La historia de Winnie Hui se convirtió en el símbolo del peor incendio de la historia reciente de Hong Kong, una tragedia que ya deja al menos 128 muertos y decenas de desaparecidos. Frente a los edificios aún en llamas, más de 30 horas después del inicio del fuego, Hui se derrumbó ante las cámaras: “Mi bebé murió”, dijo entre sollozos. Su hija de seis meses, Ho Tsz-yan, estaba al cuidado de sus abuelos mientras los padres trabajaban.
La última comunicación con la familia llegó el miércoles a las 15:02 horas, cuando la suegra de Winnie advirtió del intenso humo en el pasillo y explicó que intentarían salir a un apartamento más seguro. Minutos después, el contacto se cortó para siempre. Los abuelos y la niña estaban en el piso 21 del complejo residencial, uno de los más afectados. Los bomberos confirmaron el hallazgo de los cuerpos de un adulto y un bebé en esa misma planta.
Mientras amanecía este jueves, los equipos de emergencia continuaban recuperando cuerpos y revisando las viviendas completamente calcinadas en busca de supervivientes. El fuego seguía activo en los pisos superiores de uno de los siete bloques destruidos, y las autoridades advierten que la cifra de víctimas podría seguir aumentando en las próximas horas.
Sé la primera persona en añadir un comentario