00:00Veo también a los papás cuando se despiden de sus hijos, que les dan la bendición, y pues tiran unas lagrimillas a veces, los abrazan, sienten tristeza porque ya no va a estar en la casa, va a empezar una nueva vida, con una nueva familia.
00:21Hay cierta tristeza, pero en el fondo estoy seguro que también los papás están llenos de gozo, sobre todo cuando han visto que sea el esposo o la esposa, el novio o la novia, han llevado un noviazgo en donde se han encontrado, se han amado, y saben que están entregando a sus hijos al momento más feliz de su historia en este mundo.
00:49Así nos ocurre también en el momento de la muerte, pues nuestros familiares, sean los papás, los hijos, quienes nos entreguen, pues van a estar tristes, porque empezamos una nueva vida fuera de esta casa terrenal.
01:06Pero hermanos, cuando nosotros hemos visto cómo llevó su vida de noviazgo con el Señor, cuando vemos que verdaderamente se preparó para esta fiesta, para este matrimonio,
01:21en medio de la tristeza que seguramente sentimos al entregar a Dios a uno de nuestros seres queridos, pues en el fondo del corazón debe de quedarnos una grandísima alegría.
01:35Las bodas están preparadas.
01:42Y esto lo que nos habilita para poder entrar a estas fiestas es, vamos a llamarlo de alguna forma, un boleto.
01:52El día de nuestro bautismo, ese día Dios te entrega un traje de fiesta, que llamamos santidad, y te entrega un boleto que llamamos vida evangélica.
02:09Y te dice, si tú mantienes tu traje de fiesta, y tú mantienes tu boleto de santidad, de acuerdo a la vida evangélica,
02:23ya estás solamente esperando el momento en que concluida tu vida en esta tierra, puedas entrar a participar.
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