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#avance #capítulo #669Curro
Curro descubre el secuestro de Ángela por Lorenzo
El misterio en La Promesa alcanza un punto de no retorno. Tras días de incertidumbre y rumores, un hallazgo inesperado lo cambia todo: una prenda de Ángela aparece en medio de la búsqueda, confirmando las sospechas más oscuras de Curro. Ahora ya no hay dudas… Lorenzo la ha secuestrado, y el capítulo 669 promete desenmascarar su terrible verdad.

Pero mientras la tensión crece con el destino de la joven pendiendo de un hilo, las intrigas se multip ...
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Transcript
00:00Curro descubre el secuestro de Ángela por Lorenzo. El misterio en la promesa alcanza
00:10un punto de no retorno. Tras días de incertidumbre y rumores, un hallazgo inesperado lo cambia todo.
00:18Una prenda de Ángela aparece en medio de la búsqueda, confirmando las sospechas más oscuras
00:23de Curro. Ahora ya no hay dudas, Lorenzo la ha secuestrado, y el capítulo 669 promete
00:31desenmascarar su terrible verdad. Pero mientras la tensión crece con el destino de la joven
00:37pendiendo de un hilo, las intrigas se multiplican en el palacio. Federico sacude las certezas de Vera
00:44con una revelación que destruye todo lo que ella creía de su familia. Catalina se queda cada vez
00:49más sola frente a la intransigencia de Adriano, y Cristóbal, lejos de rendirse, prepara una nueva
00:55amenaza contra Pía y Ricardo. Con secretos al borde de salir a la luz y enfrentamientos
01:02familiares más intensos que nunca, la gran pregunta es inevitable. ¿Logrará Curro rescatar a Ángela
01:08antes de que sea demasiado tarde? ¿O el plan de Lorenzo aún guarda un giro más siniestro?
01:13El aire en la promesa se había vuelto denso, casi irrespirable, cargado con el peso de los
01:20secretos y las ausencias. Cada rincón del palacio, desde las cocinas bulliciosas hasta los salones
01:28silenciosos y dorados, parecía contener el eco de una pregunta no formulada, un miedo que nadie se
01:34atrevía a nombrar en voz alta. El crepúsculo del miércoles 3 de septiembre caía sobre los jardines
01:41como un velo de melancolía, tiñendo de naranja y púrpura las hojas de los árboles y proyectando
01:47sombras alargadas que se retorcían como espectros danzantes. Y fue en uno de esos salones, donde el
01:54polvo flotaba en los últimos rayos de sol, que la tensión alcanzó su punto álgido, cristalizando en
02:00una sola frase, una daga verbal lanzada con una precisión helada. Cristóbal, de pie frente a
02:07Leocadia, había dejado caer la pregunta con la parsimonia de un verdugo. Su voz, siempre un murmullo
02:16controlado, resonó en el silencio con la fuerza de un trueno. Leocadia, dígame la verdad, solo una
02:25vez, es Ángela su hija, el mundo de Leocadia se detuvo. El latido de su corazón, que hasta ese
02:32momento era un tambor desbocado en su pecho, pareció cesar por completo. Las facciones de Cristóbal,
02:41impasibles y frías como el mármol de una tumba, no ofrecían refugio, ni una brizna de compasión.
02:47Sus ojos, oscuros y penetrantes, la escrutaban no como a una persona, sino como a un enigma que
02:55estaba decidido a resolver, sin importar el coste. El tiempo se estiró, cada segundo una eternidad en
03:03la que Leocadia revivió una vida entera de sacrificios, de mentiras piadosas y de un amor
03:08tan profundo y feroz que la había obligado a ocultarlo bajo capas y capas de servicio y discreción.
03:14Su garganta estaba seca, un desierto de pánico. Quería negar, gritar, insultarle por su osadía,
03:23pero las palabras se negaban a formarse. ¿Cómo lo sabía? ¿O era solo una sospecha,
03:31una red que lanzaba con la esperanza de atraparla? Miró a su alrededor, buscando una vía de escape
03:37inexistente. Las paredes del salón, adornadas con retratos de antepasados que la juzgaban con
03:43miradas severas, parecían encogerse a su alrededor. Señor, logró susurrar, su voz un hilo tembloroso
03:53y ajeno. No sé de dónde ha sacado semejante disparate. Ángela es una buena chica, una de
04:00las doncellas más trabajadoras, pero, no me tome por idiota, Leocadia, la interrumpió Cristóbal,
04:07dando un paso casi imperceptible hacia ella. El movimiento fue mínimo, pero el efecto fue el
04:15de una fiera acortando la distancia con su presa. He observado, he escuchado, he atado cabos que
04:22otros, en su ceguera o su estupidez, han ignorado. La forma en que la mira cuando cree que nadie la ve.
04:30La angustia en su rostro, que va más allá de la preocupación de una simple ama de llaves por una
04:36empleada desaparecida. Es el terror de una madre. Cada palabra era un golpe certero. Leocadia sintió
04:44que el aire le faltaba. Se llevó una mano al pecho, intentando calmar el caos que se había desatado en
04:51su interior. Recordó el día que Ángela llegó a la promesa, una niña asustada con los ojos muy
04:59abiertos, y cómo tuvo que fingir una indiferencia profesional que le desgarraba el alma. Recordó
05:06cada una de las veces que había velado su sueño desde el pasillo, cada pequeña reprimenda que le
05:11había dado para protegerla de los peligros del mundo, cada gesto de afecto que tuvo que reprimir.
05:16—¡Usted no sabe nada! —replicó, intentando infundir en su voz una fuerza que no poseía.
05:24—¡Oh, sé más de lo que cree! —continuó él, su voz bajando a un susurro conspirador y venenoso.
05:33—¡Sé que una mentira de esa magnitud es un arma poderosa, y en las manos adecuadas puede ser muy
05:41útil! Así que se lo preguntaré una última vez, y le aconsejo que piense muy bien su respuesta,
05:48porque de ella dependen muchas cosas. Más de las que imagina. ¿Es Ángela, la doncella desaparecida,
05:57su hija? La pregunta quedó suspendida entre ellos, vibrando con un poder devastador.
06:04La respuesta de Leocadia no sólo sellaría su propio destino, sino que podría cambiar el frágil
06:10equilibrio de poder en la promesa para siempre. El sol terminó de ocultarse tras el horizonte,
06:17sumiendo el salón en una penumbra que era el reflejo perfecto de la oscuridad que se cernía sobre sus vidas.
06:25El capítulo 668 había cerrado su telón con esta cumbre de tensión, dejando a todos conteniendo la
06:32respiración, a la espera del amanecer del jueves, un amanecer que traería consigo descubrimientos
06:38cruciales y decisiones irrevocables. El alba del jueves 4 de septiembre rompió con una luz pálida
06:46y enfermiza, como si el propio cielo estuviera indeciso entre el día y la noche. Para Curro,
06:53sin embargo, no había habido noche. Había sido una vigilia interminable, una sucesión de horas
06:59tortuosas pasadas recorriendo los terrenos de la promesa una y otra vez, con la única compañía del
07:05viento frío y una desesperación que crecía con cada minuto que pasaba sin noticias de Ángela.
07:12Ya no era solo preocupación. Era una angustia física, un nudo en el estómago que le impedía
07:17comer y una pesadez en los párpados que no provenía del sueño, sino del puro agotamiento emocional.
07:25Se negaba a aceptar la posibilidad de que se hubiera marchado por su propia voluntad.
07:29Conocía a Ángela, conocía su lealtad, su bondad, y también el miedo latente que a veces veía en sus
07:37ojos, un miedo que ahora entendía que tenía un origen muy concreto. Sus sospechas, al principio
07:45una idea vaga y terrible que intentaba desechar, se habían solidificado en una certeza monstruosa
07:50que apuntaba en una sola dirección, Lorenzo. Su padrastro, el capitán de la mata, el hombre
07:58cuya crueldad había probado en su propia piel durante años. Curro había empezado a observar
08:04a Lorenzo con una atención febril. Notaba su calma antinatural, su displicencia casi teatral
08:10cada vez que alguien mencionaba la desaparición de la doncella. Era la calma del depredador que
08:16ha ocultado bien a su presa y disfruta del caos que ha provocado. Esa mañana, impulsado por una
08:24corazonada, por un instinto primario que le gritaba que buscara en los lugares más olvidados,
08:29se dirigió a una de las viejas cabañas de aperos, en el linde más alejado del bosque que rodeaba la
08:35finca. Era un lugar en ruinas, que nadie utilizaba desde hacía décadas. Las puertas de madera carcomida
08:43gemían al ser empujadas y el interior olía a humedad, a tierra y a tiempo estancado.
08:50Ángela, susurró en la penumbra, más como una plegaria que como una llamada. El desorden era
08:56total. Herramientas oxidadas, sacos de arpillera a podridos y telarañas que colgaban como sudarios.
09:07Empezó a remover los escombros con una energía frenética, sin saber muy bien qué esperaba encontrar.
09:13El polvo se levantaba en nubes densas que le hacían toser, pero no se detuvo. Fue entonces
09:20cuando lo vio. Asomando bajo una pila de tablas de madera apolillada, un trozo de tela de un color
09:28familiar. Un azul pálido, el color de los hacianos en primavera, el corazón le dio un vuelco.
09:35Se arrodilló, apartando las tablas con manos temblorosas. Allí estaba. No era un simple trozo
09:43de tela. Era un lazo, un pequeño lazo de seda que Ángela solía usar para recogerse el pelo.
09:52Lo recordaba perfectamente. Se lo había regalado él mismo, comprado en un mercado del pueblo hacía un
09:57par de meses, en un impulso de afecto que no supo cómo expresar con palabras. Ella se había sonrojado,
10:06y desde ese día, lo llevaba casi siempre. Lo recogió del suelo. La seda estaba fría y ligeramente
10:14húmeda. Tenía una pequeña mancha oscura, casi negra. Tierra, o quizás, no se atrevió a pensar en
10:22qué más podría ser. Al apretarlo en su puño, la imagen de Lorenzo se materializó en su mente con
10:27una claridad aterradora. Recordó miradas lascivas del capitán hacia Ángela, comentarios con doble
10:35sentido que en su momento había intentado ignorar. Recordó la posesividad y la ira que Lorenzo mostraba
10:43cuando cualquier hombre, incluido él, se acercaba a ella. No era una sospecha, era una epifanía terrible,
10:51una verdad que caía sobre él con el peso de una losa de granito. Lorenzo. Lorenzo la había tomado,
10:59la tenía secuestrada. La prenda no era sólo una prueba de que Ángela había estado allí. Era la firma
11:05de su agresor, un trofeo descuidado o una pista dejada con arrogancia. La esperanza inicial de
11:12encontrar una señal de que seguía con vida se vio instantáneamente eclipsada por el terror de saber
11:17en manos de quien estaba. El aire se escapó de sus pulmones en un silbido. El miedo por Ángela se
11:25mezcló con una oleada de rabia pura y primigenia. La rabia de un niño indefenso que había sufrido los
11:32abusos de ese hombre y que ahora veía como la historia se repetía, con una crueldad aún mayor,
11:38sobre la persona que le importaba. Salió de la cabaña tropezando, con el lazo azul apretado en la mano
11:46como si fuera la única prueba tangible de su cordura. Ya no había dudas, sólo había un monstruo,
11:54y Curro sabía que tenía que enfrentarse a él. Mientras la terrible certeza de Curro echaba raíces,
12:01un carruaje se detenía frente a la entrada principal de la promesa. De él descendió una figura que muchos
12:09creían que tardarían en volver a ver Federico, el marqués de Luján. Su regreso fue silencioso,
12:17sin la pompa de antaño. Parecía más delgado, y las líneas de preocupación en su rostro se habían
12:22acentuado, pero había en su mirada una nueva determinación, una claridad que había estado
12:28ausente durante mucho tiempo. No se detuvo a hablar con el servicio que salió a recibirle. Tenía un propósito
12:36claro, una conversación pendiente que consideraba de vital importancia. Atravesó los pasillos con
12:44paso firme, ignorando las miradas de sorpresa, hasta que encontró a quien buscaba en la galería
12:50acristalada, limpiando con esmero los cristales por los que se filtraba la luz de la mañana.
12:57Vera, dijo, su voz más suave de lo que ella recordaba. La doncella se sobresaltó y se giró,
13:03haciendo una reverencia casi automática. La sorpresa en su rostro era evidente. Señor
13:11marqués, no le esperábamos. Bienvenido. Gracias, Vera. ¿Podrías acompañarme al despacho? Necesito
13:19hablar contigo de algo importante. A solas. El tono de Federico no admitía réplica. Vera asintió,
13:26con el corazón acelerado por la incertidumbre. ¿Habría hecho algo mal? ¿Se habría descubierto
13:33algo de su pasado? Siguió al marqués hasta el imponente despacho, un lugar que siempre le había
13:38infundido un profundo respeto y cierto temor. Él le indicó que tomara asiento, un gesto inusual que
13:46la desconcertó aún más, mientras él se quedaba de pie, apoyado en el borde de la gran mesa de caoba.
13:52Vera, sé que tu llegada a la promesa estuvo envuelta en circunstancias peculiares, comenzó
14:00Federico, eligiendo sus palabras con cuidado. Y sé que has hablado poco o nada de tu familia,
14:07de tu vida antes de estar aquí. No te culpo. A veces, el pasado es una carga pesada. Vera tragó
14:16saliva, sus manos entrelazadas con fuerza sobre su regazo. Señor, yo, déjame hablar,
14:25por favor, la interrumpió él con amabilidad. He pasado mucho tiempo fuera, reflexionando,
14:33poniendo en orden mis pensamientos y mis recuerdos. Y hay algo que debo decirte,
14:38algo que creo que tienes derecho a saber, aunque pueda resultar perturbador.
14:42El silencio se instaló en la habitación, denso y expectante. Federico la miró directamente a los
14:49ojos, y Vera vio en ellos una profunda sinceridad, pero también un atisbo de dolor.
14:56He estado investigando, haciendo preguntas sobre tu origen, y lo que he descubierto lo cambia todo.
15:04Todo lo que te han contado, todo lo que crees saber sobre quiénes son tus padres,
15:08sobre tu familia. Es una mentira. Vera sintió un escalofrío recorrerle la espalda. Las palabras
15:15del marqués eran como piedras lanzadas a un estanque en calma, creando ondas que amenazaban
15:20con ahogarla. No, no comprendo, señor. Balbuceo. Lo comprenderás, aseguró Federico,
15:31su voz teñida de una extraña solemnidad. Tu familia no es quien tú crees. Hay secretos,
15:39Vera. Secretos muy oscuros que te han mantenido oculta y alejada de tu verdadero legado por razones
15:44que apenas empiezo a entender. Personas en las que confiabas te han manipulado. Te han construido
15:51una vida falsa para protegerse a sí mismos. La respiración de Vera se volvió superficial.
15:58Su mente era un torbellino. ¿Una mentira? ¿Toda su vida? Pensó en las historias que le habían
16:04contado, en los rostros que asociaba con su infancia. ¿Era todo un decorado? ¿Quién? ¿Quién
16:11soy yo, entonces? Preguntó, su voz apenas un susurro roto. Federico suspiró, el peso de la
16:20revelación pareció encorvar sus hombros. Eso es algo que descubrirás poco a poco.
16:25Pero quiero que sepas que no estás sola en esto. Y que la verdad, por dolorosa que sea,
16:32siempre es mejor que vivir en el engaño. Lo que te han hecho, es imperdonable. Te han
16:38robado tu identidad. La charla continuó, y con cada frase de Federico, el mundo de Vera
16:44se desmoronaba un poco más. Le habló de conexiones insospechadas, de nombres que ella jamás había
16:52oído pero que, según el marqués, estaban íntimamente ligados a su sangre.
16:59Las palabras de Federico no eran acusaciones vacías. Estaban cargadas de una convicción
17:04que ponía patas arriba a todo lo que la doncella creía saber. La dejó allí, en el despacho,
17:11con la cabeza llena de dudas y el corazón dividido. Por un lado, una parte de ella se
17:18resistía a creer en aquella historia increíble. Por otro, las piezas de su propio pasado, aquellas
17:26que nunca habían encajado del todo, comenzaban a moverse, formando un nuevo y aterrador rompecabezas.
17:33Sola, más sola que nunca, Vera se enfrentaba a una crisis de identidad que amenazaba con
17:41destruir los cimientos mismos de su ser. En otra parte del palacio, la soledad era también
17:48la compañera de Catalina. Desde que había escuchado la conversación secreta entre Martina y Jacobo,
17:54una conversación que apestaba a conspiración y a traición, sentía un peso en el pecho que no la
17:59dejaba respirar. Había escuchado con claridad cómo planeaban socavar los esfuerzos por mejorar
18:07las condiciones de los trabajadores, cómo hablaban de mantener el orden natural de las cosas, un orden
18:13que para Catalina significaba simplemente la explotación de los más débiles. Confiando en el
18:20espíritu progresista y en la aparente rectitud de Adriano, decidió compartir con él su descubrimiento.
18:26Lo encontró en la biblioteca, revisando unos libros de contabilidad. Esperaba encontrar en
18:33él un aliado, un confidente que compartiera su indignación y la ayudara a desenmascarar a la
18:38pareja. Adriano, necesito hablar contigo. Es urgente. Dijo, cerrando la puerta tras de sí.
18:49Adriano levantó la vista de sus papeles, con una expresión de curiosidad. Catalina, claro.
18:56¿Qué ocurre? Pareces alterada. Catalina respiró hondo y le relató, palabra por palabra, lo que había
19:04oído. No omitió detalle, desde el tono despectivo de Martina hasta la complacencia de Jacobo.
19:13A medida que hablaba, su voz se cargaba de una justa ira. No puedo creerlo, Adriano. Están
19:21conspirando a nuestras espaldas. Martina, mi propia prima, está trabajando activamente para
19:28sabotear todo por lo que luchamos. Y Jacobo, siempre supe que no era de fiar. Quieren que
19:35los trabajadores sigan viviendo en la miseria para su propio beneficio.
19:39Es despreciable. Terminó su relato, esperando una explosión de indignación similar por parte
19:47de Adriano. En cambio, lo que recibió fue un silencio calculado. Él se reclinó en su
19:54silla, juntando las yemas de los dedos, con una expresión pensativa que a Catalina le pareció
20:00alarmantemente fría. Catalina, entiendo tu enfado. Dijo finalmente, su tono medido y
20:08carente de la pasión que ella esperaba. Pero debemos ser cautos. ¿Estás completamente
20:14segura de lo que oíste? A veces, las conversaciones se sacan de contexto.
20:20El corazón de Catalina se hundió un poco. Lo oí perfectamente, Adriano. No hay contexto
20:27que justifique esas palabras. Hablaban de mantener a los trabajadores en su lugar. Aún así, continuó
20:34él, evitando su mirada y centrándose en un punto indefinido de la estantería, enfrentarse
20:40a ellos directamente podría ser. Contraproducente. Martina es tu prima, y Jacobo tiene el favor
20:48de los marqueses. Acusarles sin pruebas irrefutables podría volverse en tu contra.
20:52¿Podrían tacharte de histérica o de conflictiva? La mandíbula de Catalina se tensó. ¿No era
21:02esa la reacción que había previsto? ¿Pruebas irrefutables? Mi testimonio es la prueba. ¿Acaso
21:08no confías en mí? Lo que te estoy diciendo no es suficiente para que al menos te posiciones.
21:12Creí que compartíamos los mismos ideales, que luchábamos por la misma causa.
21:19Y lo hacemos, se defendió Adriano, aunque su voz carecía de convicción. Pero la estrategia
21:26es importante. A veces, es más inteligente esperar, observar, reunir más información antes
21:34de actuar. Una ofensiva frontal ahora mismo podría causar más daño que bien. Podríamos perder
21:42el apoyo que hemos conseguido. Catalina lo miró fijamente, y por primera vez, vio en
21:48él no a un aliado, sino a un político. Un hombre que medía los riesgos, que priorizaba
21:56la cautela sobre la justicia. Un hombre que, en el fondo, quizás tenía miedo.
22:03¿Miedo? ¿Es eso lo que tienes, Adriano? ¿Miedo de enfrentarte a ellos? Su voz era un susurro
22:08cargado de decepción. No es miedo, es prudencia. Replicó él, su tono volviéndose más defensivo.
22:18No podemos permitirnos un escándalo que nos perjudique a todos.
22:22¿Que nos perjudique a todos? Repitió Catalina, incrédula. O que te perjudique a ti. Lo que
22:28escuché fue una injusticia flagrante. Y tú me pides que me quede de brazos cruzados.
22:33Me pides que ignore la traición de mi propia familia. La tensión en la biblioteca se podía
22:40cortar con un cuchillo. La brecha entre ellos se había abierto, ancha e insalvable. Catalina
22:47se dio cuenta de que estaba sola en esto. El hombre en el que había depositado su confianza
22:53no estaba dispuesto a luchar a su lado. Se había posicionado, sí, pero no precisamente
23:00de su lado. Se había posicionado en el cómodo y seguro terreno de la neutralidad, que a ojos
23:06de Catalina era indistinguible de la cobardía.
23:10Entiendo, dijo ella, su voz ahora gélida, desprovista de toda emoción. Entiendo perfectamente
23:17tu postura. Gracias por tu prudencia. Sin esperar respuesta, se dio la vuelta y salió
23:24de la biblioteca, cerrando la puerta con una suavidad que era más elocuente que cualquier
23:29portazo. Se sentía profundamente traicionada y más aislada que nunca. El conflicto con Martina
23:37y Jacobo ya no era solo una cuestión de ideales. Ahora era una lucha personal que tendría
23:42que librar completamente sola. Y como si el destino quisiera subrayar su soledad, al cruzar
23:49el pasillo principal, se encontró cara a cara con Martina. La tregua tacita que habían
23:56mantenido en los últimos días se hizo añicos en el cruce de sus miradas. Los ojos de Martina,
24:03fríos y desafiantes, se encontraron con los de Catalina, cargados de una nueva y amarga
24:09determinación.
24:12Catalina, dijo Martina, con una sonrisa que no llegaba a sus ojos. Te veo preocupada.
24:18¿Algún problema con tus protegidos? La condescendencia en su voz fue la chispa que
24:25encendió la pólvora.
24:27Mis únicos problemas, prima, son los lobos con piel de cordero que deambulan por esta
24:33casa. Respondió Catalina, su voz cortante.
24:38La sonrisa de Martina vaciló por un instante. Ten cuidado con las acusaciones infundadas.
24:44A veces, la que se cree una heroína no es más que una ilusa que no comprende cómo funciona
24:51el mundo.
24:53Y a veces, replicó Catalina, acercándose un paso más. Las que se creen muy listas y
24:59poderosas terminan tropezando con su propia arrogancia.
25:02Este enfrentamiento no ha hecho más que empezar, Martina. Y te aseguro que no voy a rendirme.
25:11El choque era inevitable. Sus posturas sobre el trato a los trabajadores eran la punta del
25:16iceberg de un abismo de valores que las separaba.
25:20La frágil tregua entre las primas tenía, efectivamente, los días contados. Una nueva
25:26guerra estaba a punto de estallar en el corazón de la promesa. Lejos de estas intrigas palaciegas,
25:33en el mundo de los negocios y las ambiciones personales, Manuel de Luján sentía una extraña
25:39mezcla de euforia y nerviosismo. Acababa de cerrar el trato. Había vendido su parte de
25:46la empresa. La decisión, tomada tras muchas noches de insomnio, era un salto al vacío,
25:52una apuesta arriesgada por un futuro que sólo él parecía vislumbrar con claridad.
25:58Se reunió con su amigo Toño en una de las terrazas del club de campo,
26:03con los documentos recién firmados en su maletín.
26:08Hecho está, Toño. Anunció Manuel, con una sonrisa que no lograba ocultar del todo la tensión
26:14en sus hombros. Acabo de firmar, soy un hombre libre. Toño lo miró con una expresión que era
26:22una mezcla de asombro y profunda preocupación. Dejó su copa sobre la mesa y se inclinó hacia
26:29adelante. Manuel, ¿estás seguro de lo que has hecho? Vender tu participación es una locura.
26:38Era tu seguridad, tu legado. ¿Por qué has dado un paso tan arriesgado? Porque a veces,
26:44para volar, hay que soltar lastre. Respondió Manuel, su mirada perdida en el horizonte.
26:49Esa empresa, se estaba convirtiendo en una jaula de oro. Reuniones, números, expectativas. Me estaba
26:58ahogando, Toño. Había perdido la pasión, el motivo por el que empecé todo esto. La aviación,
27:06la emoción de crear, de innovar. ¿Y crees que vendiéndolo todo vas a recuperarla? Insistió Toño,
27:14incrédulo. Podrías haberte legado, haberte tomado un respiro. Pero venderlo, ¿qué vas a hacer ahora?
27:23El dinero no dura para siempre. Tengo un plan. Dijo Manuel, y por primera vez,
27:29su voz sonó con una confianza inquebrantable. Voy a empezar de nuevo. Algo más pequeño,
27:37más personal. Un taller donde pueda diseñar y construir mis propios prototipos,
27:41sin tener que rendir cuentas a una junta directiva que solo entiende de beneficios.
27:48Quiero volver a sentir la grasa en mis manos y el viento en mi cara. Quiero construir el futuro,
27:54no administrar el presente. La ilusión en los ojos de Manuel era palpable, casi contagiosa. Hablaba
28:02con la pasión de un soñador, de un artista que ha decidido romper con las ataduras comerciales
28:07para volver a la pureza de su arte. Sin embargo, Toño, siempre el más pragmático de los dos,
28:15no podía evitar ver los peligros que su amigo parecía ignorar.
28:20Suena muy romántico, Manuel, de verdad. Pero el mundo real es cruel. Necesitas capital,
28:27contactos, un mercado. Y si tu nuevo proyecto no funciona, lo habrás perdido todo por un sueño.
28:32Es un riesgo que estoy dispuesto a correr, concluyó Manuel, tomando un sorbo de su bebida.
28:41Prefiero fracasar persiguiendo mi pasión que morir lentamente de éxito en algo que ya no amo.
28:48Confío en mi decisión, Toño, y te pido que tú también lo hagas. Toño suspiró, resignado.
28:54Conocía a Manuel lo suficiente como para saber que una vez que tomaba una decisión, no había vuelta atrás.
29:04Aunque la preocupación seguía rolléndole por dentro, no pudo evitar sentir una punzada de admiración por el coraje de su amigo.
29:13Manuel había elegido la libertad por encima de la seguridad, una elección que muy pocos se atrevían a hacer.
29:18El futuro era incierto, pero la ilusión de Manuel se mantenía viva, ardiendo con una fuerza renovada que prometía llevarle a nuevas alturas o a una caída estrepitosa.
29:33De vuelta en la promesa, esa misma tarde, el ambiente en la zona del servicio era irrespirable.
29:38La amenaza de Cristóbal pendía sobre las cabezas de Pía y Ricardo como la espada de Damocles.
29:47El ultimátum era claro. Uno de los dos debía abandonar el palacio.
29:52La decisión era imposible, una elección cruel diseñada para destrozarles.
29:59Estaban en el despacho del mayordomo, los tres, en un silencio tenso, cuando la puerta se abrió y apareció Manuel.
30:06Su regreso había sido tan reciente que su presencia allí sorprendió a todos.
30:13Miró los rostros angustiados de Pía y Ricardo, y luego la expresión satisfecha y autoritaria de Cristóbal.
30:20No necesitó que le explicaran nada. La tensión era elocuente.
30:25Cristóbal, ¿se puede saber qué está ocurriendo aquí?
30:29Preguntó Manuel, su tono tranquilo pero con un filo de acero.
30:32Cristóbal se enderezó, molesto por la interrupción.
30:39Señorito Manuel, esto es un asunto del servicio.
30:43No necesita importunarse. Simplemente estoy aplicando las normas de la casa.
30:49Las normas de la casa las dicta mi padre, el marqués.
30:51Y en su ausencia, yo.
30:56Replicó Manuel, entrando completamente en el despacho y cerrando la puerta.
31:02Y no recuerdo ninguna norma que obligue a un matrimonio a separarse de esta manera tan cruel.
31:10Pía y Ricardo son dos de los empleados más leales y eficientes que tenemos.
31:14Despedir a uno de ellos es un sinsentido.
31:18La cara de Cristóbal se contrajo en una mueca de desagrado.
31:22Se sentía desafiado en su propio terreno.
31:26Con el debido respeto, su relación es inapropiada y está afectando a la disciplina del servicio.
31:31He tomado una decisión. Pues me temo que va a tener que dé tomarla.
31:38Dijo Manuel, con una calma que desarmaba.
31:43Pía Adarre es el ama de llaves de esta casa desde hace años.
31:47Su labor es impecable.
31:50Ricardo Pellicer, a pesar de su reciente incorporación, ha demostrado ser un mayordomo competente.
31:56La promesa no puede permitirse el lujo de perder a ninguno de los dos.
32:02Así que este ultimátum queda, desde este mismo instante, desactivado.
32:09Manuel habló con la autoridad natural de quien sabe que tiene el poder.
32:13No era el joven soñador que hablaba con Toño.
32:16Era el hijo del marqués, el heredero, defendiendo a su gente.
32:22Pía y Ricardo lo miraron con una mezcla de sorpresa y un inmenso alivio.
32:26Una pequeña lágrima de gratitud rodó por la mejilla de Pía.
32:32Cristóbal, por su parte, se quedó sin palabras.
32:35La intervención directa de Manuel le había despojado de su poder.
32:41Intentó protestar, buscar un resquicio en la armadura de autoridad de Manuel.
32:46Señorito, su padre me dio plenos poderes para organizar el servicio como considere oportuno.
32:51Mi padre le dio poder para asegurar la eficiencia, no para satisfacer caprichos personales o llevar a cabo vendetas,
33:01le atajó Manuel, su mirada endureciéndose.
33:03Y esta decisión suya huele a todo menos a eficiencia.
33:09Así que le sugiero que entienda que este asunto está zanjado.
33:12Pía y Ricardo se quedan.
33:16Ambos.
33:16¿Ha quedado claro?
33:18La pregunta no era una pregunta.
33:20Era una orden.
33:21Cristóbal, humillado y furioso por dentro, no tuvo más remedio que ceder.
33:28Apretó los puños bajo la mesa y asintió rígidamente.
33:32Como usted ordene, señorito Manuel.
33:36Perfecto.
33:37Concluyó Manuel.
33:38Ahora, si me disculpan.
33:40Con una última mirada de apoyo a Pía y a Ricardo, Manuel salió del despacho.
33:47La pareja respiró aliviada, como si hubieran emergido a la superficie tras haber estado a punto de ahogarse.
33:54Se miraron, y en sus ojos había una gratitud infinita hacia el joven señorito y un amor renovado y fortalecido por la prueba que acababan de superar.
34:03Pero su alivio duró solo un instante.
34:07En cuanto la puerta se cerró, la expresión de Cristóbal se transformó.
34:14La sumisión forzada desapareció para dar paso a una máscara de pura malicia.
34:18El ultimátum había fallado, sí.
34:22Manuel le había humillado y le había despojado de su victoria.
34:25Pero él no era un hombre que se rindiera.
34:27Lejos de ello, la derrota solo servía para alimentar su rencor y su ingenio para la crueldad.
34:35Se levantó de su silla y caminó hacia la ventana, dándoles la espalda.
34:40Su mente trabajaba a una velocidad vertiginosa, buscando una nueva forma de atacar, una nueva palanca para hacerles daño, una que Manuel no pudiera desactivar tan fácilmente.
34:51Si no podía despedirlos, si no podía separarlos físicamente, entonces encontraría una manera de hacer su vida en la promesa a un infierno tan insoportable que desearían haberse marchado.
35:04Una sonrisa torcida y terrible se dibujó en su rostro.
35:08Acababa de tener una idea.
35:10Una decisión casi igual de terrible que el despido, pero mucho más sutil y perversa.
35:14Se giró lentamente para mirar a la pareja, que todavía no se había movido, paralizada por la nueva y ominosa atmósfera que se había instalado en la habitación.
35:28Parece que tienen un ángel de la guarda en el señorito Manuel, dijo Cristóbal, su voz un siseo bajo y amenazador.
35:35Pero los ángeles no pueden estar en todas partes.
35:40Ya que ambos van a permanecer en esta casa, tendremos que hacer algunos.
35:44Ajustes.
35:47Reorganizar sus tareas para optimizar su rendimiento.
35:50Pía y Ricardo intercambiaron una mirada de aprensión.
35:56Sabían que aquellas palabras no presagiaban nada bueno.
35:59La gran incógnita era.
36:01¿Qué medida se sacaría ahora de la manga el mayordomo?
36:04¿Qué nuevo tormento había ideado su mente retorcida para cambiar de nuevo sus vidas?
36:09La breve sensación de victoria se había desvanecido, reemplazada por un miedo frío y paralizante.
36:16La tiranía de Cristóbal, lejos de terminar, simplemente estaba a punto de adoptar una nueva y más monstruosa forma.
36:25El respiro había sido sólo eso, un instante de calma antes de que se desatara la siguiente tormenta.
36:33El respiro había sido sólo eso, un instante de calma antes de que se desatara la siguiente tormenta.
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