierte en veneno.
24:55Rafael se levantó.
24:58—No fue amor, Úrsula.
25:00—Fue posesión.
25:01—Y ese veneno casi destruye todo lo que amábamos.
25:06—Ella cerró los ojos.
25:07—Quizá tengo razón.
25:09—Pero al menos, yo no fingí ser buena.
25:13Rafael dio un paso atrás.
25:15—Descansa.
25:16—Tal vez el silencio del convento te dé lo que nunca tuviste.
25:21—Paz.
25:22—Cuando salió, el aire frío lo envolvió.
25:25Por primera vez, desde la muerte de Julio, sintió que el peso en su pecho se aligeraba.
25:31La historia de Úrsula terminaba allí, entre muros de piedra y rezos,
25:36y con ella, la oscuridad que había dominado la casa grande durante tanto tiempo.
25:41La mañana del día siguiente, amaneció gris y silenciosa.
25:44El valle parecía contener el aliento, como si también esperara el veredicto final de los destinos pendientes.
25:53En la plaza principal, la Santa Hermandad se reunió para dictar la sentencia de Tomás,
25:58el ladrón y conspirador cuya sombra había ensuciado a muchos en la casa grande.
26:02Luisa llegó acompañada por Pepa y Alejo.
26:06Sus pasos eran pesados, su mirada serena, aunque por dentro una tormenta rugía.
26:13Había pasado la noche en vela, orando y enfrentando los recuerdos de su pasado.
26:19Había confesado todo ante Mercedes y el Marqués,
26:22y aunque eso significaba exponerse al juicio del valle,
26:25sentía que por primera vez en muchos años respiraba sin miedo.
26:29Tomás, en cambio, permanecía esposado en el centro del tribunal,
26:34su rostro endurecido por la rabia.
26:37—¡Todo esto es una farsa! —gritaba.
26:40—Me condenan porque no tengo título ni fortuna.
26:43Si yo fuera un Guzmán, me habrían perdonado.
26:47El Marqués Hernando lo observaba con calma desde su asiento.
26:51—Te condenamos, Tomás, no por tu origen, sino por tus actos.
26:56Robaste, mentiste y chantajeaste a inocentes.
27:01Y lo peor, traicionaste a quienes te ofrecieron una segunda oportunidad.
27:06Tomás hascupió a Shugaló.
27:08Todos aquí son hipócritas.
27:11Luisa es tan culpable como yo.
27:13Ella robó conmigo.
27:15Pero claro, ella es la pobrecita redimida.
27:19Un murmullo recorrió la sala.
27:21Luisa dio un paso adelante, con la voz temblorosa pero firme.
27:27—Sí, robé contigo hace muchos años.
27:31Y lo pagué con mi vergüenza y mi silencio.
27:34Pero tú no conoces el arrepentimiento.
27:37Usaste mi miedo para seguir destruyendo vidas.
27:41Esa es tu verdadera condena.
27:43El Capitán Ramiro levantó la mano, imponiendo orden.
27:47—¡Basta!
27:48—El tribunal ha escuchado suficiente.
27:52Se dirigió al marqués, que asintió con solemnidad.
27:56Tomás de Aranda, pronunció.
27:58—Serás enviado a los trabajos forzados en las minas del norte.
28:02Tu castigo durará el resto de tus días.
28:05Un silencio absoluto llenó la sala.
28:08Tomás palideció, incapaz de responder.
28:11La mujer solo alcanzó a murmurar.
28:14—El norte es una tumba.
28:17Los guardias lo sujetaron y lo arrastraron fuera.
28:20Mientras su mirada se perdía entre la multitud, Luisa cerró los ojos.
28:26Una lágrima resbalando por su mejilla.
28:29No lloraba por él, sino por la mujer que había sido en otro tiempo.
28:33Mercedes se acercó y le tomó la mano.
28:36—Ya está, hija.
28:38Se acabó.
28:40El marqués se levantó, dirigiéndose a Luisa.
28:44—Tu confesión y tu ayuda fueron decisivas.
28:48La hermandad ha decidido absolverte.
28:51No hay deuda que pagar.
28:53—Gracias, señor —respondió ella, inclinando la cabeza.
28:57—Pero aún así, debo marcharme.
29:00No puedo seguir viviendo entre estos muros.
29:03Cada rincón me recuerda lo que fui.
29:06—¿Y a dónde irás?
29:07—preguntó Rafael, que había estado observando en silencio.
29:11—Donde la vida me permita empezar de nuevo,
29:14dijo con una débil sonrisa.
29:16—Con Pepa y Alejo.
29:18El valle me dio dolor, pero también me enseñó a no rendirme.
29:22Mercedes la abrazó con fuerza.
29:25—Que Dios te acompañe, hermana.
29:27Antes de irse, Luisa se volvió a ser Rafael.
29:31—Prométame algo, señor.
29:33No permita que este valle vuelva a caer en manos de la soberbia.
29:37Si alguna vez olvida lo que sufrió, todo volverá a repetirse.
29:42Rafael asintió.
29:44—Lo prometo.
29:46Mientras yo viva, el valle salvaje no conocerá más tiranía.
29:51Pepa, que había permanecido en silencio, se persignó.
29:55—Nos vamos, Luisa.
29:56—Ya no queda nada para nosotras aquí.
29:59Las tres figuras se alejaron despacio, cruzando la plaza, bañada por la luz gris del amanecer.
30:06Los aldeanos las observaban marchar con respeto.
30:10Nadie las juzgaba ya.
30:12Todos comprendían que no había castigo más grande que cargar con los propios errores.
30:17Cuando desaparecieron en el camino hacia las colinas, Rafael se volvió hacia Mercedes.
30:23—¿Crees que encontrarán paz?
30:25—Sí, respondió ella con suavidad.
30:28—Porque la merecen más que nadie.
30:30El marqués Hernando se acercó a Rafael y le puso una mano en el hombro.
30:36—Has hecho justicia, sobrino.
30:39Pero recuerda que la justicia sin compasión puede volverse crueldad.
30:43Este valle necesita ambas.
30:46Rafael asintió, contemplando el horizonte.
30:48El sol comenzaba a abrirse paso entre las nubes.
30:53Tal vez este sea el inicio de algo nuevo.
30:56Pero para eso debemos aprender a perdonar, incluso a los que más nos hirieron.
31:02En ese momento, un jinete llegó con una carta sellada con el escudo real.
31:08—Es para usted, don Rafael —dijo.
31:11Rafael rompió el sello y leyó rápidamente.
31:15Luego sonrió, aliviado.
31:17—El consejo real ha reconocido oficialmente mi nombramiento como administrador del valle.
31:23—Y también miró al marqués.
31:26—Mi padre ha renunciado por completo a sus títulos.
31:30Mercedes suspiró.
31:32—Al fin lo hizo.
31:34—Quizá aún haya redención para él.
31:36—Quizá, murmuró Rafael.
31:39Esa noche, mientras las campanas del convento repicaban a lo lejos,
31:43Luisa, Pepa y Alejo cruzaban los límites del valle.
31:47El valle salvaje dejaban atrás el dolor, las culpas y los secretos,
31:52llevando consigo sólo la esperanza.
31:55El viento soplaba suave, como si el valle mismo las despidiera en paz.
31:59El valle amaneció con un aire diferente.
32:02Por primera vez en años, los campos no parecían cargados de sombras,
32:07sino bañados en una luz cálida que anunciaba el inicio de una nueva era.
32:12En la casa grande, los sirvientes abrían las ventanas y retiraban las sábanas que cubrían los muebles.
32:19Como si con ese gesto se desterraran los recuerdos del pasado,
32:24Rafael se encontraba en el despacho del marqués,
32:27revisando los documentos de administración.
32:29Había pasado la noche sin dormir,
32:32consciente del peso que ahora reposaba sobre sus hombros.
32:35La responsabilidad de reconstruir lo destruido no se limitaba a los campos y las propiedades.
32:41¿Debía sanar también las almas del valle?
32:44Mercedes entró con una sonrisa cansada, pero sincera.
32:48«El marqués te espera en el jardín», dijo.
32:52«¿Y Bárbara también?»
32:54«Parece que Leonardo ha tomado una decisión».
32:57Rafael asintió.
32:59Era hora de que lo hiciera.
33:02En el jardín, el aire olía a flores frescas y a promesas nuevas.
33:06Leonardo, de pie junto a Bárbara,
33:09sostenía la mano de la joven con una mezcla de determinación y ternura.
33:13El marqués Hernándo los observaba con benevolencia,
33:16mientras Adriana permanecía a un costado, sonriendo con serenidad.
33:19«Señor marqués», comenzó Leonardo, «vengo a pedir su bendición».
33:25«No puedo seguir viviendo en la mentira».
33:28«Mi compromiso con Irene fue una imposición, no un acto de amor».
33:32«Bárbara y yo nos amamos, y quiero que este amor se viva a la luz del día,
33:38sin culpa ni engaño».
33:40El marqués lo observó en silencio durante unos segundos.
33:44Luego asintió.
33:46«Has aprendido lo que muchos hombres olvidan».
33:49«¿El amor sin verdad es una cadena?»
33:52«Si Bárbara acepta tu palabra, yo no me opondré».
33:56Bárbara, emocionada, se inclinó con respeto.
33:59«Gracias, Señor».
34:01«Prometo honrar su confianza».
34:04Rafael se acercó y puso una mano en el hombro de su amigo.
34:08«Has tardado en decir la verdad, pero lo importante es que lo hiciste».
34:12«Irene merece sinceridad, y tú, libertad».
34:16Leonardo bajó la cabeza.
34:17«Aún debo enfrentarla».
34:20Adriana intervino suavemente.
34:23«¿Irene lo sabe?»
34:25«Me lo confesó esta mañana».
34:27«Está herida, pero no es hinchida».
34:30«Dice que prefiere vivir sola que ser parte de un matrimonio sin amor».
34:34Leonardo cerró los ojos un instante, como si una carga se desvaneciera.
34:40«Entonces iré a verla antes de que parta».
34:42Horas después, Leonardo entró en la pequeña sala donde Irene empacaba sus cosas.
34:49Ella lo recibió con una sonrisa triste.
34:52«¿Sabía que vendrías?»
34:53«Irene, comenzó hoy.
34:55No tengo derecho a pedir perdón, pero lo hago igualmente».
35:01«¿Te falí?»
35:02«No», respondió ella con calma.
35:06«Fallamos todos al dejarnos arrastrar por las decisiones de otros, pero no guardo en cor.
35:12Quiero recordar lo bueno, no lo que nunca fue».
35:16Él le tomó las manos.
35:17«Eres más noble que todos nosotros».
35:20«Sólo aprendí a aceptar lo que no se puede forzar», dijo ella con una mirada de madurez serena.
35:27«Cuid-le, Barbara».
35:29«Y sé feliz por los dos».
35:31Leonardo asintió, conteniendo las lágrimas.
35:35Irene terminó de guardar su velo y lo miró una última vez.
35:39«No me despidas en la puerta».
35:42«No quiero lágrimas».
35:44«Sólo prométeme que algún día, cuando mires al valle,
35:47pensarás que hay paz en él».
35:49«Te lo prometo», respondió.
35:52Cuando Irene subió al carruaje que la llevaría lejos del valle salvaje,
35:56Rafael y Adriana la vieron partir desde la galería.
35:59«¿Crees que volverá?», preguntó Adriana.
36:02«Quiz-ash», respondió Rafael.
36:05«Cuando el valle esté curado, Irene no huye».
36:09«Sólo necesita respirar lejos de las ruinas».
36:14Adriana apoyó la cabeza sobre su hombro.
36:16«¿Entonces que el valle sane pronto?».
36:19En el mismo momento, Mercedes se encontraba con José Luis en la biblioteca.
36:25El duque, más envejecido de lo que realmente era,
36:28se hallaba sentado frente al fuego, con la mirada perdida.
36:31«¿A qué has venido?», preguntó con tono cansado.
36:35«Vine a despedirme», respondió ella.
36:37«No soy mujer de quedarse a contemplar ruinas.
36:41Pero antes, quiero decirte algo.
36:44¿Todavía puedes redimirte?».
36:46José Luis soltó una risa amarga.
36:49«¿Redimirme?».
36:50«Soy un hombre muerto en vida.
36:52Mi poder, mis tierras, mi nombre, todo se ha ido».
36:58«¿Te queda algo más valioso?», replicó Mercedes.
37:01«¿Tu conciencia?».
37:03«¿Puedes usar lo que te queda de tiempo para pedir perdón a quienes heriste?».
37:08Tal vez entonces el apellido Guzmán signifique algo más que soberbia.
37:12El duque la miró en silencio.
37:14«Siempre fuiste más fuerte que todos nosotros».
37:18«No», dijo Mercedes, con una sonrisa suave.
37:22Solo más cansada de fingir, cuando ella salió de la habitación,
37:26José Luis se quedó mirando el fuego.
37:28Por primera vez en muchos años, sintió una lágrima rodar por su mejilla.
37:33Esa noche, el marqués reunió a todos los miembros de la familia
37:37y los criados en el comedor principal.
37:40«Hoy cerramos un ciclo», dijo con solemnidad.
37:44«El valle ha sufrido demasiado por los pecados de los Guzmán.
37:48Pero con humildad y trabajo, la luz volverá».
37:52Rafael miró a Adriana, que sonreía discretamente.
37:56En sus ojos había una promesa, la del renacer.
38:00Mercedes levantó su copa.
38:02Por los que cayeron y por los que aprendieron a levantarse,
38:05¿La escupa chocaba un suave monte?
38:09Afuera, el viento soplaba entre los árboles,
38:12llevando consigo el eco de una era que, al fin, comenzaba a morir.
38:17Los días siguientes trajeron una calma desconocida al valle salvaje.
38:22El aire ya no olía a miedo, sino a tierra húmeda y trigo maduro.
38:27Los jornaleros, que antes trabajaban bajo la mirada altiva de los Guzmán,
38:31ahora lo hacían con esperanza, sabiendo que el nuevo administrador no impondría castigos, sino justicia.
38:39Rafael recorría los campos cada mañana, saludando a todos por su nombre.
38:44Los campesinos lo respetaban, no por su linaje, sino por su humanidad.
38:49Mercedes lo acompañaba en silencio durante aquellas caminatas.
38:53«Julio estaría orgulloso de ti», le dijo una vez.
38:57Rafael sonrió con tristeza.
39:00«Julio fue el mejor de nosotros».
39:03«Yo solo intento cumplir lo que él empezó».
39:06Al regresar a la casa grande, los dos se encontraron con José Luis sentado en la galería,
39:11leyendo un viejo misal.
39:13Su rostro había cambiado, la arrogancia había dado paso al cansancio.
39:18«¿Vienes a recordarme mis errores, Mercedes?»
39:21preguntó sin levantar la vista.
39:23«No», respondió ella con serenidad.
39:27«Vengo a recordarte que todavía puedes hacer algo bueno».
39:30Él suspiró.
39:31«¿Y qué podría hacer un hombre al que todos odian?»
39:36«Pedir perdón», replicó ella.
39:38«No con palabras, sino con hechos».
39:42«José Luis lo miró fiamenta».
39:44«Hablas como si creyeras que aún tengo alma».
39:48Mercedes se sentó frente a él.
39:51«Todos tenemos alma».
39:52«José Luis».
39:54«Algunos solo la esconden demasiado tiempo».
39:57Hubo un largo silencio entre ellos, roto únicamente por el canto de los pájaros.
40:03«Finalmente», José Luis murmuró.
40:06«Te debo una disculpa.
40:08Fui cruel contigo.
40:10Te desprecié por no tener apellido, cuando en realidad eras más digna que todos nosotros».
40:16Mercedes sonrió levemente.
40:19«Eso ya no importa.
40:21Lo que sí importa es que pidas perdón a Rafael, no por mí, sino por ti».
40:28Aquella misma tarde, José Luis llamó a su hijo al despacho.
40:33Rafael entró, con la distancia respetuosa de quien no olvida, pero tampoco odia.
40:38«Padre», José Luis lo observó con una mezcla de orgullo y remordimiento.
40:44«No sé por dónde empezar», dijo.
40:47«Tú, Fali.
40:49A ti, a Julio, al vale.
40:51Pensé que mantener el poder era proteger nuestra herencia, pero solo logré destruirla».
40:57Rafael no respondió al principio.
41:00Luego, se acercó lentamente.
41:02«¿Aún estás a tiempo de reparar lo que queda?
41:06Este valle necesita reconciliación, no castigo».
41:11El duque bajó la cabeza.
41:12«No sé si merezco tu perdón».
41:15«Quizás no», respondió Rafael con suavidad.
41:18«Pero mi hermano sí lo habría dado.
41:21Y yo lo hago en su nombre».
41:23José Luis lo miró con lágrimas en los ojos.
41:26«Eres mejor hombre de lo que yo jamás fui».
41:29Rafael negó con la cabeza.
41:31«Sólo aprendí de tus errores».
41:34Ambos se abrazaron por primera vez en años.
41:37No fue un abrazo de padre e hijo, sino de dos hombres que, después de haberlo perdido todo,
41:43se reconocían al fin.
41:45Mientras tanto, en el convento, Úrsula vivía sus últimos días.
41:50Las monjas decían que pasaba las horas mirando por la ventana,
41:54hablando con sombras que solo ella veía.
41:57En las noches murmuraba el nombre de Julio, y a veces el de Rafael, pero sin odio, con una tristeza infantil.
42:05Un amanecer, la hermana abadesa encontró su celda vacía.
42:10Úrsula yacía en el pequeño jardín, rodeada de flores silvestres, con una sonrisa serena en el rostro.
42:16Rafael, había muerto en silencio, como si su alma, por fin, hubiera encontrado descanso.
42:23Cuando la noticia llegó al valle, Rafael guardó silencio largo rato.
42:28«Murió como vivió», dijo al fin, «entre la belleza y la oscuridad».
42:31Adriana, que lo acompañaba, le tomó la mano.
42:36«Quizás ahora el pasado pueda enterrarse de verdad».
42:40Rafael la miró con ternura.
42:42«Sí, es hora de vivir para lo que viene».
42:46Esa misma noche, el marqués convocó a una cena en honor a la paz restablecida.
42:52El comedor volvió a llenarse de voces y risas.
42:55Leonardo y Bárbara, recién comprometidos, se miraban con ilusión.
43:01Irene, desde la distancia, había enviado una carta bendiciendo su unión.
43:06Mercedes levantó su copa.
43:08Por los que partieron y por los que quedaron para sanar, el marqués la secundó.
43:14Y por este valle, que renace de sus cenizas como el ave fénix.
43:19Entre los invitados, José Luis permanecía callado,
43:22pero en su silencio ya no había orgullo, sino humildad.
43:26Adriana radiante, caminaba entre los presentes,
43:30ayudando a los sirvientes y compartiendo sonrisas.
43:33Había recuperado la alegría que tanto tiempo le fue negada.
43:37Más tarde, cuando todos se dispersaron,
43:40Rafael y Adriana quedaron solos en el jardín.
43:43La luna iluminaba los rosales recién florecidos.
43:47«¿Sabes?», dijo él, tomándola de la mano.
43:50«¿No?», a veces pienso que el valle respira diferente.
43:53«¿Cuándo tú estás cerca?», ella sonrió.
43:57«¿Tal vez porque ahora hay vida aquí?»
44:00Rafael la miró, con ternura y asombro.
44:03«¿Virá?», Adriana asintió.
44:07«Sí, Rafael, vamos a tener un hijo».
44:10Por un instante, él no dijo nada.
44:13El tiempo pareció detenerse,
44:15y luego la abrazó con una emoción que no pudo contener.
44:18«¿Nuestro hijo será la nueva esperanza de este lugar?»
44:23Otriana orihua entra lágrimos.
44:25«Entonces prométeme que crecerá viendo un valle libre de rencores».
44:30«Te lo juro», susurró Rafael, besándola en la frente.
44:34«Este niño nacerá en paz».
44:36«La paz que tanto nos costó conquistar».
44:39Las campanas del convento sonaron a lo lejos,
44:42anunciando la muerte de Úrsula,
44:43y al mismo tiempo la promesa de una nueva vida.
44:47Era el fin de un ciclo y el comienzo de otro.
44:51El valle salvaje, por fin, respiraba.
44:55El amanecer siguiente bañó el valle salvaje
44:58con una luz dorada, tibia y clara,
45:00como si el cielo mismo celebrara el fin de la oscuridad.
45:04Desde lo alto de la colina,
45:06Rafael observaba las tierras recién aradas
45:08extendiéndose hasta el horizonte.
45:10El viento movía las espigas tiernas
45:13y por primera vez en años el valle parecía vivo,
45:16respirando sin miedo.
45:18A su lado, Adriana se apoyaba suavemente
45:21sobre su hombro, su mano,
45:23reposando sobre el vientre,
45:25donde crecía la promesa de una nueva generación.
45:29«Todo parece distinto», murmuró ella.
45:31Incluso el aire.
45:33No.
Sé la primera persona en añadir un comentario
Añade tu comentario

Recomendada