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00:00Pia vuelve, Petra agoniza y Curro sufre. El capítulo 692 de La Promesa, que se emitirá
00:11el miércoles 8 de octubre, llega cargado de drama, tensión y decisiones al límite.
00:21Mientras Petra se debate entre la vida y la muerte, Samuel emprende una carrera contrarreloj
00:26para conseguir un suero antitetánico que podría salvarla. En medio del caos, Martina intenta
00:35mantener la calma cuidando a los hijos de Catalina, aunque su entrega despierta roces con Jacobo.
00:44Pia, recién regresada al palacio, debe enfrentar miradas frías y silencios incómodos, pero
00:50logra recuperar su puesto como ama de llaves y presenciar un inesperado gesto de reconciliación
00:55por parte de Cristóbal. Curro, en cambio, se consume al ver cómo Ángela se le escapa
01:04entre las manos, mientras Manuel decide dar un golpe sobre la mesa y destapar la mentira
01:08de Enora ante Toño. Un episodio donde la esperanza, la traición y el amor se entrelazan en el
01:18corazón de la promesa. El aire en la promesa se había vuelto denso, casi irrespirable. Se
01:27adhería a la piel como la humedad de una mañana de otoño, pero en lugar de frescura, traía
01:32consigo el hedor metálico del miedo. El silencio que reinaba en los pasillos no era de paz, sino
01:41de contención, un silencio pesado, expectante, como el que precede a la ruptura de una presa.
01:51Cada tic-tac del reloj de pared del gran salón parecía un martillazo en el yunque del destino,
01:56forjando un futuro incierto para una de sus habitantes más antiguas y controvertidas.
02:01Petra Arcos se debatía entre la vida y la muerte. En la habitación del servicio destinada
02:10a los enfermos, el ambiente era aún más opresivo. La luz que se filtraba por la pequeña ventana
02:19parecía renuente a entrar, dibujando un rectángulo pálido en el suelo de baldosas frías que no
02:24alcanzaba a tocar la cama. Allí yacía Petra, su rostro, normalmente una máscara de rigidez y
02:34desdén, ahora estaba despojado de toda su coraza. Su piel tenía la palidez cerúlea de la leche aguada,
02:45salpicada por un sudor febril que perlaba su frente y sienes. Sus labios, habitualmente apretados en
02:54una línea fina de desaprobación, estaban ahora entreabiertos, secos y agrietados,
03:00emitiendo una respiración errática y superficial que era el único sonido de vida en su quietud mortal.
03:08El doctor de la serna se había marchado hacía apenas una hora, y sus palabras aún flotaban en
03:14la habitación como espectros. Tétanos había sentenciado, y la palabra había caído sobre
03:23los presentes con el peso de una lápida. Una infección terrible, contraída a través de un
03:33corte insignificante con un alambre oxidado en el jardín hacía ya demasiados días. Un incidente que
03:38Petra, en su orgullo, había ignorado y ocultado. Ahora, la toxina corría por sus venas, agarrotando
03:49sus músculos, amenazando con paralizar su corazón. Su estado es crítico, había añadido el médico,
03:59con la gravedad profesional de quien ha visto a la muerte ganar demasiadas batallas.
04:07Sin el suero antitetánico específico, y administrado de inmediato, sus posibilidades son
04:12ínfimas. Alrededor de la cama, el pequeño grupo que mantenía la vigilia procesaba la sentencia a su
04:23manera. Pía Adarre, recién restituida en sus funciones pero con el alma todavía amagullada,
04:32observaba a la mujer que había sido su némesis durante años.
04:35No sentía triunfo, ni siquiera una amarga satisfacción. Lo que sentía era un vacío
04:44helador, la contemplación de la fragilidad humana en su forma más cruda.
04:52Veía a Petra no como la arpía que la había atormentado, sino como una mujer sola,
04:57luchando una batalla perdida en una cama anónima.
04:59Rómulo, el mayordomo, permanecía de pie junto a la puerta, con la espalda recta pero
05:09los hombros cargados con el peso de la responsabilidad.
05:16Cada respiración dificultosa de Petra era un reproche a su incapacidad para proteger
05:20a su personal.
05:21Conocía a Petra desde hacía décadas, conocía sus dobleces, su malicia, pero también su
05:30inquebrantable y a menudo retorcida lealtad a la marquesa.
05:38Verla así, tan vulnerable, le provocaba una profunda desazón. Pero era Samuel, el joven
05:44maestro, quien parecía más afectado. Estaba arrinconado en la penumbra, con los puños
05:52apretados y una tormenta en los ojos.
05:59La culpa lo carcomía. Él había estado allí cuando Petra se cortó. Ella había minimizado
06:04la herida, y él, absorto en sus propios problemas, no le había dado mayor importancia.
06:09Ahora, cada jadeo de Petra era una acusación directa. El Isi, era una tortura incesante
06:19en su mente.
06:23¿Y si hubiera insistido en que viera a un médico? ¿Y si hubiera limpiado él mismo la
06:27herida?
06:31El doctor había mencionado de pasada que el único suero disponible, una partida experimental
06:36pero potente traída de Alemania, se encontraba en el dispensario militar de Córdoba, a horas
06:41de distancia.
06:46Un viaje imposible en el tiempo que les quedaba. Era una sentencia de muerte disfrazada de información
06:51médica.
06:56Fue en ese instante de desesperación colectiva cuando algo se rompió dentro de Samuel.
07:00La inacción se convirtió en un veneno que no podía seguir tragando. No podía quedarse
07:09allí, mirando como la vida de una mujer se extinguía por su negligencia.
07:17Salió de la habitación con una determinación tan abrupta que Rómulo y Pía se sobresaltaron.
07:22Señorito Samuel, ¿a dónde va? Preguntó Rómulo, con la voz ronca. Samuel se giró, y en su
07:32rostro había una intensidad que nunca antes le habían visto.
07:39No voy a quedarme aquí a verla morir. Dijo, con la voz tensa, vibrante de una energía
07:44febril.
07:49El doctor dijo que hay un suero en Córdoba, pues iré a Córdoba a por él. Pero, señorito,
07:55eso es una locura. Intervino Pía, acercándose.
08:02Es un viaje de ida y vuelta de casi un día, incluso con el mejor caballo. El doctor dijo
08:07que necesita el suero de inmediato, en cuestión de horas.
08:15Entonces no usaré un caballo. Replicó Samuel, la mente trabajando a una velocidad vertiginosa.
08:25Usaré el coche del Marqués. Imposible, exclamó Rómulo. El señor Marqués jamás lo autorizaría.
08:31Y menos para, para salvar a un miembro del servicio. Suena cruel, pero es la verdad.
08:44Pues no pediré permiso. Sentenció Samuel, con una chispa de rebeldía en la mirada.
08:53Prefiero enfrentarme a la ira de mi tío que a la muerte de una persona por mi cobardía.
08:57Rómulo, necesito las llaves. Y necesito que me cubra. Invéntese algo. Diga que he tenido una
09:07emergencia familiar en Luján.
09:12Cualquier cosa. Rómulo lo miró fijamente, viendo en los ojos del joven no la imprudencia de la
09:18juventud, sino una profunda necesidad de redención.
09:21Vio a un hombre dispuesto a desafiar todas las convenciones por hacer lo correcto.
09:32Y en ese momento, el mayordomo tomó una decisión. Asintió lentamente.
09:38Las llaves están en mi despacho.
09:39Y la gasolina. Revisaré el depósito. Vaya con Dios, señorito Samuel. Y que la velocidad sea su aliada.
09:54Mientras Samuel se lanzaba a su misión contrarreloj, la vida en el resto del palacio
09:58intentaba seguir su curso. Aunque la tensión se filtraba por cada grieta, agriando el ambiente.
10:03En la planta noble, el drama tenía un cariz muy distinto. Uno centrado en el cuidado y el control.
10:18Martina, con el corazón encogido por la ausencia de su prima Catalina y la responsabilidad que le
10:23había sido legada, se había volcado en cuerpo y alma en el cuidado de los niños.
10:27Los pequeños, ajenos a las tragedias de los adultos pero sensibles a la atmósfera cargada,
10:37estaban más inquietos que de costumbre.
10:43Martina había convertido el salón de juegos en un refugio. Un reino de fantasía para aislarlos
10:48de la sombra que se cernía sobre la promesa.
10:50Más alto, tita Martina, más alto, gritaba el pequeño, mientras ella lo columpiaba en sus rodillas,
11:02imitando el trote de un caballo.
11:07Cuidado, que este corcel es muy bravo y nos vamos a caer en un foso lleno de dragones de chocolate.
11:13Reía Martina, haciéndole cosquillas, y la risa del niño era un bálsamo en medio de tanta angustia.
11:20Leía para ellos cuentos con voces exageradas, construía castillos con cojines que luego
11:27derribaban en una batalla campal de almohadas, y se aseguraba de que sus comidas fueran un juego,
11:32cortando la fruta en forma de estrellas y barcos.
11:39Intentaba suplir la ausencia de su madre no sólo con cuidados, sino con una alegría
11:43y una dedicación que brotaban de su amor genuino por ellos y por su prima.
11:50Fue en medio de uno de esos juegos, mientras fingía ser un monstruo que perseguía a los
11:56niños entre risas por el pasillo, cuando apareció Jacobo.
12:04Se detuvo en seco, con el rostro serio y una ceja enarcada en señal de desaprobación.
12:09El juego se interrumpió al instante.
12:15Las risas de los niños se apagaron, reemplazadas por una repentina timidez ante la figura austera
12:20de su tío.
12:25Martina, se puede saber qué es este escándalo.
12:28Su voz era fría, cortante.
12:30Esto parece más un manicomio que el hogar de los marqueses de Luján.
12:33Martina se hirguió, tratando de controlar la irritación que le subía por el cuello
12:42como una marea roja.
12:48Sólo estábamos jugando, Jacobo.
12:50Los niños necesitan distraerse.
12:52Notan que algo pasa.
12:53Lo que necesitan es disciplina y rutina, no que los malcríes con estos jaleos, replicó
13:02él, acercándose.
13:08Su mirada recorrió la escena.
13:10Los cojines por el suelo, un libro abierto boca abajo, un trozo de galleta a medio comer
13:15sobre una mesita.
13:16Catalina jamás permitiría este desorden.
13:23Ella era estricta, pero justa.
13:25Tú los estás convirtiendo en pequeños salvajes.
13:31La comparación con Catalina fue como una bofetada.
13:34No te atrevas a decirme cómo criaría Catalina a sus hijos.
13:38Espetó Martina, bajando la voz para que los niños no la oyeran, pero cargándola de
13:43una furia contenida.
13:46Tú no tienes ni idea.
13:49Catalina les daba amor y libertad.
13:51No los tenía en una jaula de oro como pareces pretender tú.
13:59Yo solo me preocupo por su educación y su bienestar.
14:02Y este comportamiento no es beneficioso para ellos.
14:08Deberían estar estudiando, o al menos realizando alguna actividad tranquila y edificante.
14:16No revolcándose por el suelo como animales.
14:19Son niños, Jacobo.
14:21Niños que echan de menos a su madre.
14:24¿No tienes ni una pizca de empatía en el cuerpo?
14:26¿O es que tu corazón es tan rígido como tu cuello almidonado?
14:29Las chispas saltaron entre ellos.
14:35Eran dos visiones del mundo, dos formas de entender el duelo y la responsabilidad, chocando
14:40en el estrecho pasillo.
14:45Jacobo veía en la actitud de Martina un caos que amenazaba el orden que él tanto se esforzaba
14:49por mantener.
14:50Martina veía en la rigidez de Jacobo una crueldad insensible que ignoraba las necesidades
14:59emocionales de dos niños heridos.
15:00Mi corazón no es asunto tuyo, dijo él, con la mandíbula apretada.
15:10Pero estos niños sí lo son.
15:15Y mientras Catalina no esté, yo también tengo voz y voto en su crianza.
15:19Y te exijo que moderes estas.
15:21Exhibiciones, a partir de ahora, habrá horarios, horas de estudio, horas de juego silencioso
15:31y horas de descanso.
15:36Y se cumplirán.
15:37Se dio media vuelta y se marchó, dejando a Martina temblando de rabia y frustración,
15:42con los dos niños mirándola con ojos grandes y asustados, habiendo comprendido, sin entender
15:48las palabras, que la alegría había sido proscrita.
15:51Mientras tanto, en las zonas del servicio, otro regreso estaba causando sus propias ondas
16:00de tensión.
16:05Pía Adarre volvía a ser, oficialmente, el ama de llaves de la promesa.
16:10Sin embargo, el puesto que recuperaban no era el mismo que había dejado.
16:13La sombra de Ricardo, el mayordomo déspota, y su propia ausencia habían dejado cicatrices
16:23en el personal y en la dinámica de la casa.
16:30Su primer encuentro con Santos, el lacayo que había prosperado bajo el régimen de Ricardo,
16:35fue una clara muestra de ello.
16:37Lo encontró en la despensa, reorganizando unas latas con una parsimonia deliberada.
16:46Santos, dijo Pía, con voz firme pero calmada.
16:54Necesito que prepares una bandeja con caldo y agua fresca para la señora Petra.
17:02Y que avises a María Fernández para que le cambie las sábanas.
17:06Santos se giró lentamente, una sonrisa insolente dibujada en sus labios.
17:10No dijo nada, simplemente la miró de arriba abajo, como evaluando si su autoridad era real
17:19o una farsa.
17:24¿Has oído lo que he dicho?
17:25Insistió Pía, sintiendo como la paciencia comenzaba a flaquear.
17:33Le he oído perfectamente, señora Adarre.
17:36Respondió él, arrastrando al señora con un matiz de burla.
17:40Solo me preguntaba si las órdenes ahora vienen directamente de usted o si todavía tienen
17:47que pasar por el filtro del señorito Cristóbal.
17:54No quisiera yo cometer una falta.
17:56El veneno en sus palabras era evidente.
17:59Era una insubordinación velada, un desafío directo a su recién recuperado poder.
18:03Pía lo sostuvo la mirada, sus ojos oscuros como el acero.
18:11Las órdenes vienen de mí, Santos.
18:17Y te recuerdo que yo soy el ama de llaves.
18:19Una falta sería, precisamente, no obedecerlas de inmediato.
18:23Ahora, haz lo que te he pedido.
18:29Santos mantuvo la sonrisa un segundo más, como midiendo hasta dónde podía tensar la cuerda.
18:38Finalmente, pareció decidir que no era el momento.
18:41Dejó la lata que tenía en la mano con un golpe seco y se marchó sin decir una palabra más.
18:45Pero su espalda erguida y su andar arrogante gritaban la batalla que acababa de declararle.
18:54El siguiente obstáculo era aún mayor.
18:56Cristóbal Caligiuri.
18:58Pía fue convocada a su despacho.
19:00El mismo lugar donde Ricardo había impartido su reinado de terror.
19:07El aire todavía parecía viciado con su presencia.
19:10Cristóbal estaba de pie, mirando por la ventana, dándole la espalda.
19:15Pía, dijo, sin volverse, me alegro de que haya aceptado volver a su puesto.
19:23La frase era formal, correcta, pero carente de toda calidez.
19:31Era la declaración de un empleador a una empleada, no el saludo a una mujer que había
19:36sufrido un calvario y había regresado al único hogar que conocía.
19:39No tenía otro lugar al que ir, señorito, respondió ella con sinceridad, de pie en el
19:48centro de la habitación, sintiéndose pequeña e inspeccionada.
19:56Cristóbal se giró por fin.
19:58Su rostro era una máscara de impasibilidad, pero sus ojos la estudiaron con una frialdad
20:03que la geló.
20:07La gestión de Ricardo fue deficiente, por ser generoso.
20:11Comenzó él, dejó el servicio en un estado lamentable.
20:18Hay resentimiento, desorganización.
20:20Su marcha fue una desgracia, pero también, en cierto modo, una oportunidad para empezar
20:25de nuevo.
20:30Confío en que usted pueda restaurar el orden que siempre caracterizó a la promesa.
20:38Cada palabra era un reproche silencioso.
20:41Usted se marchó, usted nos abandonó, usted es responsable del caos que vino después.
20:50Pía sintió la necesidad de defenderse, de gritar que se había ido porque su vida corría
20:55peligro, porque Ricardo la había amenazado.
21:01Pero sabía que sería inútil.
21:03Ante hombres como Cristóbal, las justificaciones de una criada eran sólo excusas.
21:12Haré todo lo que esté en mi mano, señorito.
21:15Dijo, con la voz firme a pesar del nudo que sentía en el estómago.
21:18Bien, eso esperaba, dijo él, yendo hacia su escritorio.
21:27Su primera tarea será normalizar la situación.
21:34El personal está crispado, necesitan una dirección clara.
21:38Pía vio su oportunidad.
21:39Era una apuesta, pero tenía que hacerla.
21:41Si me permite, señorito, creo que sé por dónde empezar, dijo, dando un paso al frente.
21:55El sistema de faltas que instauró don Ricardo es una fuente constante de miedo y rencor entre
22:00el servicio.
22:05La gente trabaja con la angustia de cometer un error, y eso les hace cometer más.
22:14No fomenta la eficacia, sólo el resentimiento.
22:17Cristóbal levantó la vista de sus papeles, sorprendido por su audacia.
22:21¿Y qué propone usted, la anarquía?
22:27Que cada uno haga lo que le venga en gana sin temor a las consecuencias.
22:35No, señorito, propongo volver al sistema anterior, a la confianza y a la responsabilidad.
22:44A corregir los errores con una reprimenda justa, no con un castigo económico que puede
22:49dejar a una familia sin comer.
22:51La lealtad del servicio no se compra con miedo, se gana con respeto.
22:58Se hizo un largo silencio.
23:04Cristóbal tamborileó los dedos sobre la mesa, sopesando sus palabras.
23:08Pía contuvo la respiración.
23:13Sabía que se estaba jugando mucho.
23:15Podía interpretarlo como una insolencia y ponerla en su sitio desde el primer día.
23:21Pero, oh, para su sorpresa, Cristóbal asintió levemente.
23:27Tiene sentido.
23:28Concedió, con una voz que sonó casi humana.
23:31El miedo es un mal consejero.
23:37Está bien, pía, queda eliminado el sistema de faltas.
23:44Comuníqueselo al resto del servicio.
23:46Pero que quede claro, esto no es una invitación al libertinaje.
23:50Espero de usted mano dura cuando sea necesario.
23:57Seré firme, pero justa.
23:59Como siempre, aseguró ella.
24:05Eso espero.
24:06Puede retirarse.
24:07Pía salió del despacho con una sensación agridulce.
24:10Había ganado una batalla importante.
24:12Una pequeña luz de esperanza para el personal.
24:19Pero la frialdad de Cristóbal, la distancia insalvable entre ellos, le había dejado un sabor a ceniza en la boca.
24:29Su regreso no iba a ser un camino de rosas.
24:32Era, más bien, una escalada por una ladera llena de espinas.
24:35Lejos de las intrigas de poder, en los jardines brumosos de la promesa, se libraba una batalla mucho más silenciosa y dolorosa.
24:47La del corazón.
24:52Curro estaba experimentando la agonía de ver cómo el amor de su vida se le escapaba entre los dedos como arena fina.
24:58Ángela, la dulce y enigmática doncella que había iluminado su mundo, se había convertido en una sombra esquiva.
25:12La evitaba.
25:13No era una impresión, era un hecho.
25:15Si él entraba en una habitación, ella encontraba una excusa para salir.
25:19Si sus miradas se cruzaban en un pasillo, ella la apartaba de inmediato, como si el contacto visual le quemara.
25:33Había intentado hablar con ella una y otra vez, pero siempre se encontraba con un muro de evasivas.
25:42Ahora no puedo, curro, tengo que llevarle esto a la señorita Martina.
25:47Disculpa, me reclama la señora Pía.
25:49Estoy muy ocupada.
25:55Esa tarde, la vio junto al laberinto de Setos, recogiendo unas flores para un jarrón de la casa.
26:04Su corazón dio un vuelco.
26:06Estaba sola, era su oportunidad.
26:08Se acercó a ella con el corazón latiéndole desbocado en el pecho.
26:15Ángela, dijo, con la voz más suave que pudo.
26:18Ella se sobresaltó, casi dejando caer las flores.
26:26Se giró y, por un instante, curro vio en sus ojos el reflejo de la muchacha de la que se había enamorado.
26:32Una mirada cálida y llena de luz.
26:34Pero fue solo un instante.
26:39La luz se apagó, reemplazada por una expresión de nerviosismo y distancia.
26:44Señorito curro, dijo ella, haciendo una pequeña reverencia.
26:52¿Necesita alguna cosa?
26:57El señorito fue como una apuñalada.
26:59Ella nunca lo llamaba así cuando estaban a solas.
27:02Siempre había sido curro.
27:08Necesito hablar contigo.
27:09Dijo él, ignorando el formalismo.
27:16Por favor, solo cinco minutos.
27:19Ella miró a su alrededor, como si temiera que alguien los viera.
27:22No creo que sea conveniente, señorito.
27:29Basta ya, exclamó él, incapaz de soportarlo más.
27:36El dolor se desbordó en su voz.
27:38¿Qué te he hecho, Ángela?
27:40¿Por qué me tratas como a un extraño?
27:42¿Por qué huyes de mí?
27:43Hace unas semanas me decías que me querías.
27:45¿Y ahora?
27:46Ahora ni siquiera puedes mirarme a los ojos.
27:53Dime qué pasa.
27:54Te lo suplico.
27:55Si he hecho algo para ofenderte, dímelo y te pediré perdón de rodillas si hace falta.
28:03Pero no me tortures con este silencio.
28:06Sus palabras, cargadas de una desesperación sincera, parecieron hacerme ella en ella.
28:10Vio como sus ojos se llenaban de lágrimas que luchaba por contener.
28:19Sus labios temblaron, como si quisiera decir algo, como si una confesión pugnara por salir.
28:28Tú no has hecho nada, curro.
28:30Susurró ella, con la voz rota.
28:33El problema no eres tú.
28:38Soy yo, entonces, ¿qué problema?
28:40Sea lo que sea, podemos afrontarlo juntos.
28:43Te quiero, Ángela.
28:48Te quiero más que a mi propia vida.
28:50Haría cualquier cosa por ti.
28:52Ella negó con la cabeza, y una lágrima solitaria rodó por su mejilla.
29:00No puedes, nadie puede, dijo, con una finalidad desoladora.
29:04Lo nuestro, lo nuestro es imposible, curro.
29:11Tienes que olvidarte de mí, será mejor para los dos.
29:14No, replicó él, intentando tomarle la mano, pero ella la retiró como si su contacto le quemara.
29:20No me pidas eso, no puedo olvidarte, no quiero, dame una razón, solo una razón.
29:30Ángela lo miró, y en su mirada había un abismo de tristeza.
29:33Hay cosas que no se pueden contar, secretos que es mejor que sigan enterrados.
29:42Susurró.
29:46Por favor, curro, no hagas esto más difícil, aléjate de mí.
29:50Y sin decir más, se dio media vuelta y echó a correr hacia la casa, dejando a curro solo en el jardín,
29:57con el corazón hecho pedazos y el eco de sus palabras resonando en su cabeza.
30:04¿Qué secretos? Se preguntó, mientras el dolor se convertía en un nudo frío en su estómago.
30:09¿Qué podía ser tan terrible como para destruir el amor que se tenían?
30:17La impotencia y la desesperación lo inundaron, y por primera vez, sintió que había perdido a Ángela para siempre.
30:28Mientras unos corazones se rompían, otros intentaban construirse sobre cimientos de ilusión y, sin saberlo, de engaño.
30:35Toño, el chofer, vivía en una nube de felicidad.
30:43Estaba perdidamente enamorado de Enora, la doncella francesa cuya belleza y encanto lo habían cautivado desde el primer día.
30:54Para él, ella era perfecta.
30:56Elegante, inteligente, divertida.
31:00Su futuro juntos era un lienzo en blanco que él ya había empezado a pintar con los colores más brillantes en su imaginación.
31:05La encontró en la cocina, ayudando a Lope con los preparativos de la cena.
31:15Esperó pacientemente hasta que ella terminó su tarea y, cuando salía al patio a tomar un poco de aire,
31:20la interceptó con una sonrisa que le iluminaba todo el rostro.
31:23Enora, mon amour, dijo, usando una de las pocas palabras en francés que había aprendido para impresionarla.
31:34Estás más bella que nunca esta noche.
31:40Ella le sonrió, una sonrisa practicada, encantadora, pero que no llegaba del todo a sus ojos.
31:46Toño, siempre tan galante, ¿qué mosca te ha picado?
31:54La mosca del amor, en hora.
31:56La mosca de la impaciencia, dijo él, tomándole las manos.
32:04He estado pensando, llevamos ya un tiempo juntos,
32:07y, y yo nunca he estado más seguro de algo en toda mi vida.
32:14Te quiero, en hora, y quiero pasar el resto de mi vida contigo.
32:18El rostro de en hora se tensó casi imperceptiblemente.
32:21Yo también te quiero, Toño, lo sé.
32:28Y por eso, creo que ha llegado el momento.
32:30Continuó él, con la emoción vibrando en su voz.
32:37Deberíamos fijar la fecha de la boda.
32:39Pongamos fecha, en hora.
32:41Quiero gritar a los cuatro vientos que vas a ser mi esposa.
32:48Quiero que todo el mundo lo sepa.
32:49Podemos empezar a mirar iglesias, a hacer planes.
32:56La sonrisa de en hora se volvió un poco más forzada.
32:59Soltó suavemente las manos de Toño y dio un paso atrás,
33:03adoptando un aire de falsa solemnidad.
33:09Oh, Toño, mi amor, nada me haría más feliz.
33:13Pero, ¿crees que es el momento adecuado?
33:15¿Por qué no iba a serlo?
33:21Preguntó él, confundido.
33:23Bueno, por todo lo que está pasando en la casa.
33:26Dijo ella, con una estudiada expresión de preocupación.
33:29La señora Petra tan enferma, la ausencia de los señores, la tensión.
33:38No me parecería respetuoso ponernos a celebrar una boda en estas circunstancias.
33:46Sería una falta de decoro.
33:48Las normas de la promesa son muy estrictas en cuanto al luto y la discreción, ya lo sabes.
33:53Toño frunció el ceño, la excusa era plausible, pero algo en su interior le decía que era solo eso, una excusa.
34:08Pero, oh, en hora, eso puede durar meses.
34:11No podemos poner nuestra vida en pausa por los problemas de los señores.
34:14Nuestra felicidad también importa, no, claro que importa, mi vida.
34:24Es lo que más me importa.
34:26Dijo ella, acercándose de nuevo y acariciándole la mejilla.
34:33Y precisamente por eso, quiero que nuestra boda sea perfecta.
34:37Sin sombras, sin preocupaciones.
34:39En un momento de alegría para todos.
34:45Solo te pido un poco de paciencia.
34:47Esperemos a que las aguas se calmen.
34:53¿Lo harás por mí?
34:54Su voz era un susurro seductor.
34:56Sus ojos lo miraban con una intensidad calculada.
35:03Y Toño, como siempre, se derritió.
35:06La duda que había empezado a brotar en su pecho se disolvió ante su caricia.
35:14Claro que sí, mi amor.
35:16Por ti, lo que sea.
35:18Dijo, resignado.
35:20Esperaré, pero no demasiado, ¿eh?
35:26No demasiado.
35:27Prometió ella, dándole un beso rápido en los labios.
35:31Ahora debo volver dentro.
35:36Pia está reorganizándolo todo y no quiero que me eche en falta.
35:40Lo dejó allí, en el patio, con el corazón dividido entre la ilusión y una creciente e incómoda sensación de incertidumbre.
35:51La amaba, pero no podía evitar sentir que siempre había algo que se interponía.
35:56Una barrera invisible que ella misma levantaba cada vez que él intentaba acercarse demasiado al compromiso real.
36:01Lo que Toño no sabía era que alguien había sido testigo de la conversación.
36:09Manuel, que había salido al patio en busca de un respiro de la atmósfera opresiva del interior,
36:15lo había oído todo desde la sombra de una columna.
36:17Y cada palabra evasiva de Enora había sido como un martillazo en su conciencia.
36:26Manuel llevaba días luchando consigo mismo.
36:32Desde que había descubierto el engaño de Enora con los planos del aeródromo,
36:36se sentía cómplice de una farsa cruel.
36:38Había visto cómo su amigo Toño se ilusionaba.
36:45Cómo construía castillos en el aire con una mujer que, a sus espaldas,
36:49había demostrado ser una mentirosa y una manipuladora.
36:56Callar le pesaba como una losa.
36:58Su lealtad a Toño estaba en guerra con el instinto de no meterse en problemas
37:02y no causar un dolor que, sabía, sería inmenso.
37:09Pero escucharla mentir de nuevo,
37:11usar las normas de la promesa como un escudo para esquivar un compromiso que claramente no deseaba,
37:16fue la gota que colmó el vaso.
37:22No podía seguir siendo un espectador silencioso.
37:25No podía permitir que su amigo siguiera viviendo en un engaño tan miserable.
37:33La amistad exigía la verdad, por dolorosa que fuera.
37:36Tomó una decisión.
37:38Esperó a que en hora desapareciera y se acercó a Toño,
37:41que seguía mirando al vacío con una expresión melancólica.
37:48Toño, ¿podemos hablar un momento?
37:50La voz de Manuel era grave, desprovista de su habitual ligereza.
37:58Toño se sobresaltó.
38:00Señorito, claro.
38:01¿Pasa algo?
38:02Sí, pasa algo.
38:04Y lamento ser yo quien te lo tenga que decir.
38:06Es, es sobre en hora.
38:12La mención de su nombre hizo que Toño se pusiera a la defensiva.
38:15¿Qué pasa con ella?
38:20Manuel respiró hondo.
38:22No había manera fácil de hacerlo.
38:24Toño, somos amigos, ¿verdad?
38:26Y los amigos se deben la verdad, aunque duela.
38:29Me está asustando, señorito, vaya al grano.
38:37En hora te ha mentido.
38:38Soltó Manuel, sin más rodeos.
38:40Las palabras quedaron suspendidas en el aire frío de la tarde.
38:47Te ha mentido sobre algo muy importante.
38:53Toño lo miró con incredulidad.
38:55Luego una sonrisa nerviosa asomó a sus labios.
38:58¿Esto es una broma?
38:59No tiene gracia.
39:01No es ninguna broma.
39:05Ojalá lo fuera.
39:07Insistió Manuel, con la mirada fija en él, transmitiéndole toda la seriedad de la situación.
39:16¿Recuerdas los planos del aeródromo que desaparecieron de mi despacho?
39:20¿Y que luego aparecieron misteriosamente?
39:22Sí, claro.
39:27Dijiste que los habías traspapelado.
39:30Yo no los traspapelé.
39:31Alguien los robó.
39:36Y esa persona fue en hora.
39:38Toño se quedó boquiabierto.
39:40La acusación era tan monstruosa, tan inconcebible, que su primera reacción fue la negación furiosa.
39:50Eso es imposible.
39:51Es mentira.
39:52¿Por qué iba en hora a hacer algo así?
39:54Ella no haría daño a una mosca.
39:56Usted se equivoca.
40:01No me equivoco, Toño.
40:03La vi.
40:04Bueno, no directamente, pero tengo pruebas.
40:07Faltaba un detalle crucial en los planos que aparecieron.
40:10Un detalle que solo alguien que no entiende de aeronáutica pasaría por alto.
40:18Y sé que intentó venderlos, o al menos obtener información.
40:21Manuel le contó toda la historia, los detalles de su trampa, la conversación que tuvo con ella,
40:34cómo la había confrontado y cómo ella, aunque no lo admitió abiertamente, se delató con su reacción.
40:44Cada palabra era un golpe demoledor para Toño.
40:47Su rostro pasó de la incredulidad a la ira, y de la ira a una desolación profunda y abrumadora.
40:52El lienzo brillante de su futuro se estaba resquebrajando ante sus ojos, revelando la tela podrida que había debajo.
41:02No, no puede ser, susurraba, más para sí mismo que para Manuel.
41:11Las evasivas de Enora sobre la boda, su reticencia, todo empezaba a encajar de una forma horrible y dolorosa.
41:17Ella me quiere, Toño, lo siento, de verdad que lo siento, dijo Manuel, poniendo una mano en su hombro.
41:28Sé que esto es terrible, pero no podía dejar que siguieras viviendo en este engaño.
41:40Te mereces algo mejor, te mereces a alguien que te quiera de verdad, Toño no respondió.
41:49Se quedó allí, inmóvil, mientras la verdad se abría paso a través de las capas de su amor y su ilusión, arrasándolo todo a su paso.
41:58La traición de la mujer que amaba, revelada por su mejor amigo, era un veneno de acción lenta.
42:11No gritó, no lloró, solo se quedó quieto, con la mirada perdida, mientras el mundo que había construido con tanto esmero se derrumbaba a su alrededor, pieza por pieza, dejándolo solo entre las ruinas.
42:23La pregunta que flotaba en el aire, más pesada que cualquier palabra, era, ¿qué iba a hacer ahora?
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