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#Negocios

En su colaboración en #SeñalInformativa emisión vespertina, Rogelio Campos, habla sobre la un segundo pisos para los negocios

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00:00En campaña, el gobernador Pablo Lemus fue tajante. Dijo que el segundo piso de López
00:17Mateos era un despropósito, que no resolvía la movilidad y que no se construiría bajo
00:22su administración. Esa fue la palabra empeñada. Hoy, paradójicamente vemos cómo ese mismo
00:29proyecto irrumpe en el debate público, impulsado no por la ciudadanía, sino por un coro bien
00:37organizado de políticos cercanos al propio gobernador, colegios de profesionistas que
00:43lastimosamente se alquilan y algunas voces empresariales. La pregunta es inevitable. ¿Qué
00:50cambió? Si revisamos el Plan Estatal de Desarrollo, construido supuestamente con 675 mil consultas
00:59ciudadanas, el segundo piso no aparece como prioridad. Tampoco surgió en los diálogos
01:05convocados por el gobierno anterior, donde quedó claro que la gente no quería esa obra.
01:11Entonces, ¿de dónde viene esta súbita necesidad? ¿Por qué lo que no pidió la sociedad, ni reflejó
01:19la planeación oficial, se instala de pronto como tema central? La respuesta no está en la
01:26movilidad, sino en la política y en los intereses. Hoy no sabemos cuánto costaría esa obra, ni
01:33cómo se financiaría, ni qué impacto tendría en la ciudad. Lo que sí sabemos es que las
01:39grandes beneficiadas serían las constructoras y los desarrolladores inmobiliarios, que en medio
01:46del colapso vial que ya se vive, siguen alegremente levantando fraccionamientos y torres en el sur
01:55de la ciudad. Se trata de una urbanización voraz, que avanza sin medir la capacidad de agua en la zona,
02:04ni la fragilidad de los servicios, ni el agotamiento de una ciudad que ya no da para más. Un segundo piso
02:13no es la solución a un problema de movilidad que es estructural. Es, en cambio, una fórmula
02:22aprobada para privilegiar intereses privados sobre el interés colectivo y también para hipotecar el
02:31futuro de las finanzas de la ciudad y del Estado. Se nos vende como modernidad, pero en realidad es un
02:38retroceso disfrazado de progreso. Y aquí está la verdadera contradicción. El gobierno que en campaña
02:46prometió escuchar a la gente y no repetir errores del pasado, ahora se pliega a la misma receta de
02:53siempre. Obras faraónicas, opacas, de alto costo social, de bajo beneficio ciudadano y sacadas de la
03:03marca. Guadalajara no necesita otro monumento al concreto. Lo que necesita es agua, transporte público
03:10digno, planeación urbana responsable y un gobierno que cumpla su palabra. El segundo piso de López Mateos
03:19no es una solución, es una trampa. Una trampa que solo beneficia a unos cuantos, que posterga los
03:26verdaderos cambios que la ciudad exige y que convierte la promesa de un gobierno en la confirmación
03:33de que al final todo sigue igual. Ese es el dilema que está frente a nosotros. O se gobierna para la
03:40gente o se gobierna para los negocios. Y hoy el segundo piso de López Mateos es la prueba más clara
03:49de hacia dónde se está inclinando la balanza.
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