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La Promesa avance del capítulo 668 Leocadia contra Lorenzo y la sospecha mortal de Cristóbal EnglishMovie cdrama drama engsub chinesedramaengsub movieshortfull
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00:00Leocadia contra Lorenzo y la sospecha mortal de Cristóbal. En el capítulo 668 de La Promesa,
00:173 de septiembre, la tensión alcanza un punto de no retorno.
00:23Leocadia, arrinconada por las despiadadas exigencias de Lorenzo, se ve obligada a elegir
00:28entre el honor de su familia y el futuro de Ángela, mientras el capitán insiste en un
00:33matrimonio imposible. Catalina sufre las humillaciones del varón, Alonso desafía a los nobles y Curro
00:40recibe inesperadamente el mando de la búsqueda. Pero la revelación más perturbadora llega desde
00:47la mente atormentada de Cristóbal. Una sospecha que podría cambiarlo todo para siempre. ¿Y si
00:53en realidad él fuera el verdadero padre de Ángela? Un episodio cargado de secretos, traiciones y giros
01:01inesperados que nadie puede perderse. ¿Hasta dónde llegarán los protagonistas cuando la verdad amenace
01:08con destruirlos? El sol del 3 de septiembre se alzaba sobre el valle de los pedroches, tiñendo
01:15de un oro pálido las extensas tierras que rodeaban la promesa. Pero la belleza del amanecer era un mero
01:23espejismo, un velo delicado que apenas lograba ocultar la densa red de intrigas, miedos y
01:29desesperaciones que se tejía con fuerza en los muros del palacio. Aquel miércoles, el aire mismo
01:36parecía cargado de una electricidad dominosa, como si presagiara la tormenta que estaba a punto de
01:41desatarse, una tormenta que amenazaba con arrastrar a todos, nobles y sirvientes, hacia un abismo de
01:48consecuencias impredecibles. Dentro de los salones, el eco de las tensiones recientes resonaba con una
01:55persistencia agobiante. La nobleza, lejos de ser un frente unido, se había convertido en un campo de
02:03batalla de egos y rencores, y en el epicentro de este nuevo terremoto se encontraba el varón de
02:09Valladares, un hombre cuya arrogancia sólo era superada por su desdén hacia aquellos que
02:14consideraba inferiores. Martina y su primo Jacobo, conscientes del peligro que representaba una fractura
02:21tan profunda entre las casas nobles, habían decidido emprender una misión casi suicida,
02:27intentar razonar con el varón, convencerlo de la necesidad de un diálogo, de una tregua en su
02:33guerra personal contra los Luján, y en particular, contra Catalina. Lo encontraron en el pabellón de
02:40caza, una estancia que olía a cuero viejo, a pólvora y a la vanidad de generaciones de cazadores.
02:47El varón, con un vaso de coñac en la mano, lo recibió con una sonrisa que no llegaba a sus ojos
02:53fríos como el hielo. Vaya, vaya, la juventud idealista viene a dar lecciones a la vieja guardia,
03:01su voz era un murmullo grave y burlón. ¿Qué os trae por aquí, queridos? ¿Acaso habéis venido a
03:09suplicar en nombre de esa advenediza que vuestro tío insiste en llamar marquesa? Martina, haciendo
03:16acopio de toda la diplomacia que poseía, dio un paso al frente. Su vestido, de un suave color lavanda,
03:23contrastaba con la dureza de la situación. Señor varón, no hemos venido a suplicar,
03:30sino a apelar a su sentido común y a su lealtad a la corona. Las disputas internas solo nos debilitan
03:38a todos. Catalina, mi prima, está haciendo todo lo posible por sacar adelante el patrimonio de la
03:44familia. Sus métodos pueden ser poco convencionales, pero su objetivo es el mismo que el de todos
03:52nosotros, preservar nuestro legado. Jacobo, siempre más pragmático y directo, apoyó a su prima. Lo que
04:01Martina quiere decir, varón, es que esta guerra personal no beneficia a nadie. Alonso está al
04:09límite, y si seguimos presionándolo de esta manera, podríamos provocar una ruptura irreparable.
04:14Una reunión, un simple diálogo para limar asperezas, es todo lo que pedimos. El varón
04:22soltó una carcajada, un sonido seco y desagradable que rebotó en las paredes de la estancia.
04:28Se sirvió más coñac, sin ofrecerles a sus jóvenes interlocutores, diálogo. Con esa mujer,
04:35escupió las palabras con un veneno que geló la sangre de Martina.
04:39Con esa, tendera con ínfulas de aristócrata, esa mujer es la vergüenza de los Luján.
04:47Ha convertido un marquesado en un bazar, trafica con mermeladas, negocia con plebeyos y se revuelca
04:54en el fango de los negocios como si fuera una usurera. ¿Y pretendéis que yo, el varón de
05:01Valladares, me siente a una mesa a parlamentar con semejante criatura? Jamás. Sus ojos,
05:09inyectados en sangre, se clavaron en Martina. Esa mujer es un insulto andante a nuestra clase.
05:16Su sola presencia contamina los salones de la promesa. Cree que por llevar el apellido Luján
05:21puede pisotear siglos de tradición y honor. Pero se equivoca. Es y siempre será la hija de
05:27una cualquiera, una mancha en un linaje que antes era impecable. Debería estar en una cocina,
05:34no gestionando un marquesado. Las palabras del varón eran como latigazos, crueles, precisos
05:41y cargados de un odio visceral. Jacobo intentó intervenir, hablar de alianzas, de pragmatismo,
05:50pero era inútil. El desprecio del varón hacia Catalina era un muro de granito, una obsesión
05:56que nublaba cualquier atisbo de razón. La conversación se agrió, el tono se elevó,
06:03y finalmente, Martina y Jacobo tuvieron que retirarse, derrotados, con el sabor amargo
06:09del fracaso en la boca y la certeza de que la guerra no había hecho más que empezar.
06:13El viaje de vuelta al palacio fue un silencio tenso, roto solo por el traqueteo de las ruedas
06:20del carruaje. Cuando llegaron, la noticia de su infructuosa misión corrió como la pólvora. Alonso,
06:29cuyo rostro ya estaba marcado por la preocupación incesante por la desaparición de Ángela, recibió
06:34el informe de su sobrina con una mezcla de resignación y furia contenida. Pero el verdadero
06:41golpe, el más devastador, estaba reservado para Catalina. No fue necesario que nadie le
06:47contara los detalles. En un pasillo, mientras se dirigía a la biblioteca, escuchó la voz de
06:54Jacobo relatándole a su padre, con una crudeza no intencionada, las palabras exactas que el varón
07:00había pronunciado. Tendera con ínfulas, vergüenza, hija de una cualquiera. Cada insulto fue una daga que
07:09se clavó profundamente en su corazón. Catalina se detuvo, oculta tras una columna, sintiendo cómo
07:17el aire le faltaba en los pulmones. No era el ataque a sus habilidades empresariales lo que la hería,
07:25sino el desprecio a su origen, el insulto a la memoria de su madre. Era un recordatorio brutal de
07:33que, para muchos, ella siempre sería una intrusa, una pieza que no encajaba en el intrincado tablero
07:39de la aristocracia. Las lágrimas ardieron en sus ojos, pero se negó a derramarlas. En su lugar,
07:47una fría determinación se apoderó de ella. El dolor se transformó en una armadura. Si la
07:53despreciaban por ser diferente, entonces abrazaría esa diferencia. Si la llamaban tendera, entonces sería
08:01la mejor tendera que aquellos nobles anquilosados en el pasado hubieran visto jamás. La brecha entre
08:09ella y el resto de la nobleza no solo se había reforzado, se había convertido en un abismo
08:14insondable, y Catalina, con el corazón herido pero el espíritu intacto, se preparó para luchar su propia
08:20batalla, sola si era necesario. Mientras el drama de los nobles se desarrollaba en los lujosos salones,
08:28en una parte más discreta de la finca, se libraba una batalla mucho más personal y desesperada.
08:36Leocadia Figueroa, la institutriz, la mujer que había dedicado su vida a la discreción y al servicio,
08:43se encontraba ahora en el ojo de un huracán que ella misma había contribuido a crear.
08:47Su hija, Ángela, estaba en manos de Lorenzo, el capitán de la mata, un hombre cuya crueldad era
08:55legendaria, y la única llave para liberarla parecía ser un pacto con el diablo. Se reunieron en una
09:03pequeña casa de aperos, lejos de miradas indiscretas. El olor a tierra húmeda y a
09:08herramientas oxidadas era el escenario perfecto para la sordidez de la negociación.
09:12Lorenzo la esperaba de pie, su figura alta y delgada recortada contra la luz polvorienta que
09:20se filtraba por una ventana sucia. Su sonrisa era la de un depredador que sabe que tiene a su
09:27presa acorralada. Leocadia, querida. Su tono era falsamente meloso, una caricia envenenada.
09:35Me alegra ver que has venido. Supongo que eso significa que has reconsiderado mi generosa
09:42oferta. Leocadia apretó con fuerza el pequeño bolso que llevaba en las manos.
09:49Dentro estaba la suma de todos sus ahorros, una cantidad considerable que había reunido con
09:54esfuerzo y sacrificio a lo largo de los años.
09:56No he venido a reconsiderar nada, Lorenzo. He venido a poner fin a esta locura. Abrió el
10:04bolso y sacó un fajo de billetes, atado con una cinta.
10:10Aquí está, es más de lo que pediste inicialmente. Es todo lo que tengo. Tómalo y déjanos en paz.
10:18Libera a Ángela. Lorenzo ni siquiera miró el dinero. Sus ojos, oscuros y penetrantes,
10:24no se apartaron del rostro angustiado de Leocadia.
10:29Soltó una risa suave, casi un susurro. Oh, Leocadia, siempre tan ingenua. ¿De verdad
10:36crees que esto se trata de dinero? El dinero es vulgar, es un medio.
10:42Lo que yo busco es algo mucho más. ¿Satisfactorio? ¿Qué es lo que quieres,
10:46entonces? La voz de Leocadia temblaba, pero se esforzaba por mantener la compostura.
10:54¿Venganza? ¿Es por lo nuestro? ¿Por haberte rechazado hace tantos años? Rechazarme tú a mí.
11:00Lorenzo se acercó a ella, invadiendo su espacio personal.
11:05Leocadia retrocedió instintivamente, hasta que su espalda chocó contra la pared de madera.
11:10Digamos que las circunstancias cambiaron. Pero no, esto no es por el pasado, es por el futuro.
11:20Un futuro brillante para Ángela. Y para mí. No habrá ningún futuro para ti con mi hija.
11:26Exclamó Leocadia, la desesperación tiñendo su voz de histeria.
11:30Ahí es donde te equivocas. La sonrisa de Lorenzo se ensanchó, revelando una crueldad sin límites.
11:40Mi petición no ha cambiado, Leocadia. No quiero tu dinero. Quiero la mano de tu hija.
11:47Quiero casarme con Ángela. Leocadia lo miró, incrédula. El horror la paralizó por un instante.
11:53Casarse con él. Entregar a su dulce e inocente Ángela a un monstruo como aquel.
12:00La sola idea era una aberración, una condena a una vida de miseria y sufrimiento.
12:07Estás loco, susurró. Jamás permitiré que te cases con ella. Jamás.
12:12No estás en posición de permitir o de negar nada, querida.
12:18Lorenzo se encogió de hombros con una indiferencia calculada. La situación es muy sencilla.
12:23Si quieres volver a ver a tu preciosa hija, si quieres que regrese sana y salva tus brazos, deberás darme tu bendición.
12:34Convencerla de que casarse conmigo es lo mejor para ella. De lo contrario, bueno, no quiero ni imaginar las cosas terribles que podrían pasarle a una joven tan encantadora, sola y desprotegida.
12:45Cada palabra era una tortura, un giro más del cuchillo en la herida abierta de Leocadia.
12:55Veía el rostro de su hija en su mente, su sonrisa, su vitalidad. Y luego la imaginaba atrapada, a merced de aquel hombre sin escrúpulos.
13:03El pánico la atenazaba, un frío glacial que le recorría las venas. Estaba atrapada.
13:13Entre la espada de la amenaza de Lorenzo y la pared de su amor incondicional por su hija.
13:17Eres un monstruo, logró decir, con la voz rota por el llanto que luchaba por contener.
13:27Soy un hombre práctico, Leocadia, y te estoy ofreciendo la única salida posible. Piensa en ello.
13:35Una boda, Ángela se convertirá en mi esposa, la señora de la mata.
13:39La puerta se cerró, dejando a Leocadia sola en la penumbra, con el dinero inútil en sus manos.
14:09Y el alma hecha pedazos.
14:12La desesperación era un océano negro que la engullía. Sabía que no podía ceder.
14:17Entregar a Ángela a Lorenzo era peor que la muerte.
14:21Pero, ¿qué otra opción tenía? ¿Cómo podía luchar contra un hombre que no tenía nada que perder y disfrutaba con el sufrimiento ajeno?
14:29En ese momento, en la soledad de aquel cobertizo maloliente, Leocadia tomó una decisión.
14:34No sabía cómo, ni con qué medios, pero haría cualquier cosa, absolutamente cualquier cosa, para evitar que su hija cayera en las garras de Lorenzo.
14:45Incluso si eso significaba recurrir a medidas extremas que nunca antes se habría atrevido a considerar.
14:54La tensión en la promesa no se limitaba a las altas esferas ni a los pactos secretos.
14:58Entre el servicio, la desaparición de Ángela había abierto una brecha de ansiedad y recelo.
15:07La búsqueda, liderada por el mayordomo Cristóbal, se había convertido en un ejercicio de frustración.
15:14Sus métodos eran rígidos, su autoridad, incuestionable, y su falta de resultados, cada vez más evidente.
15:25Curro y María Fernández, movidos por la lealtad y la impaciencia, habían decidido tomar la iniciativa.
15:31Desoyendo las órdenes explícitas de Cristóbal de esperar nuevas instrucciones, habían organizado una pequeña partida de búsqueda por su cuenta,
15:42siguiendo una corazonada, una pista que el mayordomo había desestimado por considerarla irrelevante.
15:50Su pequeña rebelión, sin embargo, no tardó en ser descubierta.
15:54Y el delator no fue otro que Santos, el lacayo resentido, siempre ha habido de encontrar una oportunidad para ganar el favor de sus superiores y,
16:04de paso, perjudicar a aquellos que no le profesaban la debida sumisión.
16:10Encontró a Cristóbal en su despacho, revisando unos mapas con el ceño fruncido.
16:15Con una mezcla de falsa preocupación y malicia apenas disimulada, Santos le informó de la insubordinación de Curro y María.
16:24La reacción de Cristóbal fue inmediata y furibunda.
16:28Hizo llamar a los dos jóvenes a su presencia, y la reprimenda que les esperaba fue de una dureza glacial.
16:36Se puede saber qué parte de Esperen mis órdenes no han entendido.
16:40La voz de Cristóbal era baja, pero cargada de una ira contenida que resultaba más intimidante que cualquier grito.
16:46¿Se creen ustedes más listos que yo?
16:50¿Piensan que esto es un juego?
16:52Curro, con la nobleza que lo caracterizaba, dio un paso al frente para proteger a María.
16:57Señor Cristóbal, no era nuestra intención desobedecerle.
17:04Simplemente pensamos que...
17:07Ustedes no están aquí para pensar.
17:09Lo interrumpió bruscamente.
17:11Están para obedecer.
17:13Su irresponsabilidad podría haber puesto en peligro toda la operación.
17:17Podrían haber contaminado pistas, alertado a los secuestradores.
17:21¿Acaso no se dan cuenta de la gravedad de la situación?
17:23María, incapaz de contenerse ante lo que consideraba una injusticia flagrante, alzó la voz.
17:33La gravedad de la situación es que Ángela sigue desaparecida y usted no está haciendo nada.
17:38Nos tiene aquí, de brazos cruzados, mientras cada minuto que pasa es crucial.
17:45La audacia de la doncella dejó a Cristóbal sin palabras por un instante.
17:49Santos, que presenciaba la escena desde un rincón con una sonrisa satisfecha, no podía creer su suerte.
17:58Tenga cuidado con sus palabras, señorita Fernández, advirtió Cristóbal, recuperando la compostura.
18:07Soy el responsable de esta búsqueda, y mis decisiones se basan en la lógica y la estrategia, no en impulsos sentimentales.
18:14La discusión se prolongó, un choque inútil entre la rigidez del mayordomo y la desesperación de los amigos de Ángela.
18:25Al final, Cristóbal los despidió con una última y severa advertencia, dejándolos frustrados y más convencidos que nunca de su incompetencia.
18:33Apenas salieron del despacho, la ira contenida de María estalló.
18:39Vio a Santos apoyado en la pared del pasillo, fingiendo indiferencia, y se abalanzó sobre él.
18:47Has sido tú, le espetó, señalándolo con un dedo acusador.
18:51Curro tuvo que sujetarla para evitar que se le echara encima.
18:54Tú nos has delatado, miserable. ¿Disfrutas con esto? ¿Te complace ver cómo perdemos el tiempo mientras Ángela podría estar sufriendo?
19:06Santos se enderezó, adoptando una expresión de ofendido.
19:10Yo, yo solo he cumplido con mi deber.
19:14He informado al mayordomo de una irregularidad.
19:17Si no hubierais roto las reglas, no tendríais nada que temer.
19:20No tienes ni idea de lo que es la lealtad, ni la amistad.
19:26Replicó María, con la voz quebrada por la rabia y la impotencia.
19:32Tus decisiones, tu afán de trepar y de quedar bien, están obstaculizando el rescate de mi amiga.
19:38Si algo le pasa a Ángela, una parte de la culpa será tuya.
19:44La acusación flotó en el aire, pesada y terrible.
19:47Santos palideció, pero su arrogancia no le permitió dar marcha atrás.
19:54El enfrentamiento dejó una herida abierta en el ya tenso ambiente del servicio.
19:58La desconfianza se había instalado entre ellos, y mientras se peleaban, el tiempo para encontrar a Ángela se agotaba inexorablemente.
20:06En otra ala del palacio, se estaba gestando un cambio que afectaría profundamente al futuro de la familia Luján.
20:16Manuel, el joven heredero, había tomado una decisión trascendental sobre su participación en la empresa de motores, el proyecto que había sido su pasión y su vía de escape.
20:26Acompañado por Leocadia, quien en este asunto actuaba más como una confidente y consejera que como una simple institutriz, se reunió con su padre en la biblioteca.
20:40Alonso lo recibió con una expresión cansada.
20:43Las preocupaciones se acumulaban sobre sus hombros como un peso insoportable.
20:46Manuel, Leocadia, ¿qué ocurre? Por vuestras caras, deduzco que no son buenas noticias.
20:57Manuel respiró hondo, amaba a su padre, y sabía que lo que estaba a punto de decirle le causaría un profundo disgusto.
21:06Padre, he tomado una decisión sobre la empresa, una decisión definitiva.
21:11Hizo una pausa, buscando las palabras adecuadas.
21:13Voy a vender mi parte. El silencio que siguió a sus palabras fue absoluto.
21:20Alonso lo miró fijamente, como si no hubiera entendido bien.
21:25¿Vender? ¿Vender tu parte? ¿A quién?
21:27A Pedro Farré. Hemos estado en negociaciones y me ha hecho una oferta muy generosa.
21:34Es la mejor solución, padre. Para todos.
21:37Alonso se levantó de su sillón, la sorpresa inicial dando paso a una creciente inquietud.
21:43Caminó de un lado a otro de la biblioteca, con las manos entrelazadas a la espalda.
21:51¿La mejor solución? Manuel, esa empresa era tu sueño. Era tu futuro. Era el futuro de esta familia.
21:58Una forma de modernizar nuestro patrimonio, de no depender exclusivamente de estas tierras que cada vez dan menos de sí.
22:04Lo sé, padre, y no ha sido una decisión fácil. Pero mis prioridades han cambiado.
22:13La mirada de Manuel se desvió por un momento, un velo de tristeza cubriendo sus ojos.
22:17Con todo lo que está pasando, con mi matrimonio, con la situación en el palacio, no tengo la cabeza ni las fuerzas para seguir adelante con ello.
22:30Necesito centrarme en mi familia, en mi esposa.
22:33Es lo correcto. Leocadia, que había permanecido en silencio, intervino con suavidad.
22:39Señor Marqués, Manuel ha meditado mucho esta decisión. Quizás, en este momento, liberarse de esa responsabilidad sea lo más sensato.
22:52Pero Alonso no podía aceptarlo. Veía la venta no solo como un fracaso empresarial, sino como un símbolo de la decadencia de su familia, de la renuncia de su hijo a luchar.
23:02No, no es sensato. Es una rendición. Su voz se elevó, teñida de desesperación.
23:11¿Qué va a ser de nosotros, Manuel? Tu hermana luchando contra todos para mantener a flote la finca, y tú.
23:18Tú vendes tu única empresa de futuro a un extraño.
23:22¿No te das cuenta del mensaje que estamos enviando? El mensaje de que los Luján se rinden.
23:26La conversación se prolongó, cargada de reproches velados y de una profunda tristeza.
23:35Alonso se sentía profundamente decepcionado, no tanto por la decisión en sí, sino por lo que representaba, la pérdida de la ambición, del espíritu de lucha en su heredero.
23:45La noticia cayó como una losa sobre el ya preocupado marqués, abriendo una nueva grieta de incertidumbre en el frágil futuro de la familia Luján.
23:56No todo era conflicto y desesperación en la promesa. En los rincones más humildes del palacio, también había espacio para la esperanza y la redención.
24:08Toño, el cocinero, un hombre de pocas palabras y un corazón atormentado por errores del pasado, llevaba semanas sumido en una profunda melancolía.
24:17La causa de su pesar tenía nombre propio, Simona. La cocinera jefe, su antigua amiga y mentora, le había dado la espalda, herida por una traición que él no sabía cómo enmendar.
24:30Fueron Manuel y Enora quienes, con la sensibilidad que a menudo mostraban hacia el personal de servicio, se dieron cuenta de su sufrimiento.
24:42Lo encontraron en la cocina, a altas horas de la noche, mirando al vacío con una expresión de infinita tristeza.
24:48Toño, no puedes seguir así. Le dijo Manuel con amabilidad. Esta casa no es la misma sin las discusiones y las risas de Simona y tú en la cocina. Añadió Enora, con una sonrisa cómplice.
25:05Animado por sus palabras, por ese inesperado apoyo de los señores, Toño sintió que una pequeña llama de valor se encendía en su interior.
25:12Quizás había llegado el momento de dejar de lado el orgullo y el miedo y enfrentarse a la verdad.
25:22Al día siguiente, buscó a Simona. La encontró en el jardín, sentada en un banco de piedra, desgranando guisantes con un gesto ausente.
25:33El corazón de Toño latía con fuerza en su pecho. Se acercó a ella lentamente, como quien se acerca a un animal herido.
25:39Simona, dijo, con la voz apenas audible. Ella alzó la vista, y sus ojos, normalmente llenos de chispa y vitalidad, se mostraron fríos y distantes.
25:55No respondió. Simona, por favor, necesito hablar contigo. Toño se sentó a su lado, manteniendo una distancia prudente.
26:03Sé que te fallé, sé que te hice mucho daño. Y no hay día en que no me arrepienta de mi cobardía.
26:12El silencio de Simona era más elocuente que cualquier palabra. Toño continuó, con la voz quebrada por la emoción.
26:18Eras mi amiga, mi única amiga de verdad en este mundo. Y lo he CHE con acento agudo todo a perder por... por miedo.
26:29Por no saber cómo enfrentarme a mis propios fantasmas. No te pido que me perdones de la noche a la mañana.
26:36Ni siquiera sé si merezco tu perdón. Solo te pido una oportunidad. Una oportunidad para demostrarte que he cambiado.
26:42Para intentar, poco a poco, recuperar tu confianza. Las lágrimas asomaron a los ojos de Toño, unas lágrimas sinceras que hablaban de un arrepentimiento profundo y doloroso.
26:57Simona dejó de desgranar guisantes. Miró las manos de Toño, unas manos fuertes, de cocinero, que ahora temblaban.
27:04Vio en sus ojos una vulnerabilidad que no le había visto nunca. Durante largos minutos, el único sonido fue el canto de los pájaros y el murmullo del viento entre los árboles.
27:19Finalmente, Simona suspiró, un suspiro largo y cansado que parecía arrastrar el peso de viejas heridas.
27:27Las palabras se las lleva el viento, Toño. Dijo, con una voz más suave de lo que él esperaba.
27:34Los hechos son los que cuentan. No era un perdón, pero tampoco era un rechazo. Era una puerta, apenas entornada, una pequeña rendija de luz en la oscuridad de su distanciamiento.
27:46Para Toño, fue más que suficiente. Una ola de alivio y gratitud lo inundó. Sabía que el camino sería largo y difícil, pero por primera vez en mucho tiempo, sintió la esperanza de poder sanar las heridas del pasado y, quizás, recuperar a la amiga que tanto había echado de menos.
28:06En el laberinto de pasillos y secretos que era la promesa, el miedo de Vera crecía como una hiedra venenosa, asfixiando poco a poco su recién encontrada tranquilidad.
28:18Su pacto con Federico, el usurero que la había ayudado a escapar de su violento padre, era una espada de Damocles que pendía constantemente sobre su cabeza.
28:29Sabía que, si Federico la traicionaba, si revelaba su paradero, su padre no dudaría en buscarla y arrastrarla de vuelta al infierno del que había huido.
28:41Y las represalias, lo sabía bien, serían terribles. Sus temores, hasta ahora una sombra persistente en el fondo de su mente, se materializaron de la forma más abrupta y aterradora posible.
28:54Su hermano, un joven tan brutal y despiadado como su padre, apareció en el palacio.
29:04No entró por la puerta de servicio de forma discreta, lo hizo con una actitud desafiante, casi como si fuera el dueño del lugar, preguntando por ella con una sonrisa torva que a Vera se le antojó la antesala de una pesadilla.
29:17Lope, el cocinero, que se había convertido en su protector y confidente, fue el primero en verlo.
29:27El pánico se apoderó de él. Conocía la historia de Vera, había visto las cicatrices, no solo las físicas, sino las que llevaba grabadas en el alma.
29:36La idea de que ese hombre pudiera ponerle las manos encima le revolvía las entrañas.
29:44Actuó por instinto, buscó a Vera, la encontró en la lavandería, ajena a la amenaza que se cernía sobre ella.
29:51Vera, tienes que esconderte. ¿Ahora? Le susurró, agarrándola del brazo con urgencia.
30:00La expresión de pánico en el rostro de Lope fue suficiente. Vera no necesitó preguntar.
30:07El color desapareció de sus mejillas y un temblor incontrolable se apoderó de su cuerpo.
30:13¿Está aquí? Logró preguntar, con la voz ahogada.
30:19Tu hermano. Está en el patio, preguntando por ti.
30:24No podemos dejar que te encuentre. Vamos.
30:27Lope la guió a través de pasadizos de servicio, buscando un escondite seguro, un lugar donde la sombra de su pasado no pudiera alcanzarla.
30:35Mientras corrían, el miedo de Vera era un ente vivo, un monstruo que le susurraba al oído que no había escapatoria, que su padre siempre la encontraría.
30:48Lope intentaba tranquilizarla, pero sus propias manos temblaban. Temía que todo acabara en una tragedia.
30:54Sabía que el hermano de Vera no era un hombre con el que se pudiera razonar.
31:00Era la encarnación de la violencia que la había perseguido toda su vida, y su presencia en la promesa era una declaración de guerra, una guerra que Lope temía no poder ganar.
31:12La gestión de la búsqueda de Ángela se estaba convirtiendo en una fuente de creciente frustración para Alonso.
31:17El marqués, aunque ocupado con mil frentes abiertos, no era ciego a la ineficacia de Cristóbal.
31:28Percibía la tensión entre el servicio, escuchaba los murmullos de descontento y, sobre todo, veía la falta de resultados.
31:38Algo no marchaba bien. Su instinto le decía que el enfoque del mayordomo era erróneo, demasiado burocrático, demasiado falto de empatía.
31:47Su sospecha se vio confirmada de la forma más inesperada.
31:51En una conversación casual, Petra, la doncella personal de la marquesa Cruz y una mujer cuya lealtad a la familia era incuestionable,
32:00dejó caer un comentario mordaz sobre la gestión impecable de Cristóbal, cargado de un sarcasmo que no pasó desapercibido para Alonso.
32:09Poco después, se cruzó con Pía Adarre, el ama de llaves, cuyo rostro reflejaba una preocupación que iba más allá del simple deber.
32:17Contacto, Alonso la interrogó, y Pía, aunque rehacia a criticar a un superior, no pudo ocultar su frustración por los métodos del mayordomo,
32:28su negativa a escuchar las sugerencias de quienes conocían el terreno y a la gente del lugar.
32:35Dos mujeres tan diferentes, Petra y Pía, coincidiendo en su valoración negativa de Cristóbal.
32:41Para Alonso, fue la señal definitiva de que debía intervenir.
32:47La vida de una joven estaba en juego, y no podía permitirse el lujo de mantener al mando a un hombre que, claramente, no estaba a la altura de las circunstancias.
32:58Tomó una decisión drástica, una de esas decisiones que marcan un antes y un después.
33:03Convocó al personal de servicio en el salón principal, un acto inusual que llenó a todos de expectación y nerviosismo.
33:14Cristóbal se encontraba allí, erguido y orgulloso, ajeno a la tormenta que estaba a punto de descargar sobre él.
33:20Cuando todos estuvieron reunidos, Alonso habló. Su voz, grave y autoritaria, resonó en el silencio del salón.
33:32He convocado esta reunión porque la situación con la señorita Ángela es insostenible.
33:39El tiempo corre en nuestra contra, y los esfuerzos realizados hasta ahora han demostrado ser insuficientes.
33:45Hizo una pausa, y sus ojos se posaron, fríos y duros, sobre el mayordomo.
33:53Señor Cristóbal, agradezco su dedicación, pero sus métodos no están dando los frutos esperados.
34:01Cristóbal palideció. Una humillación pública.
34:04El marqués lo estaba desacreditando delante de todos los que estaban bajo su mando.
34:08Por lo tanto, continuó Alonso, implacable. He decidido relevarlo del mando de la búsqueda.
34:18Un murmullo de sorpresa recorrió la sala. Cristóbal abrió la boca para protestar, pero la mirada de Alonso lo silenció.
34:27A partir de este momento, declaró el marqués, su voz adquiriendo una nueva fuerza.
34:32La búsqueda de Ángela estará bajo el mando del señorito Curro de la Mata.
34:38Todas las cabezas se giraron hacia Curro, que se quedó petrificado por la sorpresa.
34:45Él, al mando, era una responsabilidad enorme, pero también un voto de confianza que lo llenó de una determinación feroz.
34:54Vio la mirada de aprobación de María, la de sorpresa de sus tíos, y la de puro odio de Cristóbal.
35:00Estoy convencido, concluyó Alonso, de que su conocimiento de estas tierras, su juventud y su vínculo personal con la desaparecida lo convierten en la persona idónea para encontrarla.
35:15Confío en que todos le prestarán la misma obediencia y colaboración que me prestarían a mí mismo.
35:20La decisión estaba tomada. El marqués había lanzado su órdago, cambiando las reglas del juego en un movimiento audaz e inesperado.
35:29Para Cristóbal, la humillación fue insoportable. Ser desplazado, y además por un joven al que consideraba un advenedizo impulsivo, fue un golpe devastador para su orgullo.
35:45Se retiró del salón con la poca dignidad que le quedaba, pero por dentro, era un volcán de rabia y resentimiento.
35:51Se sentía apartado, menospreciado. Su autoridad, que tanto se había esforzado en construir, se había desmoronado en un instante.
36:04Mientras caminaba por los pasillos que antes recorría con aire de suficiencia, sus inseguridades, siempre latentes bajo su fachada de control, emergieron con una fuerza arrolladora.
36:14Se sentía un extraño en esa casa, un intruso. Y en medio de esa tormenta de emociones, un pensamiento oscuro y perturbador comenzó a tomar forma en su mente, una idea tan inquietante como insidiosa.
36:29Pensó en Ángela, en su desaparición, en la desesperación de Leocadia. Y de repente, un recuerdo, un fragmento de una conversación lejana, una mirada, un gesto.
36:43Las piezas comenzaron a encajar en su cabeza de una forma retorcida y alarmante.
36:49La obsesión de Leocadia por proteger a la niña, su propia y extraña conexión con la institutriz en el pasado.
36:55Un sudor frío recorrió su espalda, se detuvo frente a un espejo, pero el hombre que le devolvía la mirada era un desconocido, con los ojos desorbitados por una sospecha monstruosa.
37:07¿Y si? La pregunta se abrió paso en su mente, venenosa y terrible. ¿Y si la razón por la que todo esto le afectaba de una manera tan profunda, la razón por la que sentía una extraña conexión con todo este asunto, no era solo por deber profesional?
37:24¿Y si en realidad él fuera el padre de Ángela? La sospecha, una vez formulada, se aferró a él con la fuerza de una certeza.
37:36Amenazaba con cambiarlo todo, con reescribir su pasado y destrozar su futuro. Herido en su orgullo y consumido por la duda, Cristóbal se encontraba ahora al borde de un precipicio personal, uno mucho más peligroso que cualquier intriga palaciega.
37:50Y en el fondo de ese abismo, la verdad sobre Ángela esperaba, lista para devorarlos a todos.
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