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🔥 Valle Salvaje Capítulo 307 – Matilde rompe el silencio y sorprende a todo el valle al rebelarse contra Victoria, enfrentándola por primera vez cara a cara.
Con una fuerza que nadie esperaba, Matilde expone verdades, humillaciones y años de abusos que Victoria siempre creyó tener bajo control.
😱 En este avance exclusivo, veremos uno de los choques más intensos de la temporada: una mujer cansada de sufrir frente a una Victoria cada vez más inestable y peligrosa.
👑 Personajes principales: Matilde, Victoria, Mercedes, José Luis, Úrsula, Rafael, Adriana.
Un episodio cargado de coraje, tensión emocional, palabras afiladas y un desafío que puede cambiar para siempre el equilibrio del valle.
🔥 Valle Salvaje Capítulo 307 – Matilde rompe el silencio y sorprende a todo el valle al rebelarse contra Victoria, enfrentándola por primera vez cara a cara.
Con una fuerza que nadie esperaba, Matilde expone verdades, humillaciones y años de abusos que Victoria siempre creyó tener bajo control.
😱 En este avance exclusivo, veremos uno de los choques más intensos de la temporada: una mujer cansada de sufrir frente a una Victoria cada vez más inestable y peligrosa.
👑 Personajes principales: Matilde, Victoria, Mercedes, José Luis, Úrsula, Rafael, Adriana.
Un episodio cargado de coraje, tensión emocional, palabras afiladas y un desafío que puede cambiar para siempre el equilibrio del valle.
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00:00Me iré cuando yo quiera. ¿Cómo te atreves a hablarme así en mi propia...
00:04El episodio cierra con el valle sumido en una tensión insoportable donde cada personaje
00:08enfrenta las consecuencias de sus decisiones, sus miedos y sus verdades ocultas. El vínculo
00:14entre Bárbara e Irene alguna vez inquebrantable se rompe por primera vez de manera irreversible.
00:20Ese quiebre emocional no solo redefine el rumbo de ambas sino que también revela el lado más
00:25vulnerable de Irene una joven que se queda sin amigos, sin amor y sin un lugar al cual
00:29pertenecer. Paralelamente Leonardo deja claro que luchará por Bárbara incluso si eso significa
00:35herir a Irene aún más. Mercedes y Damaso consolidan una alianza peligrosa pero necesaria en medio del
00:42creciente descontento de los jornaleros. Ella intenta guiarlo por el camino correcto consciente de que
00:48el valle puede volverse en su contra si él fracasa. Pero esa cercanía despierta la peor versión de
00:54Becchoia quien pierde por completo la compostura y rompe objetos mientras su mente se hunde en una
00:59mezcla de paranoia y furia. Su necesidad obsesiva de control la lleva a trazar venganzas que amenazan
01:05consumir al valle en una nueva espiral de dolor. Alejo transformado por el amor sincero que siente
01:11por Luisa en cara a Becchoia sin temor. Su rebelión marca un antes y un después ya no es el muchacho
01:17manipulable que creció bajo su sombra. Su valentía inaugura una nueva era en la que la duquesa ya no podrá
01:24mover las piezas a su antojo. Y mientras Matilde se libera de años de sometimiento al enfrentarse a
01:29Becchoia de manera frontal el clímax llega con la desesperada carrera de Alejo para salvar a Luisa.
01:36Su despertar final rodeada de quienes la aman simboliza que incluso en el abismo la vida puede
01:40imponerse. El valle respira una calma frágil sabiendo que lo peor aún puede estar por venir. La tarde avanza
01:48con un aire extraño cargado de tensión. En la casa pequeña Matilde intenta concentrarse en sus
01:54tareas cotidianas pero su mente está atrapada en un torbellino de emociones. Aún escucha las palabras
02:01de Becchoia retumbando en su cabeza como campanadas oscuras acusaciones desprecios manipulaciones. Y
02:07encima de todo la amenaza velada hacia Atanasio el único rayo de luz que había encontrado en medio de la
02:12tragedia de su vida. Atanasio aparece en la puerta con el rostro serio. Matilde levanta la vista en
02:20cuanto siente su presencia. «Tenemos que hablar», dice él, con esa mezcla de dureza y vulnerabilidad
02:26que sólo ella ha aprendido a reconocer. Matilde aprieta las manos. Algo en su interior sabe que
02:33nada bueno viene con esas palabras. «¿Qué pasó ahora?» Atanasio respira hondo. «Victoria». Ha empezado a
02:43moverse otra vez. Está fuera de control. Me ha hecho preguntas preguntas peligrosas. Sabe algo.
02:53Sospecha algo. Matilde se queda helada. «Algo de nosotros». Si admite él bajando la mirada intenta
03:02enfrentarte. Intenta quebrarte. Quiere destruir lo que hemos construido. Matilde aprieta la manta que
03:11tiene entre manos recordando la humillación en el cementerio las palabras que Becchoia clavó como
03:15agujas en su carne emocional. «No voy a dejar que me destruya» otra vez susurra con voz temblorosa.
03:23Atanasio se acerca y toma su rostro entre sus manos. «Matilde, escúchame. Ella no es sólo cruel.
03:30Es peligrosa. Y si cree que puede manipularte, usarte o destrozarte lo hará. Lo hará sin pestañear».
03:40Matilde siente el pecho arder. «No puedo más. No puedo seguir temblando ante ella». Lo se responde él
03:49suavemente pero necesito que seas fuerte. «Por ti». «Por mí». Porque esto hace un gesto entre ambos.
03:57Esto no puede sobrevivir si ella nos ve debilitados». Las palabras golpean a Matilde en lo más profundo.
04:04«No es un reproche. Es una súplica». «Una súplica de amor». Matilde baja la mirada respirando con
04:12dificultad. Atanasio añade «Yo, yo quiero protegerte, Matilde. Pero necesito que te mantengas firme. Si ella
04:21te presiona, si te provoca, por favor, no caigas en su juego». Pero esas palabras pronunciadas con la
04:26mejor intención caen como gotas de fuego en la herida abierta de Matilde. Se separa de él con
04:33brusquedad. «Así que soy un estorbo, una carga. Alguien que puede arruinarlo todo» pregunta con la
04:38voz quebrada. «No, Matilde, no es eso». «Entonces no me digas cómo reaccionar», exclama ella con una mezcla
04:46de dolor y rabia y «No sabes lo que me hizo, no sabes lo que me dijo frente a la tumba de Gaspar.
04:50¿Quieres que me calle, quieres que aguante, que estoy cansada de aguantar». Atanasio intenta
04:55acercarse pero ella retrocede. «Matilde, por favor». «No grita ella y no voy a dejar que esa mujer siga
05:03pisoteándome, ni a ti tampoco». En ese momento un golpe sonoro interrumpe la discusión. La puerta se abre
05:11de golpe. Victoria aparece en el umbral con los ojos llenos de una furia helada. «¿Qué escena tan
05:18conmovedora?» dice con una sonrisa venenosa dos pobres almas perdidas creyendo que pueden desafiarme.
05:25Matilde siente un fuego encenderse dentro de ella. Atanasio se pone delante para protegerla pero Matilde
05:31lo aparta con un empujón. «No dice con voz firme, esta vez no me escondo». «Avanza hacia Victoria». «Tu escupe,
05:40Matilde, eres un monstruo, una mujer podrida que solo sabe destruir». Victoria levanta una ceja. «¿Te
05:48atreves a elevarme la voz?» «Me atrevo a todo ruge Matilde». Y antes de que Atanasio pueda detenerla
05:56Matilde se lanza sobre Victoria. La empuja contra la pared. La toma por los brazos. Le grita a centímetros
06:05del rostro con lágrimas ardientes. «No voy a dejar que me hundas más, no vas a callarme y no voy a
06:11vivir temiéndote». Dechoye por primera vez en años se queda paralizada. Atónita. Atemorizada.
06:21Atanasio finalmente interviene separándolas pero el daño y la victoria moral ya están hechos.
06:27Victoria se recompone respirando con dificultad con las mejillas encendidas por la humillación.
06:32«Esto no quedará así», susurra. Matilde da un paso adelante. «Por fin dices algo cierto,
06:40Victoria». «La guerra está declarada». Y esta vez Matilde no piensa retroceder. La tormenta que
06:48llevaba horas amenazando el cielo finalmente cae sobre el valle. Rayos que iluminan la oscuridad viento
06:55que sacude las ventanas y una lluvia tan intensa que parece querer borrar el mundo. Pero nada,
07:00absolutamente nada puede apagar la determinación de Alejo que corre bajo el aguacero como si su vida
07:05dependiera de ello. Porque si su vida depende de ello. De llegar a tiempo. De encontrar a Luisa
07:14viva. Ha recibido la noticia más aterradora. La hermandad no la atendió como debía. La fiebre
07:19subió sin control y Luisa podría estar agonizando de nuevo en esa celda fría donde casi murió.
07:24Adriana lo intentó todo pero necesita ayuda. Necesita a alguien capaz de irrumpir de gritar
07:31de romper puertas si es necesario. Y ese alguien es él. Cuando llega a la sede de la Santa Hermandad
07:39las puertas parecen un muro insalvable. Golpea con fuerza. «Ábranme, abran ya». Un hermano se asoma
07:47intentando contenerlo. Señor Alejo no puede entrar. Es tarde. La prisionera está bajo vigilancia. Alejo no
07:58escucha. Empuja la puerta. Empuja al hombre. ¿Dónde está Luisa ruge? El capitán Escobedo aparece sorprendido
08:08por la furia del joven. Alejo cálmese. La muchacha está muy mal. Estamos haciendo. No han hecho nada
08:18y nada interrumpe el empapado temblando de rabia y muéstrame dónde está. El capitán que ha visto
08:24muchas cosas pero nunca Alejo así finalmente cede y lo guía a la celda. Cuando Alejo entra el alma se le
08:31cae al suelo. Luisa está tendida en el camastro inmóvil con los labios morados y la respiración tan
08:37débil que apenas levanta su pecho. Su piel arde por la fiebre. Sus ojos permanecen cerrados como si
08:44estuviera atrapada en un sueño del que no puede salir. Nono Luisa susurra Alejo arrodillándose junto
08:51a ella. La toma entre sus brazos. «Mírame, soy yo, Luisa, por favor». Pero ella no responde.
08:59Adriana que está al lado llora de impotencia. La fiebre subió otra vez. No pude bajarla. Alejo la
09:09abraza con delicadeza presionando su frente contra la de ella como si quisiera transferirle vida.
09:15«Luisa, no te mueras». «No ahora». «No así». El capitán respira hondo. «Tenemos que sacarla
09:25de aquí». «Ahora». Si la fiebre sigue no llegará al amanecer. Alejo se pone de pie de un salto.
09:34«Entonces ayúdenme». «Ayúdenme a salvarla». Entre los tres alejó Adriana y el capitán envuelven
09:41a Luisa en mantas y la levantan con extremo cuidado. Alejo la sostiene como si fuera la cosa
09:47más frágil del universo. Mientras salen bajo la lluvia él murmura una y otra vez. «Aguanta mi vida.
09:56Aguanta. Estoy contigo». Cuando llegan a la casa pequeña la escena es devastadora pero llena de amor.
10:04Pepa abre la puerta y grita al verla. «Madre de Dios y mi niña». Francesco corre a preparar el fuego.
10:12Matilde trae mantas calientes. Bárbara humedece paños para bajar la fiebre. Rafael envía a alguien
10:21a buscar otra vez al galeno. Adriana se arrodilla junto a la cama. Alejo coloca a Luisa sobre el
10:28colchón con el corazón en la garganta. La fiebre no baja. La respiración es irregular. Las lágrimas
10:37corren sin pausa. «Por favor suplica Alejo tomado de su mano no te vayas». «No me dejes». Y entonces
10:46después de minutos interminables ocurre un pequeño milagro. Los párpados de Luisa tiemblan. Su rostro
10:53se contrae como si luchara por regresar desde un abismo oscuro. Alejo susurra. Él rompe a llorar
11:01apoyando la frente en su mano. «Aquí estoy, aquí estoy, amor. No te dejaré nunca más». Luisa abre
11:08lentamente los ojos. «Tenía frío». «Ya no dice Alejo entre lágrimas, ya estás en casa». Luisa respira
11:17hondo por primera vez en horas. Su pecho se eleva. Su color vuelve lentamente. «Vive». Pepa se derrumba
11:27en llanto. Francesco aprieta los ojos con fuerza para no quebrarse. Bárbara cubre su boca con ambas
11:35manos. Matilde sonríe al fin. Adriana baja la cabeza agradecida. Rafael suspira con un nudo en
11:44la garganta. Alejo la abraza suavemente. «No me sueltes nunca más», susurra. Y ella le responde con
11:52un hilo de voz nunca. Fuera la tormenta sigue golpeando el valle pero dentro de esa habitación
11:58un rayo de luz vuelve a nacer. El silencio en la casa pequeña se siente espeso, casi insoportable.
12:05Bárbara está sentada al borde de la cama con los ojos enrojecidos y las manos temblorosas. La
12:11habitación parece más fría de lo habitual como si el dolor que lleva dentro hubiese desplazado
12:16cualquier resto de calidez. Irene parada frente a ella intenta mantener la compostura pero su
12:22respiración entrecortada traiciona su miedo. «Bárbara, por favor, suplica, Irene, déjame
12:27explicarlo otra vez». Pero Bárbara ya no tiene lágrimas. Su voz, aunque temblorosa, sale como un
12:35hilo firme de decisión. «No necesito más explicaciones, Irene». «Ya dijiste todo». Irene da un paso
12:43hacia ella. «No entiendes lo que pasó». Fue un error. Yo yo no sabía lo que sentía. Y Leonardo estaba
12:53confundido también. Solo ocurrió. Ocurrió Bárbara levanta la mirada con una indignación contenida así
13:01lo describes como si un beso apareciera de la nada no fue un accidente. Fue una elección. Irene baja los
13:09ojos derrotada. «Nunca quise hacerte daño». «Bárbara la interrumpe». «Pero lo hiciste». «Me destrozaste».
13:19«Fuiste tú, Irene». «Mi mejor amiga». «Mi hermana». «La persona en la que más confiaba en este valle». «¿Y qué
13:29hiciste? Me apuñalaste por la espalda». Irene se tapa la boca ahogando un sollozo. Bárbara yo yo estaba
13:37desesperada. Pensé que Leonardo nunca te miraría. Pensé que no tenías oportunidad que nunca serías
13:44realmente feliz con él. Y yo perdí la cabeza. Fue egoísmo. Lo sé. Pero estaba sola perdida rota.
13:56La confesión sale atropellada sincera y triste. Bárbara la escucha pero nada suaviza el nudo de
14:02traición que siente en el pecho. «Si estabas rota, ¿por qué me rompiste a mí también? ¿Por qué me
14:07quitaste lo único bonito que tenía?». Irene niega con la cabeza. «No te lo quité. Él te quiere a ti. Lo sé
14:17ahora». «Lo supe demasiado tarde». El silencio cae como una loza entre ambas. Finalmente Bárbara
14:26respira hondo tratando de mantener la calma. «Irene no quiero odiarte. No puedo. Pero no puedo mirarte
14:35y fingir que no me duele. Me fallaste. Y no sé cómo volver a confiar en ti». Irene se acerca otro paso
14:43desesperada. «Entonces esto es el final». Bárbara baja la mirada. Es una pausa. Una distancia.
14:53«Necesito, necesito entender quién soy sin esta herida abierta». Las piernas de Irene ceden y cae de
15:00rodillas frente a ella. «Por favor no me apartes. No quiero perderte. Haré lo que sea. Te juro que
15:10jamás volveré a acercarme a Leonardo. Ni a nadie si eso te lleve. Solo no me abandones». Bárbara se
15:19aparta con el alma desgarrada. «No puedo prometer nada ahora. Necesito respirar. Necesito sanar». La
15:28desesperación en los ojos de Irene es devastadora. «Bárbara, por favor». Pero Bárbara se levanta
15:35lentamente con la voz rotavita a Irene. «Necesito estar sola». Irene permanece de rodillas temblando
15:42incapaz de moverse. «Vete», repite Bárbara esta vez apenas un susurro. Irene finalmente se pone de
15:50pie y retrocede como si cada paso fuera un desgarro. Abre la puerta con manos temblorosas y sale sin mirar
15:57atrás. Cuando la puerta se cierra Bárbara cae de nuevo en la cama abrazándose a sí misma como si
16:02intentara mantenerse unida mientras su mundo se desmorona. Y así la amistad más profunda del valle se
16:09hace emicos en un solo instante. El sol apenas ha comenzado a asomarse cuando Mercedes recorre el
16:15patio de la Casa Grande con gesto preocupado. Las noticias sobre los jornaleros han empezado a
16:20esparcirse por todo el valle hombres cansados descontentos que sienten que su labor no está
16:25siendo ni justa ni valorada desde el regreso de Damaso. Ella ha vivido demasiado para no reconocer
16:31los primeros signos de una tormenta social. Y si esa tormenta estalla arrastrará a Damaso con ella.
16:37Cuando él aparece en la entrada del establo Mercedes lo observa con atención. Su rostro
16:44muestra cansancio pero también una determinación que antes no tenía. Damaso se detiene al verla.
16:51«Tenemos que hablar», dice Mercedes sin rodeos. «Lo suponía», responde él. «Ella cruza los brazos.
17:00Los jornaleros están inquietos. Te ven como un noble caprichoso que no sabe trabajar». Y algunos,
17:07algunos están pensando en abandonar la finca. Damaso frunce el seño. «Abandonarla,
17:14pero si solo quiero mejorar las cosas». Mercedes se acerca más bajando la voz. «El problema no es lo
17:22que quieras. Es lo que transmites. Llegaste imponente dando órdenes sin conocer a la gente.
17:29Y ellos no confían en ti. Sienten que estás jugando a ser señor». Damaso suspira pesadamente.
17:38«¿Entonces qué hago?» Mercedes lo mira fijamente. «Primero ganarte su respeto. Luego su lealtad. Y no al
17:49revés». Él guarda silencio unos segundos que parecen eternos. Nunca pensé que sería tan difícil. No quería
17:58ser un tirano. Solo quería que las cosas funcionaran. Mercedes ablanda un poco su tono. Para que funcionen
18:07tienes que escuchar. Hablar con ellos. Mirarlos a los ojos. Ser humano antes que patrón. Damaso asiente
18:17lentamente. «Lo intentaré». Ella sonríe satisfecha. «A eso venía. A decirte que aún estás a tiempo de
18:27llegarles al corazón. Pero muévete, Damaso. Antes de que lo hagan ellos sin ti». Damaso toma aire y
18:36asiente con seriedad. «Gracias, Mercedes». «De verdad». Ella se gira para marcharse pero se detiene un
18:44instante. Y ten cuidado, añade, ya hay rumores en el valle. Muchos creen que tú y yo estamos
18:51demasiado cerca. Él la mira sorprendido. «Rumores. ¿Qué clase de rumores?» Mercedes suelta una risa
19:00amarga. «Los de siempre». «Los que crean cuando dos personas hablan más de lo que algunos consideran
19:07aceptable no te preocupes por mí pero preocúpate por ti». Si Becchoea escucha algo así. La advertencia
19:14queda en el aire. Damaso palidece. «Es lo último que necesito a Becchoea acosándome de adulterio o
19:22peor». «Exacto», dice Mercedes. «Por eso debemos ser más cuidadosos». «Nuestra alianza no puede
19:29verse comprometida por chismes». Damaso asiente comprendiendo el peligro. «Quiero seguir trabajando
19:36contigo». «Pero prometo ser más prudente». Ella lo mira con una chispa de orgullo. «Y yo te ayudaré a
19:45proteger lo que estás construyendo. No por obligación sino porque no pienso dejar que Becchoea destruya
19:51más vidas». Damaso inspira profundamente. «Mercedes lo que estás haciendo por mí es más de lo que
19:58merezco». Ella niega suavemente. «No digas eso». Nadie merece ser pisoteado por Becchoea. El viento
20:08sopla entre ambos cargado de secretos y advertencias. La alianza está sellada ahora más fuerte pero también
20:15más vulnerable a las miradas ajenas. Y sin que ninguno lo sepa todavía ese mismo acercamiento se
20:21convertirá en la chispa que encienda el odio más feroz de Becchoea. Irene camina tambaleándose por el
20:28pasillo de la casa grande con el corazón desechó y la respiración rota. Todo lo que la sostenía la
20:34amistad de Bárbara, la esperanza de ser amada, incluso su orgullo se ha ido desplomando uno a uno.
20:40Aún lleva en las mejillas el rastro húmedo de las lágrimas que no consigue contener y en el pecho
20:45una punzada constante que la ahoga. Necesita hablar con Leonardo. Necesita escuchar de su propia boca que
20:52aún le queda algo lo que sea. Lo encuentra en el jardín trasero afilando una herramienta mientras
20:58mira la tierra como si estuviera pensando en otra vida. Cuando ella se acerca y levanta la cabeza con
21:04un gesto automático pero al reconocerla su expresión cambia y se vuelve dura cerrada. Irene dice sin
21:10emoción. Ella aprieta los dedos de sus manos intentando mantener la voz firme. Leonardo necesito
21:18hablar contigo. Él suspira claramente cansado. No hay nada que hablar. No deberías estar aquí.
21:27Pero Irene da un paso adelante. Por favor solo escúchame. No busco que pase nada entre nosotros.
21:36Solo quiero entender qué significó aquel beso para ti. Leonardo deja la herramienta a un lado con
21:42brusquedad. No significó nada. ¿Cuántas veces tengo que repetirlo? Fue un error. Uno que jamás debió
21:51ocurrir. El golpe emocional es brutal pero ella continúa. Entonces ¿por qué me dejaste besarte?
21:58¿Por qué no te apartaste? Su voz quiebra. Yo pensé. Pensé que había algo. ¿Qué quizás? Pues pensaste mal
22:05estallar. El silencio. El silencio cae de inmediato pesado como un muro. Leonardo respira agitado pero
22:13continúa con una frialdad que derrite cualquier esperanza. Estoy enamorado de Bárbara. Lo entiendes
22:20ahora no tengo ojos para nadie más. Y si tengo que enfrentarme a medio valle para impedir esa boda absurda
22:27lo haré. Pero tú tú no eres parte de mi vida Irene. No de esa manera. La muchacha retrocede como si la
22:35hubieran golpeado en el pecho. Entonces yo para ti no soy nada. Leonardo aprieta la mandíbula. Eres la
22:44amiga de Bárbara. Y nada más. Y te lo digo por tu bien aléjate. Esto solo traerá más dolor. Irene intenta
22:55contener otra lágrima pero es inútil. Bárbara ya no quiere verme. Y tú tú quieres que desaparezca.
23:03¿Qué hago ahora Leonardo a dónde voy? Él baja la mirada incómodo pero firme. Eso tendrás que
23:10descubrirlo tú misma. Pero no busques un lugar a mi lado. No existirá. Esas palabras terminan de
23:18quebrarla. Algo dentro de Irene se rompe con un sonido silencioso y definitivo.
23:25Qué cruel eres susurra cruel y ciego. No te das cuenta del daño que haces. Leonardo levanta la
23:32mirada con un gesto cansado. Más daño haría si siguieras alimentando una ilusión que nunca va a
23:38convertirse en realidad. Ella aprieta los puños. Sabes que es peor que el rechazo dice con la voz
23:45temblorosa que me mires como si fuera una molestia. Como si fuera un error que quisieras
23:51borrar. Leonardo no responde. Irene inspira temblorosamente, gira sobre sus talones y comienza
23:58a caminar hacia la casa grande. Pero antes de perderse en el pasillo lanza las últimas palabras
24:04que tenía atragantadas. Si te casas con Bárbara seré yo quien desaparezca. No por ti sino por ella.
24:12Porque al final ella siempre fue la única que mereció algo bueno. La puerta se cierra detrás
24:18de ella con un golpe suave. Leonardo permanece de pie inmóvil sin tocar la herramienta que dejó en el
24:25suelo. Por primera vez la culpa lo atraviesa como un rayo. Tal vez Irene tiene razón no midió el daño.
24:33No entendió la soledad que la había llevado a cometer aquel error. Pero ya es tarde. Demasiado
24:40tarde. La confesión se ha convertido en un abismo y los tres han caído dentro. En la casa grande el
24:47ambiente se enrarece como si el aire mismo presintiera que algo terrible está a punto de
24:52desatarse. Dechoy el salcedo envuelta en una bata de seda negra avanza por el pasillo con pasos
24:58frenéticos. Sus ojos desorbitados por la rabia contenida buscan una sola cosa, una imagen, una prueba,
25:04un indicio que confirme lo que acaba de escuchar a través de las paredes de la finca. Rumores.
25:11Susurros. Y entre ellos uno imposible de ignorar. Mercedes y Damaso. Juntos. Solos. Siempre hablando.
25:24Demasiado cerca. Dechoy ya siente que el mundo se inclina bajo sus pies. Se aferra al borde de una
25:32mesa para no perder el equilibrio. No, no puede ser murmura con la voz temblorosa. La rabia le sube
25:39por el pecho como una serpiente venenosa. El simple pensamiento de Mercedes y Damaso intercambiando
25:45palabras miradas sonrisas la enloquece. No sabe si es celos, orgullo herido o pura necesidad de control.
25:52Tal vez las tres cosas mezcladas. Entra a su habitación y cierra la puerta de un portazo. Allí donde nadie
26:01puede verla deja caer la máscara. Como se atreve escupe, como se atreve esa mujerzuela a acercarse
26:07a él a mi Damaso. El espejo colgado frente a ella refleja un rostro desencajado casi irreconocible.
26:15Victoria se mira y por un segundo parece no saber quién es. Sus manos tiemblan. Recuerda a Mercedes
26:22hablando con Damaso en el patio. Recuerda la risa leve de él. El gesto suave de ella. La complicidad
26:31silenciosa. Una escena inocente pero para Becchoia es una puñalada directa al orgullo. Ella cree que
26:39puede robarme lo que es mío susurra apretando las mandíbulas. El pensamiento la enciende aún más.
26:45Becchoia golpea el tocador con fuerza. Perfumes, peinetas y pinceles caen al suelo con estruendo.
26:53La duquesa sigue golpeando como si pudiera destruir con sus manos la imagen de Mercedes en
26:58la mente de Damaso. No y no lo permitiré, grita. Su respiración se agita. Las venas de su cuello se
27:07tensan. Los cristales del tocador vibran. Toma un jarrón y lo estrella contra la pared. Después,
27:15una lámpara. Luego, otro objeto más. Cada golpe libera un rugido de frustración y miedo. Porque
27:23lo que la aterroriza no es la idea de perder a Damaso sino la idea de que alguien pudiera elegir
27:28a otra persona antes que a ella. Becchoia se desploma sobre una silla jadeando. Se cubre la
27:35cara con las manos pero no puede contener las lágrimas de furia. No voy a permitir que me humillen,
27:41dice entre sollozos enfurecidos, no otra vez. No ella. Se levanta de un salto y empieza a caminar
27:48por la habitación casi como un animal encerrado. Damaso me pertenece. Me obedece. Me escucha.
27:58Siempre ha sido mío. Y esa esa campesina estúpida cree que puede arrebatarme lo único que me respeta.
28:04La idea se le clava como un puñal. Si Mercedes desea guerra murmura con un brillo peligroso en
28:12los ojos guerra tendrá. Va hacia el escritorio, abre un cajón y saca papeles. La pluma se desliza
28:19con violencia sobre las hojas. Victoria escribe nombres, acusaciones, amenazas disfrazadas de
28:25advertencias. No dejaré que se acerque a él. No permitiré que nadie destruya lo que es mío.
28:33Aunque tenga que destruir a ella primero. Cuando termina sella los papeles con fuerza como si ese
28:39gesto fuese una sentencia. La habitación está hecha un caos cristales rotos muebles volcados
28:45pedazos de jarrones por todos lados. El caos perfecto para reflejar lo que ocurre dentro de su alma.
28:51Vecchoia respira hondo, recupera la compostura y sonríe. Una sonrisa fría. Precisa. Peligrosa.
29:02Porque la duquesa Salcedo ha decidido algo. Si el valle no se arrodilla ante ella entonces lo romperá.
29:10El ambiente en la casa grande se ha vuelto denso casi irrespirable. Después del estallido de furia de
29:16Victoria hasta las paredes parecen temerle. Los criados caminan en silencio esquivando su
29:21sombra como si fuera un espectro. Pero alguien no puede permitirse ignorar lo que está pasando
29:27Irene. Aún con los ojos hinchados por el llanto y la respiración temblorosa Irene atraviesa el
29:33corredor con urgencia. Tiene miedo sí pero también una certeza inquietante si Vecchoia sigue perdiendo
29:39el control a alguien completamente inocente puede pagar las consecuencias. Y sabe exactamente quién.
29:46Encuentra a Francisco en el área de servicio revisando unas herramientas. Al verla llegar con
29:52el rostro descompuesto deja lo que tiene en las manos. Irene murmura qué ocurre ahora. Ella respira
29:59profundamente como si cada palabra le costara un esfuerzo inmenso. Francisco tienes que escucharme.
30:06Victoria está peor que nunca. Francisco suspira cansado. Victoria siempre está peor que nunca.
30:15No lo entiendes insiste Irene la vi romper cosas gritar jurar que destruirá a cualquiera que la
30:20desafíe. Está fuera de sí. Está peligrosa. Francesco aprieta la mandíbula. ¿Qué hizo esta vez? Irene baja la
30:32voz temblando. Está convencida de que Mercedes y Damaso tienen algo. La expresión de Francisco cambia
30:39de inmediato. ¿Algo qué tipo de algo? Cercanía. Complicidad. Rumores si Irene traga saliva y si
30:49Victoria cree que le están humillando hará lo que sea para castigar. Ya conoce su forma de corregir a la
30:55gente. Francisco frunce el ceño. ¿Y qué tiene que ver eso conmigo? Irene lo mira fijo con ojos llenos
31:04de alarma. Porque Pepa trabaja para Mercedes. Porque Pepa la admira. Porque Pepa habla bien de ella.
31:14Huavec Choé está buscando cualquier excusa para herir a alguien para recordarle al valle que sigue
31:18demandando. Francesco siente el estómago caer. No. Pepa no tiene nada que ver con esto. Eso no
31:28importa, responde Irene para Bec Choé. Cualquiera puede tener la culpa si sirve para imponer miedo.
31:34El silencio que sigue lo dice todo. Francesco apoya ambas manos en la mesa intentando procesar.
31:40Irene si estás exagerando. No exagero exclama a ella con desesperación la conozco. He vivido bajo
31:49su sombra toda mi vida. Y cuando está dolida cuando se siente traicionada se vuelve cruel. Más cruel de lo
31:56normal. Francisco aprieta los dientes. ¿Qué sugieres que haga Pepa no sabe defenderse de alguien como
32:04Victoria? Irene lo mira con dolor. Te estoy diciendo esto porque porque no quiero más destrucción en este
32:11valle. No quiero perder otra relación. Y no quiero que Pepa sufra por algo que no hizo. Protégela.
32:20Sácala de la casa grande en cuanto puedas. Francesco pasa una mano por su rostro preocupado.
32:27Esto nunca debió llegar tan lejos. Irene baja la mirada derrotada. Todo ha llegado demasiado lejos.
32:37Francesco da un paso hacia ella. Irene y tú estás bien. Ella sonríe con tristeza. No. Pero eso ya no
32:47importa. Lo que importa es que no sigan cayendo personas inocentes. La puerta del pasillo cruje a lo
32:55lejos. Ambos se tensan. Irene baja la voz aún más. Por favor, Francisco. Te lo suplico. Vigila a Pepa.
33:07Victoria está buscando a quien castigar y Pepa siempre ha sido un blanco fácil. Francisco asiente
33:14con gravedad. No dejaré que le pase nada. Te lo prometo. Irene exhala aliviada pero con una sombra
33:22en los ojos. Gracias susurra no sé cuánto tiempo tendremos antes de que Becchoé actúe. Mientras
33:29Irene se aleja Francisco siente un escalofrío recorrerle la espalda. Ella tiene razón. La tormenta
33:37se ha desatado y alguien a quien el ama podría estar en la mira. La tarde cae sobre el valle con
33:42un cielo gris que presagia tormenta. Pero nada es tan oscuro como el ambiente dentro de la casa grande
33:48donde Victoria Salcedo camina como una sombra peligrosa buscando a quien culpar por su creciente
33:53sensación de pérdida. Esa furia acumulada está a punto de estrellarse contra alguien que ya no está
33:59dispuesto a soportarla a lejos. Él entra al salón decidido con el paso firme de quien ha dejado de
34:05tener miedo. Lleva días viendo cómo Luisa agoniza, cómo la injusticia se cierne sobre ella y cómo Becchoé
34:12teje mentiras y venenos para destruirla. Su paciencia ha muerto. Y su amor por primera vez
34:19tiene voz. Victoria lo mira con cejas alzadas. ¿Vienes a informarme de algo, Alejo, o solo vas a
34:26seguir con tus niñerías? Alejo respira profundo. He venido a decirte que lo sé todo. Lo que hiciste.
34:35Lo que tramaste contra Luisa. Las amenazas, las mentiras, los chantajes. Victoria sonríe con
34:43desprecio. Por favor no empieces con dramatismos. Esa muchacha es nada. Una campesina. Una intrusa
34:53que se creyó demasiado importante. No vuelvas a hablar así de ella, grita Alejo dando un paso
34:59adelante. Victoria retrocede un instante sorprendida. Él nunca le había alzado la voz. ¿Te atreves a
35:08gritarme susurra herida en su orgullo a mí que te he protegido desde niño? Protegerme Alejo ríe con
35:14amargura me manipulaste. Me usaste. Intentaste destruir a la mujer que amo solo para mantener
35:21tu control. Victoria cierra los puños. No sabes lo que dices. Esa chiquilla solo te calentó la
35:30cabeza. Alejo se acerca aún más. La amo Victoria. Lo digo con todas mis fuerzas. Y tú intentaste
35:40matarla. Matarla sabes lo que es ver a alguien agonizando por culpa tuya. Sabes lo que es pensar
35:46que nunca más abrirá los ojos porque tú decidiste jugar a ser Dios. Dekchoa gira la
35:52cara incómoda pero intenta mantener su postura altiva. No exageres. Si hubiera querido matarla
35:59ya estaría muerta. Yo solo corrijo desórdenes. ¿Desórdenes eso te parezco yo un desorden que hay
36:07que corregir? Pregunta Alejo con un dolor feroz en la mirada. La duquesa no responde. Alejo continúa
36:14con la voz quebrada pero firme. Siempre pensé que en el fondo tenías algo de humanidad. Algo
36:20bueno. Pero estaba equivocado. No eres más que una mujer cruel que necesita destruir para sentirse
36:27viva. Dekchoa lo mira como si acabaran de abofetearla. Nunca nadie le había hablado así. Nunca
36:36nadie se atrevió. Eres un ingrato murmura a ella una decepción. Te di mi respeto, mi apoyo,
36:43mi confianza. No Victoria la interrumpe. Alejo me diste cadenas. Y ahora las estoy rompiendo.
36:51La duquesa siente un escalofrío recorrerle el cuerpo. ¿Qué pretendes desafiarme tú un niño
36:57confundido? Alejo la mira con una calma que da miedo. No soy un niño. Y no te tengo miedo. Ni a ti ni a
37:07tus juegos ni a tus intrigas. Si vuelves a acercarte a Luisa si vuelves a intervenir en su vida juro que
37:13acabaré con tu reino de terror. Lo juro, Victoria. Las últimas palabras no son un grito. Son una
37:22sentencia. Victoria intenta responder pero no puede. Algo en los ojos de Alejo la firmeza la decisión la
37:30rabia contenida la paraliza. Nunca lo había visto así. Nunca creyó que ese muchacho tembloroso que
37:37criaron para obedecer pudiera convertirse en alguien capaz de enfrentarla. Alejo da un paso atrás sin
37:43apartar la mirada. Luisa va a vivir. Y yo voy a estar con ella. Y tú tendrás que aprender a vivir sin
37:52controlarlo todo. Victoria tiembla. No de miedo. De odio. Un odio profundo ardiente que promete
38:01consecuencias. Esto no quedará así, susurra. Alejo asiente lentamente. No Victoria. No quedará así.
38:13Pero no de la forma que tú crees. Y con eso se marcha. La puerta se cierra. Y el silencio en la sala
38:21es tan pesado que incluso Becchoa siente que algo ha cambiado para siempre.
38:51Y el silencio en
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