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#capítulo262El #pasado #siempre
Avance ‘Valle Salvaje’: El pasado siempre vuelve (capítulo 262, miércoles 24 de septiembre)
En este avance del capítulo 262 de ‘Valle Salvaje’ (miércoles 24 de septiembre) descubrimos cómo la verdad de Adriana sobre la paternidad de su hijo sacude a José Luis, mientras Luisa revive un oscuro pasado con Tomás que amenaza con salir a la luz.
El aire en Valle Salvaje se había vuelto denso, casi irrespirable, cargado con el peso de secretos a punto de estallar. Cada amanecer traía consigo no la prom ...
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Transcripción
00:00Avance Valle Salvaje. El pasado siempre vuelve, capítulo 261, miércoles 24 de septiembre.
00:20En este avance del capítulo 261 de Valle Salvaje, miércoles 24 de septiembre,
00:27descubrimos cómo la verdad de Adriana sobre la paternidad de su hijo sacude a José Luis,
00:32mientras Luisa revive un oscuro pasado con Tomás que amenaza con salir a la luz.
00:39El aire en Valle Salvaje se había vuelto denso, casi irrespirable, cargado con el peso de secretos a punto de estallar.
00:49Cada amanecer traía consigo no la promesa de un nuevo día, sino la amenaza inminente de revelaciones que,
00:56como una tormenta contenida demasiado tiempo, arrasarían con la frágil paz que algunos
01:01habían luchado por construir. Para los habitantes de la finca del Duque de Santa Cruz y sus alrededores,
01:09la vida se había convertido en un delicado baile sobre un suelo de cristal resquebrajado.
01:14La confesión, un veredicto en el silencio. Adriana sentía el latido de su propio corazón como un tambor de guerra en sus oídos.
01:26El despacho de José Luis, normalmente un lugar que imponía respeto por su opulencia y su historia,
01:35se había transformado en una jaula.
01:40El aroma a cuero viejo y a la cera de los muebles lustrados le revolvía el estómago,
01:45una mezcla nauseabunda con el miedo que se le había instalado en la garganta.
01:48Estaba sentada en una de las sillas de respaldo alto frente al imponente escritorio de Caoba,
01:56pero no se atrevía a recostarse.
02:01Su postura era rígida, una estatua de pura tensión. Al otro lado, José Luis la observaba con una expresión indescifrable.
02:10Había accedido a esta reunión con una reticencia que no presagiaba nada bueno.
02:18Sus ojos, habitualmente llenos de una autoridad tranquila, ahora eran dos pozos oscuros de sospecha.
02:26No había ofrecido ni un vaso de agua. La cortesía había sido la primera víctima de la duda.
02:35Rafael, que la había acompañado hasta la puerta, esperaba en el pasillo.
02:39Podía sentir su nerviosismo a través de la madera maciza, su presencia protectora era
02:45un ancla invisible en medio de la tempestad que estaba a punto de desatar.
02:51Pero aquí dentro, estaba sola. Habla, Adriana, la voz de José Luis cortó el silencio.
03:00No era una invitación, era una orden. Grave, sin matices, me has hecho llamar con urgencia.
03:06Has interrumpido asuntos importantes. Supongo que no es para discutir el tiempo. Rafael parecía un alma
03:15en pena escoltándote hasta aquí. ¿Qué ocurre? Adriana tragó saliva, pero su boca estaba seca como el
03:23desierto. Levantó la vista y sus ojos se encontraron con los de él.
03:27José Luis, yo, necesito hablar contigo de algo que, que lo cambia todo. Una sonrisa sardónica,
03:38casi imperceptible, se dibujó en los labios del duque.
03:41¿Más cambios? Últimamente, mi vida parece una sucesión de ellos. ¿A qué te refieres,
03:49exactamente? Sé, Clara.
03:54Sabes que detesto los rodeos. Ella sintió, las manos entrelazadas con tanta fuerza sobre
04:00su regazo que los nudillos estaban blancos.
04:02El anillo de compromiso parecía quemarle la piel. Se trata del niño, susurró, la voz apenas unido.
04:15El semblante de José Luis se endureció al instante. La mención del niño era la llave
04:19que abría la caja de todos sus recelos.
04:25Se inclinó hacia adelante, apoyando los codos en el escritorio, su cuerpo a una mole de poder
04:30y expectación. Continúa, cuando, cuando te dije que era tuyo. Comenzó Adriana, pero la mentira se le
04:41atascó en la garganta, áspera y venenosa. Tuvo que detenerse, tomar una bocanada de aire que le
04:50quemó los pulmones. Yo, yo quería creerlo, José Luis. De verdad que sí, quería que fuera nuestro,
04:59un nuevo comienzo para nosotros, para esta familia.
05:05Era la solución perfecta, la única salida que vi en ese momento. El duque no parpadeó.
05:14Su rostro era una máscara de granito. ¿La solución perfecta? ¿A qué problema, Adriana? ¿Al
05:20problema de que te habías acostado con otro?
05:22La crudeza de sus palabras la golpeó como una bofetada. Las lágrimas pugnaban por salir,
05:30pero las contuvo con una fuerza de voluntad sobrehumana.
05:36Llorar ahora sería una debilidad que él no perdonaría. Las cosas no son tan sencillas,
05:41replicó, su voz temblando ligeramente.
05:44Estábamos separados. Yo estaba confundida, sola. Y Julio. El nombre flotó en el aire entre ellos,
05:54cargado de historia y de traición.
05:58El gesto de José Luis fue mínimo, apenas un tique en la mandíbula, pero fue suficiente para
06:04que un escalofrío recorriera la espalda de Adriana. Julio, repitió él, paladeando el nombre como si
06:13fuera veneno. Así que volvemos a él, siempre volvemos a él, ¿no es cierto? Incluso cuando está
06:19muerto, su sombra se alarga y lo toca todo. Se reclinó en su sillón, un movimiento lento y
06:28deliberado. Un rey en su trono, juzgando a una traidora. Termina lo que has venido a decir,
06:36Adriana. Deja de torturarme con medias verdades. El hijo que esperas. ¿Es de Julio? El silencio
06:45que siguió a la pregunta fue absoluto, tan profundo que Adriana pudo oír el zumbido de la sangre en sus
06:50oídos. Toda su vida, todo su futuro, el futuro de su hijo, pendía de la única palabra que debía
07:00pronunciar. Miró al hombre que tenía delante, un hombre al que había amado, al que había temido,
07:09al que había intentado engañar para sobrevivir. Y en sus ojos vio el abismo. Sí, dijo finalmente.
07:17La palabra salió de sus labios, pequeña, desnuda, pero con el peso de una sentencia de muerte.
07:26El hijo que espero es de Julio. Es tu nieto, José Luis. Si esperaba una explosión, un grito,
07:34un golpe en la mesa, se equivocó. La reacción de José Luis fue mucho más aterradora. Fue el silencio,
07:43un silencio gélido, antinatural. Su rostro no cambió, pero algo en sus ojos se rompió. Fue
07:52como ver una capa de hielo resquebrajarse en un lago helado, revelando la oscuridad insondable que
07:57había debajo. La máscara de control se había desintegrado, y lo que quedaba era algo primario,
08:05devastado, devastado y peligroso. No dijo nada durante lo que pareció una eternidad. Simplemente
08:13la miró, y en esa mirada Adriana vio el final de todo. No había ira, no todavía. Lo que había era
08:23una decepción tan profunda, una herida tan mortal, que trascendía la furia.
08:27Era la constatación de la traición definitiva. Le había mentido sobre la única cosa que podría
08:36haberlos unido de nuevo. La sangre.
08:40Mi nieto. Repitió él finalmente, la voz ronca, desprovista de toda emoción. Sonaba como el
08:48crujido de hojas secas bajo una bota.
08:50Levantó una mano, no para amenazarla, sino en un gesto de incredulidad, como si estuviera
08:59contemplando un fantasma.
09:02Me has mentido, me has mirado a los ojos durante semanas, has dejado que te cuidara, que te
09:08protegiera, que hiciera planes para.
09:13Para mi hijo, has construido un castillo de mentiras sobre la tumba de mi propio hijo.
09:20No tuve elección, exclamó Adriana, la desesperación finalmente rompiendo sus defensas.
09:28Tenía miedo, José Luis. Miedo de ti, miedo de todo. ¿Qué querías que hiciera? Decirte
09:34que llevaba en mi vientre al hijo del hombre que te desafió, del hombre cuya muerte te
09:38ha obsesionado?
09:42La verdad, replicó él, su voz subiendo de tono por primera vez, un trueno lejano que
09:47anunciaba la tormenta. Podrías haberme honrado con la verdad. Quizás te sorprendería saber
09:55que la verdad, por dolorosa que sea, es lo único que respeto.
10:03Pero elegiste el engaño. Elegiste manipularme. Se puso de pie. El movimiento fue tan repentino
10:09que Adriana se encogió en su asiento. Caminó hacia la gran ventana que daba a los jardines,
10:17dándole la espalda. Sus hombros, normalmente erguidos y fuertes, parecían cargados con un
10:23peso invisible. Quiero que te vayas, dijo sin volverse. Sal de mi casa, sal de mi vista.
10:32José Luis, por favor.
10:37Suplicó ella, levantándose también. Tenemos que hablar, por el niño. Él no tiene la culpa
10:42de nada. Es tu única familia, tu sangre. Él se giró lentamente, y el rostro que la enfrentó
10:52ya no era el del hombre que conocía.
10:57Era el rostro de un extraño. Sus ojos ardían con una luz fría y desoladora. Ese niño no
11:02es nada para mí.
11:06Es el legado de un traidor. Es el recordatorio viviente de tu engaño. Tú y él no sois nada
11:11para mí.
11:15No puedes decir eso. Susurró ella, con el corazón hecho pedazos. No puedo. Una risa
11:22amarga y rota escapó de sus labios.
11:27Acabas de enseñarme que en este mundo no hay límites para la traición, Adriana. Yo te
11:32enseñaré que tampoco los hay para el desprecio.
11:34Ahora, vete. Antes de que diga o haga algo de lo que ambos nos arrepintamos. Su voz era
11:43tan definitiva, tan cargada de una finalidad aterradora, que Adriana supo que no había
11:47nada más que decir.
11:48Cada palabra adicional solo añadiría combustible al fuego que acababa de encender.
11:59Con el alma rota y las piernas temblando, se dirigió hacia la puerta. Al pasar a su lado,
12:05no se atrevió a mirarlo.
12:06Podía sentir el frío que emanaba de él, un frío que congelaba el aire a su alrededor.
12:17Abrió la puerta y se encontró con la mirada angustiada de Rafael. Él no necesitó preguntar.
12:25La devastación en el rostro de Adriana lo decía todo. La tomó suavemente del brazo
12:29para guiarla por el pasillo, alejándola de la boca del lobo. Dentro del despacho, José
12:38Luis permaneció inmóvil, mirando la puerta cerrada. El control férreo que había mantenido
12:43durante la conversación se desmoronó. Se acercó a su escritorio y, con un rugido sordo que brotó
12:51de lo más profundo de su ser, barrió todo lo que había sobre él. Libros, papeles, un tintero de
13:00plata. Todo voló por los aires, estrellándose contra el suelo en una cacofonía de destrucción.
13:09Se dejó caer en su sillón, la cabeza entre las manos, el cuerpo sacudido por temblores que no podía
13:15controlar. No era rabia, era un dolor tan puro y absoluto que lo estaba deshaciendo desde dentro.
13:27El pasado no sólo había vuelto, había regresado para aniquilar su futuro. Sombras en la cocina,
13:34el pasado que une y atormenta. Mientras el mundo de los señores se derrumbaba en el lujo silencioso
13:42de un despacho, en las entrañas de la casa, en el corazón bullicioso de la cocina, otro pasado,
13:49más oscuro y silencioso, luchaba por permanecer enterrado. Luisa se movía con la eficiencia de
13:58siempre, sus manos expertas picando verduras con un ritmo hipnótico. Pero su mente estaba lejos de
14:06allí. Desde la llegada de Tomás, el nuevo capataz, una inquietud constante se había apoderado
14:12de ella. No era sólo su presencia imponente o su mirada penetrante que parecía ver más de lo
14:20debido. Era el reconocimiento, un reconocimiento que le helaba la sangre en las venas. Tomás entró
14:29en la cocina con la excusa de buscar un vaso de agua. Se movía con una confianza que a Luisa le
14:37resultaba insolente. Se apoyó en la encimera, cerca de ella, demasiado cerca. El calor del fogón se
14:46mezclaba con una tensión palpable que sólo ellos dos podían sentir.
14:53Huele de maravilla, Luisa, dijo él, su voz una mezcla de amabilidad superficial y un subtono grave
15:00que ella conocía demasiado bien. Siempre has tenido buena mano para la cocina. Algunas cosas nunca
15:08cambian. Luisa no detuvo el movimiento del cuchillo, pero su ritmo se volvió más duro, más agresivo.
15:17El filo golpeaba la tabla de cortar con una fuerza innecesaria. Mi trabajo es cocinar, señor Tomás.
15:24No tiene ningún mérito. Lo llamó señor a propósito, intentando crear una distancia que él se empeñaba
15:33en destruir. Tomás soltó una risita. Señor Tomás, suena tan formal, después de todo lo que hemos
15:42compartido. Dejó la frase en el aire, una insinuación venenosa. Luisa finalmente se detuvo.
15:54Dejó el cuchillo sobre la tabla con un golpe seco y se giró para enfrentarlo. Sus ojos,
16:00normalmente cálidos y amables, eran dos pedernales.
16:07Usted y yo no hemos compartido nada. Usted es el capataz y yo soy la cocinera. Esa es toda nuestra
16:13relación. Y le agradecería que la mantuviera así. Él la estudió por un momento, una sonrisa
16:21aladeada jugando en sus labios. ¿De verdad crees que puedes borrarlo todo, Lucía? Usó su verdadero
16:30nombre, el que nadie en Valle Salvaje conocía, y el efecto fue instantáneo.
16:39Luisa palideció. Su respiración se entrecortó. Fue como si él hubiera pronunciado un conjuro olvidado,
16:45despertando a los fantasmas que ella había pasado años adormeciendo.
16:52No sé de qué me habla, si se o, la voz apenas audible. Y mi nombre es Luisa, claro.
17:01Luisa, concedió él, dando un sorbo a su agua. Pero yo te conocí como Lucía. Te conocí cuando eras
17:07una chiquilla asustada que haría cualquier cosa por sobrevivir. Recuerdo tus ojos. Tenían el mismo
17:16fuego que ahora, pero también el mismo miedo. Se acercó un paso más. No tienes por qué tenerme
17:25miedo ahora. Las cosas son diferentes. Yo soy diferente. Aléjese de mí, advirtió Luisa,
17:34retrocediendo hasta que su espalda chocó contra la pared. Se sentía atrapada, transportada a otro
17:42lugar, a otra época. Un cuarto oscuro, el olor a humedad, el miedo. En ese preciso instante,
17:53Alejo entró en la cocina. El joven, siempre alegre y despreocupado, se detuvo en seco al percibir la
17:59atmósfera. La tensión era tan densa que se podía cortar con el cuchillo que Luisa había abandonado.
18:11Vio la postura defensiva de su tía, su rostro pálido, y la proximidad inquietante de Tomás.
18:20¿Interrumpo algo? Preguntó Alejo, su tono casual teñido de una repentina suspicacia.
18:29Tomás se enderezó al instante, la sonrisa depredadora reemplazada por una expresión afable.
18:38En absoluto, muchacho, solo felicitaba a tu tía por el guiso. El aroma me ha traído hasta aquí.
18:46Se dirigió hacia la puerta. Bueno, el deber me llama. Con permiso. Lanzó una última mirada a Luisa,
18:53una mirada que contenía una advertencia y una promesa, y desapareció.
19:01Alejo se acercó a su tía, la preocupación grabada en su rostro. ¿Estás bien, tía? Parecías.
19:10No sé, asustada. Luisa se esforzó por componerse. Se alisó el delantal y forzó una sonrisa que no
19:18llegó a sus ojos. Tonterías, hijo. Es solo el calor de los fogones. Ese hombre es un poco
19:26impertinente. Eso es todo. No le dé más importancia. Pero Alejo no estaba convencido.
19:36Había visto algo más que simple impertinencia. Había visto la sombra de un secreto,
19:43un miedo profundo y antiguo en los ojos de la mujer que lo había criado. Y por primera vez,
19:51sintió que la armonía de su nueva vida junto a ella y Evaristo, esa vida sencilla y feliz que
19:57atesoraba, comenzaba a tambalearse por culpa de un fantasma del pasado que acababa de adquirir nombre
20:02y rostro. Tomás. El miedo de Luisa se convirtió en terror puro horas más tarde. Mercedes, una de las
20:12jóvenes sirvientas, había ido al pueblo a hacer unos recados. Había aceptado, con inocencia,
20:21la oferta de Tomás de acompañarla, ya que él también se dirigía hacia allí.
20:29La muchacha regresó al anochecer, sola, llorando, con la ropa rasgada y un cardenal
20:35moratándose en la mejilla. Contó, entre sollozos, que al volver por el sendero del bosque, un hombre
20:44encapuchado la había asaltado, intentando robarle el poco dinero que llevaba.
20:51Dijo que Tomás la había dejado en la entrada del pueblo, alegando que tenía otro asunto que atender.
20:56Pero la coincidencia era demasiado brutal para ser ignorada. Luisa escuchaba la historia desde el
21:04umbral de la cocina, y un frío glacial se apoderó de ella. Sabía, con una certeza visceral que no
21:13necesitaba pruebas, que el asaltante no era un desconocido. Sabía que la violencia que había
21:21rozado a Mercedes era una extensión de la oscuridad que Tomás llevaba dentro. No era un robo, era un
21:30mensaje, un mensaje para ella, una demostración de poder, un recordatorio de lo que era capaz de
21:36hacer. El pasado oscuro que compartían no sólo estaba saliendo a la luz, estaba extendiendo sus
21:45garras para atrapar a los inocentes a su alrededor. La pregunta ya no era qué intenciones tenía Tomás
21:52en Valle Salvaje, sino a quién más haría daño para conseguir lo que quería de ella.
22:00La amistad rota. Cenizas de un vínculo. La elección de Pepa había caído como una bomba silenciosa
22:07entre Francisco y Martín. Había elegido a Martín, y aunque intentaban mantener una fachada de civilidad
22:15por el bien de la finca y los años de amistad, la herida era demasiado profunda.
22:23Cada encuentro era un campo de minas de reproches no dichos y miradas cargadas de significado.
22:31Se encontraron junto a las caballerizas, el lugar que había sido testigo de tantos momentos
22:36de camaradería. Ahora, el olor a heno y a caballo sólo servía para resaltar la amargura que los
22:44separaba. Los informes de la cosecha no son buenos, comenzó Francisco, su tono puramente
22:53profesional, evitando la mirada de Martín. La sequía está haciendo más daño del que previmos. Martín
23:02asintió, apoyado en una valla de madera. Lo sé, he estado revisando los números. Tendremos que tomar
23:11algunas decisiones difíciles. Silencio, un silencio incómodo que se alargaba, lleno de todo lo que no
23:20estaban diciendo. Finalmente, fue Francisco quien lo rompió. ¿Cómo está ella? Preguntó, sin poder evitarlo.
23:33La pregunta sonó rígida, forzada. Martín supo inmediatamente que no se refería a la cosecha.
23:43Suspiró, pasándose una mano por el pelo. Pepa está bien, está, feliz, creo. Feliz, repitió Francisco,
23:52y la palabra sonó a insulto en sus labios.
23:54Se giró para encarar a su amigo, y la máscara de profesionalidad se cayó, revelando el dolor y la
24:03rabia que había debajo.
24:04¿Y tú, también estás feliz? ¿Feliz de haberte quedado con la mujer que sabías que yo amaba? ¿Feliz
24:13de haber traicionado 20 años de amistad por un capricho?
24:18Martín se enderezó, su propia ira aflorando. ¿Un capricho? ¿Llamas a lo que siento por Pepa un
24:24capricho? Francisco, yo no te he traicionado.
24:27Las cosas sucedieron así, el corazón no entiende de planes ni de lealtades. Ella me eligió a mí.
24:38¿Qué querías que hiciera? ¿Rechazarla por respeto a una amistad que tú mismo estabas
24:42envenenando con tus celos y tu posesividad?
24:48Yo la vi primero, espetó Francisco, su voz sonando infantil incluso para sus propios oídos,
24:53pero la injusticia que sentía era tan abrumadora que lo cegaba.
25:00Era mi oportunidad de ser feliz, Martín, la única que he tenido en años, y tú me la arrebataste.
25:09Tú, mi mejor amigo, mi hermano. Yo no te he arrebatado nada, replicó Martín, dando un paso hacia él.
25:16Pepa es una mujer, no un trofeo que se pueda ganar o perder. Tiene su propia voluntad.
25:28Quizás si la hubieras visto a ella en lugar de a tu oportunidad de ser feliz, las cosas serían diferentes.
25:37Los dos hombres se quedaron mirando, respirando agitadamente. Las verdades crueles que se habían
25:42lanzado el uno al otro colgaban en el aire, irreparables. Habían cruzado una línea de la
25:50que no había retorno. La amistad que los había unido, forjada en el trabajo duro, las risas
25:56compartidas y las dificultades superadas, se estaba desmoronando, convirtiéndose en cenizas ante sus
26:02propios ojos. Y ambos sabían, en el fondo de sus corazones rotos, que la brecha que Pepa había
26:11abierto entre ellos era ya un abismo demasiado ancho para ser cruzado.
26:18El vestido y la fiera. Ansiedades en la víspera de la fiesta. Lejos de los dramas de paternidad y
26:24pasados violentos, en otra ala de la mansión, se gestaba una crisis de una naturaleza completamente
26:30diferente, pero no menos intensa para sus protagonistas.
26:34La inminente fiesta de los varones de Montegrés, el evento social del año, se había convertido en
26:43el epicentro de las ansiedades de Bárbara.
26:48No tengo nada que ponerme. Exclamó por décima vez, arrojando un vestido de seda sobre una montaña
26:54de ropa que ya desbordaba su cama. Su habitación era un caos de telas, colores y frustración. Irene,
27:04sentada elegantemente en una butaca, la observaba con una mezcla de diversión y genuina compasión.
27:13Su alianza reciente, forjada en la necesidad mutua, se estaba solidificando en momentos como este.
27:19Bárbara, querida, tienes un armario más grande que mi apartamento en la ciudad. Estoy segura de
27:28que hay algo ahí dentro. No lo entiendes, gimió Bárbara, al borde de las lágrimas. Esto no es
27:36una cena cualquiera. Son los Montegrés, estará todo el mundo. Cada mujer llevará un vestido de
27:44un diseñador de París o Madrid. Y yo, yo apareceré con uno de estos trapos viejos. Seré el hazmerreir,
27:54dirán ahí va la pobre cuñada del duque, la que no sabe ni vestirse.
28:00Su inseguridad era una bestia voraz que la devoraba por dentro. La fiesta no era solo una fiesta,
28:05era un examen. Un juicio sobre su valía, su estatus, su capacidad para encajar en un mundo
28:14que sentía que la miraba constantemente por encima del hombro. Irene se levantó y se acercó a ella,
28:22poniendo una mano tranquilizadora en su hombro. Escúchame, no necesitas un vestido de París.
28:31Necesitas el vestido adecuado, uno que te haga sentir poderosa. Y yo te ayudaré a encontrarlo,
28:39o a crearlo si es necesario. Sé de una costurera en el pueblo que hace milagros.
28:47Le llevaremos el mejor de tus vestidos y lo transformaremos en algo espectacular.
28:54Confía en mí. La promesa de Irene calmó ligeramente a Bárbara, pero la presión seguía ahí.
29:01En ese momento, Adriana entró en la habitación, su propio tormento grabado a fuego en su rostro pálido.
29:12Vio el caos de ropa y la angustia de su hermana. ¿Qué ocurre aquí? Preguntó,
29:17aunque no tenía energía para otro drama.
29:19Bárbara está preocupada por la fiesta, explicó Irene con delicadeza. Adriana miró a su hermana,
29:29y una nueva preocupación se sumó a su carga.
29:32Bárbara, ¿estás segura de que quieres ir? Será un evento muy... expuesto, habrá mucha gente, muchos cuchicheos.
29:45Le preocupaba que la frágil estabilidad de Bárbara se hiciera añicos bajo el escrutinio de la alta sociedad.
29:50La duda de Adriana fue como echar leña al fuego de la inseguridad de Bárbara. ¿Lo ves? Ni siquiera mi propia hermana cree que pueda manejarlo. ¿Crees que voy a hacer el ridículo, verdad? ¿Qué os avergonzaré a todos?
30:05No, no es eso. Intentó explicarse Adriana, pero el daño ya estaba hecho. Para empeorar las cosas, Leonardo apareció en el umbral, atraído por las voces.
30:22Al ver el estado de su esposa, intentó hacer lo que siempre hacía. Calmarla con lógica y palabras amables, sin entender que estaba hablando a la fiera de la ansiedad, no a la mujer.
30:35Cariño, es solo una fiesta, dijo con una sonrisa bien intencionada. Nadie se va a fijar tanto en tu vestido.
30:46Eres encantadora, y eso es lo que importa. Simplemente sé tú misma y todo irá bien.
30:54Sus palabras, destinadas a tranquilizar, tuvieron el efecto contrario. Para Bárbara, sonaron a una minimización de sus sentimientos,
31:02a una confirmación de que su preocupación era trivial e infundada, lo que la hacía sentir aún más inadecuada.
31:12Claro, solo una fiesta, espetó, su voz cargada de sarcasmo. Fácil para ti decirlo, tú eres un Santa Cruz.
31:19Naciste para esto, yo no, para mí es un campo de batalla, y ni siquiera tengo armadura.
31:30Se dejó caer en la cama, en medio de la montaña de vestidos, y rompió a llorar, un sollozo de pura frustración e inseguridad.
31:38Leonardo se quedó helado, sin saber qué hacer. Irene lanzó una mirada de reproche a ambos, a Leonardo por su torpeza y a Adriana por su falta de tacto.
31:53La gran fiesta de los varones de Montegrés se cernía sobre ellos, no como una celebración, sino como una prueba de fuego que amenazaba con quemarlos a todos.
32:02El abismo en la mirada. El control perdido. Rafael caminaba por los pasillos de la mansión, el corazón encoguido.
32:16Había instalado a Adriana en su habitación, dejándola sumida en un mar de lágrimas silenciosas, y ahora su preocupación se centraba en el otro polo de la catástrofe, José Luis.
32:26No lo encontraba en el despacho, que parecía haber sido devastado por un huracán. Lo buscó en la biblioteca, en el salón principal.
32:41Finalmente, lo vio a través de los ventanales del jardín. El duque estaba de pie junto a la fuente, inmóvil como una estatua.
32:48La noche comenzaba a caer, tiñendo el cielo de tonos púrpuras y anaranjados, pero él no parecía notarlo.
33:02Simplemente miraba el agua que brotaba y caía, una y otra vez, en un ciclo monótono e infinito.
33:11Rafael salió al jardín, acercándose con cautela, como quien se acerca a un animal herido y acorralado.
33:18No sabía qué esperar. Gritos, acusaciones, una furia desatada. Pero lo que encontró fue mucho peor.
33:30Padre, dijo en voz baja, José Luis no se giró. No pareció haberlo oído, su mirada seguía fija en el agua.
33:40Rafael se paró a su lado, siguiendo su mirada, pero no había nada de particular interés en la fuente.
33:48Era solo agua. La conversación con Adriana. Comenzó Rafael, sin saber cómo continuar.
33:58Fue entonces cuando José Luis habló, pero su voz era extraña, vacía. El agua, dijo.
34:04Sigue fluyendo. No importa lo que pase. No se detiene. Limpia la piedra. La desgasta.
34:16Pero sigue fluyendo. Rafael lo miró de perfil. El rostro del duque estaba desprovisto de expresión.
34:22Sus ojos, normalmente tan vivos y llenos de inteligencia y poder, estaban apagados.
34:31Era como si la luz interior que lo animaba se hubiera extinguido. No había ira, ni tristeza.
34:43Había un vacío. Un vacío aterrador. Padre, sé que esto es un golpe terrible.
34:49Intentó Rafael, buscando alguna reacción, alguna emoción a la que aferrarse.
34:54Pero tienes que, tenemos que pensar en cómo proceder. José Luis se giró lentamente hacia él.
35:03Y por primera vez Rafael pudo verle los ojos de frente.
35:09Lo que vio le geló la sangre. Era la mirada de un hombre que ha caído por el borde de un precipicio y sigue cayendo en la oscuridad.
35:15Un hombre que ha perdido no solo la esperanza, sino también la razón que lo anclaba al mundo.
35:27Había algo roto, irrevocablemente roto, detrás de esa fachada de calma antinatural.
35:36Proceder, repitió el duque, como si la palabra fuera de un idioma extranjero.
35:41Una sonrisa extraña y fugaz cruzó sus labios.
35:47No era una sonrisa de alegría ni de amargura.
35:50Era una sonrisa vacía, la de alguien que ha entendido una broma cósmica y terrible.
35:57Sí, hay que proceder.
35:59Se dio la vuelta y comenzó a caminar de regreso a la casa,
36:02con un paso firme y decidido que contrastaba brutalmente con la desolación de su mirada.
36:07Rafael se quedó paralizado por un instante.
36:13La reacción que había temido, la furia del duque, no había llegado.
36:20En su lugar, había algo infinitamente más peligroso.
36:24La conversación con Adriana no solo había tenido un efecto devastador en José Luis, lo había quebrado.
36:29Lo había empujado más allá de los límites de la razón.
36:36Rafael, que siempre había podido predecir los movimientos de su padre, sus estrategias, sus enfados,
36:43ahora se encontraba ante un desconocido.
36:45Un hombre cuya alma había sido reemplazada por un agujero negro.
36:52Corrió para alcanzarlo, el miedo atenazándole la garganta.
36:58Porque se dio cuenta de que el duque no había perdido el control en un arrebato de ira.
37:05No, lo que había sucedido era mucho peor.
37:08José Luis había renunciado al control.
37:10Se había soltado de todas las ataduras morales y emocionales.
37:16Y un hombre como él, con su poder, su riqueza y su dolor sin límites, liberado de cualquier restricción, no era solo un hombre roto.
37:28Era una fuerza de la naturaleza a punto de desatarse.
37:31Y Rafael no tenía la menor duda de que la primera persona que sentiría la fuerza de ese huracán devastador sería Adriana.
37:37El pasado no solo había vuelto.
37:42Había vuelto para cobrar su deuda con sangre, lágrimas y locura.
37:49Y la noche en Valle Salvaje apenas acababa de empezar.
37:52¡Gracias!
37:53¡Gracias!
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