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Valle Salvaje CapíTulo 244 Rafael Descubre La Verdad Avance Vallesalvaje
Transcript
00:00Adriana y yo estamos enamorados, ¿de acuerdo?
00:03El capítulo 244 de Valle Salvaje se erige como un parteaguas en la historia del valle,
00:15un episodio donde el dolor, las sospechas y las revelaciones dejen un entramado que amenaza con
00:24derrumbar los cimientos de la casa grande. Mercedes se consolida como la voz de la conciencia,
00:30ofreciendo apoyo incondicional a Rafael y Adriana. Aun cuando sabe que la tormenta apenas comienza,
00:40Adriana, entre culpas y secretos, se debate entre la necesidad de confesar y el temor de destruirlo
00:49todo, mientras Matilde e Isabel simbolizan la lucha por la reconciliación familiar en un
00:56entorno marcado por el rencor, la partida de Amanda evidencia la diferencia entre la bondad y la
01:03soberbia, dejando a Irene fortalecida y a Bárbara hundida en su propio orgullo. Victoria, en su afán
01:12de manipular, se topa con la valentía de Luisa, quien emerge como un faro de verdad frente a la
01:20arrogancia de la marquesa Rosy Luis. Golpeado por la acusación de Adriana y las palabras de Alejo,
01:28vislumbra por primera vez la magnitud de sus errores, aunque aún lucha contra su propio orgullo. El momento
01:38decisivo lo encarna Rafael, al sospechar de Úrsula, abre los ojos a una verdad que cambia por completo
01:47el relato de la muerte de Julio, ya no se trata solo del desprecio del padre, sino de una posible
01:54conspiración que lo obliga a mirar con desconfianza, incluso a quienes aparentaban lealtad. Ese descubrimiento
02:02lo convierte en heredero no solo de una tierra marcada por la ambición, sino también de una
02:10misión, hacer justicia por su hermano. Así, el valle queda marcado por la incertidumbre, el amor
02:19prohibido, los secretos de herencia, las rivalidades familiares y las sospechas de asesinato se entrelazan
02:28en un mismo tejido. Preparando el terreno para un futuro donde nada volverá a ser igual, en cada
02:35rincón resuena el eco de una certeza, la verdad, aunque escondida, siempre encuentra la manera de
02:44salir a la luz. Rafael pasó el resto del día atrapado en un mar de pensamientos que lo atormentaban
02:51sin tregua. La imagen de Úrsula, recibiendo la copa de licor, no se apartaba de su mente. En aquel
02:58gesto, aparentemente inofensivo, había descubierto la grieta que revelaba un abismo, todo cobraba
03:05sentido. Julio, desesperado por escapar, había confiado en alguien cercano, alguien que, bajo la
03:16máscara de la lealtad, decidió traicionarlo. Rafael sintió un escalofrío recorrerle el cuerpo al
03:25comprender que aquella traición pudo haber venido de la mano de Úrsula. Las palabras de Adriana,
03:32acusando al duque de haber destruido a Julio con desprecios constantes, se entrelazaban ahora con
03:39esta nueva revelación. Era cierto que José Luis lo había aniquilado en vida con humillaciones y
03:46violencia. Pero tal vez no fue él quien apagó su último aliento. El verdadero golpe final, silencioso
03:56y mortal, pudo haber venido de alguien mucho más inesperado. Y si eso era cierto, entonces Rafael tenía
04:05que abrir los ojos y aceptar la magnitud del complot que lo rodeaba. Mercedes fue la primera en notar el
04:12cambio en su semblante. Lo encontró en el corredor, con los puños cerrados y la mirada perdida. Rafael,
04:22¿qué te ocurre? preguntó con suavidad. Él vaciló un instante, pero luego respondió, creo que Julio no
04:31murió como todos creen. Y temo que Úrsula haya tenido algo que ver. Mercedes contuvo la respiración.
04:39La idea era aterradora, pero no le sorprendía del todo. El valle estaba lleno de serpientes disfrazadas
04:48de corderos. La confesión de Rafael abrió una herida que ya no podría cerrarse. Empezó a repasar en voz
04:56alta cada recuerdo, cada gesto extraño, cada palabra de su hermano antes de morir. Comprendió
05:04que el destino de Julio había sido tejido con manos ocultas y que detrás de todo podía haber
05:11intereses que iban más allá de una simple rivalidad. La herencia de Pedrito, el control de las tierras,
05:19las alianzas secretas, todo parecía formar parte de un mismo rompecabezas. Mientras tanto,
05:28en la penumbra de su habitación, Adriana lloraba en silencio. El peso de sus secretos la asfixiaba.
05:37Sabía que tarde o temprano debía contarle a Rafael la verdad, que Pedrito era el heredero legítimo del
05:43valle, que llevaba en su vientre una vida cuyo origen podía cambiarlo todo. Pero temía que esas
05:50revelaciones lo destrozaran aún más. Lo que ignoraba era que Rafael ya estaba emprendiendo su propio
05:58camino hacia la verdad. Con la furia y la determinación de quien ha visto demasiado dolor
06:04para callar, esa noche, Rafael salió a los jardines de la casa grande y levantó la vista al cielo oscuro.
06:13Sus labios susurraron una promesa a Julio. Hermano, descubriré lo que te hicieron. No permitiré que tu
06:22muerte quede envuelta en mentiras. El viento agitó los árboles como si respondiera a su juramento. Y en
06:30ese instante, Rafael comprendió que el valle entero estaba a punto de estremecerse, porque cuando la
06:38verdad despierta, ya no hay quien la detenga. Mercedes recibió a Rafael en la penumbra de la
06:45capilla, donde todavía flotaba en el aire el dolor por la pérdida de Julio. El muchacho había guardado
06:53durante días un secreto que lo atormentaba y, al fin, con vuestem lo rochó. Se lo confesó a su tía.
07:03Estaba enamorado de Adriana. Lo dijo sin rodeos, con el fuego de la sinceridad en la mirada, temiendo la
07:12reacción de aquella mujer que había sido siempre un refugio para él. Mercedes, con lágrimas contenidas,
07:21lo abrazó con ternura, sabía que la vida en Valle Salvaje no ofrecía caminos fáciles y que José Luis,
07:30su hermano, jamás permitiría que ese amor floreciera libremente. Escújame. Rafael le dijo ella con voz
07:41firme, siempre estaré de tu lado, pero debes andar con cuidado. Julio ya no está para interceder por ti,
07:50y tu padre nunca aceptará que sigas el corazón. A costa de su orgullo, el joven asintió. Comprendiendo
08:00la gravedad de aquellas palabras, Mercedes lo alentó a ser prudente, a proteger, a Adriana, y a no subestimar la
08:11crueldad de José Luis, que ya había demostrado con Julio de lo que era capaz, mientras hablaban. El
08:20recuerdo de Julio se interponía entre ellos. Rafael sentía que su hermano había sido víctima del
08:27desprecio paterno, y ese pensamiento lo llenaba de rabia y tristeza. Mercedes, que compartía el mismo
08:37dolor, trató de reconfortarlo, recordándole que Julio habría querido verlo feliz. No consumido por la
08:46culpa, ni por el miedo. Si de verdad la amas, defiéndelo. Nadie puede condenar el amor. Añadió,
08:57acariciándole el rostro con suavidad. El eco de sus palabras quedó suspendido en el aire,
09:03mientras Rafael bajaba la mirada, consciente de que cada paso que diera podría convertirse en una
09:11afrenta contra la autoridad de su padre. El joven recordó cómo Adriana, en un acto de valentía,
09:20había señalado a José Luis como el verdadero culpable de la desgracia de Julio, acusándolo de
09:27haberlo destruido con humillaciones constantes. Esa confrontación había dejado al duque tocado,
09:34pero también lo había hecho más peligroso. Dispuesto a proteger su honra a cualquier precio,
09:42Mercedes lo sabía, y por eso insistía en la cautela, Rafael, no te equivoques.
09:50La nobleza de sentimientos no basta para ganar en esta casa. José Luis es capaz de aplastar a quien
09:58se cruce en su camino. Cuida a Adriana y cuídate tú. El muchacho, con el corazón encendido, juró que no
10:08permitiría que el miedo decidiera por él. Aunque comprendía el riesgo, sentía que la memoria de
10:15Julio le daba fuerzas para revelarse, para vivir un amor que nadie podría dictarle, Mercedes.
10:25Silenciosa un momento, miró hacia el altar y rezó en silencio. Pidió por el alma de Julio,
10:33pero también por la fortaleza de Rafael. El valle se hallaba en un momento convulso,
10:40con secretos enterrados y rencores que hervían bajo la superficie en aquel instante de confidencia.
10:49Ambos comprendieron que el amor de Rafael y Adriana no era solo un desafío personal,
10:55sino un estallido que podía sacudir los cimientos de la familia, la tía y el sobrino,
11:01unidos en la fe y en la sangre. Se juraron apoyo mutuo frente a lo que viniera. Adriana llevaba días
11:10sintiéndose atrapada entre culpas y recuerdos. La imagen de Julio, frágil y roto por los desprecios
11:19de su padre, la perseguía como una sombra en medio de ese torbellino. Mercedes se acercó a ella con la
11:28serenidad de quien ya ha aprendido a ver más allá de las apariencias, se encontraron en la galería de
11:34la Casa Grande, un espacio donde las conversaciones podían fluir lejos de miradas indiscretas.
11:42Adriana, con voz quebrada, admitió que se sentía arrepentida de tantas cosas que había hecho en el
11:50pasado. Había actuado en ocasiones con soberbia, otras con miedo, y ahora dudaba si merecía vivir
11:58ese amor que crecía entre ella y Rafael. Mercedes la escuchó con paciencia. Observando la lucha
12:07interna que devoraba a la joven, cuando Adriana confesó que amaba a Rafael pero que temía las
12:13consecuencias, la tía la tomó de las manos con fuerza. Estar enamorada nunca es motivo de
12:21arrepentimiento. A ella es la única verdad que nos sostiene cuando todo se derrumba. No te castigues por
12:30sentir lo que tu corazón dicta. Sus palabras, cargadas de experiencia y compasión, calaron
12:39profundamente en Adriana, que no pudo contener las lágrimas. Mercedes. Sin embargo, esperaba algo más.
12:50Intuía que Adriana ocultaba secretos que podían cambiar el rumbo de todo. Había escuchado rumores,
12:57había visto destellos de verdad en miradas esquivas, y ahora quería claridad. Con dulzura,
13:04la animó a confiarle en lo que llevaba dentro, la herencia que guardaba Rafael de Pedrito, el hijo
13:12inocente de Evaristo, el embarazo que escondía y la incógnita sobre el padre de esa criatura, y,
13:22sobre todo, la revelación más explosiva, que su familia era la verdadera dueña de las tierras del
13:30valle. Adriana Titubeu. Sus labios se movieron en silencio antes de articular palabra. La carga de
13:39sus secretos era demasiado pesada, y por momentos deseó liberarse en brazos de Mercedes, pero el miedo
13:47la detuvo. Miedo a perderlo todo. Miedo a que esas verdades arrasaran con la frágil esperanza de
13:55construir una vida con Rafael, Mercedes lo notó, y en lugar de presionar, la abrazó con ternura.
14:05Cuando estés lista, confía en mí. No hay nada que pueda destruir el amor verdadero, ni siquiera la
14:13verdad más amarga. En ese instante, Adriana sintió un destello de alivio, la posibilidad de tener a
14:22Mercedes como aliada, de no luchar sola, habría un horizonte que hasta entonces parecía cerrado. Sin
14:30embargo, todavía no se atrevía a soltar lo que la atormentaba. Guardó silencio, refugiándose en el
14:39calor del abrazo de su tía política. La tarde cayó sobre la casa grande, y Adriana se quedó mirando el
14:47horizonte del valle. El viento movía a los árboles como si fueran confidencias susurradas. Supo que
14:54tarde o temprano tendría que hablar, porque los secretos que callaba podían ser la ruina o la
15:00salvación de todos. Y en el fondo de su pecho, una voz le decía que Mercedes sería la clave para
15:08afrontar ese destino. En la plaza del pueblo, el bullicio cotidiano parecía ajeno a la tensión que
15:16envolvía a los hermanos Martín y Matilde. Desde hacía tiempo, la relación entre ambos se encontraba
15:24marcada por la desconfianza y las recriminaciones. Martín, testarudo y herido en su orgullo, insistía
15:34en que no podía reconocer a Matilde como su hermana. Cada palabra suya caía como una piedra
15:40que abría más la grieta entre ellos. Matilde, en cambio, luchaba con desesperación por recuperar
15:49un lazo de sangre que sentía desmoronarse frente a sus ojos. Fue Atanasio quien, con su voz grave y
15:59mirada penetrante, aconsejó a la joven que buscara ayuda en Isabel, la gobernanta de la
16:06casa grande, ella tiene la confianza de todos, incluso de Martín, sin tercede. Quizá puedas
16:16ablandar su corazón, les sugirió. Matilde, aunque Duduzat aceptó aquel consejo, sabía que Isabel
16:26representaba una figura de respeto, una mujer que con discreción y firmeza había influido en la vida
16:34de muchos. Mientras tanto, Martín trataba de distraerse con otros asuntos. La disputa entre
16:42Pepa y Francisco, su inseparable amigo, lo mantenía ocupado. Ambos jóvenes competían de manera absurda
16:52por llamar la atención de la misma mujer, y Martín se vio obligado a intervenir como juez improvisado,
16:59pero aquel entretenimiento no era más que un velo. La herida familiar seguía supurando en su interior.
17:06La tensión explotó en una discusión en la que Matilde, con lágrimas en los ojos, imploró ser
17:16reconocida. No me niegues. Martín, no puedo cambiar lo que soy, ni borrar la sangre que compartimos,
17:26perueo, endurecido. Replicó, no eres nada para mí, nunca lo serás. Fue en ese instante,
17:38cuando la dureza de sus palabras llenaba el aire, que Isabel apareció por detrás. La gobernanta avanzó
17:46con paso decidido. Su porte sereno imponía respeto. Se colocó entre ambos, mirando primero a Matilde,
17:56después a Martín, como si con sus ojos pudiera sostener la balanza de la justicia. Martín dijo
18:06con voz clara y firme, no puedes desoír lo que la sangre dicta. Tu rencor no puede sepultar la
18:13verdad. Negar a tu hermana es negarte a ti mismo. El joven, sorprendido por la intervención,
18:22guardó silencio. El eco de aquellas palabras golpeaba su interior. Aunque se resistía a admitirlo,
18:31Matilde, en cambio, sintió una chispa de esperanza. Tal vez Isabel lograría lo que ella sola no podía,
18:41abrir una grieta en la muralla que Martín había levantado contra ella. Los tres permanecieron inmóviles
18:48un instante. Con el murmullo del pueblo de fondo, era como si el tiempo se hubiera detenido para
18:55decidir el rumbo de aquella relación. Isabel, consciente de la trascendencia del momento,
19:03continuó, no permitas que la amargura te robe lo poco que aún puedes salvar. Julio ya no está.
19:10Rafael se enfrenta a su padre. ¿Y tú tienes la oportunidad de no repetir los mismos errores?
19:19Martín desvió la mirada, incapaz de sostenerla de la gobernanta, aunque sus labios no pronunciaron
19:27ninguna aceptación. En su silencio se adivinaba una grieta, un resquicio por el que la reconciliación
19:35podía empezar a filtrarse. Matilde, esperanzada, se aferró a ese mínimo gesto. Convencida de que
19:46todavía había lugar para recuperar a su hermano, el lunes amaneció con un aire de despedida que se
19:53respiraba en cada rincón de Valle Salvaje. Amanda, la madre de Leonardo, había decidido marcharse y la
20:03noticia corría de boca en boca. La marquesa, con su porte erguido y elegante, caminaba por los pasillos
20:12de la casa grande como si quisiera grabar cada detalle en su memoria. Había pasado allí demasiado
20:19tiempo luchando por un equilibrio imposible entre padre e hijo, y ahora sentía que había llegado el
20:26momento de dar un paso al costado. La primera en acercarse a ella fue Bárbara, orgullosa como siempre.
20:35Intentó mantener una fachada de serenidad, pero en el fondo temía lo que aquella despedida podía
20:42significar. Amanda, sin alterarse, le dirigió palabras cortantes que calaron como dagas. Espero que,
20:52si alguna vez nos volvemos a encontrar, tu actitud sea distinta. El desprecio que has mostrado a mi hijo
21:02y a mí no lo olvidaré. Bárbara quedó inmóvil. Sin saber qué, responde. Humillada ante la firmeza de
21:12aquella mujer que no había necesitado alzar la voz para desnudar su falta de nobleza.
21:17A Irene. En cambio, Amanda la trató con una ternura que contrastaba con la dureza mostrada a Bárbara,
21:28la joven, aún dolida por la pérdida de su hermano Julio. Escuchó cómo la marquesa le alababa su bondad,
21:37su capacidad de compasión en medio del dolor.
21:40Erzonal Manuble. Irene. Espero con entusiasmo volver a compartir contigo algún día. La vida nos une por
21:50caminos insospechados. Le dijo, estrechándole las manos con calidez, Irene, con lágrimas en los ojos,
22:01respondió con un abrazo sincero. Sabiendo que aquel adiós llevaba la marca de un afecto verdadero,
22:10la diferencia de trato no pasó desapercibida. Bárbara, herida en su orgullo, observó la escena
22:18con un nudo en la garganta. Acostumbrada a ser el centro, ahora quedaba relegada. Consciente de que
22:27sus errores y desplantes habían dejado una cicatriz imposible de ocultar. Amanda, sin mirarla
22:35nuevamente, prosiguió su recorrido hacia la salida de la casa grande, dejando tras de sí un silencio
22:44incómodo que hablaba más que cualquier palabra. Leonardo, el hijo que había sido motivo de tantos
22:51desvelos, la acompañó hasta el carruaje. Su semblante reflejaba una mezcla de tristeza y
22:59gratitud. Había sufrido por la frialdad de su padre y por la constante tensión entre sus
23:05progenitores, pero en ese instante sintió orgullo por la dignidad con que su madre enfrentaba aquella
23:12despedida. Madre, no sé cuándo volveremos a vernos. Murmuró con voz quebrada. Amanda acarició su rostro y
23:23respondió. Cuando llegue el momento, hijo mío, y hasta entonces, recuerda quién eres y no permitas que
23:33nadie te arrebate tu dignidad. El carruaje partió lentamente, levantando una nube de polvo en el camino
23:41que conducía fuera del valle. Los que quedaban atrás observaron cómo se alejaba, conscientes de
23:49que con su partida se cerraba un capítulo cargado de tensiones, pero también de lecciones. Para Irene
23:57quedaba el recuerdo de un apoyo sincero. Para Bárbara, la vergüenza de haber cosechado un adiós frío. Y para
24:05Leonardo, la certeza de que su madre siempre estaría a su lado, aunque la distancia lo separara, en el
24:14silencio que siguió, Valle Salvaje pareció suspirar. Amanda, con su partida, había dejado al descubierto
24:24las heridas que cada uno debía sanar. Y aunque el carruaje desapareció en el horizonte, su eco quedó
24:33grabado en la memoria de todos, recordándoles que la dignidad y el afecto son tesoros que sólo se
24:41valoran cuando alguien se marcha. Victoria llegó a la casa pequeña con el mismo aire altivo de siempre,
24:50pero esta vez más alterada de lo habitual, acababa de discutir con Adriana, a quien había lanzado frases
24:58venenosas insinuando que, tras la desaparición de Julio, seguramente se sentía liberada de un peso.
25:07El veneno en sus palabras era evidente y su satisfacción radicaba en provocar dolor. Sin embargo,
25:16al cruzar la puerta de aquella humilde vivienda, no se encontró con la sumisión que esperaba,
25:22sino con la firmeza de Luisa, la joven, acostumbrada a vivir bajo la sombra de las intrigas de la casa
25:31grande, se hirió frente a Victoria con una entereza inesperada, basta ya. Señora, le dijo con un tono
25:43firme. Si su marido sigue así, hablando y despreciando a sus hijos. No, sólo ha perdido a
25:52Julio. También perderá a Alejo. Aquellas palabras fueron como un látigo que detuvo a Victoria en seco.
26:01La altivez se transformó en furia contenida y sus ojos chispearon de indignación. Nadie le
26:09enfrentaba de esa manera. Mucho menos una mujer como Luisa, a quien consideraba insignificante,
26:18el enfrentamiento creció en intensidad, Victoria, mordida en su orgullo. Trató de ridiculizarla.
26:29Pero Luisa no se dejó amedrentar. El amor no se gana con desprecios. Continuó.
26:36Y Alejo merece algo mejor que vivir con el temor de no ser nunca suficiente para su padre. La
26:44habitación se cargó de tensión. Como si cada palabra abriera más la brecha entre los mundos
26:51de ambas mujeres, fiel a su naturaleza de Correidile. Victoria no tardó en maquinar cómo
26:59convertir aquel desafío en un arma. Sabía que podía acudir al duque y contarle lo sucedido,
27:07tergiversando las palabras de Luisa para desatar la ira de José Luis,
27:12devolviéndole su falsa sensación de control. Pero lo cierto era que, por primera vez en mucho
27:23tiempo, alguien había logrado hacerla tambalearse. Luisa, aunque sabía el riesgo de haber enfrentado
27:32a la marquesa, no se arrepintió. Había hablado con el corazón, pensando en Alejo. En el hijo que
27:41podía perderse en el mismo abismo que había devorado a Julio, su valentía marcaba una diferencia,
27:48un punto de quiebre en el silencio que tantas veces había permitido a José Luis y a Victoria imponer
27:56su voluntad sin oposición. Cuando Victoria salió de la casa, lo hizo con pasos firmes. Pero por dentro
28:06llevaba el orgullo herido, el eco de las palabras de Luisa la acompañaba como un martillo, recordándole
28:14que incluso el poder podía resquebrajarse cuando la verdad se decía con valentía. Y mientras ella
28:21planeaba su venganza, Luisa permaneció en la casa pequeña, consciente de que había encendido una llama
28:29que ya no podría apagarse. El valle, con sus rumores y secretos, pronto se haría eco de este enfrentamiento
28:39y lo que comenzó como una disputa verbal entre dos mujeres muy distintas, se transformaría en un
28:46presagio de los cambios que estaban por venir. El eco de las palabras de Adriana seguía retumbando
28:52en la mente de José Luis. Aquella acusación, lanzada sin titubeos, lo había sacudido hasta los
29:01conocimientos. Usted es el único asesino de Julio, aunque había intentado defenderse. La certeza en
29:09los ojos de la joven lo había dejado sin argumentos. Esa noche apenas pudo conciliar el sueño y al día
29:17siguiente, impulsado por una mezcla de ira y miedo, decidió dirigirse a la casa pequeña en busca de
29:26alejo. El camino hasta allí estuvo marcado por pensamientos que se entrelazaban como espinas,
29:35recordaba a Julio de niño, su fragilidad, sus intentos desesperados por complacerlo y cómo él,
29:45enseguecido por el orgullo, sólo había sabido responder con desprecios y castigos. Ahora, al enfrentar
29:55la ausencia definitiva de su hijo, sentía un vacío que no quería admitir, Adriana había puesto palabras
30:03a lo que en el fondo sabía, que su crueldad había sido una sentencia. Alejo lo recibió con desconfianza,
30:12acostumbrado a los gritos y reproches de su padre, se preparó para otra embestida. Sin embargo,
30:19el semblante de José Luis era distinto, menos furioso, más sombrío, alejo. Comenzó con voz grave.
30:33¿Por qué me odias? El joven lo miró fijamente, sorprendido por la pregunta, y respondió sin vacilar,
30:42¿por qué nunca me has querido? Para usted jamás he sido suficiente. ¿Qué más quiere arrebatarme?
30:50Las palabras de su hijo lo hirieron más que cualquier acusación externa. José Luis sintió un nudo en la
30:58garganta, un peso insoportable que lo obligaba a enfrentarse a sí mismo. Por primera vez, comprendió
31:07que el mismo patrón que había destruido a Julio, amenazaba con repetirse con Alejo, y la posibilidad
31:13de perder a otro hijo lo estremeció hasta la médula, hubo un silencio denso. Roto apenas por la respiración
31:21agitada de ambos, José Luis quiso replicar, pero las palabras no le salieron. En su lugar,
31:29se dejó caer en una silla, abatido, alejo. Sorprendido por aquel gesto de vulnerabilidad,
31:40lo observó sin saber qué pensar, era la primera vez que veía a su padre sin la coraza de la
31:46arrogancia, tal vez de comechido ejores. Murmuró finalmente el duque, casi como un suspiro. Alejo,
31:55con el corazón dividido entre el rencor y la necesidad de un padre, no supo cómo reaccionar,
32:05Shalimitua miró a lo, esperando algo más, una disculpa, un gesto que confirmara el cambio,
32:14pero José Luis, incapaz de despojarse del todo de su orgullo, se levantó abruptamente y salió,
32:22dejando tras de sí una tensión que aún ardía, esa conversación, breve pero cargada de emociones.
32:33Marcó un antes y un después, José Luis había quedado herido por la acusación de Adriana y por
32:40el reproche de Alejo, y aunque no lo admitiera, empezaba a entender que la autoridad no podía
32:48sostenerse eternamente sobre el miedo, el valle, acostumbrado a su mano de hierro. Quizá pronto
32:57sería testigo de un duque distinto, uno que dudaba de sí mismo. El ambiente en la casa grande se tornaba
33:05cada vez más enrarecido. Rafael, que intentaba mantener la calma tras la conversación con Mercedes
33:13y después de las duras acusaciones que Adriana había lanzado contra su padre, se encontró en una
33:21charla trivial con Úrsula, la donchella. Siguiendo las recomendaciones de Victoria, se mostraba atenta,
33:31ofreciéndose como un paño de lágrimas para el joven. Su voz melosa y sus palabras vacías apenas
33:38lograban disimular su verdadera intención, acercarse a él y ganarse un lugar en su confianza.
33:44Mientras hablaban, Rafael observaba cada gesto con un desinterés educado, aunque su mente estaba en otra
33:52parte. Úrsula, intentando mostrarse indispensable, comentó cuánto había conocido a Julio, asegurando que
34:03siempre estuvo a su lado y que podía comprender el vacío que dejaba su ausencia. Fue entonces cuando
34:09la atención de Rafael se desvió hacia un detalle aparentemente insignificante. Una criada se acercó
34:18con una copa de licor, la colocó en una bandeja y se la ofreció directamente a Úrsula. En ese instante,
34:26un escalofrío recorrió a Rafael. Su mirada se fijó en la copa, en el gesto confiado de Úrsula al
34:35tomarla, y de pronto un hilo de memoria lo atravesó. Recordó cómo Julio había planeado escapar, cómo había
34:45depositado su fe en la ayuda de alguien cercano, y si esa cercanía había sido su condena, y si alguien
34:53había puesto algo en su bebida la noche de su muerte, el joven sintió un nudo en el estómago. La sonrisa
35:01complaciente de Úrsula, tan segura de sí misma, empezó a teñirse de sospecha. Si tanto trato tenías con
35:11mi hermano, pensó Rafael en silencio. Seguramente sabías más de lo que aparentas. La idea de que la
35:21doncella pudiera haber sido partícipe, incluso culpable, del destino fatal de Julio lo estremeció,
35:31su respiración se volvió pesada. Mientras disimulaba para no delatar sus pensamientos, Úrsula, ajena a la
35:40tormenta interna de Rafael, continuaba hablando, ofreciéndose a estar a su lado, a escucharlo
35:49siempre que lo necesitara. Su voz se volvía un murmullo lejano para él. Que no podía apartar la
35:57vista de la copa, cada vez que sus ojos seguían el líquido ámbar, sentía crecer la certeza de que esa
36:04bebida no era un simple licor, sino el símbolo de una traición oculta. El peso de la sospecha lo
36:12golpeó con fuerza, Julio había muerto en circunstancias que muchos aceptaron como naturales.
36:20Pero ahora, con ese detalle mínimo, todo adquiría un matiz distinto. Rafael comprendía que debía estar
36:29atento, que el peligro no provenía solo de su padre, sino también de quienes se movían en la penumbra,
36:37tejiendo intrigas bajo la apariencia de lealtad. Mientras Úrsula apuraba el trago con aire complacido,
36:46Rafael apartó la mirada, ocultando la furia que comenzaba a gestarse en su interior, había descubierto
36:54una pista, un destello de verdad que podía cambiarlo todo. Y en ese descubrimiento, supo que su hermano no
37:03había muerto en vano, le había dejado un camino por recorrer, una verdad por desenmascarar.
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