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00:00Leocadia conspira, Angela se pierde y Pia estalla. El capítulo 693 de La Promesa, que se emitirá
00:12el jueves 9 de octubre, llega con una tormenta de secretos, traiciones y decisiones que cambiarán
00:18el rumbo de todos. Leocadia sorprende con una reacción inesperada al descubrir que Angela
00:24ha salido a pasear con Lorenzo, justo cuando su hija más necesita apoyo. Pero la verdadera
00:32bomba estalla cuando la mujer confiesa a Cristóbal su oscuro propósito. La contratación del detective
00:37no fue un acto inocente, sino parte de su plan para apoderarse de la promesa. Mientras tanto,
00:45Toño queda destrozado al confirmar que Manuel tenía razón. Enora los ha engañado. La decepción
00:53da paso a la gran incógnita, que oculta realmente la misteriosa joven. En las cocinas, la tensión
00:59alcanza un punto crítico cuando Pia, cansada de los ataques de santos, estalla en un enfrentamiento
01:04sin precedentes. Y en medio del caos, Angela lucha entre la obediencia y el corazón, atrapada
01:11entre la voluntad de su madre, el control de Lorenzo y el amor imposible por Curro. La promesa
01:18nunca había estado tan cerca de su punto de ruptura. El sol del jueves 9 de octubre
01:23se alzaba sobre los vastos terrenos de la promesa con una indiferencia cruel, ajeno a la red de
01:28tensiones que se tejía bajo su luz dorada. Era un día que prometía la calidez del otoño,
01:36pero dentro de los muros de piedra del palacio, un frío distinto, uno que nacía en el alma
01:41y se aferraba a los huesos, comenzaba a extenderse con la insidiosa lentitud de una mancha de
01:46humedad. La rutina matutina, ese vale ensayado de criados y señores, se ejecutaba con la
01:53precisión de siempre, pero bajo la superficie de tazas de porcelana y uniformes almidonados,
01:58las corrientes subterráneas de la desconfianza y el miedo se arremolinaban, esperando el momento
02:03de quebrar la frágil presa de la compostura. Nadie lo supo en ese instante, pero la primera
02:10grieta apareció con un acto tan simple como un paseo por los jardines. Lorenzo, con esa
02:17elegancia depredadora que lo caracterizaba, había ofrecido su brazo a Ángela, y ella,
02:23atrapada en el deber ser, en la jaula de las expectativas maternas, lo había aceptado.
02:27Caminaban por los senderos de grava, él hablando con una voz melosa sobre el futuro,
02:35un futuro que para Ángela se sentía como una sentencia, mientras ella asentía, con la mirada
02:40perdida en las hojas caídas que alfombraban el suelo, cada una un pequeño recordatorio de algo
02:45que había muerto. La noticia, como todas las noticias en la promesa, no viajó, sino que se
02:52filtró. Fue María Fernández quien los vio desde una ventana del piso superior mientras sacudía una
02:58alfombra. Su ceño se frunció, no por el acto en sí, sino por la rigidez en la postura de Ángela,
03:06la sonrisa forzada que no le llegaba a los ojos. Dejó caer la alfombra y corrió pasillo abajo,
03:14con el corazón latiéndole con una mezcla de preocupación por su amiga y la emoción culpable
03:18del chisme. Encontró a Yana en el oficio, puliendo una bandeja de plata con una concentración que
03:26delataba una mente ocupada en otros menesteres. Yana, tienes que ver esto. Susurró María, casi
03:34sin aliento. ¿Qué ocurre? ¿Ha pasado algo con el niño? Preguntó Yana, soltando el paño de inmediato,
03:41su instinto protector siempre en alerta. No, no, es Ángela. Está paseando con el
03:48conde de añil, por los jardines, como si fueran. Como si fueran una pareja de verdad.
03:55Yana se acercó a la ventana más cercana, limpiando un pequeño círculo en el vaho que
04:00el frío de la mañana había dejado en el cristal. Los vio a lo lejos, dos figuras recortadas contra
04:07la luz pálida. Lorenzo gesticulaba, inclinado hacia ella con una familiaridad que a Yana le
04:12revolvió el estómago. Ángela era una estatua andante, hermosa y trágica. Pobre muchacha,
04:21murmuró Yana. Está viviendo una pesadilla. Y lo peor es que todos lo vemos, menos quien
04:28más debería verlo. O peor, lo ve y le da igual. La noticia descendió las escaleras como
04:35una cascada invisible. De Yana y María pasó a Teresa, de Teresa a Candela en las cocinas,
04:43quien lo comentó en un murmullo con Simona mientras amasaban el pan para el almuerzo.
04:49Y de las cocinas, por una de esas carambolas del destino, llegó a oídos de Petra, quien
04:54pasaba por allí con una excusa cualquiera, siempre al acecho de información que pudiera
04:59usar en su beneficio. Petra no dijo nada, sólo esbozó esa media sonrisa suya, esa que parecía
05:07tallada en hielo, y se dirigió directamente hacia las estancias de la marquesa. Leocadia estaba en su
05:14tocador, aplicándose un perfume caro con toques de jazmín y sándalo. Se miraba al espejo, no con
05:22vanidad, sino con la fría evaluación de un general inspeccionando sus armas antes de la batalla.
05:29Su rostro, aunque marcado por el tiempo y las preocupaciones, aún conservaba una belleza
05:34severa, una autoridad inquebrantable. Petra carraspeó en la puerta. Señora marquesa. Pasa,
05:43Petra. ¿Qué mosca te ha picado? Tienes cara de haberte tragado un limón y haber encontrado un
05:48tesoro al mismo tiempo. Perdone mi atrevimiento, señora. Sólo venía a informarle, por si no lo
05:56sabía, que su hija, la señorita Ángela, se encuentra en este preciso instante paseando por
06:02los jardines del brazo del señor conde. Petra esperaba una reacción, un destello de triunfo,
06:09una orden, una pregunta afilada. Lo que no esperaba era el silencio. Leocadia no apartó
06:16la vista de su propio reflejo. Siguió mirándose fijamente, como si la noticia no fuera más que el
06:22zumbido de un insecto lejano. Luego, muy lentamente, una sonrisa comenzó a formarse en sus labios. No era
06:31una sonrisa de alegría, ni de satisfacción. Era una sonrisa extraña, indescifrable, casi
06:39depredadora. Era la sonrisa de alguien que ve como las piezas de un mecanismo complejo y letal
06:44encajan exactamente como había previsto. Bien, dijo finalmente Leocadia, y su voz era suave como
06:52el terciopelo, pero con un filo de acero por debajo. Que paseen, el aire fresco le sentará
06:59bien a la niña. Necesita acostumbrarse a su futuro. Petra se quedó helada. Aquella reacción era mucho
07:06más inquietante que cualquier grito o exclamación. Había una frialdad calculadora en la calma de la
07:13marquesa que superaba todo lo que había visto antes. Se retiró con una reverencia, sintiendo un
07:20escalofrío recorrerle la espalda. La marquesa no sólo estaba aprobando aquello. Lo estaba
07:26disfrutando de una manera que nadie podía comprender. Y eso, en la promesa, era el peor
07:33de los presagios. Leocadia, sola de nuevo, se levantó y caminó hacia la ventana. Observó a su hija y a
07:42Lorenzo, dos peones en su tablero personal. El paseo no era un simple paseo. Era un mensaje. Un
07:50mensaje para todos los que observaban. Para el servicio, para los otros nobles, para Curro, si es
07:56que se atrevía a mirar. Era una demostración de poder, una afirmación de que su voluntad era ley.
08:04Pero la sonrisa extraña escondía algo más profundo. Era el placer de ver un plan, uno mucho
08:11más grande y oscuro que un simple matrimonio, avanzar sin contratiempos. Aquella boda era sólo
08:19el principio, una pieza necesaria pero insignificante en el gran esquema de las cosas. Su verdadero
08:27objetivo era el alma misma de la promesa, y estaba dispuesta a sacrificar a quien fuera, incluida su
08:32propia hija, para conseguirlo. Mientras la extraña calma de Leocadia sembraba la inquietud en los
08:39pasillos de arriba, en el despacho, un drama de otra naturaleza, uno basado en la traición y el
08:45desengaño, estaba a punto de alcanzar su punto álgido. Toño llevaba días sumido en una niebla de
08:52negación. Desde que Manuel, con la cautela de un amigo que trae malas noticias, le había sugerido que
08:58Enora no era quien parecía. Toño había levantado un muro a su alrededor. Se negaba a creerlo. Era
09:05imposible. Enora, con su risa cristalina, con la vulnerabilidad que mostraba en sus ojos cuando
09:11pensaba que nadie la veía. No podía ser una farsa. Manuel, sin embargo, era persistente. Su lealtad hacia
09:21Toño era tan sólida como su amor por la aviación, y no podía quedarse de brazos cruzados mientras su
09:26amigo era víctima de un engaño. Esa mañana, había reunido las pruebas. No eran muchas, pero eran
09:34irrefutables. Un par de cartas interceptadas, una conversación escuchada a medias por un mozo de
09:40cuadras de confianza, pequeños detalles que, por sí solos, no significaban nada, pero que juntos
09:46pintaban un cuadro desolador. Llamó a la puerta del despacho, donde sabía que Toño estaría revisando
09:53las cuentas de la finca. Una tarea que odiaba y que sólo servía para ensombrecer aún más su humor.
10:00—¡Adelante! —dijo la voz apagada de Toño. Manuel entró, cerrando la puerta tras de sí con un clic que
10:06sonó definitivo. Llevaba una pequeña carpeta de cuero en la mano. —Toño, tenemos que hablar. Si
10:14vienes a hablarme otra vez de Enora, Manuel, te puedes ahorrar el saliva.
10:18—No quiero escucharlo, es tu palabra contra la mía, y yo elijo creerla a ella. No es mi palabra,
10:25Toño. Ojalá lo fuera. Manuel se acercó a la mesa y abrió la carpeta. Dejó sobre el escritorio una
10:33carta. La caligrafía era elegante, femenina, inconfundiblemente la de Enora, pero no iba dirigida
10:42a él. —¡Léela! Toño la miró con desdén, pero la curiosidad, esa carcoma del alma, le pudo.
10:52La cogió con dedos temblorosos. No era una carta de amor, era un informe. Un informe detallado sobre
10:58los movimientos financieros de la finca, sobre las conversaciones privadas de la familia,
11:03sobre las debilidades de cada uno de sus miembros.
11:05—Iba dirigida a un tal señor C, y hablaba de nuestro acuerdo y de la recompensa final.
11:15Cada palabra era una apuñalada. El aire se le escapó de los pulmones. ¿De dónde? ¿De dónde
11:20ha sacado esto? Su voz era un susurro roto. La dejó caer ayer cerca de la biblioteca. Jimena
11:28la encontró y, al no reconocer el destinatario, me la dio a mí. La leí, Toño, lo siento,
11:36pero tenía que hacerlo. Y esto, esto confirma todo lo que te dije.
11:42Toño dejó caer la carta sobre la mesa como si le quemara. Se pasó las manos por el pelo,
11:47con la mirada perdida en un punto inexistente de la pared.
11:50Fragmentos de conversaciones, pequeños gestos que en su momento le parecieron extraños. Ahora
11:57encajaban con una claridad espantosa. La forma en que ella le hacía preguntas aparentemente
12:05inocentes sobre las inversiones. Su interés repentino por los libros de cuentas, las veces
12:12que la había encontrado en lugares del palacio donde no tenía nada que hacer. Todo había sido
12:19una mentira. Un teatro perfectamente ejecutado. No lo entiendo, Manuel. Dijo finalmente, y su voz
12:27estaba cargada de un dolor tan puro que a Manuel le costó mantener la compostura.
12:33¿Por qué? ¿Qué gana con todo esto? ¿Dinero? ¿Es solo por dinero? No lo sé, Toño.
12:40No sé quién es ese señor Zen y cuál es su objetivo final. Pero sé que Nora no es la víctima que aparenta
12:46ser. Es una jugadora, y nosotros somos las piezas de su partida. La decepción que se apoderó de Toño
12:53fue un abismo. No era solo la traición, era la humillación. Se había sentido el caballero andante
13:01salvando a una damisela en apuros. Y en realidad había sido el tonto del pueblo, el bufón que le
13:07había abierto las puertas del castillo al enemigo. Cada recuerdo compartido con ella, cada confidencia,
13:15cada beso, se volvía veneno en su memoria. Se sentía sucio, estúpido, vacío. El golpe fue tan fuerte
13:24que Toño no pudo ni enfadarse. Solo sentía un vacío inmenso, una confusión que lo devoraba por
13:31dentro. Se levantó y caminó hacia la ventana, la misma desde la que, en otro tiempo, la había visto
13:38pasear por los jardines, sintiendo que su corazón iba a estallar de amor. Ahora, al mirar el paisaje,
13:46solo veía un escenario hueco, un decorado para una obra cruel.
13:52Tenías razón, Manuel. Dijo, sin volverse. Su voz era la de un hombre viejo. Tenías razón desde el
13:59principio. Y yo, yo he sido un completo idiota. No, Toño, has sido un hombre enamorado. No es lo
14:07mismo. El amor nos vuelve ciegos. Pues yo preferiría ser ciego a ver esto. Respondió, apoyando la frente
14:15en el frío cristal. La gran pregunta, como un eco en la habitación ahora silenciosa, quedó suspendida
14:23en el aire. ¿Qué escondía en hora? ¿Quién movía sus hilos? La revelación de su engaño no era el final
14:29de un capítulo, sino el terrorífico comienzo de uno nuevo, uno en el que un enemigo desconocido se
14:34había infiltrado hasta el corazón mismo de la promesa. Y Toño, con el corazón hecho pedazos,
14:42se dio cuenta de que la mujer de la que se había enamorado nunca había existido. Era un fantasma,
14:48una invención, y él había amado a un fantasma. En otra parte del palacio, en la zona de servicio
14:54donde los dramas eran menos ostentosos pero igual de profundos, López sentía una angustia
14:59que le oprimía el pecho. Su preocupación tenía un nombre y un rostro, Vera. Desde que la joven
15:07doncella había confesado su intención de regresar a casa, a la vera de su padre, un hombre del que
15:13López solo sabía lo suficiente para temerle, el cocinero vivía en un estado de alerta constante.
15:18La encontró en el lavadero, doblando sábanas con una meticulosidad que era casi febril.
15:27Sus manos se movían con rapidez, pero su mirada estaba ausente, perdida en pensamientos que
15:32claramente no eran agradables. López se apoyó en el marco de la puerta, observándola durante un
15:39instante. Era tan joven, y ya cargaba con un peso que doblegaría a hombres más fuertes.
15:45—¡Vera! —dijo suavemente, para no asustarla. Ella dio un respingo y se volvió. Al verle,
15:54una sombra de sonrisa apareció en sus labios, pero no borró la tristeza de sus ojos.
16:00—Lope, me has asustado, perdona, no era mi intención. Se acercó, cogió una de las sábanas
16:06y comenzó a ayudarla a doblar. Sus manos se rozaron, y una corriente eléctrica, familiar y
16:14dolorosa, pasó entre ellos. —Sigues pensando en lo mismo, ¿verdad?
16:20Vera no contestó de inmediato. Terminó de doblar la sábana y la depositó con cuidado sobre la pila.
16:28—No es algo que pueda simplemente dejar de pensar, Lope, es mi padre, es mi casa, es mi vida.
16:34—Ese hombre no es tu vida, Vera, es tu carcelero. La voz de Lope era más dura de lo que pretendía.
16:43Se suavizó al ver la expresión herida de la joven. —Escúchame, sé que sientes que es tu deber.
16:50Sé que te ha hecho creer que no vales nada sin él, que le debes lealtad. Pero eso no es amor,
16:55es control. —Lo que te espera allí no es un hogar, es una jaula. Vera se abrazó a sí misma,
17:03como si sintiera un frío repentino. —Tú no lo entiendes, no puedes entenderlo.
17:09Hay, hay deudas, promesas que se hicieron. —Si no vuelvo, las consecuencias serán terribles,
17:17no solo para mí, ¿qué consecuencias? insistió Lope, dando un paso más hacia ella.
17:22—Dímelo, Vera, confía en mí, juntos podemos encontrar una solución. No tienes que enfrentarte
17:30a esto sola. —Aquí te queremos, yo te quiero. Las últimas palabras se le escaparon, un susurro
17:37cargado de toda la emoción que había intentado reprimir durante meses. Los ojos de Vera se llenaron
17:43de lágrimas. La sinceridad en la voz de Lope era un bálsamo y una tortura al mismo tiempo.
17:48Una parte de ella, la parte que había aprendido a sobrevivir en la promesa, la parte que se había
17:56permitido soñar con un futuro diferente, anhelaba arrojarse a sus brazos y contarle todo. Pero el
18:03miedo, un miedo antiguo y profundamente arraigado, era más fuerte. —No hay solución, Lope —dijo,
18:10con la voz quebrada. —No la hay, crees que me conoces, pero no sabes nada de mi pasado. No sabes
18:18de lo que es capaz mi padre. Piensas en él como un hombre severo, un maltratador. Es mucho más que
18:25eso. Es, es un monstruo. Y los monstruos no razonan, solo devoran. Pues lucharemos contra él. No eres la
18:34misma niña asustada que llegó aquí. —Eres fuerte, Vera, más fuerte de lo que crees.
18:41—Mírame. Lope le tomó la barbilla con delicadeza, obligándola a levantar la vista.
18:48—Quédate, por favor, por ti, por la vida que mereces tener, por, por nosotros. La palabra
18:54nosotros flotó entre ellos, cargada de posibilidades, de un futuro que Vera deseaba
18:59con cada fibra de su ser, pero que creía inalcanzable. Se quedó mirando los ojos de
19:05Lope, encontrando en ellos una mezcla de amor, miedo y determinación que reflejaba la tormenta
19:11en su propio corazón. Por un instante, casi cedió. Por un instante, la esperanza fue más fuerte que el
19:19terror. Pero entonces, el recuerdo del rostro de su padre, la frialdad de su voz, el peso de sus
19:26amenazas, volvieron a ella con la fuerza de un huracán. Se apartó bruscamente. —No puedo,
19:33Lope, no me lo pidas, es demasiado tarde, ya he tomado una decisión.
19:40—No es una decisión, es una condena —exclamó él, la desesperación tiñendo su voz.
19:47—¿No lo ves? Vas a volver a meterte en la boca del lobo. Es mi lobo y es mi boca —replicó ella,
19:53con una firmeza que sorprendió a ambos. —Y es mi responsabilidad, agradezco tu
19:59preocupación, Lope, la agradezco más de lo que puedo expresar con palabras. Pero esto es algo que
20:06debo hacer, sola. Salió del lavadero a toda prisa, dejando a Lope solo con las sábanas dobladas y el
20:12corazón encogido. Él se quedó allí, inmóvil, escuchando el eco de sus pasos alejándose por el
20:19pasillo. Sabía que no podía obligarla a quedarse, pero tampoco podía soportar la idea de dejarla
20:27marchar hacia un destino que él presentía fatal. Lo que se jugaba era demasiado importante,
20:33era la vida de Vera, su felicidad, su alma. Y Lope supo, con una certeza aterradora,
20:41que si la dejaba ir, no solo la perdería a ella, sino que una parte de sí mismo se iría con ella
20:46para siempre. El miedo por ella era tan grande, tan abrumador, que le ahogaba, un temor que no
20:54se atrevía a decir en voz alta, porque nombrarlo lo haría demasiado real. Tenía que hacer algo,
21:01cualquier cosa, pero el tiempo se agotaba, y los muros que Vera había construido a su
21:06alrededor parecían más infranqueables que los del propio palacio. Mientras Lope se enfrentaba
21:12al fantasma del futuro de Vera, en el corazón palpitante de la promesa, las cocinas, una batalla
21:18por el presente estaba a punto de estallar. Pía había vuelto a su puesto de ama de llaves,
21:24pero también supervisaba de cerca el trabajo en las cocinas, su antiguo reino. Y desde su regreso,
21:32había notado un cambio, un cambio con nombre y apellido, Santos. El joven Lacayo, sobrino de
21:40Ricardo, el mayordomo, se movía por las cocinas con una arrogancia que no se correspondía ni con
21:45su edad ni con su posición. Cuestionaba las órdenes de Pía con una sonrisita socarrona,
21:53hacía comentarios por lo bajo a los otros mozos de cocina, y en general, creaba un ambiente de
21:58insubordinación sutil pero constante. Pía, con la paciencia curtida por años de servicio y
22:05tragedias personales, había intentado ignorarlo. Tenía asuntos más importantes en la cabeza,
22:13pero la gota que colma el vaso siempre llega, y ese día, llegó. Estaban preparando el servicio
22:20del almuerzo. El ajetreo era el habitual. El ruido de las cacerolas, el siseo del aceite,
22:26las voces de Simona y Candela dando y recibiendo órdenes.
22:29Pía estaba revisando la lista de la despensa cuando Santos pasó a su lado, cargando una pila
22:37de platos. Con cuidado con esa sopa, Candela, dijo Santos en voz alta, con una clara intención
22:45de que Pía lo oyera. No vaya a ser que esté tan sosa como las ideas de algunos para organizar
22:52esta cocina. Candela lo fulminó con la mirada, pero no dijo nada. Pía, sin embargo, levantó la
23:00vista de su lista, muy lentamente. El bullicio de la cocina pareció desvanecerse. Todos los ojos
23:08se posaron en ella. ¿Has dicho algo, Santos? Preguntó Pía, y su voz era peligrosamente tranquila.
23:16Santos se detuvo y se giró, apoyando los platos en una mesa con un ruido innecesariamente fuerte.
23:22Digo, señora Adarre, que quizás las cosas funcionaban mejor cuando usted no estaba.
23:31Con todo el respeto, había más, agilidad, no tanta burocracia. La insolencia era tan flagrante
23:37que hasta Simona, que estaba enfrascada con un asado, se detuvo y se limpió las manos en el
23:42delantal, preparándose para el combate. Pero Pía levantó una mano, una señal sutil para que nadie
23:50interviniera. Este era su territorio. Se acercó a Santos, caminando sin prisa, con la espalda
23:58recta y la mirada fija en él. Se detuvo a un palmo de distancia. El joven era más alto que ella,
24:06pero en ese momento, Pía parecía una gigante. Verás, Santos. Comenzó, y su voz seguía siendo baja,
24:15pero cortaba el aire como un cuchillo. En esta casa, y especialmente en esta cocina,
24:23hay dos cosas que se respetan por encima de todo. El trabajo bien hecho y la jerarquía.
24:27Y tú, en las pocas semanas que llevas aquí, has demostrado un desprecio absoluto por ambas.
24:37Yo solo doy mi opinión. Pensé que en esta casa se valoraba la iniciativa. Replicó él,
24:43aunque su arrogancia empezaba a flaquear ante la intensidad de la mirada de Pía.
24:49Confundes la iniciativa con la insubordinación. Confundes la agilidad con la chapuza.
24:54Y confundes la opinión con la falta de respeto. Pía dio un paso más. Estaban tan cerca que Santos
25:01podía ver el fuego en sus ojos. Llevo más años trabajando en esta casa de los que tú llevas
25:08vivo. He servido a esta familia en las buenas y en las muy malas. He dirigido estas cocinas cuando
25:15tú todavía estabas aprendiendo a atarte los zapatos. Cada cacerola que ves, cada especia
25:22que hueles, cada receta que se prepara aquí, la conozco mejor que la palma de mi mano.
25:29Así que voy a explicártelo una sola vez. Y espero, por tu bien, que lo entiendas.
25:36El silencio en la cocina era total. Se podía oír el crepitar del fuego en el hogar.
25:42Tú no estás aquí para opinar. Estás aquí para trabajar, para obedecer,
25:46y para aprender, si es que tu soberbia te lo permite.
25:51Cuestionas mis métodos, pero mis métodos han alimentado a esta familia durante décadas
25:55sin una sola queja.
25:59Machacas mi autoridad, pero es mi autoridad la que garantiza que tú cobres tu salario
26:03a fin de mes.
26:06Así que a partir de este preciso instante, vas a cerrar esa boca insolente, vas a bajar
26:11la cabeza y vas a hacer exactamente lo que se te ordene.
26:16Si te digo que peles patatas, las pelas hasta que te sangren los dedos.
26:20Si te digo que limpies el suelo, quiero poder ver mi reflejo en las baldosas.
26:26Y si vuelves a dirigirte a mí, a Simón o a Candela con el más mínimo atisbo de esa
26:31arrogancia tuya, te juro por lo más sagrado que no solo te echaré de esta cocina, sino
26:36que me aseguraré de que no vuelvas a encontrar trabajo ni para fregar letrinas en toda la provincia.
26:41¿Ha quedado claro?
26:44El enfrentamiento fue brutal, no hubo gritos, no hubo aspavientos.
26:50Fue una demolición verbal, precisa, fría y devastadora.
26:54Pía no había levantado la voz, pero cada palabra había sido un latigazo.
27:00Santos, que había entrado en la cocina como un gallo de pelea, se quedó sin palabras.
27:04Su rostro pasó del rojo de la ira al blanco de la humillación.
27:11Miró a su alrededor, buscando apoyo, pero solo encontró los rostros severos de Simona,
27:16Candela y el resto del personal, que observaban la escena con una mezcla de temor y satisfacción.
27:21Había subestimado a Pía Adarre, había cometido el error de confundir su compostura con debilidad.
27:30Asintió con la cabeza, incapaz de articular palabra.
27:33No te he oído, dijo Pía, implacable.
27:36Sí, sí, señora, ha quedado claro.
27:41Masculló él, con la vista clavada en el suelo.
27:44Bien.
27:47Ahora coge esos platos y llévalos al comedor, y reza para que no se te caiga ninguno.
27:53Santos recogió los platos, con las manos temblando ligeramente, y salió de la cocina a toda prisa.
27:58En cuanto desapareció, el aire pareció volver a circular.
28:04Candela soltó un suspiro que había estado conteniendo.
28:09Simona se acercó a Pía y le puso una mano en el hombro.
28:12Ya era hora de que alguien le parara los pies a ese mequetrefe, dijo con admiración.
28:19Pía asintió, aunque por dentro temblaba.
28:21El enfrentamiento la había dejado agotada.
28:26Pero era necesario.
28:27La cocina era el corazón de la casa, y un corazón enfermo podía acabar con todo el cuerpo.
28:33Al poner a Santos en su sitio, no sólo había reafirmado su autoridad, sino que había enviado un mensaje a todos.
28:41La promesa podía estar sumida en el caos, pero en su pequeño reino, el orden y el respeto no eran negociables.
28:49Aquella batalla, sin precedentes en su dureza, había sido ganada.
28:53Pero Pía sabía que la guerra por mantener la cordura en esa casa de locos no había hecho más que empezar.
29:01La tarde caía, tiñendo el cielo de naranjas y púrpuras.
29:04La tensión acumulada durante el día, lejos de disiparse, parecía condensarse con la llegada de la noche.
29:10Era la hora de las confidencias, el momento en que las máscaras se relajaban y las verdaderas intenciones salían a la luz al amparo de las sombras y el vino generoso.
29:21Y en el despacho de Cristóbal, Leocadia se preparaba para revelar una parte crucial de su juego.
29:31Cristóbal la observaba desde detrás de su imponente escritorio de caoba.
29:35Le había servido una copa de Jerez, y ahora la miraba con una mezcla de curiosidad y recelo.
29:40La reacción de Leocadia ante la noticia del paseo de su hija le había desconcertado tanto como a Petra.
29:48Había esperado júbilo, no aquella calma depredadora.
29:52Intuía que su socia en la conspiración para controlar la finca sabía mucho más de lo que aparentaba.
29:59Te veo pensativo, Cristóbal.
30:01Dijo Leocadia, rompiendo el silencio.
30:04Sostenía la copa con elegancia, haciendo girar el líquido ambarino.
30:10¿Te preocupa algo?
30:11Me desconciertas, Leocadia.
30:13Tu frialdad a veces es...
30:15¡Admirable!
30:17Y otras, aterradora.
30:18Cualquiera diría que el futuro de tu única hija te es indiferente.
30:24Leocadia soltó una risa seca, sin rastro de alegría.
30:27Mi indiferencia es un lujo que no puedo permitirme.
30:31Al contrario, el futuro de Ángela es de vital importancia.
30:35Pero quizás no de la forma que tú imaginas.
30:40Su boda con Lorenzo es una herramienta, Cristóbal.
30:43Una herramienta muy útil.
30:44Nos abre puertas, nos consolida socialmente.
30:47Y lo más importante, mantiene a la niña ocupada y bajo control.
30:52¿Y es por eso que contrataste a ese detective?
30:55¿Para asegurarte de que ningún escándalo con ese muchacho, Curro, estropeara tus planes?
31:00Leocadia bebió un sorbo de Jerez, saboreándolo.
31:06Dejó la copa sobre la mesa con un gesto deliberado.
31:10Y entonces, miró a Cristóbal a los ojos.
31:13Y la sonrisa que le dedicó fue la misma que había helado la sangre de Petra por la mañana.
31:18Ay, Cristóbal, eres un hombre inteligente para los negocios, pero a veces te falta.
31:27Visión de conjunto.
31:28¿Crees que todo esto, el compromiso, el detective, la presión sobre Ángela...
31:33Es por una simple boda.
31:36Hizo una pausa, disfrutando del efecto de sus palabras,
31:40de la confusión que empezaba a dibujarse en el rostro de su interlocutor.
31:45La contratación del detective no ha sido un acto de buena voluntad para proteger el honor de mi hija.
31:51Continuó, inclinándose hacia adelante, bajando la voz a un susurro conspirador.
31:57No ha sido una medida defensiva.
32:00Ha sido una jugada ofensiva.
32:01Parte de un plan mucho más grande.
32:05Un plan, querido Cristóbal, para quedarnos con todo.
32:08Para que la promesa sea nuestra.
32:12Mía.
32:13Cristóbal se quedó inmóvil.
32:14La revelación lo golpeó con la fuerza de un puñetazo.
32:19Siempre había sabido que Leocadia era ambiciosa, pero esto superaba sus expectativas.
32:26Había pensado que su alianza era para gestionar la finca, para maximizar los beneficios.
32:31Pero ella hablaba de una conquista total.
32:35¿De qué estás hablando, Leocadia?
32:38¿Cómo puede un detective ayudarnos a...?
32:40El detective no fue contratado para vigilar a Curro y Ángela.
32:45Le interrumpió ella, con los ojos brillando de una inteligencia febril.
32:49Eso fue solo la excusa, la tapadera perfecta.
32:53El verdadero propósito del detective, a quien pago generosamente con fondos que tú ni conoces, es investigar a nuestros queridos anfitriones.
33:01A todos ellos, buscando sus secretos, sus trapos sucios, sus debilidades, y créeme, los está encontrando.
33:13Leocadia se recostó en su silla, exultante, viendo cómo la comprensión y una nueva forma de respeto, o quizás de miedo, se abrían paso en la expresión de Cristóbal.
33:23Imagina, Cristóbal, tener en nuestro poder información que podría destruir la reputación de cada miembro de esta familia.
33:35Escándalos financieros, hijos ilegítimos, traiciones pasadas, cada secreto es una cuerda, y yo pienso atarlos a todos tan fuerte que no podrán moverse sin mi permiso.
33:45La boda de Ángela es solo la primera fase. Nos integra en la familia, nos da acceso.
33:53La investigación del detective es la segunda fase, nos da el armamento.
33:58Y la tercera fase.
34:01La tercera fase será la rendición incondicional. Me cederán el control de la promesa, no porque quieran, sino porque no tendrán otra opción.
34:09¿Será eso, o enfrentarse a la ruina total? El plan era diabólico en su simplicidad y en su audacia.
34:20Cristóbal la miró, ya no como a una socia, sino como a una maestra del engaño.
34:25Las verdaderas intenciones de Leocadia quedaban al descubierto, y eran más oscuras y ambiciosas de lo que jamás hubiera soñado.
34:32Ella no quería una parte del pastel, quería la pastelería entera, eres, brillante, dijo finalmente Cristóbal, y la admiración en su voz era genuina y teñida de temor.
34:46No soy brillante, Cristóbal, soy una superviviente, y he aprendido que en este mundo, no te dan el poder.
34:52Lo tomas, Leocadia levantó su copa en un brindis silencioso. Y nosotros, mi querido socio, estamos a punto de tomarlo todo.
35:04La confianza de Leocadia era absoluta, casi mesiánica. Había pasado años planeando en las sombras, esperando el momento oportuno.
35:12Y ahora, sentía que estaba a punto de llegar. La desconfianza que se extendía por el palacio no era un efecto secundario indeseado de sus maquinaciones, era una parte fundamental de ellas.
35:28Cuanto más se enfrentaran los habitantes de la promesa entre sí, cuanto más se debilitaran por sus propios dramas y sospechas, más fácil sería para ella dar el golpe de gracia.
35:37La revelación sobre Enora, la presión sobre Vera, el enfrentamiento en las cocinas.
35:46Todo contribuía a un clima de ruptura emocional generalizada. Era el caos perfecto que ella necesitaba para ejecutar su plan maestro.
35:55Y en el centro de ese caos, como un sacrificio necesario, estaba su propia hija, y Ángela.
36:01Ángela estaba atrapada. La palabra ni siquiera empezaba a describir la prisión invisible en la que se encontraba su vida.
36:12Después del paseo con Lorenzo, un paseo durante el cual había sonreído hasta que los músculos de su cara dolieron y había sentido a planes de futuro que le sonaban a epitafios, se había encerrado en su habitación.
36:23Se sentó frente al espejo de su tocador, pero no se miraba. Su mirada se perdía en el reflejo de la habitación a sus espaldas, un espacio lujoso y elegante que se sentía tan ajeno y frío como una celda.
36:36Se sentía disociada, como si observara la vida de otra persona. La chica del espejo, con su vestido caro y su peinado perfecto, no podía ser ella.
36:50Su verdadero yo estaba en otro lugar, en un recuerdo, en un instante robado en el hangar, con el olor a aceite de motor y el sonido de la risa sincera de Curro.
36:59Su madre, las decisiones de su madre caían sobre ella como losas de mármol. Leocadia no le ordenaba, no le gritaba.
37:11Era mucho más sutil, y por eso mismo, más terrorífico. Le hablaba del deber, del honor familiar, del futuro asegurado que Lorenzo le ofrecía.
37:21Cada palabra era una vuelta de tuerca, una presión insidiosa que la hacía sentir culpable por desear algo tan simple como la libertad de elegir.
37:29La reacción de su madre esa mañana, esa extraña sonrisa que le había contado una doncella, la había dejado más confundida y asustada que nunca.
37:42Sentía que su madre no la veía como a una hija, sino como a una pieza de ajedrez.
37:46Una pieza valiosa, sí, pero prescindible si la partida lo requería, Lorenzo. La presión de su compromiso era una presencia física, un corsé que le apretaba el pecho y le impedía respirar.
38:00Él era amable, a su manera, cortés, atento, pero sus ojos, había algo en sus ojos, una posesividad, una certidumbre de que ella le pertenecía, que le provocaba náuseas.
38:14Cuando le cogía la mano, su piel se erizaba, y tenía que hacer un esfuerzo sobrehumano para no retirarla.
38:24Imaginar una vida a su lado, compartir su mesa, su casa, su cama. Era un pensamiento tan atroz que su mente se negaba a procesarlo.
38:32Era un futuro que la anularía, la convertiría en un adorno, en la condesa de Añil, borrando para siempre a Ángela.
38:42Y Curro, ah, Curro, su nombre era un dolor dulce en el pecho. Pensar en él era el único refugio que le quedaba, el único lugar donde podía ser ella misma, aunque solo fuera en su imaginación.
38:54Recordaba cada conversación, cada mirada, cada roce accidental, sentimientos ocultos, tan profundos y verdaderos que la asustaban.
39:06El amor que sentía por él era la única cosa real en su vida de mentiras, y era precisamente lo único que le estaba prohibido.
39:13Cada paso que daba en dirección a Lorenzo, cada sonrisa forzada, cada palabra de aceptación, la alejaba más de él, y por tanto, más de sí misma.
39:26Abrió un pequeño cajón de su joyero. Dentro, escondido bajo un pañuelo de seda, había un pequeño tornillo de avión.
39:36Curro se lo había dado una tarde, bromeando, diciéndole que era una pieza fundamental, que sin ella, nada volaría.
39:43Ella lo había guardado como el tesoro más preciado. Lo cogió, sintiendo el frío del metal en la palma de su mano.
39:53Era pequeño, insignificante para cualquiera, pero para ella, era el símbolo de todo lo que estaba perdiendo.
40:01Era la promesa de una vida de pasión, de aventura, de libertad. Una vida que se le escapaba entre los dedos.
40:07Las lágrimas comenzaron a brotar, silenciosas y amargas. Lloraba por la jaula de oro que su madre había construido para ella.
40:18Lloraba por el futuro de pesadilla que le esperaba con Lorenzo. Lloraba por el amor imposible que sentía por Curro.
40:24Pero, sobre todo, lloraba por la chica que solía ser, la que tenía sueños y esperanzas, la que creía en el amor verdadero.
40:35Sentía que esa chica se estaba desvaneciendo, reemplazada por un autómata que sonreía y asentía y obedecía.
40:41Nadie sabía hasta cuándo podría soportarlo. La presión aumentaba cada día, cada hora.
40:51Sentía que su alma se agrietaba, como un cristal sometido a una tensión insoportable.
40:57Y temía el momento en que finalmente se rompiera en mil pedazos.
41:02Porque no sabía si, una vez rota, alguien, ni siquiera Curro, sería capaz de volver a juntarlos.
41:08El sol se había puesto por completo. La noche había caído sobre la promesa, cubriendo el palacio con un manto de oscuridad.
41:18Pero la verdadera oscuridad estaba dentro, en los corazones de sus habitantes.
41:24La desconfianza era un veneno que se había contagiado a todos.
41:28Los planes ocultos de Leocadia, el corazón roto de Toño, la desesperada determinación de Vera,
41:34la furia contenida de Pía y la silenciosa agonía de Ángela.
41:39Todo estaba llevando a los habitantes de la promesa a un punto de ruptura emocional.
41:45La calma aparente de la noche era una mentira.
41:48Bajo el silencio, las tensiones crepitaban, las alianzas se resquebrajaban y los secretos fermentaban,
41:55preparando el terreno para la inevitable tormenta que se avecinaba.
41:58El jueves 9 de octubre no había sido un día más, había sido el día en que todas las mechas se habían encendido.
42:07Y ahora, solo era cuestión de tiempo que todo estallara en llamas.
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