Saltar al reproductorSaltar al contenido principal
  • hace 7 años
PODRÍA SER EL ROYAL NO QUERIDO NI ADMIRADO, AUNQUE EN UN REAL BESAMANOS LE REVERENCIE SOLO EL PRIMER AUDIENCIADO. La quietud de ánimo en un funcionario royal no puede confundirse con la virtud de la paciencia en el entendimiento de aceptar cualquier cosa, aún los papelones de quien realmente no quiere ni admira, aunque resulte de gestos formales como la reverentia salutatis. La videola que -dígalo el caso- presentamos hoy a nuestra apasionada audiencia lo ilustra lúcidamente. En esto, como en todo, es el tiempo y la experiencia, porque la sabiduría siempre es anciana, el mejor remedio contra el mal hacer palatino, sobre todo del que procede de los propios funcionarios royales. Y lo primero que debe repararse siempre es lo que se viene a nuestros ojos, so pena de estar ciegos. No hay que caer en la falacia de las mieses sin cosecha, de los árboles sin fruto, de las gallinas hueras aunque cacareen, ni de las espigas sin granazón, solo porque hable de ellas el oráculo o lo cante un romancista pijotero. Felipe El Preparao no ha salido todavía de las mantillas y aún no sabe soltarse a pasear por las cimas de la monarquía sin dar vaivenes. Que no se jacte de estudios ni de sabihondas, que aún le cuelga de la nasa el moco, tiene pocas lovainas, parises, bolonias, salamancas y alcaláes, peregrinajes no ha en sí, es de poco sabor y menor saber, no muda de encarnación, enmudece cuando se le desnuda, presume de barbas lucias y de sienes rasas con las que se ha apropiado de plumas de otras aves, como la corneja y la graja, para penachearse de coloridos plumones que no merece, contrabandista más de fisco que de aduana, perdedor de aceite en su lámpara que no luce lo que debe, cuerpecillo sin alma, voz sin concepto porque lee de otros, objeto sin sentido, ciego sin lazarillo que no sea picarón con el queso, graduado de mandil que no de borla y que, con poca literatura, ha conseguido muchos aplausos que le tienen por El Preparao, por lo que no podemos admitirle el reclamo de tan funesta rifa y tenerle ha de ser por tonto, que es como no hacer litigiosa la verdad pacífica. La real audiencia de palacio que contemplamos en la videola, nos muestra al funcionario royal en el centro del camarote, una geografía inadmisible porque los centros son siempre equidistantes y, por lo tanto, igualatorios. En centro geométrico es siempre un anatema en los ceremoniales de palacio, debe evitarse a toda costa, no digamos del centro político que es el núcleo de la falsedad y de la corrupción del régimen español. La gentecilla entra en el camarote, una perversión de la lógica de las reales audiencias de palacio que es, precisamente, la contraria. El reparto de cachivaches, la exhibición de ropas de barato con el nombre real impreso, el copón sobre el suelo, la sobreabundancia de gentes, hacen un cuadro ponzoñoso plagado de porfías escandalosas. Demos, pues réplica a estos graves y disformes errores de protocolo y busquemos el apoyo recurrente de las canas cabezas que saben. Aleluya

Categoría

🗞
Noticias
Sé la primera persona en añadir un comentario
Añade tu comentario

Recomendada