Skip to playerSkip to main content
  • 3 weeks ago
Valle Salvaje: Adriana En Peligro: La TraicióN Del Duque Y El Secreto De ÚRsula
Transcript
00:00Adriana en peligro. La traición del duque y el secreto de Úrsula. En el corazón del valle,
00:16la salud de Adriana y la vida de su hijo penden de un hilo, mientras Rafael libra una guerra
00:22entre el amor y la venganza. La amenaza del duque José Luis, dispuesto a todo para arrebatarle
00:29sus tierras, se cierne como una sombra letal. Al mismo tiempo, Úrsula, atrapada entre el miedo
00:37y la traición, planea incriminar a Francisco, sin sospechar que un hallazgo inesperado puede
00:43hundir al propio duque. Entre conspiraciones, confesiones y un libro de cuentas lleno de
00:50secretos, las piezas comienzan a encajar. ¿Será este el final del poder del duque o el inicio
00:58de una tragedia aún mayor? El aire en la habitación de Adriana se había vuelto denso, irrespirable,
01:04cargado con el peso de los miedos no expresados. El baído la había dejado pálida como un lienzo
01:11sin pintar, y su cuerpo, frágil y delicado, parecía verse encogido sobre el lecho. Victoria,
01:20con las manos entrelazadas en un gesto de súplica nerviosa, no apartaba la vista del galeno,
01:25un hombre de semblante grave y bigote cano que auscultaba a la joven con una parsimonia que
01:30crispaba los nervios. Rafael, a los pies de la cama, era una estatua de tensión pura. Sus
01:39nudillos estaban blancos de tanto apretar los puños, y en su mandíbula se dibujaba la feroz
01:44batalla que libraba en su interior. La angustia por Adriana y el veneno de la venganza que todavía
01:50le recorría las venas, susurrándole el nombre de Úrsula sin cesar.
01:56Es la gestación, sin duda, sentenció el doctor finalmente, guardando sus instrumentos en un maletín
02:02de cuero gastado. La señora viuda de Roldán se encuentra en un estado de extrema debilidad. El
02:09esfuerzo, las tensiones. Todo ello está haciendo mella en su salud y, me temo, en la del niño que
02:17espera. ¿Qué quiere decir, doctor? ¿Está en peligro? La voz de Rafael sonó ronca, rota.
02:28El médico se mesó el bigote, evitando su mirada. El embarazo es de por sí delicado.
02:35En estas condiciones, con esta fatiga emocional y física, el riesgo se multiplica.
02:41Necesita reposo absoluto, calma, y una alimentación que dudo que los recursos
02:47actuales del valle puedan proporcionarle en su totalidad.
02:53Cualquier disgusto, cualquier sobresalto, podría ser. Catastrófico. La palabra resonó en la habitación
03:00con la fuerza de una sentencia de muerte. Catastrófico. Rafael sintió que el suelo
03:06se abría bajo sus pies. Miró a Adriana, tan vulnerable, y el rostro de su hermano Julio
03:12se superpuso al de ella por un instante. Estaba fallando. Le había fallado a su hermano en la
03:19muerte y ahora sentía que le estaba fallando a Adriana en la vida, arrastrándola a un abismo
03:24de odio y sospechas mientras su cuerpo libraba una batalla silenciosa. En ese preciso instante,
03:31como un cuervo atraído por la desgracia, apareció en el umbral de la puerta la figura imponente de
03:37don José Luis, el duque. Su rostro, habitualmente impasible, mostraba una estudiada máscara de
03:46preocupación. He oído que la joven Adriana no se encontraba bien. Dijo con una voz aterciopelada
03:54que contrastaba violentamente con la atmósfera cargada de la estancia. He venido a ofrecer mi ayuda,
04:00por supuesto. Rafael se interpuso entre él y la cama. No necesitamos su ayuda, duque. No necesitamos
04:09nada de usted. José Luis esbozó una sonrisa condescendiente. No sea necio, muchacho. Acabo
04:17de cruzarme con el doctor. Conozco el diagnóstico. Sé lo que significa catastrófico cuando se habla
04:24de una mujer en su estado. Desvió la mirada hacia Adriana, que le observaba con los ojos muy
04:30abiertos. Una mezcla de miedo y repulsión. Mi oferta sigue en pie, Adriana. De hecho,
04:38ahora es más pertinente que nunca. Piénselo. Las mejores clínicas de Madrid, los médicos
04:46más reputados de España a su disposición. Una vida tranquila y segura para usted y para
04:52su hijo. Todo a cambio de unos pedazos de tierra que solo le están trayendo desgracias.
04:59Era una serpiente ofreciendo una manzana envenenada. Adriana lo sabía. Rafael lo sabía.
05:06Pero el veneno, por primera vez, parecía tener el sabor de la única salvación posible.
05:13La duda, sutil y terrible, comenzó a germinar en el corazón de Adriana. ¿Qué valían unas tierras
05:19comparadas con la vida de su hijo? Mientras tanto, en las cocinas de la casa grande,
05:26el infierno personal de Úrsula ardía con una intensidad insoportable. La acusación de Rafael
05:33no era una simple palabra lanzada al viento, era una marca de fuego en su alma. Cada vez que cerraba
05:41los ojos, veía su rostro, descompuesto por el dolor y el odio, señalándola como la asesina de su propio
05:47hermano. La relación que habían construido, ese frágil puente de confianza y afecto, se había
05:55derrumbado, y sus ruinas eran ahora un recordatorio constante de lo que había perdido. El miedo era un
06:03animal vivo en su interior, arañando sus entrañas. Sabía que Rafael no se detendría. Su tenacidad era
06:11una de las cualidades que una vez había admirado en él. Ahora era el instrumento de su posible perdición.
06:17No, no podía permitirlo. No podía acabar en un garrote vil por un crimen que, si bien no había
06:25cometido, la salpicaba de una manera que nadie podría comprender. El duque se lo había dejado
06:32muy claro. Si yo caigo, tú caes conmigo, Úrsula. Recuerda para quién trabajas. Su mente, afilada por
06:41la desesperación, trabajaba a una velocidad febril. Necesitaba un chivo expiatorio. Alguien lo
06:49suficientemente cercano a los hechos como para ser creíble, pero lo suficientemente débil como para
06:55no poder defenderse. Y el nombre de Francisco acudió a su mente con una claridad meridiana. El
07:02muchacho. El ingenuo Francisco, que había confesado haber servido la merienda, era perfecto.
07:12El plan comenzó a tomar forma, una telaraña de mentiras y medias verdades. Recordaba haber visto
07:18a Francisco discutir con Julio unos días antes de su muerte. Una nimiedad, algo sobre unos caballos,
07:25pero en el contexto adecuado, podría magnificarse hasta convertirlo en un móvil. Y luego estaba el
07:33veneno. Necesitaba una prueba, algo tangible que conectara a Francisco con el crimen. Con el corazón
07:41martilleándole en el pecho, se deslizó sigilosamente hacia las dependencias del servicio. Sabía que
07:48Francisco guardaba sus pocas pertenencias en un pequeño baúl de madera al pie de su catre. Con
07:55manos temblorosas, forzó la cerradura. Dentro, ropa doblada, una estampa religiosa y un pequeño libro
08:02de poemas. Nada, la frustración la invadió. Pensó, desesperada, ¿dónde podría haberlo escondido?
08:12Entonces recordó, el pequeño frasco de veneno para ratas que guardaban en la despensa más alta.
08:19Siempre faltaba una pequeña cantidad. El duque lo usaba, para sus propios fines. Con una resolución
08:25gélida, fue a la despensa, cogió el frasco casi vacío y, envolviéndolo en un pañuelo, volvió a la
08:32habitación de Francisco. No lo metería en el baúl. Sería demasiado obvio. Lo escondería entre las vigas
08:39del techo, en un hueco suelto que sólo alguien que limpiara la habitación a fondo podría encontrar.
08:44Alguien como Isabel, dejaría que la propia justicia de la casa hiciera el trabajo sucio.
08:54Plantaría la semilla de la sospecha en la mente de Isabel, y ella, con su rectitud implacable,
09:00encontraría la prueba y ataría los cabos. Mientras colocaba el frasco, sus manos rozaron
09:08algo más en el hueco. Un pequeño objeto de metal. Curiosa, lo sacó a la luz. Era un gemelo. Un gemelo
09:17de plata con las iniciales J. L. V. José Luis de Velasco. El duque. Se le geló la sangre. ¿Qué
09:24hacía eso allí? ¿Acaso Francisco? No, era imposible. El muchacho adoraba al duque. Entonces,
09:32¿quién lo había puesto allí? ¿Y por qué? Una nueva capa de miedo, más profunda y oscura,
09:38se apoderó de ella. Esto era más complicado de lo que había imaginado. El gemelo era una prueba,
09:45sí, pero no contra Francisco.
09:47Francisco. Era una prueba contra el hombre más poderoso del valle. Guardó el gemelo en su bolsillo,
09:55su mente un torbellino de confusión y terror. Su plan acababa de volverse infinitamente más
10:02peligroso. Isabel, el ama de llaves, observaba a Francisco con una mezcla de pena y sospecha.
10:11La confesión del muchacho sobre la merienda no le cuadraba. Conocía a Francisco desde que era un
10:16crío. Tenía un corazón noble, incapaz de albergar la maldad necesaria para cometer un
10:21asesinato. No, él estaba protegiendo a alguien. Su lealtad era su mayor virtud y, en este caso,
10:30su mayor defecto. Decidió que la única forma de llegar a la verdad era a través de la rutina,
10:37de la observación silenciosa.
10:38Mientras supervisaba la limpieza de las habitaciones, sus ojos, agudos como los de un
10:46halcón, lo escrutaban todo. Fue entonces, al pasar por la habitación de Francisco, cuando un instinto
10:54la detuvo. Algo no estaba bien. La habitación estaba ordenada, como siempre, pero había una
11:02tensión en el aire, una sensación de espacio violado. Comenzó una inspección metódica,
11:09no como un ama de llaves, sino como una investigadora. Miró debajo del catre, revisó el baúl, que
11:17encontró extrañamente forzado, y palpó el corchón. Nada, a punto de darse por vencida, su mirada se alzó
11:25hacia las vigas del techo. Recordó que Francisco a veces guardaba allí sus pequeños tesoros de la
11:31infancia. Se subió a una silla y pasó la mano por el polvo acumulado. Sus dedos tropezaron con un
11:38pequeño hueco. Dentro, encontró el pañuelo. Al desenvolverlo, el olor amargo del veneno para
11:46ratas le golpeó las fosas nasales. El corazón le dio un vuelco. Era la prueba que Úrsula quería
11:53que encontrara. Por un momento, la duda la asaltó. ¿Y si se equivocaba? ¿Y si Francisco era realmente
12:01el culpable? Pero su instinto, forjado en años de servicio y conocimiento de la naturaleza humana,
12:08le gritaba que no. Esto era una trampa. Alguien había colocado el frasco allí. Y si alguien quería
12:15incriminar a Francisco, significaba que el verdadero culpable estaba cerca, muy cerca,
12:21y estaba desesperado. Su mente repasó los acontecimientos del día de la muerte de Julio.
12:28La merienda, el despacho, las idas y venidas. Úrsula había estado extrañamente nerviosa. El
12:36duque había tenido una reunión a puerta cerrada con Julio justo antes de su muerte, una reunión que,
12:42según los rumores, había sido acalorada. La red de mentiras era densa, pero Isabel acababa
12:49de encontrar el primer hilo suelto. Y estaba dispuesta a tirar de él hasta desenmarañar toda
12:56la trama, costara lo que costara. En la casa grande, Leonardo se sentía como un hombre atrapado
13:04entre dos mundos. El presente, encarnado en la dulce y complicada Irene, y el pasado, que acababa
13:10de irrumpir en su vida con la fuerza de un huracán a través de una simple carta. La caligrafía era
13:18inconfundible. Amanda, su esposa, a la que había llorado y dado por muerta hacía años tras un terrible
13:24accidente en el extranjero. La carta, entregada por una bárbara de ojos inquisidores, era breve y
13:31demoledora, Leonardo. He vuelto, sé que ha pasado mucho tiempo y que las explicaciones son insuficientes.
13:42Fui una cobarde, el accidente me dejó sin memoria, y cuando la recuperé, el miedo me paralizó.
13:50He estado viviendo otra vida, pero ya no puedo seguir huyendo de la verdad. De nuestra verdad.
13:55Estoy en la capital, necesito verte. Tuya siempre, Amanda. El papel temblaba en sus manos.
14:06Amanda estaba viva, la mujer a la que había amado con locura, cuyo recuerdo había santificado,
14:12no estaba muerta. Había vuelto. El torbellino de emociones era abrumador. Alegría, incredulidad,
14:21rabia por los años perdidos, y una punzada de culpa al pensar en Irene. Justo en ese momento,
14:28como si el destino se deleitara en su crueldad, Irene entró en el despacho.
14:35Le tendió un pequeño paquete envuelto en tela. Leonardo, esto es para ti, dijo con una suavidad
14:41que le desgarró el alma. Sé que has estado investigando las finanzas del duque, sus movimientos
14:49de tierras. Mi padre tenía algunos tratos con él antes de morir. Revisando sus papeles,
14:56encontré esto. Es un libro de contabilidad. Parece, irregular, hay pagos extraños, transacciones
15:04ocultas. Pensé que podría serte útil. Leonardo tomó el libro, sus dedos rozándolos de ella.
15:12El contacto fue una descarga eléctrica. La miró, y en sus ojos vio un futuro que,
15:20hasta hace cinco minutos, había creído posible. Un futuro de paz, de amor reencontrado en el corazón
15:28del valle. Y ahora, ese futuro se desvanecía como la niebla al amanecer. Irene, yo. Comenzó,
15:37pero las palabras se le atoraron en la garganta. ¿Cómo podía contarle algo tan monstruoso? ¿Cómo
15:43podía decirle que el hombre que estaba empezando a abrirle su corazón ya pertenecía a otra?
15:49Bárbara, que había observado la escena desde el pasillo, sintió una oleada de triunfo amargo.
15:56La carta de Amanda era su arma, la garantía de que Leonardo nunca sería de Irene.
16:01Pero al ver la genuina angustia en el rostro de Leonardo, una extraña punzada de compasión la
16:09asaltó. Quizás, en su afán por separarlos, había desatado un sufrimiento mucho mayor del que pretendía.
16:20Leonardo sabía que tenía que tomar una decisión. Guardó la carta de Amanda en su bolsillo,
16:25junto al corazón, como si su peso pudiera anclarlo a la realidad.
16:29Abrió el libro de contabilidad que Irene le había dado. Su mente, buscando refugio en
16:36la lógica y los números, comenzó a analizar las columnas. Y lo que vio lo dejó sin aliento. No
16:44eran solo transacciones irregulares. Eran los planos de un expolio. El duque estaba comprando
16:51sistemáticamente pequeñas parcelas, ahogando a los agricultores con deudas, manipulando los precios
16:57del agua. Y todo conducía a un único objetivo. Las tierras de Adriana. Pero había algo más.
17:07Un pago recurrente, una suma considerable, a una cuenta sin nombre, con la anotación U.
17:12Ah, las iniciales le resultaron familiares. Tras unos segundos, lo comprendió. Úrsula Abad.
17:23El duque estaba pagando a Úrsula. ¿Por qué? ¿Por su silencio? ¿Por su complicidad?
17:29El libro de contabilidad no era solo una prueba de la codicia del duque. Era la posible clave para
17:34resolver el asesinato de Julio Roldán. La presión sobre Adriana era insoportable. El ultimátum del duque,
17:42envuelto en falsa preocupación, la perseguía día y noche. Cada punzada en su vientre, cada mareo,
17:51era un recordatorio de la fragilidad de la vida que llevaba dentro, y la oferta de José Luis se volvía
17:56más y más tentadora. Bárbara, con su pragmatismo cruel, no ayudaba. Ser realista, Adriana, le había
18:06dicho esa misma tarde. Estás sola, débil, ¿de verdad crees que puedes ganar esta guerra contra un
18:13hombre como el duque? Acepta su oferta. Salva a tu hijo, el orgullo no te dará de comer ni curará a tu
18:20bebé. Las palabras, aunque duras, se clavaban en su conciencia. Rafael, consumido por su propia
18:29cruzada, parecía cada vez más distante. Lo veía pasar horas mirando el horizonte, con la mirada
18:35perdida y el ceño fruncido, y sabía que, aunque la amaba, su mente estaba en otra parte, en la tumba
18:42de su hermano, buscando respuestas que ella no podía darle. Esa noche, incapaz de dormir, se levantó y
18:51caminó descalza por la casa. La luna llena se filtraba por las ventanas, bañando los muebles en
18:57una luz fantasmal. Se detuvo frente al retrato de Julio. ¿Qué hago, Julio? Susurró al lienzo. ¿Qué
19:06harías tú en mi lugar? Luchaste por estas tierras, por nuestra familia. Pero, ¿a qué precio? ¿Debo
19:14sacrificar a nuestro hijo por tu legado? Un golpe en la puerta la sobresaltó. Era Rafael, tenía los ojos
19:23enrojecidos, pero en ellos brillaba una nueva determinación. No lo hagas, Adriana, dijo, como si
19:32hubiera leído sus pensamientos. No le entregues nada al duque. He sido un ciego, un egoísta. Obsesionado
19:41con la venganza. He descuidado lo único que importa. Tú y nuestro hijo. Perdóname. La abrazó con una
19:50fuerza que era a la vez protectora y desesperada. Lucharemos juntos. No sé cómo, pero encontraremos
19:58una manera. No estás sola. En ese abrazo, Adriana encontró la fuerza que le faltaba.
20:06La duda se disipó, reemplazada por una resolución de acero. No se rendiría. No le daría al duque la
20:12satisfacción de verla derrotada. El plan de Úrsula se había puesto en marcha, pero el descubrimiento
20:18del gemelo del duque la había asumido en un estado de pánico. Decidió enfrentarlo. Lo encontró en su
20:26despacho, sirviéndose una copa de coñac con una tranquilidad que la exasperaba.
20:33Tenemos que hablar, dijo ella, cerrando la puerta tras de sí. Ah, ¿sí? ¿Sobre qué,
20:39mi querida Úrsula? Respondió él sin dignarse a mirarla.
20:45Ella arrojó el gemelo sobre la mesa de caoba. El pequeño objeto de plata produjo un sonido agudo
20:50al chocar contra la madera. Encontré esto, en la habitación de Francisco, escondido donde yo misma
20:58iba a plantar el veneno. ¿Qué significa esto, José Luis? El duque, por primera vez, perdió la compostura.
21:09Su rostro se contrajo en una mueca de furia. Se abalanzó sobre ella, agarrándola por los brazos
21:14con una fuerza brutal. ¿Dónde lo has encontrado, zorra estúpida? Siseó, su aliento apestando alcohol
21:23y rabia. Te dije que no te entrometieras. Suéltame. Gritó ella, luchando por liberarse.
21:34Creí que el plan era culpar a Francisco. Esto lo cambia todo. Esto te señala a ti.
21:38El plan, dijo el duque, su voz un susurro amenazador, es que hagas lo que yo te diga.
21:48Ese gemelo no significa nada. Un descuido. Pero tu intromisión sí que puede significar algo.
21:55Puede significar tu fin. La empujó violentamente, y Úrsula cayó al suelo. Ahora lárgate de aquí.
22:03Y olvida lo que has visto. O te juro que la próxima cabeza que ruede por el valle será la tuya.
22:08Úrsula huyó del despacho, temblando de pies a cabeza. El miedo que sentía antes no era nada
22:15comparado con el terror absoluto que la embargaba ahora. No era una simple cómplice por silencio.
22:22Estaba en la jaula con un león, y el león estaba herido y furioso.
22:29Comprendió en ese instante que su única oportunidad de sobrevivir no era ayudar al duque,
22:33sino destruirlo. Mientras tanto, en otra parte del valle, la amistad entre Francisco y Pepa
22:41florecía, ajena a las sombras que se cernían sobre el primero. Su cercanía, sin embargo,
22:49abría una brecha en el corazón de Martín. Se sentía como un espectador, un forastero en su propia vida.
22:55La risa que compartían Francisco y Pepa era una melodía en la que él no tenía parte.
23:04La idea de marcharse, de buscar un nuevo comienzo lejos del valle y de sus fantasmas,
23:10se hacía cada vez más fuerte. Esa tarde, mientras caminaba sin rumbo, pasó cerca del despacho del
23:18duque. La ventana estaba entornada, y oyó voces airadas en el interior. La curiosidad,
23:25pudo más que la prudencia. Se acercó, ocultándose tras unos arbustos. Reconoció las voces de Úrsula y
23:34el duque. No pudo entender toda la conversación, pero oyó fragmentos que le helaron la sangre.
23:41Culpar a Francisco. El veneno. Tu gemelo. Te juro que la próxima cabeza que ruede.
23:47Martín se alejó de allí con el corazón desbocado. No entendía el significado completo de lo que había
23:54oído, pero sabía dos cosas con certeza. Francisco estaba en un peligro mortal, y él era el único que
24:01podía ayudarlo. Su dilema personal se desvaneció, reemplazado por un sentido de urgencia y lealtad.
24:09No podía abandonar a su amigo. No ahora. El día siguiente amaneció gris y plomizo,
24:17un reflejo del ánimo que pesaba sobre el valle. Era el día límite. El duque había enviado un
24:23mensajero. Esperaba la firma de Adriana sobre los documentos de cesión de las tierras antes del
24:28mediodía. A cambio, una berlina la recogería para llevarla a Madrid esa misma tarde. Adriana,
24:36a pesar de la promesa de Rafael, se sentía acorralada. El doctor, probablemente sobornado
24:44por el duque, había vuelto a visitarla esa mañana, pintando un cuadro aún más sombrío de su estado.
24:52Cada hora que pasa aquí, es una hora menos de vida para su hijo, le había dicho.
24:59Se reunieron todos en el salón principal. Adriana, pálida pero resuelta, Rafael, a su lado,
25:06con una expresión sombría, Victoria e Isabel, unidas en su silenciosa preocupación.
25:13El duque llegó puntual, con los documentos en una mano y una pluma en la otra. Bien, Adriana.
25:22Veo que has tomado la decisión sensata, dijo con una sonrisa triunfante. Colocó los papeles sobre la mesa.
25:28Adriana cogió la pluma, sus dedos temblaban, miró a Rafael, buscando una última señal de esperanza.
25:39Él la sintió levemente, aunque en sus ojos había una profunda desesperación. Estaban a punto de perderlo
25:45todo. Esperen. La voz de Leonardo resonó desde la puerta. Entró en el salón, seguido de cerca por Irene.
25:53En su mano sostenía el libro de contabilidad. Me temo que esta firma tendrá que esperar,
26:00duque, dijo Leonardo con una calma glacial. Tenemos que hablar de algunas irregularidades
26:07financieras, por ejemplo, de una serie de pagos a una tal U. A que coinciden sospechosamente con
26:16el envenenamiento de Julio Roldán, la cara del duque se demudó. No sé de qué me habla. ¿Es
26:23usted un insolente? Oh, creo que sí lo sabe, continuó Leonardo. Y también creo que sabe a
26:31quién pertenece este gemelo. Sacó el gemelo que Úrsula le había entregado en secreto esa misma
26:36mañana, desesperada por encontrar un aliado. En ese momento, la puerta se abrió de nuevo. Era Martín,
26:45arrastrando a un aterrorizado Francisco. Él no fue, gritó Martín. Yo oí al duque,
26:52amenazó a Úrsula. Hablaban de culpar a Francisco. Todo el salón se convirtió en un caos de acusaciones.
27:00El duque, atrapado, intentó abrirse paso hacia la salida, pero Rafael se lo impidió.
27:05Usted mató a mi hermano, gruñó Rafael, su voz cargada de un odio puro y destilado.
27:13No tienen pruebas, gritó el duque, con el rostro desencajado. Quizás esto sirva de prueba.
27:24Isabel dio un paso al frente. El día que Julio murió, usted se reunió con él. Discutieron.
27:32Y cuando Francisco le llevó la merienda, usted lo despidió y le dijo que usted mismo se la serviría.
27:37Francisco cayó por lealtad, por miedo, pero yo lo vi. La confesión de Isabel fue la última pieza
27:46del rompecabezas. Pero faltaba el testigo clave. Sí, es verdad. La voz de Úrsula temblaba, pero era
27:55firme. Apareció en el umbral, como un fantasma convocado. Yo lo vi todo. Vi cómo el duque echaba
28:02el veneno en la copa de Julio cuando éste le dio la espalda. Julio había descubierto sus planes para
28:09arruinar el valle y pensaba denunciarlo. El duque me compró con dinero y me silenció con amenazas.
28:17Pero no puedo más, no quiero ser cómplice de un monstruo. La confesión de Úrsula cayó como una
28:23losa. El duque, viéndose perdido, sacó una pequeña pistola del interior de su chaqueta y agarró a Adriana,
28:31poniéndole el cañón en la sien. Atrás todos, o la mato a ella y al bastardo que lleva dentro. Gritó,
28:40con los ojos inyectados en sangre. El terror paralizó la estancia. Rafael levantó las manos,
28:48impotente. Pero en ese instante de máxima tensión, Leonardo, que se había movido sigilosamente por el
28:54lateral, cogió un pesado candelabro de la chimenea y lo arrojó con todas sus fuerzas contra el brazo
29:00armado del duque. El arma se disparó, y la bala se incrustó en el techo. El duque aulló de dolor y
29:08soltó a Adriana, que cayó en los brazos de Rafael. Antes de que pudiera recuperarse, Rafael se abalanzó
29:16sobre él, y en pocos segundos, con la ayuda de Martín y Leonardo, el duque fue reducido y atado.
29:22La pesadilla había terminado. Epílogo. Un nuevo amanecer en el valle. Las semanas que siguieron
29:32fueron como el lento despertar de un largo y febril sueño. El duque fue entregado a la guardia civil,
29:39y con él, el libro de contabilidad y los testimonios de Úrsula, Isabel y Martín.
29:44La justicia, aunque lenta, seguiría su curso, pero para el valle, la verdadera justicia ya se había
29:54cumplido. Las tierras estaban a salvo. Úrsula, a cambio de su confesión, recibió una pena menor.
30:04Decidió marcharse del valle para siempre, buscando un lugar donde su pasado no proyectara una sombra tan
30:10larga. Antes de irse, se despidió de Rafael. No hubo perdón, porque algunas heridas nunca cierran
30:18del todo, pero sí hubo comprensión. Ambos habían sido víctimas del mismo hombre, de la misma ambición
30:26desmedida. Leonardo viajó a Madrid. Se encontró con Amanda en un café silencioso. Era ella, pero a la
30:34vez, era una extraña. Los años de ausencia y la vida que había construido sin él habían abierto
30:40un abismo insalvable entre ellos. Se despidieron con tristeza, pero también con la paz de saber que
30:47su historia, por fin, tenía un final. Regresó al valle sintiéndose más ligero, libre de un pasado que
30:56no sabía que lo aprisionaba. Irene lo esperaba. Su futuro no estaba escrito, pero por primera vez,
31:03tenían una página en blanco sobre la que empezar a escribirlo juntos. Martín se quedó. El valor que
31:11había demostrado al defender a su amigo le había devuelto su lugar en el valle y en su amistad con
31:15Francisco y Pepa. Su sentimiento de ser un extraño se había desvanecido, reemplazado por la certeza de
31:23que su hogar estaba allí, entre esa gente, en esa tierra. Y Adriana. Adriana floreció, sin la amenaza
31:32del duque y el estrés de la lucha, su salud mejoró notablemente. La comunidad del valle,
31:40agradecida y unida como nunca, se volcó en cuidarla. Alejo le traía las mejores verduras
31:45de su huerto, Pepa le cosía ropa para el bebé, e Isabel preparaba caldos y remedios que obraban
31:51milagros. Una tarde de primavera, sentada en el porche junto a Rafael, sintió la primera patada
31:59de su hijo. Ambos rieron, una risa limpia y llena de esperanza. La vida que crecía en su interior era
32:07un símbolo de la nueva vida del valle. Una vida ganada con esfuerzo, regada con lágrimas, pero
32:14finalmente, llena de luz. Será un niño fuerte, dijo Rafael, colocando su mano sobre el vientre de
32:22Adriana. O una niña, respondió ella, sonriendo, fuerte como la tierra que la vio nacer. Miraron
32:31el valle que se extendía ante ellos, verde y vibrante bajo el sol del atardecer. Ya no era un
32:39valle salvaje, un lugar de luchas y secretos. Ahora era su hogar, un refugio de paz y promesas.
32:45El camino había sido arduo y oscuro, pero juntos, habían encontrado el hilo de la verdad y habían
32:53tejido con él un futuro. Un final feliz que, en realidad, no era un final, sino el más hermoso
33:01de los comienzos.
Be the first to comment
Add your comment

Recommended