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  • 3/5/2025
El capítulo comienza con Sanem aún confundida y nerviosa por el misterioso beso que dio en la fiesta. No tiene idea de que fue Can a quien besó y sigue pensando que pudo haber sido Emre. La situación en la agencia se vuelve un poco incómoda, ya que Sanem intenta evitar a Emre, sintiéndose extraña por el beso.

Mientras tanto, Can está igualmente intrigado por la mujer que lo besó en la oscuridad. El recuerdo del beso lo perturba y siente curiosidad por saber quién es esa persona que le causó tal impacto.

En la agencia, se presenta un nuevo proyecto importante: una campaña publicitaria para una marca de cremas. Aziz, el padre de Can y Emre, decide darle una oportunidad a Sanem debido a su creatividad y espontaneidad, pidiéndole que aporte ideas frescas para la campaña. Esto hace que Sanem y Can tengan que trabajar más de cerca.

La interacción entre Sanem y Can comienza a intensificarse. Hay una química palpable entre ellos, aunque ambos intentan ignorarla o no la comprenden del todo. Can se siente atraído por la naturalidad y la originalidad de Sanem, mientras que ella se siente intimidada pero a la vez fascinada por su carisma y libertad.

Emre, por su parte, observa la creciente cercanía entre Sanem y su hermano con cierta preocupación y celos. Él tiene sus propios planes para la agencia y no ve con buenos ojos la influencia que Sanem podría tener sobre Can.

A lo largo del capítulo, vemos a Sanem desenvolverse en su nuevo entorno laboral, cometiendo algunos errores cómicos debido a su inexperiencia, pero también mostrando destellos de su creatividad. Can, aunque a veces se muestra distante y serio, también deja ver una faceta más amable y comprensiva con Sanem.

El capítulo termina sin que Sanem y Can descubran la verdad sobre el beso en la fiesta, manteniendo la tensión romántica y la incertidumbre sobre el futuro de su relación. Se siembran las semillas de una atracción mutua, a pesar de los malentendidos y las diferencias en sus mundos.

En resumen, el segundo capítulo profundiza en la confusión post-beso, acerca a Sanem y Can en un contexto laboral, y establece las primeras señales de una atracción mutua, todo bajo la atenta y quizás manipuladora mirada de Emre.

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