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#LaPromesa #avance #semanal
Avance semanal de ‘La Promesa’: Una carta, un regreso y otra visita sorpresa (4 al 8 de agosto)
Semana cargada de novedades en 'La Promesa': alguien destruye el retrato de Cruz y Curro se la juega al capitán.
El sol de agosto se cernía sobre La Promesa con una calma engañosa, una quietud que precedía a la tormenta. Durante unos días, casi se podría haber pensado que la vida en el palacio había encontrado un nuevo y frágil equilibrio. La ausencia de la marquesa, doña Cruz Ezquerdo, confinada en u ...

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Transcripción
00:00Avance semanal de Hal Promes, una carta, un regreso y otra visita sorpresa, 4 al 8 de agosto.
00:15Semana cargada de novedades en la promesa. Alguien destruye el retrato de Cruz y Curro se la juega
00:20al capitán. El sol de agosto se cernía sobre la promesa con una calma engañosa,
00:27una quietud que precedía a la tormenta. Durante unos días, casi se podría haber pensado que la
00:36vida en el palacio había encontrado un nuevo y frágil equilibrio. La ausencia de la marquesa,
00:44Doña Cruz Izquerdo, confinada en una casa de reposo que no era sino una prisión dorada,
00:49había dejado un vacío que, poco a poco, los habitantes de la finca habían intentado llenar
00:54con sus propias rutinas, sus propios dramas y sus pequeños anhelos de paz.
01:02Pero la paz, en la promesa, es un bien tan escaso como efímero. Y estaba a punto de hacerse añicos.
01:11La llegada del retrato fue un acontecimiento silencioso, casi furtivo, pero sus repercusiones
01:17resonaron con la fuerza de un trueno en cada rincón del palacio. No era un cuadro cualquiera.
01:25Era una obra de un hiperrealismo tan brutal y preciso que parecía contener el alma misma
01:29de la mujer que representaba.
01:34Lunes. El espejo del alma rota. Todo comenzó en el gran salón. Dos mozos, bajo la supervisión de un
01:41hombre desconocido que se marchó sin mediar palabra, lo colocaron en la pared principal,
01:46aquella que todos debían cruzar en su ir y venir diario.
01:52Y allí se quedó, presidiendo la estancia, cruz. No era la imagen de una marquesa serena y digna.
02:01Era una representación cruda, casi insolente, de su poder. Los ojos, pintados con una maestría
02:07diabólica, parecían seguir a quien los mirara, juzgando, acusando, recordando.
02:16La comisura de sus labios se curvaba en una sonrisa tan sutil que podría confundirse con
02:21una mueca de desdén. La luz del sol matutino incidía en el lienzo, dándole una vida propia,
02:29una presencia casi física que helaba la sangre. En el comedor del servicio,
02:36la noticia corrió como la pólvora. ¿Habéis visto? Dijo Candela, con la voz temblorosa
02:42mientras dejaba un cesto de pan sobre la mesa.
02:48Está arriba, la señora marquesa, como si nunca se hubiera ido. No digas tonterías,
02:54Candela, replicó Simona, aunque su tono carecía de la convicción habitual.
02:58Es solo pintura y tela. Pintura y tela que te miran como si te conocieran los pecados. Intervino
03:07Ángela, la gobernanta, con una seriedad sepulcral.
03:13Yo lo he visto, esos ojos, hay algo maligno en ese cuadro. Está maldito, os lo digo yo.
03:19El caos no tardó en extenderse a la planta noble. Lorenzo, el capitán de la mata, fue el primero en
03:28verlo con ojos pragmáticos. Se frotó las manos, una sonrisa codiciosa dibujándose en su rostro.
03:36Vaya, vaya. Murmuró para sí mismo, acercándose al retrato.
03:41Esto tiene que valer una fortuna. Quizás Alonso esté dispuesto a desprenderse de él por un precio
03:49razonable. Todo es cuestión de proponerlo. Martina, por su parte, sintió una oleada de náuseas.
04:02La imagen de su tía, la mujer que había conspirado para arruinar su vida y su amor,
04:06era una afrenta directa. Hay que quitarlo de ahí. Le espetó a su primo curro, que observaba la escena
04:15con una mezcla de fascinación y repulsión. No puedo soportar tenerla vigilándome. Es como
04:24si su veneno siguiera impregnando las paredes. Quiero que desaparezca. Pero la reacción más visceral,
04:32la más desgarradora, fue la de Manuel. El joven marqués, que había logrado a duras penas mantener
04:41a flote los pedazos de su corazón roto, sintió que el suelo se abría bajo sus pies. Al entrar en
04:50el salón y encontrarse de frente con la mirada de su madre, el aire se le escapó de los pulmones.
04:54No veía a su madre. Veía a la asesina de Yana, la mujer que, con fría premeditación,
05:04le había arrebatado al amor de su vida.
05:09La imagen de Yana, sonriendo en el hangar, se superpuso por un instante al rostro pintado de
05:14cruz. El dolor fue tan agudo, tan insoportable, que Manuel tuvo que apoyarse en el marco de la
05:23puerta, con la vista nublada por las lágrimas. Manuel, ¿qué ocurre? La voz de Enora, suave y
05:32preocupada, lo trajo de vuelta a la realidad. Junto a ella estaba Toño. Ambos se habían
05:40convertido en sus anclas, sus confidentes en el hangar que era ahora su único refugio.
05:45Es ella, susurró Manuel, incapaz de apartar la vista del cuadro. Es ella, y me está mirando.
05:57Sabe lo que pienso, sabe que la odio. No, Manuel, es solo un cuadro. Intentó
06:03razonar Toño, poniendo una mano firme en su hombro.
06:06No puede hacerte daño. Ya lo ha hecho, respondió Manuel, con la voz quebrada. Ya me lo quitó
06:15todo.
06:18Y ahora vuelve para recordármelo cada día. La conmoción general fue interrumpida por la llegada
06:23de Cristóbal, el nuevo mayordomo, cuya presencia ya era de por sí una fuente de tensión.
06:28Se plantó en medio del salón, con su rigidez característica, y se dirigió a todo el personal,
06:37que se había congregado en un silencio tense.
06:42Atención todos, dijo, con voz clara y cortante. Tengo órdenes directas del señor Marqués, don Alonso.
06:52Nadie, bajo ninguna circunstancia, tocará este retrato. Nadie lo moverá, nadie lo cubrirá.
06:58Debe permanecer exactamente donde está. ¿Ha quedado claro? Un murmullo de descontento
07:06recorrió al servicio. Aquello era una condena. Vivir bajo la mirada implacable de la marquesa
07:14ausente. Como si eso no fuera suficiente para agriar el ambiente, Cristóbal tenía más
07:19novedades. Además, a partir de hoy, se establecerán turnos de comida para el servicio. El primer turno
07:29será a las 12, y el segundo a la 1. Se acabaron las comidas comunitarias prolongadas. Necesito
07:37eficiencia y orden. La noticia cayó como una losa. Las comidas eran el único momento en que podían
07:45desahogarse, compartir sus penas y alegrías. Era el corazón de su pequeña comunidad. Separarlos era
07:54como arrancarles el alma. Mientras tanto, la influencia del retrato crecía. Martina,
08:03obsesionada y alterada, no podía dejar de mirarlo. Se acercó, desafiante, como si quisiera
08:09enfrentarse al fantasma de su tía. Los ojos pintados parecieron cobrar vida, un brillo malévolo
08:17danzando en sus profundidades. La habitación pareció encogerse, el aire se volvió pesado. Martina
08:26sintió un vértigo abrumador, sus rodillas flaquearon y, con un suspiro ahogado, se desplomó en el suelo.
08:32El grito de Catalina al verla caer fue el presagio que Candela había anunciado. La desgracia había
08:42llegado. Y por si el drama dentro del palacio no fuera suficiente, el mundo exterior llamaba
08:50a la puerta con sus propias amenazas. El varón de Valladares, implacable, recordaba que el plazo
08:59para anular las nuevas y más justas condiciones para los jornaleros estaba a punto de expirar.
09:06Cuando Martina, recién recuperada del desvanecimiento y con los nervios a flor de piel, se enteró de que
09:12Catalina conocía ese plazo y no había compartido la urgencia, la confrontación fue inevitable.
09:20¿Lo sabías? Le increpó Martina en el pasillo, con la voz cargada de reproche.
09:24¿Sabías que el tiempo se agotaba y me lo ocultaste?
09:30Estaba buscando una solución. Martina, se defendió Catalina, herida por la acusación.
09:39No todo es tan sencillo como tú crees. Pensaba que podría convencerle, que encontraría una alternativa.
09:45Mientras tú pensabas, mi palabra y mi honor quedaban en entredicho. Me has dejado sola,
09:54Catalina, creí que éramos aliadas en esto, pero veo que tus prioridades son otras.
10:01Mis prioridades son la justicia y el bienestar de esta gente, algo que a ti parece importarte
10:06solo cuando te conviene. La brecha entre las primas, antes inseparables, se abrió un poco
10:14más, convirtiéndose en un abismo de desconfianza. En medio de todo este torbellino, Lope, el
10:23cocinero ahora reconvertido en la callo, se movía por la planta noble como un alma en
10:27pena. Intentaba cumplir con sus nuevas y torpes obligaciones mientras esquivaba las
10:35miradas hostiles, las conversaciones cargadas de tensión y el ambiente irrespirable que
10:40emanaba de aquel retrato maldito. Para él, que solo anhelaba la paz de sus fogones, el
10:47mundo de los señores se revelaba como un infierno de apariencias y rencores.
10:51Martes. El silencio de los ojos vacíos. La noche no trajo consigo el olvido, sino una
11:00intensificación del miedo. El desmayo de Martina había confirmado las peores sospechas
11:07del servicio. El cuadro no era un objeto inerte. Tenía un poder, una influencia oscura y casi
11:16hipnótica que se filtraba en el ánimo de todos. Las preguntas flotaban en el aire,
11:23susurradas en los pasillos y en la cocina. ¿Quién había encargado una obra tan perturbadora,
11:28la propia Cruz, como un último acto de control desde su encierro? ¿Y quién era el artista
11:34capaz de capturar no solo el rostro, sino la esencia misma de su maldad?
11:38Petra, la doncella personal de la marquesa, era un mar de emociones contenidas. Cada vez
11:47que pasaba frente al retrato, un torrente de recuerdos la asaltaba.
11:53Veía a la Cruz de antaño, la mujer de hierro que le había dado un propósito, pero también
11:58la que la había utilizado y manipulado.
12:00En la soledad de su habitación, Petra lloraba en silencio. Un duelo confuso por una mujer que
12:08era a la vez su salvadora y su carcelera. Ni siquiera Alonso, el marqués, era inmune.
12:17Intentaba mantener la compostura, proyectar una imagen de autoridad y control.
12:25Pero en la quietud de la madrugada, cuando creía que nadie lo observaba,
12:29se paraba frente al lienzo.
12:33No decía nada, simplemente miraba los ojos de su esposa, esos ojos inmóviles que en
12:38otro tiempo lo habían cautivado.
12:43Y en la soledad del gran salón, el hombre que había soportado guerras, duelos y traiciones,
12:49se desmoronaba.
12:52Una lágrima solitaria recorría su mejilla, un testimonio silencioso del amor y el dolor
12:57que seguían luchando en su interior.
12:59Martina, arrepentida por su dureza, buscó a Catalina para intentar una tregua. La encontró
13:08supervisando la contabilidad en el despacho.
13:13Catalina, yo, empezó, con la voz insegura. Lamento como THABLE con acento agudo ayer.
13:20Estaba alterada. El cuadro. Todo esto me supera.
13:23Catalina ni siquiera levantó la vista de los libros. Su voz fue fría como el hielo.
13:31El daño ya está hecho, Martina. Las palabras, una vez dichas, no pueden recogerse.
13:41Quizás deberías preocuparte más por tus alianzas con el varón que por mis sentimientos.
13:45La puerta se cerró a cualquier posibilidad de reconciliación. Lo que se había roto entre
13:52ellas parecía irreparable. Una herida infectada por el orgullo y el resentimiento.
13:57La vida amorosa de Catalina tampoco ofrecía consuelo. Su relación con Adriano, el joven
14:05y idealista empresario, se resentía por las presiones de la promesa.
14:12Cada desacuerdo sobre la gestión de la finca o las concesiones a los trabajadores se convertía
14:17en una batalla personal, erosionando la complicidad que una vez los unió.
14:21Mientras tanto, un descuido aparentemente menor estaba a punto de desatar otra crisis.
14:32Pía, la doncella principal, abrumada por el ambiente y las nuevas normas de Cristóbal,
14:37se olvidó por completo de entregarle una carta urgente que había llegado para él esa mañana.
14:45La encontró horas más tarde en el bolsillo de su delantal. Con el corazón en un puño,
14:49corrió a buscar al mayordomo.
14:54Señor Cristóbal, le pido mil disculpas. Dijo, tendiéndole el sobre, con todo el revuelo,
15:00se me traspapeló.
15:04Cristóbal tomó la carta, la examinó y luego clavó en pía una mirada que la dejó sin aliento.
15:13No gritó, no la insultó, hizo algo mucho peor. Su voz se volvió un susurro gélido,
15:18una amenaza velada.
15:22Un descuido. Pía, un simple descuido. ¿Sabe usted lo que puede provocar un simple descuido?
15:28Puede costar un empleo.
15:32Puede costar la reputación. Puede costar mucho más que eso.
15:36Abrió la carta, leyó su contenido y su rostro se contrajo en una máscara de furia contenida.
15:40Que no vuelva a ocurrir, jamás. Pía se retiró, temblando. ¿Qué podía contener esa misiva para
15:50provocar una reacción tan desproporcionada? El misterio en torno al nuevo mayordomo se
15:55hacía cada vez más profundo y siniestro.
15:57Lejos de la opresión del palacio, en el hangar, un pequeño brote de felicidad intentaba abrirse
16:05paso.
16:09Toño, el mecánico de gran corazón, estaba descubriendo en Enora algo más que una compañera
16:14de trabajo.
16:18Le fascinaba su inteligencia, su determinación y la dulzura que escondía tras una fachada de
16:23eficiencia.
16:27Eres increíble, ¿lo sabías? Le dijo mientras ajustaban una pieza del aeroplano.
16:34La forma en que entiendes el motor, es como si hablaras con él. Enora se sonrojó, un leve
16:39tinte rosado que suavizó sus rasgos.
16:45Solo presto atención, es lo que hay que hacer. Manuel, sentado en un rincón, observaba la escena
16:51con una mezcla de tristeza y genuino afecto.
16:57A pesar de su propio dolor, la incipiente felicidad de sus amigos era un pequeño bálsamo.
17:05No la dejes escapar, Toño. Le dijo en voz baja cuando Enora se alejó. Es una mujer que
17:11vale oro.
17:14Era un acto de generosidad que demostraba la madurez que Manuel había adquirido a través
17:18del sufrimiento. El heredero, sin embargo, tenía sus propias batallas que librar. Continuaba
17:27las negociaciones con Leocadia, la implacable empresaria que parecía decidida a comprar su
17:32empresa de aeroplanos.
17:36Lo que Manuel no sabía era que Leocadia había mantenido conversaciones con Pedro Farré, un
17:41antiguo socio y rival, un detalle crucial que ella había decidido omitir estratégicamente.
17:46Esa noche, incapaz de dormir, Manuel buscó a Curro. Lo encontró en la biblioteca, leyendo
17:55a la luz de una lámpara.
17:59La confesión brotó de sus labios como un torrente imparable.
18:03Estoy perdiendo la cabeza, Curro, admitió, pasándose las manos por el pelo.
18:07El retrato, me está volviendo loco. A veces, cuando no hay nadie, le hablo, ¿le hablas?
18:16Preguntó Curro, sin juzgarlo.
18:21Sí, le pregunto por qué, por qué tuvo que matar a Yana, por qué tuvo que destruirnos
18:26a todos.
18:26Y por un instante, un horrible instante, espero que me conteste. Es como si su fantasma
18:35estuviera atrapado en ese lienzo, y yo no puedo escapar de él.
18:41A la mañana siguiente, la promesa se despertó con una nueva conmoción. El retrato ya no
18:46estaba.
18:47Oh, mejor dicho, no estaba entero. Alguien, durante la noche, había entrado en el salón
18:56y, con una furia salvaje, lo había rajado de arriba a abajo con un objeto afilado.
19:04El rostro de la marquesa estaba desfigurado, sus ojos vacíos y rasgados, su sonrisa convertida
19:10en una mueca grotesca.
19:11El silencio del amanecer fue roto por el grito ahogado de una doncella. El cuadro maldito
19:19había sido destruido.
19:23El misterio no había hecho más que empezar. Miércoles, fragmentos de verdad, el lienzo
19:28destrozado era ahora el centro de una nueva tormenta.
19:34La violencia del acto hablaba de una rabia profunda, de alguien que había llegado a su
19:38límite y había decidido tomarse la justicia por su mano.
19:44Alonso, al ver la profanación, sintió una furia helada. No era por el valor del cuadro,
19:50ni siquiera por la imagen de su esposa.
19:55Era por el desafío a su autoridad, por la anarquía que amenazaba con devorar su hogar.
19:59Quiero saber quién ha hecho esto, bramó en el salón, dirigiéndose a la familia y
20:08al servicio, congregados de nuevo como reos ante un tribunal.
20:14Esto no es un acto de vandalismo, es una declaración de guerra. Y juro que encontraré al culpable,
20:20sea quien sea. La investigación comenzó de inmediato. Las sospechas volaban en todas
20:28direcciones, envenenando aún más el ambiente. Lorenzo insinuaba que había sido Martina,
20:37en un arrebato de histeria. Martina miraba de reojo a Catalina, preguntándose si su prima
20:42sería capaz de algo así para desafiarla. El servicio se observaba mutuamente con
20:50desconfianza. ¿Habría sido Ángela, cumpliendo su propia profecía sobre la maldición? O quizás
20:56Petra, en un acto de liberación final, nadie estaba libre de sospecha. Catalina, sintiéndose
21:05completamente aislada, buscó refugio en el único lugar donde siempre había encontrado
21:09consuelo. La cocina. Simona la escuchaba mientras amasaba el pan, sus manos moviéndose con una
21:18sabiduría ancestral. No sé qué hacer, Simona. Confesó Catalina, con la voz rota. Martina me
21:28odia, Adriano y yo no hacemos más que discutir. Siento que estoy luchando sola contra el mundo,
21:35defiendo lo que creo justo. Pero a cambio estoy perdiendo a la gente que quiero.
21:43Simona se secó las manos en el delantal y la miró con ternura. Mi niña, hacer lo correcto
21:48rara vez es el camino más fácil. A veces, para defender a muchos, hay que estar dispuesto a
21:56sentirse muy solo. Pero el corazón sabe cuándo una causa es justa. Lo que tiene que preguntarse
22:04no es si está sola, sino si está en paz con sus decisiones. Puede que mi consejo no sea el que
22:13quiera oír, pero es el único que sé dar. No se traicione a sí misma. Ni por una prima, ni por un
22:22amor. Mientras tanto, la angustia de María Fernández por la desaparición de Samuel alcanzaba
22:27un punto crítico. Habían pasado semanas sin una sola noticia. Ni sus pesquisas ni las de Petra
22:35habían dado fruto. La ayuda de Catalina, ocupada con sus propios problemas, tampoco había servido de
22:44mucho. Desesperada, vio en Manuel su última esperanza. Lo abordó en los jardines, con una
22:52humildad que conmovía. Señorito Manuel, perdón por la molestia, sé que tiene usted sus propias
23:00penas. Pero ya no sé a quién recurrir. Usted tiene contactos, conoce a gente importante. Le ruego,
23:10si puede hacer algo para averiguar qué ha sido del padre Samuel. La incertidumbre me está matando
23:15por dentro. Manuel vio en los ojos de María el mismo dolor que él sentía por Llana. La misma
23:24desesperación. No te preocupes, María, le dijo, con una amabilidad que la sorprendió. Haré todo lo que
23:33esté en mi mano. Te doy mi palabra. Impulsado por un nuevo propósito, y quizás para escapar de la
23:41opresión de la promesa, Manuel se centró en sus negocios. Tras una larga conversación con Toño y
23:49Enora, tomó una decisión trascendental. Lo he pensado bien. Venderemos la empresa a Leocadia.
23:58Nos dará el capital para empezar de cero, en otro lugar, con nuestros propios términos.
24:06Será un nuevo comienzo para los tres. La noticia fue un soplo de aire fresco para Toño y Enora.
24:11La posibilidad de un futuro juntos, lejos de las intrigas del palacio, era un sueño hecho realidad.
24:23Esa noche, en el hangar, bajo la luz de la luna que se filtraba por los ventanales, Toño se acercó a Enora.
24:32No dijo nada, simplemente tomó su mano y la guió en un baile lento y silencioso, sin música,
24:38solo con el ritmo de sus corazones. Fue un gesto tan inesperado como romántico,
24:46un beso suave bajo el ala de un avión que sellaba una promesa de esperanza.
24:53Jueves, la violencia y la palabra. La celebración de Manuel, Toño y Enora duró poco.
24:58A la mañana siguiente, llegó un sobre del despacho de Leocadia. Dentro, un informe de ventas rutinario.
25:11Pero al final del documento, una firma los dejó helados, Pedro Farré. Y adjunta,
25:17una nota interna indicaba que el informe había sido enviado a Leocadia por el propio Farré.
25:21Manuel releyó la nota, incrédulo. Leocadia no solo le había ocultado que estaba en contacto
25:29con su rival, sino que estaba utilizando información proporcionada por él en sus negociaciones.
25:37La sensación de traición fue inmediata y amarga. En el palacio,
25:41las tensiones seguían escalando hasta alcanzar un punto de no retorno.
25:45La relación entre Lorenzo y Curro, siempre precaria, se había deteriorado hasta convertirse
25:53en un campo de minas. Lorenzo no soportaba la presencia del joven,
26:00un recordatorio constante de sus propios fracasos y secretos.
26:06Lo provocaba sin cesar, con comentarios mordaces sobre su origen, su valentía y su relación con Alonso.
26:15Dime, muchacho, le dijo con sorna en el despacho. ¿Se siente bien uno viviendo de la caridad del
26:21hombre que cree que es tu padre? Curro, que había aguantado carros y carretas,
26:28sintió que algo se rompía en su interior.
26:33Le ruego que mida sus palabras, capitán, ¿o qué? replicó Lorenzo, acercándose a él, invasivo.
26:39¿Vas a desafiarme? Tú, que no eres más que un bastardo con suerte. La palabra bastardo fue la
26:48chispa que incendió la pradera. La sangre subió al rostro de Curro. No vuelva a llamarme así. La
26:56respuesta de Lorenzo no fue verbal. Fue un puñetazo, un golpe seco y violento que alcanzó a Curro en la
27:05mandíbula y lo hizo tambalearse. Justo en ese instante, Alonso entró en la habitación. ¿Pero
27:14qué significa esto? rugió el marqués, viendo a su hijo con la mano en la cara y a Lorenzo con el puño
27:19todavía cerrado. Este mocoso insolente me ha faltado al respeto. Se defendió el capitán. Él me ha provocado,
27:28me ha insultado, replicó Curro, con el dolor y la rabia brillando en sus ojos. Alonso no necesitó más,
27:38ver a su hijo agredido fue suficiente. Se interpuso entre ellos, protegiendo a Curro.
27:46En mi casa y a mi hijo no le pones una mano encima, Lorenzo. Lárgate de mi vista ahora mismo.
27:52Ignoraba por completo el trasfondo, la guerra silenciosa que Curro estaba librando contra el
28:00hombre que abusaba de su madre. Alonso, en su afán por proteger, solo veía la superficie y su
28:08intervención, aunque bien intencionada, no hacía más que complicar la peligrosa estrategia de Curro.
28:14En medio de tanto odio, una pequeña luz se abrió paso. Manuel, cumpliendo su promesa,
28:23encontró a María Fernández en la cocina. Su rostro era serio, pero sus ojos transmitían calma.
28:32María, tengo noticias de Samuel. Ella contuvo la respiración. He movido algunos hilos. Un amigo
28:41mío en el obispado ha hecho averiguaciones. Samuel está vivo. Un sollozo de alivio se escapó de los
28:49labios de María. Las lágrimas brotaron de sus ojos. ¿Dónde está? Está bien. Está con su familia,
28:58en su pueblo natal. Parece que tuvo una crisis de fe y decidió tomarse un tiempo, volver a sus raíces.
29:04Está a salvo. La alegría de María fue inmensa. Pero inmediatamente dio paso a una pregunta dolorosa
29:13que quedó flotando en el aire, sin respuesta. Pero, ¿por qué? ¿Por qué no me ha dicho nada?
29:22¿Por qué me ha dejado sufrir así? La incertidumbre de María era un reflejo de la
29:27de Vera, la nueva doncella. La preocupación por su misterioso pasado y la familia que había
29:34dejado atrás la consumía. Estaba tan distraída que cometía errores constantemente, atrayendo
29:43las miraciones severas de Cristóbal. Lope, que sentía un afecto protector por ella,
29:51la apartó en un momento de calma. Vera, tienes que tener cuidado. Tu cabeza está en otra parte.
30:00Sé que estás pensando en ponerte en contacto con tu familia, pero debes pensar en las consecuencias.
30:08Si te fuiste por algo grave, volver a abrir esa puerta podría ser peligroso para ti.
30:16Y Cristóbal, el mayordomo, seguía tejiendo su propia tela de araña de control.
30:21Cambió los turnos de descanso, rompiendo las pocas rutinas que les quedaban al servicio.
30:29Y luego, emitió una nueva orden, la más escalofriante de todas. Queda terminantemente
30:35prohibido mencionar el nombre de Rómulo Baeza en esta casa. Anunció, su mirada recorriendo
30:40a cada uno de ellos.
30:44La primera persona que oiga hablar del antiguo mayordomo será despedida en el acto.
30:51Él ya no forma parte de la promesa. Olvídenlo. El miedo se instaló definitivamente.
30:59Cristóbal no sólo quería imponer su orden. Quería borrar el pasado, erradicar cualquier
31:04vestigio de lealtad al hombre al que había reemplazado.
31:07La desconfianza hacia él se convirtió en terror. Viernes, vientos de guerra y un regreso
31:15inesperado.
31:16El día amaneció con el eco de la violencia del día anterior. Ángela, la gobernanta,
31:25estaba fuera de sí.
31:28Curro había dado un paso más en su arriesgado plan. Había traído al coronel Fuentes, un
31:33superior de Lorenzo, al palacio, con la esperanza de que su presencia intimidara al capitán.
31:38Para Ángela, era como invitar al diablo a cenar. Has perdido el juicio. Le espetó
31:46a Curro en un pasillo, con la voz temblorosa de pánico.
31:52¿Traer a ese hombre aquí? ¿No te das cuenta del peligro en el que nos pones a todos, especialmente
31:57a tu madre? No quiero tus explicaciones, sólo quiero que se vaya.
32:01Mientras tanto, Manuel se preparaba para su propia batalla. Se reunió con Leocadia en
32:09el hangar, el escenario de sus sueños ahora convertido en una sala de juntas improvisada.
32:17Fue directo al grano. Leocadia, he visto el informe de ventas. Y he visto la firma de
32:23Pedro Farré.
32:26La empresaria intentó mantener su compostura, esbozando una sonrisa que no llegó a sus ojos.
32:31Ah, sí, un pequeño detalle logístico. Pedro y yo colaboramos en ocasiones. Es un
32:40mundo pequeño.
32:43No intentes tomarme por tonto. La cortó Manuel, su voz fría como el acero. Me ocultaste que
32:49estabas hablando con él.
32:53Has usado su información en mi contra. Eso no es un detalle logístico. Se llama engaño.
33:01Manuel, querido, eres muy joven. En los negocios hay que saber jugar con todas las cartas.
33:09Pues se acabó la partida. Ya no confío en ti. Cancelo la firma. No hay venta. Mi empresa
33:15no está en venta para ti.
33:16La máscara de Leocadia se resquebrajó. Por un instante, la sorpresa y la furia asomaron
33:24en su rostro antes de que lograra recomponerse.
33:30El giro inesperado la había descolocado por completo. Manuel, por primera vez, había tomado
33:36las riendas de su destino con una determinación férrea. La tensión se propagaba como un virus
33:44por toda la finca. Una simple llamada de Catalina al varón de Valladares para intentar negociar
33:49una prórroga fue suficiente para provocar otra agria discusión con su marido, Pelayo.
33:54Sigues actuando a mis espaldas. Le recriminó él. Somos los condes de Campos y Luján. Debemos
34:03presentar un frente unido.
34:07Un frente unido para ceder ante el chantaje de un tirano. Respondió ella. Lo siento, Pelayo,
34:13pero esa no es mi forma de hacer las cosas.
34:18En busca de un camino propio, Martina acudió a Ángela. Necesitaba un consejo legal y práctico,
34:24lejos de las emociones que la unían y separaban de su familia.
34:30Ángela, quiero segregar mi parte de la promesa. Dijo, con una decisión que sorprendió a la
34:36gobernanta. Es mi herencia, y quiero tener control sobre ella. Necesito saber cómo hacerlo,
34:44cuáles son los pasos a seguir. Y mientras el futuro de la promesa se fragmentaba en intereses
34:51contrapuestos, y mientras la presencia del coronel Fuentes ponía de los nervios a un
34:56Lorenzo que se sentía acorralado. Y mientras Vera se hundía en una espiral de preocupación
35:00que afectaba a su trabajo, ocurrió lo impensable.
35:03María Fernández estaba en el patio del servicio, recogiendo la ropa seca. Se había resignado
35:12a un silencio largo e incomprensible por parte de Samuel.
35:15Había llorado de alivio al saberlo vivo, pero también de dolor por su abandono. Ya no esperaba
35:24nada. Había perdido toda esperanza de volver a verlo, de obtener una explicación. Fue entonces
35:31cuando oyó una voz a su espalda. Una voz que conocía mejor que la suya propia, pero que sonaba extraña,
35:40hueca, María. Se giró lentamente, con el corazón detenido en el pecho. Era él. Samuel, estaba allí,
35:51de pie, a sólo unos metros. Pero no era el Samuel que ella recordaba. Estaba más delgado, con ojeras
35:59profundas que ensombrecían su mirada. Su sotana parecía colgarle de los hombros, y en su rostro
36:08no había ni rastro de la sonrisa cálida que ella tanto amaba. Había una frialdad, una distancia,
36:17una dureza que nunca antes había visto. No corrió a abrazarla. No sonrió al verla, simplemente se
36:25quedó allí, mirándola, como si fuera una extraña. El regreso que tanto había anhelado se había
36:33convertido en un nuevo y aterrador misterio. Algo no encajaba, algo estaba terriblemente mal,
36:42y en la mirada vacía del hombre al que amaba, María intuyó que la pesadilla, lejos de terminar,
36:47no había hecho más que comenzar. La semana en la promesa se cerraba no con un punto final,
36:56sino con el más inquietante de los puntos suspensivos.
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