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Valle Salvaje capítulo 273: Una nueva era en ‘Valle Salvaje’
Transcripción
00:00Avance. Una nueva era en Valle Salvaje en el capítulo 272, 9 de octubre, avance del capítulo
00:18272 de Valle Salvaje, que se emite el jueves 9 de octubre, con vídeo incluido.
00:23Úrsula es detenida por el asesinato de Julio y su caída provoca un terremoto en el palacio.
00:33El duque rompe con Victoria, Matilde es chantajeada y don Hernando regresa para desatar el caos.
00:41El aire en el palacio de los de Guzmán se había vuelto denso, casi irrespirable, una masa
00:46pesada y cargada con la electricidad estática que precede a las peores tormentas.
00:53La corredor, cada salón suntuosamente decorado, parecía haber perdido su color, bañado ahora
00:59por una pátina de grisa aprensión.
01:03El silencio no era paz, sino la contención de un grito colectivo.
01:07La confesión de Ana, la joven doncella que había servido a don Julio Gálvez de Aguirre
01:12con una lealtad que finalmente se había quebrado bajo el peso de la culpa, había caído como
01:17una sentencia de muerte sobre la casa.
01:21No era solo una acusación, era el cerrojo final de una taut que llevaba semanas preparándose.
01:26Úrsula, el nombre resonaba en los pensamientos de todos, un eco que se negaba a desvanecerse.
01:36Se movía por sus aposentos con una rigidez antinatural, como una muñeca de porcelana a
01:41punto de resquebrajarse.
01:45Sus manos, normalmente ocupadas en algún bordado o en el ajuste de un lazo, ahora se
01:50retorcían en su regazo, una sobre la otra, buscando un consuelo que no existía.
01:58Sabía lo que venía, desde que Ana había sido llevada ante el duque para contar su
02:02verdad, Úrsula había sentido como el suelo bajo sus pies se convertía en arena movediza.
02:09Cada tic-tac del gran reloj del vestíbulo era un martillazo que la acercaba a su destino.
02:16No estaba sola en su tormento, en el ala opuesta del palacio, Bárbara se consumía
02:21en un dolor que era una criatura viva y voraz.
02:25La verdad sobre la muerte de Julio, el hombre que amaba con una devoción pura y desesperada,
02:30no le había traído la paz que anhelaba, sino una nueva capa de agonía.
02:36Había sido Úrsula, su propia prima, la mujer con la que había compartido confidencias
02:41y risas infantiles.
02:44La traición era un veneno más lento, más cruel que el que había acabado con la vida
02:48de Julio.
02:51Se sentía vacía, una cáscara hueca deambulando por los restos de su propia felicidad.
02:57Y en el centro de esta red de engaños y dolor, Victoria, la duquesa, observaba.
03:04Su rostro era una máscara de impasibilidad, pero tras sus ojos azules, fríos como el hielo
03:09de un invierno perpetuo, su mente trabajaba a una velocidad febril.
03:16La caída de Úrsula no era solo la tragedia de su sobrina, era una amenaza directa a su
03:21propia posición, a todo lo que había luchado por construir y mantener.
03:27El poder era su único dios, y no permitiría que la torpeza de una niña asustada la arrastrara
03:32al abismo.
03:35El sonido de las botas pesadas sobre la grava del camino de entrada rompió la tensión como
03:39un disparo en la noche.
03:43No eran los cascos de un carruaje familiar, ni los pasos presurosos de un mensajero.
03:50Era la cadencia marcial y sombría de la ley.
03:53La Santa Hermandad había llegado.
03:55Un lacayo, pálido como un fantasma, anunció su presencia en el Gran Salón.
04:02José Luis, el duque de Guzmán, se levantó de su sillón con una gravedad que le añadía
04:07años.
04:10Su rostro, marcado por el dolor de la pérdida de su hermano y ahora por la vergüenza de
04:15la traición bajo su propio techo, era un mapa de sufrimiento.
04:21Rafael, a su lado, mantenía una compostura firme, pero sus puños apretados revelaban la
04:27furia que contenía.
04:30Había sido él quien, junto a Ana, había desentrañado la madeja, buscando una justicia que ahora
04:36se presentaba con un rostro implacable.
04:40El capitán de la Santa Hermandad, un hombre de facciones duras y mirada penetrante, entró
04:45en el salón seguido por dos de sus hombres.
04:50Una breve y respetuosa inclinación de cabeza hacia el duque, duque de Guzmán.
04:57Lamento la intrusión en tan difíciles circunstancias.
05:00Capitán, la voz de José Luis era un murmullo grave.
05:06Saben a qué han venido, cumplan con su deber.
05:09No hubo más formalidades.
05:11El capitán asintió y, con un gesto, indicó a sus hombres que lo siguieran.
05:18Se dirigieron directamente hacia la escalera principal, sus pasos resonando en el mármol
05:23como el juicio final.
05:26Cada sirviente que encontraban a su paso se apartaba, pegándose a las paredes, con los
05:31ojos bajos y el corazón en un puño.
05:35La vergüenza y el miedo eran una plaga que se extendía por toda la casa.
05:39Llegaron a la puerta de los aposentos de Úrsula.
05:44No llamaron.
05:45El capitán la abrió con un empujón firme pero sin violencia.
05:49Úrsula estaba de pie junto a la ventana, de espaldas a ellos, mirando el jardín como
05:54si buscara una ruta de escape en la geometría de los setos.
05:59Al oír el sonido, se giró lentamente.
06:01Su rostro estaba desprovisto de color, pero en sus ojos había un último rescoldo de desafío.
06:09Clarita Úrsula de la Vega y Guzmán.
06:12Dijo el capitán, su voz llenando la habitación, sin dejar espacio para la duda.
06:19Queda usted formalmente acusada del asesinato de don Julio Gálvez de Aguirre.
06:24Mis hombres procederán a registrar sus aposentos en busca del veneno con el que se cometió el
06:29día.
06:30Úrsula no respondió.
06:32Sus labios se separaron ligeramente, pero ningún sonido emergió.
06:38Observó, como si fuera una espectadora de su propia desgracia, como los dos guardias
06:43comenzaban a registrar la habitación con una eficiencia metódica y despersonalizada.
06:50Abrieron su armario, pasando las manos por sus vestidos de seda y encaje.
06:55Vaciaron los cajones de su cómoda, revolviendo su ropa interior, sus pañuelos perfumados,
07:01sus cintas de colores.
07:04Era una violación, una profanación de su intimidad que la despojaba de su condición
07:08de dama para convertirla en una simple criminal.
07:13Uno de los hombres abrió un pequeño joyero sobre el tocador, dentro, entre pendientes
07:18de perlas y un broche de plata, había un frasquito de cristal oscuro, casi vacío.
07:25Lo levantó a la luz.
07:27Capitán.
07:28El capitán se acercó, tomó el frasco y lo examinó.
07:32No había etiqueta, pero un leve olor amargo, casi imperceptible, emanaba de la boca del recipiente.
07:40Llegó a Úrsula, cuyos ojos estaban fijos en el frasquito, la última prueba tangible
07:45de su condena.
07:48¿Puede explicar esto, señorita?
07:51Úrsula tragó saliva, su garganta seca como el desierto.
07:54Es, es un remedio para mis jaquecas, me lo proporcionó el boticario.
08:01El boticario niega haberle vendido nada que no sean sales aromáticas y laudano en dosis
08:06mínimas, replicó el capitán con frialdad.
08:08Y la confesión de la doncella Ana describe con precisión cómo la vio a usted manipular
08:15un frasco idéntico junto a la copa de vino de don Julio la noche de su muerte.
08:21La última defensa de Úrsula se desmoronó.
08:23Sus hombros se hundieron.
08:25El desafío en sus ojos se extinguió, reemplazado por un terror puro y abyecto.
08:30Fue en ese preciso instante cuando la puerta se abrió de nuevo.
08:36Victoria entró en la habitación.
08:39No miró a los guardias ni al capitán.
08:41Sus ojos se clavaron en los de su sobrina con la intensidad de un depredador.
08:47Se acercó a ella, creando una burbuja de intimidad en medio del caos.
08:52Úrsula, su voz fue un susurro sibilante, cargado de una advertencia helada.
08:58Escúchame con atención, vas a afrontar esto con la dignidad que se espera de una mujer
09:03de nuestra familia.
09:07Vas a responder a sus preguntas, pero no vas a mencionar mi nombre, bajo ninguna circunstancia.
09:14No vas a insinuar que yo sabía algo, que te aconsejé, que te encubrí.
09:18¿Lo has entendido?
09:21Úrsula la miró, sus ojos suplicantes.
09:24Buscaba un salvavidas, un gesto de afecto, una pizca de la protección que su tía siempre
09:29le había prometido.
09:33Sólo encontró un abismo de hielo.
09:35Tía, yo, yo no quería.
09:38Lo que querías o no querías ya no importa.
09:40La cortó Victoria, su agarre en el brazo de Úrsula era como una garra de acero.
09:47Lo único que importa ahora es contener el daño.
09:50Tu destino ya está sellado.
09:51No arrastres al resto de la familia contigo.
09:55No me arrastres a mí.
09:56Si hablas, si tan solo insinúas mi implicación, te juro que me encargaré de que tu vida en
10:01la cárcel sea un infierno mucho peor del que puedas imaginar.
10:07Te abandonaré a tu suerte y me aseguraré de que nadie, ni siquiera tu padre, vuelva
10:11a pronunciar tu nombre.
10:15Es olvidada.
10:16Serás nada.
10:18La crueldad de las palabras fue más devastadora que cualquier castigo físico.
10:24Úrsula sintió que algo se rompía dentro de ella.
10:27La última brizna de esperanza se hizo cenizas.
10:29Asintió, una autómata, las lágrimas finalmente rodando por sus mejillas en silencio.
10:39Victoria se apartó de ella, su expresión volviendo a ser una máscara de serena autoridad.
10:46Se dirigió al capitán.
10:48Mi sobrina está conmocionada, como es natural, pero colaborará en todo lo necesario.
10:55La familia de Guzmán respeta la ley.
10:58El capitán, que había fingido no escuchar la conversación privada, asintió.
11:05Señorita, deberá acompañarnos.
11:08Uno de los guardias se acercó a Úrsula con unas esposas de hierro.
11:13El sonido metálico que hicieron al cerrarse sobre sus delicadas muñecas fue el punto
11:17final de su vida tal y como la conocía.
11:21La joven fue escoltada fuera de la habitación, su mirada perdida en el suelo, sin atreverse
11:26a mirar a la tía que acababa de firmar su sentencia de soledad eterna.
11:32Mientras Úrsula era conducida por los pasillos del palacio, el drama se desarrollaba en múltiples
11:37frentes.
11:40En el gran salón, José Luis había permanecido de pie, rígido como una estatua, escuchando
11:46los ecos del arresto que subían por la escalera.
11:51Victoria bajó los escalones con una elegancia estudiada, como si volviera de un paseo por
11:56el jardín.
11:59José Luis se giró para enfrentarla en cuanto ella puso un pie en el salón.
12:03Los ojos, normalmente llenos de un afecto tranquilo, ahora ardían con una furia y una decepción
12:09tan profundas que Victoria retrocedió un paso instintivamente.
12:13No sé a qué te refieres, José Luis, es una tragedia, por supuesto, una mancha en el honor
12:28de esta familia.
12:31Pero la justicia debe seguir su curso, no me hables de justicia.
12:35Estalló él, su control finalmente roto.
12:39No te atrevas a pronunciar esa palabra, tú lo sabías, lo sabías desde el principio.
12:44Eso es una acusación absurda y monstruosa, replicó Victoria, intentando mantener su compostura,
12:53pero un leve temblor en su voz la traicionó.
12:55¿Absurda?
12:58José Luis se acercó a ella, invadiendo su espacio personal, obligándola a mirarlo a los
13:03ojos.
13:04Vi la forma en que la mirabas, vi cómo intentabas desviar las sospechas, vi cómo manipulabas
13:10a todos a tu alrededor para protegerla.
13:12Protegías a la asesina de mi hermano, vivías bajo mi techo, dormías en mi cama, y me mentías
13:20a la cara cada maldito día mientras yo me consumía de dolor.
13:25Yo solo intentaba proteger el nombre de la familia.
13:28No, rugió él, y el grito resonó en todo el salón, haciendo que los sirvientes que
13:34se escondían en los pasillos se estremecieran.
13:38Tú solo intentabas protegerte a ti misma, tu estatus, tu posición como duquesa, Úrsula
13:43era solo una pieza en tu juego, un peón que estabas dispuesta a sacrificar en cuanto dejó
13:48de ser útil.
13:51Pero te equivocaste, creíste que podías controlarlo todo, pero este monstruo que creaste se te
13:56ha escapado de las manos.
14:00Victoria palideció, las palabras de su marido daban en el blanco con una precisión letal.
14:05José Luis, por favor, somos un matrimonio, debemos afrontar esto juntos.
14:13Él soltó una risa amarga, un sonido desprovisto de cualquier alegría.
14:16Matrimonio, ¿qué sabes tú de lo que significa esa palabra?
14:22Significa confianza, lealtad, apoyo, y tú has profanado cada uno de esos significados.
14:30Has envenenado esta casa con tus mentiras, igual que ella envenenó la copa de mi hermano.
14:37Dio un paso atrás, creando una distancia insalvable entre ellos.
14:41Su voz, cuando volvió a hablar, era fría y definitiva.
14:47Escúchame bien, Victoria, a partir de este momento, nuestra relación ha terminado.
14:54Serás siendo la duquesa de Guzmán a los ojos del mundo, porque el escándalo de una
14:58separación sería demasiado para esta familia en este momento.
15:04Pero para mí, para mí ya no eres nada.
15:07No me hables, no me toques, no esperes de mí ni una palabra de consuelo ni un gesto
15:11de afecto.
15:14Compartiremos un techo, pero viviremos como extraños.
15:17Y te lo advierto, si descubro que tu implicación en la muerte de Julio va más allá de un simple
15:23encubrimiento, si descubro que tuviste algo que ver, te juro por la memoria de mi hermano
15:28que me encargaré de que acabes en la misma celda que Úrsula.
15:33Si ella es culpable, tú pagarás con ella.
15:36Se dio la vuelta y abandonó el salón, dejando a Victoria sola en medio de la opulencia fría
15:41de la estancia.
15:44Por primera vez en muchos años, la duquesa sintió el aguijón del miedo genuino.
15:49Había perdido el control de su marido, su principal fuente de poder y legitimidad.
15:56El terremoto que había provocado la caída de Úrsula apenas comenzaba a mostrar la magnitud
16:00de su destrucción, y sus cimientos, los cimientos de su propia vida, se estaban agrietando peligrosamente.
16:10Mientras tanto, la noticia del carruaje de los de Guzmán llegando al palacio se había
16:14extendido como la pólvora.
16:18Pepa, la cocinera, con el rostro desencajado por los acontecimientos, subió corriendo a
16:24los aposentos de Bárbara.
16:27La encontró sentada en el suelo, junto a la cama, abrazando un pañuelo que había pertenecido
16:32a Julio.
16:35Su llanto era silencioso, un goteo constante de miseria que la estaba vaciando por dentro.
16:42Señorita Bárbara, dijo Pepa con suavidad, arrodillándose a su lado.
16:47Bárbara levantó la vista, sus ojos enrojecidos e hinchados.
16:51¿Qué ocurre, Pepa?
16:54¿Hay más malas noticias?
16:56No creo que pueda soportar más.
16:58Ha llegado la calesa de los de Guzmán.
17:00Pero no es el duque, es… es Don Hernando.
17:06El nombre cayó en la habitación como una piedra en un estanque.
17:11Don Hernando, el patriarca, el padre de José Luis y Julio, un hombre de carácter tempestuoso
17:17y lengua afilada, cuya presencia siempre era sinónimo de conflicto.
17:23Su llegada en medio de esta crisis era como echar gasolina a un incendio.
17:28Bárbara se estremeció.
17:31La idea de enfrentarse a la ira y al juicio de Don Hernando era más de lo que podía soportar.
17:38Se sentía frágil, expuesta, y él era un hombre que sabía exactamente dónde golpear
17:43para hacer más daño.
17:47El golpe inesperado la dejó sin aliento.
17:49El caos no había hecho más que empezar.
17:52La noche cayó sobre Valle Salvaje, pero no trajo consigo la paz ni el descanso.
17:59Las sombras que se alargaban sobre el palacio de los de Guzmán parecían más oscuras, más
18:04amenazadoras, como dedos de una criatura maligna que se cernía sobre la familia.
18:11La detención de Úrsula había abierto una herida purulenta, y el veneno de la desconfianza
18:16y el rencor se extendía por las venas de la casa.
18:21Victoria no había dormido.
18:23Después de la devastadora confrontación con José Luis, se había encerrado en su salón
18:27privado, no para llorar, sino para pensar.
18:32El pánico era un lujo que no podía permitirse, el dolor, una debilidad que había aprendido
18:37a suprimir desde la infancia.
18:41Lo que sentía era una furia fría y calculadora.
18:44Su marido la había repudiado, su sobrina era una bomba de relojería en una celda, y su
18:49posición, que tanto le había costado alcanzar, pendía de un hilo.
18:55Mercedes, la madre de Rafael, la primera esposa del duque, siempre había sido una sombra en
19:01su vida, una presencia silenciosa en la casa pequeña que ahora, con el matrimonio de Victoria
19:06había hecho añicos, representaba una amenaza real.
19:12Si José Luis buscaba consuelo, lo buscaría en la mujer que le había dado a su heredero,
19:17la mujer a la que una vez amó.
19:21Victoria no podía permitirlo.
19:23Necesitaba ojos y oídos en la casa pequeña, necesitaba un arma.
19:28Y sabía exactamente a quién utilizar, hizo llamar a Matilde.
19:32La joven doncella llegó a los aposentos de la duquesa con el corazón encogido por el
19:36temor.
19:39La atmósfera en el palacio era irrespirable, y una llamada de la duquesa a esas horas solo
19:44podía significar problemas.
19:48Encontró a Victoria de pie junto a la chimenea, la luz de las llamas danzando sobre su rostro
19:53y proyectando sombras que acentuaban la dureza de sus facciones.
19:58—¡Matilde!
19:59—dijo Victoria sin preámbulos, su voz suave pero con un filo de acero.
20:05—¡Siéntate!
20:07Matilde obedeció, sentándose en el borde de una silla de terciopelo, con las manos
20:12entrelazadas en su regazo.
20:15—¡Supongo que estás al tanto de la desagradable situación con mi sobrina!
20:20Comenzó Victoria, rodeando el tema como un depredador que acecha a su presa.
20:25—¡Si, señora duquesa, todo el servicio lo sabe, es terrible, terrible, si!
20:33Convino Victoria, aunque en su tono no había ni rastro de tristeza.
20:37—¡Pero las crisis también son oportunidades!
20:41—¡Oportunidades para demostrar lealtad!
20:43—¡Y yo, Matilde, necesito saber que eres leal!
20:47—¡Siempre lo he sido, señora!
20:51—¡Victoria sonrió, una sonrisa que no llegó a sus ojos!
20:55—¡Tu lealtad ha sido hacia esta casa, lo cual es loable!
20:59—¡Pero ahora te pido una lealtad más, personal, una lealtad hacia mí!
21:05Se acercó a la silla de Matilde y se inclinó, su rostro muy cerca del de la joven, su perfume
21:11caro envolviéndola en una nube sofocante.
21:13—Como sabes, la señora Mercedes reside en la casa pequeña.
21:20En estos tiempos convulsos, el duque podría buscar consejo.
21:26—¡Consuelo!
21:27—Necesito saber qué se dice allí, qué se planea.
21:30Necesito saber cada palabra que intercambian, cada visita que recibe, cada carta que envía
21:35o lee.
21:37—¡Necesito que te conviertas en mis ojos y mis oídos!
21:41Matilde la miró, horrorizada.
21:44El estómago se le revolvió.
21:47—Espiar a la señora Mercedes, una mujer buena y discreta que siempre la había tratado
21:51con amabilidad.
21:53Era una traición infame.
21:55—Señora duquesa, yo, yo no podría hacer algo así.
21:59—Es… no es correcto.
22:02La señora Mercedes confía en mí.
22:05La sonrisa de Victoria se desvaneció, reemplazada por una máscara de fría decepción.
22:10—La lealtad, querida Matilde, a menudo requiere sacrificios.
22:16Veo que no has entendido la gravedad de la situación.
22:20O quizás no has entendido la gravedad de tu situación.
22:23Se enderezó y caminó hacia su escritorio.
22:26Abrió un cajón y sacó una carta, la sostuvo entre sus dedos.
22:31—Tu hermano, Martín, un joven tan trabajador, ¿no es así?
22:35Se esfuerza mucho en las tierras del duque.
22:39Está muy ilusionado con la próxima cosecha, con demostrar su valía.
22:44Sería una verdadera lástima que algo ocurriera.
22:48El corazón de Matilde se detuvo.
22:50¿Qué quiere decir?
22:51—Quiero decir que los accidentes pasan —dijo Victoria, su voz ahora goteando veneno.
22:59Un incendio fortuito en el granero donde guarda las herramientas.
23:03Una acusación de robo de grano, créeme, es muy fácil hacer que parezca creíble.
23:08O quizás simplemente el duque, en su estado actual, decida que no necesita los servicios
23:14de un capataz tan joven e inexperto.
23:19Podría ser despedido, expulsado de estas tierras.
23:22¿Qué futuro le esperaría a un joven campesino sin tierras y con una mancha en su reputación?
23:29Las lágrimas asomaron a los ojos de Matilde.
23:32Era una trampa, una trampa cruel y sin escapatoria.
23:36Ella estaba dispuesta a destruir la vida de su hermano, la única familia que le quedaba,
23:41para conseguir sus fines.
23:44—Usted, usted no haría eso —susurró, aunque ya sabía la respuesta.
23:50—Oh, créeme que lo haría —afirmó Victoria con una certeza aterradora— y disfrutaría
23:58cada momento.
23:59Así que te lo preguntaré una vez más, Matilde, ¿eres leal a mí, o prefieres que conversemos
24:04sobre el futuro incierto y desolador de tu querido Martín?
24:08Matilde se sintió atrapada, asfixiada, miró el rostro implacable de la duquesa y supo
24:14que no estaba mintiendo.
24:17El amor por su hermano era más fuerte que su propio código moral.
24:21Proteger a Martín era lo único que importaba.
24:25Con la voz quebrada por la humillación y la derrota, respondió.
24:30—Haré.
24:31Haré lo que me pida, señora.
24:35Sabía que eras una chica inteligente —dijo Victoria, su sonrisa depredadora regresando.
24:43Ahora vete, y recuerda, Matilde, cada palabra tuya será la garantía de la felicidad de Martín.
24:51Y cada silencio, la causa de su ruina.
24:54Matilde salió de la habitación sintiéndose sucia, violada en su espíritu.
25:00El peso de la traición que estaba a punto de cometer se asentó sobre sus hombros como
25:04una mortaja.
25:07Estaba atrapada en la red de la duquesa, y no veía ninguna salida.
25:11En otro lugar del palacio, en la biblioteca, una escena muy diferente se estaba desarrollando.
25:19En medio del drama y la traición, una pequeña semilla de reconciliación comenzaba a brotar.
25:26José Luis estaba sentado en su escritorio, la cabeza entre las manos, la figura de un
25:31hombre completamente derrotado.
25:35El arresto de Úrsula, la confrontación con Victoria, todo ello había agotado sus últimas
25:40reservas de fuerza.
25:44Rafael entró en silencio, llevando una bandeja con una botella de brandy y dos copas.
25:51La dejó sobre el escritorio y sirvió una generosa medida para su padre, y otra para
25:56él.
25:57Padre, deberías beber algo.
26:00José Luis levantó la vista.
26:02Vio a su hijo, no como el joven impulsivo con el que a menudo había chocado, sino como
26:07un hombre, un apoyo sólido en medio del naufragio.
26:13Asintió y tomó la copa.
26:15Se sentaron en silencio durante un largo rato.
26:18El único sonido era el crepitar del fuego en la chimenea.
26:23No era un silencio incómodo, sino uno lleno de un entendimiento tácito.
26:27Hice lo correcto, ¿verdad, Rafael?, preguntó finalmente José Luis, su voz ronca.
26:36Presionar a Ana, buscar la verdad, aunque haya destrozado a esta familia.
26:41Hiciste lo que había que hacer, padre, respondió Rafael con firmeza.
26:47El tío Julio merecía justicia, merecía que su nombre fuera limpiado de la infamia
26:51del suicidio.
26:54Lo que ha destrozado a esta familia no es la verdad, sino la mentira que la ocultaba.
27:01José Luis lo miró, y por primera vez en mucho tiempo, lo vio con claridad.
27:06Vio la fuerza, la integridad, el profundo sentido del honor que había heredado de él,
27:11pero que había sabido cultivar sin la rigidez que a él mismo lo había cegado tantas veces.
27:18Tuve que perder a un hermano para darme cuenta de que apenas conocía al hijo que tengo, dijo
27:23José Luis, su voz cargada de un arrepentimiento sincero.
27:28He sido un necio, Rafael, ciego a tantas cosas, al dolor de mi hermano, a la ambición de mi
27:34esposa, y a tu valía.
27:38Has demostrado más entereza y sabiduría en estas últimas semanas que yo en muchos
27:42años.
27:45Gracias, hijo, gracias por tu esfuerzo, por no rendirte, por honrar la memoria de tu tío.
27:53Las palabras, tan simples y directas, obraron un milagro.
27:57El muro de resentimiento y malentendidos que se había levantado entre padre e hijo durante
28:02años comenzó a desmoronarse.
28:05Rafael sintió un nudo en la garganta.
28:07La aprobación de su padre, que tanto había anhelado, llegaba en el momento más oscuro,
28:13pero era más valiosa que nunca.
28:16Lo hice por él, padre, y por ti, dijo Rafael, somos familia, y ahora, más que nunca, debemos
28:23permanecer unidos.
28:26José Luis asintió una solitaria lágrima rodando por su mejilla.
28:30Unidos, tienes razón.
28:34El momento de frágil conexión fue brutalmente interrumpido.
28:37La puerta de la biblioteca se abrió de golpe, y don Hernando de Guzmán irrumpió en la estancia.
28:45Era un hombre imponente, de cabello cano y ojos fieros que parecían escrutar el alma
28:50de sus interlocutores.
28:53Su rostro era una máscara de furia contenida, así que aquí estáis.
28:58Bramó, su voz como un trueno.
29:02Escondidos entre libros mientras el nombre de nuestra familia es arrastrado por el fango.
29:09He tenido que enterarme por un mozo de cuadras de que mi nieta es una asesina y ha sido arrestada.
29:14¿Es que nadie en esta maldita casa tiene la decencia de informar al patriarca?
29:20José Luis y Rafael se pusieron en pie de un salto.
29:23Padre, ha sido todo muy rápido.
29:26Comenzó José Luis.
29:28Silencio, lo cortó don Hernando, avanzando hacia él.
29:33Rápida ha sido vuestra incompetencia.
29:36¿Cómo has permitido que esto suceda bajo tu techo, José Luis?
29:40¿Cómo has permitido que una niña malcriada asesine a tu propio hermano delante de tus narices?
29:45¿Y tú, Leonardo? Su mirada se desvió hacia el hermano de Victoria, que acababa de entrar, atraído por los gritos.
29:55Siempre merodeando, siempre inútil.
29:57¿Tampoco viste nada? ¿O es que la ponzoña de tu hermana os ha cegado a todos?
30:03Señor, le ruego que muestre un poco de respeto.
30:07Intervino Leonardo, pálido pero tratando de mantener la dignidad.
30:12¿Respeto? Se burló don Hernando.
30:15El respeto se gana, y en esta casa no queda nadie que lo merezca.
30:21¿Dónde está Bárbara? ¿Sigue lloriqueando en su habitación?
30:25Debería haber elegido mejor a su pretendiente.
30:28Y sobre todo, ¿dónde está esa esposa tuya, José Luis?
30:32¿Dónde está la gran duquesa Victoria? Tengo unas cuantas preguntas para ella.
30:38La presencia de don Hernando era una bomba que acababa de detonar en el corazón de la ya devastada familia.
30:47Su ira no distinguía entre culpables e inocentes, arremetía contra todos, avivando las llamas del conflicto, desatando un caos que prometía consumir todo lo que quedaba en pie.
31:00La frágil paz entre José Luis y Rafael se hizo añicos, reemplazada por la necesidad de enfrentarse a este nuevo frente de batalla.
31:10La noche en Valle Salvaje estaba lejos de terminar.
31:13En las entrañas del palacio, lejos de los dramas de la aristocracia, se tejía otra conspiración, más silenciosa pero no menos peligrosa.
31:24Tomás, el joven y apuesto mozo que había conseguido infiltrarse en la casa grande gracias a la ayuda de Luisa, sentía que el tiempo se agotaba.
31:34El caos reinante era una distracción perfecta, una cortina de humo ideal para sus verdaderos propósitos, pero también aumentaba la vigilancia y el nerviosismo de todos.
31:46Había conseguido un puesto temporal ayudando en los establos y, ocasionalmente, en el mantenimiento de los jardines cercanos a la casa principal.
31:54Esta proximidad le permitía observar, estudiar las rutinas, las idas y venidas de los guardias y los sirvientes.
32:03Pero para su plan, para robar la valiosa talla de madera que se guardaba en el despacho del duque, necesitaba ayuda desde dentro.
32:12Necesitaba a Luisa, la encontró cerca del lavadero, sus manos enrojecidas por el agua fría y la lejía, su rostro pálido y sus ojos llenos de una ansiedad que no había estado allí semanas atrás.
32:25La vida en el palacio se había convertido en una pesadilla para ella, y Tomás era el centro de esa pesadilla.
32:35Él se acercó a ella con sigilo, asegurándose de que nadie los viera.
32:40Luisa, su voz fue un susurro urgente en su oído.
32:45Ella se sobresaltó, casi dejando caer la cesta de ropa.
32:49Tomás, ¿qué haces aquí? No deberías.
32:53Necesitamos hablar, la interrumpió, su tono dejando claro que no aceptaría una negativa.
33:01He hecho lo que me pediste, he sido paciente, pero la situación ha cambiado.
33:06Con todo este revuelo por lo de la señorita Úrsula, la seguridad se va a redoblar.
33:12Es ahora o nunca, ahora. ¿Estás loco? Replicó ella, su voz temblando.
33:18La casa está llena de guardias de la Santa Hermandad. Es el peor momento posible.
33:23Al contrario, insistió él, su mirada intensa y persuasiva.
33:28Están todos centrados en el asesinato, en la familia.
33:33Nadie presta atención a un simple mozo o a una doncella asustada. Es la oportunidad perfecta.
33:40Necesito que me digas cuándo está vacío el despacho del duque por la noche.
33:45Y necesito que dejes una de las puertas de servicio del ala oeste sin el cerrojo.
33:51Luisa lo miró, el pánico reflejado en sus ojos.
33:54Lo que le pedía era una locura, una traición que podría costarle no solo su trabajo, sino su libertad.
34:02No puedo, Tomás, no puedo hacerlo. Si nos descubren, él la agarró por los brazos, su gesto más firme de lo que nunca había sido.
34:13La dulzura que había usado para seducirla se había evaporado, reemplazada por una determinación fría.
34:21Escúchame, Luisa, ¿crees que me gusta pedirte esto? Lo hago por nosotros, por nuestro futuro.
34:29Con el valor de esa talla, podremos irnos lejos de aquí. Comprar una pequeña granja, casarnos, tener hijos.
34:37Lejos de duques y duquesas, de asesinatos y de miseria.
34:42¿No es eso lo que quieres? Pintaba un cuadro hermoso, un sueño que había susurrado en su oído en noches más felices.
34:51Pero ahora, esas palabras sonaban huecas, manchadas por el miedo y la coacción. Es demasiado arriesgado.
35:00El único riesgo es quedarnos aquí y pudrirnos, dijo él, su voz endureciéndose.
35:06Ya estoy dentro, Luisa. No hay marcha atrás. Estás conmigo en esto, te guste o no. Me ayudaste a entrar, y ahora me ayudarás a terminar el trabajo.
35:19No me obligues a recordarte que si yo caigo, tú caes conmigo. Tu palabra contra la mía.
35:26¿A quién crees que le creerán? ¿Al mozo nuevo o a la doncella que le consiguió el puesto?
35:32La amenaza, aunque velada, fue inequívoca. Luisa se dio cuenta de la terrible verdad. Ya no era su cómplice por amor, sino su rehén por miedo.
35:43Las lágrimas de frustración y terror brotaron de sus ojos. Esta noche, dijo él, aprovechando su quiebre.
35:52El duque estará ocupado con su padre. El despacho estará vacío. Deja la puerta del jardín oeste abierta después de la cena.
36:00Yo haré el resto. Sin esperar respuesta, la soltó y desapareció entre las sombras del pasillo de servicio, dejándola sola, temblando, con el peso de una decisión que ya había sido tomada por ella.
36:15Lo que ninguno de los dos sabía era que su intensa y susurrada conversación no había pasado del todo desapercibida.
36:23Alejo, el lacayo principal, un hombre observador y leal a la familia de Guzmán, había pasado por el final del pasillo en ese preciso instante.
36:33No pudo oír las palabras, pero vio la escena. La forma en que Tomás agarraba a Luisa, la expresión de pánico en el rostro de ella, la tensión palpable entre ambos.
36:46Vio a Tomás alejarse furtivamente y a Luisa quedarse atrás, secándose las lágrimas.
36:54Alejo frunció el ceño. Conocía a Luisa desde que era una niña. Era una joven trabajadora y honesta, aunque algo ingenua.
37:03Y ese tal Tomás, había algo en él que no le gustaba. Una confianza excesiva, una mirada demasiado calculadora para un simple mozo de campo.
37:14Había sospechado de él desde que lo vio merodear por zonas del palacio donde no tenía nada que hacer.
37:21Decidió no decir nada por el momento. Una simple discusión entre jóvenes amantes no era asunto suyo.
37:29Pero la imagen se quedó grabada en su mente. Una semilla de sospecha había sido plantada.
37:36Y en una casa donde la traición ya había florecido de la forma más amarga, Alejo decidió que mantendría los ojos bien abiertos.
37:45La crisis de los de Guzmán podía tener más ramificaciones de las que nadie imaginaba.
37:50Y él no permitiría que una nueva amenaza, por pequeña que pareciera, creciera en las sombras sin ser vigilada.
37:58La larga noche en Valle Salvaje apenas había desplegado la mitad de sus horrores.
38:05Decidió no permitirían que la muerte de ULMrance iba a su agenda de la otra que resultara.
38:08Después de la TGchi, decía Dishkorn, sí.
38:10Me en un momento, decía Dona Comun erzähola en Vallevada.
38:12Un momento, decía Amna Crión, sí.
38:14Se quedó.
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